– pero... estoy preocupada, Boris dice que vio a Sergei, pero no ha bajado en todo el día – la pelirroja hizo una pausa, su rostro dejaba ver que en efecto estaba preocupada – y ¿si le pasó algo? –
– estoy segura que está bien, creo que te preocupas demasiado – Alyss le dio suaves palmaditas en la frente
– seguro sólo es que está enojado con Boris… – se acercó Ivan – parece estar evitándolo – lejos de tranquilizarse, la información preocupó a la pelirroja
Mientras tanto en la habitación, un Sergei cansado de tanta actividad vigorosa, descansaba desnudo en la cama abrazando a Glen, quien no podía dejar de admirar el tamaño del pene del rubio, sobretodo no podía creer que dicho pene había estado dentro de él. Aún cuando el miembro de Sergei yacía flácido después de satisfacer a Glen, el chico no podía tener suficiente del rubio, su cuerpo era perfecto, ese enorme cuerpo muscular y bien definido, no podía dejar de tocar sus brazos y abdominales mientras el ruso acariciaba el pequeño, pálido y terso cuerpo de Glen. Sergei asumió que ahora aquel pequeño de hermosa y larga cabellera ahora era su novio. Miró el brazo de Glen, tocó su tatuaje de dragón tratando de verlo más a detalle. Glen se soltó molesto y se levantó de golpe de la cama comenzando a vestirse. Sergei no entendía lo que pasaba, trató de calmarlo pero sólo recibió un
– Lo siento, pero tengo que irme –
Glen se vistió tan rápido como pudo, y aunque Sergei lo intentó detener, Glen lanzó la ropa del rubio al pasillo así no podría salir tras de él al estar desnudo, Glen salió casi corriendo mientras Sergei se tapa como podía para salir a levantar su ropa.
– Disculpen las molestias, gracias por todo –
Glen salió de la casa sin mirar a nadie, salió tan rápido que no se percató de quiénes estaban en la sala. Una vez fuera se perdió entre los árboles que rodeaban la casa. Sergei bajó a los pocos segundos, ya vestido nuevamente, pero Glen había desaparecido. Boris no perdió la oportunidad.
– vaya, parece que alguien estaba aprovechando que al fin estaba con una linda chica –
El rubio se percató de la presencia de todos en la sala, de pronto se sintió molesto y en un tono serio sólo le dijo a Boris que se callara mientras se retiró empujándolo con el hombro al pasar. El platinado miró a Lilith, quien había tratado de acercarse a Sergei, pero el rubio desapareció con rapidez de la sala, Boris puso su brazo alrededor de ella.
– déjalo, linda, está enojado y seguramente no quiere hablar con nadie – la pelirroja se preocupó
– pero, ¿y si no está bien? – miraba al suelo con un gesto de preocupación – ¿qué tal que esa chica le hizo algo malo? – miró hacia la puerta y Alyss casi se ahoga tratando de no reír pues era evidente lo que estuvo haciendo Sergei con "la chica misteriosa"
– vamos linda, no pasa nada malo – seguía abrazándola pese a la inconformidad de Yuriy y continuó hablando ahora en el oído de Lilith – Seguramente sólo estaban haciendo lo mismo que haces con Yura cuando están a solas –
Lilith se congeló y su rostro se enrojeció de sobre manera mientras Boris le sonreía de forma traviesa, pensaba que era un buen chiste, hasta que una pequeña lágrima rodó por la mejilla de la chica.
– ¿Por qué eres tan malo? – Lilith tapó su rostro avergonzado
Boris la soltó y la miraba sin entender lo que acababa de pasar, Alyss se acercó tratando de calmar a Lilith, pero Yuriy sujetó al platinado de la ropa y a juzgar por su tono de voz, parecía regañarlo (pero Alyss entendió que lo había amenazado), la pelirroja no entendió todo lo que le dijo, pues le habló completamente en ruso, pero pese a no entender todo, Lilith se espantó al escuchar a Yuriy y trató de explicar que solamente se había avergonzado de que hablaran de algo tan privado e importante de una manera tan casual para tratar de calmar a su novio, quien soltó a Boris, pero en su mirada se notaba que no le agradaba que nuevamente sus chistes hicieran sentir mal a la pelirroja.
