Capitulo XVI

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Era una mañana muy fría de esas en que la niebla es espesa y se puede cortar con un cuchillo. Severus aún dormía cuando de pronto escucho un golpe fuerte en la puerta, se levanto sobresaltado; y un poco somnoliento se fue a mirar quien tocaba. Abrió la puerta y encontró a Rosier con una cara de eminente preocupación. Inmediatamente lo invito a pasar.

- Evan que pasa? Que ha ocurrido? Por que vienes a esta hora.. te están siguiendo?- dijo Severus pensando de que de pronto venia siendo perseguido por algún Auron.

- No, nadie me ha seguido Sev, tengo que hablar con tigo.. en cuanto lo supe vine a verte- prosiguió Evan un poco agitado

- Pero que pasa?- pregunto Severus como temiendo escuchar la respuesta.

- Severus es mejor que te sientes, tenemos que hablar- prosiguió Evan agitado.

Severus se sentó en la pequeña sala de su apartamento, y de igual forma Evan quien estaba en realidad muy ofuscado, Severus no comprendía la magnitud del suceso..

- Severus ha ocurrido algo terrible, algo que debes saber – Dijo de nuevo Evan como tratando de explicarse.

- HOMBRE QUE PASA?- Dijo Severus quien estaba a punto de estallar.

- Severus, ha muerto, ha muerto lo siento mucho- Dijo Evan agitado

- Quien a muerto Evan?, no se de que me estas hablando- dijo Severus desesperado por no entender.

- .... Florence, Severus... ella esta muerta.

Severus no pudo hablar, ni preguntar nada en ese momento; sentía como si le atravesaran el corazón y los intestinos con una daga envenenada; palideció su rostro y como si no creyera lo que le acababan de decir, se quedo callado paralizado por un minuto o dos. Miraba a Evan, su expresión de angustia lo decía todo; él no le mentiría en algo tan serio, pero en su interior no podía creer lo que decían sus palabras. Después de un tiempo lo único que pudo pronunciar fue un "Como?"; y fue cuando Rosier de forma calmada le comenzó a explicar.

Parece ser que Florence hacia parte hace algunos años de un grupo de magos del ministerio que recibían información secreta de otros países del mundo acerca de avances mágicos en términos de defensa. Como ella trabajo en la embajada del ministerio en Norteamérica esto era entendible. Parece ser que ella no ocupaba un alto rango, era solo una simple secretaria, pero por medio de ella pasaba mucha información. Por ese tipo de información fue que ella había identificado la marca tenebrosa en el brazo de Severus. Florence se había salido de la organización tiempo después, y fue ahí cuando regreso a Inglaterra. El señor tenebroso la identifico como portadora de información relevante, pero no la había podido localizar pues no sabia exactamente quien era; Así que durante todos estos años estuvo moviendo diferentes tipos de contactos para establecer su paradero; no le fue muy fácil localizarla porque la resistencia la estaba cuidando, pero algo salio mal y Voldemort la tuvo en su poder, la torturo y después de sacarle alguna información la dejo morir. Evan estaba haciendo otro tipo de misión y llego a infórmale los resultados a su amo, cuando entro a donde el estaba encontró el cuerpo de Florence inerte sobre el suelo.

Severus había escuchado la historia en silencio, mientras Evan le narraba lo sucedido, y especialmente en el momento que le narro su muerte no pudo evitar que de sus ojos salieran lagrimas llenas de tristeza y melancolía. En ese momento salio una pregunta que parecía lógica pero para Severus no lo era.

- El señor tenebroso fue el que lo hizo?

- Si, Severus, personalmente se encargo de ella.

- Y tu crees que el sepa lo de nosotros?

- No, Sev, si lo hubiera sabido te hubiera utilizado a ti para llegar a ella

- Vas a contarle?- pregunto Severus con seriedad

- No Severus, yo nunca te haría eso; tu eres como mi hermano- Dijo Evan en su usual tono Fraterno.

Severus parecía no poder preguntar mas cosas, pero aún así lo hizo

- y su cuerpo?

- Lo abandonaron en una vía, ya lo encontró la gente del ministerio, no se cuando será el entierro ....

No podía creer lo que estaba oyendo, tampoco podía expresar lo que estaba sintiendo, fue como un rayo, un rayo de esos que parten en dos a las personas y las dejan vivas. Estaba confundido, no podía pensar con claridad, agradeció en silencio a Evan por avisarle, por tenerle confianza, por no traicionarlo, por estar siempre a su lado, por ser su amigo. Este estaba preocupado por él, pero Severus le pidió que lo dejara solo, que necesitaba pensar, que prescindía del silencio, ese silencio que siempre lo había acompañado, y que a veces era su mejor consejero. Pero aunque Evan ya se había marchado; Severus no podía comprender, no podía darle explicación a la muerte, no podía pasar por alto la ofensa.

