-Señora Namikaze... - la llamó Shikamaru de pronto. - ¿Podría contarnos qué estaba haciendo el padre de Naruto en el sanatorio Akasuna?
-Quería ayudar a Hinata. – respondió Kushina. – Aunque, cuando partió, yo no lo sabía. Solo pensé que sería una misión más de exorcismo. – apretó los puños sobre sus piernas. – Qué volvería a casa con esa gran sonrisa que tenía y...
De pronto, las tazas y los muebles comenzaron a temblar. Anonadada por ese fenómeno, se levantó de la mesa y corrió a la ventana más cercana. El cielo era de un color morado rojizo. Una señal de que los demonios estaban acechando la zona.
-¡Cubran las ventanas! ¡Rápido! – ordenó, volteando hacia el comedor.
Los jóvenes se levantaron de sus asientos y la obedecieron sin dudar. Naruto fue el único que subió al segundo piso, abriendo las puertas de todos cuartos; incluyendo el de Sasuke, para recorrer las cortinas.
Sin embargo, al llegar a la última; que era la de su alcoba, vio por unos segundos una espantosa caravana conformada por demonios. Su impresión fue tanta que, al cubrir la ventana, bajó por las escaleras con la frente completamente azul.
-¡Mamá, ¿Qué está pasando?! – exigió saber, parado al pie de las escaleras.
-¡Síganme! ¡Se los explicaré todo en el camino! – pidió la mujer, corriendo hacia la cocina.
En el piso, había una puerta escondida bajo una alfombra. Kushina le quitó la cadena y luego, les pidió a los muchachos que bajaran con cuidado. Las escaleras eran la entrada a un túnel subterráneo, el cual, se iluminó en cuanto terminaron de cruzarlas.
-¡No es cierto! – gritó el rubio, sorprendido con el transporte frente a ellos. - ¡¿Por qué nunca me dijiste que tenías una camioneta todo terreno?! – interrogó enojado, dirigiéndose a su madre.
-Para evitar que la chocaras. – contestó Kushina, logrando que cayera con los pies hacia arriba.
Sakura y Shikamaru lo vieron con una gotita de sudor cayendo de sus respectivas frentes. Después de que se subieran al coche, la mujer lo encendió, conduciendo por otro túnel subterráneo que daba hacia una de las alcantarillas del distrito de Suginami.
PPPPP
Correr por las calles vacías; iluminadas pobremente por los postes de luz, era lo único que Sasuke podía hacer en ese momento. Si se atrevía a detenerse o a girar hacia atrás, el ejército de monstruos que lo perseguía lo acabaría de golpe.
Era como repetir lo sucedido hace 10 años. Con la diferencia de que se había vuelto más alto y su resistencia ya no era la misma que cuando niño. Sin embargo, eso no significaba que podía correr para siempre.
En algún instante debía parar. Pero, si lo hacía... ¿Para qué demonios habían muerto sus padres y su hermano? ¿Con qué propósito Kushina Namikaze, su jefe y su familia habían luchado tanto para que permaneciera a su lado?
¿Por qué había rechazado tanto acercarse a Naruto y a los otros al saber qué en su interior estaba la fruta Tsuchigumo? ¿Por qué teniendo la oportunidad de quitarle la vida a Hinata, no lo hizo?
Entonces, al dar vuelta en una esquina, su paso fue bloqueado por el gigantesco cuerpo de una mujer cien pies, amenazándolo con sus aterradores colmillos y garras. Aprovechando aquello, otras criaturas se amontonaron, haciéndolo retroceder hacia la pared de un edificio y sin darle ni una sola oportunidad de escapar. En eso, la mujer de cabello blanco apareció entre ellos, sonriendo con arrogancia mientras acariciaba la cabeza de su serpiente.
-Ya no te resistas. – le aconsejó, caminando hacia él. - Enju no está aquí para protegerte y dudo mucho que alguien venga a salvarte. – al estar tan cortos de distancia, acercó su mano a su pecho, a la altura de su corazón. - Estás completamente...
-¡Tsubaki!
De pronto, la voz de una chica le abrió paso a una flecha con resplandor anaranjado, purificando todo lo que tocaba, hasta clavarse en la pared donde Sasuke estaba arrinconado.
El pequeño corte que Tsubaki recibió en su mejilla derecha; al darse vuelta, hizo que abriera los ojos como platos y frunciera el ceño.
Parada al otro lado de la calle, Rin tomó una nueva flecha de su recipiente de bambú y la colocó en medio de su arco, apuntando nuevamente hacia la sacerdotisa de poderes oscuros.
-¡Te lo advierto! – exclamó. - ¡Si no lo dejas ir en este instante, juro que la próxima flecha irá directo a tu frente!