Finalmente después de un día en el que Lilith se mostró distraída y bastante preocupada (evidentemente por lo sucedido con Sergei), finalmente llegó la noche y Yuriy se llevó a Lilith a la habitación después de que ella y Alyss se dieran las buenas noches. Una vez que cerró la puerta abrazó a Lilith por detrás y comenzó a besar su cuello. La respiración de Lilith se agitó mientras su novio metía lentamente una mano bajo su ropa tocando uno de sus senos. El pelirrojo llevó lenta y gentilmente a Lilith a la cama, donde la despojó de su ropa, dejándola en ropa interior. Lilith miraba al pelirrojo agitada, quería estar con él, pero ese día en particular había algo en su cabeza que la mantenía intranquila. Lilith cerró los ojos apretándolos con fuerza y giró a un lado su cabeza dejando que su novio hiciera lo que quisiera, después de todo él deseaba hacer algo más para lo que ella no se sentía cómoda en ese momento, pero el ruso notó lo tensa que estaba su novia; se dejó caer en la cama a su lado, Lilith abrió los ojos sin entender mientras el ruso dijo mirando al techo.
– No haré nada que no quieras hacer, no quiero forzar nada –
Lilith simplemente lo abrazó tratando de no llorar al escuchar aquellas palabras "es lo mejor que me han dicho" pensó, Lilith se recostó con él, mientras estaba entre sus brazos sonrió, se sentía feliz de estar con alguien como Yuriy. Lilith le dio un beso en la frente y le dio las buenas noches antes de salir a lavar sus dientes; cuando iba de regreso a la habitación pensó en pasar a Alyss pero se detuvo, quería decirle algo, pero no sabía si hacerlo o no, se detuvo con la mano en el aire sin atreverse a tocar y volvió en silencio a la habitación de su novio.
Al día siguiente, la pelirroja y Alyss fueron a la escuela como siempre, aunque Lilith se notaba distraída y más retraída de lo habitual, su amiga trataba de animarla haciéndole chistes y ofreciéndole la comida que la misma pelirroja le había preparado a su amiga para llevar a la escuela, era evidente que su sonrisa era forzada, pero Alyss tampoco quería presionarla preguntándole por lo que sucedía.
Las clases de la pelirroja transcurrieron con alguna que otra llamada de atención por no prestar atención, terminó disculpándose y saliéndose de la clase. Lilith se sentó en la banca de siempre con su cuaderno sobre las piernas, las cuales al no alcanzar el piso, se movían en el aire y la chica se perdió mirando el movimiento de sus pies.
– ¿terminaste temprano? – la pregunta la regresó a la realidad
– s… sí – forzó otra sonrisa – ¿nos vamos? – se levantó tomando sus cosas y caminaron hacia la estación para volver a casa
Como siempre, Alyss le iba contando sobre su día y las canciones que estaba aprendiendo. Llegaron a casa y la pelirroja parecía más relajada, pero seguía notándose bastante distraída, cosa que los rusos notaron al volver, en especial el pelirrojo.
Después de cenar, la llevó a la habitación, quería preguntar si algo sucedía, pero Lilith siguió forzando la misma sonrisa, así, el pelirrojo decidió dejar de insistir y únicamente la abrazó para ir a dormir y evitar incomodarla.
El pelirrojo no tardó mucho en quedarse dormido, su día en el trabajo había sido cansado, pero aún durmiendo, apretó el cuerpo de la pelirroja, la compañía era agradable.
