Espero que os guste este capitulo, la verdad que me ha costado bastante elaborar un escenario asi, es la primera vez que hago uno de esta magnitud, espero haberlo hecho de la mejor manera, gracias a las/los que aun me leen y siguen por aqui pendiente.

Capitulo 48


La batalla del alma


La batalla que todos libramos no es más que un dolor en el alma y esa era el fracaso, el fracaso de saber que somos menos de lo que esperábamos de nosotros mismos, hay días que nos sentimos como las sombras de lo que soñábamos cuando éramos unos niños, Regina Mills soñaba con bailar, convertirse en una princesa, seguir el patrón de conducta que la sociedad había planteado para ella no le resultaba tan insufrible, la idea de casarse no la entusiasmaba pero la de un príncipe azul tampoco le daban ganas de vomitar.

Un día cualquiera enterró a su hermano, el autentico heredero al trono, aunque siendo justos era el heredero por el simple hecho de tener algo entre las piernas que ella no poseía, jamás lo envidio, jamás deseo ocupar ese lugar que sería suyo, pero al final se fue, se fue como lo hizo su padre, dejando solas a las mujeres de su familia, indefensas ante los peligros de vivir en un mundo controlado por hombres, hombres cada día más fuertes, crueles y codiciosos.

- ¡Majestad esperamos sus órdenes! - Regina fue interrumpida por uno de sus caballeros de alto cargo, él parecía no tener miedo, pero en sus ojos se veía la duda, la duda de que tal vez hoy sería su ultimo día.

-¡Que empiece a sonar los tambores!- respondió con una firmeza que no poseía, pretendía que allá afuera supieran que el reino oscuro iba a salir y que cuando eso pasará nadie quedaría con vida.

El hombre asintió seguido de una media sonrisa de orgullo, Tomás ya estaba en su caballo esperando el momento justo, Regina estaba junto a aquella fiera que le habían obsequiado o que la había elegido aun no estaba segura, era más grande que un caballo y daba mucho más miedo que uno, pero no la monto, le susurro palabras al oído, y la fiera gruño como si entendiese, monto un caballo negro mientras aquella fiera se alejaba lentamente, miraba de vez en cuando hacia Regina como esperando que cambiara de opinión.

- ¡los primeros en salir será mi reino! - comento Elsa que estaba tomando el primer lugar apartando a los del reino oscuro.

- ¡para ser alguien con una lanza tan pequeña tienes el ego demasiado grande! - protesto Regina que solo logró un guiño de ojo de Elsa, aquel gesto estaba demasiado cerca de ser coqueto, Elsa parecía disfrutar demostrando su poder.

-dejadla, si quiere ir primero- murmuro David que estaba en su caballo listo también para la batalla junto al reino oscuro.

- ¡preparad las catapultas! - daba ordenes otro de los monarcas que Regina no pudo identificar, el primer reino que saliese al campo vería que tan preparados estaban los resquicios de los enemigos.

- ¡Abrid las puertas! - ordeno Elsa con una sonrisa. - ¡hoy es un gran día para morir! - grito a sus caballeros que lanzaron un grito de orgullo.

Regina observo a aquella mujer, parecía ansiosa por morir o tal vez por matar aun no lo sabía, poseía una armadura de un material que desconocía, parecía hielo, era el mismo que poseían sus caballeros, unos pantalones de color azul que estaba cubiertos por una malla delgada del mismo material, supuso que sería resistente.

Las puertas se abrieron y el silencio parecía haberlo cubierto todo, como la calma antes de la tempestad, el ejercito contrario estaba alineado frente a las puertas, aun eran muchos, no tanto como al comienzo, pero si eran bastantes, Regina dedujo que debía haber unos quinientos hombres, muchos menos que cuando el reino de espinas estaba presente.

Elsa movió a su caballo, aunque seguramente no estaba satisfecha con la idea de tener que llevar a ese animal en lugar de los osos que se usaban en los terrenos helados, hizo un gesto con su lanza hacia en frente y la movió con maestría haciéndola girar, hasta que todo su ejercito la siguió como si fuera un ángel o tal vez un demonio que los llevaba de la mano a una muerte segura.

El paso del ejercito helado estaba cronometrado, resonaba por el lugar como el propio ruido de los tambores, uno de los generales de alto rango grito el lema de la casa helada, y todos gritaron el nombre de Elsa, la lanza de la que se había burlado momentos antes Regina tomo un brillo inusual como el hielo, el color azulado se volvió más intenso. Se pararon antes de llegar a los 100 metros, conscientes de cuanto era eso en pasos, pendientes de que pudiera alcanzarlos las flechas del enemigo, Elsa tomo la palabra, y su voz dulce se tornó mezquina y helada.

- ¡Rendíos ahora y tendré piedad con todos aquellos que bajen las armas! - las risas del ejercito contrario saco una sonrisa burlona de Elsa. - ¡después de venceros mi ejercito tiene la orden de despellejar a todos los heridos contrarios, será una tortura de días para aquellos que pierdan y sobrevivan aquí y hoy! - Las burlas del contrario se acallaron, y el silencio invadió hasta que el rey contrario hablo.

