Los personajes son de SM, la trama es completamente mía. NO AL PLAGIO.
Una dama de burdel
El tiempo, las heridas y las cicatrices
Angielizz (Anbeth Coro)
Muchas gracias por leer, a quienes dejaron comentarios en los capítulos anteriores, me he puesto al día con las respuestas y les dejé el adelanto del que será el siguiente capítulo.
El tiempo, las heridas y las cicatrices
Él
Sábado, 16:10
FRAGMENTO DE UN RECUERDO
Hablé con Bella sobre la custodia de Charlie casi un mes atrás, fue el mismo día en que James se negó a levantar una demanda para pedir la custodia sin conocer todos los detalles que había detrás.
—Quiere ver el testamento, para empezar. A veces los testamentos tienen clausulas especiales considerando el paso de los años y tu posibilidad de cuidar de Charlie por tu cuenta.
Estábamos sentados en la cama de la que era su habitación. Ella miró hacia las sábanas antes de responder con tono triste.
—No lo tiene.
—¿Lo viste?
Y se toma unos segundos de darme una respuesta.
—No personalmente.
—Lo normal, según James, es que se lea el testamento frente a los involucrados para evitar cualquier conflicto de interés.
—Recuerdo algo como eso, pero no creo que eso sirva para ti, me la pasé un poquito medicada esos primeros días así que estuve ahí pero no estuve ahí.
Sábado, 16:20
Mi inutilizable comedor se convirtió en una zona de guerra de papeles. Las fotografías que Bella tomó con mi celular al testamento las imprimió James en tamaño carta para poder leerlas sin dificultad; son legibles, pero eso no las hace más fáciles de leer.
Por lo menos eso pienso mientras veo a Bella releer una hoja tras otra y compararlas entre sí, las pone contra luz como si pudiera haber algo oculto en ellas, podría resultar gracioso en cualquier otra circunstancia, pero me parece lo opuesto, su desesperación por encontrar una respuesta diferente a la verdad es evidente.
—No lo entiendo —repite por quinta vez, pero en realidad sí lo entiende, James se lo explicó con calma y sin tecnicismos. Le explicó detalladamente de lo que se trataba esto, ella lo entiende, yo lo entiendo, incluso si estuviera aquí Charlie sería capaz de entenderlo.
James y yo intercambiamos una mirada larga, asiento y él vuelve a hablar.
—Va a ser más complejo, pero también con un resultado más justo —intenta calmarla de nuevo, pero Bella sacude la cabeza no a James sino a los documentos.
Por supuesto que será complicado, esto que tenemos en frente debería concluir por lo menos con una sentencia tras las rejas. A Bella le tiemblan las manos al volver a tomar la página principal de cada uno de los dos testamentos que tiene frente a sí.
—¿Por qué no sabía de esto?
Lo mismo quisiera saber yo. James tiene una respuesta más o menos convincente para ambos:
—No es un tema fácil de hablar con los hijos, muchos padres hacen testamentos y los hijos descubren cuál fue su voluntad hasta después de sus muertes.
James intenta mantener su rol profesional y no creo que exista ninguna pose profesional como víctima cuando te dicen que te han arruinado la vida en tu cara.
—No lo entiendo —vuelve a decir Bella, tallándose los ojos para deshacerse de las lágrimas que bajaron.
—Dijiste que estuviste medicada —le recuerdo con voz suave, pasando mi mano por su brazo en una caricia que busca en vano confortarla. Pero ella sacude la cabeza otra vez.
—Ellos acababan de morir.
Entiendo la queja y el dolor que hay detrás de sus palabras: sus padres habían muerto y las personas que debieron ser su apoyo se aliaron a sus espaldas para sacar ventajas de una horrible situación.
Bella levanta su mirada de los papeles a mí.
—¿Crees que ella lo sabía? —y Bella insiste en negarse a aceptar lo que para James y para mí es tan evidente—. Eric me fue infiel, pero él no haría esto —apunta hacia los documentos.
James había estado trabajando con las fotografías desde que se las envié, la razón por la cual no me contó de esto es porque quería asegurarse que la información fuera correcta y descubrió mucho más de lo que esperaba encontrar. Poco más de una semana de trabajo y James descubrió lo que yo no había sospechado en dos meses y lo que Bella ni siquiera imaginó en todo un año.
