Capítulo 4

Juego de parejas

            -Lupin es un hombre lobo –sentenció Snape dándose importancia.

            Elisa se quedó sin habla. Después de varios intentos junto a Katrina de descubrir el secreto de Sirius, no habían conseguido nada. Vencida y cansada, Elisa optó por preguntar a Snape. Había intuído que él podría saber alguna cosa del tema. Y había acertado. No fue demasiado difícil sacárselo, estaba deseando contárselo a todo el mundo.

            -Dumbledore me dijo que no se lo contase a nadie –continuó explicándole Snape-. Pero, dado que eres tú, te lo he explicado.

            -¿Ah, sí? Espera, espera... tú quieres algo a cambio, ¿no?

            -Evidentemente.

            -Suéltalo.

            -Bueno... a parte del enorme placer que hayas tenido que recurrir a mí... –dijo con voz melosa- quiero que vengas al baile de Navidad conmigo.

            -¿Qué? –dijo Elisa exasperada- ¡Ni hablar!

            -¿Entonces no quieres saber tooodo lo que te esconde tu amado?

            -¿Hay más? –preguntó Elisa incredula.

            -Claro... –siseó hablando lentamente y con una desesperante tranquilidad.

            -Y... ¿qué es? –provó Elisa.

            -Eso... te lo diría si vinieses al baile conmigo.

            -¿Y por qué quieres ir conmigo?

            -Primera: para hacerle la puñeta a Black. Segunda: para hacerte la puñeta. Y tercera: porqué no hay ninguna chica que valga la pena –eso último lo dijo más bajo.

            -Pues no vayas al baile.

            -Tengo una reputación, encanto.

            -Ah... ya sé lo que pasa –dijo ella con tono de burla-. Esto es porqué nadie quiere ir contigo y crees que haciéndome chantaje a mí no harás el ridículo.

            -¿Lo harás o no? –replicó Snape impaciente.

            -No lo sé. Déjame que lo piense.

            -No tengo tiempo. Tienes que decirme ahora sí o no.

            -Bueeno –carraspeó Elisa vacilante.

            -¡Ha! Pefecto. Allí tienes a tu querido esperando que lo plantes.

            Elisa se gió rápidamente y vio a Sirius paseando a la orilla del lago charlando con Lily. Elisa se mordió el labio inferior arrepentida.

            -Snape, yo...

            Demasiado, Snape ya se había ido. Elisa dio una patada contra el inocente suele cabreada. Volvió a mirar a Sirius sintiendose terriblemente culpable. Entró al castillo corriendo antes que la viese.

            Había salido del castillo aquel domingo soleado porqué había visto a Snape solo. Pero vistas las perspectivas, prefería volver a entrar al castillo y encerrarse en su habitación. No estaba de humor para hablar con nadie más. Estaba asimilando aún que Remus fuese un hombre lobo y haber aceptado el chantaje de Snape. No sabía qué pensar ni qué hacer. No conocía mucho a Remus, pero lo poco que sabía de él era que era muy pasivo y agradable. No podía creerlo. Tampoco podía creer lo estúpida que había sido al aceptar a Snape. Se le retorcía el estómago sólo pensar que iría con él al estúpido baile de Navidad.

            -¡Elisa! –la llamó Sirius.

            Elisa se giró y vió que Sirius entraba por la puerta de entrada al castillo. Elisa le esperó nerviosa.

            -¿Qué pasa? –le preguntó Elisa incómoda.

            -Es que... te he visto fuera y... queía decirte que... esto... ¿cómo te fue el examen de otro día?

            -Eh... bien, bien –contestó Elisa algo cortada, no se lo esperaba.

            -Y... bueno, ahora mismo ya es Navidad.

            -Lo sé.

            -Y... hay un baile –dijo Sirius alargando las palabras.

            -¡Ui! –exclamó Elisa mirando el reloj i llevándose la mano a la cabeza-. Me acabo de acordar que tengo algo muy importante que hacer. ¡Y llego tarde!

            -Pero Elisa, yo quería decirte que...

            -Lástima, otro día hablaremos, como que me tengo que ir corriendo ahora mismo. ¡Hasta luego!

            Elisa se fue corriendo escaleras arriba. Sirius la observó irse desolado. En aquel momento, entró Lily.

            -¿Qué te ha dicho? –preguntó Lily curiosa.

            -Ha huído.

            -¡Pero bueno! ¿Qué le has dicho?

            -Ese es el problema Lily, que no le he dicho nada.

            -¿Pero como...?

            -Iba a decírselo, cuando ella ha dicho que se tenía que ir corriendo. Y aquí  me ha dejado. Con la palabra en la boca.

            -Si fuerais novios eso no habría pasado.

            -¡Ai, qué pesada, Lily! El hecho que ahora tú y James seais novios no significa que todo el mundo tenga que serlo.

            -Lo único que estas consiguiendo entre los dos causaros problemas y malentendidos. ¿Por qué no te declaras?

            -¡Es mi amiga! Y no quiero estropear eso.

            -Y llevarla al baile es por...

            -¡No significa nada en absoluto! –exclamó irritado.

            -¿Entonces por qué te importa tanto?

_*_*_*_

            -¿Con quién irás al baile, Katrina?             

            -Con Robinc, ya lo sabes. ¿Y tú?

            -No lo sé.