- ¡Cállate, que sabrá una mujer de muerte! - sonrió el monarca que estaba muchas líneas atrás de los caballeros que tomarían los primeros golpes de su ejército. – ¡cuando caigas de ese caballo dejare que mis hombres hagan lo que quieran con esa cara y cuerpo tan bonito- las risas del contrario volvieron con una mirada distinta que Elsa entendió, ella era una presa para todos aquellos hombres que creían que una mujer no podía ser reina.

- ¡Siendo así, hare un cambio, en lugar de despellejaros la castración será mejor solución para los bufones! - grito y alzo la palma de su mano, se giró hacia su ejército- ¡En lugar de piel quiero las vergas de todos aquellos que queden vivos! - un "Sí" al unísono se escuchó por todo el lugar. - ¡demostremos quien sabe más de muerte! -

Elsa miro hacia Rex con una sonrisa cuando el reino oscuro se había acercado lo suficiente a su posición, el reino oscuro vestido todo de negro desentonaba con el reino azulado de Elsa, el reino blanco formo después en la retaguardia seguido del dorado.

-¡Dejemos de hablar!- volvió a mover a su caballo para quedar frente al enemigo y alzo su lanza, todos los miembros de su ejército alzaron sus espadas, los de más alto rango también llevaban lanzas, posteriormente empezaron todos los caballos a trotar guiados por jinetes sin miedo a morir ante una las flechas.

Parecía un espectáculo a cámara lenta, Regina entendió que muy posiblemente las canciones serian para Elsa, era todo un espectáculo, cuando una flecha callo hacia ella, que era quien iba comandando su ejército, un escudo que no recordaba haber visto, apareció en su mano izquierda repeliendo la flecha, ni si quiera atravesó el escudo, la flecha solo salió volando en otra dirección.

Su ejercito hizo lo propio y fueron hacia los contrarios con la misma altanería que Elsa que llevo su lanza hacia el frente y alcanzo a un enemigo en el cuello con tanta rapidez que el pánico inundo al oponente al saber que Elsa no era débil.

El ejercito oscuro estaba impactado ante aquel festín de muerte, el reino helado de Elsa estaba haciendo retroceder al contrario, hasta que pronto más enemigos empezaron a salir de los laterales, parecía que la estrategia del oponente se estaba resquebrajando pues tuvieron que sacar sus cartas antes de lo esperado, Rex dio la orden de unirse a la batalla mandando a su ejército hacia el lugar donde había mayor número de nuevos adversarios, en este caso la parte derecha donde había más arboles era donde empezaron a salir más oponentes, lo mismo hizo el reino blanco solo que en sentido contrario seguido del reino dorado dirigido por un Leonard al que le temblaba la voz, la idea del oponente era rodearlos y debían evitar eso a toda costa.

El rey del reino oscuro no dejo indiferente a su ejercito pronto fue lanzado del caballo ante una flecha que lo alcanzó, salió despedido pero aprovecho eso para caer clavando su espada en el cuello de uno de los caballeros enemigos, la sangre salió disparada manchando su armadura negra, con otro salto impulsándose en esa victima acabo encima de otro, como una coreografía perfectamente ensayada, sus generales defendían su espalda aunque parecía volar por el campo de batalla, cada enemigo le servía de escalera hacia el próximo, hasta que finalmente Rex y sus caballeros habían acabado con los contrarios que se dedicaban a la lucha cuerpo a cuerpo, solo faltaban los arqueros que se escondían en la copa de los árboles.

-¡Majestad!- gritó Tomás que estaba alcanzando al rey. – ¡las flechas nos están causando muchas bajas! - Rex asintió antes de hablar.

-¡los caballeros de la segunda guardia seguidme!- esos caballeros eran los que tenían mejores resultados defendiéndose en terrenos con mayor número de vegetación, también eran aquellos más agiles, probablemente era donde se ajustaba más Rex en cuanto a desempeño, su habilidad no era tanto la fuerza bruta sino la agilidad y rapidez.

Corrieron esquivando flechas o bien deteniéndolas con escudos, Rex parecía realmente un jaguar, moviéndose veloz y esquivando sin necesidad de usar el escudo que tenía a su espalda. Pronto estaban frente los árboles.

-¡no dejéis a nadie con vida, acabad con todos los arqueros!- todos asintieron -nos vemos arriba.- sonrió.

La batalla fue sistemáticamente desarrollándose como un plan perfectamente elaborado en donde Rex, había previsto incluso que el enemigo trataría de rodearlos, lo impredecible para Rex fue el reino helado. Elsa le hacía dudar, ¿debió intentar mantener su identidad?, Elsa provocaba una admiración y envidia que Regina no lograba entender, mientras trepaba por los arboles esquivando flechas desesperadas de los próximos difuntos, seguía dando vueltas a su realidad, a su vida.

