Hola! Espero les guste el siguiente capítulo. Recuerden que la historia NO es para menores de edad, ni para personas sensibles al tema adulto.

A TRAVÉS DE MIS OJOS

XL

ANTHONY

La recuperación había sido menos dolorosa de lo que pensaba, o por lo menos las ganas de levantarme de una vez por todas estaban más presentes en mí que antes, me motivaba la idea de ir pronto con mi dulce Candy y me había esforzado más que nunca para ir hacia ella. Habían pasado tres meses de nuestra separación y gracias a la cirugía a la que me había sometido y a la rehabilitación intensiva que tomé había logrado mi objetivo: volver a caminar por mi propia cuenta.

-¿Estás listo Anthony? – Me preguntó mi tío Albert una vez que vio que venía bajando las escaleras. Sonreí al ver que me estaba esperando ansioso, incluso más de lo que yo mismo estaba por regresar.

-Jamás estuve tan listo en mi vida. – Respondí con una sonrisa amplia en mi rostro, una sonrisa que no había sido posible borrar de mí, desde que habíamos decidido salir cuanto antes rumbo a Lakewood, cada uno para ver a la joven que amaba, yo a mi prometida y mi tío para continuar la labor de conquista con Josephine, quien no podía asegurar pero tenía la sospecha que ya estaba ganada completamente por él. Me alegraba saber que ella hubiese encontrado a un hombre tan noble y bueno como mi tío, ambos se merecían ser feliz. – Pero creo que no soy el único impaciente por regresar. – Le dije a modo de broma, logrando que su rostro se sonrojara por haber sido descubierto.

-¡Vaya! ¡Veo que tienen prisa por dejarnos! – Dijo Stear de pronto quien se nos unía junto a su esposa quien ya tenía cerca de seis meses de embarazo. Les sonreí a ambos agradecido por la paciencia que habían mostrado al ser también pieza clave en mi recuperación.

Gracias a los inventos de mi primo y el haberme adecuado un salón completo para mí fue que pude continuar mis ejercicios aquí mismo, con la ayuda del Dr. Reynolds, quien se había comprometido a ayudarme para poder cumplir la promesa que había hecho a Candy el día que nos habíamos conocido.

-No creo que sea un inconveniente para ti. – Dije con una sonrisa, sabía bien que a pesar de todo Stear no había tenido una vida de recién casado con su esposa, así que se merecían estar una temporada a solas para que disfrutaran solo ellos dos su compañía.

-No te creas Anthony, los vamos a extrañar. – Dijo con una sonrisa de lado, demostrando que sentía que nos regresáramos según él tan pronto, pero para mí y mi tío estaba seguro que era demasiado tiempo sin nuestras hermosas damas al lado.

-Gracias hermano. – Lo abracé con verdadero cariño, con la sensación de que a pesar que estaríamos lejos eso no impediría que siguiéramos siendo cercanos. Stear y Archie eran más que primos para mí, eran mis hermanos y los dos habían ayudado muchísimo en todo el proceso. – Te prometo que pronto volveremos a visitarlos. – Dije seguro de que así sería, seguro de que volvería con Candy, sobre todo cuando mi primer sobrino naciera.

-Siempre serán bienvenidos Anthony. – Me dijo con los ojos totalmente emocionados, podía ver que sentía nuestra partida pero que al mismo tiempo estaba feliz por el encuentro que yo mismo anhelaba.

-¿Estás seguro que podrás hacerlo solo? – Preguntó mi tío cuando abrazó a Stear al despedirse, aún tenía dudas si Stear podría hacer todo ya que continuaba ayudando con sus inventos en el hospital, lo hacía como un favor y un hobbie que él disfrutaba mucho, algo que lo complementaba y que a pesar de que sabía no era un trabajo en sí para él, era algo que amaba hacer.

-No te preocupes tío, además si sigues como hasta ahora nunca te casarás. – Le dijo como respuesta. Stear también estaba enterado de las intenciones de mi tío y al igual que yo estaba completamente de acuerdo con él. Albert sonrió feliz por las palabras de Stear, seguramente porque recordaba a la dama que lo esperaba ansiosa.

-De todas formas no dudes en pedirme ayuda si es necesario. – Dijo una vez más un tanto inquieto por dejarlo definitivamente solo en los negocios, sin embargo Stear había demostrado ser tan capaz como él mismo o el mismo Archie.

-No te preocupes, sé lo que hago. – Dijo Stear seguro y con una sonrisa, diciéndonos adiós mientras su esposa se abrazaba a él deseándonos igualmente un feliz viaje.

-Saludos a Candy y Annie. – Dijo Patricia con una sonrisa dulce, mientras con un brazo abrazaba a mi primo y con el otro se sostenía el vientre que ahora sí era visiblemente perceptible para todo el mundo.