Sin embargo, Lilith no podía dormir, cuando sintió que Yuriy la había apretado hacia él, se había puesto nerviosa, pero al ver que estaba dormido, le causó un poco de gracia. La pelirroja permaneció acostada con los ojos abiertos toda la noche, apenas notó que empezó a esclarecer, con cuidado de no despertar a Yuriy, se soltó de entre sus brazos, miró su celular con melancolía y lo dejó en silencio antes de dirigirse a sus cosas para sacar un viejo reproductor de música y sus audífonos, miró al pelirrojo aún dormido y salió cerrando la puerta despacio para no hacer ruido. Mientras bajaba por las escaleras se colocó sus auriculares y empezó a reproducir la música antes de salir de la casa.
Sergei e Ivan fueron los primeros en bajar esa mañana, Ivan tenía ganas de blinis y para no hacer la petición a la pelirroja cuando despertara, le pidió a Sergei hacerlos; viendo que Yuriy no se molestaría por darle una mañana libre de cocinar a su novia, el rubio aceptó y fue él quien preparó el desayuno.
El olor a comida aligeró el sueño del pelirrojo, quien instintivamente trató de abrazar y apretar el cuerpo de la pelirroja aún dormido, sólo para sentir el vacío, abrió los ojos y relacionando el olor a la distancia, imaginó que su novia estaba en la cocina.
Yuriy estaba por bajar las escaleras, cuando escuchó el ruido de un golpe contra la pared en el cuarto de Boris, no le sorprendería si el platinado apenas iba volviendo a casa, aún para no ser fin de semana, seguro Boris había salido en la noche. Agitó la cabeza un tanto decepcionado tratando de no pensar en la ajetreada vida social del chico y siguió su descenso, sólo para descubrir que quien preparaba el desayuno no era Lilith.
Sin embargo, en la habitación del platinado, Boris y Alyss terminaban lo que fue una noche ocupaba para ambos. El platinado estaba sobre la chica cuando escucharon que los demás estaban despiertos, tratando de mantener silencio sin perder el ritmo ni la concentración, creyeron que no quedaba en el piso de arriba hasta que después de un largo silencio se abrió otra puerta (esta vez fue Yuriy, quien bajaría buscando a su novia), Alyss estaba en cuatro cuando el ruido hizo que casi como un reflejo Boris le tapara la boca cuando ambos terminaron, al tratar de separarse sin hacer ruido Boris recargó mal su mano sobre la cama cayendo de la misma; mientras Yuriy se detuvo al escuchar el ruido, Alyss le lanzó la almohada a Boris en la cara burlándose por su torpeza antes de levantarse para empezar a vestirse.
– deberías ayudarme – finalmente rezongó en voz baja en el piso sobando su golpe
– ¿para qué? – lo miraba indiferente terminando de vestirse – te lo mereces por tu rudeza cuando me tapaste la boca – lo miró molesta – no te importó si podía respirar o no – le dio la espalda caminando a la puerta – más vale que lo hagas mejor la próxima vez – salió de la habitación
– ¿yo soy el rudo? – se levantó quejándose – aunque esa forma suya de ser tan agresiva hace que sea más divertido – sonrió recordando todo lo que hicieron – pero tenía razón, es más divertido si nadie sabe nada – se vistió y bajó como si nada hubiera pasado, campante como siempre que tenía una buena noche y que normalmente pasaba fuera de casa – ¿por qué Sergei está cocinando? –
– según él – Alyss señaló a Ivan con un pulgar hablando como si no creyera lo que dijo – Lilith no estaría y "él" – remarcó la palabra él para referirse a Sergei, con quien estaba molesta pues no logró nada con sus coqueteos e insinuaciones – pero, ¿a dónde iría Lilith tan temprano y en día de escuela? No es como que por irse antes a la escuela sus clases empiecen más temprano – la chica muchas veces no entendía la forma de ver el mundo de la pelirroja, Boris le dio un codazo a Alyss
– si hubo problemas en el paraíso, empeorarás las cosas – le susurró a la chica mirando de reojo y algo preocupado a Yuriy, quien se molestó al alcanzar a escucharlo
– ¡dejen de inventar estupideces! – la mirada furiosa hizo callar a ambos – no es de su incumbencia, y no, no hemos peleado – afiló la mirada en ambos amenazando ante cualquier comentario
