Notas Iniciales:

Antes que nada debo pedirles perdon a todos por no haber actualizado antes, pero tuve algunos problemas de salud y se me acumulo trabajo atrazado por lo que me era imposible escribir. De todos modos, el siguiente capitulo de este fic (el final) va a salir muy pronto ya que ya he escrito las 3/4 partes del mismo.

Ahora si, pasemos a lo qe a todos les interesa: el fic!

Seguir Adelante...

Capítulo 18: Invencible


Estábamos en la casa abandonada otra vez... una casa que temía rápidamente ver de nuevo. Ahora estaba terriblemente asustada. Tamao parecía ser aún más peligrosa que los dos cazadores de recompensas - aún más despiadada que el tipo ruso que me había hecho cavar mi propia tumba. Estaba aterrorizada.

Y lo que era aún peor, ella me había tirado, atada a mi silla, de espaldas a ella para poder encarar la cara pálida y muerta de Pilika. Sí... los había traído porque tenía planeado tirar los cuerpos lejos de la ciudad. Pero cada vez que el auto pegaba saltos, los cuerpos de Horo Horo y su hermana tenían el hábito de acercarse más a mi lado... lo que era asqueroso y estuve cerca de vomitar.

Finalmente paramos fuera de la cabaña y Tamao nos desató a Yoh y a mí y nos metió dentro de la misma con su arma. En el interior, ató a Yoh a una silla, bien seguro y acudió a mí.

"Ahora..." Dijo lentamente. "Decime dónde está ese dinero... o te disparo."

Tragué duro y miré a Yoh. Sólo él sabía donde estaba el dinero... e incluso, él no sabía donde estaba la totalidad del mismo. Y no podía gritarme exactamente la respuesta en este momento. Pero dirigió su mirada hacia el piso. ¿Lo había enterrado bajo el piso?

Me ocupé echando una mirada alrededor por los muebles. La irritación de Tamao creció. "¿Qué haces?"

"... No puedo recordar exactamente donde lo dejé..." dije nerviosamente. Sí, como si olvidaría donde escondí un millón de yenes. "Si me das un minuto."

Eché una mirada en la cocina, y todo mientras el arma de Tamao permanecía apuntada hacia mí. Entonces pisé una baldosa floja. "¡Ah! ¡Ya lo recuerdo! ¡Lo escondí acá abajo!"

Me arrodillé y tiré de la baldosa, así como algunos de las tablas circundantes para darme espacio a entrar. Tamao suspiró con irritación detrás mío mientras yo me dejaba caer hacia abajo por el hueco entre las baldosas. Realmente no había demasiadas cosas allá abajo, mas una bonita oscuridad. Mucho polvo y tierra y contrafuertes de madera que tendría que estar arriba en la casa... pero aparte de eso... no había dinero. Eché una mirada alrededor y entonces visualicé una luz brillante del costado. Me arrastré así allí y empujé la tabla floja que cubría la luz y encontré, para mi sorpresa, una puerta que dirigía hacia afuera. ¿Era esto lo qué Yoh me había estado diciendo?

Vacilé en si escapaba o no.

Entonces, sin darme cuenta, un disparo pasó por encima de mí y golpeó el tablón de madera a mi lado. La madera podrida y agrietada se astilló y un pedacito se desprendió y me golpeó en la mejilla.

"No soy tonta, Anna." Tamao llamó desde arriba. "Sal. No está el dinero allá abajo."

Me arrastré reciamente para salir del 'sótano', ahora cubierta de tierra y mugre, pero por lo menos esa bala no me había golpeado. "No sé donde está el dinero... mataste a las únicas dos personas que sabían donde estaba." Dije enojadamente, y sin temor a mostrarlo. Y por lo menos lo que dije era en parte verdad.

"No es realmente acerca del dinero ahora, ¿no Anna?" Rió y se sacó un pelo rosa de su rostro. "Eso es sólo una cuestión lateral del asunto principal. Tu me robaste a mi prometido y ahora tienes que pagar por ello. Estábamos comprometidos mucho antes de que aparecieras. Habíamos planeado todo nuestra vida." Suspiró. "¡Entonces llegas y arruinas todo!"

"Lo siento." Dije rápidamente.

"Sentirlo no es suficiente... ya es demasiado tarde. Tienes que pagar." Levantó el arma en mí.

Yo no quería pagar... principalmente porque no había esperado que el amor de Yoh viniera a ese precio. Y Tamao estaba a punto de dispararme cuando la puerta se abrió y tres cabezas giraron para ver quién había entrado. Tamao y yo gritamos y Tamao acompañó su grito con cuatro balazos.

Pilika y Horo Horo habían estado a punto de entrar, teniéndose las cabezas con dolor, y cuando nos vieron se veían bastante confundidos. Pero eso no duró mucho tiempo ya que cada uno recibió un poco de plomo en el pecho y se desplomaron sin poder hacer antes mucho más.

Repentinamente no sólo estaba muy atemorizada pero también confundida, y esa adrenalina corría por mis venas de nuevo. Tamao se dirigió a mí, respirando duramente y mirando hacia el horizonte. "Esto es demasiado extraño." Ella murmuró y levantó el arma para dispararme.

"¡Tamao!" Yoh gritó. "¡Anna no tiene nada que ver en esto! ¡Si debes dispararle a alguien, es a mí!"

"¡Cállate!" Gritamos ambas al mismo tiempo pero Tamao agregó. "¡No trates de ser un héroe ahora!"

"Ah está bien..." él resopló de furia y se habría cruzado de brazos si estos no estuviesen atados.