—Lo corroboré con el abogado que hizo los testamentos, en ambos casos fue el mismo bufete de abogados —le explica James y señala una carpeta de cuero negro que enviaron directamente esos abogados—. De acuerdo a los documentos Tía firmó de testigo en el último. Ella sabía del cambio. Eric firmó de testigo en la solicitud para ceder la custodia.
Bella sacude la cabeza, le tomo la mano por encima de la mesa y le doy un apretón.
—Son buenas noticias, Bella.
—¿Qué tienen de buenas? ¿Por qué no recuerdo la lectura del testamento?
—Puede que aun estuvieras en shock tras la muerte de tus padres… ¿qué tipo de medicamentos tomaste? —pregunta James, pero Bella niega mientras se limpia las lágrimas que se escabulleron por sus mejillas, pero aparecen nuevas lágrimas para remplazar a las anteriores, silenciosas se deslizan por su piel.
—Yo… no lo sé. Yo no recuerdo mucho de esos días… ¿La casa está a mi nombre?
Miro a James, pero por suerte su rol de abogado sigue en pie a pesar de lo repetitiva que son las preguntas de Bella. Esta pregunta ya la respondió un par de veces. Bella está en la negación por completo o sencillamente el tema la sobrepasa y no es capaz de asimilarlo como debería.
—A nombre de ambos —responde él y añade para que no le queden dudas—. No puedes vender la casa hasta que Charlie llegue a la mayoría de edad, lo que significa que tampoco puedes perder tus derechos sobre la casa hasta entonces.
—La casa está a mi nombre —repite ella, James vuelve a asentir y por el modo en que se rasca la cabeza sé que Bella está llevándolo al límite, así que decido intervenir.
—La casa está a nombre de los dos, tus padres hicieron el cambio cuando cumpliste dieciocho años para que te quedaras con la custodia de Charlie y todo el dinero que ellos tenían debía pasar a ambos, así como los seguros de vida y la pensión mientras siguieras estudiando. James dice que la casa no tenía adeudos de ningún tipo, tus padres no tenían deudas con ningún banco y en teoría debiste haber recibido ese monto intacto.
Bella sacude la cabeza.
—Eric… Eric dijo que… él reviso los documentos, él leyó el testamento por mí, él fue quien me aseguró que el único modo de no perder la casa era pagándolo con el dinero de mi herencia. Firmé unos papeles y así liquidé la deuda.
—¿Los leíste? —Bella mueve sus ojos con rapidez de un lado a otro como si quisiera encontrar algo dentro de ella, el recuerdo de esos días—. Tal vez te hicieron firmar con engaños. ¿Recuerdas dónde firmaste para darle la custodia? —pregunto de nuevo.
—¿Crees que yo firmé eso? —su indignación aparece en su voz, niego con mi cabeza al tiempo que sostengo sus dos manos entre las mías.
—Creo que te engañaron para que firmaras. ¿Recuerdas algún juicio? —Bella mueve su cabeza de lado a lado con lentitud— ¿Cuánto tiempo viviste en tu casa después de la muerte de Charlie?
—Tres meses…
Miro a James, que asiente comprendiendo a donde quiero llegar.
—Si entregaron la documentación para que cedieras la custodia y luego ella te obligó a dejar la casa, eso explicaría porque no estás enterada de nada, puede tomarse como abandono inclusive y al haber un antecedente de tus deseos de ceder la custodia a la mujer, sencillamente continuaron con el trámite —le explica James, Bella pasa su vista de él a los documentos sobre la mesa a mí, realizando el recorrido al menos tres veces— eso explicaría el motivo por el cual te sacó de la casa.
—¿Cuánto tiempo viviste con Eric? —le pregunto tan suave como puedo ser capaz a pesar de mi enojo. El nombre del sujeto que hasta hace unas horas no conocía se ha ganado en poco tiempo mi absoluto desprecio.
—No más de un mes… pero Eric estuvo conmigo después de que ellos murieron, pasó tres semanas ahí antes de que volviera a clases.
Lo que para ella parece imposible a mí me resulta una oportunidad que él tomó. Ella estaba pasando por la muerte de sus padres, entorpecida con los medicamentos y confiaba en él. ¿Una novia a la que veía en vacaciones o una herencia jugosa? No era una difícil elección. Sé lo que yo habría elegido, pero también sé lo que la gente es capaz de hacer por dinero.
—Y es por eso que necesitamos ponernos en contacto con él—le informa James. Pero Bella vuelve a negar con su cabeza, sin querer aceptar que su exnovio infiel esté envuelto en un fraude que la perjudicó directamente.
