En el mundo de Alfas y Omegas todo está regido por los olores, las feromonas controlan a los omegas. El detective Sesshoumaru está tras la pista del jefe de la mafia, Menoumaru Myoga, su hija Kagome es una omega de características peculiares y es su sustituta. Ambos son atraídos por las feromonas del otro, ¿serán capaces de luchar contra ellas o cederán?
Mis nenas lindas, aquí vengo con otro fic, el cual espero no sea muy largo, a lo mucho unos 20 capítulos o si me extiendo probablemente unos 30, realmente todavía no lo sé.
Parte de mi sinopsis:
No soy muy buena en el tema de los Alfas y Omegas, estoy aprendiendo, pero realmente puedo decir que me encanta, mi historia sí sale en base a un manwha BL que estoy leyendo llamado: Dear Benjamin, claro, quienes lo han leído verán que la historia no se parece ¡en nada! digo que sale en base a eso, porque cuando lo iba leyendo me quedé pensando, ¿qué tal si Kagome y Sesshoumaru tuvieran una atracción inexplicable que no pudieran ceder ante ella? Claro, la culpa sería de las feromonas, sí... echémosle la culpa a ello.
No me gusta partir de la base de un hijo, (como lo hace Dear Benjamin o DJ) porque se complica mucho la trama, es decir, no van a encontrar ninguna similitud con dicho manwha, pero sí quería decir que de allí partió mi inspiración.
Yo sé que se confundirán y quiero aclararlo: ¿se recuerdan del hombre que pelea con Inu-No y mata a Izayoi en la película? Bueno, en teoría ese tipo se llama Menoumaru, para mi fic, él es el padre de Kagome, para variar el apellido no es Higurashi como siempre lo solemos conocer en cada uno de los fics, ¡no! Su familia se llama MYOGA, yeap, otra vez cambié los apellidos y espero no nos confundamos.
Kagome al ser hija de un jefe de la mafia, es custodiada por guardaespaldas y ellos son: los 7 guerreros (sé que me odiarán por eso cuando lo lean). A medida vayan leyendo me van a odiar porque en los primeros capítulos no hay destellos de un Sesshome, pero ¡vamos niñas! Ustedes saben que soy amante del Sesshome y mi fic lo es. Solamente que tengo que establecer en los primeros capítulos las bases para que vean como ha sido el pasado hasta esta fecha y luego entraremos en lo rikolino.
Por cierto, se me olvidaba, Kagome al ser hija de un mafioso, por favor no esperen que sea inocente, no podría sobrevivir si lo es, sé que me estoy arriesgando con esta personalidad de ella, pero, quería un cambio, ya no quería a la dulce y virginal Kagome que no sabe nada de nada y que es una flor puesta en pedestal esperando a que alguien la baje de allí.
Me gustaría dejar solo una hoja con el "prólogo" pero odio que Fanfiction no me deja quitarles los números a los capítulos y ponérselos yo, así como se puede hacer libremente en Wattpad, así que ni modo, el prólogo y el capítulo 1 están en uno solo, solo por ese detalle, bueno, más para leer ¿no?
En este fic tengo que hacer un primer doble agradecimiento a JuliethVc: Uno, porque ella me animó con mi horrible fanart de la portada, yes, ese fanart yo lo hice, lo pinté y a pesar de estar horrible es mío, me costó (creo que una migraña) pero lo terminé y a ella se lo iba enseñando y gracias a sus porras lo pude terminar. Dos, porque ella me hará otro fanart exclusivo, del primer... bueno... cuando suba ese capítulo ya lo verán y se admirarán de lo hermoso y "picante" que está. Así que gracias, amiga por ayudarme tanto, por leerme y por darme ánimos de continuar.
Y bueno, empecemos.
Recuerden mis disclaimers:
**Inuyasha le pertenece a Rumiko Takahashi, yo solo tomo los personajes para que hagan mis perversiones.
**No continúo historias, lo que terminó y a lo que le puse FIN es FIN, evítenme la vergüenza de ignorar cualquier mensaje que me envíen pidiéndome por ello.
**Téngame paciencia, trabajo y tengo vida, escribo en base a la inspiración y a los comentarios de ustedes mis adoradas musas, así que mientras más comentarios tengo y mi vida no está tan patas arriba, más escribo, pero cuando mi vida amorosa se pone patas arriba la inspiración también se me va, aunque si me escriben tantos comentarios y mi vida está patas arribas, escribo como loca.
