Disclaimer: Twilight pertenece a Stephenie Meyer, la historia es de DaniDarlingxx, la traducción es mía con el debido permiso de la autora.
Disclaimer: Twilight is property of Stephenie Meyer, this story is from DaniDarlingxx, I'm just translating with the permission of the author.
Capítulo beteado por Yanina Barboza
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Ciento quince
Cuando Rose pronuncia las palabras, pienso que es una broma enfermiza y retorcida. Seguramente Bella no está en camino hacia aquí, sabiendo que estoy aquí, después de pasar por tantos problemas para evitarme. Todavía no lo creo hasta que la veo caminar hacia las puertas del hospital.
Salí a fumar, completamente inconsciente en ese momento de que me otorgaría un asiento de primera fila para un ángel real volando como si estuviera aquí para rescatarme personalmente.
Pero no lo es. Sé eso. Ella está aquí por mamá y, de alguna manera, eso significa aún más para mí.
Es demasiado jodidamente hermosa para alguien que se viste tan informal. Mezclilla deslavada clara, con rasgaduras en las rodillas, una sudadera con capucha Nike gris lisa con una franela de gran tamaño en la parte superior. Cabello en ese moño desordenado que siempre me vuelve loco, Converse en sus pies. Irrumpiendo como mi propia maldita muerte, viniendo a destruirme o absolverme. Tomaré cualquiera en este punto.
―No puedo creer que sigas fumando cuando tu madre está en el hospital con cáncer ―dice. Ella quiere que sea una broma, su característico humor negro haciendo acto de presencia, pero hay amargura y dolor detrás de las palabras que no tienen nada que ver con la declaración que acaba de hacer.
Asiento con la cabeza, levantando el pie para apagar el cigarro con la suela de mi zapato antes de tirar la colilla a la basura.
―Sí, supongo que me lo merezco. ―Me encojo de hombros, incapaz de mirarla directamente. Es demasiado bonita, demasiado lujuriosa. Ni siquiera es ira lo que late en ella; puedo manejar la ira. Es el dolor. Le hice una herida que todavía está inflamada y supurando, y todo lo que hace es abrir la mía junto con la de ella, tal vez incluso corta algunas nuevas.
Ella no dice nada por un rato, lo que me obliga a mirar para saber si todavía está allí.
―Te cortaste el pelo ―murmura finalmente.
―Uh, sí. ―Paso mis dedos por los mechones mucho más cortos, jalándolos.
―Se ve bien ―ofrece torpemente.
―Gracias. Te ves bien —evado, dejando que un lado de mi labio se levante con una sonrisa.
Bella asiente, murmurando gracias antes de mirarse los pies.
―Entonces, ¿cómo está ella?
―Está enferma. Vomitando mucho. Débil. Con mucho dolor. Pero ya conoces a mamá, lo supera como si nada estuviera mal.
―Sí ―asiente de nuevo como si no tuviera nada más que hacer. Un sentimiento que entiendo demasiado bien―. Bueno, voy a subir.
―Sí, estaré arriba en unos minutos. ―Le doy el número de la habitación y los detalles, luego la observo mientras se gira para alejarse―. ¿Bella?
Ella se da vuelta, mirándome inquisitivamente.
―Si sirve de algo, lo siento.
Todo lo que hace es asentir de nuevo, darse la vuelta y reanudar su camino.
Está de vuelta. Esa parte de mí que se siente como si estuviera siendo jalada en cualquier dirección en la que ella esté. Pero la ignoro y enciendo otro cigarrillo, porque ya no es mía para seguirla.