—Eric estudió leyes, él sabría que esto se vería mal, me habría avisado. Él confirmó que mis padres tenían una deuda y… —vuelve a repetir, respira hondo como si estuviera saliendo del agua, tomo su mejilla y la hago concentrarse en mí.
—Él sabía que confiabas en lo que te dijera.
Incluso ahora. La confianza que a mí me ha tomado semanas conseguir, Bella sigue otorgándosela a un imbécil que le fue infiel, la dejó en la calle y que no se tentó el corazón para ofrecerle su apoyo después del rompimiento.
James le muestra de nuevo el documento de solicitud para ceder la custodia a la anciana.
—¿Reconoces las firmas? —señala la última hoja donde aparece su nombre y firma.
Dejo ir el rostro de Bella para que miré hacia el papel. Pone sus manos encima de éste, leyendo con lentitud y entre más lee, más sacude su cabeza, reacia a aceptar de lo que se trata.
—Bella, aquí están las pruebas. James encontró a la notaría que contrataron tus padres para los testamentos, se puso en contacto directo con la persona que leyó el testamento frente a ti y tu tía, él dice que tú cediste la custodia. Ella los contactó. Alegó que eras muy joven para cuidar de Charlie y estabas muy afectada emocionalmente por la muerte de tus padres, así que realizaron el trámite, atribuyeron que era demasiada responsabilidad para ti —esta vez no sacude su cabeza, sencillamente observa los documentos en silencio, así que prosigo—. Eric es uno de los testigos que firmó la petición —señalo la firma de él en la hoja—. Sólo hacía falta fecha para el juicio y tú no apareciste ni respondiste los citatorios.
Deja caer la hoja en la mesa y se cubre el rostro con las manos poniendo sus codos sobre la mesa para recargarse.
—Yo no haría eso, ¿por qué haría eso? Todo lo que he querido es recuperar a mi hermano y me estás diciendo que yo lo tuve desde el principio y lo perdí. ¿Cómo pudo hacerme eso? ¿Por qué me odia tanto? —jadea en busca de aire, está teniendo uno de esos ataques donde no para de llorar, me acerco de nuevo a ella y la abrazo apretándola contra mí.
—Respira —más que respirar jadea desesperada por aire. James comprende lo que ocurre y sale del comedor dándonos un poco de espacio—. Bella, vamos a recuperar a tu hermano —le repito como he venido haciéndolo desde que James le explicó lo que ocurría la primera vez, se estremece en mis brazos mientras sus manos van a mi espalda para aferrarse a mí, vuelve a jalar ruidosamente aire cuando respira—. No se va a salir con la suya —le juro y de haber podido habría tomado su rostro y la habría obligado a verme a la cara para mostrarle que no miento, pero Bella hace imposible separarme de ella.
—Ya lo hizo —niego con mi cabeza, pero ella asiente con terquedad.
—James va a acelerar el proceso, si está aquí es porque quiere que empecemos.
—Necesito… traba… pintar… vender… yo… —habla entra balbuceos que su llanto no me permite entender por completo, aunque comprendo la idea principal.
—¿Solvencia económica? —vuelve a asentir contra mi pecho—. Eso no importa ahora. Vamos a demostrar lo que te hicieron, obligarte a firmar bajo los efectos de medicamentos es ilegal. Te engañaron para entregarles tu herencia y te ha chantajeado todos estos meses para que le pagaras por la manutención de Charlie. Tú deberías tener la custodia —niega con su cabeza— por supuesto que sí.
—Nadie me la va a dar.
—Estás siendo pesimista, Bella. Sé que esto es…
—Demasiado.
—Demasiado qué procesar, pero todo esto es ilegal, es lo que necesitamos, demostrar que lo que hizo la convierte en la peor candidata para tener la custodia —pero en lugar de que mis palabras la tranquilicen, Bella solloza más fuerte que antes y sus temblores aumentan—. Bella, mírame —cuando consigo hacer que sus brazos me suelten sujeto su rostro quedando a escasos centímetros nuestras narices—. Yo voy a estar aquí para ti. Si necesitas más tiempo podemos esperar, ella no sospecha de nosotros. No sabe que tenemos esas fotos, podemos armar el caso mientras estás lista, seguiremos como hasta ahora. Llamadas con Charlie y enviándole dinero cada mes. Tenías un plan, ¿no? —le recuerdo y ella asiente mordiendo su labio para impedir que tiemble, luchando contra su dolor que siento como mío, limpio las lágrimas de sus mejillas con mis pulgares—, podemos seguir en ese plan. Pintar, vender tus cuadros, es un buen plan. Y cuando tú te sientas segura tendremos todo listo para la demanda.