Tsubaki soltó una carcajada.
-¡Niña estúpida! – gritó confiada. - ¡Si Hitomiko no pudo acabar conmigo, ¿Por qué piensas que tú puedes hacerlo?!
Mientras se reía a carcajadas; junto a sus fieles sirvientes, Rin gruñó.
-¡Ustedes...! – señaló con su mirada a unos Youkai a su lado izquierdo y apuntó a la pequeña joven. - ¡DEVORENLA! ¡NO QUIERO VER NI UN RASTRO DE ESA MALNACIDA!
Los monstruos sonrieron. Y de manera inmediata, acataron su orden. La joven sonrió.
-¡Eso es todo niña! – celebró la mujer. - ¡MORIRÁS SIN HABER VENGADO LA MUERTE DE TU MADRE! ¡JAJAJAJAJAJAJAJAJA!
Al soltar su flecha y purificar a la mayor parte de los demonios que iban hacia ella, le abrió el camino a una figura de largo cabello plateado y ropas negras, saltando de un lado a otro entre los edificios. Tsubaki, al ver aquello, quedó anonadada... antes de que su brazo derecho fuera cortado violentamente.
-¡AAAAAAAAAAAAAAAAHHH! – soltó un alarido de dolor, cayendo de rodillas y volteando hacia su atacante.
Sus ojos verde esmeralda reconocieron con rencor al hijo menor de la sacerdotisa Izayoi, quien no dudó en sonreírle con burla mientras rodeaba la cintura de Sasuke con su brazo izquierdo.
-Maldito... - habló enfurecida, haciendo brillar su ojo derecho. - ¡MALDITO SEAS, INUYASHAAAAAAAA!
Unos segundos después, más criaturas sobrenaturales salieron del interior de su pupila, dirigiéndose de forma automática al mencionado. Rin, al ver aquello, colocó tres flechas en medio de su arco y las disparó hacia arriba. El brillo anaranjado que desprendían era tan fuerte como para purificar a varios monstruos de golpe.
-¡IMBÉCILES! – se quejó la sacerdotisa mala. - ¡NO LOS DEJEN ESCAPAR!
Los Youkai que quedaron con vida obedecieron a su ama, apresurándose para poder alcanzar a los jóvenes. Pero ellos no eran una presa fácil. InuYasha, además de usar sus garras para liquidarlos, también les destrozaba la cabeza o la columna con su fuerza descomunal.
Rin, por otra parte, corría y soltaba flechas casi sin pensar, purificando con su energía espiritual a todo demonio que alcanzaba a ver. Ante los ojos de Sasuke, la situación era una locura. ¿Quiénes eran esas personas? ¿Por qué aparecieron de la nada y lo rescataron?
-¡Rin!
De repente, escuchó a lo lejos una voz conocida. Se trataba del detective Taisho, quien se encontraba parado al final de la calle acompañado por una joven de largo cabello negro y ojos castaños. Al verla, la reconoció de inmediato. Era la misma chica que lo abrazó, luego de haberse topado con Mirai.
-¡Los pergaminos están en su lugar!
Después de escuchar aquello, la pequeña sacerdotisa soltó una última flecha y corrió lo más rápido que pudo hacia Itachi y Sesshomaru. Sin embargo, desde el punto de vista de InuYasha, era tan lenta que se había convertido en un blanco fácil para los demonios que quedaban. Por ello, después de deshacerse de tres de ellos, saltó hacia ella y se la llevó en su brazo derecho.
-¡¿I-InuYasha?! – lo llamó confundida.
¡Que la tomara así no era parte del plan! Lo peor de todo, es que el grupo de Youkai incrementó gracias a más invocaciones, realizadas por Tsubaki, desde su ojo derecho. Por ello, y pese a sentir una gran incomodidad al ser llevada, no tuvo más opción que girar su recipiente de bambú hacia su torso y lanzar más flechas desde esa posición, aprovechando los pasos que hacía su amigo de vez en cuando para girar hacia las criaturas.
-Oh, no... - pensó Itachi, apretando las manos de la joven Higurashi con extrema preocupación. En sus pupilas, se reflejaba la gran ola de demonios que iba tras los jóvenes. – Si los alcanzan...
De pronto, el detective tomó su hombro derecho y lo acercó a él.
-¿S-Sesshomaru?
-Si quieres que tu hermano salga vivo, sígueme la corriente.
Dijo aquello con tanta seriedad que Itachi no pudo oponerse. Únicamente, asintió confundido.
-¡Hay que eliminar a la mayoría! – exclamó el joven de cabello plateado.
-¡Pero no quedamos en eso! – replicó la sacerdotisa, soltando otra flecha.
-¡InuYasha!
