Notas Iniciales:

Lo prometido es deuda... bueno, aca llego el ultimo capitulo de este fanfic. Espero les guste y perdonen la tardanza, pero como siempre digo, no pude escribir por motivos personales los cuales incluyen trabajo, estudio y salud. Y ahora si, lo que todos esperaban:

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Capítulo 19: Descubrimientos Interesantes


Nunca esperé regresar a este lugar con gusto, pero aquí estaba, caminando hacia la gran mansión costera con Yoh quien me dirigía, tocándome el hombro alentadoramente. Pero igual no podía evitar sentir que ahora varios miembros de su familia me estarían esperando con hachas, ametralladoras y tablones de madera con clavos en ellos.

Ah sí, y a propósito, Tamao había sido encerrada en un instituto mental anoche. Y no me cabía duda de que la familia de Yoh ya sabía de ello. Y también... el Sr. Asakura no había recibido su dinero para esas deudas extrañas que él tenía que pagar... así que estaba oficialmente quebrado, a menos que hubiese seguido a un duende detrás del arco iris y luego lo estranguló para quedarse con su olla de oro. Lo cual yo dudaba.

Pero ahora significaba que Yoh tampoco recibiría la propiedad porque no se iba a casar con Tamao... y tenía el presentimiento que no muchas personas serían buenos conejitos conmigo por todo esto. Así que podrán ver que todo esto NO es mi culpa pero SI lo es de alguna manera... extraña, por cierto.

Yoh estaba a punto de abrir la puerta principal cuando esta se abrió ante nosotros. Saltamos de asombro cuando vimos media docena de doncellas y lacayos saliendo del lugar llevando maletas y más maletas. Luego los siguió el Sr. Asakura, con una mirada de pocos amigos.

"¡Hola papá!" Yoh saludó, mientras el Sr. Asakura sólo lo consideró pedregosamente.

"Hola, hijo. Supongo que ya escuchaste." Le dijo en tonos amargos.

"¡Ah sí!" Yoh no tendría que haberse visto tan complacido por ello.

"Entonces no hay necesidad de despedidas." Y nos dejó para entrar a una limusina que acaba de salir del garaje.

"Espera..." Murmuré.

"¿A dónde se va?" Yoh frunció el entrecejo. Luego su madre salió de la casa. Vio a su hijo y caminó hacia él con paso pesado e inmediatamente le dio un abrazo maternal.

"¡Ahí estás, Yoh! Estoy tan contenta de que volviste a salvo - oí que Tamao casi te mató."

"Tamao casi mató a tres personas. Sólo que no es muy buena en mantenerlos muertos." Contestó seriamente. Su madre sólo rió. "¿A dónde va papá?"

"A Hawaii."

Ambos la miramos fijamente.

"Ah... ¿no te dijimos? Todavía tenemos algo de dinero de su jubilación. Así que nos vamos a ir a vivir a la casa de vacaciones en Hawaii." Lo besó a Yoh en la mejilla que se retorció un poco. "Adiós, querido... y... chau para vos." Arrugó su nariz hacia mi de modo superior y se fue a la limusina meneando su cola.

"Pensé que se divorciaría de tu papá..." Le dije calladamente a Yoh.

Él sólo se encogió de hombros. "Supongo que debe de haber encontrado lindo y extravagante al chico de la piscina de Hawaii."

Nos quedamos parados mirando hasta que la limusina arrancó siendo seguida por un remolque que llevaba todo el equipaje de el Sr. y Sra. Asakura. Luego entramos. "Supongo que esto significa que la casa pertenece a tu hermano ahora, ¿no?"

"Si."

Y como si nos hubiese escuchado, su hermano estaba bajando la escalera. "Sí, lo que significa que debes empezar a empacar tus cosas, Yoh."

La cara de Yoh se oscureció. "Pero esta es mi casa."

"No - esta es mi casa." Hao miró a Yoh con una linda sonrisa cínica. "Y vos sólo sos un huésped, lo que significa que tienes que salir ahora, o llamo la policía."

Así que era por esto que Yoh no había querido amarme. Era que todavía quería tener un techo sobre su cabeza.

"Lo siento..." dije calladamente cuando su hermano se alejó de nosotros. "Todo es mi culpa."

"No... esto no es tu culpa, Anna." Se acercó a mí y me dio un beso suave en el cachete. "Por lo menos nos tenemos el uno al otro."

Giré mis ojos. "No me vengas con esa tonta historia. Sabes muy bien que nuestro amor no pagará por la comida, ni el alquiler ya que estamos."