Pero mis palabras no consiguen darle tranquilidad, porque vuelven a salir sus lágrimas y sollozos quedos.
—¿Y si lo que yo hice… y si… y si lo descubre? ¿Y si ya lo sabe? ¿Que si está tan calmada porque ya lo sabe todo?
Por poco lo olvidaba. Bella guarda un pasado. ¿Qué puede ser peor a todo lo que está frente a ella en todos esos documentos?
—Bueno… necesitarías decírnoslo antes de meter la demanda. Si necesitamos borrar evidencia, pagar por el silencio de testigos… o cómplices. Lo que sea. Tendrías que decirlo. Necesitaría nombres. Tal vez inventar una nueva historia para todos estos meses. No lo sé. Estoy planeando sin tener idea de lo que hablamos.
Bella pasa sus brazos por mi cuello dejando su cabeza debajo de mi garganta, lo que facilita que pueda recargar mi mejilla contra su cabeza.
—¿Me vas a ayudar incluso si terminas odiándome? ¿Me podrías prometer eso?
—Yo no… yo jamás podría odiarte, Bella. Jamás.
—No lo estás prometiendo —suspiro. Realmente hoy mi nivel de paciencia está agotado.
—Te doy mi palabra, sin importar qué voy a ayudarte a conseguir la custodia de Charlie.
La abrazo hasta que siento su respiración calmarse. Esta nueva información nos ha tomado por sorpresa. Bella perdió su dinero pagando una deuda inexistente, perdió a su hermano sin saber que tenía la custodia de él en primer lugar y perdió su casa sin saber que era dueña de ésta. Miro los papes de soslayo sin soltar a Bella.
Todo está aquí, toda la evidencia y aún así sé que tendremos que esforzarnos en demostrar que Bella es inocente. Que ella no abandonó a Charlie, ni salió de su casa por su voluntad. Lo único que espero es que el dinero de la herencia esté ligada a las cuentas bancarias de esos dos… exhalo y Bella exhala también, calmando su llanto.
¿Qué clase de persona podría tomar el momento más difícil de alguien y usarla en su contra? Sólo dos desalmados avaros.
Me separo de Bella al darme cuenta que su respiración se ha vuelto más lenta, tiene los ojos cerrados aunque los parpados hinchados y el rostro enrojecido por el llanto. Beso su frente antes de romper con el agarre. Esto es demasiado para cualquiera. La traicionó su exnovio por dinero. Y su tía, quien era su único familiar cercano, hizo más que sólo robarle la herencia, también se quedó con la casa y con su hermano y la dejó a su suerte.
Con dificultad consigo ponerme de pie, paso mis brazos debajo de su cuerpo y la levanto.
Una vez que la dejo acostada en la cama regreso a la sala donde está James terminando una llamada. Espero hasta que cuelga.
—¿Y bien? —pregunto esperando que tenga una solución.
—No sé qué decirte. Si sirve de algo, le creo. Fue víctima de un fraude por parte de su tía y de su exnovio. ¿Podríamos alegar que se trata de drogas en lugar de medicinas? Eso explicaría que no tenga idea de lo que pasaba a su alrededor.
—Lo usarían en su contra.
—Mi propuesta más segura es llegar a un acuerdo con la mujer antes de terminar en un tribunal.
—¿Un acuerdo? Lo que le hizo es un crimen. Le arrebató a su hermano —puedo escuchar la exaltación en mi voz, pero no puedo controlarla.
—Estoy de acuerdo. Pero si la tía le devuelve la custodia entonces no tendríamos que pensar en los riesgos para Charlie. ¿Olvidas que aún tiene un cadáver debajo de su cama del que no te quiere hablar?
—No está lista —insisto.
—¿No está lista ella o no estás listo tú? Te conozco Edward, si no se tratara de ella serías el primero en querer saber y ahora estás bien con que te guarde secretos que podrían ser o no ilegales, y con los que eres estúpidamente comprensivo.
James se cruza de brazos en espera de mi respuesta, pero no tengo una para él. Tiene razón, ¿y si yo no estoy listo? ¿y si su pasado es tan terrible como ella cree? Así que voy a un tema más seguro:
—¿Qué porcentaje tenemos de ganar?