Los dos días que le siguieron fueron eternos; no fue capaz de ir a trabajar, mando una lechuza diciendo que estaba enfermo. Se encerró en su cuarto y se le olvido dormir, deseaba al mismo tiempo que se le olvidara respirar pero eso no sucedió.

Fue así como llego ese día, se miro al espejo antes de partir, y vio un rostro transformado, no era la misma imagen que había observado en un cristal el día del baile de despedida; recordó las palabras de Florence "te haz convertido en un mounstro"; y alejo la mirada del espejo. Se vistió de forma elegante, siempre de negro, solo que hoy ese color expresaba el estado de su alma; hoy seria el día de su última cita con la mujer que había amado tanto.

Salio temprano; y llego a una pradera llena de tumbas: Miro a su alrededor y vislumbro un grupo de personas que se amontonaban al lado de una hendidura en la tierra. No se acerco, no quiso hacerlo, se alejo lo suficiente para ver lo que ocurría a la distancia. Las personas que estaban ahí reunidas estaban de luto, sus caras mostraban tristeza y amargura. Vio de lejos a alguien que conocía, una mujer que lo invito a tomar té en una cabaña al sur de Inglaterra: la madre de Florence, estaba transformada, su cara era la expresión del dolor hecho carne, lloraba sin consuelo , y en un cajón, estaba ella, la misma chica coqueta que le había pegado con una bola de nieve, que se deleitaba con sus regalos y quien en una noche de verano le entregara su cuerpo.

Justo después del servicio, arrecio una tormenta, el agua caía como si el cielo estuviera protestando por la injusticia de la muerte. Los dolientes se fueron alejando; pero Severus no, el se acerco a la tumba de quien un día le permitiera un beso. Su postura lo decía todo, sus hombros estaban inclinados hacia delante, y su cabeza baja miraban hacia un punto en el suelo. Parecía no importar que estuviera lloviendo, el agua recorría su cuerpo frió y se posaba de nuevo en el suelo. Pero este Severus no se movía.

Tenia los pensamientos revueltos, una cosa llevaba a la otra; todo parecía ser muy confuso. Las escenas pasaban por su cabeza en desorden y los sentimientos estaban cargados muchas emociones. Si solamente todo hubiera sido distinto, si tuviera el poder de cambiar las cosas ya sucedidas, hubiera hecho cualquier cosa ... cualquier cosa; no hubiera importado el precio.

Pero ya no era posible; la mujer que amaba estaba en esa tumba. Sí no podía negar que la amaba; fuera lo que fuera que hubiera ocurrido en el pasado la quería y no podía creer que algo tan hermoso como su rostro ya no existiera. Pensó en los momentos que pasaron juntos, la inocencia de su primer amor y como ese cariño evolucionó hasta convertirse carne; esa carne que no alcanzo a conocer la vida y que muriera momentos antes de su nacimiento; ese hijo que el deseo conocer pero que el destino se lo quitara.

Sentía que ella lo observaba, que podía ver que estaba arrepentido, que podía percibir el dolor que había dejado su ausencia. Quería decirle que él no sabia que ella era una de las miras del señor tenebroso. Que si lo hubiera sabido hubiera dado su vida para salvarla; deseaba decirle que él no se había convertido en un mounstro, solo que había cambiado; pero que él no era el tipo de persona que mataría a sangre fría a un inocente.

No pudo evitar llorar ante el sepulcro, sus lagrimas corrían y se mezclaban con la lluvia. Sus pensamientos estaban entrecruzados; se sentía tan miserable, tan poca cosa, su orgullo había desaparecido y también sus ganas de vivir. Se quedo ahí por mucho tiempo, y parecía que la lluvia no terminaba, no se había dado cuenta que alguien detrás de él lo acompañaba en silencio.

La persona que estaba a su lado lo acompañaba; no hizo ningún sonido como respetando ese momento, esa despedida. Sin embargo llegó un instante en que se dio cuenta que Severus tenia que irse, tenia que dejarla atrás, y comenzar de nuevo. Así que se acerco mas a él y puso su mano en su hombro.

Severus volteo levemente el rostro para encontrarse con la persona que estaba a su lado; lo miro con sus ojos llenos de lagrimas, y dirigió su mirada de nuevo hacia la tumba. El profesor Dumbledore le toco amistosamente la espalda y le dijo en tono comprensivo: "Severus es mejor que nos vallamos, seguramente a ella no le gustaría que tu te derrumbaras tan fácilmente, seguramente ella quería que tu salieras adelante". Severus lo miro de nuevo, parecía no poder omitir palabras. El profesor Dumbledore le dio uno pequeños golpecitos en la espalda y lo invito a dar media vuelta y a dejar el cementerio.

