Un Fanfic de Ranma ½  Por (RBB) Edward Masters, 2002

Todos los personajes de Ranma ½ son propiedad de Rumiko Takahashi, publicado por Shogakukan en Japón. Cualquier personaje de otras series referido en este Fan-Fic pertenece a sus respectivos dueños. Este es un trabajo de Fanfiction con fines de entretenimiento y no de lucro, si tratara de ganar dinero estaría trabajando o estudiando y no escribiendo Fanfics  J.

ADVERTENCIA:    Supuestamente esta historia será de Aventura/Romance/Humor, si en este prologo parece ser Angst o Sadfic les pido disculpas. En los siguientes capítulos podrán ver de qué se trata.

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Amnesia

Era de noche en una pequeña ciudad al este de Yokohama, pero Genma Saotome y su hijo de siete años, Ranma, no estaban durmiendo, pues ellos tenían cosas mucho más importantes que hacer, como continuar la búsqueda por la perfección del arte. Desde hacía más de un año estas dos figuras salieron de casa con una sola misión en la mente, convertir a Ranma en el más grande artista marcial de todos los tiempos, que creciera siendo un hombre entre los hombres, un símbolo de poder y respeto. El camino hasta ahora había sido largo y difícil, sin embargo, ya habían visto progreso en el entrenamiento del chico, sin duda alguna tenía talento y difícilmente se podría encontrar a otro niño con las mismas habilidades en todo Japón… no, en todo el mundo.

Genma estaba lleno de emoción, finalmente era hora de tomar el siguiente paso en su largo y penoso viaje de entrenamiento. Cerca de tres semanas antes había llegado a una tienda de antigüedades en Yokohama, usualmente, estos lugares no tienen nada más que simples muebles y objetos viejos para turistas, pero de vez en cuando se pueden llegar a encontrar pergaminos con técnicas muy útiles. Después de andar viendo entre los artículos del local por cerca de media hora, se topó con un libro protegido dentro de una caja de cristal, al parecer un manual de algún tipo, cuando le preguntó al dueño de la tienda si podía verlo, el viejo tonto le contestó que ese era un articulo de colección, y que por lo mismo no estaba en venta.

Ah… pero Genma no es una persona que se de por vencido fácilmente, el hecho de que el anciano se haya negado a enseñarle el manual da a entender el valor del mismo, muchas personas guardan celosamente sus artículos importantes y no dejan que nadie los vea por miedo a perder sus secretos. Teniendo esos pensamientos en la mente y su corazón lleno de perseverancia, Genma decidió poner en marcha su plan esa misma noche.

Con toda la habilidad adquirida en todos esos años de estudio bajo el gran maestro Happosai, Genma caminó entre las sombras hasta llegar a la tienda de antigüedades, y con una agilidad felina que traicionaba su apariencia de glotón saltó hasta llegar al techo del local. Después de bajar por la angosta chimenea, se dirigió hacia la sala y de ahí tomo el pasillo que se dirigía hasta el cuarto donde el objeto de sus deseos se encontraba. Tardó cinco minutos para cerciorarse que no hubiera trampa alguna, y cuando por fin se sintió seguro de lo que hacía, con una habilidad obtenida durante años de práctica rompió la caja de cristal donde el manual se encontraba.

A simple vista el manual no parecía mucho, un simple libro de treinta y tres paginas de grosor, impreso en simple papel y con pastas de cartón corriente. Al regresar a su campamento se puso a hojearlo, encontró varias cosas interesantes, incluyendo información sobre algunos centros de entrenamiento y otras tantas técnicas, muchas de las cuales Genma ya conocía, y otras tantas que no parecían valer la pena. Pero lo que realmente llamó su atención fue una técnica que muy pocos habían logrado controlar, una técnica que causó terror entre los guerreros y emperadores de la China hace cientos de años, el Nekoken.

Habiendo leído sobre las grandezas aparentes de la gran técnica, Genma decidió ahí mismo que eso era lo que estaba buscando, algo que le diera a su hijo la ventaja que muchos otros jamás tendrían, lo mas cercano a una técnica invencible que en su vida había visto. Lo mejor del asunto es que era un proceso muy sencillo, simplemente enrolle al estudiante en salchichas de pescado y otros tantos productos del mismo tipo y arrójelo dentro de un poso lleno de gatos que previamente hayan sido privados de alimento alguno por varios días.

