Un nuevo comienzo
Por Luz de luna82
Capítulo 4
Había pasado una semana más y Candy estaba desesperada, nadie quería emplearla, ¡pero claro! Sin una carta de recomendación como sería posible, estaba por entrar a la oficina de empleos cuando la encargada la hizo pasar.
-Sally no tengo nada para ti, no hay ninguna vacante para una psicóloga sin recomendaciones, ti tu pudieras contactar con alguien que te diera alguna.
-Lo siento Ronda, pero te digo que por el momento no puedo conseguir ninguna, contestaba Candy estresada.
-Sally tengo que cubrir una vacante de niñera, si quieres te pongo dentro de las candidatas, pero de una vez te digo, son personas muy exigentes, han entrevistado a 5 mujeres y ninguna les ha gustado, así que por ahora es todo lo que te puedo ofrecer.
Candy lo pensó, y no tenía nada que perder, había trabajado algunas veces como niñera en su juventud para ganar dinero así que no sería nada nuevo, además la experiencia con los niños del centro podría ayudarle, ya lo dejaría todo en las manos del destino.
-Acepto, gracias por considerarme Ronda. Decía Candy por la oportunidad que se le presentaba.
La cita seria a las 3 de la tarde al siguiente día, en la mansión Ardlay, se fue a su apartamento temprano, durmió y sentía el mariposeo en el estómago, estaba nerviosa por una entrevista como nunca antes, reviso su correo y pudo leer.
Sigo trabajando con lo de tu amiga, pronto te daré buenas noticias, te anexo una carta de recomendación, supongo que la necesitaras.
GJ
Claro que Georges no podía dejarla a la deriva, ese bigotón no desaparecería de su vida y lo agradecía, nada de sentimentalismos, pero sabía que tenía un gran corazón, se lo estaba demostrando al trabajar con lo de Clara, la veía muy a menudo por la calle donde la había visto la primera vez, esperaba que pronto pudiera regresar a su hogar.
En el vestíbulo de la mansión Ardlay esperaban tres candidatas más, eras hermosas, pero con mayor edad, seguramente tenían más experiencia que ella y seguramente buenas cartas de recomendación, la carta que Georges le había enviado la recomendaban como psicóloga, esperaba que eso sirviera, considerando que pedían experiencia como niñera. No tenía información de la edad de la niña o niños que cuidaría, pero le emocionaba trabajar con niños de nuevo.
La primera candidata entro, tenía un semblante duro y arisco, pensó que con una cara así, jamás podría conectar con ningún niño, un punto a su favor, media hora después salió y ni siquiera se despidió de ella o la otra chica, salió con una cara peor que con la que habia entrado, la segunda fue llamada, pero se veía que era sumamente callada, tímida, Candy trato de sacarle platica, pero era más fácil hablar con un pez que con ella, después de diez minutos salió la muchacha a toda prisa, diciendo entre dientes que jamás lo haría con tres, confundió a Candy, pero inmediatamente la llamaron para pasar, ¿a qué se refería la chica al decir "con tres"?
En el escritorio estaban tres hombres, pero el que le llamo la atención fue el que estaba en el centro, era el hombre que había visto en el restaurante de comida rápida la semana pasada, no sabía su nombre, pero sus ojos azules brillantes y ese porte no lo iba a olvidar jamás, en el acto se sonrojo por los pensamientos nada inocentes que había tenido con aquel desconocido algunas ocasiones.
Albert estaba distraído viendo hacia la nada, ya le dolía la cabeza, ayer habían entrevistado a cinco candidatas más y ninguna les había gustado, algunas eran demasiado rígidas, no conectaban, otras se veían demasiado tímidas, con tres chicos que cuidar, era un hecho que jamás podría con ellos, necesitaban a alguien jovial, firme y bondadosa al mismo tiempo, empática y muchos requisitos más que tal vez era imposible encontrar, la voz de Stear lo saco de sus pensamientos. La última candidata ya estaba ahí.