—Es apresurado decirlo, Edward… yo diría que tenemos ventaja, podemos llegar a un acuerdo.
—No quiero un acuerdo.
—Lo que ella quiere es recuperar su hogar y a su hermano, no quiere a esa mujer en la cárcel —cuando voy a hablar se apresura a añadir—. Tú sí, ella no. Y me parece que mi cliente no eres tú, sino ella. Aunque eso no va a evitar que pagues mis honorarios.
—Suena a que ese exnovio de Bella está metido en la mierda de la mujer.
—Así parece. Firmó como testigo para solicitar ceder la custodia del niño.
—¿Cómo es posible?
—Dinero por debajo de la mesa. Y medicada parece un eufemismo para drogada hasta el culo… —y porque es James y él no permite las desviaciones de tema retoma lo anterior—. Necesitamos descubrir el cadáver que esconde bajo la cama antes de que lo haga alguien más.
—¿Tienes idea de las semanas que me ha tomado que confíe en mí? Estoy trabajando en eso.
—Acelera eso antes de que nos explote en la cara. Y sobre la transferencia a Aro, no puedo hacerlo, aunque quisiera, aunque me rogaras, vas a quedarte en números negativos, así que no lo haré.
—¿Qué hay de la cuenta compartida de la empresa?
—Sabía que dirías eso y Jasper dijo que no. Piensa igual que el resto, tienes que sacarte a tu padre de una vez por todas de encima, Edward.
—No puedo hacer eso. Tiene información de Bella. ¿Cuánto tiempo va a tomarle a él descubrir su pasado si se lo propone?
James levanta ambas cejas y sacude la cabeza.
—Entonces ¿qué mierda estás esperando?
—Bella necesita tiempo.
—Si esperas a que ella se decida, te van a ganar Aro o su tía en actuar. Y entonces perderemos la ventaja. No es sólo sobre ella, la vida de ese niño también está sobre la mesa. ¿Qué clase de persona hace algo así en un momento como ese?
Charlie. Mi preocupación se había centrado en Bella y el daño que le habían hecho, pero entiendo hasta que lo menciona James que lo principal no es buscar justicia sino recuperar al hermano de ella. El niño que vive con una desconocida, una que por alguna razón jamás estuvo en su vida y que fue removida en el testamento de sus padres.
—¿O?
—Ponemos en uso mis prácticas para encontrar problemas.
—¿Sin contratar a ningun investigador privador?
Sin riesgos de que nadie además de nosotros descubra lo que sea que ella oculta.
—Sería solo yo. Estamos contrareloj, Edward. Cuando tu padre note que no vas a depositar el dinero pondrá a sus investigadores a trabajar sobre ella.
Y lo sé, por supuesto. Sé exactamente el tipo de hombre que es mi padre. El tipo que no teme amenazar a una joven en su propio hogar para sobornarla con dinero para alejarla de mí, el mismo que sólo aparece para dar problemas y exigir dinero cada tantos meses. El que no teme ensuciarse las manos por conseguir lo que quiere. Y sé lo que quiere: dinero. Y él sabe a quién yo quiero.
—Hazlo, pero si no consigues nada entonces tramita el proceso de venta de la casa en la playa.
—¿Estás seguro?
—Le daré el dinero que le corresponde por esa casa y me quedaré con el resto, todos estos años aumentó su valor, ¿no? —asiente—. Ponla en venta.
—Creí que era una buena inversión con las rentas diarias.
—Lo es. Pero con ese dinero puedo comprar otra.
—¿Y si lo que descubres de Bella es tan grave como ella cree?
—Lo quiero lejos de ella de todas maneras. Y mi padre piensa que es algo que le debo, así que no lo quiero —sacudo mi cabeza con una nueva elección—, olvídalo. En cuanto te desocupes con tu investigación al pasado de Bella comienza el proceso de la venta de la casa.
James no oculta su asombro, pero asiente.
—¿Quieres que te cuente lo que encuentre o continúo con el proceso para preparar la demanda?
Miro hacia atrás, al pasillo que da a las habitaciones.
—Cuéntamelo antes a mí.
Domingo, durante la madrugada
Es de noche cuando despierto en la cama vacía.
Encuentro a Bella mirando por la ventana de la sala, con su frente recargada contra el vidrio mirando hacia abajo.
—Ven aquí —le pido manteniendo un metro de distancia del vidrio que da a una noche oscura en medio de una ciudad ruidosa.
