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TONTERÍAS A DOS
Fecha: 6/11/22
Pareja: Sorato
Tiempo: 16m y 35s
—Digievolución—
Levantó la cabeza al notar que algo la cubría, desistiendo momentáneamente en poner el código numérico del candado de su bicicleta. Lo identificó como el casco de Yamato, o el suyo, aunque no fuera propiamente suyo sino de Yamato, aunque para Yamato fuera suyo porque era ella la única que lo llevaba. Fuera de quien fuese, era el casco que solía llevar cuando montaba en la scooter de Yamato. Lo encaró. Lucía una radiante sonrisa.
—Te llevo.
Aunque sus labios habían dibujado una sonrisa, su mirada se dirigió a su bicicleta.
—Vine en bicicleta.
Algunas chicas los miraban discretamente mientras descandaban sus bicis. Yamato no reparó en ellas, tampoco Sora, que siguió con su duelo visual. Con su duelo de sonrisas.
—Te llevo —repitió Yamato, dejando que sus dientes se vieran en su sonrisa.
—¿Y cómo vendré mañana?
—Te traigo mañana —fue la respuesta de Yamato, viendo por fin receptiva a Sora.
—¿Lo prometes?, no quiero llegar tarde mañana.
Ya lo seguía Sora fuera del aparcamiento de bicicletas, fuera también del recinto universitario, mientras Yamato asentía muy seguro de sí mismo.
—¿Y a dónde me llevas? —cuestionó Sora, ya completamente rendida.
—A dónde quieras.
Sora sacudió la cabeza perpleja. Dado que prácticamente la había secuestrado de su universidad, daba por hecho que tenía un plan. Sin embargo, a Yamato no parecía preocuparle ese pequeño detalle. Tomó el casco de la bicicleta que Sora llevaba en su mano, reparando en su ropa. Le debió parecer que su jersey era muy ligero porque se quitó su cazadora, entregándosela.
—Sabes que no corro mucho, pero sí que corre un poco más que la otra.
No entendiendo sus palabras, ni la sonrisa que las acompañaba, Sora se sorprendió al ver guardar su casco de bici dentro de una desconocida motocicleta. Todavía con la cazadora de Yamato en la mano, le buscó el rostro, comprendiendo al fin su sonrisa. Su invitación a ninguna parte.
—¿Y la scooter?
—Ha digievolucionado —dijo Yamato, mostrando su reluciente motocicleta orgulloso. Una motocicleta más grande, más deportiva—. Tranquila, es muy silenciosa —dijo, encendiendo el motor.
—Pero…
Sora estaba sin habla, mientras Yamato se colocaba un casco que le cubría toda la cabeza. Al ver la quietud de Sora, le abrochó también el suyo, que dejaba la cara descubierta, bajándole la pantalla para cubrirle los ojos.
—Te regalaré uno que te cubra entera —Sora seguía sin habla, mirando la moto y los gestos de Yamato—. Ponte la cazadora o cogerás frío.
Lo hizo Sora todavía presa de la conmoción. Al abrochársela, el aroma de Yamato la envolvió, despertando abruptamente a la realidad. De sobra sabía la intención de Yamato de adquirir una motocicleta de este tipo, pero no dejaba de ser chocante verla.
Lo observó entonces, ya subido en esa nueva motocicleta y sintió, que no solo la scooter había digievolucionado, también lo había hecho él. De repente, lo sintió completamente adulto.
—Venga —apremió él.
Y como adulta también, decidió compartir este primer viaje.
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