Jackson avanzó con el auto hasta la estación de trenes donde partiríamos de regreso a Chicago, ahí estaríamos solo unas horas ya que Archie nos estaría esperando con los boletos listos para el tren que saldría mañana por la mañana rumbo hacia Lakewood. No podía esperar, faltaba más de un día para volver a verla y sin embargo para mí era una verdadera eternidad.

-¿Nervioso? – Me preguntó mi tío al ver que no dejaba de moverme. Negué a su pregunta, seguro de que esa palabra no era la que definía mi estado de ánimo.

-Ansioso. – Dije con una sonrisa, desesperado por llegar a mi destino final. – Estoy ansioso por volver a ver a Candy, tío. – Le dije con una sonrisa de enamorado, una sonrisa que era imposible para mí ocultar y que sabía bien él me comprendía.

-Tranquilo, han pasado más de tres meses desde que se vieron, es normal estar ansioso, pero un día no es nada en comparación de lo que has tardado en regresar. – Me dijo seguro de sus palabras, sabía que tenía razón, había tardado cinco años en volver a verla y a pesar de extrañarla tanto no me hice presente en todo ese tiempo y ahora que tenía solo tres meses sin verla me habían parecido siglos enteros los que estuvimos separados.

-No sé cómo pude soportar tanto tiempo lejos de ella. – Dije ilusionado. Él me sonrió y para nuestra suerte ya habíamos llegado a la estación.

Caminábamos entre la multitud buscando el andén en el cual estaría el tren que abordaríamos. Jackson caminaba detrás de nosotros llevando nuestro equipaje, cuando de pronto sentí que alguien me tomaba del brazo.

-¡Jardinero! – Me dijo de pronto la voz de Terry, no había tenido que voltear a verlo para reconocer aquel timbre tan característico que tenía su voz.

-¡Terry! – Dije algo sorprendido por verlo en el lugar. - ¿Qué estás haciendo aquí? – Pregunté al mismo tiempo que mi tío se acercaba a él para saludarlo amigablemente.

-Comenzaré una gira. – Me dijo simplemente, extendiendo su mano para saludarme de manera amable. Estos tres meses lo había visto en varias ocasiones, ocasiones en las que él se acercaba a la mansión primero para ver lo de la prótesis de Susana y después para preguntar por mi salud. Me había ayudado alguna vez con la terapia y a pesar de que no éramos amigos podía decir que ya no le caía tan mal como al principio, y conociéndolo como había llegado a conocerlo, podía decir que era un gran avance para él.

-Entiendo. – Dije como respuesta, al parecer no tenía la intención de aclarar el lugar al que iría, sin embargo por su expresión podría decir que se sentía feliz de partir lejos de la joven que seguramente lo esperaba con ansias.

-Te vez feliz. – Dijo mi tío evidenciando lo que podíamos ver. Terry sonrió por el comentario.

-La verdad es que creo que estos días me servirán mucho para pensar y reflexionar lo que haré en un futuro con mi vida. – Dijo seguro y tranquilo, era la primera vez que lo veía hablar con esa convicción. Lo miré a los ojos y pude comprender que se refería a su relación con Susana, más de una vez lo había alentado a dejar esa relación y él sabía lo que yo pensaba acerca de ello. No tenía caso insistir en lo mismo, cuando sabía que solo él podía decidir qué hacer a respecto.

-Me alegra escuchar eso. – Dije con sinceridad, era algo que yo esperaba hiciera para evitar que siguiera lastimando y lastimándose a sí mismo. No era un mal tipo, podría decir que hasta podríamos ser amigos si no estuviéramos enamorados de la misma mujer.

-¿Vas con Candy? – Me preguntó por fin, podía advertir en su mirada que estaba ansioso por hacerme esa pregunta. No pude evitar sonreír con felicidad al recordar la tierna mirada de mi prometida.

-Sí… por fin regreso a su lado. – Dije sin intentar hacerlo sentir incómodo, sabía que a pesar de todo él seguía teniendo sentimientos por ella y yo lo comprendía muy bien ya que era imposible olvidar a una mujer como mi pequeña Candy.

-Me alegro, por fin estará feliz. – Dijo con una sonrisa de lado. - ¿Puedo pedirte algo? – Me preguntó un tanto indeciso, podía ver que estaba haciendo un esfuerzo por decirme lo que tenía en su pecho.

-Por supuesto. – Respondí seguro que había madurado mucho estos tres meses que habían pasado.

-¿Puedes decirle que le deseo toda la felicidad del mundo? – Me dijo a modo de pregunta, yo sonreí por su pedido y extendí mi mano para sellar la promesa que le había hecho.

-Puedes estar seguro de ello. – Dije con una sonrisa sincera. Él me correspondió agradecido porque sabía bien que no necesitaba preocuparse por ella ya que yo haría todo lo posible por hacerla feliz y estaba confiado en que yo le daría su mensaje. No hubo necesidad de más, con una mirada quedaba seguro que lo haría.

