Disclaimer: Esta es la primera historia que pongo en ff.net, espero que les guste. Los personajes son del maestro J.R.R. Tolkien, salvo uno que otro que invente para la ocasión. No gano nada con esto, todo es solo con fines de divertirlos a ustedes y entretenerme yo. Es un fanfic slash/yaoi, o sea, relación chico-chico. No quisiera herir susceptibilidades, así que si no te gustan este tipo de relatos, baja el menú que esta arriba y ve al rating correcto a tus necesidades. Si les gusta lo que leen, déjenme reviews, por favor! ¡Disfrútenlo!
LanthirCuando llegaron a las caballerizas, Thranduil les informó que él y Gandalf habían decidido ir a Rivendel para hablar con Elrond. Era necesario planear las cosas considerando el inminente regreso del Señor Oscuro. Lo que Gandalf le contó al rey lo tenía inquieto; no podían dejar pasar mas tiempo sin hacer nada.
Aragorn y Legolas se ofrecieron a ir, por supuesto; ambos estaban profundamente preocupados por la situación y deseaban ayudar en lo que pudieran. Aragorn en especial estaba interesado en todo esto; presentía que su tiempo se acercaba.
Salieron del Bosque Negro apenas un día después de que el Hombre y el Mago llegaron. Una pequeña comitiva de elfos guardianes escoltaban a Gandalf, Thranduil, Legolas y Aragorn en el largo camino hacia Rivendel.
En el trayecto, Aragorn le contó a Legolas todo lo que esperaba y temía sobre el futuro, y su supuesto destino como Rey de Gondor. Hablaron profundamente de lo que aconteció en esos años de separación, y sintieron estrechar mas sus lazos. Ante todos, se habían convertido en los mejores amigos, y solo Gandalf sabía el resto de su historia. Ambos acordaron no decir nada sobre su relación. Eran tiempos difíciles, como para complicarlos mas con un asunto como el suyo.
No tenían muchos momentos a solas, y solo disfrutaban de cierta cercanía cuando acampaban y todos se iban a dormir. Entonces, acercaban un poco sus mantas (que siempre ponían algo lejos del resto) y conversaban en voz baja. A veces, Aragorn le robaba un furtivo beso a Legolas, pues no podía resistir la embriagadora cercanía del elfo sin hacer nada. A veces, los recuerdos de su breve encuentro en aquella habitación de Mirkwood venían a él en sueños. Nunca se había sentido tan poco dueño de sus emociones, pero por encima de todo, se sentía feliz. Ni el mismísimo Señor Oscuro podría empañar su dicha en esos momentos. Todo era bueno, a excepción de algo que lo atormentaba continuamente. Arwen.
Por su parte, Legolas, bajo esa apariencia etérea y ecuánime, era un hervidero de sentimientos. Desde que abrió los ojos al mundo, no había conocido amor, pasión y felicidad como la que sentía junto a Aragorn. No podía apartar sus pensamientos del mortal, y cada día descubría nuevas y apasionantes cosas sobre él. Por Ilúvatar que eso era amor. Sin embargo, algo lo perturbaba muy en el fondo. Legolas sabía que Aragorn estaba comprometido con Arwen. Un mensajero de la corte que había viajado a Rivendel les dio la noticia tiempo atrás. Se suponía que era secreto, pero por alguna razón la información se filtró. Legolas se sintió devastado, pero supo sobreponerse al pensar que no vería al mortal de nuevo.
Pero he aquí que la vida da giros inesperados, y aquel que creía perdido volvió a sus brazos. Ahora, la incertidumbre sobre la pareja le paralizaba como si fueran susurros en la oscuridad. Aún así, no se había atrevido a decir nada, tan frágil sentía su felicidad, pendiendo de un hilo. Pasaban los días, y Aragorn le confió todos los secretos de su alma, mas no le dijo una palabra de la hija de Elrond. Poco a poco, Legolas tomó valor para preguntarle. Necesitaba saber que pasaría con ellos.