Si bien ya tenía el manual, solo le quedaba poner en practica los conocimientos que de éste obtuvo. El primer paso sería encontrar un buen lugar donde nadie los fuera a molestar por la duración del entrenamiento, anduvo vagando de un lugar a otro por varios días, hasta que por fin pudo encontrar un terreno baldío lo suficientemente alejado de la gente como para no atraer atención y así evitarse problemas que pudieran llegarle en el futuro. Después, se dio a la tarea de cavar una fosa lo suficientemente grande como para albergar veinticinco gatos sin que estos se pudieran escapar. Y como penúltimo paso fue encontrar dichos gatos. Al principio no parecía tan difícil conseguirlos, pero dos días después se dio cuenta que usando solo gatos callejeros no podría juntarlos todos. Ese problema fue fácilmente resuelto, se le ocurrió que podía tomar prestados los felinos domésticos de los vecinos. Así, después de tres largas semanas de arduo trabajo ya tenía una fosa con veintiocho gatos tan hambrientos que se empezaban a atacar unos a otros.

Y así es como llegamos hasta esta noche. A la mañana siguiente empezarían el entrenamiento en el Nekoken y lo único que les faltaba conseguir eran los productos de pescado para tener todo completo. De esta manera Genma mandó a dormir a Ranma dentro de la pequeña tienda de campaña, mientras él se adentraba al pueblo a conseguir los utensilios necesarios para volver a su hijo un hombre entre los hombres, un símbolo de poder y respeto. Ah si… mañana sería un nuevo día…

PROLOGO… EL NACIMIENTO DE UN GATO.

Genma ya se empezaba a desesperar, venía intentando enseñarle a Ranma el Nekoken por treinta y seis días seguidos. El primer día todo empezó como se lo esperaba, enredo al chico con una gran cantidad de salchichas de pescado que había robado la noche anterior de un pequeño almacén en el centro del pueblo, y después lo arrojó dentro de la fosa de los gatos, los gritos de terror de su hijo casi hicieron que desistiera de su tarea, pero recordó su misión y se tuvo que forzar a llevarla a cabo.

Era de esperar que el chiquillo no aprendiera la gran técnica en el primer intento, Genma siendo un padre justo sabía como todo mundo, que nadie es perfecto, así que continuó con su proyecto por varios días más. Después de una semana se dio cuenta que no solo Ranma no aprendía el Nekoken aún, si no que también había obtenido un temor terrible hacía los gatos, el simple hecho de ver un felino a diez metros de distancia lo hacía correr como si viera al mismo demonio.

El miedo como todo mundo sabe es una debilidad, y Genma no podía permitir que su futuro heredero tuviera debilidades, así que ahora tenía que deshacerse de ese terrible temor a los gatos. Costara lo que costara. Otro hecho bien conocido es que para deshacerte de tus temores tienes que enfrentarlos, y con esta información en la mente Genma continuó arrojando a su hijo día tras día por horas seguidas dentro de la fosa, cuando se le acabaron las salchichas uso atún, cuando no hubo mas atún usó sardinas, después bagre, bacalao, pulpo y un sin numero de productos del mar hasta traerlo a este día.

Hoy ya era el día numero treinta y siete de entrenamiento, y a Genma ya se le estaban acabando las ideas, no podía creer que su despreciable hijo no solo hubiera fallado en aprender el magnifico Nekoken, si no que ahora un simple gatito lo aterrorizaba.

"¡No papi por favor no!" Ranma le imploraba a su padre mientras este lo arrastraba hasta la entrada de la fosa.

"¡Vamos hijo, no seas cobarde! Me rompe el corazón ver que mi único hijo es acobardado por algo tan simple como una técnica…"

"¡Papi… pero los gatitos me lastiman y me muerden ya no quiero… por favor papa ya no!" Seguía suplicando pero no servía de nada, su padre lo levantó por el frente de su ensangrentado gi.

"Creeme Ranma, esto me duele mas a mi que a ti, pero ningún hijo mío va a ser espantado por un pequeño felino. ¡Seguiremos haciendo esto hasta que aprendas el Nekoken y te olvides de ese estúpido temor a los gatos!" Gritó Genma que ya estaba furioso.

"¡Ya no papa. Por favor ya…!" Sus gritos y llantos de suplica fueron interrumpidos pues su padre lo arrojó a la fosa, segundos después gritos de terror y los gruñidos de animales salvajes fue todo lo que se escuchó.

Después de bloquear la entrada de la fosa con una enorme lámina de acero Genma se fue a sentar a su acostumbrado lugar de siempre. Las primeras veces, cuando empezaba a entrenar a Ranma en el Nekoken los ruidos y gritos de angustia de su hijo lo tenían demasiado preocupado como para poder relajarse, pero últimamente podría decirse que ya estaba acostumbrado a ellos.