-Gracias. – Dijo únicamente mientras caminaba del otro lado de la estación para dirigirse al tren que también lo estaría esperando para emprender su destino. Mi tío lo despidió con un fuerte abrazo, como si se despidiera de alguien más de la familia, podía ver la estimación que sentía por él y podía decir que Terry sentía por mi tío.

-Espero que encuentre la felicidad que merece. – Dijo mi tío mientras ponía sus manos dentro del pantalón, viendo como el actor se perdía entre las personas hasta subir al vagón que le correspondía abordar.

-Lo hará tío, tenlo por seguro de que así será. – Dije confiando en que por fin comprendería que lo mejor era dejar a Susana, que a pesar de estar agradecido con ella nada justificaba que se quedara a su lado si no la amaba, podría cuidar de ella sin tener un compromiso de amor, un compromiso que no podía cumplir cuando sus sentimientos estaban comprometidos con alguien más, algo que Susana debía entender así como Josephine lo había comprendido a pesar del sufrimiento que había padecido y que ahora yo agradecía fuera cosa del pasado, sobre todo al ver que ahora era realmente feliz al lado de mi tío. – Terry encontrará la felicidad que se merece, simplemente es cuestión de tiempo. – Dije seguro de que primero tenía que sanar las heridas que tenía su corazón, heridas que Candy había dejado en él sin intención de hacerlo, ya que si aquel accidente no hubiese ocurrido sería yo el que siguiera cargando con las heridas que cargué por tantos años.

El viaje en tren fue verdaderamente largo, a pesar de la buena plática que habíamos entablado mi tío y yo el tiempo pasaba lentamente, mi ansiedad no disminuía en absoluto y de la misma forma en la que había abordado el tren en Nueva York habíamos llegado a Chicago. Archie nos esperaba con una gran sonrisa agitando sus brazos en señal para que pudiéramos verlo.

-¡Anthony! ¡Tío Albert! – Dijo con emoción, extendiendo sus brazos para recibirnos. Ambos lo abrazamos con gusto y comenzamos a caminar hacia la salida. No podía quedarme más tiempo en la estación a pesar de que mañana por la mañana volveríamos para irnos hasta Lakewood.

-¡Archie! – Dije emocionado de verlo.

-¡Ya estás caminando! – Dijo emocionado mientras me veía avanzar a la salida de la estación.

-¡Por supuesto que sí! – Dije sin ir de prisa, no quería forzar mucho las piernas y retroceder en el logro que había tenido. – Te lo dije por teléfono. – Dije un tanto ofendido por su incredulidad.

-¡Pero es emocionante verlo! ¡No es lo mismo imaginármelo! – Decía sin dejar de verme sorprendido por ver que por fin había dejado atrás aquella silla que tanto tiempo me había acompañado.

-Anthony ha hecho un verdadero esfuerzo para volver a caminar y todo se lo debe a Candy. – Dijo mi tío reconociendo que mi esfuerzo era por ella simplemente, ya que a pesar de que me había ayudado por mucho tiempo en mi rehabilitación lo que realmente me ayudó a salir adelante fue su ausencia. Al tener la seguridad que ella me estaba esperando y en esa espera había lágrimas y sufrimiento fue el aliciente definitivo para que yo me esforzara más y lograra ponerme de pie de una vez por todas.

-Me alegra que por fin haya quedado atrás toda esta pesadilla. – Dijo Archie con sincera emoción, lo miré agradecido por sus palabras.

-¿Cómo está Candy? – Pregunté desesperado por saber de ella a pesar de que casi a diario Archie me tenía informado de su salud y de la tía abuela, gracias a que él se comunicaba seguido con Annie y así podía saber de ella.

-Igual, intenta darse ánimos cuando está con la tía abuela, pero cuando está con Annie puede desahogar sus sentimientos, solo que si te esperas un día más creo que ella misma viajará a Nueva York o hasta la misma Italia a traer al médico a rastras. – Dijo con cierta gracia en su voz, sin embargo el saber que sufría me hacía sufrir a mí. Mis intenciones no eran hacerla sufrir cuando decidí que regresara a Lakewood, sino que el verla tan desmejorada y con poco ánimo de preocuparse por sí misma había hecho que yo reflexionara al respecto, sabía que nuestra separación la lastimaba porque a mí también lo hacía, pero al temer que tal vez no volvería a caminar ella se enfermaría de la angustia y la desesperación, por lo menos al saberla ocupada con la tía abuela me había dado el valor para continuar con lo primero que había decidido.

-Tengo muchas ganas de verla. – Dije sin importar que vieran la ansiedad en mí.

-Tranquilo, mañana antes de mediodía estaremos en Lakewood. – Dijo mi tío también ansioso, podía ver en su rostro la sonrisa tan grande que tenía, emocionado también por llegar junto a Josephine.