Una noche, ya que todos dormían y los centinelas parecían haberse alejado a hacer su ronda, Legolas acercó sigilosamente su manta a la de Aragorn, que estaba un poco oculta detrás de un árbol y una roca. El mortal dormía, pero se despertó al sentir el suave contacto de los labios del elfo en su frente.
-Hola- le dijo mientras se acostaba junto a él. La noche era muy oscura, y entre la espesa vegetación Legolas confiaba en que no los verían. Cubrió al Dunedain y a él mismo con una manta; a pesar de la oscuridad, el elfo podía ver los rasgos varoniles de Aragorn y la sonrisa que le dedicaba. En cambio, el mortal no alcanzaba a ver nada, salvo el tenue brillo de los ojos de Legolas; escuchaba su ligera respiración muy cerca de él, y sintió sus suaves manos acariciando sus cabellos. Era algo muy agradable; Aragorn cerro los ojos y su mente se deslizaba al mundo de los sueños rápidamente, cuando escuchó la voz de Legolas decirle en un murmullo:
-Me enteré de lo que hay entre Arwen y tu-
El mortal abrió los ojos de golpe. No tenía idea de que ya lo supiera. Era algo que lo tenía preocupado desde que volvió con él, pero simplemente no había encontrado el momento ni el lugar adecuados para revelárselo. Y ahora, sin aviso, estaba en medio de lo que tanto temía.
-Entonces... lo sabes...- dijo en voz baja, pesarosa.
-Así es. Alguien que viajo a Rivendel me lo dijo hace un tiempo.-La voz de Legolas no revelaba rencor o reproche. Simplemente le decía lo que sabía.
-Lo siento... Sabía que tenía que decírtelo, pero no encontraba la manera de hacerlo. Debes de saber que todo sucedió en la época en que estuvimos separados... no pensé que te volvería a ver.-
-Entiendo- dijo Legolas, con una expresión de comprensión en el rostro, a pesar de que Aragorn no podía verlo- Yo pensé lo mismo; pero ahora que estamos juntos, es algo que no podemos olvidar.-
-Lo se, lo se... ella a sido un apoyo y compañía para mi los últimos años, y me es muy querida. Pero solo hay una persona a la que amo y siempre he amado- Aragorn buscó las manos de Legolas y entrelazó los dedos con los suyos. El elfo, olvidándose de la prudencia, besó al humano, subiéndose suavemente sobre él, sintiendo sus corazones latir a la par. Era increíblemente ligero, suave y cálido para Aragorn, y sintió que las lagrimas amenazaban con salir, al no saber que pasaría con ellos. Legolas apoyó la cabeza en el pecho de su amado, y unas silenciosas gotas resbalaron por sus mejillas en la oscuridad. Entendía muy bien el dilema en el que se encontraba Aragorn, y no sabía que les deparaba el futuro.
Se quedaron así, hasta que el mortal se durmió y Legolas se retiró a otro lugar.
Desde esa noche, los dos no se hablaron mucho, meditando sobre lo que debían hacer. Era claro que el amor que sentían en sus corazones era mutuo, pero las cosas no eran tan sencillas como dejarse llevar por sus sentimientos y seguir juntos.
Arwen era la hija del Señor de Rivendel, de quien necesitarían ayuda cuando llegara el momento de la guerra con Sauron. No se podían exponer a un disgusto de su parte en esos momentos. Y por encima de todo, Elrond era como un padre para Aragorn, y Arwen era una noble y buena mujer que no sabía nada sobre los sentimientos encontrados de su prometido.
Aragorn en verdad estaba en una difícil situación.
¡Hola a tod@s! :) ¿Qué tal? Espero que les guste este nuevo capitulo :) Las cosas no son tan fáciles, lo se :( Pero hey! El verdadero amor siempre triunfa, ¿O no? Je, je.
Y pues no se quedó de cinco episodios esta historia, creo que después de todo si se va a extender mas :) Espero que esto les agrade y no se duerman antes de terminar!!! Ja, ja, ja :P
Espero conectarme de nuevo la próxima semana, para así poder contestar sus amables reviews, ¡Gracias y nos vemos!
Lanthir