**Recuerden darle like de mi página de romancerotico en Facebook, de esa manera estarán enterados cuando subiré mis fics, si sigo viva o cualquier otra cosa que deseen saber.
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PRÓLOGO
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Se escucha un disparo y un hombre sale corriendo para protegerla, se lanza sobre su pequeño cuerpo y casi convulsiona cuando se abrazan, le sale sangre de la comisura de la boca, pero el hombre de cabellera larga y verde no le deja de sonreír.
Cree entender algo de lo que lo está diciendo: «todo estará bien mi niña», o algo así, la verdad él habla mucho y hay mucho ruido y gritos porque no logra entender casi nada. una mujer de cabellera negra peinada para atrás con mechones plateados justo en medio, corre hacia ella mencionando el nombre de él, rogándole porque la proteja.
Hay caos y si pudiera definir la mirada de las personas diría que hay un verdadero pánico dibujado en ellos, pero realmente a su edad no entiende muy bien las emociones de los demás.
A sus 6 años, su bien más preciado es un peluche de un gato amarillo con dos colas y rayas negras a quien le ha llamado «Kirara», junto a su pequeño amigo imaginario sentía que nada le podría pasar a pesar de todo lo que giraba a su alrededor.
Una gota de sangre cae en su mejilla derecha, pero el hombre la besa con cariño y ternura tan rápido que no se percata del color de la sustancia, hasta ese momento y para toda la vida creería que serían lágrimas.
—No te preocupes, yo te protegeré...
Le pide que cierre los ojos y ella lo hace de inmediato empezando a tararear una canción que la ha tenido en su cabeza los últimos días y con eso se pierde en un tiempo especial.
Aquel momento perdura en su cabeza a través de sueños, no importando si está despierta o dormida, durante mucho cree que es esencial para su vida, que hay algo que no ha logrado todavía descifrar, pero con el paso de los años se percata que ese suceso solo es parte normal de sus recuerdos, porque ¿qué esperaba al ser hija de uno de los jefes de la mafia más poderosa de la ciudad? Es obvio que no todos se referirían a ponys, fiestas y todo lo que el dinero pudiera comprar, también habían atentados, porque mientras más pasaba el tiempo, su familia se iba consolidando como de las más poderosas e indestructibles.
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1. Nunca juegues conmigo
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Kagome POV
Hay varias armas relucientes y hermosas en una enorme mesa, cada una acompañada por cartuchos, unos más letales que otros, también hay cuchillos, proyectiles y algunas otras armas adicionales, las cuales miro con desprecio y cuidado a la vez.
—¿Qué le parece señorita Kagome? —me interroga el viejo decrépito de cabello negro y bigotes escasos, siempre me he preguntado ¿por qué no se los quita de una sola vez? Toda la vida me han producido asco—. Es el primer cargamento.
Vuelvo a tocar con cuidado las que están frente a mí.
—Son muy relucientes y «bonitas» Kaijinbo —me refiero a las armas—, es el primer cargamento que veo sin la escolta de mi padre —sentencio tranquilamente.
—¿Verdad que sí? —sonríe como si se hubiese ganado la lotería, lo único que le hace falta es restregarse las manos en señal de su avaricia—. Me esforcé por traerle lo mejor.
—Sí, puedo notar el esfuerzo que has puesto en ello. ¿El siguiente cargamento será en color rosa y morado?
—¿Eh? —la sonrisa se le desaparece de inmediato, solo he levantado la vista disimuladamente para observar su reacción, aunque mi cabeza sigue inclinada a la mesa en donde está el producto.
—¿Tendrá pegatinas de unicornios y cuando dispare saldrá brillantina del cañón?
—¿Se-Señorita... Ka-Kagome...?
Ladeo mi cabeza y lo vuelvo a ver con mirada seria, agarro una de las armas de manera rápida casi imperceptible para él, le apunto directamente a su frente y disparo, pero al final el gatillo se traba por un desperfecto de fábrica y no produce ninguna explosión. El viejo Kaijinbo cae de culo al suelo respirando de manera irregular, así que me acerco acurrucándome frente a él, todos mis guardaespaldas le apuntan a los suyos, sé que en cualquier caso las escoltas del viejo tienen las de perder.