-Yo también iré con ustedes, también tengo muchas ganas de ver a Annie. – Dijo Archie también enamorado, los tres teníamos un motivo diferente y al mismo tiempo tan parecido para llegar, un motivo que para mí tenía unos preciosos ojos verdes, rizos rubios y unas adorables pecas que adornaban su hermosa piel y su lindo rostro.

La noche pasó lenta, no pude dormir mucho ya que la emoción que me abarcaba todo mi pecho hacía que me mantuviera despierto. Bajé con cuidado las escaleras y llegué hasta el jardín de la mansión. Suspiré su aroma intentando llenar mis pulmones de su agradable olor, podía ver que a pesar del frío que comenzaba a disiparse los botones de las flores comenzaban a querer reventar. Observé la dulce Candy y sonreí al pensar que aún le faltaba más de un mes para florecer, sin embargo las otras rosas ya estaban listas para comenzar a salir de sus capullos.

-Pronto será tu cumpleaños hermosa. – Pensaba emocionado mientras paseaba entre los rosedales. Había anhelado tanto pasear por este jardín sin la necesidad de hacerlo en la silla de ruedas. - Habría sido hermoso llegar ese día, sin embargo no podía soportar más tiempo sin verte. – Mis pensamientos como siempre me llevaban a la chica de mis sueños. Estaba tan sumido en mí mismo que no escuché que me habían hablado.

-Pronto será su cumpleaños. – Dijo Archie a mi espalda una vez más. Giré mi cuerpo al escuchar su voz. – Veo que estás muy distraído. – Dijo una vez más, pudo ver en mi la confusión que se reflejaba en mi rostro por no esperar su presencia.

-Pensaba en Candy. – Dije con una sonrisa. Él me sonrió de la misma manera.

-Me imagino. – Dijo sonriendo travieso. Recordé a Stear quien siempre se mofaba de mí porque decía que me la llevaba en la luna pensando en mi pequeña pecosa.

-No puedo evitarlo. – Dije enamorado, seguro que así era, ya que día y noche tenía en mi mente a mi amada Candy. – Estoy total y profundamente enamorado Archie. – Dije como excusa de algo que yo sabía no era un secreto ya para nadie.

-No tienes que decirlo Anthony. – Me dijo palmeando mi hombro. – Eso lo sé desde aquel día en el baile de bienvenida en Lakewood. – Dijo haciendo que recordara el primer y único baile que había compartido con ella. Mi rostro se iluminó con solo recordar la tarde que descendió del auto de los Leagan, jamás me había acercado a recibir a esa familia sin ser obligado por la tía abuela y aquella tarde esperaba emocionado que Stear y Archie se alejaran un poco para poder presentarme.

-Vamos, mi tío ya está en el auto. – Dijo invitándome a seguirlo para llegar con tiempo a la estación.

-Otro que está ansioso. – Dije con gracia. Archie comenzó a reír junto conmigo.

-Y que lo digas. – Dijo mientras me abrazaba por los hombros, feliz de tenerme a su lado ya recuperado. – Jamás lo había visto tan entusiasmado con alguien. – Dijo una vez más, recordando que mi tío también estaba desesperado por llegar a Lakewood.

-Yo tampoco, pero me alegra que así sea. – Dije sincero. Archie sonrió y asintió demostrando que estaba de acuerdo conmigo. - ¿Y Josephine? ¿Cómo está? – Pregunté un tanto temeroso, no quería que mi tío estuviera ilusionado y que ella tuviera aún sus sentimientos a mi favor.

-Josephine es muy discreta, pero puedo decirte que se lleva mejor con Candy y que cuando le doy una carta del tío su rostro se ilumina y después de agradecerme sale corriendo hasta su habitación para leerla tranquilamente. – Dijo para mi tranquilidad, aquello me hacía ver que el amor de mi tío por ella no le era del todo indiferente.

-Me alegra que así sea. – Dije sincero. Archie me sonrió una vez más.

-Tal vez es por el gran parecido que hay entre ustedes dos. – Dijo Archie de nuevo. – O porque mi tío es una persona maravillosa, noble y merecedora de un amor dulce y sincero, pero estoy convencido que el amor que comienza a nacer en Josephine por él es un amor verdadero. – Dijo para mi tranquilidad.

Archie sabía que yo no estaba del todo seguro de volver, con él y con Stear era con los únicos que había expresado esa inquietud que aún sentía, sin embargo volvía a darme la seguridad de que no debía que temer por presentarme de nuevo ante ella y hacerla sufrir cuando no era esa mi intención.

Eran las últimas horas que pasaría lejos de Candy y el tren que nos trasladaba a Lakewood llegó como siempre puntual a la estación. Fui uno de los primeros en bajar gracias a que el número de pasajeros era bastante reducido, en comparación de las personas que llegaban a Nueva York o a Chicago.