—Desde aquí todos se ven tan pequeños —dice pero no se mueve de su lugar.
—Bella, ven aquí —insisto cuando la veo poner ahora ambas manos encima del insignificante cristal.
—¿Sabías que existe un ave que pone sus huevos en nidos ajenos? Y esos pájaros ni siquiera se dan cuenta del cambio, nace primero y se encarga de tirar a los huevos que ya estaban ahí. Sus padres se desviven en alimentar al polluelo que es incluso más grande que ellos. Es más grande, más hambriento, y tan obvio que no les pertenece, pero son tan estúpidos que no se dan cuenta del cambio. Creo que esto es algo así.
—Tú no eres estúpida —los dedos de Bella repiquetean contra el cristal—. Ven.
—¿Cómo no pude darme cuenta?
Ahora su mano es un puño que da un par de golpecitos al frágil cristal. Estiro mi mano a ella, sin mover mis pies.
—Bella. Ven conmigo.
Ni siquiera se gira a mirarme, sacude la cabeza con su frente recargada al cristal todavía.
—¿Podrías alejarte de la maldita ventana, por favor?
Si pensaba que mi paciencia estaba en el límite, ahora estoy seguro que se ha terminado.
Bella apenas reacciona a mi voz o mis palabras, pero da dos pasos hacia atrás. No se gira a mirarme mientras vuelve a hablar.
—Hubo un tiempo en que los culpaba a ellos. Los culpaba por morir, por dejarle la custodia a una mujer que nunca estuvo en nuestras vidas, por las deudas que tuve que pagar, por no creerme capaz de hacerme cargo de Charlie, los culpaba tanto. Los culpaba por hacer mi vida un infierno. Porque no estaba preparada para enfrentarme a ser alguien independiente y me sentía sin herramientas para conseguirlo. No culpaba a Tía por correrme de mi hogar, no culpaba a Eric por sacarme de su piso cuando se hartó de mis dramas. Los culpaba a ellos.
—Tú no lo sabías —y entonces sí reacciona, se gira y me mira con sus cejas fruncidas y los labios apretados, sin lágrimas, solo enojo.
—Debí saberlo. Si no hubiera sido tan estúpida, tan ingenua, yo no tendría que… —sacude su cabeza deteniendo lo que sea que estuviera a punto de decir— y acepté todo lo que me decían sin dudarlo. Acepté a la desconocida que se mudó con nosotros, acepté las deudas de las que nunca me enteré, no luché cuando me sacó de la casa, no hice nada. Si hago memoria me parece absurdo que lo haya aceptado todo sin más.
—Habías pasado por la muerte de tus padres, no tenías manera de detenerte a ser lógica, Tía y Eric son los culpables, Bella. No tú. Ellos son los que se aprovecharon de tu vulnerabilidad para su beneficio. No tú. Ellos te hicieron firmar con engaños, entregar tu dinero con mentiras. Ellos. Lo único que hiciste fue confiar.
Bella camina pasando a mi lado y se sienta en el sillón, la sigo y tomo asiento a su lado.
—Pero lo dudaba, ¿sabes? Tuve esos momentos en que me preguntaba ¿por qué está pasando esto? ¿Por qué? Pero en lugar de seguir escarbando para encontrar la verdad, solo aceptaba lo que había porque era más sencillo. Me convencí a mí misma que eso era lo que había y que debía sólo aceptarlo.
Me tomo un par de minutos para responder, para hilar mis ideas y dar con una respuesta apropiada para ella.
—Tenías otras cosas más importantes por las cuales preocuparte —le corrijo—. Tenías que lidiar con la muerte de ellos, preocuparte por Charlie, había tantos cambios que aceptar. No hiciste nada incorrecto. No tenías espacio para ser avariciosa sobre la herencia, ni cuestionar las deudas.
—Debí buscar ayuda, buscar a los amigos de mis padres, lo que sea, y sólo me fui a un hotel una semana sin saber qué otra cosa hacer, le estaba dando tiempo a ella, para que cambiara de parecer sobre mí. Pero cuando regresé ella no me permitió quedarme, fue grosera y me amenazó de llamar a la policía así que me volví a ir. Convencida de que debía encontrar un trabajo para pagar la manutención de Charlie y recuperarlo.
—¿Y te fuiste?
