En este capítulo no responderé a sus revews, pero les agradezco mucho que se tomen la molestia de enviarlos, es que estoy de prisa, pero les aseguro que en el próximo capitulo los responderé. Gracias.

*************

CAPITULO 11.- DESTROZADO Su paso era elegante y decidido, caminaba por los pasillos de su mansión como el último heredero de esa familia de renombre que era. Hasta ahora no se había topado con ningún mortifago, y esperaba que siguiera así. Entrar había sido sencillo, los escudos de protección reconocieron su sangre de Malfoy, permitiéndole el acceso a la mansión junto con los aurores que lo acompañaban. Había dejado a algunos de los aurores en los pasadizos secretos que llegaban a la mansión, él hubiera permanecido con ellos, pero sería extraño verlo entrar por uno de esos túneles a su propia casa, pensaría que ocultaba algo y eso era lo último que quería que pensaran, por eso caminaba a sus anchas, como alguien que no tenía nada que ocultar. Los auores solo esperarían 30 minutos antes de comenzar un ataque masivo. Solo contaba con treinta minutos para encontrar a Harry y llevarlo de regreso a Hogwarts.. Estaba nervioso, y debía de admitir que tenía miedo, no de morir, eso ya le estaba destinado desde el momento de nacer, todo ser humano estaba destinado a morir, a lo que temía era a encontrarse con su padre, era lo que menos deseaba en esas circunstancias, había decidido enfrentarlo, pero no sabía hasta donde sería capaz de llegar, después de todo era su padre y lo quería, temía la reacción de los dos, su padre era el mortifago mas fiel al Señor Tenebroso, y él tenía que luchar por la salvación de Harry ¿Serían capaces de atacarse uno al otro hasta que uno cayera sin vida? Deseaba con todas sus fuerzas que la respuesta fuera un No, pero a estas alturas, nada era seguro. Otra cosa lo preocupaba ¿Cómo reaccionaría Harry? Seguro y el gryffindor pensaba que había sido entregado por él y no le daría un beso de bienvenida en cuanto lo viera. Confiaba en que le creyera. No quería tener que petrificarlo para llevárselo. Estuvo a punto de detenerse cuando distinguió dos figuras algo robustas en medio de la oscuridad. Por la forma de los cuerpos reconoció a los padres de sus gorilas: Crabe y Goyle. No había tiempo que perder -¿Dónde esta mi padre? - exigió saber con ese aire de prepotencia que llegó a caracterizarlo -¿Jo... joven Malfoy? - tartamudeó Crabe -¿Qué hace... aquí? Es peligroso - continuó Goyle -¿No me escucharon? - Draco entrecerró los ojos intimidando a los dos hombres -Eh... su padre... esta ocupado -¿A sí? ¿Y dónde esta Potter? Porque espero que este bien resguardado - al ver que ninguno respondía se exasperó - ¡¿Están sordos?! ¡Respondan! - los hombres temblaban como si estuvieran frente a Lucius, su hijo tenía el mismo carácter y esos los asustaba. -En... en la prisión del... Averno - balbuceó Goyle. Draco supo enseguida a cual prisión se refería. Su padre la había "bautizado" así, ya que ese lugar era como el mismo infierno, contenía la mayor cantidad de protecciones, si algún prisionero entraba, solo saldría de ahí muerto, y si alguien no autorizado intentaba entrar sufría la misma suerte que el de adentro, además de que estaba en el otro extremo del castillo, completamente aislado de cualquier ser viviente. -¡¿Qué escándalo es este?! - gritó una voz que los tres conocían muy bien. A Draco se le congeló la sangre, con quien menos quería enfrentarse, estaba ahí, frente a él, escudriñándolo con la mirada: su padre. -Draco - susurró de forma gélida - que sorpresa ¿Puedo saber a que se debe tu visita? -Necesito hablar contigo. Ahora - Lucius levantó una ceja por el atrevimiento de su hijo al hablarle así, pero sabía que debía