La rebelión de los olvidados
capitulo 37
Los dioses se levantaron de sus tronos y se lanzaron sobre nosotros. Y entonces sentí poder, mucho poder, transmitiéndose a través de nosotros siete. Era el poder de todos los que nos apoyaban. Las figuras altísimas contraatacaron...
+Narrador+
Los siete semidioses empezaron a brillar. La luz empezó a crecer a su alrededor en una cúpula. Pero no era solo luz; era un escudo. Los ataques de los doce dioses rebotaban el él. Y la luz seguía creciendo. Pero se estremecía con cada ataque y los dioses comenzaron a dar golpes con más fuerza.
Una grieta apareció en el escudo.
-Nos os soltéis la mano!-pidió Jayden- el escudo se deshará.
-Sentid vuestra fuerza! Sentid vuestro poder, sea cual sea!-animó Noah.
Después de las palabras de los dos chicos las fuerzas de los rebeldes crecieron. El escudo se recuperó. Y más que eso, siguió creciendo. Los dioses lo intentaron con más fuerza.
El timpo se deshacía en esa situación. Pudieron ser minutos o ser horas. El escudo brillaba con fuerza, resistiendo a los envites de los dioses y creciendo cada vez más. Pero los ataques cada vez eran más débiles, los dioses acusaban el cansancio después de horas de extraño combate.
-No puede vencernos un puñado de mortales, semidioses o no-aseguró Zeus, pero ninguno de los dioses creyó sus palabras.
Por fin, el escudo creció tanto que encerró a los dioses en su interior.
-Se acabó, habéis perdido-anunció Daniel-. Vuestro reino ha acabado.
Los dioses, aceptando su derrota, cambiaron su tamaño a mortal. En sus rostros había una expresión de derrota que no podían ocultar. Pero un dios no aceptó.
-No podéis hacer esto! Yo soy el rey, yo tengo el poder!-el exrey de los dioses se lanzó sobre ellos- Voy a mataros!
No hubo tiempo de reaccionar. Inconscientemente, la gente se soltó para salir corriendo. Un rayo se dirigió a los semidioses, pero una chica vestida de plateado se interpuso en el camino del rayo y lo absorbió.
-Thalia!-gritó otra chica, Reyna, mientras se lanzaba hacia ella. Antes de que nadie más pudiera salir herido una voz se elevó entre los gritos:
-Quieto!-y absolutamente todos hicieron caso. Pero el embrujahabla no iba dirigido a ellos-. Has perdido. Se acabó. No vas a herir a nadie. Aceptarás tu derrota.
El chico pelirrojo parecía minúsculo frente al dios de cuatro metros rodeado de rayos. El tiempo se detuvo durante unos segundos interminables. El dios encogió y todavía mirando a Alexander dijo, con voz extraña:
-He perdido. Se acabó. No voy a herir a nadie más.
El silencio que siguió a esas palabras estaba lleno de admiración. Crystal fue la primera en reccionar:
-Eso ha sido lo más alucinante que he visto en mi vida!-la hija de Tánatos se lanzó sobre el hijo de Eros. Este se sentía mareado de usar tanto poder, pero disfrutó del abrazo. Entonces vio un hombrecillo con alas detrás de la chica. Este cogió un pequeño arco, le guiñó un ojo y lanzó una flecha dorada a la espalda de Crystal. "Gracias" dijo Alexander con los labios.
En ese momento Zeus salió del hechizo. No estaba muy contento. Pero no pudo hacer nada, porque en ese momento Eros se mostró ante todos.
-No se te ocurra tocar a mi hijo. Sabes que puedo hacerte mucho daño-amenzó, y el antiguo rey de los dioses ya no se atrevió. El dios desapareció.
Entonces oyeron un sollozo.
-Thalia, no, por favor!-era Annabeth la que lloraba, ante su amiga más antigua que se moría. Su esposo y el resto de adultos los rodeaban, también con lágrimas en los ojos, y también las cazadoras.
-Apolo...-dijo Leo.
-Es tarde-respondió el dios-. Ya no puedo hacer nada.
-Estarás contento, padre-habló Thalia con dificultad-. Ya has matado a la prueba de tu juramento roto. Hera estará contenta.
-Adiós, cara pino-despidió Percy entre lágrimas, arrodillándose junto a la cazadoras.
-Adiós, Percy. Annabeth y tu siempre fuisteis mis hermanos. Y Reyna...
-Si?-preguntó esta.
-Te quiero-la teniente de las cazadoras cerró los ojos y susurró-. Ya voy contigo, Jason.
Tanto Nico como Crystal pudieron ver el alma de la chica salir de su cuerpo y hundirse en el suelo.
