CAPITULO V:

EL CAMINO HACIA LA LUZ

Era una de esas noches sin luna colmada de estrellas. Remus Lupin observaba el firmamento extasiado. Desde hace tres noches él y Sirius habían estado escondidos en un lugar cercano a la fabrica de pinturas; y desafortunadamente se dieron cuenta que tarea de centinelas era una labor muy aburrida. Sirius se había quedado dormido olvidando un poco el cometido de estar despierto y vigilar.

Remus estaba despierto y hasta ese momento no había oído o escuchado nada, hasta que de la nada salio un sonido fuerte de envases de metálicos cayendo.

- Sirius despierta!!! Oí un ruido

- Ha? Que pasa?

- Hay alguien en el techo

- ¿qué techo?

- ¡podrías despertar por favor!

- Si, si

Ambos rápidamente buscaron un sitio para explorar mejor lo que acontecía, pero antes de que pudieran hacer otra cosa oyeron una voz fuerte y clara que decía "Expelliarmus". Fue en ese momento que vieron una figura negra caer por el tejado.

- Dios Santo!! Es Snape!

- Que hace ese sujeto aquí?- murmuro Black

Remus Lupin actuó rápidamente y trato apaciguar la caída de Severus por medio de un encantamiento, sin embargo aunque hizo todo lo posible este callo encima de un cúmulo de frascos de pintura haciendo un gran estruendo. Estaba a punto de ir a ver sí estaba vivo cuando Sirius lo detuvo.

- Remus ... espera

- Que?

- Mira arriba

En ese momento ambos desde su escondite vislumbraron a un hombre vestido de negro que desde la azotea miraba con una sonrisa diabólica el cuerpo tirado de Snape. Este hizo un gesto de complacencia y desapareció mágicamente.

Entonces ambos se dirigieron hacia Severus quien yacía en el suelo sobre algunos frascos de pintura.

- Dios! Se ha matado!!- Dijo Lupin al ver como se extendía un charco de sangre en el piso.

- No creo que tengamos tanta suerte Remus- añadió Black pateando un frasco de pintura roja que al parecer se había abierto con la caída – no es sangre es solo pintura

- De todos modos saquémoslo de aquí no tiene muy buena cara.

En ese momento oyeron una terrible explosión dentro del complejo.

- Salgamos de aquí!!!- grito uno de ellos

Ambos tomaron el cuerpo inconsciente de Snape y desaparecieron rápidamente.

******

Estaba suspendido en un espacio lleno de paz, sentía como la brisa jugaba con su cabello, y las estrellas pasaban a su lado sin tocarlo. Por primera vez en mucho tiempo se sentía tranquilo, sin preocupaciones y sin tristeza. En realidad había cierta emoción autentica llena de armonía y entendimiento que lo colmaban de manera extraña y hacían que se sintiera libre.

******

Hay días cuando tiempo pasa tan lentamente que no se pueden dar respuestas sobre el futuro a la ligera. Hoy definitivamente era uno de estos días para todas las personas que Vivian y se relacionaban en Hogwarts. La enfermera Ponfrey había hecho todo lo que estaba a su alcance, pero parecía no ser suficiente. Miraba a su paciente con algo de tristeza y de frustración mientras lo atendía.

Cuando llego su primera impresión fue que se había desangrado por la cantidad de lo que parecía sangre, sin embargo al explicarle Sirius que se trataba de pintura se tranquilizo para después darse cuenta que no todo de ese liquido rojo era artificial, en realidad tenia un hilo de sangre que le salía por la boca.

Aunque la hemorragia ya estaba controlada, lo que mas le preocupaba a Poppy era su estado neurológico; el golpe que se había dado en la cabeza era grave y no sabia si despertaría.

- Profesor no se que mas hacer, esta muy débil.

- Haz hecho todo lo que haz podido Poppy, ahora lo único que nos queda es esperar- dijo Albus con un tono de tristeza

- Es que no puedo crees que se trate del profesor Snape

- Lo sé Poppy, yo tampoco.

El profesor Dumbledore se encontraba realmente afectado, nunca pensó que vería a su colega luchando por su vida de esa manera. Era un hombre tan joven y tan valiente que nunca dudo de su fortaleza para salir de todo esto; y sin embargo ahí estaba, acostado boca arriba, mas pálido de lo normal y con sus ojos negros usualmente sin luz mas apagados como si se le estuviera yendo el alma del cuerpo. Estaba tan débil que no respondía a las medidas tomadas por la enfermera Ponfrey, o simplemente su cuerpo estaba cansado después de todo el sufrimiento y tortura que vivió gracias al señor tenebroso.

Fuera de la enfermería estaban todos reunidos a la expectativa; la profesora McGonogall estaba parada frente a la puerta esperando noticias, mientras Fliwick y Sprout esperaban en silencio en una de las sillas laterales del pasillo. En la otra esquina estaban Sirius y Lupin quienes nunca esperaron que la condición de Snape fuera tan grave.

Inexplicablemente, Black se sentía algo culpable, pensaba una y otra vez en la respuesta que dio a la posibilidad de que estuviera muerto: "No creo que tengamos tanta suerte Remus"; nunca se imagino que al llegar a Hogwarts les dijeran que estaba delicado. El tenia ese problema, solía actuar impulsivamente sin mirar las consecuencias y posteriormente se arrepentía, igual que en el pasado cuando intento hacerle una broma a Snape y casi lo mata. Nunca pensó que al hacer eso, no solamente se ganaría una detención sino también un enemigo para toda la vida. Aunque el odio era mutuo, a veces pensaba que de haber sido diferente Harry no tendría tantos problemas en la escuela y se le hubieran facilitado las cosas después de huir de la carcel. Sin embargo era conciente que había cosas que nunca cambiarían, y el odio hacia Snape era una de ellas.