de ser algo urgente si él estaba ahí -Sígueme - le ordenó y comenzó a caminar sin dirigirse a Cabe y Goyle. Draco sabía a donde se dirigían y no por ello se sentía más seguro. ************* Caminaba por uno de los lujosos pasillos de esa mansión. Debía de admitir que los Malfoy tenían un gusto exquisito, sobrio, pero exquisito. Las paredes eran de cantera en un color aperlado y con grabados extraordinarios, los candiles flotaban a cada orilla de los largos pasillos, iluminando con flamas en color jade que levitaban dentro. Su plan había dado resultado, uso a al traidor de Severus Snape en su favor, lo engañó tan fácil con una treta como el ataque a Hogsmade solo para que su defensa en Hogwarts se debilitara y él pudiera capturar al chico Potter, luego tendría que ajustar cuentas con él, por el momento necesitaba ir a otro lugar. Llegó hasta las escaleras que lo conducirían hasta las prisiones, al ir descendiendo se sorprendió del cambio tan drástico en la "decoración" conforme bajaba un escalón era como si la temperatura bajara de igual forma. Las paredes dejaron de ser de cantera para pasar a ser de fría roca, la oscuridad reemplazaba la luminosidad anterior, pero el no tenía problema para ver a través de la oscuridad, siempre había estado acompañado de ella, era su aliada, su amante. Sentía como lo acaricia en esas noches interminables ya sea en la soledad de su habitación, o en las noches de batallas, donde hombres y mujeres caían muertos a sus pies. Llegó hasta la puerta que buscaba, tuvo que hacer varios hechizos para romper las barreras de seguridad con las que Lucius había resguardado a su... invitado de honor. Entró a la oscura prisión, siendo recibido por la visión de un chico de 16 años atado de pies y manos, tendido en el frío piso, con los ojos vendados Se acercó conciente de que el chico había advertido su presencia, notó que justo debajo de las vendas que cubría sus ojos estaban las huellas de que había llorado, así como unos cortes en el rostro y una herida en su hombro. A Lucius se le había pasado la mano, ya ajustaría cuentas con el. -Buenas noches Harry - Voldemort sonrió ante el ligero temblor del chico al escuchar su voz - espero que estés cómodo, aunque no creo que eso importe mucho - el señor Tenebroso se acercó hasta el cuerpo de Harry, arrodillándose sobre una de sus piernas. Tocó con uno de sus dedos la mejilla del chico. Harry sintió miedo, no a la muerte, si no a lo que viniera antes - tienes miedo, lo se, y eso es justo lo que quiero que sientas: miedo, terror... dolor. El mismo dolor que me hiciste sentir hace 15 años, cuando ese Avada Kedabra que debió de arrancarte la vida, me arrancó de mi cuerpo, condenándome a una vida miserable, pero eso se acabó, esta noche el Gran Harry Potter, El-Chico-Que-Vivió... morirá - Harry no hizo ningún movimiento - ¿No dices nada? - Voldemort lo tomó por el cuello de la túnica, obligándolo a ponerse en pide, golpeando su espalda contra la pared, Harry gimió levemente al sentir como la herida en su hombro se desgarraba - ¿Sigues sin hablar? -Mátame de una vez - le dijo con voz seca -Lo haré, no desesperes, pero antes te haré sufrir lo inimaginable - Lord Voldemort pasó su lengua por la mejilla de Harry, instintivamente el chico intentó alejarse, pero el señor Oscuro lo tenía prisionero entre su cuerpo y la pared. La lengua de Voldemort seguía descendiendo por su cuello, lamiendo cada parte de su piel expuesta. Harry quería negar lo que sucedía, no podía ser lo que estaba ocurriendo, no quería pensar en ello, pero era imposible, solo con el hecho de sentir la maldita humedad de esa lengua lamiéndolo, sentía asco, unas ganas terribles de vomitar y salir corriendo de ahí sin importarle