-Ya falta menos. – Dijo mi tío también feliz por haber llegado.

James estaba esperando a la salida de la estación, con su porte elegante y realmente dispuesto a cargar el automóvil con nuestras pertenencias para llevarnos hasta la mansión.

-Le dije a Annie por medio de una carta que hoy llegaríamos. – Dijo Archie con una sonrisa, revelando el motivo por el cual James estaba listo para llevarnos. – Pero no se preocupen ni Candy, ni Josephine están enteradas de su regreso. – Dijo con calma, para advertir que sería una sorpresa para ellas.

El avanzar del automóvil entrando al sendero que nos llevaba hasta el camino del portal de las rosas hizo que mi corazón dejara de latir por unos segundos, sentí la emoción invadir mi cuerpo al ir viendo como poco a poco la distancia se acortaba a cada girar de las ruedas del coche. La puerta se abrió gracias a los empleados que nos estaban esperando y pronto el automóvil se estacionaba frente a la mansión. Descendí con emoción y con cuidado, buscando frente a mí al amor de mi vida, sin embargo a la única que advertí fue a Annie, quien corrió emocionada hasta mi primo sin emitir ningún sonido.

-¿Y Candy? – Pregunté emocionado. Annie me miraba con verdadero asombro al ver que ya estaba de pie por mis propios medios.

-¡Ya puedes caminar! – Dijo con la voz no muy audible, parecía como si no quisiera que alguien más aparte de nosotros la escucháramos hablar. – Me alegra mucho. – Dijo con una sonrisa sincera, mientras continuaba abrazando a mi primo y yo esperaba me respondiera aquello que había preguntado segundos antes. – Candy está en el jardín. – Dijo por fin lo que yo quería escuchar. – Se va a poner muy contenta cuando te vea, la verdad pensé que tardarían más en llegar. - Dijo advirtiendo que acababa de recibir la carta donde Archie avisaba de nuestra presencia. Le sonreí agradecido por su dedicación y amor a Candy, gracias a mi primo yo había sabido de todo lo que sucedía en Lakewood y a pesar de saber que Candy estaba triste por no estar a mi lado me consolaba el saber que su salud era buena.

Mis ojos voltearon a ver hacia donde Annie me había señalado y pronto pude ver la delicada figura de mi hermosa prometida, que se perdía entre las ramas verdes de los rosedales. Mi cuerpo se mantuvo inmóvil por unos minutos en los que me dediqué a llenarme de su imagen, sus rizos eran mecidos por el viento que comenzaba a soplar más cálido, podía ver cómo se esforzaba por mantenerse firme y como sus hermosos ojos se cerraban mirando al cielo como diciendo una plegaria. Parecía una hermosa aparición divina ante mis ojos.

Caminé lentamente hasta donde ella se encontraba, mientras mi tío y mi primo me veían animándome a que me acercara a ella como si mi intención hubiese sido quedarme con ellos. Mis pasos eran firmes, seguros, sentía una inmensa alegría por volver a los paisajes de Lakewood, los cuales no podía admirar realmente por estar pensando única y exclusivamente en Candy, quien no podía ocultar que estaba sufriendo bastante. Mi corazón se encogió cuando al acercarme a ella pude ver claramente que sus lindos ojos comenzaban a derramar las lágrimas que había contenido. Recordé que Archie me había dicho que el jardín era el refugio que ella buscaba para dar rienda suelta a sus emociones buscando que nadie se diera cuenta de su dolor y desesperación.

-Eres mucho más linda cuando ríes… que cuando lloras… - Fue lo primero que vino a mi mente para poder decirle, las palabras no salían con tanta facilidad de mi garganta al sentir una profunda emoción por volver a verla. Por un momento vi cómo salía de su estado de sufrimiento para entrar a uno de sorpresa al creer que tal vez su mente la estaba engañando. Sonreí para mí mismo al ver que sus ojos se abrían para buscar junto a ella mi presencia. – Te extrañé princesa… - Agregué de nuevo, venciendo poco a poco el nudo que tenía atrapado dentro de mí y que me impedía hablar con fluidez, temía causarle un shock nervioso al ver que de pronto y de la nada me tenía frente a ella ya recuperado.

Me sentí como si yo mismo estuviera en una especie de sueño, un sueño del cual no quería despertar y que se confundía con mi realidad al momento de tenerla cerca, tanto había soñado con este momento que al hacerlo realidad comenzaba a dudar de si realmente estaba sucediendo o era uno más de los tantos que había tenido con ella. Giró su rostro por fin hasta donde yo estaba y sus esmeraldas se posaron en mí, provocando una sonrisa que reflejaba mi enorme felicidad, ese pequeño movimiento me volvió a mi realidad y me confirmó que no era un sueño el que yo vivía, sino que realmente estaba frente a mi hermosa prometida, a mi Dulce Candy quien con el brillo que desprendían sus ojos me confirmaba que ella era real ya que ninguno de mis sueños habían reproducido tal belleza que ella poseía.