– pero… – Sergei se acercó con los blinis – ¿está bien que ande sola en la calle? – los cuatro lo voltearon a ver, el pelirrojo en particular lo miraba aún molesto por los comentarios de Boris y Alyss – por que es bastante… – hizo una pausa buscando una palabra que no hiciera enojar más a Yuriy
– ¿dispersa? – agregó Ivan tratando de ayudar remarcando lo que todos sabían
El sonido cuando Yuriy tomó las llaves evidentemente molesto antes de caminar hacia la puerta, hizo voltear a todos
– iré a buscarla –
Las palabras de los rusos, sólo habían logrado preocupar al pelirrojo, quien recordando su falta de confianza y las veces que parecía pedir permiso para hacer las cosas, quería creer que la pelirroja simplemente salió a comprar algo, pero era verdad, Lilith solía distraerse con demasiada facilidad, además de que realmente no sabía moverse en las calles de San Petersburgo fuera de los lugares que siempre frecuentaba, y aún así a veces parecía desubicarse con cierta facilidad.
Sin percatarse que todos de decidieron seguirlo e ir a buscar a la pelirroja, la preocupación de Yuriy creció conforme se fue acercando a la estación mientras recordó un día en el que Lilith pidió ir al parque frente al café de siempre, dijo querer ver los gatitos, pero ese día siguió a uno de los felinos al otro lado del parque (que no era muy grande) y cuando miró a Yuriy le preguntó
– ¿dónde estamos? – mostrándose perdida por unos instantes
Hasta que un par de segundos después reconoció el lugar visto desde un ángulo diferente al de siempre, se puso nerviosa y se disculpó por "hacer una pregunta tan tonta", pero Yuriy se dio cuenta que en verdad se había desubicado en aquel breve momento y ese recuerdo hizo que sin darse cuenta ya estuviera corriendo hacia la estación buscándola, empezó a imaginarla llorando perdida en un lugar que quizá no estaba lejos y el sólo pensar en eso hizo crecer su frustración.
Mientras todos en casa habían salido tras el pelirrojo y trataban de mantenerle el paso, hubo silencio alrededor de la casa; parte del encanto de Olgino y que era lo que agradaba a todos los que en ella habitaban, era que sólo se podían encontrar árboles alrededor, no había bullicio ni tránsito cerca, aún cuando la estación de tren estaba a sólo unos minutos caminando.
En medio de los árboles y algunos arbustos cercanos, una figura vestida de negro observaba con detenimiento como el grupo de cinco personas salían de la casa, en su rostro se dibujó un gesto con cierta molestia al notarlo, en especial al distinguir entre ellos al alto y fornido rubio.
– eso fue inesperado – se dijo en voz baja alejándose de los arbustos – no se parece en nada a su rutina – hizo un gesto con un brazo cruzado y el otro tocando su barbilla pensando – quizá puedo aprovechar esta oportunidad… – retrocedió sin poner mucha atención a su alrededor – pero, me parece que falta… – sus pues chocaron con algo, haciéndolo tropezar
– ahhh – el pequeño grito que sonó cuando cayó lo hizo voltear, reconoció a la chica, quien no sólo se veía espantada por la sorpresa y preocupada de verlo en el piso, parecía haber estado llorando, se retiró los auriculares – ¿estás bien? ¿bu… buscabas a alguien? – se veía nerviosa
– ¿estás llorando? – no supo por qué preguntó cuando era evidente que en efecto m, la chica había estado llorando
– ah, pero no es tu culpa – movió las manos nerviosa – lo importante es que no te hayas lastimado –
– estoy bien… – se levantó sacudiendo la tierra de su ropa negra, pero se detuvo al notar que la chica lo miraba con atención y sin saber por qué, decidió sentarse a su lado – ¿está todo bien? – preguntó aún cuando era evidente que no lo estaba
En realidad no se le ocurrió qué más decir, recordó tener un pañuelo de tela consigo, lo sacó de su bolsillo y se lo acercó a Lilith después de hacer su pregunta. La pelirroja trató de sonreír y aceptó el pañuelo asintiendo levemente para responder su pregunta; la pelirroja miró el pañuelo en su mano, la imagen se volvió borrosa e inevitablemente lloró de nuevo sin poder controlarse.