"Mm..." Pareció pensativo.

"Supongo que debo ir por una mochila." Volvió a suspirar. "Vamos a ir por el dinero que enterré fuera de la cabaña campestre."

Bueno, ese era un comienzo. Por lo menos tendríamos algo de dinero.

Yoh se fue para arriba pero yo permanecí en la escalera del vestíbulo, tratando de pensar una salida a nuestro dilema. Luego la esposa de Hao apareció. Me sonrió tibiamente cuando me vio. "Un gusto verte de nuevo, Annastacia. Soy Marie."

"¿La esposa de Hao?" Pregunté y ella asintió. "Lo siento si le parezco grosera, pero la verdad es que tu esposo no me agrada mucho."

"No muchas personas lo hacen..." La muchacha se vio un poco triste. "Pero... él es realmente una persona agradable, adentro, muy, muy... muy adentro."

No me compadecí de él. Estaba salvando ese sentimiento para el hermano que se quedaría sin casa.

"Escuché las noticias." Me sonrió otra vez. "Que Tamao había secuestrado a Yoh y lo amenazó desde el principio para poder ganar aún más dinero."

Sí... esa era la pequeña mentira piadosa que habíamos inventado para sacarme de las lista 'Se Busca' de todo Japón. No lastimaría realmente a Tamao ya que estaba en una casa de locos cerca de volverse autómata. "Sí... chica loca..." Y no pensé ni una vez que esta mujer había creído ese cuento.

"Es extraño lo que la gente hace en un ataque de celos y avaricia." Me sonrió dócilmente.

Miré fijamente mientras ella se retiraba del lugar antes de sacudir la cabeza y apretar los puños de mis manos contra mis ojos. Esto era TODO mi culpa. Yoh estaba arruinado por mi culpa...

El timbre sonó... y como no había nadie cerca para abrir la puerta, fui a hacerlo yo misma. "¿Olvidó sus llaves Sr...?" Me tragué las palabras cuando me di cuenta que ese no era el Sr. Asakura por lejos. Pero en su lugar había una mujer de mediana edad vistiendo un traje de trabajo bastante decente y a su lado estaba la abuela Genshi con Manta. Al principio no la reconocí ya que llevaba una boina escocesa y unos pocos mechones grises en el cabello. "Mamá..."

"Anna..." Me sonrió.

Miré hacia la abuela Genshi. Se veía bastante feliz. Mi corazón se entibió al verla, pero ese sentimiento fue equilibrado por el frío que sentía por mi madre.

"Creo que necesitamos hablar, Annita." Mi madre me dijo simplemente y entró al vestíbulo sin ser invitada. La abuela Genshi la siguió.

"Whoa..." La abuela miró fijamente su alrededor. "¡Eres como una princesa, Anna!"

"Yo no vivo aquí..." Mis ojos estaban en mi madre.

Escuché a mi madre mirando a su alrededor. "Sentarnos... algún lugar donde sentarnos... algún lugar ¡ah! ¡Aquí estará bien!" Se meneó hacia el salón y se sentó en el sofá cerca de una mesa de café. "Siéntate aquí, Anna."

Me acerqué a ella y me senté. Todo estaba tranquilo de golpe. ¿Qué hacía ella en Japón?

"Sé que ha pasado bastante desde la última vez que nos vimos," ella comenzó mientras yo estaba sentado frente a ella, pero la interrumpí cortantemente.

"Diez años." Dije brevemente.

"Sí... bueno, regrese... y después de que oí lo que te pasó, creo que tendría que haber hecho un mejor trabajo como madre." Me dijo calladamente.

Aparté la mirada y me crucé de brazos. "Muy bello lo que dices ahora cuando yo ya soy toda una adulta y me puedo cuidar sola."

"Anna, escucha-"

"¡No! ¡Escúchame vos a mí!" Estallé repentinamente. Generalmente no me enojo, pero recientemente he estado bastante enfatizada y nerviosa. "¡¡No puedes abandonarme cuando apenas soy una niña para tomarte unas vacaciones de unos diez años de duración y luego regresar y esperar que yo este feliz ante este hecho!!"

Esto era algo que había querido decirle desde que tenía siete años...

"Anna, entiendo que estés-"

"¡No, no entiendes!" Lloré. "¡Te fuiste dejando a una pequeña de siete años de edad bajo el cuidado de papá, que no es más que un alcohólico sin límites! ¡¿De qué planeta eres?!"

"No me estás escuchando, Anna."

"¿Y Por qué debería? ¡Vos nunca me escuchaste!"