Hay mujeres que siguen luchando sin necesidad de perder su nombre, sin necesidad de esconderse, y ella día tras día oculta quien es, oculta no solo su nombre sino su género y sus sentimientos, mientras que Elsa parecía haberse defendido en el trono sin necesidad de disfrazarse de hombre.

Cuando finalmente llego a la copa del árbol, vio la cara de terror del chico que trataba desesperadamente de sacar un arma de su cintura, seguramente una más eficiente en el cuerpo a cuerpo que el arco, estaba al borde del llanto, Regina fue rápida con un impulso para subirse en aquella rama de mayor soporte, se elevó y mientras lo hacía clavo el filo de una daga que parecía inofensiva hasta que alcanzo a su presa, el chico sollozaba tratando de apartarse de aquella arma que atravesó su estómago, Rex coloco su mano izquierda en el hombro del chico y con una mueca de indiferencia en su rostro lo dejo caer por donde ella había subido.

Un lamento se escuchó seguido de manera casi simultanea por las demás muertes que se iban sucediendo dentro de aquel lugar, el sonido del impacto al caer era tranquilizador para los vencedores y aterrador para los vencidos, aquel lugar plagado de árboles parecía lamentarse ante el espectáculo, o tal vez era Regina que interpreto un viento frio que la atravesaba como las lamentaciones de los árboles.

Aprovecho la altura para contemplar aquella visión de cadáveres que iban poblando la zona, uno de sus hombres callo de un árbol vecino, Regina reviso las ramas y todo el entorno antes de arriesgarse a pasar de una copa a otra, los arboles estaban relativamente cerca, con sumo cuidado fue colocándose más cerca de las ramas del otro árbol hasta que finalmente dio un salto para colgarse de otra rama, una flecha rozo su cuello, un rasguño que no la hizo parar, se agarro de una rama hasta que encontró un soporte optimo para pisar, su vista percibió al arqueroy con una precisión que no esperaba el enemigo, lanzo un cuchillo de combate, este se clavó en su cuello, la sangre broto de su boca, parecía querer hablar seguramente suplicar por su vida, se tambaleo y callo.


En otro lado del campo, estaba Elsa que parecía estar en un aprieto rodeada de cuatro hombres que se estaban turnando para lanzar golpes que no la alcanzaban, callo al suelo, y estos se confiaron para acercarse a la vez, Elsa sonrió cuando uno se lanzo con la espada preparada para matarla, ágil como si fuera fácil uso su lanza para ponerse en pie y elevarse, la parte de debajo de su lanza parecía cristal y se clavó en lo que era el ojo de uno de aquellos hombres, saco su lanza de aquella posición y haciéndola girar atravesó el vientre del que se estaba jartando de haberla derribado. Otro armado con un hacha se decidió a atacarla con un golpe seco que quedo en nada cuando la lanza de Elsa partió el mango del hacha, haciendo que la parte peligrosa callera a la tierra como un juguete roto, con otro movimiento rápido clavo su lanza en la garganta del tercer individuo que no lograba entender como había perdido la partida.

-por favor, no…- fue silenciado rápidamente por Elsa el ultimo de aquel grupo, su lanza parecía cortar tanto como una espada porque el corte fue tan certero que las tripas pintaron la tierra, Elsa sonrió disfrutando de aquel espectáculo como si fuera una obra de arte, siguió su camino seguido por sus generales que habían tardado en llegar hacia donde ella estaba.

Observo el campo de batalla con fascinación, anhelando algo que todavía no le daban, la muerte, "¿tan difícil era acabar con su vida?", bufo ante el pensamiento, "mediocres", una cosa era que ella deseara morir, pero otra muy distinta era permitir que le quitaran la vida una panda de ineptos.

Para Elsa, ella no merecía vivir más de lo que aquellos hombres lo hacían, estaba corrompida desde hacia demasiado tiempo, cada día se parecía más a su padre, cada día era más un monstruo, y mentiría si dijera que se arrepentía de disfrutar todo aquel dolor de sus víctimas, para ella eran enemigos que harían lo mismo con ella, "Ana espero que estes a salvo" pensó con añoranza antes de asestar otra herida mortal.

Todos tenemos oscuridad en nuestro interior, algunos logran sobrevivir a ella y otros se fusionan con esa oscuridad, llegan a disfrutarla incluso, la realidad es que cuanto más deseamos algo, cuanto más queremos defender lo que nos es querido, corremos el riesgo de ser corrompidos por aquello que odiamos, la locura se nos presenta atractiva, la violencia nos muestra facetas de nuestra personalidad y mientras que para Regina su oscuridad era motivo de vergüenza para Elsa su oscuridad era parte de ella, una oscuridad casi excitante.

Continuara…

pd: para quien me pidió en comentarios que le gustaria un poco más de Elsa por fin llego el capítulo XD.