—¿Quién rayos crees que soy Kaijinbo? ¿Crees que dejaré que me engañes vendiéndome mercadería defectuosa solo porque está «bonita»? —reclamo ofendida y saco una pequeña arma que tengo guardada en la parte trasera de mi short que está siendo protegida por mi elegante chaqueta Chanel.
Se la muestro y la admiro con orgullo.
—Es una Glock 15AB de 2ª generación con capacidad para 15 cartuchos, una especialmente fabricada para mí, cada punta de las balas es tan filosa como una cuchilla y más letal que una metralleta —cuando se lo explico desprendo el cargador admirando los proyectiles—. Hay solo 2 balas normales que cuando entran en tu cuerpo simplemente el hierro se queda allí aferrándose y doliendo como los mil infiernos, mientras que las otras al entrar se convierten en pequeños proyectiles que se cristalizan y estallan al entrar en tu cuerpo y recorriendo tu torrente sanguíneo, ¿te lo puedes imaginar Kaijinbo?
Mi sádica sonrisa toma posesión de todos mis gestos cuando vuelvo a poner el cargador en su lugar.
—El dolor es inimaginable, los médicos no sabrían ni por dónde empezar y además es posible que no puedan sacar las diminutas partículas que se quedarán en tu cuerpo que de hecho van viajando por el torrente sanguíneo sin saber a dónde irán a parar.
—Se...Señorita... Ka...Ka...Kagome... por favor... por... por... favor...
—¿Ahora estás temblando Kaijinbo? —me levanto con gracia irguiendo mi cuerpo apuntándole al estómago y escucho como todos les quitan el seguro a sus armas.
—Per-Per...done... por favor... se lo... suplico...
—¿Querías verme la cara de imbécil solo porque soy una simple omega Kaijinbo?
—No... yo no... yo... yo... yo... solo...
—¿«Yo solo qué» Kaijinbo? —me exaspero.
El tipo está sudando y no es algo sutil, es tan palpable que podría haber empapado una toalla además que su hedor empieza a inundar la habitación oscura causándome más asco de lo que él mismo me da, mi nariz está a punto de cerrarse ella sola.
Bajo mi arma pegándola a mi cuerpo tocando mi larga y reluciente cabellera negra en un gesto de coquetería y feminidad, expulsando el aire cansada de la situación.
—Mañana Kaijinbo —aseguro ladeando mi cabeza para verlo con más comodidad y menos intimidante—. Mañana a la misma hora deberás de traerme el cargamento completo y mejorado, nada de estas mierdas, si no lo haces, puedo asegurarte de que solamente vivirás unos días más para luego convertirte en comida de tiburones, ¿entendido?
—Sí... sí... sí... señorita Kagome... mañana... mañana a la misma hora...
—No me decepciones Kaijinbo —sentencio dándome la media vuelta y todos bajan sus armas, aunque mi más fiel guardaespaldas veo que está enfocando su mirada en mis movimientos.
Cuando escucho a mi espalda que el viejo suelta un suspiro de tranquilidad y victoria me doy la media vuelta rápidamente y disparo a su hombro. El viejo grita y el suelo se llena de sangre, sus guardaespaldas intentan dispararme, pero los míos son más rápidos inmovilizándolos y poniéndolos boca abajo con sus pistolas en las cien de cada uno de los 4 que lo estaban protegiendo a él.
Kaijinbo se retuerce de dolor sosteniéndose el brazo y le quito el cargador a mi Glock empezándome a reír.
—Has tenido suerte Kaijinbo, te ha tocado una de los dos normales. Si vuelves a engañarme, maldito viejo asqueroso —digo con saña apuntándole a la cien—, me aseguraré de hacerte mierda.
Me levanto enojada y antes de salir de la habitación lo vuelvo a ver.
—Mañana a la misma hora Kaijinbo, no me importa en qué estado vengas de lo contrario sabes lo que pasará, ¡¿entendido?!
—S...Sí... sí... se...ñorita... Ka...gome... sí... —responde con dificultad y yo asiento, con un movimiento de cabeza le indico a mi guardaespaldas de confianza que nos retiramos.
—Nunca juegues conmigo Kaijinbo —lo amenazo y salgo con mis chicos.