"¡Eso es suficiente señorita!" Gritó tan agudamente a modo de madre que me callé instantáneamente. "¡No tienes la menor idea de lo mucho que he intentado encontrarte y regresar contigo! ¡Por Dios, gasté mis últimos tres años en Japón tratando de encontrarte!"

Bueno... yo no sabía eso.

"¡Logró llamarte por teléfono y me cuelgas, Anna! ¡Y cuando trato de llamar otra vez, descubro que tu teléfono ya no está más activo! ¿Qué le hiciste? ¿Lo estrangulaste?"

"¡Mamá!"

"Lo que digo es que traté de encontrarte y ser tu madre... pero tu padre no me facilito la tarea después del divorcio."

Eso era verdad. Papá la odiaba. Pero la odiaba de verdad. No podía decir su nombre en la casa sin que él se enojase. Papá + cerveza + nombrar a mamá = muchos problemas y permanecer en la casa de algún amigo hasta que él se tranquilizase o soportar los gritos y golpeas de un padre furioso.

"¿Por qué no te quedaste conmigo desde un principio? Fue papá quien me enseño a crecer, a andar en bicicleta, a afeitarme..."

"¿Afeitarte?" Me miró en blanco.

"Las piernas - ¡afeitarme las piernas!" Dije rápidamente. "¡Pero vos te perdiste todo eso mamá! Te perdiste mi primer novio, la primera vez que me indispuse, la primera vez de todo..." Sacudí mi cabeza. "Eres una madre malísima, no hay más que decir."

Ella me miró fija y silenciosamente antes de hablar. "Sé que no he estado allí en el pasado, pero quise estar allí por vos... y estoy aquí ahora... y, sos una de las personas más importantes que tengo..."

"¿En serio?" Traté de no sonar interesado.

"Sí." Mi madre se vio algo desorientada por momento. "Unos tipos dijeron que eran socios del banco de la ciudad, y querían hablarme a mí sobre vos..."

"Probablemente deudas que necesito pagar." Suspiré.

"No... ellos me dijeron que pronto te casaría con..." La madre sacó una nota de su bolsillo. "Yoh Asakura ¿Ese nombre no es una droga...?"

"¡¡¿Qué?!!" Grité.

"Eso es lo que dijeron, no sé si es verdad. Y empezaron a hablar acerca de heredar tu fortuna una vez casada... dijeron que eras una heredera, cosa más que extraña ya que nadie te ha entregado alguna herencia." La mujer sacudió su cabeza. "Tu abuelo abuelo quiso esperar hasta que tuvieses dieciséis antes de darte el coche, pero no quería esperar hasta que te casaras para darte el dinero - ¡si ni siquiera tenía dinero! Aunque no sé quién más te daría su fortuna..."

"¿De qué estás hablando?" Esto me estaba confundiendo.

"Los socios del banco dijeron que pronto te casarías con este tipo, que te permitiría acceder a esta cuanta bancaria." Mi madre me entregó la nota y lo leí.

"Trescientos ochenta y seis millones, setecientos..." jadeé. ¡Esto era el dinero perdido que los cazadores de recompensas habían robado! ¿Cómo es qué ahora estaba en una cuenta a mi nombre? "¡Esto tiene que ser algún error!"

"Eso es lo que dije, pero dijeron que habían verificado y vuelto a comprobar pero estaban seguros que esto te pertenecía." La mujer aún parecía desorientada. "Yo no discutí, así que sólo tome la nota - y entonces me dijeron que seguro estarías viviendo con tu esposo aquí."

"Espera... ¿cuáles eran los nombres de estos socios del banco?" Le pregunté detenidamente.

"Ah... ehh... Pili... ¿Piliga? Y... Joto Joto... no lo puedo recordar..." Se encogió de hombros. "Pero ellos tenían razón acerca de que estabas aquí... no dijeron cuando ni cómo habías adquirido tal fortuna. Y yo no tenía ni la menor idea de que eras una heredera a tanto dinero."

Ni yo... esos cazadores de recompensas no eran en verdad cazadores... Dios, incluso estoy dudando de que si eran o no humanos...

"Anna..." El tono en la voz de mi madre insinuó que cambiaba el tema. "Traté realmente de encontrarte y ser tu madre... siento mucho no haber estado aquí... me puedes perdonar."

Me acerqué a ella, caminando sobre la mesa y me arrodillé ante ella para darle el abrazo más grande que pude congregar. Una parte de mí todavía la odiaba por dejarme... pero si ella en verdad había tratado de encontrarme, entonces la podía perdonar. Así que por qué castigarla aún más... por qué no amigarme con ella. "Gracias..."