Caminaron juntos y en silencio durante un rato. El profesor Dumbledore le pregunto si quería hablar. Severus simplemente lo miró como perdido pero no le dijo nada. Entonces el anciano saco de su saco un pequeño objeto: era un traslador se lo mostró y él sin decir nada puso su mano encima del objeto que los llevo hacia otro sitio.

No sabia donde estaba, pero en realidad en ese momento no le importaba, sabía que Dumbledore era el jefe de la resistencia, sabía que el tenia el poder de entregarlo a los aurores y condenar su vida a un eterno suplicio, pero no le importaba; solo quería estar en silencio.

Llegaron a una cabaña, en su interior ardía el fuego agradablemente, se sentaron cerca de las llamas a secar la humedad de la lluvia. Severus seguía ensimismado, pero no tenia miedo; el profesor Dumbledore siempre le irradió confianza, sabia como hablarle, como llegar a él; desde el primer momento que lo cito a su oficina supo ganarse su respeto. El profesor se alejo un poco, colgó su capa húmeda y se ofreció a colgar la de Severus; Severus se la quito y se la entrego. Había mucho silencio, pero el profesor comprendió que en su interior él estaba gritando; sabia que él no era de los hombres que expresaban lo que sentían fácilmente. Se sentó de nuevo a su lado y comenzó a hablar:

"Severus, sabes .. la vida se comporta en muchas ocasiones de forma extraña, sé que en estos años tu no la haz pasado bien, ya no eres el mismo muchacho joven que conocí en el colegio; haz cambiado .. sí, algunos de esos cambios han sido negativos, pero otros Severus te han enriquecido enormemente, sé que en estos años haz servido a Lord Voldemort, pensando que de pronto estabas en el lado correcto de la moneda, pero también sé que poco a poco haz abierto los ojos a la realidad, y que ahora sabes que te haz equivocado; no se si lo recuerdes pero en una ocasión yo te dije que el verdadero valor estaba en saber enfrentar las situaciones con paciencia y coraje aunque uno haya errado, y tengo la seguridad Severus que tú estas comenzando a encontrar ese valor, ese valor que siempre pensé que estaba dentro de ti, dentro de tu alma; siempre fuiste un chico valiente, nunca te dio miedo enfrentar a las otras personas; las cosas que hacías siempre eran de frente, no te importaba lo que pensaran de ti, solamente eras tú Severus; las personas sabían que esperar de ti, y por eso confié en ti cuando te pedí que no contaras lo que había pasado la noche en que Potter y tú se metieron en el túnel que conducía a donde Lupin pasaba sus transformaciones; y tú Severus, respondiste a mi confianza. Nunca olvidare que tu pudiste haberlo dicho, pero no lo hiciste; porque muy dentro de ti sabias que era lo correcto.

Pero ahora las cosas han cambiado verdad ... (Cuando dijo esto Severus lo miro a los ojos), creo que sientes que ahora no puedes hacer nada para cambiar todo lo que ha sucedido; pero Severus yo estoy seguro que no es así, aunque no lo creas, ahora hay mas cosas que nos unen que aquellas que nos separan; tú puedes tener todavía esa marca en el brazo pero aquella que abrazaba tu corazón se ha borrado; sé que no eres un mal hombre, tengo la seguridad de que eres diferente a los otros que siguen al señor tenebroso. La muerte de Florence y la de muchos otros no puede quedar en vano Severus; y se que tu no quieres que quede así; por eso Severus necesito de tu ayuda, requiero que me tengas confianza y me ayudes a combatir al hombre que te ha quitado tanto ... no tienes que darme una respuesta ahora, píenselo y luego me dices ..."

Severus había escuchado todo eso con atención, y dentro de su ser sintió una rabia una rabia infinita por aquel hombre que le había quitado todo; no solo le quito a Florence sino también la posibilidad de vivir con ella y de ser feliz; le quito también sus amigos; las personas a las cuales había tenido tanta confianza en el pasado ahora se habían convertido en una masa de hombres sin rumbo, sin esperanza, ansiosos por el poder que nunca les llegará; le cuarto también su alma, al meter ideas de soberanía y grandeza en su corazón, le impidió crecer como persona y decidir sobre la vida que le tocaba seguir..