El Hummer blindado en color gris plata que me está esperando ya está en marcha, un hombre se baja del asiento del copiloto y me abre la puerta de atrás, entro y mis dos hombres lo hacen detrás de mí. El auto de pone en marcha y yo veo mi pequeña arma admirándola.
Mi chaqueta corta de Chanel tiene unas pequeñas gotas de sangre, así que me la quito y la tiro al suelo, mis chicos saben perfectamente lo que tienen que hacer con ella, así que me quedo solo con mi blusa negra Givenchy y mi short del mismo color, no creía que tendría mucho inconveniente el día de hoy así que me he calzado con unas botas en café claro de tacón alto que hacen juego con mi cinturón grueso Vuitton. Mis guantes son del mismo color también, generalmente nunca lo hago sin ellos para no dejar ninguna huella por ningún lado.
—Gin —le llamo la atención al chofer admirando mi querida Glock—, necesito que repongas las municiones, quiero algo más colorido.
—¿«Colorido»? —pregunta riéndose mi guardaespaldas que está a mi lado.
—Sí Ban, muy poca sangre... —chasqueo.
—Como gustes —responde el que va detrás del volante, el copiloto se empieza a reír.
—¡Vaya! De verdad que el jefe ha creado un pequeño monstruo sádico.
—En este mundo en donde estamos gobernados por machos alfas, creo que es muy comprensible que una humilde corderita omega como yo tenga cómo defenderme, ¿no lo crees Ren? —aseguro con voz tierna guardando mi arma otra vez y tratando de agarrar las puntas de mi cabello para jugar con ellas, no sin antes revisar que el seguro de mi pequeña Glock esté bien puesto, ante todo siempre he tendido a ser muy precavida.
—Si todos los omegas fueran como tú —me interrumpe riéndose Bankotsu—, creo que el resto estaríamos jodidos.
—Lo siento —aseguro sin ninguna pizca de dolor encogiendo mis hombros—, pero odio cuando me quieren ver la cara de idiota y ese maldito viejo asqueroso siempre ha querido hacerlo, creo que solamente estaba esperando la oportunidad perfecta.
—Ten por seguro que se correrá la voz y si no lo hace...
—Nosotros nos encargaremos de hacerlo —termina de decirlo Renkotsu.
Yo me toco nuevamente mi melena larga y negra, esta reunión me ha dejado un mal gusto de boca, así que les digo a los chicos que me lleven a mi piso y no a la mansión de mis padres que es a donde suelo vivir el 85% de las veces.
—El jefe quería verte —interviene Ginkotsu manejando tranquilamente.
—Le haré una video llamada al rato, por el momento lo único que necesito es una buena sesión con Suikotsu. Ren, llama a tu hermano mayor y dile que lo esperaremos en mi piso.
—Como órdenes —acepta con desgano tomando su celular de última generación—, después de todo no quiero que vacíes ese cartucho en mí.
—Bien dicho mi querido niño.
Cuando te encuentras en este medio no puedes contraerte solo porque ves un herido o alguien quiere intimidarte, no le temes a los golpes ni a la muerte, tienes que ser implacable y no demostrar miedo, realmente no importa si eres omega, beta o alfa, lo que interesa son tus acciones, si quieres ser el cliché que unos son más fuertes que otros solo serás comida de peces.
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—Kagome...
—¡No! No voy a disculparme por eso...
Doy un golpe con una espada atacando a mi maestro de kendo: Suikotsu; Bankotu me sigue con la pantalla de la laptop para poder conversar con mi padre.
—Sé que no lo harás y no es eso lo que te estoy pidiendo tampoco. Kaijinbo goza de mi confianza...
—Será de la tuya, porque lo único que ve en mí es una omega inútil a quien es fácil de verle la cara.
Estoy tan furiosa que asesto un golpe tan fuerte contra mi maestro que incluso retrocede soltando su espada y sacudiendo su mano en señal de dolor.
—Bankotsu, déjale la laptop a mi hija. Maestro Suikotsu, voy a tener que pedirle que por el día de hoy posponga la clase, tengo que hablar en privado con mi hija.
—Como usted ordene señor.
Suikotsu le hace una reverencia a mi padre frente a la pantalla, luego me hace otra a mí sonriéndome de medio lado sin que él se dé cuenta. El hombre tiene 32 años, alto de casi metro noventa, pectorales de roca y bien tallado, su cabello castaño es un poco largo, pero siempre lo lleva en una coleta baja, su mirada es tierna y gentil, así como sus gestos, yo me sonrojo levemente con su acto.
