Capítulo 7
Cuando llegó a casa, Serena ya estaba allí. Después de que la muchacha despertara, Nephlite le había pedido que le ayudara y ella había hecho lo mismo que el día anterior hizo con Jedite, transformando a Nephlite en un general al servicio de la Luna.
Antes de que Sammy pudiera abordar el tema, su madre les llamó a comer. Como sus padres sabían de que iba la historia, Sammy decidió sacar partido de la situación y abordó el tema del Cristal de Plata en medio de la comida.
"Serena, ¿por qué no nos dijiste que tenías el Cristal de Plata?"
Todo el mundo dejó de comer al instante y se giró a mirar a Serena, que también ha bajado sus palillos. "No es de vuestra incumbencia."
Sammy frunció el cejo. "Claro que sí, lo necesitamos para ganar a la Negavers."
Serena le miró con un aire un tanto burlón. "¿Y se puede saber quién lo utilizaría?"
"Supongo que Serenity. Quiero que me lo des para que se lo pueda dar mañana."
La expresión de Serena se hizo gélida. "No."
Irene decidió intervenir. "Serena, esto no es un juego, dale el Cristal a tu hermano para que pueda salvar el mundo."
Serena ni tan siquiera se dignó a mirarla. "He dicho que no."
Su padre miró a la obstinada chica enojado. "Serena, tu no haces nada con él, y los guerreros pueden salvar al mundo."
Sin querer, Serena dejó escapar una carcajada. "No digas tonterías papá, estos guerreros por ahora no serían capaces de ganar ni a una mosca."
Sammy se puso de pie de golpe, tenía la cara roja por el enfado. "¡Cómo te atreves! Ayer arriesgamos nuestra vida y tu estuviste escondida todo el rato."
Serena ni se inmutó. "Por lo que recuerdo, vuestra vida no estuvo en peligro. Ese youma aún era peor que vosotros."
"¿Ese qué?"
Sammy ahora estaba mirando sorprendido a su hermana, esta suspiró y replicó. "Youma, ¿es que ni siquiera sabéis como se llaman vuestros enemigos?"
Sammy la miró enfurruñado. "Lo sabríamos si nos lo hubieras contado."
Serena volvió a sentarse en la silla de donde se había levantado cuando había empezado la discusión. Con voz tranquila, empezó a hablar, preguntándose cuanto le podía contar a su hermano sin que este sospechara nada. "Vuestros enemigos actuales, son los del reino de la Oscuridad. El ser más poderoso en esa organización es Metalia, este no tiene cuerpo y la Negavers se dedica a reunir energía para devolverle la vida. La reina Beryl es la que transmite las órdenes directas a los generales y estos son los que manejan a los youmas."
Sammy, imitando a su hermana, se sentó. "¿Cómo podemos vencerlos?"
Serena le miró intensamente. "A los youmas y a los generales podéis ganarlos con vuestros poderes. Para ganar a Metalia necesitaréis el Cristal de Plata."
"Dánoslo."
"No."
Su padre, viendo que la chica no pensaba hacer lo que su hermano le pedía, volvió a intervenir. "Serena dáselo. Es una orden."
La expresión de Serena se volvió gélida de nuevo. "Tú no estás en condiciones de darme órdenes papá."
"Soy tu padre!"
La obstinada chica sacudió la cabeza en señal de negación. "Si tratamos de temas como del Cristal de Plata no lo eres"
Ken la miró sorprendido. "¿Qué quiere decir?"
"Exactamente lo que he dicho, en estos temas mi padre es Apolo y que yo sepa está muerto." Ken y Irene se miraron confundidos mientras Sammy continuaba la discusión con su hermana.
"Dámelo."
"¿Estás sordo? He dicho que no."
"¿Por qué?"
"Porque no estáis preparados para tenerlo."
Sin poder evitarlo, Sammy volvió a levantarse. "Tu no tienes ningún derecho a tenerlo."
Serena entrecerró los ojos, estaba empezando a perder la paciencia. "Yo soy su guardiana. Sammy, cuando Serenity recuerde quién es, le daré el Cristal de Plata, solo se lo puedo dar a ella."
El silenció reinó en la habitación durante unos momentos, y fue la tímida voz del muchacho quien lo rompió. "¿Tu sabes quién es?"
"Por supuesto que lo sé." Serena sonrió tristemente. "Sammy, hay tantas cosas que aún te faltan por conocer de las guerreros, de su pasado sobretodo. Cuando estéis en condiciones os daré el Cristal."
Sammy miró a su hermana con angustia. "¿Pero y si para entonces la Negavers nos ha dominado?"
La sonrisa de Serena se borró, y sus ojos azules brillaron con determinación "Mientras yo esté aquí, esto no pasará."
"¿Cómo puedes estar tan segura?"