Me habla entonces de lo que siguió después, viajó aquí porque su exnovio vivía aquí, lo que yo ya sabía, pero me cuenta lo que no sé: Eric no era su plan A, sino su mejor amiga: Ángela . Ángela que estaba fuera del país por un intercambio de estudios en Europa. Su plan era quedarse con Eric hasta que ella regresara. Lo que era lógico, habían estado juntos desde que ella estaba en la universidad de leyes. Es sencillo entender porqué esperaba encontrar un apoyo en él.
Había dejado la escuela al mudarse, y no tenía a nadie aquí, así que pasaba sus días completos encerrada en el apartamento, o más bien en la habitación de él porque compartían piso con otros tres universitarios. Salía sólo cuando era la hora de la comida, el resto del día lloraba o dormía. Lo que es comprensible. Si ella se limitaba por Charlie y se negaba a llorar con él cerca para no asustarlo, es obvio que lo siguiente que hizo al estar lejos de su hermano fuera desmoronarse y caer en una depresión. Pero Bella no lo llama de ese modo, ella dice:
—Era demasiado dramas y lágrimas —resume—, y eso lo cansó.
Lo que Bella no esperaba es que él actuara tan diferente con ella. Por supuesto, después de dejarla sin dinero y sabiendo que el proceso de la custodia seguramente seguía en píe no podía arriesgarse a tener a Bella, pero Bella no lo relaciona de esa manera, claro. Se quedaba con él porque no tenía a dónde más ir.
Así que como era de esperarse ella llegó al límite de vivir en ese espacio que compartía con cuatro idiotas desordenados y sucios. Y él abrió la puerta para ella, para entonces sumar inseguridades en Bella: una infidelidad. Y no con cualquier persona, sino con su mejor amiga. Ángela , quien resultó ser su vecina y amiga de la infancia.
—Me lo confesó porque ya no me quería ahí —dice con simpleza encogiéndose de hombros. Para ese punto está recostada contra mi pecho mientras tiene mi mano entrelazada a la de ella. Sentados en el sillón, paso mi mano libre sobre la piel de su brazo intentando trasmitirle… algo, tranquilidad, o apoyo o lo que fuera que pudiera hacerla sentir mejor. Aunque no está llorando, lo que es un avance.
—¿Y te fuiste? —pregunto porque ella necesita escuchar que tiene mi atención y lo mejor que puedo hacer por ella es oírla con atención y dejar que se desahogue por primera vez.
—No era una opción quedarme.
Entiendo lo que no dice explícitamente: él no le dio esa opción.
Al enterarse de la infidelidad se quedó en automático sin un techo, pero también perdió su plan: esperar a que Ángela volviera. Y entonces suelta lo que contradice su versión anterior de la historia:
—No tenía tanto dinero, quería encontrar un trabajo y pensé que era más sencillo aquí que allá así que me quedé. Mi error. No tenía carta de recomendación ni experiencia comprobable. Pasé unos días en un motel y luego renté un departamento amueblado, pero me estaba quedando sin dinero demasiado rápido. Así que descubrí que a las afueras de la ciudad la renta era más barata y volví a mudarme.
No lo pregunto porque lo comprendo sin sus palabras textuales: la herencia se terminó con la falsa deuda de la casa y lo que pudo quedarle no era suficiente. Me doy cuenta que se queda en silencio repentinamente y que ha terminado de contarme por ahora. Beso su frente en lugar de exigir más respuestas, no es tiempo, ella todavía está asimilando lo ocurrido esta tarde y mis preguntas pueden esperar.
Gira su cuerpo y se recuesta de lado sobre mí, dejando su mejilla contra mi pecho, veo nuestros dedos entrelazados y le doy un apretón que ella responde. Estoy aquí.
—Eres demasiado bueno para ser real.
Cepillo su cabello con mi otra mano apretándola aun más a mí aunque estemos recostados en el sofá y eso sea imposible.
—Me sobrevaloras —contradigo—, podría decir lo mismo de ti —suelta un bufido.
Sé lo que ocurrió esos primeros cuatro meses después de la muerte de sus padres, ¿qué ocurrió en el intermedio a encontrarnos?
No pueden ser drogas porque sé que Bella no habría podido salir de eso sin ayuda o rehabilitación, si ella hubiese caído en las drogas se habría quedado en las drogas para lidiar con lo que ocurría a su alrededor.
¿Caer en alguna red de ladrones o estafadores? Bella es una pésima mentirosa.
Paso mis manos por su espalda y cabello.
—Estaré aquí sin importar qué.
