EL PASADO NO PERDONA

Por Angela Rojas (Sybill)

Llovía copiosamente. En el horizonte solo se vislumbraba una sombra de un hombre eminentemente derrotado. Su postura lo decía todo, sus hombros estaban inclinados hacia delante, y su cabeza baja miraban hacia un punto en el suelo. Parecía no importar que estuviera lloviendo, el agua recorría su cuerpo frió y se posaba de nuevo en el suelo. Pero este hombre no se movía, seguía inmóvil ensimismado.

Tenia los pensamientos revueltos, una cosa llevaba a la otra; todo parecía ser muy confuso. Las escenas pasaban por su cabeza en desorden y los sentimientos estaban cargados muchas emociones. Si solamente todo hubiera sido distinto, si tuviera el poder de cambiar las cosas ya sucedidas, hubiera hecho cualquier cosa ... cualquier cosa; no hubiera importado el precio.

Su vida nunca fue fácil; desde niño tuvo que lidiar con muchas situaciones desagradables, que de una forma u otra forjaron su carácter. Desde pequeño su vida estaba cargada de muchas expectativas; llevaba el nombre de pila de su padre, y por lo tanto lo que mas se esperaba es que fuera igual a él, o por lo menos una imagen nítida de la excelencia familiar.

Su familia provenía de nobles linajes mágicos. Se consolidaba en costumbres y tradiciones milenarias muy bien estructuradas que supuestamente eran el reflejo de una sangre pura. Sin embargo, en realidad la excelencia familiar que muchas veces se profesaba era una utopía.

Severus Augustus Snape, a quienes sus escasos amigos llamaban "Agus", no era en teoría el mejor de los padres y esposos. Su carácter fuerte e estricto lo hacían una persona muy difícil de tratar y de complacer. Las personas que lo conocían sabían de hecho que este hombre podía llegar a extremos insospechados cuando de regular su ira se trataba. Era un hombre violento e impredecible con el cual había que tener cuidado dado que era mas impulsivo que inteligente. Sus ideas, prejuicios y valores estaban muy bien arraigados en él, tanto que sus ideas y creencias acerca de las cosas y las personas raramente se modificaban.

Por otro lado, su esposa Mildred era en esencia muy distinta a él en cuanto a el control de los impulsos. Se podría describir como una mujer extremadamente inteligente y calculadora, a quien le gustaba la excelencia y la perfección. Ella era la imagen de una esposa destacada, correcta y tradicionalista que todo el mundo apreciaba por su buen gusto y distinción. En el hogar estas características la hacían la esposa perfecta para "Agus", dado que era la única capaz de tratarlo inteligentemente para no despertar su ira. Entre ambos esposos había una relación de respeto y cortesía que no trascendía a lo afectivo. Se habían unido en matrimonio como una conveniencia social que a lo largo del tiempo se había convertido en una rutina.

El pequeño Severus era el único hijo de la pareja. Fue criado bajo mucha disciplina, y sin embargo era un poco malcriado. Sus padres casi todo el tiempo estaban pendientes de que este niño fuera "casi perfecto", pero como la perfección es muy difícil de lograr en un ser que apenas comienza a vivir, el pequeño Severus desde siempre tubo que enfrentarse a la ira de su padre, quien no aceptaba que él solo fuera un niño.

Ambos padres trataban de que su hijo desarrollara una disciplina, su madre en especial estaba obsesionada con el orden, la limpieza y la apariencia. No le gustaba que Severus estuviera mal vestido, o que dejara desordenada su habitación; trataba en lo posible que fuera educado y cortes, le enseño que es mejor ser sistemático y ordenado en todas sus tareas, a pensar antes de hablar y a comportarse como un caballero. A su madre le molestaba mucho el cabello de Severus, pero por mas que trataba (a través de baños, champús, pociones, etc) nunca logro que su hijo tuviera un cabello aceptable.

