Disclaimer: Pues nada… Aún no me toca la lotería… TTATT Así que tristemente Naruto y todos sus personajes siguen siendo propiedad de Masashi Kishimoto v_v

Beta: aazwj2 & Nare

Advertencias: Shonen ai, POV Sasuke.

Añadir que estoy en completa rebeldía contra la RAE, así que no me toméis como referencia a la hora de escribir, pues sigo normas ortográficas anteriores a la reforma de 2010. No os extrañéis de que ponga acentos donde en teoría (ahora) no tocan, o palabras y expresiones que están cayendo/han caído en desuso, o que sólo se usan en la zona donde vivo (que no en toda España y que pueden no estar registradas en la RAE)… Si necesitáis aclaración de cualquier cosa, me lo decís en los comentarios y lo explico en la siguiente actualización ^^


Sasuke se sintió abandonado en el mismo momento en el que Naruto cortó el contacto con él, soltándole de la mano para separarse de él y salir de la cocina.

—Ven —lo llamó cuando vio que no le seguía. —Te dejo un pijama.

No pudo sino dejar salir un bufido con incredulidad. ¿De verdad se ponía pijama para dormir? Si bien decidió no comentar nada cuando entró en la única habitación iluminada del pasillo, y aceptó las prendas que le dio sin queja. Quizá sería algo violento para Naruto si se metían en la cama sin nada más que los calzoncillos puestos.

—Aquí hay un baño —le enseñó prendiendo la luz de un pequeño habitáculo anexo al dormitorio. —Pero si necesitas entrar y estoy yo, hay otro.

Siguió a Naruto cuando salió de nuevo al pasillo, y tras el recodo que parecía llevar a otras habitaciones, encendió otra luz.

—Usa el que prefieras.

—Unn —asintió levemente. —Gracias.

Sin dudar, entró en este último baño. Si era el que tenía para los invitados, seguramente Naruto no tendría que esperar a que él terminara para asearse o lo que fuera. Y en el momento que le vio entrar ahí, Naruto marchó de nuevo a su dormitorio.

Dejó sobre el mármol del lavabo el pijama que le había dado y se miró en el espejo, dejando escapar un gruñido de irritación al ver su reflejo: tenía el pelo despeinado y se notaba un poco el maquillaje corrido debajo del párpado, por lo que se pasó el dedo para limpiarlo y que no pareciera que tuviera unas ojeras kilométricas.

Sin embargo, tras relajar la vejiga y volver a mirarse en el espejo mientras se lavaba las manos, decidió lavarse la cara con jabón para intentar quitarse por completo el maquillaje. No quería que la funda de la almohada amaneciera toda negra.

Y sin querer pensarlo de nuevo, dejó su propia ropa bien plegada junto al lavabo para cambiarse en la mañana, se puso la ropa de Naruto, percatándose de lo ancha que le quedaba la camiseta, y se preguntó si realmente Naruto era más ancho de lo que le había parecido en un principio —por musculatura o por rechoncho, no sabía adivinar.

Así pues, intentando no pensar demasiado en que quizá se estaba metiendo en un enredo que le daría dolor de cabeza más tarde, salió de allí…

…Y se quedó en shock cuando, al ir a apagar el interruptor de la luz, entrevió lo que había en el dormitorio que había justo enfrente: un camión de juguete tirado en el suelo, unos cuantos peluches, una alfombra con dibujos como los que hay en los parvularios… y más al fondo, una cama individual, perfectamente hecha, las sábanas con estampados de alguna serie infantil.

¿Tenía…?

—Sasuke —lo llamó desde la puerta colindante.

Si bien no necesito formular esa pregunta en voz alta, pues cuando se giró a mirar a Naruto, aquél debió de darse cuenta del porqué de su estado catatónico.

—No —contestó como si igualmente hubiera vocalizado el motivo de su conmoción—, no es mío. Es de mi hermano —aclaró en un murmullo.

Sasuke dejó escapar el aire que ahora se daba cuenta había retenido en los pulmones. No obstante, el tono en el que dijo aquello le hizo sentirse inquieto igualmente. Más todavía cuando se quedó ausente observando el interior de ese cuarto, su gesto completamente serio.