El mencionado, Rin y Sasuke voltearon hacia Sesshomaru... solo para presenciar cómo se acercaba a Kagome y besaba sus labios. Al instante, sus expresiones de angustia se convirtieron en muecas, seguido por un inesperado tropiezo que los hizo caer de cara en el asfalto. Al otro lado, Itachi dio un paso atrás, cubriéndose la boca con las manos.
-N-No sabía que Sesshomaru tenía esos gustos... - comentó la sacerdotisa, perpleja y con un tic en su ojo izquierdo, mientras se sentaba de rodillas.
A su lado derecho, Sasuke; haciendo lo mismo que ella, no entendía lo que sucedía.
-Maldito... - susurró InuYasha, detrás de ellos.
La ira que le recorría cada centímetro del cuerpo; gracias a la repentina acción de su hermano mayor, consiguió que gruñera como una auténtica bestia, mientras sus globos oculares se tornaban de un fuerte rojo carmesí, acompañados por pupilas azules.
-¿Q-Qué le pasa? – pensó Sasuke, volteando hacia él y sintiéndose abrumado por la energía sobrenatural que desprendía.
-¡C-Cielos, cielos cielos...! – decía Rin, viendo con gran nerviosismo la transformación del Taisho.
-¡Rin! – volvió a llamarla Sesshomaru. - ¡Deja que la bestia zangetsuha se encargue de los demonios, tú activa la barrera!
Ella asintió. Se puso de pie y extendió su brazo derecho hacia Sasuke.
-¿Puedes levantarte? – lo cuestionó con una sonrisa.
Él aceptó su gesto y se puso de pie, corriendo con ella el tramo que les faltaba. InuYasha, mientras tanto, miraba con una gran sonrisa; sobre su hombro derecho, a los Youkai que se aproximaban. Riéndose por lo bajo, se tronó los nudillos. Giró por completo su cuerpo al otro lado y dio un gran salto.
-¡TOMEN ESTO, IDIOTAS! – exclamó, destazando a las criaturas con un solo movimiento de sus garras, alcanzando incluso los hombros de Tsubaki, parada a unos metros de donde ellos se encontraban.
La joven de cabello castaño, trayendo consigo al Namikaze, mientras tanto, había llegado con éxito hacia los postes de luz, realizando algunos sellos y rezos para levantar una poderosa barrera cuadrada, alrededor del hospital y de los edificios junto a este.
Sasuke y "Kagome" vieron aquello con asombro. Sesshomaru, alzando la vista, sonrió. Aunque habían estado separados por 10 años, valió por completo la pena si sus nuevos conocimientos; como sacerdotisa entrenada rigurosamente en el vaticano, le permitían proteger a sus seres queridos. Él incluido.
Por desgracia, su fascinación terminó de golpe, al recibir un agresivo ataque por parte de la bestia zangetsuha. Una vez terminada su labor de exterminar a los Youkai que los seguían, corrió y saltó dentro de la barrera, para herir con sus garras la espalda del detective.
-¡Sesshomaru! – gritó Rin, volteando un segundo.
Mientras el mencionado caía de rodillas, los hermanos Uchiha lo observaban con temor.
-JUJUJU... - la bestia sonrió, tronándose complacido sus nudillos cubiertos de sangre.
-Bien... - musitó el hombre de cabello plateado, esforzándose por ponerse de pie. - era claro que me lo merecía...
Un segundo después, su hermano menor salió disparado hacia el frente. Al seguirlo con sus ojos dorados, se percató de que su próximo blanco era el muchacho de cabello y ojos negros.
-¡Corre, Sasuke! – exclamó, frunciendo el ceño.
El mencionado lo obedeció, volteando y corriendo hacia la próxima calle. Para su mala suerte, InuYasha lo alcanzó con un par de saltos, parándose frente a él. Gruñía con una sonrisa, encorvaba su cuerpo, tronaba sus nudillos. No apartaba sus ojos, para nada, de él.
Al menos, hasta que "Kagome" corrió para alcanzarlos, interponiéndose entre ellos y levantando sus brazos a la altura de sus hombros.
Al ver aquello, Rin supo que tenía que terminar cuanto antes, con los últimos preparativos de la barrera. Sesshomaru, por su parte, comenzó a caminar con prisa, introduciendo su mano derecha en el interior de su gabardina azul oscuro.
-Ahora puedo devolverte lo que me dijiste cuando nos conocimos... - dijo Itachi, sonriéndole desafiante a la bestia zangetsuha. - "¿Ya se te olvidó que te transformaste para proteger a MI hermano?"
"¿Su hermano?" ¿A qué se refería? Pensó Sasuke.
-"Te lo juro, si algo le llega a pasar, haré que te arrepientas por el resto de tu vida".