nada, y el ardor que su anillo le provocaba no mejoraba en nada las cosas ¡Ese desgraciado anillo que no dejaba de quemarle! Sus pensamientos se vieron interrumpidos al escuchar el desgarre de una tela. Voldemort estaba haciendo jirones su túnica, arrojando a un semidesnudo Harry al piso, Harry soltó un quejido de dolor cuando cayó al suelo sobre la piel lastimada de su espalda y hombro, golpeándose con fuerza la cabeza, entonces, por primera vez en todo este tiempo, fue conciente de lo que ocurriría: iba a ser violado. Tuvo pánico, se retorció y se resistió, intento alejarse de alguna forma, arrastrase si era necesario, pero unas manos lo tomaron por los pies, quitándole las ataduras de ellos, viéndose libre de eso, pataleó, pataleó con todas sus fuerzas, no podía ver debido a las vendas que cubrían sus ojos, pero siguió pateando, arrastrándose con el impuesto de cada patada, sintiendo como unas manos intentaban detener sus frenéticos intentos de huir. Tenía que impedir que sucediera, preferiría morir antes que eso, incluso prefería suicidarse. Intentó mover sus manos, pero seguían sujetas. Intentó gritar, pero sabía que sería inútil, nadie vendría en su auxilio. Intentó todo hasta que lo sintió: un golpe. Luego otro y otro. Su mejilla izquierda, su mandíbula y su estomago fueron los receptores, dejándolo aturdido y deteniendo sus intentos de escape, estuvo seguro de que caería inconsciente, lo deseaba, así no sentiría nada, pero no fue así, fue conciente de cuando Voldemort lo despojó de todo tipo de prenda, quedando completamente desnudo. Fue consciente del sonido de las túnicas al ser despojadas del cuerpo que cubrían, del cuerpo de su captor. Fue consciente de las asquerosas manos y lengua que recorrían su cuerpo, como si le perteneciera, y lo peor de todo: fue consciente de que no podía hacer nada para impedirlo, no tenía fuerzas más que para rogar que terminara, solo eso hacía, como si su mente no procesara otra clase de pensamientos... y entonces, sintió como sus piernas eran separadas. Intentó aferrarse a un recuerdo, a una imagen que lo alejara de esa cruel realidad y lo único que le vino a la mente fue su rostro, sus ojos grises cubiertos ligeramente por el cabello rubio platinado, con esa sonrisa dulce que raras veces veía, y no pudo evitar formular una pregunta ¿Por qué?, pero sabía que no había nadie que le diera una respuesta. "Es mentira" le decía una voz en su interior, ¿Por qué demonios se aferraba a una estúpida esperanza de que todo era un engaño? De que pronto despertaría en los brazos de la persona que amaba y le diría "Fue solo una pesadilla", pero sabía que no era así, el dolor era real, su sufrimiento, todo era real. Las lagrimas escaparon de su rostro justo al mismo tiempo en que era penetrado de forma salvaje. -¡¡¡Nnnnooooooo!!! ************ Padre e hijo caminaban en silencio, uno detrás del otro, el anillo de Draco le había estado quemando en todo ese tiempo, pero de pronto la quemazón aumentó de forma sorprendente, Draco tomó su mano con fuerza tratando de menguar el dolor y de no hacer ningún ruido que delatara esa acción, había aprendido que el anillo le indicaba cuando Harry estaba en peligro y deseo con todo su corazón que estuviera con vida -"Por favor Harry, resiste solo un poco más" - pidió con todas sus fuerzas Llegaron hasta el despacho de su padre en completo silencio. Lucius cerró la puerta tras dejar entrar a Draco -Habla - ordenó -Piensan atacar la mansión mañana a primera hora - le respondió mirando directo a los ojos de su progenitor. Lucius levantó una ceja formulando una pregunta silenciosa - Sospechan que Potter esta aquí -¿Y quién pudo decírselo? - la mirada de su padre le indicaba que sabía que