Pensó en Florence, en el hijo que nunca vio la vida, en el joven quien murió frente a sus ojos, en las personas que sabia que habían desaparecido, en la sangre que se había derramado por una ridícula ansia de poder.

No lo soporto mas... tenia que hacer algo, por Florence y por los otros inocentes que murieron a manos de la maldad, la zozobra y el terror; se prometió a sí mismo hacer algo, algo que compensara los años de seguimiento ciego a ese gobernante insano; daría su vida si fuera necesario, no le importaba morir con tal de compensar sus fallas, y darle un sentido a su existencia.

Su cara ya no reflejaba la tristeza y la agonía que tenia hace unas horas. Su rostro tenia una expresión de seguridad, de rabia y de conviccición, y después de oír las sabias palabras de Dumbledore, musito una sola pregunta:

"¿que tengo que hacer?"

Fue así como comenzó todo, Dumbledore le encargo que fuera su espía, su confidente, que tuviera los ojos y los oídos bien abiertos; que lo ayudara a evitar mas muertes y agonía ... que le avisara algún cambio, que estuviera a su servicio.

Y Severus Snape hizo eso y mucho mas, entrego su vida a la causa; ya tenia un motivo para vivir, ya podía pensar en una meta cada mañana; hizo muchas cosas que evitaron dolor, le dio una oportunidad a otros de ver el sol cada mañana. Hubo un sin número de veces en las cuales casi lo descubren, tuvo que enfrentarse al señor tenebroso y aprender a manipular la información; utilizo la magia magistralmente en muchas ocasiones; su labor era perfecta y el profesor Dumbledore se daba cuenta de eso.

Fue así como una noche llego la noticia; el Señor Tenebroso había desaparecido; fue atacar a los Potter y misteriosamente después de matarlos, no pudo asesinar a su pequeño hijo: "Harry", se desintegro él mismo. Severus pensó en James Potter, todavía detestaba pensar en él, todavía recordaba las emociones tan desagradables que le causaba, pero aún así le debía la vida y tendría que trabajar mucho para devolverle el favor.

Y mientras algunos magos celebraban la muerte del señor tenebroso, otros a su vez estaban asustados; los del viejo grupo se dispersaron, otros huyeron y muchos otros fueron capturados.

Severus nunca olvidará la ultima vez que vio a Evan, el amigo que lo había acompañado durante tanto tiempo; habían pasado ya dos semanas después de la noticia y llego Rosier esa noche a su puerta; estaba pálido, el color de sus ojos se había opacado, sabia que estaba en peligro, sabía que iba a morir. Se sentó con Severus en la sala y bebieron una copa juntos, hablaron de las vueltas que daba la vida, de los viejos tiempos, y levemente Severus noto que estaba llorando. Lo miro a los ojos y le dijo "Evan podemos solucionarlo", y el esbozó una leve sonrisa y dijo "No, Sev ya esto no tiene solución, yo escogí jugar este juego y perdí, ahora solo me toca esperar lo que me depare el destino"; se paró para despedirse, y en ese momento le dio un abrazo a Severus; fue un abrazo de hermanos, de amigos, como el que nunca recibiría él de ningún otro; ambos sabían que no se volverían a ver. Salio por la puerta y tres semanas después le llegaría la muerte; lucho hasta el final ante un grupo de aurones que lo acorralaban.

Severus había cumplido con su parte, había ayudado a truncar las maniobras del señor tenebroso; pero este era el final; el señor tenebroso se había ido, y con el también los que en un tiempo llamo amigos; ya podía descansar, pero se había quedado de nuevo solo.... Fue en ese momento que llego el profesor Dumbledore y le propuso trabajar para él, en Hogwarts, como profesor de pociones; sabia que lo haría bien, confiaba enteramente en sus habilidades, en su lealtad, quería que fuera su compañero que lo apoyara en el trabajo, sabia que Severus Snape era un gran mago del que se puede confiar ...

Así fue como dejo el trabajo con el señor Browne y se fue a trabajar al gran Castillo de Hogwats, y no solo eso!, el profesor Dumbledore lo nombro jefe de Slytherin, la casa que lo había visto crecer y de la cual estaba muy orgulloso. Pudo cumplir su deseo de volver a pisar la sala común pero ahora no como estudiante sino como jefe de la casa de muchachos mas ambiciosos que existía. Las serpientes tuvieron muchos éxitos (como también fracasos) en los años que le siguieron, pero Severus Snape siempre estaba allí, apoyando y guiando a los aspirantes a mago que llevaban consigo un escudo verde y una serpiente plateada en el centro.

Mientras que en un lugar no muy lejano los ojos oscuros de un pequeño niño se habrían para comenzar un nuevo día.

FIN