Capítulo II
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Un día llego una lechuza a la casa llevaba consigo una carta que decía que había sido aceptado en la escuela Hogwarts de Magia. Severus esperaba esa carta desde hace tiempo. En casa se habían manifestado sus poderes especialmente cuando estaba disgustado, sabia que era un mago igual que sus padres, pero le gustaba la idea de que se lo confirmaran..
A su madre no le gustaba mucho el hecho de que se fuera de la casa, consideraba que Hogwarts quedaba muy lejos, mas sin embargo su padre opinaba que seria una oportunidad perfecta para que su hijo aprendiera nuevas cosas. Por su parte Severus estaba feliz, le gustaba la idea de estar alejado de casa por un tiempo, lo único que en realidad lamentaba era que no podría volver a pescar...
Dos semanas antes de entrar a clases, su madre y el viajaron a través de polvos puff hacia el callejón Diagon. Snape se sorprendió de la cantidad de gente que concurría ese lugar, había magos de todo tipo, para él (aunque ya sabia muchas cosas), esto era nuevo. Había gran cantidad de estudiantes del colegio que iban a comprar sus útiles y muchos productos que el no sabia que existieran. En ese momento se dio cuenta que el tenia mucho que aprender, y que aunque sabia muchas cosas tenia que saber aún más, para ser un excelente mago.
Primero pararon a comprar su varita. Lo atendió un hombre extraño, quien después de ofrecerle muchas varitas al fin (después de cómo diez minutos) logro encontrar la que mas se le adecuaba: Roble 25 centímetros de pelo de unicornio. Para Severus era perfecta y hermosa dado que tenia un color negro muy elegante.
Continuaron sus compras y se adecuaron de pergaminos, plumas, tinta, materiales para pociones, los libros de primer año y los uniformes. Severus deseaba mucho una escoba mas sin embargo su madre no se la compro dado que como era de primer año no era permitido.
Su madre lo obligo a comprar una lechuza; a Severus no le gustaba la idea de tener animales, le molestaba la idea de tener que alimentarlos. Sin embargo su madre le dijo que las lechuzas podían cazar su propio alimento y que además ella no iba permitir que no tuviera una para comunicarse con ellos. Escogieron una mediana de color negro con tiznes blancos. Severus la llamo"splinter" porque parecía que tuviera espinas en su cuerpo.
Al fin el día había llegado, Severus tenia muchas expectativas de ingresar al colegio y por lo tanto estaba un poco nervioso. Sus padres lo acompañaron hasta la estación del tren para despedirse. Su madre fue amorosa pero su padre como de costumbre fue seco; lo único que le dijo fue "mas te vale que no me hagas quedar mal en el colegio", se despidió de forma tajante y se fue.
Estuvo callado todo el viaje en tren, veía como algunos niños, reían y hablaban alegremente; sin embargo el no era el tipo de persona que comenzara una conversación. Todo parecía tan irreal, él sentado en un vagón solo junto a un montón de ruidosos niños. Extrañaba un poco el silencio ...
Pasó un poco mas de dos horas y al fin ya cuando oscurecía llegaron a su destino. Severus estaba un poco nervioso al bajar del tren, había tanta gente que estaba un poco confundido; fue en ese momento que oyó un llamado "los de primer año, vamos chicos reúnanse todos aquí no sean tímidos y síganme..". La persona que los convocaba era enorme, y tenia la apariencia física de un hombre desaliñado, con un barba devuelta y el pelo hecho un desastre. Severus pensó que si hubiera estado su madre ahí hubiera cogido a ese desconocido, lo hubiera mandado a bañar y le cortaría el pelo.
El hombre los guió hasta un lago. Severus se emociono pensando que talvez en alguna ocasión podría escaparse a pescar, pero se desilusiono al ver que el lago quedaba fuera de los muros del colegio. Se subieron a una barca y navegaron hasta la otra orilla. La vista era espectacular! El colosal castillo se veía imponente!, Severus se emociono aún más, se dio cuenta que esto era otra etapa de su vida.
Al llegar al otro lado, caminaron un poco hasta una gran entrada, y tras atravesar la puerta, una mujer con cara dura los esperaba. Les pidió que esperaran un momento mientras estaba todo listo para la ceremonia de selección de las casas. Severus había oído acerca de esa ceremonia, su padre y su abuelo habían pertenecido a Slytherin; deseaba pertenecer a esta casa para que su padre se complaciera. La mujer, quien se hizo llamar la profesora McGonagall desapareció tras una puerta, y fue en ese momento que sucedió ...
Dos niños que jugueteaban detrás de él hicieron un movimiento brusco que hizo que el cayera al suelo. Severus no soportaba que lo tocaran y menos que lo empujaran. Se lleno de rabia y se levanto rápidamente a ver sus agresores. Se encontró con dos niños con cara de asustados, quienes mostraban señas de no haber querido que aquello sucediera. Sin embargo Severus estaba furioso, y les envió una mirada fulminante.