Se acerca agarrando mi espada y se retira.
Bankotsu se ríe detrás de la pantalla de tal manera que solo yo puedo verlo y me la entrega. Cuando el maestro sale, al momento en que mi guardaespaldas abre la puerta, él lo sigue cerrándola a su espalda.
—Sabes que en nuestro negocio no tenemos oportunidad de ser temperamentales ni dejarnos guiar por las feromonas, ¿cierto?
—Toda mi crianza se ha basado en ello, ¿realmente te contaron lo que sucedió con ese viejo?
—Sí, nos quiso cambiar el lote y creo más bien que era una prueba para ti para ver si notabas la diferencia.
—Entonces deberías de estarme felicitando porque la pasé, era completamente obvio que ese cargamento era una basura.
—Y te felicito por ello, pero si matas a cada uno de nuestros proveedores luego nosotros mismos tendremos que hacer todos esos trámites engorrosos y créeme, ya pasé por esos días y no es algo divertido.
—¿Y qué debería de hacer? ¿Felicitarlos porque he pasado las pruebas? —me mofo resoplando y volteo mi cara a otro lado sentándome en el suelo de madera de mi pequeño gimnasio personal.
—Puedes amenazarlos justo como lo hiciste porque hasta el momento en que se meó sobre sus calzones todo estuvo bien, si querías darle su merecido, eso lo planeas para después, cuando él esté solo y que te mire a los ojos sabiendo en qué fue en lo que la cagó contigo y que ahora no tendrá escapatoria, lo haces después de que cumpla su palabra de lo contrario nos quedaremos sin el cargamento.
Lo vuelvo a ver y evito querer reírme a carcajadas, así que como puedo me muerdo los labios para poderme contener.
—¿Qué has hecho?
—¿Yo? ¡Naaaaada papá! —respondo fingiendo inocencia y masticando un lado de mi propia lengua.
—Kagome...
—Bueno, bueno... solo descubrí que el verdadero cargamento lo tenía en una bodega en el puerto, moví un par de hilos y lo incauté, todo está perfectamente resguardado en nuestra bodega de la avenida, más específicamente en el sótano 3. Mañana Kaijinbo aparecerá con un nuevo cargamento y solo querrá decir que todo es una trampa.
—No creo...
—Ese viejo le ha echado el ojo a tu puesto desde antes que dijeras que te retirarías, le dolió hasta lo más profundo de su ser cuando proclamaste que yo sería tu sucesora.
—No creo que fuese capaz de eso, además, era obvio que te declararía mi sucesora, eres mi única hija.
—Sí papá, es más que obvio, para ti o para mí, pero no importa con cuántas palabras quiera vender su fidelidad ante ti, al igual que él hay muchos que se sienten ofendidos porque una omega como yo, aunque sea tu única hija, me convierta en la sucesora de la familia, porque eso implicaría que de ahora en adelante tendrán que acatar las órdenes de la primera jefe omega en todos los tiempos.
Papá frunce el entrecejo dejando caer su espalda en el cómodo sillón a donde se encuentra, imagino que analizando lo que acabo de decirle.
—¿Estás completamente segura?
—Por lo menos a un 90% —se lleva sus dedos a la barbilla continuando con su análisis interno.
—Si eso es así, entonces creo que tendré que intervenir para darles un castigo a todos los involucrados.
—Si haces eso, lo único que conseguirás será minar mi fuerza, si todos ven que «mi papi» tiene que involucrarse para solucionar mis problemas les darás la razón, ¿no pensarías de esa manera si estuvieras en la posición contraria?
Él se sonríe de lado negando de un lado a otro.
—Está bien, será tu primera prueba entonces. Espero no me decepciones.
—Trataré de estar a la altura de tus expectativas padre.
—Por cierto, esta noche te esperamos a cenar, tu madre ya ha organizado todo.
—¡Por favor papá! No puedo con otra cita —suplico—. ¿Por qué no le dices que pare ya con eso?
—¡¿Y enfrentarme a ella?! Creo que se te zafó un tornillo o todavía estás drogada por la pólvora, no voy a ponerme en medio en línea de fuego.
