capítulo: Ocho

Otra vez la mirada de aquél profesor sobre mi. Sentí un escalofrío recorrer mi espalda. Remus no pareció notarlo, sus pasiones habían vuelto al idiota. Preferí no decirle nada, aunque bien me hubiera gustado hacerle un cruciatus a Black...

Esperé a que todos terminaran su poción, a que se fueran, a que el último paso desapareciera tras la puerta.

Y entonces me acerqué lentamente a la figura que me seguía mirando. Me detuve a pocos centímetros de él, y le dije, con un susurro desafiante:

- ¿Me quieres?

Una oscura sonrisa apareció un instante en los labios de aquella sombra. Sentí su aliento recorrerme, y sus labios rozar los míos. Su boca no tenía sabor, no tenía temperatura, era como nadar en el vacío. Sin embargo, me causaba una sensación que jamás antes había experimentado... Las túnicas desaparecieron durante aquél beso y los que siguieron. Cerré los ojos, me dejé hacer, sentí. Todo tenía un toque recordando a la nada. Sus besos fueron bajando por mi cuerpo, se detuvieron un poco en mi erección, y siguieron su camino. Luego lo penetré, más fácilmente de lo que había pensado que podría ser.

Ninguno de los dos dejó escapar un solo gemido. Nuestros cuerpos se separaron, y no pude distinguir un gota de sudor en la tersa piel de aquél hombre, ningún signo de fatiga.

- ¿Qué eres?

Mi voz sonó peor de lo que sonaba normalmente, aunque a mi amante no pareció molestarle.

- Mi transformación de viviente a muerto nunca se pudo completar... son un Hodlhur.

Terminé de vestirme y salí de las mazmorras, sin mirar atrás.

* * *

Nota de la autora: los Hodlhur son míos, pero si quieres utilizarlos en algún fic solo tienes que pedirme permiso.