Extendí los brazos y di un par de pasos hacia ella, ella caminó aún confundida por verme y me di cuenta que seguía pensando que nada de esto era real, pero por fortuna yo ya estaba convencido que no era un sueño el que estábamos viviendo.

-¡Anthony! – Dijo por fin, comenzando a llorar de nuevo de manera incontrolable, una punzada atacó mi corazón al ver con mis propios ojos el dolor que yo mismo le había provocado con mi ausencia. Nuestros cuerpos se encontraron en el medio del camino, ambos ansiosos por volver a sentirnos, el calor que su delicado y frágil cuerpo me proporcionaba caló hondo en mi pecho provocando que una fuerte corriente eléctrica viajara recorriéndome con violencia.

-¡Candy! ¡Mi dulce Candy! – Dije profundamente conmovido, sintiendo como ella comenzaba a refugiarse entre mis brazos, buscando mi calor y la seguridad que me había confesado sentía al estar conmigo.

La abracé con fuerza, queriendo decirle con ese abrazo que ya no estaba sola que había llegado para estar con ella y que a partir de ese momento no me separaría de ella nuevamente por voluntad propia, quería tenerla así en mis brazos para siempre. Su respiración era agitada y de pronto sentía que sus fuerzas se iban haciendo cada vez más intensas al aferrarse a mí sin voltear aún a verme a los ojos.

-¿Eres tú? – Preguntó separándose de mi abrazo para intentar enfocar sus verdes ojos en los míos, su mirada estaba opacada por las lágrimas que seguían produciéndose en sus lindos ojos. Su voz era apenas audible como si tuviese miedo de hablar más fuerte y romper el encanto, o despertar del bello sueño que compartíamos, porque eso era para nosotros un lindo sueño que vivíamos desde el primer día que nos habíamos enamorado el uno del otro. Su mirada parecía querer convencerse que realmente era yo al que abrazaba y que no me había confundido con alguien más.

-Soy yo princesa, te prometí que vendría por ti a Lakewood y lo he cumplido. – Le respondí ansioso queriendo convencerla que realmente era yo quien había regresado por fin a mi hogar, a sus brazos. Besé sus ojos para calmar sus lágrimas y limpiar con ellos ese líquido que salía sin control de sus bellas esmeraldas.

-¡Anthony! – Mencionó mi nombre con alivio, con un suspiro que abandonó sus carnosos labios mientras me abrazaba con fuerza como creyendo que huiría de ella. Nuestros corazones se sincronizaron a un mismo latido y en ese momento sentí una vez más que nos pertenecíamos por completo. - ¡Anthony! – Gritó aún más fuerte, emocionada por volver a verme, hasta ese momento sus ojos me reconocieron como real y no como un sueño y yo la miré con toda la ternura que podía tener en mi pecho y que estaba desbordándose en esos momentos. La abracé con más fuerza y me acerqué a su oído para hablarle con el infinito amor que solo ella había despertado en mi martirizada alma.

-¡Candy! ¡Candy! ¡Mi dulce Candy! – Le decía mientras la abrazaba y acariciaba sus cabellos, llenándome del delicioso aroma que desprendían, queriéndome llenar de ella como si el tiempo hubiese logrado borrar de mi memoria su exquisito aroma, queriendo recordar lo que yo sentía cuando la tenía entre mis brazos.

-¡Eres tú! ¡Realmente eres tú! – Decía sin querer soltarme, sintiendo como nuestros cuerpos se sentían completos al estar unidos. - ¿¡Qué sucedió!? ¡Ya puedes caminar! – Expresó hasta ese momento, yo sonreí a su emoción y me separé un poco para ver su rostro pero sin soltarla de mi agarre.

-Puedo caminar hermosa. – Dije emocionado, unas lágrimas también comenzaron a abandonar mis ojos víctima de la emoción por volverla a tener a mi lado. – Y todo gracias a ti mi amor. – Le dije sin dejar de verla a los ojos. Ella abrió sus bellos ojos sorprendida por mi afirmación, dispuesta a cuestionarme lo que había sucedido todo ese tiempo que no estuvimos juntos.

-¿Gracias a mí? – Preguntó con duda, segura de que no había estado ahí para ayudarme.

-Gracias a ti mi amor. – Le dije besando su frente en repetidas ocasiones. – Gracias a tu amor, gracias a las ganas que tenía de volver a tu lado recuperado. Tú fuiste el aliciente perfecto que me motivó para volver a ponerme de pie. Tú siempre has sido mi motivo, Candy. – Le volvía a aclarar mientras besaba su rostro. En ese momento no me importó si estaban los demás detrás de nosotros, no cuando tenía tanto tiempo sin verla y sin sentir sus caricias. – Te extrañé princesa, fue un martirio estar alejado de ti y al mismo tiempo un motivo para poder alcanzarte, eso me hizo levantarme más rápido para lograr caminar de nuevo. – Dije tomando sus manos entre las mías, mirándola con anhelo sintiendo como mis labios comenzaron a necesitar más y más el sabor de los suyos.