"¿A dónde vas?" Ella preguntó mientras comenzaba a levantarme.

"¡Necesito contarle esto a alguien!"



***



Pilika y Horo Horo que se despertaron al mismo tiempo con una toma aguda de aliento y se sentaron verticalmente, trataron de respirar. Pilika se palmó la frente. ¡Genial! Ningún hoyo, eso quería decir...

Echó una mirada a su alrededor y le dio un codazo a Horo Horo con alegría en su cara. "¡Regresamos!"

Él echó una mirada a su alrededor también y entonces casi se desmaya del alivio. "Gracias a dios... pensé que estaríamos atrapados en ese plano para siempre."

Ellos continuaron quedándose sentados en sus camas del hospital mientras Jeanne fue hacia ellos con una sonrisa en su rostro. "Es un gusto volverlos a ver por fin. Pensé que nunca lo lograrían."

"Sí. Y con la cantidad del amor que fluye entre esos dos, diría que la maldad será derrotada tan sólo en el anochecer." Horo Horo dijo engreídamente. "Así, en una escala del uno al diez... ¿cuánto poder engendramos...?"

"Ah... diría que diez." Su sonrisa se extendió aún más. "Derrotamos al mal rápidamente, como a... ah... cinco minutos después de que ustedes finalizaron su trabajo... ¿quizás diez minutos?"

Ambos la miraron fijamente boquiabiertos. "No..." Pilika murmuró.

"Sí." Jeanne comenzó a marcharse. "pero la cantidad de poder que engendraron va a servir para que la ciudad funcione por lo menos una semana."

Los hermanos se miraron el uno al otro. "Esto es todo tu culpa." Pilika repitió su ya famosa frase.

"Ah, y a propósito, hemos decido promoverlos - son guerreros otra vez." Jeanne llamó sobre su hombro.

A Horo Horo le volvió su aire de superioridad repentinamente. "Sí es todo mi culpa, entonces ¿por qué no me das las gracias?"

"Porque no hay ninguna guerra que luchar... estamos desempleados de nuevo." Ella suspiró.

"No otra vez. Que suerte tenemos..." Horo Horo suspiró también miserablemente.

Pilika se puso de rodillas sobre la cama. "¿Crees que Kyouyama ya se haya enterado que es una heredera?"

"Probablemente." Su hermano levantó una ceja. "Esa fue una idea muy generosa la que tuviste allá abajo, dándole todo el dinero."

"Sí, lo sé..." Pilika sacudió su cabeza. "Quizás tendríamos que habernos quedado allí y habernos quedado con el dinero para nosotros."

"Bueno, ya esta. Celebremos con una agradable barra de chocolate." Horo Horo dijo mientras salía de la cama.

"Eh hermano... en este reino no existe tal cosa como el chocolate." Pilika le indicó.

Horo Horo se congeló. "Esto apesta..."



***



"¿Yoh?" Llamé mientras redondeaba estos pasillos extraños para mí. Sentía como si estuviese en algún palacio de alguna civilización occidental antigua, ya que creo que eso era lo que resumía el nombre de este lugar. "¿Hola?"

"Estoy acá... empacando" Oí una llamada con voz familiar desde un cuarto aun más arriba del vestíbulo. Me asomé alrededor del marco de la puerta y entré.

"No estás empacando." Observé, avanzando furtivamente hasta él.

"¿Entonces que estoy haciendo?" Gruñó. No parecía estar feliz por alguna razón.

"Poniendo tu ropa en una valija - pero eso no es lo que quería decir." Comencé otra vez. "¡Quiero decir que no tienes que empacar!"

"Buen chiste." Pero no estaba riendo.

Hice rodar mis ojos y coloqué la nota bajo su nariz. Yoh la miró fijamente por un momento antes de tomarla y leerla. "Esto es un chiste, ¿verdad?" Me miró, claramente confundido. "Esto es aún más dinero del que Tamao tenía como heredera."

"Mm, pero mira la cantidad - es la misma cantidad que el dinero perdido del rescate." Esperé a que se diera cuenta.

"Wow, qué casualidad."

"¡Idiota! ¡ES el dinero perdido!" Le indiqué.

"Pero los cazadores de recompensas..." Ahora estaba completamente confundido. "Pero eso significa..."

"Que me lo dieron a mí..."

"¿No eran cazadores de recompensas, no?" Miró la nota otra vez.