No quiso preguntarle sobre ello al ver la sonrisa forzada que le dedicó cuando pareció salir de su trance, se giró a mirarle un instante antes de cogerle de la mano con algo de vacilación… y pudo sentir el miedo que debía estar recorriendo al otro. ¿O era aflicción? Si era por lo que pudiera pasar a partir de ese momento, o por eso que no le estaba contando… No sabría decir.

Fue en ese instante que decidió que, si ya había rumiado que no quería acelerar las cosas con él, ahora sí que sí debía controlarse todo lo que pudiera: por un lado… le aterraba la posibilidad de que, si iniciaban algo parecido a una relación, tuviera que lidiar con un crío; pero por otro… sentía que, ocurriese lo que ocurriese, no quería hacerle más daño a ese chico que ahora buscaba algo más de firmeza en el agarre de sus manos.

De repente, Sasuke tuvo la impresión de que le estuviera dando la mano a un niño de diez años, demasiado asustado como para hablar sobre los monstruos que había debajo de su cama.

No quería hacer suposiciones sobre qué era lo que pudiera haber ocurrido con el niño, o con su hermano, para que de repente pareciera que fuese a romper a llorar. Si quería contárselo, que fuera por voluntad propia, no porque le hubiera hecho sentir obligado a hacerlo.

Así que, pese a que tuvo que hacer un esfuerzo consciente para obligarse a no reaccionar ante el contacto… soltó su mano y lo rodeó con los brazos para atraerlo en un abrazo.

En un primer momento, Naruto pareció demasiado sorprendido para reaccionar y permaneció estático, y aunque pareció dudar en un primer momento al poner las manos en su cintura… Conforme pasaban los segundos su agarre se tornó más firme al mismo tiempo que su respiración comenzó a agitarse. Y le abrazó con más fuerza cuando Naruto rompió a llorar, con la cara escondida contra su hombro.

Era desolador.

Fuera lo que fuera que hubiera pasado… Podía sentir ese dolor desgarrador con la fuerza con la que se aferraba a él, y se sintió impotente de no poder hacer nada más que devolverle el abrazo con igual intensidad, respirando profundamente para oxigenar el cerebro e impedir que el nudo que se le estaba haciendo en el pecho le engullera a él también.

Quería pensar que la idea que se estaba empezando a formar en su cabeza era errónea… Pero si le sucediera algo a Itachi… Si el hermano de Naruto…

—Tuvo un accidente —le dijo con la voz rota. —Iban los tres…

Sintió como si se le escapara el alma del cuerpo.

Del niño había hablado en presente antes…

Confirmó así sus sospechas.

—Lo siento —le dijo en un murmullo.

Le abrazó con más fuerza cuando Naruto rompió a llorar otra vez. Si el niño aún jugaba con el tipo de juguetes que había visto, no debía de ser muy mayor. ¿Quizá cuatro años? Como mucho siete. La pérdida debía de ser bastante reciente.

Sintió un vuelco al corazón al pensar en ello. No quería sopesar la posibilidad de perder a su hermano, por muy gilipollas que fuera a veces, ni aunque pasaran largas temporadas sin verse. Y como si estuviera abrazando a su propio hermano, apoyó la cara contra la del otro un instante, tras lo que se giró lo suficiente para darle un fuerte beso en la mejilla.

Y sin poder remediarlo, se le escaparon las lágrimas a él también contagiado del desamparo. Le echaba de menos. ¿Cuánto hacía desde la última vez que se vieron?

—Lo siento —se disculpó Naruto con la voz quebrada cuando pareció recuperar el aire.

Y como si ahora le quemara el contacto, se separó de él girándose lo suficiente para que no le viera la cara mientras se secaba las lágrimas.

—Hey —le puso la mano en el hombro.

Y al ver que ni le contestaba ni le devolvía la mirada, le puso la mano en la barbilla para hacerle girar la cara. Con reticencia, aquél accedió, si bien tornó su gesto a uno de total seriedad, reprimiendo cualquier cosa que estuviera sintiendo en ese momento.

—No pasa nada —le dijo al tiempo que llevó la mano hasta su mejilla, y le pasó el pulgar por debajo del ojo para apartar las lágrimas que le seguían brotando.