-¿Qué fue lo que pasó? – Me preguntó con una sonrisa en sus labios, una sonrisa que me hacía ver su boca con mayor ansiedad, con mayor ganas de besarla y catar por fin sus labios, labios que se me habían negado por muchas noches y muchos días.

-Después te cuento. – Dije para que supiera que le relataría la historia, pero que en esos momentos lo que yo anhelaba era besarla por fin una vez más. – Por ahora necesito volver a besarte. – Le dije como pidiendo su permiso para hacerlo, sintiendo un poco de timidez por su ausencia. Ella me miró con los ojos sorprendidos y su rostro enrojecido, sin embargo en sus verdes apareció un brillo muy particular, un brillo que yo sabía reconocer muy bien cuando compartíamos un instante tan mágico e íntimo como el que estábamos viviendo en ese preciso momento.

-Anthony. – Salió mi nombre como un susurro y la callé con mi boca, ansioso por volver a besarla, por volver a sentirla estremecer entre mis brazos. Ella no se negó a mi caricia y se abrazó con cuidado a mi cuello comenzando a responder a mi ritmo la caricia dada.

Nuestras bocas se encontraron tímidas al principio, ansiosas, desesperadas después por mostrar con aquel casto movimiento lo mucho que nos habíamos extrañado. Sus manos acariciaban mis cabellos mientras las mías recorrían con lentitud su talle, intentando no ir más allá de lo permitido, procurando contener lo que realmente sentía al tenerla a mi lado, sabía que estábamos expuestos ante todos al estar en el jardín, sin embargo en esos momentos no podía haberme contenido.

La razón volvió a mí una vez que nos habíamos separado y pude ver en sus ojos y ella en los míos que el beso compartido no era como el que queríamos darnos, ambos sabíamos que no era suficiente para ninguno de los dos. Ella asintió con pena y bajó su mirada al comprender lo que yo quería expresarle.

-Necesito estar a solas contigo. – Le dije atreviéndome con mi comentario, ella sonrió con timidez y su rostro se encendió de manera furiosa. Un rojo intenso había aparecido en su hermoso rostro y un brillo de deseo apareció en su mirada. – Pero por ahora debemos ir con los demás. – Dije abrazándola por los hombros para comenzar a caminar entre los rosales que hasta ese momento tomé atención. – Estoy tan feliz de estar aquí. – Dije sin dejar de caminar a su lado, ella se recargó en mi hombro y me abrazó por la cintura mientras con su otro brazo se aferraba a su mano dejándome envuelto entre sus brazos mientras veíamos a lo lejos que Albert, Archie y Annie continuaban esperando a que saliéramos de nuestra burbuja de amor.

Continuará…

Hola hermosas, espero que para las que hayan dudado si era uno más de los sueños de la pecosa, les haya quedado claro que no fue así, sino que realmente Anthony regresó a ella totalmente recuperado. Quiero aclarar una vez más que todo lo que relato de la condición médica de Anthony es hecha totalmente desde mi ignorancia, no soy médico y todo es relatado a modo conveniente para mi historia, aclaro esto antes de que me digan que es imposible una recuperación tan rápida o una recuperación de una persona que ha sufrido invalidez por tanto tiempo, como les digo soy completamente ignorante en el caso, sin embargo vuelvo a insistir solo es un fanfic. Muchas gracias por comprender.

TeamColombia. Hola hermosas, ya les respondí a las que temían que fuera un sueño y estaban confundidas. No, no fue un sueño, Anthony realmente regresó a Lakewood por su propio pie, regresó al lado de Albert quien también estaba que se le quemaban las habas por ver a la Josefina. Muchas gracias por esperar con ansias el capítulo hermosas, espero que les haya gustado, así que ahora yo espero que cumplan con su comentario jejeje. Les mando un fuerte abrazo a cada una de ustedes.

Julie-Andley-00. Hola hermosa, ¿Cómo estás? No te preocupes, primero lo primero. Me alegra que hayas tenido un espacio para leer y a pesar de no haber podido comentar en su momento sé que siempre estás al pendiente de cada una de las actualizaciones. Espero que te haya gustado también este capítulo y espero tu comentario. Te mando un fuerte abrazo hermosa, saludos!

Cla1969. Ciao bella, fortunatamente nulla è andato storto nella guarigione di Anthony. È tornato ed è pronto per ricominciare la sua storia d'amore accanto a Candy. Grazie mille per la lettura e il bellissimo commento, sono felice che tu sia ancora alla ricerca della storia. Ti mando un grande abbraccio.