-Ya... Ya no está-la voz de Nico se rompió y Will lo abrazó.
Con ese final agridulce acabó la rebelión de los olvidados.
...
+Nerea+
Hoy cumplo quince años, aunque parezco tener diecisiete. Al despertarme veo a todos mis amigos durmiendo en la cabaña. Es muy pronto. Salgo sin molestar a nadie y veo como comienza a amanecer sobre el estrecho de Long Island. Subo a la colina mestiza y me siento junto al Pino de Thalia, junto a la tumba de la hija de Zeus.
-Un año-digo, hablando no se si con el fantasma de Thalia o con quien-. Hace un año que te fuiste Thalia. Gracias a ti no murió mucha más gente ese día. Fuiste la gran heroína de la rebelión. La primera vez que te vi, no me caíste bien por ser cazadora de Artemisa. Pero entiendo por que lo hiciste. Gracias.
Me quedo en silencio mirando el mar y luego sigo hablando:
-Hace ya un año... Parece que fue ayer. Parece que fue ayer que estábamos todos en el Olimpo. Y sin embargo han pasado tantas cosas... Respecto a los dioses, han creado un sistema con el que cada doce años todos los dioses votarán para elegir a doce dioses que manden esos doce años, hasta que vuelvan votar. Les ha costado crear un sitema que contentara más o menso a todos. Hoy será la primera votación. Todos están muy nerviosos. Yo creo que Hestia será una de las ganadoras, y también Némesis. Fueron las dos diosas que más hicieron por la rebelión y, sobre todo Hestia, es respetada por todos.
-Reyna es la nueva teniente de las cazadoras desde que te fuiste. Te hecha mucho de menos. Y también el resto. Hazel y Frank han tenido un bebé hace un par de meses, es una niña muy mona y se llama Emily. Victoria y Esperanza ya han aprendido a andar, Leo y Apolo están muy orgullosos de ellas. Y Jason y Natalie ya tienen cinco años y les encanta venir al Campamento Mestizo a pasar el verano y jugar con nosotros mientras Percy y Annabeth dan clases a los semidioses. Aquí en el campamento también han cambiado las cosas. Ahora las cabañas son como en el Campamento Escondido, no se dividen por padre divino y todos los semidioses griegos estamos en el mismo campamento de nuevo.
-Nico y Will se casaron en febrero. La ceremonia fue muy bonita y Hades aceptó traer al fantasma de la madre de Nico. No pudo traer al de su hermana Bianca porque ella reencarnó hace años. Y hablando de amor, Crystal y Alexander empezaron a salir en Navidad. Además, tengo la sospecha de que Nate está un poco enamorado de cierta romana hija de Ceres. Este año ha pasado varios meses con los romanos y creo que quiere unirse a la legión. Y Daniel y yo... Estamos bien, estar con el es lo mejor que me ha pasado.
-Lo dices de verdad?-pregunta una voz de chico y me doy la vuelta para ver a Daniel. Me pongo roja.
-Cuanto has oído?
-Casi todo. Pero lo que me importa es lo último. De verdad soy lo mejor que te ha pasado?
-Sabes que si.
-Feliz cumpleaños-me dice, y me regala un beso. Pone sus labios en mi oído y susurra-. Tú también eres lo mejor que me ha pasado.
Sin duda este ha sido un año maravilloso. Pero no puedo evitar echarme a llorar.
-Estás bien Nerea?-pregunta Daniel.
-Es... Tengo una vida nueva con vosotros aquí. Y soy muy feliz. Pero en días como hoy no puedo evitar recordar a mi familia. Mis padres, mis hermanas... Doy las gracias por que ellos no se acuerden de mi, pero a veces deseo poder olvidarlos yo también y dejar de sentir su vacío.
-Lo siento, Nerea. No se que haria sin mi padre y sin Nate. Si quieres podemos intentar ir a verlos un día.
-Quizás. Pero hoy no. No estoy preparada y además, hoy quiero mirar hacia delante.
Nos volvemos a besar bajo el pino. No se que nos traerá el futuro, pero pienso disfrutar de cada segundo.
Que os ha parecido este último capítulo?
Reconozco que ha sido el capítulo más difícil de escribir. La mayoría lo he ido inventando sobre la marcha. Y sobre lo de matar a Thalia... No sé, sentía que faltaba algo y pensé que Zeus no aceptaría y seguro que lanzaría un rayo y... No se´, peo en cuanto se me ocurrió supe que era lo que necesitaba. Lloré solo de imaginarlo.
Subiré un paítulo extra como una especie de "agradecimientos" que reamente será yo desahogándome con el mundo.
Gracias a quien haya leído esta historia entera.
Erin Luan