Su padre por su parte pretendía inculcar a su hijo, las creencias y valores que a el le habían enseñado cuando niño, sin embargo los métodos que utilizaba para lograrlo siempre estaban orientados bajo la amenaza y el temor.

En una ocasión Severus accidentalmente derramo un poco de tinta en unos pergaminos que "Agus" consideraba muy importantes (aunque solo eran unos papeles inútiles), el pobre niño nunca había experimentado la ira de su padre como aquel día. Por mas que corrió no pudo ser lo suficientemente rápido para escapar de la mano dura de su padre. Al finalizar Severus termino con la cara llena de moretones, sin contar también la espalda.

El dolor era muy fuerte y él no podía dejar de llorar. Su padre le gritaba que "fuera hombre" que el no estaba criando ninguna "mujercita". Afortunadamente para él en ese momento llego su madre, quien al ver el estado tan lamentable en el que estaba su hijo, lo alejo de los insultos y lo llevo a la cama.

Ella estaba furiosa, no podía creer que su esposo, hubiera herido de esa forma tan salvaje a su "bebe", con toda la rabia e indignación de la situación, amenazó con dejarlo, para que así todo el mundo se pudiera dar cuenta del hombre que realmente era "un miserable que golpea a su propio hijo". El hombre ante la realidad le pidió disculpas a su mujer y le juro que nunca volvería a ocurrir. Ella por su parte prometió que si volvía hacerle daño lo lamentaría.

Ese día su madre trato en lo posible de curar a su hijo con pomadas, y baños de agua caliente. Se aseguro que Severus no volviera a la escuela hasta que hubieran desaparecido los moretones en el rostro así nadie se podía dar cuenta de lo sucedido.

Afortunadamente para Severus, las amenazas de su madre sirvieron para que su padre nunca mas reaccionara ante él tan violentamente como aquel día. Sin embargo, aunque no había golpes físicos existían otro tipo de lesiones que no se pueden ver.

Severus siempre quiso complacer a su padre, mas sin embargo no sabia porque nunca llegaba a agradarle, fuera lo que fuera que él hiciese, nunca nada estaba bien. Siempre había un detalle que desatinaba. Es así como la forma de relacionarse con su hijo siempre estaba relacionada con la burla.

"Ponte bien esa capa pareces un degenerado", "Severus podrías por favor por una vez en tu vida comportarte como alguien educado", "Que demonios estas haciendo aquí, no tienes algo que estudiar o algo", "Sería que el señor delicado puede dejar de quejarse todo el tiempo, rasparte las rodillas no es una tragedia", " y vas a dejar que te traten así, yo no eduque a mi hijo para que se comporte como un mariquita cobarde", "Don delicado no le han enseñado que las cosas se hacen bien o no se hacen", "Magia, crees que eso es magia?", "si hubiera sabido que mi hijo era un idiota no hubiera perdido mi tiempo en engendrarlo".

De esta forma durante toda su niñez, Severus tuvo que enfrentar los insultos y burlas de su padre, pero como afortunadamente había heredado la inteligencia de su madre supo contrarrestar dichas situaciones con mucha habilidad. Sabia como responder a los insultos de forma que no despertase su ira, y hasta sabia que iba a decir en cada situación. Trataba de controlarse todo lo posible para no responderle con rabia de forma que el pudiera castigarlo, sin embargo en ocasiones su padre tocaba algún tema doloroso que hacia que el respondiera de forma agresiva.

Su madre sin embargo ante este tipo de burlas e insultos, no hacia gran cosa, parecía estar acostumbrada a ellos de forma natural.

Es así como Severus Snape aprendió que utilizando de forma inteligente las palabras podía herir o dominar a las personas. Aunque era un niño callado, podía según las circunstancias decir una frase hiriente y amenazadora con el fin de dominar a otros.