ocultaba algo. -Sospecho que fue Severus, últimamente lo he sorprendido espiándome - Lucius guardó silencio por unos segundos. -¿Cómo sigues de tu herida, hijo? - el cambio de tema lo tomó por sorpresa, parpadeó un par de veces asimilando la pregunta -Mejor padre, pude hacerla desaparecer, solo tuve un poco de fiebre y mareos - respondió Draco sin perder su postura altiva, interiormente dio gracias a Granger por investigar acerca de los efectos del veneno de las cobras reales -Si, de eso ya me di cuenta, además - Lucius se acercó a su hijo tomándole la mano en donde había sido mordido y procediendo a examinarla - de que portas un nuevo anillo - le dijo señalando el anillo con forma de dragón - ¿Puedo saber como lo obtuviste? -Fue un regalo - respondió Draco deseando que su padre lo soltara, no le gustaba nada el rumbo que estaba tomando la conversación -Un regalo - repitió el mayor de los Malfoy - ¿Cómo el que tu le hiciste a...? ¡¡Potter!! - Lucius presionó con fuerza la muñeca de su hijo, su mirada se había vuelto gélida, clavándose en Draco como dagas de hielo -No.. no se que... quieres decir padre -¡Lo sabes perfectamente Draco! El mismo anillo que vi días antes de San Valentín es el que lleva Potter en su dedo anular ¿Qué explicación tienes para eso hijo? -Fue, una forma para llegar a él - le respondió sabiendo de antemano que no le creería y que su perdición estaba cerca -¡No mientas! - Lucius arrojó a Draco contra un estante repleto libros. El mueble cayó con todo y su contenido sobre el hombre más joven, sepultándolo... ************* Voldemort veía a Harry con una expresión de pánico y sorpresa desde el otro extremo de la prisión. Apenas se había enterrado en el cuerpo del chico cuando una fuerza desconocida lo arrojó hasta el lugar donde estaba, con un poderío impresionante Las lagrimas no dejaban de correr por el bello rostro del gryffindor, quien ahora estaba en posición fetal, temblando por el dolor, no solo físico, sino en su orgullo... en su dignidad. Con lentitud Lord Voldemort se puso de pie intentando acercarse al chico, pero sentía la fuerza de la magia que lo arrojó emanando de ese cuerpo tembloroso. Era como si un escudo protector se hubiera creado alrededor de Potter. Intentó tocarlo con una de sus manos siendo recibido por una fuerte descarga eléctrica. Alejó su mano de inmediato -Es magia protectora - susurró para si mismo - ¿Y la fuente es él? No, imposible, no tiene la fuerza para expandir tanta magia ¿Pero entonces de donde proviene? - al no encontrar las respuestas que buscaba, tomó su túnica y salió a paso decidido de la prisión, dejando a un Harry hundido en el abismo de su mente ************ A la voz de "Emboscada" los mortifagos que habían ido a resguardad a su señor hacían frente a los auores que los atacaban, no sabían como habían logrado traspasar las barretas anti-complots de la Mansión, pero poco pensaban en eso, su mente y su voz estaban ocupadas en matar a sus enemigos. En los lujosos pasillos solo se escuchaban gritos de ataque y de dolor, aquellos que eran heridos no se detenían en pensar que fuera de gravedad, seguían peleando, tratando de evitar la muerte que los acechaba. La sangre teñía de rojo los pasillos y paredes del lugar en donde se desarrollaban las batallas. Sangre que corría como ama y señora del castillo, sangre que anunciaba que la muerte estaba presente, sangre que abandonaba a cuerpos sin vida... ************* Draco tardó varios segundos en poder salir, su vista fue nublada por un hilillo rojo al igual que por un dolor que taladraba su cabeza, pasó su mano temblorosa por el origen del dolor y vio con horror que era sangre -No puedo creer que seas un traidor Draco - la voz del hombre que era