Tamao volvía hacia mí y detrás de ella vi como Yoh movía levemente sus manos tras su espalda, tratando de liberarse. Tamao levantó el arma una vez más. "Nada te puede salvar esta vez." Dijo calmadamente y estiró el disparador.

El balazo se dirigió hacia mí y me golpeó directo en el pecho sobre mi corazón. Inmediatamente deje de sentir mi cuerpo y caí de espalda, golpeando el piso duramente, y quede ciega.

"¡No!"

Oí el grito de Yoh. De hecho podía oír de todo... sólo no podía moverme... ni podía respirar si vamos al caso.

"No te preocupes, no valía nada." Tamao le dijo. Sentí los pasos de sus tacones que vibraban en el piso de madera bajo de mí. "Ahora dime donde está el dinero y todos podemos volver a estar felices."

"¡La mataste!" Gritó.

"¿Me vas a prestar atención?"

¿Por qué no me estaba muriendo? O ya lo había hecho... talvez ya no respiraba... no podía ver y no me podía moverme. Pero tampoco podía sentir el dolor en mi pecho. Pero entonces tuve un espantoso pensamiento... que si toda la gente que muere se queda como estoy ahora... y queda atrapada en ataúdes por siempre... en una especie de coma... ¿o quizás estaba en coma en este momento?

Pero moví un dedo y me di cuenta que eso era imposible si estuviese en coma o muerta. Lentamente mi visión comenzó a volver y parpadeé dolorosamente. Giré mi mirada a través del cuarto y vi que Tamao estaba hablando con Yoh, su espalda hacia mí e Yoh estaba con la cabeza baja.

"¿Dónde está el dinero, Yoh?" La rosada preguntó suavemente mientras yo me levantaba del suelo silenciosamente.

"¿Para qué quieres saberlo?" Se quejó él.

"Como veo que ya no puedo heredar mi fortuna, necesito otra fuente de ingresos, ¿no?"

"¿Por qué no te casas con otra persona?" Preguntó.

"Tonto." Le tocó la mejilla. "Yo sólo tengo ojos para ti, Yoh."

Y con eso una lámpara se columpió duramente para chocar contra la cabeza de Tamao, por cortesía mía. La prometida de Yoh fue tomada por sorpresa y cayó al suelo como un saco de papas. "¡Aleja tus sucias manos de él!" Grité y solté la lámpara de mis manos. Un poco precipitadamente porque entonces me di cuenta que Tamao seguía conciente sosteniendo aún su pistola entre sus manos.

"¡Yo te disparé!" Tamao chilló, poniéndose de pie una vez más y frotándose la cabeza.

Sí, eso me desconcertó también. "Habrás fallado." Esa era la única explicación lógica que podía proponer... pero mirando hacia abajo en mi remera, me di cuenta de que había un hoyo redondo pequeño encima de mi corazón y debajo la piel estaba púrpura y azul con si hubiera un moretón horrible. Pero la piel no estaba cortada.

"¡Deberías estar muerta!" Gritó y me iba a disparar nuevamente, pero fue interrumpida rápidamente por un gemido detrás nuestro, en la puerta, de la cual Pilika entró suavemente.

Tamao gritó y una vez más disparo otra bala hacia Pilika quien dejó de moverse inmediatamente. "¡¡¿¿Por qué esto no está funcionando??!!" Gritó y tiró el arma al suelo y la pateó. La verdad es que la culpo por echarle la culpa al arma, yo también lo habría hecho, pero tirarla no había sido una buena idea. Porque en ese momento Yoh se liberó y agarró a Tamao por atrás, inmovilizándola.

"¡¡Suéltame!!" La rosada se quejó, gritando, y pataleó lo más duro que pudo, aunque eso no parecía molestarle a Yoh.

"¿Estás bien?" Yoh me frunció el entrecejo.

"¿E-Ella me disparó?" Tartamudeé. Me eché una mirada a mi misma pero la bala no podía ser vista. Definitivamente me había golpeado... pero no estaba lastimada. Y no tenía sentido. Había recibido un disparo antes y me había lastimado como las llamas del infierno, pero ahora solo tenía un moretón.

"No están muertos... no están muertos." Tamao jadeó, luchar contra el agarre de Yoh. Eché una mirada hacia los dos cazadores de recompensas y vi que Horo Horo se movía de verdad ahora. Medio que me asustó un poco también... pero no con la misma extensión que la asustaba a Tamao.

Así que atamos a Tamao y la tiramos en la parte de atrás de la camioneta y decidimos dejar a los cazadores de recompensas... ya que parecían tener intenciones de levantarse eventualmente.

"¿Segura que estás bien?" Yoh me preguntó una vez más.

"Sólo un moretón." Estaba totalmente desorientada. "No entiendo..."

Yoh estuvo silencioso un momento antes de sacudir su cabeza. "Creo que no soy el único con poderes supernaturales acá."

"¿Qué significa eso?" Fruncí el entrecejo.

"Qué debes ser una especie de Miko o Itako." Se encogió de hombros. "¿Es qué nunca leíste cuentos de hadas o escuchaste viejas leyendas? Las Miko son los humanos con una fuerza increíble de pureza."

"¿No te vas a asustar o gritar?" Pregunté. No podía creer que se estuviera tomando esto en solfa.

"Mientras no te asustes de que soy un shaman." Suspiró. "Me podría importar menos."

Bueno... esas eran buenas noticias... quizás yo no era el único ejemplar anormal a fin de cuentas.

****************

Notas de la Autora:

Ahora saben porqué a Anna le pasaban todas esas cosas y se que talvez las Miko e Itakos no tienen ese poder, pero ¿qué me importa? Es mi fic y hago lo que quiero XD

El próximo capítulo ya es el último, una pena pero el final siempre llega.