Habían pasado más de treinta minutos y se preguntaba que más podría hacer para ayudar a su hijo a superar su temor y a aprender la técnica, cuando todo dentro de la fosa se puso en silencio. De las treinta y siete veces que había repetido este procedimiento esta era la única vez en la que cesaron los horribles ruidos de la fosa.

El obeso artista marcial se dirigía a ver que era lo que ocurría cuando de repente se escucho un agudo chillido de "MERRROWLLL", un segundo después la pesada lámina de acero salió volando partida en pedazos y finalmente Genma pudo ver a su hijo parado en pies y manos. Por un momento Genma se sintió espantado, cuando las implicaciones de lo que acababa de ocurrir le llegaron a la mente "¡Ranma aprendió el Nekoken!" Se disponía a felicitar a su hijo pero éste lo atacó con tal furia que parecía un feroz tigre salvaje. No pasaron más de quince segundos cuando Genma estaba inconsciente en el piso cubierto en su propia sangre.

Al día siguiente cuando se hubo despertado y atendido a sus heridas Genma se preguntaba que era lo que había ocurrido con su hijo, después de andar siguiendo las huellas de sangre en el piso por más de una hora llegó hasta las afueras del pueblo, donde encontró a Ranma comiéndose los restos de un conejo. El niño seguía comportándose como una criatura salvaje.

Genma intentó hablarle para ver si podía hacer que volviera en si, pero el momento en el que Ranma se dio cuenta que estaba ahí lo atacó, dejándolo inconsciente por segunda vez en el piso. Un par de horas más tarde cuando Genma hubo recuperado la conciencia nuevamente, se dio cuenta de dos cosas. Primero, el Nekoken era grandioso, ni siquiera había podido ver cuando Ranma se movió, lo único que notó fue el horrible dolor que éste le infligía. Y dos, si no lograba recuperar a Ranma, estaría en grandes aprietos con su esposa Nodoka y esa terrible katana que siempre trae consigo.

Con nuevos ánimos, y teniendo en la mente lo que le ocurriría si no lograba recuperar a Ranma, Genma se levantó y siguió las pistas y rastros que su hijo iba dejando al moverse. Caminó por un par de días siguiendo las huellas y los restos de animales que Ranma dejaba al pasar hasta que llegó a un bosque cercano a Tokio, era conocido como Nekozawa. Ahí estableció su campamento y se dispuso a planear como atrapar a su insolente hijo.

Los tres días siguientes los dedicó a andar espiándolo y ver que era lo que hacía, donde vivía y como se movía. Al final de esos días llegó a la conclusión que Ranma se comportaba como un legitimo gato de montaña, con la pequeña diferencia que éste era diez veces mas rápido y que podía usar garras hechas de ki, las cuales podían cortar un árbol tan fácil como si fuera papel.

Durante dos meses intentó de todo para atrapar a su hijo, usó redes, cavó fosas, lanzó dardos, agarró palos, pero nada parecía funcionar. Tuvo que tratar sus heridas más de cincuenta veces y nunca, ni siquiera en una sola ocasión estuvo cerca de atraparlo, hasta que al final se dio por vencido.

Cuando Genma regresaba a la ciudad, habiendo dado por perdido a su hijo, la desesperación y frustración lo empezaron a atacar. ¿Qué le diría a su esposa cuando regresara a la casa? No le podía decir que dejó a su hijo en un bosque por que éste se volvió loco. ¿Y que pasaría ahora con el trato que hizo con Tendo? Sin Ranma el ya no tendría heredero y la posibilidad de retiro a una temprana edad estaba fuera de opción. En estos momentos, le pareció buena idea ir en un largo viaje de entrenamiento mientras pensaba en sus problemas y posibles soluciones a los mismos.

En una cueva, a las orillas del bosque Nekosawa, un extraño felino le decía adiós a su vida anterior y recibía su nueva vida con los brazos abiertos.

FIN DEL PROLOGO.

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VERSION 1.00

02 de Mayo del 2002

Pues aquí esta el prologo de mi nuevo Fanfic "Amnesia". Si por ahora todavía no ven hacia adonde se dirige esta historia en el siguiente tomo, primer capitulo, las cosas tendrán más sentido. Por favor ténganme paciencia y mándenme sus comentarios y criticas a mi dirección de email.

Con respecto al tema de por que Ranma no sale del Nekoken, si mal no tengo entendido al principio solo lo puede sacar alguien a quien él le tenga cariño y confianza. Más tarde cuando cambia de formas, ya sea de chico a chica o viceversa, también sale del trance. Para motivos de esta historia Ranma jamás encontró a la anciana que en el canon lo ayudó con este preciso problema.

Edward Masters (RBB)

www.animestone.com