Kurama to Hiei, Kurayami ni ai
One: Midore me, Akai me
¿Cuando pasó? No podia saberlo con exactitud. La primera vez que lo vio le había sorprendido el odio y la aparent, superioridad que desprendia el taciturno youkai, y a la vez la soledad y el sufrimiento que sus llameantes ojos mostraban. En aquellos tiempos había asociado la fascinación que el medio-koorime le causaba con el haber encontrado a alguien que le comprendia, alguien de su propia naturaleza. No obstante, había creado un vício con la presencia del youkai de fuego, necesitaba verle, saber que estaba bien... las noches de añoranza que pasaba en su cama, cuando él decidía ausentarse por unos dias, en una agobiante sensación de ansiedad acabaron por revelarle aquello que sabía tan bién: lo amaba. Con todas sus fuerzas, y cada día más. Necesitaba verle, tocarle... así le fue revelada su condición, por la necesidad que sentia en su alma por abrazarle, tocarle, besarle... era un deseo muy diferente del que había sentido hasta ahora, si es cierto que había tenido una infinidad de amantes en sus más de mil doscientos años, algunos realmente bellos, cautivadores, pero jamás sintió ningun apego por ellos, nada más que deseo.
Fue durante el Ankoku Bujutsukai, después de la lucha contra Karasu y Bui. Estaban en los vestuarios, Hiei se había quedado profundamente dormido y Kurama aún estaba en el trance que le había causado pensar en la muerte del youkai como posibilidad. Entonces ocurrió. Kubawara, Yusuke y Koenma les habian dejado solos para investigar un extraño ruido en el lugar del ring. Entonces el medio koorime había girado un poco su cara mostrando un aniñado rostro lleno de inocencia, para suspirar por Yukina. Kurama se había levantado y había andado hasta él, el deseo de proteger a su pequeño youkai y de abrazarlo y besarlo era más poderoso incluso que su fuerte consciencia. Y había acercado el rostro hasta los lábios de Hiei, apenas rozándolos, respirando su aliento, sintiendo su calidez, y de repente sintió que no podía besarle como desearia, ni tenerlo entre sus brazos ni consolar a su pequeño niño.
El dolor que sintió en su pecho entonces era incluso más agudo que el que sentia cuando Shiori, la única persona que había querido hasta entonces, estaba en el borde de la muerte. Se sentia tan impotente... sus lágrimas, que no había usado desde la juventud estaban comenzando a aparecer en los ojos esmeralda del joven cuando Koenma entró y tuvo que separarse bruscamente de los intocados labios del niño prohibido.
Fue entonces que comprendió hasta que punto había llegado a enamorarse del youkai de fuego.
¿Y que podía hacer ahora? Ahora que sabía lo que le estaba ocurriendo, que sabía de su amor, ¿que debía hacer?¿Debía decirle? ¿Y si Hiei le rechazaba? Estaba seguro de que si eso pasaba se moriria... Preferia no decirle nada y conservar esa amistad con el Jaganshi a que no le comprendiese y le rechazara. Si, lo había aceptado... Hiei jamás sabria de sus sentimientos. Pero la idea de tenerlo tan cerca y comportarse como un simple amigo le tormentaba. Si bién es cierto que se podia considerar el "mejor amigo" del youkai de fuego, el no poder tocarle, abrazarle, besarle... protegerle... creaba un vacio en su interior que le hacia más daño que cualquier otra cosa. Era doloroso, mucho.
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Hola!
Este es mi primer fanfic en ff.net! espero que les guste... También el mi primer fic largo de más de un episodio... Depende de lo que me digan en las rewiew subiré el resto de capitulos... aunque aun lo tengo a la mitad ^^U
One: Midore me, Akai me
¿Cuando pasó? No podia saberlo con exactitud. La primera vez que lo vio le había sorprendido el odio y la aparent, superioridad que desprendia el taciturno youkai, y a la vez la soledad y el sufrimiento que sus llameantes ojos mostraban. En aquellos tiempos había asociado la fascinación que el medio-koorime le causaba con el haber encontrado a alguien que le comprendia, alguien de su propia naturaleza. No obstante, había creado un vício con la presencia del youkai de fuego, necesitaba verle, saber que estaba bien... las noches de añoranza que pasaba en su cama, cuando él decidía ausentarse por unos dias, en una agobiante sensación de ansiedad acabaron por revelarle aquello que sabía tan bién: lo amaba. Con todas sus fuerzas, y cada día más. Necesitaba verle, tocarle... así le fue revelada su condición, por la necesidad que sentia en su alma por abrazarle, tocarle, besarle... era un deseo muy diferente del que había sentido hasta ahora, si es cierto que había tenido una infinidad de amantes en sus más de mil doscientos años, algunos realmente bellos, cautivadores, pero jamás sintió ningun apego por ellos, nada más que deseo.
Fue durante el Ankoku Bujutsukai, después de la lucha contra Karasu y Bui. Estaban en los vestuarios, Hiei se había quedado profundamente dormido y Kurama aún estaba en el trance que le había causado pensar en la muerte del youkai como posibilidad. Entonces ocurrió. Kubawara, Yusuke y Koenma les habian dejado solos para investigar un extraño ruido en el lugar del ring. Entonces el medio koorime había girado un poco su cara mostrando un aniñado rostro lleno de inocencia, para suspirar por Yukina. Kurama se había levantado y había andado hasta él, el deseo de proteger a su pequeño youkai y de abrazarlo y besarlo era más poderoso incluso que su fuerte consciencia. Y había acercado el rostro hasta los lábios de Hiei, apenas rozándolos, respirando su aliento, sintiendo su calidez, y de repente sintió que no podía besarle como desearia, ni tenerlo entre sus brazos ni consolar a su pequeño niño.
El dolor que sintió en su pecho entonces era incluso más agudo que el que sentia cuando Shiori, la única persona que había querido hasta entonces, estaba en el borde de la muerte. Se sentia tan impotente... sus lágrimas, que no había usado desde la juventud estaban comenzando a aparecer en los ojos esmeralda del joven cuando Koenma entró y tuvo que separarse bruscamente de los intocados labios del niño prohibido.
Fue entonces que comprendió hasta que punto había llegado a enamorarse del youkai de fuego.
¿Y que podía hacer ahora? Ahora que sabía lo que le estaba ocurriendo, que sabía de su amor, ¿que debía hacer?¿Debía decirle? ¿Y si Hiei le rechazaba? Estaba seguro de que si eso pasaba se moriria... Preferia no decirle nada y conservar esa amistad con el Jaganshi a que no le comprendiese y le rechazara. Si, lo había aceptado... Hiei jamás sabria de sus sentimientos. Pero la idea de tenerlo tan cerca y comportarse como un simple amigo le tormentaba. Si bién es cierto que se podia considerar el "mejor amigo" del youkai de fuego, el no poder tocarle, abrazarle, besarle... protegerle... creaba un vacio en su interior que le hacia más daño que cualquier otra cosa. Era doloroso, mucho.
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Hola!
Este es mi primer fanfic en ff.net! espero que les guste... También el mi primer fic largo de más de un episodio... Depende de lo que me digan en las rewiew subiré el resto de capitulos... aunque aun lo tengo a la mitad ^^U