su padre lo hizo volver a la realidad de forma dolorosa - puse tanto empeño en que siguieras mis pasos y fueras quien ocupara mi lugar con dignidad - Lucius estaba frente a él apuntándole con la varita - ¡Pero no! ¡Tenías que echarlo a perder! ¿Porqué? ¿No te enseñé el verdadero poder? ¿no aprendiste nada de mi? Me hubiera sentido tan orgulloso de ti. Me sentí orgulloso cuando me llevaste a Potter ¡¡¿Porqué?!! -Porque lo amo - respondió poniéndose en pie con dificultad. Lucius lo miró con extrañeza - porque por primera vez amo a alguien y soy correspondido -Tonterías. El amor no es más que una debilidad, y si tanto lo amas ¿Por qué me lo entregaste? -No fui yo, sino Pansy con la poción multijugos - una sonrisa cansada se dibujó en los labios de Draco - tal vez ella sería mejor hija que yo ¿No lo crees padre? -Por supuesto ¡Cruccio! - Draco cayó al piso retorciéndose del dolor, reteniendo sus gritos, mordiéndose el labio con tal fuerza que se hizo sangrar - y por lo mismo es mejor que te mate - Lucius siguió apuntándole con la varita, viendo retorcerse al que fuera su hijo, al que llevara su propia sangre en sus venas. Sonreía de forma sádica, pero en sus ojos podía vislumbrarse una profunda tristeza. Finalmente alejó la varita y Draco se puso de pie apoyándose en uno de los muebles rotos - Draco, deja esa estúpida idea del amor y haré como si nada hubiera pasado -No... no puedo... olvidar lo que siento... por Harry, no lo haré -¡Perdiste tu última oportunidad! - Lucius blandió su varita murmurando un hechizo, Draco apenas y tuvo tiempo para sacar su varita y defenderse, ahora llovían hechizos desde todas direcciones, al mismo tiempo que trataban de evitarlos. A través de la noche oscura, los rayos de luz que se filtraban a causa de la luna creciente, podía vislumbrarse dos cuerpos que luchaban de forma feroz, el duelo era tan furioso que la visión de sus varitas era casi borrosa, o incluso podía asegurarse que las varitas de ambos brillaban como espadas mágicas, volando chispas multicolores de sus puntas. Lucius hizo hacia atrás su varita en un movimiento rápido, lanzando un rayo morado mientras Draco lanzaba a su vez un impedimenta, la mágica de cada uno chocó contra la del otro provocando una explosión. Lucius alcanzó a protegerse con un protego mientras Draco solo atinó a cubrirse con sus manos y para sorpresa de ambos, cuando el humo desapareció y permitió que se vieran, Draco estaba ileso. Lucius sin perder tiempo y con la rapidez que le da la experiencia desarmó a su hijo. Draco lo miraba horrorizado desde el piso -Lamento mucho lo que voy a hacer, después de todo eres mi único hijo, pero es lo mejor - le apuntó con la varita. Draco trataba de pensar en alguna forma de evitar la muerte. No podía morir, Harry lo necesitaba, tenía que llegar a él. Su padre estaba a punto de acabar con su vida... su propio padre planeaba matarlo, pero tenía que resistir, tenía que terminar esto con vida, no solo por él, sino por Harry, cerró los ojos rogando por encontrar algo que lo salvara de una muerte a manos de su padre - Avada Ke... - antes de terminar la maldición, Lucius vio con horror como un rayo de luz blanca brotaba del pecho de Draco para luego salir disparado hacia él, no pudo moverse, era como si estuviera petrificado, la blancura de la luz era tal que le cegaba la vista. Sintió un frío sobre humano, sentía como su cuerpo se congelaba rápidamente, sintiendo un frío tal que llegaba a quemarle la piel. Draco abrió los ojos con temor ¿No había recibido la maldición imperdonable? Trató de enfocar su vista, pero una gruesa capa de neblina se lo impedía ¿Porqué había neblina en el despacho de su padre? ¿Dónde estaba su padre? Se puso en pie con