Sin embargo, cuando le dedicó una leve sonrisa para hacerle ver que de verdad no tenía ningún problema con verle llorar, Naruto apretó fuertemente los labios antes de desviar la mirada al suelo.

A Sasuke se le escapó un profundo suspiro.

"Típica actitud 'masculina' …", no pudo evitar pensar.

—Va —le dijo al tiempo que apagaba la luz del baño, incitándole a caminar poniéndole la mano en la baja espalda—, vamos a dormir.

Aunque aparentemente Naruto no parecía tener prejuicios en cuanto a relaciones se refería, le daba algo de pena que de verdad creyera que por ser hombre no tenía derecho a expresar sus emociones más vulnerables. Como si por llorar se le fuera a caer el pene…

Pensamiento que quedó reforzado cuando, nada más entrar al dormitorio, Naruto apagó la luz y se metió en la cama, plantando la cara contra la almohada sin decir ni una palabra, haciendo evidente el enfado que debía de tener consigo mismo.

—¿No me vas a dar ni un beso de buenas noches? —bromeó intentando hacer que se relajara al tanto que se metía entre las sábanas junto a él.

De nuevo, dio un profundo suspiro ante la falta de respuesta del otro y se acomodó de lado, empezando a adaptarse a la oscuridad y ver la figura que yacía a su lado. No se había tapado hasta arriba con la colcha, por lo que podía entrever el contorno de su espalda, y suspiró otra vez al alargar la mano y pasarla por ahí, aguzando el tacto al dibujar en su mente el relieve de sus hombros, el cuello, la espina dorsal… Le hubiera gustado que la camiseta no le separase de sentir más directamente el calor de su piel.

Tras un rato así, se detuvo al sentir bajo su mano cómo el otro dio un profundo suspiro, y se removía un tanto para girar la cabeza y mirarle.

—Perdona —le dijo en un susurro.

—No tienes porqué pedir perdón —le contestó. —Es normal. Yo también me pondría así si le pasara algo a mi hermano.

Y pese a que quería saber más, preguntarle qué había ocurrido exactamente, cuándo… Supuso que sería mejor no poner el dedo sobre la llaga. Demasiado afectado parecía ya como para hacerle ahondar en detalles.

Tras pasar un rato ahí callados, acariciándole por la espalda y la nuca, Naruto se giró de lado, mirándole más directamente, haciendo que su mano cayera en el espacio vacío entre ellos.

Y aunque ahora parecía más tranquilo que hacía unos minutos, seguía sin atreverse a decir nada. No tenía nada que decir más bien, sintiendo que en ese momento cualquier cosa era irrelevante en comparación con lo que acababa de ocurrir.

Aguzando todos sus sentidos, alzó la mano para retirarle el flequillo de la cara, acariciándole con el dorso desde la frente hasta la mejilla.

—Se llama Menma —susurró Naruto, poniendo una mano sobre su cintura.

Tanto el gesto como la información le pillaron totalmente desprevenido, dejándole helado por un instante.

—¿Quién? —preguntó confuso.

—Mi sobrino.

—Unn —asintió levemente.

Con un suave suspiro de alivio, cerró los ojos al sentir la mano de Naruto acariciarle por el costado, llevando la suya propia hasta su hombro, acercándose más a él, por instinto o por costumbre. Pero para cuando fue consciente, ya estaba pasando el brazo por debajo de la almohada, con la mano en su espalda, presionando levemente para que se echara sobre su costado. Y bien por el shock, o por reticencia, aquél —aunque prácticamente estaba ya apoyado en su cuerpo—, levantó la cabeza, quedándose a escasos centímetros de su cara sin pronunciar palabra.

Y no quiso volver a reprimir ese impulso que había estado sintiendo desde el mismo momento en que puso los ojos sobre él: aunque alerta por la posible reacción que pudiera tener, se alzó lo justo que necesitó para llegar a sus labios, y le besó en apenas un roce. Y se estremeció cuando, tras unos segundos manteniendo el contacto, Naruto comenzó a besarle de vuelta con el mismo cuidado. Intentando controlar la fuerza con la que le salía el aire entre los labios, volvió a juntarlos esta vez presionándolos un poco más, intentando obligar al otro a que fuera consciente de lo que estaban haciendo. Y se le escapó el aire de golpe cuando Naruto jadeó, intensificando aún más aquel beso.