Con esas últimas palabras, la mente de InuYasha se transportó a ese día. Por haber visto las lágrimas de Itachi; a través de los ojos castaños de Kagome, no había podido terminar su advertencia, apartándose de él con frustración.
Frustración. No había otro sentimiento que odiara más que ese, colocándolo en un hilo donde se debatía su moral, sus capacidades, su identidad...
Gruñendo y con un terrible dolor de cabeza; la cual se sostenía fuertemente con sus manos, se apartó de los hermanos, cayendo de rodillas... justo para recibir por parte de Sesshomaru, un pergamino en su frente. La bestia zangetsuha, al ser sellada, relajó por completo el cuerpo de su recipiente, abandonándolo.
-Idiota... - habló el mayor, enojado. - de haber sabido que te pondrías tan mal, mejor hubiera evitado hacer lo que hice.
-No tenías ningún derecho... - replicó molesto, poniendo su mano sobre su rodilla derecha, antes de levantar la mirada. - ¡¿Quién te crees que eres para profanar los labios de MI prometida de esa forma?! ¡Si su alma estuviera realmente en su cuerpo, jamás se habría prestado a hacer algo así!
-¡Pero no lo está! ¡Porque el zopenco que estoy viendo, se aventuró de nuevo en el mundo astral, a pesar de tenerlo prohibido!
-¡Ay! ¡Eres un imbécil! – gritó, poniéndose en pie de un salto. - ¡No sé cómo pude confiar en ti y dejar que protegieras a Itachi!
En eso, Rin llegó enfadada; de quién sabe dónde, y le dio a cada uno un buen golpe en la cabeza.
-¡¿Se quieren callar de una buena vez?! ¡Por culpa de sus descuidos, Tsubaki casi nos mata a todos! ¡En especial los tuyos, Sesshomaru! – llena de lágrimas, lo señaló de mala manera. - ¡Aún no puedo creer que fuiste capaz de hacer eso con Itachi! ¡De solo recordarlo, me dan ganas de aventarte toda el agua bendita que tengo, porque de seguro se te metió un demonio!
-¿Itachi? – se atrevió a decir Sasuke, llamando la atención de los presentes.
InuYasha y Rin, al percatarse de que habían pronunciado su nombre sin querer, pusieron muecas de espanto.
-¿De qué están hablando? – el joven apretó los puños, con las imágenes de la masacre de su familia vivas en su mente. - ¡¿Por qué hablan de mi hermano como si estuviera aquí presente?! ¡El murió la misma noche que mis padres también lo hicieron, yo lo vi!
-No estoy muerto. – comentó la chica de largo cabello negro, sacándolo de sus tormentosos pensamientos y obligándolo a voltear hacia "ella". - Estoy aquí. – Itachi sonrió, llevando la mano izquierda de Kagome al hombro derecho de su hermano menor. - Justo frente a ti.
Al instante, los ojos negros de Sasuke se abrieron como platos y su mirada se tornó más pálida de lo normal. La joven que le sonrió, que lloró al verlo, que lo abrazó... la joven que recién besó al detective Taisho... todo ese tiempo...
¡¿Se trataba de Itachi?! ¡No podía ser cierto! ¡Es decir...! ¡¿Cómo?! La presión fue tanta para él, que su cuerpo perdió fuerza, desmayándolo y haciéndolo caer oportunamente en los brazos de "Kagome".
-Creo... que ahora si se nos murió. – comentó InuYasha, viendo aquello con una mueca y un tic en su ojo izquierdo, al igual que Rin y Sesshomaru.
Fin del capítulo.
Este capítulo, debo confesarles, pasó por MUUCHOOOOOSS XD borradores, antes de que quedara como la versión que acababan de leer. En serio, necesitaba darle su buena MANOTA de gato para que quedara decente, jajaja.
Por cierto, respecto a la escena del beso... la verdad es que si me debatí si debía incluirla o no. Pero luego llegué a un punto en el que dije "Si! Puedo hacerlo! Es mi historia y puedo poner lo que yo quiera. Además, quiero un momento estilo Ranma 1/2" XD jajajaja Esta parte la incluí ÚNICAMENTE como medio cómico (no shippeo de NINGUNA MANERA A Sesshomaru y a Itachi, ¿Ok? jajaja, así que, espero no haberlos espantado tanto y, lo más importante, que se lo hayan tomado con humor TwT).
En fin! Solo quería hacer esta pequeña aclaración y... ¡Ah! También mandarle un saludo a Fran Sanchez por apoyarme con sus comentarios TwT Muchas, muchas gracias. Esto sería todo por el momento, cuídense mucho, nos estamos leyendo! ❤❤❤❤❤