"Porque yo puedo utilizar el Cristal de Plata, y aunque si utilizo todo su poder moriré, estoy más que dispuesta a hacerlo para salvar la Tierra. No sería la primera vez. Ahora, cambiando de tema, puesto que sabes que sé cosas sobre los guerreros déjame darte algunos consejos. Primero y más importante, nunca, nunca utilices tu poder como guerrero Saturno. Si lo utilizaras destruirías todo este sistema Solar." Sammy palideció ante estas palabras, pero Serena continuó hablando con total tranquilidad. "Tu naturaleza de Saturno te permite curar a la gente de heridas físicas poco importantes sin necesidad de estar transformado, con la transformación este poder crece, en una lucha puedes ayudar a tus compañeros creando una barrera protectora diciendo Silence Block."
"¿Cómo sabes todo esto?"
"Eso solo es asunto mío, si ahora me disculpáis ya no tengo hambre."
Antes de que nadie pudiera replicar, Serena se levantó y salió de la cocina. De allí se dirigió a su habitación donde se dejó caer en la cama agotada.
Al día siguiente por la tarde, los guerreros se reunieron en el Templo, allí Sammy les contó lo que le había dicho Serena el día anterior. Serenity empezó a hablar cuando el chico hubo terminado.
"Por lo que has dicho, Serena se considera la guardiana del Cristal de Plata, y solo me lo puede dar a mí, pero primero debo saber quién soy."
Ken la miró un poco sorprendido. "Eso no debería ser tan difícil, tú eres Serenity. ¿Qué más deberías saber?"
Serenity se encogió de hombros ligeramente. "No lo sé. Pero según Serena debo ser alguien especial." Chad la miró seriamente. "¿Y si fueras a preguntarle quién eres?"
"Dudo que me lo dijera. Por otra parte está esa Metalia, y esa reina Beryl, por alguna razón, ese nombre me resulta familiar."
Antes de que nadie pudiera continuar, apareció un portal ante ellos. Sorprendidos los chicos vieron como de él aparecía una mujer vestida de guerrero. En sus brazos llevaba una niña con el pelo rosa y grandes ojos rojos. Jonatan fue el primero en reaccionar, de un salto se levantó mientras el portal desaparecía detrás de la extraña guerrero.
"¿Quién eres?"
La guerrero lo miró durante unos instantes antes de contestar en voz suave y tranquila. "Yo soy guerrero Plutón, la guerrero del Tiempo."
Serenity avanzó unos pasos. "¿Qué haces aquí Plutón?"
"La Tierra está en peligro, he venido aquí para ayudaros. ¿Alguien puede avisar a Serena?"
A/N: Muchas gracias por vuestros reviews.
Cuando llegó a casa, Serena ya estaba allí. Después de que la muchacha despertara, Nephlite le había pedido que le ayudara y ella había hecho lo mismo que el día anterior hizo con Jedite, transformando a Nephlite en un general al servicio de la Luna.
Antes de que Sammy pudiera abordar el tema, su madre les llamó a comer. Como sus padres sabían de que iba la historia, Sammy decidió sacar partido de la situación y abordó el tema del Cristal de Plata en medio de la comida.
"Serena, ¿por qué no nos dijiste que tenías el Cristal de Plata?"
Todo el mundo dejó de comer al instante y se giró a mirar a Serena, que también ha bajado sus palillos. "No es de vuestra incumbencia."
Sammy frunció el cejo. "Claro que sí, lo necesitamos para ganar a la Negavers."
Serena le miró con un aire un tanto burlón. "¿Y se puede saber quién lo utilizaría?"
"Supongo que Serenity. Quiero que me lo des para que se lo pueda dar mañana."
La expresión de Serena se hizo gélida. "No."
Irene decidió intervenir. "Serena, esto no es un juego, dale el Cristal a tu hermano para que pueda salvar el mundo."
Serena ni tan siquiera se dignó a mirarla. "He dicho que no."
Su padre miró a la obstinada chica enojado. "Serena, tu no haces nada con él, y los guerreros pueden salvar al mundo."
Sin querer, Serena dejó escapar una carcajada. "No digas tonterías papá, estos guerreros por ahora no serían capaces de ganar ni a una mosca."
Sammy se puso de pie de golpe, tenía la cara roja por el enfado. "¡Cómo te atreves! Ayer arriesgamos nuestra vida y tu estuviste escondida todo el rato."
Serena ni se inmutó. "Por lo que recuerdo, vuestra vida no estuvo en peligro. Ese youma aún era peor que vosotros."
"¿Ese qué?"
Sammy ahora estaba mirando sorprendido a su hermana, esta suspiró y replicó. "Youma, ¿es que ni siquiera sabéis como se llaman vuestros enemigos?"
Sammy la miró enfurruñado. "Lo sabríamos si nos lo hubieras contado."
Serena volvió a sentarse en la silla de donde se había levantado cuando había empezado la discusión. Con voz tranquila, empezó a hablar, preguntándose cuanto le podía contar a su hermano sin que este sospechara nada. "Vuestros enemigos actuales, son los del reino de la Oscuridad. El ser más poderoso en esa organización es Metalia, este no tiene cuerpo y la Negavers se dedica a reunir energía para devolverle la vida. La reina Beryl es la que transmite las órdenes directas a los generales y estos son los que manejan a los youmas."