Ni su madre, ni su padre nunca le negaron nada material a Severus; muchas de las cosas que el pedía le eran concebidas, así llego a tener muchos juguetes, ropa y otros objetos. Sin embargo nunca recibió expresiones de afecto, era supremamente raro que su madre lo besara y que su padre lo felicitara. Esos momentos sentimentales solo eran permitidos en pocas ocasiones y con mucha reserva.

Una cosa era segura, de ese ambiente que muchos podrían llamar cohersitivo se gestaba una personalidad seria, ordenada y segura. Muchas de las cosas de las cuales el se valió en su vida adulta se consolidaron en interacción con su familia.

Severus siempre fue un niño callado y solitario. En la escuela primaria tenia pocos amigos y muchos le tenían recelo. Podía ser muy cruel cuando se lo proponía pero a la vez en ocasiones podía ser muy dulce. Le gustaban las cosas bien hechas, se disgustaba consigo mismo cuando no lograba lo que quería, y quería tantas cosas...

Pasaba su niñez en los terrenos contiguos a su residencia. Todo estaba lleno de árboles, arroyos, luz, naturaleza y vida. Los momentos mas felices de su infancia los paso entretenido explorando los terrenos, nadando en los lagos y sobretodo pescando. Severus disfrutaba en especial de esta actividad, pasaba horas sentado, esperando en silencio que picaran los peces. Muchos le tenían miedo al silencio, mas sin embargo él lo disfrutaba, había aprendido a escucharse a si mismo y estar cómodo con sus pensamientos.

A su padre poco le gustaba que pescase, según el era una labor de vagabundos y niños sin educación, mas sin embargo Severus no le hacia caso, en muchas ocasiones se escapo a hurtadillas de su casa con el fin de ir a pescar. Había fabricado una caña precariamente con una rama y el hilo transparente del costurero de su madre, y aunque su caña fuera poco practica siempre lograba atrapar un pez, y si era lo suficientemente grande lo llevaba a casa (con mucho cuidado de no ser descubierto) para que un elfo domestico se lo cocinase.

Otra de sus grandes pasiones era la lectura, paso mucho tiempo leyendo de todo un poco, conocía muchos temas y tenia una inclinación absurda hacia los temas mas complicados de entender. El saber muchas cosas lo hacía sentir superior a otros, en ocasiones pensaba que el resto de los niños eran unos pobres "imbeciles" al lado de él.

En casa existían muchos libros que él podía consultar, mas sin embargo había un área en la cual su padre le tenia prohibida su presencia. La explicación que daba era que el era muy pequeño para entender y manejar algunas materias que las entendería mejor cuando fuera mayor; (para leer de artes oscuras es necesario ser poco mas inteligente que el resto; decía); a Severus le fascinaba la idea de leer algo que el "resto" de los niños no entenderían. Severus trato de entrar varias veces a ese cuarto, pero era imposible la puerta estaba muy bien cerrada. Sin embargo un día descubrió que la mejor idea para entrar en esa biblioteca no era a través de la puerta sino por la ventana. Se hizo de muchas mañas para lograr entrar hasta que un día lo logró.

Al entrar en ese misterioso cuarto encontró muchos libros, que a primera vista eran muy extraños, tenían muchos títulos en realidad complicados, pero hubo un libro que le llamo mucho la atención: "Mil formas de defenderse y vengarse de sus enemigos: el manual de las mil maldiciones efectivas". Severus lo saco del estante, lo puso en su mochila y se lo llevo a su cuarto donde lo pudiera leer con tranquilidad. Salio por la ventana y lo escondió muy bien para que ninguno se diera cuenta que lo tenia.

Paso muchas noches leyendo este libro; el tema le apasionaba, era maravilloso la cantidad de maldiciones que existían, Habían unas inofensivas, pero habían otras que podían hacer mucho daño... hasta causar la muerte. Severus se puso en la tarea de memorizarlas, una a una y también comprenderlas. Se moría de las ganas de tener su varita para poder practicarlas, pero sin embargo no tenia la edad suficiente para hacerlo.