—Cobarde... —susurro enojada haciendo un puchero.
—¿Qué dijiste señorita?
—Dije: «allí estaré padre».
—Más te vale.
Él corta la llamada y yo me tiro de espaldas cerrando antes la laptop.
Mamá ha estado insistiendo en que tengo que conocer a mi Alfa, pero para eso debe de ser uno que ellos aprueben y que pueda con el negocio de nuestra familia, además que no cualquiera puede entrar ya que puede ser un espía ya sea de nuestros enemigos o de la misma policía intentando hundirnos, pero lo único que ha hecho es presentarme a odiosos alfas con el ego hinchado, que por cierto sabré decir que es lo único que pueden hinchar.
Me doy la media vuelta casi rodando por el piso cuando Bankotsu entra.
—¿Qué? ¿Tendremos que regresar al pasado y darme una paliza para que reaccione y así te detenga de dispararle a Kaijinbo?
—¡¿Qué?!
—Digo, se nota que el jefe te ha puesto una buena regañada.
—¿Por eso? ¡Nah! —me burlo sentándome y él lo hace a un lado—. Realmente no se ha enojado por eso, creo que más bien ya está planeando en buscar a esos idiotas que creen que yo no podría controlar el negocio de la familia.
—No me extrañaría que lo hiciera.
—Le dije explícitamente que se contuviera.
—¿Le dirías al sol que deje de brillar?
—Papá no es el sol.
—Pero su fuerza es muy parecida.
—¿De qué lado estás Ban?
—Sabes que mi fidelidad siempre la tendrás tú.
—Entonces, ¿por qué no te pones a despotricar contra mi padre y darme la razón?
—Porque juré siempre serte leal y sincero, haciendo lo que me pides sería ir en contra de ello.
—Eres injusto —hago un puchero y él se empieza a carcajear.
Me vuelvo a acostar, pero en esta ocasión sus muslos me sirven de almohada.
—Mamá ha organizado otra cena.
—¿Buscando al mejor Alfa para la mejor jefa Omega?
—Cualquier Alfa que quiera ingresar a nuestra familia lo único que verá será una posición, una oportunidad para tomar el control, una omega de clase alta, nadie me verá a mí como mujer...
—Creo que nadie podría verte solo como mujer —asegura agarrándome gentilmente un mechón de mi cabello que se ha quedado varado en mi rostro.
—¿Tú lo ves?
—Te veo como un todo: mujer, omega, jefa y sobre todo aquella niña que conocí de 12 años a quien tenía que proteger con mi vida.
—12, ¿eh? ¿Fui tu primera... misión?
Él no responde nada y cuando intenta acariciar mi rostro le agarro la mano.
—¿Ban?
—No podías ser mi primera misión, de lo contrario nunca habría estado a tu lado.
—Tenías 19 cuando llegaste a la mansión, ¿verdad?
—Recién cumplidos.
—¿Cuándo tuviste tu primera... misión...?
—A los 15.
—¿Fue... un buen recuerdo?
—El recuerdo es diferente a lo que podrías idealizar y muy distante también.
—Han pasado 12 años desde ello, ¿no?
—Ajá... y 8 desde que estoy a tu servicio.
—¿Realmente eres fiel?
Bankotsu saca una navaja que está escondida en una de sus botas y me la entrega haciéndome que se la coloque directamente en su garganta.
—Mi vida está en tus manos... desde el primer momento, podrías atravesarme esta daga y yo moriría con gusto porque sería bajo tu mano.
Aparto el objeto de su cuerpo y lo tiro sentándome a horcajadas sobre él.
—¿Realmente... harás... cualquier cosa... que te... pida? —pregunto excitada moviendo mis caderas estimulándolo y al instante siento su dureza debajo de mí.
—Sí...
—¿Incluso dejarme... ir... con algún Alfa... que consiga... mi madre?
—Si es tu deseo... lo haré.
—¿Lo... protegerías... también? —me empiezo a mojar.
—Si esa fuese tu orden, nunca me negaría a lo contrario.
Sonrío de medio lado abriendo un poco mi boca para morder mi lengua y le ordeno que me lleve a darme un baño, tengo que prepararme para una cena aburrida en la casa de mis padres.
*La Glock es una marca de arma muy famosa, el modelo del que hablo no existe, solamente es una invención para este fic.
