Lo complicado del amor
Jyn.EXE: ¡Hola! Jeje. la depresión me inspiró a hacer este fic. Bueno. es la continuación alterna del de Cabello Azul y Rosado. Ojalá les agrade.
-¡¿Qué dices?!-
-Calma, Horito.-
-¡¡Que no me digas así, por favor!!
-Yo... no quería...-
En la cara de ella salen lágrimas de incomprensión; no es esperaba una respuesta así de él. Aquél que... la quería tanto, la cuidaba, la adoraba, la protegía... Su Horo-Horo. El chico que se había ganado su corazón y viceversa. Pero, las cosas no marchaban bien: su relación se estaba desmoronando.
-Yo... yo.... ¡¡te odio!!- gritó Tamao bastante furiosa. Horo estaba perplejo, tampoco se esperaba esas palabras. Y lo peor, es que la cosa no acababa ahí.- ¡¡Siempre me das ordenes, te quejas, y sólo se hacen las cosas a tu modo!!-
-Tamao.... - trató de replicar Horo, bastante sorpendido.
-¡¿Qué?!- gritó ella, derramando más lágrimas de las que podía contener. Su corazón estaba desecho, la presión, el enojo, la ira, la tristeza, el dolor... Nada se comparaba con eso, ni siquiera la muerte. Lo único que se podía hacer en ese momento, era esperar... ¿A qué? A que la esperanza resurja de alguno de los dos. Con sólo desearlo y luchar, las cosas se pueden hacer.
-Tu piel es como la luna,
tu cabello es el color que me hace pensar en ti,
más te deseo y te alejas,
más pienso en ti y te olvido...-
Tamao reaccionó. El simple hecho de que le dijeran algo así, la hacía cambiar de estado de ánimo, sin importar como estaba. Las suaves o duras de Horo simpre le modifcaban el momento; Horo sólo la abrazó con fuerza y ternura. Fue entonces, que Tamao sintió algo húmedo en su hombro... Eran lágrimas de él; lágrimas frías y tristes.
Ambos lloraron por largo rato. El dolor, sufrimiento, ira, enojo, pena, tristeza... todo, absolutamente todo salía por las lágrimas. Si tan sólo supieran que algo los observaba.
Jyn.EXE: ¡Hola! Jeje. la depresión me inspiró a hacer este fic. Bueno. es la continuación alterna del de Cabello Azul y Rosado. Ojalá les agrade.
-¡¿Qué dices?!-
-Calma, Horito.-
-¡¡Que no me digas así, por favor!!
-Yo... no quería...-
En la cara de ella salen lágrimas de incomprensión; no es esperaba una respuesta así de él. Aquél que... la quería tanto, la cuidaba, la adoraba, la protegía... Su Horo-Horo. El chico que se había ganado su corazón y viceversa. Pero, las cosas no marchaban bien: su relación se estaba desmoronando.
-Yo... yo.... ¡¡te odio!!- gritó Tamao bastante furiosa. Horo estaba perplejo, tampoco se esperaba esas palabras. Y lo peor, es que la cosa no acababa ahí.- ¡¡Siempre me das ordenes, te quejas, y sólo se hacen las cosas a tu modo!!-
-Tamao.... - trató de replicar Horo, bastante sorpendido.
-¡¿Qué?!- gritó ella, derramando más lágrimas de las que podía contener. Su corazón estaba desecho, la presión, el enojo, la ira, la tristeza, el dolor... Nada se comparaba con eso, ni siquiera la muerte. Lo único que se podía hacer en ese momento, era esperar... ¿A qué? A que la esperanza resurja de alguno de los dos. Con sólo desearlo y luchar, las cosas se pueden hacer.
-Tu piel es como la luna,
tu cabello es el color que me hace pensar en ti,
más te deseo y te alejas,
más pienso en ti y te olvido...-
Tamao reaccionó. El simple hecho de que le dijeran algo así, la hacía cambiar de estado de ánimo, sin importar como estaba. Las suaves o duras de Horo simpre le modifcaban el momento; Horo sólo la abrazó con fuerza y ternura. Fue entonces, que Tamao sintió algo húmedo en su hombro... Eran lágrimas de él; lágrimas frías y tristes.
Ambos lloraron por largo rato. El dolor, sufrimiento, ira, enojo, pena, tristeza... todo, absolutamente todo salía por las lágrimas. Si tan sólo supieran que algo los observaba.