- Estas bien?. Dijo uno de ellos
- Disculpa, no queríamos empujarte. Agrego el otro chico con gafas, ofreciéndole la mano.
Severus seguía mirándolos con rabia y agrego (rechazando la mano del segundo). "porque no se fijan en lo que hacen par de entupidos, no sabia que Hogwarts aceptara deficientes mentales, si vuelven hacer esto le juro que les mandare una maldición que los dejara en cama tres días". Los dos niños lo miraron con sorpresa, y uno de ellos agrego mirando al otro:
- Vámonos James, dejemos que este idiota que pelee solo!
Los dos niños se alejaron, los demás que habían visto lo sucedido solamente murmuraban. En ese momento se le acerco un chico; tenia el pelo negro y corto, unos ojos azules expresivos, que contrastaban con el largo de su cara. Con tono amigable le dijo:
- Hola, mi nombre es Evan, Evan Rosier ( y le ofreció la mano), creo que les haz dado un susto a esos dos bobos!
- Si es cierto, dijo Severus aceptando el saludo.
- ¿lo que dijiste de las maldiciones es cierto?
- Claro que sí, conozco muchas y no tengo miedo de utilizarlas si me provocan, dijo con arrogancia.
- Que bien, mi padre dice que las maldiciones son la mejor parte de la magia!
Severus sonrió, a fin había encontrado a alguien que le gustara el mismo tema. En ese momento volvió la profesora McGonagall, y entraron al gran salón todos los de primer año. Mientras pasaban cada uno de los alumnos hasta la prueba del sombrero se dio cuenta, quienes eran los que lo habían empujado; el primero que paso de los dos, era un tal Sirius Black, era un niño de pelo oscuro y ojos castaños, a quien Severus catalogo como un completo idiota en su cabeza, el otro chico flaco y con gafas, era un tal James Potter, Severus lo miro fijamente, no sabía lo que le pasaba pero no le gustaba, sentía de forma inexplicable que era una amenaza para él. Ambos individuos quedaron en la casa de Gryffindor; Severus deseo no quedar en esa casa.
Al fin llegaron a su nombre; la profesora McGonagall pronuncio "Severus Snape" y el paso adelante se sentó en la butaca (estaba un poco asustado), el sombrero seleccionador se quedo callado unos segundos largos y después pronuncio con elocuencia "Slytherin". Severus sintió una gran alegría, paso feliz a la mesa de su casa donde sus compañeros lo recibieron con aplausos. Afortunadamente Rosier también había quedado en la misma casa.
Desde la mesa en donde sirvieron el gran banquete (el cual estaba delicioso), Severus vio con mas detenimiento a un hombre viejo, con barbas largas que según parecía compartía alegremente con el resto de los profesores. Severus lo vio y comprendió enseguida que se trataba del Director; el profesor Dumbledore; del cual había leído algo, en uno de los innumerables libros de la biblioteca. Le pareció que era un hombre "extraño", Severus no pudo explicarse porque, pero así era..
Mientras estaba en la mesa, pudo conocer algunos de sus compañeros. El y Rosier compaginaron desde el primer momento, cada día se convertían en muy buenos amigos. Evan tenia una personalidad decidida, era inteligente y tenia la habilidad de encontrar soluciones a la mayoría de los problemas con un poco de pericia. Severus noto que era un hombre de extremos dado que cuando decidía hacer algo usualmente siempre lo lograba no importando lo que tuviera que pasar.
Junto a Evan, Severus conoció a muchos otros de slytherin, poco a poco se dio cuenta que en el interior de la casa los Slytherin eran muy unidos, y lo comprendió mas cuando se percato que el resto de las casas les tenían cierto recelo; el ser un slytherin en Hogwarts tenia muchos significados, unos positivos y otros negativos; desafortunadamente para la mayoría de los alumnos el ser un slytherin implicaba ser un "tramposo mala clase", pero todos los slytherianos sabían que muchas veces los juzgaban sin conocerlos. Sin embargo también pudo observar que esas creencias en torno a su casa podían ser utilizadas a favor de ellos mismos; no muchos querían enfrentar a un slytherin. Para su concepto estaba en la mejor casa dado que los amigos que consiguió ahí no eran en si ningunos idiotas, al contrario sabían lo que querían y eso para Snape era muy importante.
Otra cosa importante que se percato enseguida es que los Griffindor siempre han estado y siempre estarán en competencia constante con Slytherin. Los alumnos de Griffindor mas que los de otras casas, eran los que estaban en constante pelea con su casa. En las salas comunes siempre se decía irónicamente:
"pobres Griffindor, pueden ser muy valientes pero nada de lo que hagan puede quitarles lo entupidos", ó "Saben ya comprendo porque los Griffindor son tan valientes y siempre tratan de ser mejores, es porque siempre los esclavos tratan de relevarse ante sus amos".
Esas afirmaciones siempre estaban seguidas de risas.