Silandrew. Hola hermosa, existen muchas historias hermosas aquí en México con respecto al día de muertos, sin embargo en el norte del país estamos un poco más alejados de esas tradiciones, sin embargo con el tiempo han sido incluidas con más fuerza y poco a poco vamos combinando. El visitar a nuestros difuntos siempre ha sido una tradición, sin embargo es algo que para mí recién comienza ya que la mayoría de mi familia está sepultada en otros estados. Muchas gracias por tus palabras amiga. Me alegra que te haya gustado mucho el capítulo, decidí hacerlo así de rápido para que no se les hiciera mucha la espera. Te mando un fuerte abrazo hermosa.

Guest. Gracias hermosa.

Rose1404. Hola hermosa! no sé si solo soy yo la que está en cuenta regresiva o si ya has empezado a preparar la maleta y las pantuflas para el gran día, espero que puedas dormir sin ningún problema. Me alegra que te haya gustado el capítulo anterior, como siempre intentando dar lo mejor de mí para ustedes. Te mando un fuerte abrazo hermosa, y no te preocupes si hay algún problema en la traducción, me imagino que la historia también a veces se vuelve incomprensible, ojalá no sea mucho.

Hace unas semanas comentaste que en Francia Anthony no había muerto, sin embargo en la serie original Anthony Sí muere, de hecho el capítulo se llama "Anthony, muere" así lo tradujeron en México y a pesar de escuchar a mi corta edad el nombre del capítulo yo esperaba que volviera recuperado, para mí era imposible que el protagonista muriera, ya que para mí Anthony siempre fue el protagonista.

lemh2001. Hola hermosa! ¿Cómo estás? Espero que muy bien, muchas gracias por tus buenos deseos hermosa, son bien recibidos como siempre.

La escena de Annie y Candy me encantó, recordé el día que ella la había visitado después de su muerte, y quise hacer énfasis en lo que Candy le había dicho de como se sentía, es por ello que Annie ahora sí tiene palabras de aliento para ella, palabras que a pesar de que llegaron tarde fueron de ayuda para Candy. Pensé en que todo fuera un sueño, no te voy a decir que no, sin embargo no puedo ser tan cruel con ustedes, son muchos sueños en los que se pierde la pecosa que confunde a todo el mundo, incluso a mí jajaja. Así que no, ya puedes respirar tranquila, NO fue un sueño, todo ha sido realidad y ella ya está al lado de Anthony quien también dudó si era real la presencia de su novia. Creo que Terry comprendió finalmente que no puede forzar las cosas y que como siempre lo temió Candy nunca olvidó a Anthony, solo le faltaba aceptar su realidad. Muchas gracias por comentar y por leer hermosa, te mando un fuerte abrazo.

Mayely León. Hola hermosa, me alegra que estés bien. Así es cada país tiene sus creencias y a pesar de que a muchos no les parece correcto la "Celebración del día de muertos" es una tradición que remonta desde antes de la conquista española, sin embargo hasta hace unos años aquí en el norte del país (O por lo menos en mi ciudad) se le está dando más importancia que cuando yo era una niña, sin embargo para las personas que acabamos de perder a un ser querido todavía no lo llevamos como los que tienen años celebrando en el cementerio, que hasta llevan banda, comida y pasan todo el día. Nosotros fuimos temprano y nos retiramos a la hora de la comida, ya que por la tarde se pone más lleno y aún no estamos de ánimo para celebrar de esa manera. Con respecto al capítulo me alegra que te haya gustado y que no hayas pensado que era un sueño de la pecosa. Te mando un fuerte abrazo hermosa.

María José M. Hola hermosa, no te preocupes, a veces no nos da tiempo de comentar o de leer, sin embargo sé que estás al pendiente de la historia. Me alegra mucho que te hayan gustado los dos capítulos anteriores, espero que este también haya sido de tu agrado. Aquí andamos hermosa, caminando como siempre. Te mando un fuerte abrazo y muchas gracias por tu preocupación.

Mia Brower Graham de Andrew. Hermosa, una disculpa por no haberte respondido con anterioridad, no me había dado cuenta que te habías cambiado el nombre de usuario, veo que incluiste a todos los galanes de la serie jajaja. Me alegara que me hayas aclarado tu nueva identidad y mi confusión. Te mando un fuerte abrazo hermosa, espero que estés muy bien.

Muchas gracias a todas las que se toman la molestia de leer y esperar con paciencia la actualización de cada uno de los capítulos, ojalá se decidieran a hacer un comentario para saber qué les parece la historia, no importa que sea en su idioma yo me encargo de traducir sus palabras, ese trabajo déjenmelo a mí. Gracias por tomarse el tiempo de leer.

GeoMtzR

06/11/2022.