– pe… perdón… – trataba de hablar normalmente – ¿cómo te llamad? – finalmente logró que su voz sonara menos entrecortada
– soy Glen – contestó sin mucho afán, al decir su nombre la chica sollozaba mientras lo miraba con sorpresa
– ¿Glen? – gracias a la sorpresa pudo controlarse un poco más – entonces, ¿eres un chico…? – la pregunta causó que él frunciera el ceño
– ¿qué se supone que significa eso? – reclamó poniendo nerviosa a la pelirroja
– perdón… – se contrajo y de nuevo estaba a punto de llorar – tu cabello y tu cara… – se ruborizó – son muy bonitos y… – no sabía cómo disculparse por haberlo creído una chica
– olvídalo – dijo aún molesto, esta vez mirando frente a ellos, hacia la los árboles – y tú eres… – dejó la frase al aire y la chica tardó un poco en reaccionar
– Lilith… Lilith Halla – apenas y pudo contestar entre tantos gestos extraños que hizo al tratar de mantener ma compostura al ponerse nerviosa
– entonces, ¿conoces a Sergei? – la pelirroja se veía sorprendida de que el chico conociera al rubio, pero asintió a su pregunta
– ¿eres amigo de Sergei? – Lilith se veía genuinamente sorprendida, cuando reconoció a Glen – ¿eres quien salió de la casa el otro día? – Glen se sintió nervioso, pero supo disimular, aún cuando se veía ligeramente ruborizado, exclamó en un tono un tanto molesto
– ¡eso no significa nada! – el reclamo tomó por sorpresa a Lilith, quien no entendía por qué ese comentario – y no esperes que diga algo, o a ver, tú dime por qué estás llorando – ni el mismo Glen entendía por qué se había puesto a la defensiva
– perdón… – Lilith bajó la mirada – es sólo que hoy… – las lágrimas empezaron a brotar de nuevo, los recuerdos la invadieron
— Finlandia, tres años antes—
Lilith bajó del taxi con su equipaje, subió las escaleras de la entrada corriendo y dejó sus cosas en la entrada. Recordar la última vez que estuvo en casa de su padre era doloroso, miró las escaleras y uno de los sirvientes le dijo donde estaba su padre.
– ¿papá? – abrió la puerta despacio para acercarse
El señor estaba sentado frente a la chimenea con un vaso de whisky en la mano, el cual movía lentamente. Cuando la pelirroja entró, detuvo su vaso y la miró de reojo, el enojo que sentía era tal que dolía.
– ¿qué estás haciendo aquí? Creí haberte dicho que no quería verte de nuevo… – se levantó von trabajos, casi caía y la pelirroja se acercó a tratar de ayudarlo – ¡suéltame! – la empujó, la chica se contrajo al notar como la miraba
– vine por mamá… – apenas y pudo decir
Su padre empezó a llorar, sentándose en el piso, tirando su bebida sin darle un trago y miró con tristeza la pintura que mostraba a su esposa, Lilith no dijo más y pese a las palabras hirientes ayudó a su padre hasta su habitación para que se cambiara.
En la habitación del señor, un traje negro esperaba por él en la cama, regañó de nuevo a la pelirroja y tambaleante por el dolor que aún no podía comenzar a procesar.
Cuando salió, Lilith ya se había cambiado por ropa más formal, salieron en silencio a abordar el carro que esperaba por ellos, era un día frío, había nieve, pero eso no impidió que la gente llegara.