Sammy, imitando a su hermana, se sentó. "¿Cómo podemos vencerlos?"
Serena le miró intensamente. "A los youmas y a los generales podéis ganarlos con vuestros poderes. Para ganar a Metalia necesitaréis el Cristal de Plata."
"Dánoslo."
"No."
Su padre, viendo que la chica no pensaba hacer lo que su hermano le pedía, volvió a intervenir. "Serena dáselo. Es una orden."
La expresión de Serena se volvió gélida de nuevo. "Tú no estás en condiciones de darme órdenes papá."
"Soy tu padre!"
La obstinada chica sacudió la cabeza en señal de negación. "Si tratamos de temas como del Cristal de Plata no lo eres"
Ken la miró sorprendido. "¿Qué quiere decir?"
"Exactamente lo que he dicho, en estos temas mi padre es Apolo y que yo sepa está muerto." Ken y Irene se miraron confundidos mientras Sammy continuaba la discusión con su hermana.
"Dámelo."
"¿Estás sordo? He dicho que no."
"¿Por qué?"
"Porque no estáis preparados para tenerlo."
Sin poder evitarlo, Sammy volvió a levantarse. "Tu no tienes ningún derecho a tenerlo."
Serena entrecerró los ojos, estaba empezando a perder la paciencia. "Yo soy su guardiana. Sammy, cuando Serenity recuerde quién es, le daré el Cristal de Plata, solo se lo puedo dar a ella."
El silenció reinó en la habitación durante unos momentos, y fue la tímida voz del muchacho quien lo rompió. "¿Tu sabes quién es?"
"Por supuesto que lo sé." Serena sonrió tristemente. "Sammy, hay tantas cosas que aún te faltan por conocer de las guerreros, de su pasado sobretodo. Cuando estéis en condiciones os daré el Cristal."
Sammy miró a su hermana con angustia. "¿Pero y si para entonces la Negavers nos ha dominado?"
La sonrisa de Serena se borró, y sus ojos azules brillaron con determinación "Mientras yo esté aquí, esto no pasará."
"¿Cómo puedes estar tan segura?"
"Porque yo puedo utilizar el Cristal de Plata, y aunque si utilizo todo su poder moriré, estoy más que dispuesta a hacerlo para salvar la Tierra. No sería la primera vez. Ahora, cambiando de tema, puesto que sabes que sé cosas sobre los guerreros déjame darte algunos consejos. Primero y más importante, nunca, nunca utilices tu poder como guerrero Saturno. Si lo utilizaras destruirías todo este sistema Solar." Sammy palideció ante estas palabras, pero Serena continuó hablando con total tranquilidad. "Tu naturaleza de Saturno te permite curar a la gente de heridas físicas poco importantes sin necesidad de estar transformado, con la transformación este poder crece, en una lucha puedes ayudar a tus compañeros creando una barrera protectora diciendo Silence Block."
"¿Cómo sabes todo esto?"
"Eso solo es asunto mío, si ahora me disculpáis ya no tengo hambre."
Antes de que nadie pudiera replicar, Serena se levantó y salió de la cocina. De allí se dirigió a su habitación donde se dejó caer en la cama agotada.
Al día siguiente por la tarde, los guerreros se reunieron en el Templo, allí Sammy les contó lo que le había dicho Serena el día anterior. Serenity empezó a hablar cuando el chico hubo terminado.
"Por lo que has dicho, Serena se considera la guardiana del Cristal de Plata, y solo me lo puede dar a mí, pero primero debo saber quién soy."
Ken la miró un poco sorprendido. "Eso no debería ser tan difícil, tú eres Serenity. ¿Qué más deberías saber?"
Serenity se encogió de hombros ligeramente. "No lo sé. Pero según Serena debo ser alguien especial." Chad la miró seriamente. "¿Y si fueras a preguntarle quién eres?"
"Dudo que me lo dijera. Por otra parte está esa Metalia, y esa reina Beryl, por alguna razón, ese nombre me resulta familiar."
Antes de que nadie pudiera continuar, apareció un portal ante ellos. Sorprendidos los chicos vieron como de él aparecía una mujer vestida de guerrero. En sus brazos llevaba una niña con el pelo rosa y grandes ojos rojos. Jonatan fue el primero en reaccionar, de un salto se levantó mientras el portal desaparecía detrás de la extraña guerrero.
"¿Quién eres?"
La guerrero lo miró durante unos instantes antes de contestar en voz suave y tranquila. "Yo soy guerrero Plutón, la guerrero del Tiempo."
Serenity avanzó unos pasos. "¿Qué haces aquí Plutón?"
"La Tierra está en peligro, he venido aquí para ayudaros. ¿Alguien puede avisar a Serena?"
A/N: Muchas gracias por vuestros reviews.
