No existe nadie como tú
Capítulo I: Como gotas de lluvia
Increíble como una persona cambia totalmente tu vida. Todo parece ser perfecto, pero cuando llega "esa" persona especial te das cuenta que nunca conociste la verdadera perfección hasta ese instante.
Para mí la perfección llegó a los 11 años; y aunque no sabía que la tenía frente a mis ojos, siempre estuvo ahí a mi lado. Ron siempre estará a mi lado, estoy más que segura.
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- Hola Herm- dijo Ron, con rastros de sueño en el rostro- Hola Harry.
- Hola Ron- respondió Hermione- ¿cómo amaneciste?
- Vivo, felizmente -contestó Ron.
- Si- agregó Harry- ya nos dimos cuenta.
Los tres rieron y entre risas, por una fracción de segundo, las miradas de Ron y Hermione se entrelazaron inevitablemente como gotas de lluvia que se hacen parte de un mar infinito.
- Hermione...? Ron...? - preguntaba Harry, haciendo señas frente a los rostros de sus atontados amigos- ¿están bien?
- Eh.. si, si.. verde Harry- contestó Ron, algo perplejo.
Hermione, despertando de su estado de trance, y escuchando a Ron, soltó una carcajada que sacó a Ron de sus sueños. Al siguiente momento, Harry, Ron y Hermione rieron juntos por segunda vez en la mañana (y eso que era el desayuno)
- Chicos, ya se hace tarde para las clases- dijo Hermione- será mejor que nos vayamos o Snape se enfadará.
- Como si nunca lo hiciera...- agregó Ron con un tono algo sarcástico.
- En serio, vámonos- interrumpió Harry, detectando que se acercaba una de las usuales peleitas entre Ron y Hermione. La verdad, ya había desarrollado un sexto sentido para intuirlas.
- Si, vámonos- contestó Ron.
Harry, Ron y Hermione se dirigieron a la clase de Snape. El resto del día transcurrió normalmente: Snape continuaba tan sobrio y frío como siempre, Mc Gonagall aún era estricta, Dumbledore seguían inspirando confianza a todos y en general todo era ordinario. Al menor eso pensaba Hermione. Pero ignoraba las sorpresas que planeaba la noche.
Capítulo I: Como gotas de lluvia
Increíble como una persona cambia totalmente tu vida. Todo parece ser perfecto, pero cuando llega "esa" persona especial te das cuenta que nunca conociste la verdadera perfección hasta ese instante.
Para mí la perfección llegó a los 11 años; y aunque no sabía que la tenía frente a mis ojos, siempre estuvo ahí a mi lado. Ron siempre estará a mi lado, estoy más que segura.
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- Hola Herm- dijo Ron, con rastros de sueño en el rostro- Hola Harry.
- Hola Ron- respondió Hermione- ¿cómo amaneciste?
- Vivo, felizmente -contestó Ron.
- Si- agregó Harry- ya nos dimos cuenta.
Los tres rieron y entre risas, por una fracción de segundo, las miradas de Ron y Hermione se entrelazaron inevitablemente como gotas de lluvia que se hacen parte de un mar infinito.
- Hermione...? Ron...? - preguntaba Harry, haciendo señas frente a los rostros de sus atontados amigos- ¿están bien?
- Eh.. si, si.. verde Harry- contestó Ron, algo perplejo.
Hermione, despertando de su estado de trance, y escuchando a Ron, soltó una carcajada que sacó a Ron de sus sueños. Al siguiente momento, Harry, Ron y Hermione rieron juntos por segunda vez en la mañana (y eso que era el desayuno)
- Chicos, ya se hace tarde para las clases- dijo Hermione- será mejor que nos vayamos o Snape se enfadará.
- Como si nunca lo hiciera...- agregó Ron con un tono algo sarcástico.
- En serio, vámonos- interrumpió Harry, detectando que se acercaba una de las usuales peleitas entre Ron y Hermione. La verdad, ya había desarrollado un sexto sentido para intuirlas.
- Si, vámonos- contestó Ron.
Harry, Ron y Hermione se dirigieron a la clase de Snape. El resto del día transcurrió normalmente: Snape continuaba tan sobrio y frío como siempre, Mc Gonagall aún era estricta, Dumbledore seguían inspirando confianza a todos y en general todo era ordinario. Al menor eso pensaba Hermione. Pero ignoraba las sorpresas que planeaba la noche.