En el lugar, la pelirroja fue completamente ignorada por todos, en especial por su padre, quien la miraba con total desprecio.
– señorita Halla, es hora – se acercó a ella uno de los trabajadores de la casa de su padre y agradeció con un pequeño gesto silencioso
Lilith entró al lugar, el ambiente se sentía pesado, al llegar al frente para tomar su lugar, se congeló al ver la caja abierta, acompañada de una fotografía y un gran y elegante arreglo de flores. Su padre llegó a sentarse en la misma fila de enfrente y el servicio comenzó.
Al finalizar, la gente pasó donde estaba el ataúd antes de ser cerrado para llevarlo al cementerio. La pelirroja se congeló al ver a su madre dentro de aquella caja cubierta por un vidrio, se negaba a creer que lo que estaba frente a sus ojos fuera cierto, pero no lloró. Cuando retiraron el ataúd, las ganas de llorar la invadieron, pero seguía conteniéndose, por dentro deseaba gritar que no se la llevaran, pero no pudo hacer más que mirar en silencio como la sacaban de aquella habitación.
El servicio continuó afuera, donde a pesar de la nieve, finalmente enterraron a su mamá, la chica lloraba en silencio, cuando bajaron la caja y empezaron a llenar el espacio con la tierra, Lilith no pudo más y trató de acercarse, no podía concebir que su mamá quedara bajo la tierra, al menos hasta que la fuerte bofetada por parte de su padre la calmó.
– ¿no puedes comportarte un solo día en tu vida? – sonaba furioso – no sabes cómo desearía que fueras tú y no mi amada Simone –
Lilith retrocedió quedándose lejos de todos los presentes, el frío hacía que su mejilla doliera más, pero no se comparaba con el dolor que dejaron las palabras de su padre, sollozaba en silencio tratando de no causar más molestias.
Cuando regresó con su padre a su casa, había un carro esperando por ella, creyó que nuevamente su padre la corría, cuando el conductor se acercó a ella.
– El joven Siebald me mandó por usted – la pelirroja se sorprendió, miró a su padre quien solamente lanzó el equipaje con el que había llegado la pelirroja fuera de la casa, siguió mirándola con desprecio pero no dijo nada, cerró la puerta y la chica subió a aquel carro, donde una nota esperaba por ella.
"Hablaremos cuando regreses, pero no volverás a Japón, nos quedaremos en Alemania en mi departamento"
La pelirroja miró triste la casa en la que había crecido, le dolía no volver a Japón, deseaba ver a su única amiga, pero hacía meses que ya no se veían después del malentendido que la pelirroja nunca tuvo el valor de arreglar, lejos estaba Lilith de saber lo que la esperaba en aquel lugar.
—
Glen miraba la fotografía que la pelirroja había acercado, entendió que era una persona importante para ella, pero no supo qué decirle.
– vine a buscar a Sergei para agradecerle… – dijo al aire después de regresar la fotografía, la pelirroja lo miró con duda sollozando – el otro día me ayudó y sólo quería agradecer – miró a otro lado, pero Lilith notó que estaba levemente ruborizado, pues el chico recordó todo lo que hicieron aquel día
– tienes frío, ¿verdad? – le sonrió, esta vez no se veía forzada, pero aún se veían lagrimosos sus ojos – ven, te prepararé chocolate caliente – miró alrededor – no es bueno que estemos aquí afuera –
La pelirroja lo llevó a la casa, donde terminó preparándole un té a petición de Glen y comieron los blinis que el rubio había dejado preparados, la chica empezó a contarle sobre los rusos y su curso de dibujo, por alguna razón, aquel hermoso chico le agradaba y deseaba poder volverse su amiga.
Sin embargo, los rusos pasaron toda la mañana y parte de la tarde buscando a Lilith por la ciudad, fueron a la escuela, al café, al parque, pero no había rastro de ella y ya que había dejado su celular, el pelirrojo se sentía frustrado.