"Dudo que hayan sido abogados." Comencé a sonreír como idiota mientras lo agarraba del brazo. "¡Pero esto significa que ahora todo esto es TUYO!"

"Ah sí - pero sólo si te casas conmigo." Se dio vuelta para encararme completamente.

Yo le di una mirada severa. "¿Es esta tu manera de proponerme matrimonio?"

"No, es más bien una orden." Yoh sonrió y no pude evitar sonreír con él.

Yoh me estiró en un abrazo grande y yo aspiré su olor profundamente. "Te amo tanto..." Cuchicheé.

"Yo también..."

"¿Vos también te amas?" Bromeé.

"No, yo te amo..." Estaba a punto de inclinarse y besarme por lo que sería la centésima vez desde esta mañana, cuando se dio cuenta de algo más repentinamente. "Espera - ¡tengo que ir a decirle algo a Hao!"

"Yoh - ¡mejor que no lo eches de la propiedad!" Grité después que él como él salió fuera del cuarto.

"¡OYE! ¡¡¡HAO!!!" Lo oí gritar.

Probablemente no lo echaría... en verdad sólo se lo refriega en la cara y después lo echa por algunas semanas y nada más.

Esta situación medio que me recordó a una pequeña lección que aprendí cuando tenía aproximadamente... seis o algo por el estilo - cuando mamá aún estaba conmigo. Cuando me compraron mi primera bicicleta.

Había estado con las rueditas de apoyo por años pero estaba bastante segura de que podría andar en bicicleta sin las mismas. Entonces mamá me dijo que diera un paseo por el patio de la casa y si lo completaba sin caerme entonces la bicicleta sería mía. Así que me fui a dar el paseo alrededor del patio y a mitad de camino vi a mamá saludarme. Y cometí el error de contestarle con otro saludo.

Pero a pesar de mis rodillas rasguñadas y mi labio partido que gané de esa experiencia, igual conseguí la bicicleta... y la moraleja del cuento es que aunque parece que hiciste todo mal y arruinaste todo, tranquilamente aún puedes obtener el fin propuesto.

La cuál es una moraleja que veo fuertemente relacionada a esto. Porque hacía un rato había pensado que las cosas habían quedado completamente arruinadas y no podían ser reparadas... pero aquí estaba a punto de llegar a ser... la esposa de un millonario - finalmente encontrando a mi madre otra vez. Hay que agradecerle a un par de ángeles guardianes (o demonios). Aunque me tuve que compadecer de Tamao también, pero yo pensé en ella desde el principio. Tuvimos que tomar una decisión muy dura, en si llevarla a prisión o al instituto mental antes de decidir que ambos eran más o menos lo mismo salvo que el personal era más agradable en el instituto y que había mejor olor también... pero eso aún estaba abierto a debates.

Y las cosas estaban a punto de ponerse mejor porque entonces el teléfono sonó. Y yo siendo lo ignorante que soy, no sabía que había empleadas y gente que lo contestase por mí - así que levanté el tuvo. "Hola - residencia de los Asakura."

¡Eso sería grandioso de decir cuando sea una Asakura!

"Quisiera hablar con la Señorita Kyouyama, por favor."

"Con ella habla."

"Ah, hola. Hemos estado tratando de ponernos en contacto con usted a través de su teléfono celular por un rato, pero luego nos llamaron diciéndonos que estaba viviendo aquí. Es un gusto informarle que ha conseguido obtener el papel principal en la novela 'Amor Dulce Amor'."

Cuando esas palabras llegaron a mi mente comencé a ver estrellas. "¿En serio me lo dice?"

"Desgraciadamente se ha perdido los primeros dos episodios de la nueva serie, pero lo podemos incorporar en-"

"¡Gracias! ¡Adiós!" Aplasté el tubo contra el teléfono.

¡Así que ahora no sólo estaba comprometida con un millonario sino también era una ambiciosa actriz! ¡La vida es buena conmigo!

Me dirigí al vestíbulo y estaba a punto de saltar la escalera hacia abajo cuando me congelé, mis ojos sobre algo que cruzaba el pasillo. Un gato... y negro que se estaba escabullendo desde la entrada de la casa...

Normalmente no creo en supersticiones, pero allí va usted. No más caminar por debajo de escaleras de ahora en adelante, ni equilibrar arvejas sobre el tenedor por un rato...





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Notas de la Autora:

¡Y ahí lo tienen! ¡Este fue un capítulo largo! ¡No hay más! ¡Es el fin! Pero quiero reviews para ver que pensaron de todo esto!