            -¿No te lo ha pedido nadie, Elisa?

            -Psss...

            -¿Y Sírius?

            Elisa la miró a los ojos.

            -¿Qué le pasa a Sirius? –preguntó Elisa inocentemente.

            -¿No te lo ha pedido?

            -Mmm... no.

            -¿Y tú a él?

            -No podría.

            -¿Por qué?

            -Ya sabes cómo soy.

            -Por supuesto –contestó Katrina mordaz-. Entonces, ¿qué? ¿Piensas ir con alguien?

            -No lo sé. Nunca me han entusiasmado los bailes.

_*_*_*_

            -¿Nunca te han entusiasmado los bailes? –repitió Snape con sarcasmo-. ¿Qué pasa? ¿Quieres echarte atrás?

            -¿Podría? –preguntó Elisa esperanzada.

            -¿Podrías prescindir de saber el secreto de Black?

            -No –contestó Elisa descorazonada.

            -¿Era eso todo lo que querías decirme? –dijo Snape con impaciencia.

            -Eh... ¿no le habrás dicho nada a Snape, verdad?

            -Mmm... sí. Se estaban metiendo conmigo y tuve que soltarlo.

            -¿Qué? –dijo Elisa atónita-. ¡Pero cómo has podido...!

            -Lo habría descubierto, tarde o temprano.

            -¡Llevo una semana evitándolo para no tener que hablar del tema! Y tú vas y se lo dices, así, sin más.

            -No, ¿y sabes lo más fascinante de la historia? Que tú no le podrás explicarle la auténtica razón por la que vas conmigo.

            -Te odio.

            -Lo sé –contestó Snape con aires de suficiencia-. Pero tendrás que aguantarme para saber lo que deseas.

            -Desaparece de mi vista.

            -Es lo que iba a hacer. Bueno..., el domingo pasaré a recojerte allá a las ocho.

            Elisa se lo miró de reojo pero no dijo nada. Recogió sus cosas y salió de la Biblioteca dejando a Snape solo.

            Se lo había encontrado por casualidad, estaba buscando un libro de lectura para Navidad y lo había visto en una mesa trabajando solo. Elisa había dejado su búsqueda y había ido a hablar con él. Cosa que no soportaba hacer.

            Por el pasillo, ya de vuelta, se encontró con Remus Lupin. Persona con la que nunca había tenido mucha relación, pero menos aún des de que conocía sus hábitos nocturnos en luna llena.

            -Hola –le saludó Elisa débilmente.

            -¡Elisa! –exclamó Remus sorprendido de verla-. Sirius me ha explicado que vas a ir con Snape al baile. ¿Es cierto o Snape sólo lo ha dicho para fastidiar?

            -Es cierto –respondió Elisa con pesadumbre.

            -Pero, ¿por qué?

            -Es una historia muy larga y muy complicada que no entenderías.

            -¿Tratas de poner celoso a Sirius?

            Elisa soltó una carcajada. Tenía gracia, la cosa.

            -No, puedes estar seguro que no es eso. Ni tampoco es que me guste el pelo graso y nariz ganchuda.

            -¿Entonces qué es?

            -Puede que algún día te lo explique.

_*_*_*_

            -No lo entiendo –dijo Sirius dando vueltas por la habitación con nerviosismo-. Es que no lo entiendo.

            -Eso es todo lo que me ha dicho –concluyó Remus.

            -¿Pero cómo puede una chica como ella... tan inteligente, guapa, simpática, agradable... ir al baile con semejante mounstro?

            -Amigo mío, esto es más grave de lo que pensaba...

            -¿El qué? –preguntó Sirius desconcertado.

            -El ser que más odiamos en Hogwarts te ha quitado la chica de la que estás profundamente enamorado.

            -¿¿Que yo qué...?! No digas tonterías. Soy Sirius Black, el chico más atractivo y admirado del colegio. Puedo tener a la chica que quiera. ¿Por qué tendría que...?

            -Sirius, por favor, que nos conocemos.

            Sirius dejó de dar vueltas y le miró de reojo vacilante.

            -Ya... pero... no quiero que James sepa nada. Me metí mucho con él cuando se declaró a Lily y estoy seguro de que él hará lo mismo conmigo.

            -Pero si lo tuyo ya lo sabe medio colegio.

            -Sí, ya, pero él tardo 4 años en descubrir que Lily también estaba enamorada de él.

            -Sirius, la cuestión ahora eres tú.

            -Sí, ¿pero qué debo hacer? ¿Matar a Snape?

            -No hagas broma, Sirius, que una vez casi lo consigues.

            Sirius murmuró algo entre dientes y volvió a dar vueltas arriba y abajo.

            -Sirius... ¿por qué no te declaras?

            -No podría... somos amigos. Podría arruinar nuestra amistad para siempre.

            -¡Sirius! O lo haces tú o lo hago yo –exclamó irritado, harto de la terquedad de su amigo.

            -De acuerdo, hazlo tú –contestó Sirius rápidamente.

            -Sirius... –dijo Remus con tono de advertencia.

            -De acuerdo, de acuerdo. Lo intentaré.

            Remus suspiró cansado.

_________^^^^^^^^^^^^^^^^_____________

N.A.: Bueno, ¿qué pensáis? ¿Lo hará? ¿Lo intentará? En calquier caso, ya veremos quién tendrá la última palabra.