-Mi nombre es Stear Ardlay, mis hermanos, Archivald y William, gracias por acudir a la entrevista señorita Sally Johnson. Decía Stear ceremonialmente.
-Mucho gusto señores, se preguntaba Candy si Albert la reconocería, aunque no se hacía muchas ilusiones, aunque eso la ponía más nerviosa, si la entrevista la había imaginado con una sola persona, ahora tenía tres para estarla evaluando, eso sería más difícil de lo que se imaginaba.
Archie tomo la palabra, -Díganos señorita Johnson, ¿Qué tipo de experiencia tiene como niñera? En su currículo puedo ver que es psicóloga, pero me gustaría saber sobre su experiencia en el manejo de menores.
-Mi experiencia como niñera fue hace tiempo, mientras que estaba estudiando la preparatoria cuidaba por horas a pequeños en mi vecindario, eran pequeños entre 5, 7 y 12 años, he tenido relación con los niños por las terapias que he dado en un centro de psicología.
Albert veía la cara de Candy, sabía quién era, la recordaba perfectamente, sus grandes ojos y aquella delgada boca no la olvidaría, fue por ella que había que tenido que cambiar las políticas de no discriminación de una de sus empresas, se había preguntado muchas veces donde la encontraría, pero estúpidamente había olvidado pedirle sus datos o darle a ella una tarjeta para que lo buscara en algún momento y ahora la tenía frente a él, era una psicóloga, claro, pero ¿Por qué buscaba trabajo como niñera? Evidentemente estaba sobre calificada para el puesto.
- ¿Tiene cartas de recomendación de las personas con las que trabajo como niñera? Preguntaba Stear.
-Me temo que no, he perdido toda comunicación con ellos, lamento decirles que no; y de verdad lo lamentaba.
-Señorita Johnson me parece que esta sobre calificada para este puesto, usted es psicóloga y nosotros lo que necesitamos es una niñera. ¿Por qué busca trabajo con nosotros? Pregunto Albert directo como siempre, aunque se dio cuenta de que las palabras le salieron más atropelladas de lo que le hubiera gustado.
Candy se sintió pequeña, tenía toda la razón, pero ¿Qué más podía hacer? -Tiene razón señor Ardlay, pero le pido que evalué mi trabajo y si lo considera contráteme, si no yo no tendré problema en irme, Dijo determinante.
-Tomaremos una decisión y le llamaremos, dijo Archie sin más, el que Candy no tuviera cartas de recomendación no le daba ventaja sobre las candidatas, aunque tenía una dulce voz, no estaba seguro de que ella fuera la indicada.
Candy se levantó y agradeció su tiempo, Albert la vio salir, era delgada y su largo cabello brillaba, mientras Archie y Stear se iban a la licorera a servirse un vaso de vino, los pies del rubio lo llevaron a seguirla, tenía que agradecerle lo que había hecho aquella vez en el restaurante, de pronto se detuvo de golpe al tratar de salir de la oficina.
Candy iba con la moral en los suelos, otra entrevista más, otro fracaso, "nosotros te llamaremos" esa era la frase que había escuchado con mucha frecuencia las últimas dos semanas y ahora otra vez, por lo menos había vuelto a ver al joven de lindos ojos azules, iba pensando en eso cuando sintió como un pequeño chocaba con ella, traía un cuaderno en las manos, se arrodillo para ayudarlo a levantarlo.
-Disculpé, no la vi, dijo mientras levantaba su cuaderno.
- ¿Estas bien? ¿Te lastimaste? Le pregunto Candy, André le sonrió, la chica que tenía enfrente era muy bonita, pensó el pícaro niño.
-Hee bueno sí, estoy bien, solo que quería que alguien me ayudara con mi tarea. Decía el chico con su problema de todos los días, iba a buscar a Albert para que le ayudara con sus deberes.
- ¿Me permites ver tu tarea? Preguntaba Candy, esperando poder ayudar rápidamente al chico, antes de poder irse para siempre.