Notó cómo se le ponían todos los pelos de punta, dejando que Naruto pegara un tanto más sus cuerpos cuando le atrajo hacia él… Y Sasuke le tiró levemente del pelo de la nuca, poniéndole la mano en el pecho para distanciarle, al sentir ese hormigueo bajarle por el vientre al tiempo que se le escapó un gemido de la garganta.

—Despacio, cerebrito.

Durante unos segundos, se quedaron así, recuperando el aliento. De repente, el aire entre ellos se había vuelto demasiado enrarecido, y podía notar con todo su cuerpo oleadas de calor provenientes del otro.

Bueno, al menos parecía que no iban a tener demasiados problemas para tener sexo, llegado el momento. Pero no hoy.

—Si no quieres que te desvirgue ahora mismo, será mejor que no te pongas intensito —añadió con sorna.

—¿Y si te lo hago yo? —le rebatió, llevando una mano hasta su nalga, dándole un buen apretón.

Otra oleada de calor le recorrió el cuerpo entero. Pero esta vez no provenía de Naruto, sino de sí mismo.

—Sigue soñando —le dijo agarrando con fuerza la muñeca del otro para apartarle la mano. —Hasta que no sepas lo que se siente, no pienso dejar que entres ahí.

—¿Por qué no? —insistió con terquedad.

De repente, Naruto se giró un tanto más hacia él, poniendo algo más de peso sobre su cuerpo, y besándole más intensamente que antes.

Y aunque su instinto le estaba pidiendo que le dejara hacer lo que quisiera, su cabeza le decía que no era buena idea. Por lo que esta vez puso algo más de fuerza al ponerle la mano en el pecho para hacer que se distanciara.

—Porque no conoces otra cosa para meter la polla que no sea una vagina —le intentó explicar sin enfadarse. —No es lo mismo, y me puedes hacer bastante daño.

Al parecer, Naruto no pudo reprimir un leve gruñido al tiempo que apoyaba la frente con la suya, tras lo que se giró para dejarse caer de espaldas, alejándose así de él.

—No te pongas así, fiera —dijo burlón, alzando la cabeza sobre la mano, y observando cómo su pecho se movía agitado.

—¿Cómo quieres que no me ponga así? —se quejó. —¿Qué se supone que tengo que hacer ahora con esto? —señaló con ambas manos hacia su entrepierna.

—Hmmm… —estiró la sonrisa como dándole un pensamiento. —Tienes el método del uno contra cinco.

—¿Hablas en serio?

—También puedes contar hasta cien, a mí me funciona —añadió con sorna.

—¿De verdad vas a dejarme con el calentón…? —preguntó con creciente exasperación.

—Lección número uno sobre respetar a tu pareja sexual —se mofó.

—Argh… —gruñó.

De nuevo, Sasuke sintió como si una onda expansiva de calor le golpeara todo el cuerpo, al ver cómo aquél se llevó una mano a la entrepierna para masajearse.

—No me lo puedo creer… —gimoteó, llevándose un brazo a la cara para cubrirse los ojos.

Aunque sabía que era más fruto de la desesperación que otra cosa, le empezó a excitar ver cómo aquél no paraba de presionar la mano contra su ya obvia erección.

—Está la otra opción de masturbarnos mutuamente —soltó antes siquiera de poder pensar.

Y cuando Naruto se quedó inmóvil por un momento, supo que ya no tenía escapatoria.

Oh, bueno… Para hacer eso ni tenían que desnudarse, ni tenían nada de lo que avergonzarse después.

Culparía al alcohol de esto también.

.

.

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Continuará


05/11/22

¡Uolas!

¡Dejo otro capítulo por aquí, y me marcho corriendo que tengo que cocinar ramen para cenar! xD

Espero que os esté gustando ^^

¡No olvidéis dejarme un comentario para saber qué os parece!

¡Nos seguimos leyendo! ≧w≦