– quizá deberíamos volver – el pelirrojo miró enojado a Ivan por atreverse a sugerir tal cosa
– tienes razón – agregó Alyss – conociéndola, seguro volvió a casa y si no está ahí, podemos llamar a la policía o algo así –
El pelirrojo no se sentía a gusto sin saber del paradero de la chica, pero decidieron volver.
– por fin llegan, los estábamos esperando – la pelirroja los recibió con su habitual personalidad
Yuriy no dijo nada, pero se acercó casi corriendo para abrazarla, estaba aliviado de ver que estaba bien, pero la chica además de no entender lo que pasaba, se sonrojó de que la vieran ser abrazada por su novio
– ¿dónde estabas? – finalmente Alyss la regañó – llevamos todo el día buscándote – Lilith pasó la mirada entre los rusos y finalmente entendió por qué su novio se comportaba de esa manera
– perdón, salí a… caminar, no me sentía muy bien – evitaba mirarlos directamente – pero Glen me ayudó – sonrió como siempre – vino a buscar a Sergei para agradecerle por ayudarlo –
Glen deseaba marcharse, en especial al botar la forma en que lo miraba el rubio y trataba de ignorar las miradas furiosas de Yuriy. Lilith lo invitó a quedarse a comer y contó a todos que buscaba un lugar para rentar, pero ella no conocía de alguno.
– podría quedarse en el cuarto de Alyss – el comentario de Boris sonaba más a un chiste, pero era una idea que el pelirrojo prefería
– no podemos dejarla en la calle – Lilith lo miraba con una cara triste
– no, no me refiero a eso – trató de calmar a la pelirroja y Alyss lo miraba pidiendo que no dijera nada, pero igual el platinado agregó – ella puede estar en mi cuarto, después de todo, no usa el cuarto para dormir –
Ivan casi se ahoga con su té al escuchar a Boris y Alyss lo miraba molesta
– ¿no lo usa para dormir? Entonces, ¿dónde duerme? – nadie podía creer que Lilith no entendiera lo que significaba – además, no es bueno que compartan un cuarto de esa forma, son amigos, no novios, eso no está bien – las miradas de incredulidad la hicieron agregar – no está bien eso, un chico y una chica no… – Boris se acercó a susurrarle algo al oído sin dejarla terminar
– linda, Alyss y yo somos más que amigos –
Lilith tardó unos segundos en entender hasta que se ruborizó por completo cubriendo su cara
– no es necesario que hagan tanto relajo, puedo arreglármelas sólo – Glen se levantó
– vamos, la renta es barata y además – Boris lo miró con travesura – así podrás "agradecerle" a Sergei – marcó la palabra con un tono burlón causando risas en Alyss e Ivan
– les recuerdo que esto no es un burdel – Yuriy bebió de su taza, causando dudas en la pelirroja al no entender de qué parecían hablar todos, el pelirrojo explicó las reglas si se quedaba – y tú, con tus supuestas conquistas pudiste haber conseguido algo mejor que esta vagabunda –
Glen se despidió después de aceptar las condiciones, después de todo era algo que le convenía, dijo que volvería al día siguiente después de arreglar sus cosas y Sergei insistió en acompañarlo a la estación. Mientras Ivan se burlaba de Boris y Alyss, Yuriy se llevó a Lilith para hablar con ella en privado
– ¿qué pasó hoy? Dejaste tu celular y no sabíamos nada de ti – la pelirroja se contrajo completamente – estaba preocupado – la abrazó
– perdón, hoy no es un buen día para mí – creía que el pelirrojo la regañaría, pero cuando la abrazó se animó a contar sólo un detalle – hoy, hace tres años falleció mamá – apretó a Yuriy
– está bien que necesites espacio, pero no desaparezcas así – la pelirroja asintió sin soltarlo, en verdad se sentía agradecida de haber encontrado a Yuriy en su vida