El entusiasta niño se sentó en el piso abriendo su cuaderno y junto con el Candy, él le mostraba las restas de dos dígitos que era lo que la maestra les había enseñado ese día.
-Ah ya veo, restas de dos dígitos, esto es simple… lo vio como esperando que le dijera su nombre.
-André, soy André dijo el niño con los ojos expectantes.
Candy mostró una pequeña sonrisa, -Bien, solo tenemos que pedir prestado al número de lado, ella le explico el procedimiento al niño y al minuto él mismo ya estaba resolviendo una resta el solo.
- ¿Es así? preguntaba mientras sacaba la lengua contando sus pequeños dedos.
-Así es exactamente André, me has entendido a la primera, eres muy inteligente ¿sabías?
-Si, papá siempre me lo está diciendo, contestaba orgulloso el niño.
-Bien André me tengo que ir, un placer ayudarte, decía Candy mientras se levantaba del piso, el llevar vestido y sentarse en el suelo no había sido muy buena idea, pero cuando de un niño se trata no hay excusas, de pronto sintió la presencia de alguien en su espalda.
-Señorita Johnson, ¿podemos hablar de nuevo en el despacho por favor? Decía en un tono de determinación en su voz.
-Claro que sí señor Ardlay, un placer. Entonces se hinco para estar a la altura de André y le dio un beso en la mejilla y se despidió de él.
-Un gusto haberte conocido André.
El niño agradeció y se fue corriendo a la cocina.
-Creo que no tengo nada más que pensar, decía Albert mientras se sentaba en detrás de su escritorio indicándole a Candy que tomara asiento también, usted es la indicada para atender a mis hijos, André tiene 6 años, tengo dos hijos más, James de 15 años y él bebe Dilan de 1 año, si se siente preparada, le ofrezco el empleo, lo que hizo con André es exactamente lo que espero de una niñera y usted señorita está calificada para ellos, tenemos una habitación para usted, las comidas también están incluidas y el transporte, su salario seria este, le tendió un papel con una cifra bastante generosa, que la emociono bastante, solo que ella ya tenía un apartamento, ¿Qué haría con él?
-Señor Ardlay ¿sería indispensable que yo viviera aquí?
-Me gustaría que así fuera, pero si lo prefiere, puede ir y venir todos los días, espero que comience a trabajar a las 7 de la mañana y su hora de salida seria a las 8 de la noche, tal vez suene pesada la jornada, pero usted entenderá que mi trabajo es muy demandante.
-Bien, no hay problema, yo puedo estarme transportando si le parece bien, acabo de alquilar un departamento y apenas tengo quince días, no me gustaría perder mi deposito.
-Ese no es problema, mañana mismo le regresaran todo, yo me encargo, le repito me gustaría que viviera aquí si no le molesta, los domingos serán sus días libres, si alguna vez necesitara que cuidara a los chicos después de su horario de trabajo le pagaría tiempo extra no se preocupe.
Era una oportunidad de oro lo reconoció, André era un niño encantador, ¿Cómo serian sus hermanos? Esperaba que no fueran tan terribles.
Muy bien, mañana me tendrá aquí a primera hora con todas mis cosas, le agradezco la oportunidad señor Ardlay. Se estrecharon las manos, se voltearon a ver, ¿Qué había sido eso? Un fuerte cosquilleo sin duda, pronto se soltaron Archie y Stear solo eran espectadores en esa segunda parte de la entrevista, no les había pedido opinión como con las otras candidatas, algo había pasado afuera que no se habían enterado, se voltearon a ver entre ellos mientras que Albert acompañaba a la salida a Candy, eso había sido algo sospechoso, pensaron los hermanos.
Albert no dejaba de ver como caminaba Candy por el pasillo, cuando ella de repente dio un brinco de triunfo pensando que nadie la veía, Albert se sonrió, los niños la amarían o por lo menos eso deseaba.
Continuara…
Chicas buenas noches, espero que les guste y seguimos por aqui actualizando, les mando un gran abrazo a la distancia, las quiero! Bendiciones.