Cierro los ojos y vuelvo a respirar hondo, ella imita mi respiración de nuevo.
Si Bella se rehusaba a aceptar que su exnovio tuviera algo que ver con el fraude puedo descartar que su pasado lo incluya a él. La relación que hayan tenido terminó al separarse y si le quedó algún trauma de eso fue sólo el miedo a volver a ser abandonada y lanzada a la calle. Así que descarto un noviazgo violento y por lo tanto la ayuda que le pedí a Rose.
La aprieto nuevamente contra mí y sus brazos en mi espalda copian mi acción. No siento sus costillas más, me doy cuenta, su cuerpo ya no es el de la joven frágil y desnutrida que llegó aquí hace unos meses.
Siento mi mandíbula apretarse al recordar su aspecto cuando llegó. Si no hubiese estado tan puta enfermo por el efecto de Heidi tal vez habría hecho más por Bella, quien sí me necesitaba. Necesitaba ayuda a gritos y luchaba por fingir que no era así. Recuerdo esa tarde en que la regresé a su edificio, ella se veía resignada y aun así era solo sonrisas y agradecimiento.
Beso la frente de Bella una vez más.
—No me prometas eso, Edward.
¿Qué puede ser si no?
Cuando Bella bajó del automóvil para volver a ese horrible edificio yo estaba decidido a seguir con mi vida, convenciéndome que yo no tenía ninguna obligación hacia ella. Y así era hasta que bajé la ventanilla para escuchar a una desconocida ofrecerme sus servicios sexuales.
Detengo mis pensamientos.
—No estoy lista para perderte a ti también —y su voz aunque es triste también está cargada de certeza. ¿Bella no está lista porque cree que podría sacarla de mi vida como su ex? ¿O porque es difícil de admitir? ¿O ambas?
Y quiero decirle que no lo hará, que sus preocupaciones son absurdas, pero siento mi garganta cerrarse y evitar que las palabras salgan. Mis pensamientos se congelan en ese recuerdo y luego se transforman. No veo a una mujer ofreciendo sexo por dinero, sino unos ojos marrones y asustados en ese cuerpo frágil con las mejillas hundidas de hambre. Una joven que no tenía una red de apoyo y que se obligaba a enviar dinero a su hermano menor.
¿Y si en realidad no llegué a tiempo a su vida?
Mis caricias bajan al brazo de Bella y entonces lo siento. El dispositivo anticonceptivo bajo su piel. Ese que me había hecho sentir bien porque no serían necesarios los condones, hace unas semanas le pregunté si necesitaba ir al ginecólogo a cambiarlo por uno nuevo, pero ella respondió que llevaba con él solo unos meses. No tenía con éste años por la relación universitaria. Meses. La Bella que lloraba todo el día y sólo salía del cuarto de su prometido no se habría preocupado por ir a una cita al ginecólogo para lidiar con ese tema cuando tenía tanto en su cabeza.
Paso mi pulgar por encima del objeto alargado y pequeño bajo su piel. ¿He sido ciego todo este tiempo o me he negado a aceptar lo que James sospechó desde que se enteró de la historia: que había más?
Y entonces lo siento quemándome lentamente por dentro. El odio que va alimentándose mientras el llanto bajo de Bella inunda el silencio entre nosotros.
—No lo harás.
El primer borrador de esta historia tenía -no sé porqué- muchos capítulos narrados en tercera persona. Y pues este era uno de esos. Así que fue como borrón y cuenta nueva para poder narrarlo desde la perspectiva de Edward, por eso la tardanza y porque no estaba muy conforme con ciertas escenas y ya sabes como soy.
Obviamente él no puede pensar en el burdel como opción así que la prostitución se acerca bastante. Ya veremos que hará con esa sospecha que tiene.
Muchas personas ya tenían sus sospechas sobre Tía y el testamento, aunque seguro no sobre Eric.
Pero cuéntame qué te ha parecido este capítulo y cuáles son tus ideas conspiranoicas para lo que se viene.
Y nuevamente una invitación a leer Una mujer sin corazón, la cual esta a pocos capítulos de llegar al final de su primera parte. Porque Una mujer sin corazón tendrá tres partes: Lo que ocurre antes de Una dama de burdel, durante y después. Así que si quieres leer más de E&B, pero también una historia con romance, comedia y erotismo. Creeme, esa es tu opción.
Nos leemos pronto. NO OLVIDES COMENTAR PARA LLEVARTE UN ADELANTO ESPECIAL.