dificultad, sentía correr la sangre por su rostro y brazos. Sus músculos estaban adoloridos. La niebla fue desapareciendo poco a poco, dejando ver el cuerpo de un hombre que yacía en el piso temblando. -¡Papá! - le gritó y al acercarse notó que el cuerpo de su progenitor estaba cubierto por una fina capa de hielo. Se arrodilló al lado de Lucius sin atreverse a tocarlo - ¿Papá? - volvió a llamarlo, Lucius abrió los ojos con lentitud, dándose cuenta de que estaba temblando. -Dragón... tienes un gran poder... estoy orgulloso de ello - Draco notó que le costaba respirar -No hables papá, buscaré ayuda y... -No, estaré bien... solo un poco decepcionado... nunca pude aceptar que... eras diferente a mi -Papá basta -Tienes que ir por Potter... antes de que te lo impida - Draco lo miró confundido - estaré bien... y si no te vas ahora... juro que te mataré - Lucius se apoyo en sus brazos mirando a Draco directamente a los ojos, viendo en los ojos de su padre un sentimiento que jamás le había mostrado: amor, el ver eso lo congeló - ¡Vete! - le gritó haciéndolo reaccionar, se levantó con lentitud, tomó su varita y con una última mirada a su padre... se fue - Lucha Dragón... lucha por lo que amas ************* Severus Snape corría a todo lo que sus piernas podían, tenia una herida en el brazo y costado derecho, por suerte también sabía manejar la varita con su brazo izquierdo, corría pos los oscuros pasillos de los calabozos en el lado opuesto de la mansión Malfoy, escondiéndose entre las sombras. Sabía a donde dirigirse, había estado ahí mas de lo que en realidad hubiera deseado. El hedor a descomposición era insoportable, pero no tenía tiempo de quejarse. Llegó al calabozo que buscaba. Realizó los encantamientos necesarios para entrar. La puerta se abrió dejando ver a dos hombres encadenados, más escuálidos y acabados que lo que recordaba. Si no hubiera dado su palabra de rescatarlos, los dejaría ahí, o al menos a uno de ellos. Dio un paso dentro del calabozo, el sonido de sus pisos hizo reaccionar a uno de los hombres, Sirius levantó la vista encontrándose cara a cara con la persona que más detestaba, pero al contrario de lo que Severus esperaba, el rostro de Black no reflejó odio ni repugnancia, sino temor... pánico. Sirius abrió la boca, pero las palabras no salían. Dio otro paso ¿Porqué no podía terminar de entrar? Tenía un mal presentimiento de todo esto. -¡Cuidado! - gritó al fin Sirius en el momento preciso en que Severus dio un tercer paso. El lugar se llenó de un estruendo ensordecedor, para luego ceder el pago a las llamas, algo había explotado dentro de la prisión. Gritos de dolor escapaban de las gargantas de los hombres...

************ Draco estaba frente a la prisión del Averno, sus heridas empeoraban, pero eso no le importaba demasiado. Tenía que tranquilizarse para poder realizar los conjuros que abrían ese calabozo. Eran encantamientos muy complicados que solo un Malfoy podía realizar... a menos que ese Malfoy enseñara a otros a hacerlos y permitir que los usara, y deseaba que su padre no lo hubiera hecho, tenía miedo de que si lo hubiera hecho. Miedo de encontrar a Harry sin vida, miedo de encontrar al Señor Oscuro, miedo de que Harry no le creyera. Realizó uno a unos los encantamientos hasta que la puerta se abrió. Con lentitud empujó la puerta y lo que vio le congeló la sangre... ***************

Por fin!!! Tardé dos semanas pero aquí esta el siguiente capítulo, ¿Qué les pareció? Espero que les haya gustado. Muchas gracias a todos los que comprendieron la situación por la que pasaba, afortunadamente todo esta bien, y espero no seguir tardando tanto con los siguientes capítulos, ¡Ya estamos más cerca del final! Nos vemos en el próximo capítulo