Pasaron unos diez minutos mas y de la puerta de la enfermería salio Albus con actitud preocupada.

- Como sigue Albus?- pregunto alguien muy preocupado

- Desafortunadamente Minerva su estado es delicado, esta muy débil y solo nos queda esperar.

- Lo entiendo...- dijo la mujer mientras se le aguaban los ojos

- Diles a los demás que descansen, yo les avisare si hay algún cambio.

- Esta bien

Y después de esto el profesor Dumbledore entro de nuevo a la enfermería y sin decir nada ubico una silla al lado del enfermo. Lo miro de nuevo y pudo comprender que tal vez el momento de su amigo había llegado y era hora de despedirse; y tomándolo de la mano comenzó a hablarle como si aun oyera.

******

Al otro lado de la ciudad un servidor se encontraba con su amo.

- Lo haz hecho?

- Si mi Amo, ya no le dará problemas

- Esta seguro que esta muerto?

- Absolutamente mi señor, callo desde el ultimo piso, había tanta sangre a su alrededor que no pudo salir con vida.

- Y la bomba?

- Estallo con éxito.

- Muy bien Stewert, me haz servido bien y por eso serás recompensado

- Gracias mi señor- y salio de la sala

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Era una extraña sensación mientras levitaba en el espacio, de un momento a otro comenzó a sentir que la brisa era mas fuerte y que el clima era mas calido mas acogedor. Sus ojos maravillados fueron testigos de la aparición de un gran circulo de luz al final del túnel, quedo estupefacto ante el poder de esa luz y ante la atracción única que transmitía. Severus comenzó a caminar hacia ella sin prisa, observándolo todo, absorto y complacido. Mientras caminaba pudo ver que no estaba solo, había personas que lo estaban acompañando. Miro a su izquierda y vio claramente a la persona que en un tiempo fue su amigo de juventud, su cómplice de travesuras y su confidente; el había sido casi su hermano y en lo peores momentos de su vida el siempre estaba ahí hasta que el fanatismo y las ansias de poder lo mataron. Estaba envuelto en una luz y su rostro parecía brillar. "Evan??", pregunto sin recibir respuesta, solo le seguía sonriendo y Severus le devolvió la sonrisa. Pudo ver que el no estaba solo había otra figura un poco menos visible que lo acompañaba y lo tomaba de la mano... el se había reunido con alguien que amaba.

Siguió caminando dejando a su amigo atrás, y mientras lo hacia pudo percibir un delicioso perfume que le recordaba algo pasado; fue cuando subió su rostro y pudo percibir que una figura llena de luz lo esperaba. Su rostro hermoso y sus ojos expresivos lo miraban apacibles y sin miedo. El corazón de Severus se lleno de emoción al verla; ella había sido siempre su punto débil, recordaba lo momentos vividos en los cuales se amaban mutuamente, y no había momento en que él no agradeciera a Dios por estar a su lado; fue por ella precisamente que su vida había cambiado, por ella el pudo salir del infierno tenebroso del cual se encontraba y por ella fue que sufrió tantos años en silencio al recordar su ausencia.

Pero ahora ella estaba ahí ofreciéndole su mano para seguir adelante. Con una sonrisa y un suspiro de alegría el tomo su mano y siguieron caminado juntos hacia la luz hasta que una voz salida de la nada como un eco paró su recorrido.

"Severus"

El miro a todos lados pero no encontró el origen de la voz, hasta que nuevamente escucho su nombre

"Severus"

Fue ahí que reconoció la voz, era su amigo: Albus.

"Severus, sabes, desde el primer momento que te conocí, aun siendo un niño, supe que estabas llamado para cosas grandes, reconocí tu fortaleza y entereza para afrontar los problemas y tu habilidad para salir de ellos fácilmente. Se que en estos momentos estas débil y que tu cuerpo parece desmoronarse, y sin embargo me gustaría pensar que no todo esta perdido, que aun tienes una oportunidad para hacerle ver al mundo que se equivoca, que aun puedes demostrar que eres capaz de convertir tu vida en algo diferente, que aun tienes la oportunidad de amar y ser amado. Sin embargo sé que estas cansado y que tal vez ya sea hora de despedirnos, solo quisiera decirte que fue un honor para mi haberte tratado y haber conocido aspectos que otros no fueron capaces de ver, fuiste para mi un apoyo en momentos dificiles y nunca olvidare todos los sacrificios que hiciste en vida para que otros pudieran tener una oportunidad; Sè que no me vas a creer esto pero hay muchas personas esperando que te recuperes, pero si no es así solo espero que me recuerdes como tu amigo. Gracias por todo Severus, gracias..."

Severus escucho cada pedazo de lo que decía con el corazón en las manos sin embargo era tan feliz ahora ¿como dejar todo eso?. Por un instante observo a su compañera quien le sonreía y se acerco a ella lentamente y la beso en los labios; ella a su vez separándose de repente paso su blanca mano por su mejilla y lo miro a los ojos de forma apacible y serena; apretó su mano y después la soltó para caminar lejos de el dos pasos mas adelante. Parecía no estar triste, parecía estar segura de volverlo a ver. Severus solo la observaba gravándose en su memoria de nuevo sus facciones, su esencia y su mirada como tomando una foto en su corazón. Su ojos fijos en su rostro se alejaron de ella un segundo al creer oír un crujido detrás de él. Pero al volver a buscarla se dio cuenta que ya no estaba, tanto ella como la luz habían desaparecido.

Nuevamente estaba ahí, suspendido en un espacio lleno de estrellas mientras la brisa y las luces fugaces jugaban con sus ropas.