Lo prohibido.

Todos los alumnos se encontraban en el Gran Comedor dispuestos a cenar. El alboroto se podía oir desde las inmediaciones del castillo, porque, los cientos de chiquillos que ocupaban los asientos hablaban, chillaban todos a la vez, y claro, el sonido era un poco alto....vamos, que era insoportable.

La tertulia continuaba, todavía no era la hora de la cena, que se servia con extrema puntualidad en Hogwarts, pero los alumnos preferían esperar allí, sentados, charlando animadamente, y por supuesto, haciendo vida social.

Estos momentos, podría decirse, eran los mejores pero también los peores para Hermione. Le gustaba la algarabía que se formaba (siempre y cuando ella no tuviera que estudiar) pero también la incomodaban un poco las miradas masculinas que se clavaban en ella. Por todos era sabido, en especial la parte masculina, el cambio de Hermione, y claro, se le acercaban e intentaban conversar con ella, pero ella, que era un poco tímida, les dedicaba una media sonrisa y se agazapaba en su silla, colorada como un tomate, aunque, probablemente, esos gestos infantiles, unidos al sensual cuerpo de la jovencita, era lo que atraía a los chicos.

En ocasiones Hermione prefería quedarse en su sala común, pero sus dos amigos la arrastraban, casi literalmente, al Gran Comedor.

- Vamos Hermione, tienes que hacer vida social- decía Ron, tirando del brazo de la muchacha.

- Hermi, Ron tiene razón, asi no conseguirás novio – Harry le animaba, con una sonrisa picarona en su rostro.

- Ay míralo, que gracia que tiene – decía Hermione, sarcástica – claro, como vosotros no tenéis que aguantar a chicos con las hormonas revolucionadas pues...la verdad es que no se como os aguanto a vosotros..

- Venga Hermi, si sabes que nos adoras

- Si...¬¬u

Y asi se pasaban todo el día...

Hermione sonrió recordándolo moviendo la cabeza negativamente...

- ¿Qué significa eso? ¿acabo de llegar y ya quieres que me vaya?- preguntó un chico que se había sentado al lado de Hermione.

- Ah, Roger, lo siento, es que estaba recordando algo, ¿cómo te va?

- Bueno...bien, ¿vas a ir a la reunión?- preguntó Roger.

Roger era el prefecto de Ravenclaw, y desde hacia un año más o menos, había entablado una pequeña amistad con Hermione.

- Si claro que iré – le caía bien Roger, era amable y muy inteligente, a veces un poco aburrido pero agradable al fin y al cabo.

Siguieron conversando, Hermione y Roger parecían congeniar bastante bien, hablaban de los estudios, de sus cargos como prefectos...en fin, que se llevaban muy bien...tanto que a veces parecía otra cosa.

Y en ese momento, en la puerta del comedor, unos ojos grises fulminaban al Ravenclaw por estar demasiado cerca de la chica.

Dumbledore hizo su entrada al comedor, y todos los alumnos se sentaron en sus respectivas mesas para comenzar la cena.

Hermione sonreía, siempre le animaba hablar con Roger, no sabia porque, aunque seguramente seria porque tenia más tema de conversación que sus dos presentes amigos, que solo hablaban de chicas y de Quidditch.

Después de la cena, los prefectos de cada casa debían reunirse en el despacho de la profesora McGonagall, para su reunión semanal.

Los prefectos eran: Hermione Granger de Gryffindor, Roger Hanson de Ravenclaw, Susan Bones de Hufflepuff y Draco Malfoy de Slytherin.

Todos ellos eran escogidos por alumnos y profesores por sus notas académicas y su comportamiento, y todos se llevaban muy bien, bueno excepto quizás Draco Malfoy.

- Buenas noches prefectos -  dijo McGonagall entrando en el despacho y sentándose en su escritorio, delante del cual se hallaban sentados los cuatro prefectos.

- Buenas noches profesora – contestaron al unísono.

- Veréis, hoy la reunión tratara de algo distinto. Como ya sabéis dentro de poco tendrá lugar la fiesta de Halloween – todos asintieron y McGonagall continuó – y por supuesto hay que organizarlo todo. El profesor Dumbledore me ha dicho que este año quiere hacer algo especial y me ha encargado deciros que este año os ocupareis vosotros.

- Pero profesora – comenzó a decir Susan - ¿cree usted que podremos hacerlo? No digo que no seamos capaces ni nada por estilo, pero junto a los cargos de prefectos y los estudios, no tendremos mucho tiempo.

- Lo sé, eso fue lo que le dije al director, pero él cree que no tendréis problemas,  dado vuestros expedientes académicos. Asi que deberéis trabajar en grupo y rápido. Además quedáis exentos de clases cada viernes por la tarde para organizarlo todo, ya han sido informados los demás profesores.

Al escuchar esto Hermione arrugó un poco el ceño, no le agradaba perderse clase, aunque estuviera autorizada, ¿y si salía algo en los exámenes?.

McGonagall, que este gesto no le había pasado desapercibido y adivinando los pensamientos de su alumna dijo:

- No se preocupe, señorita Granger, al final de la semana todos los profesores les darán una lista de lo estudiado durante esas clases, lo único es que deberéis estudiarlo por vuestra cuenta, pero eso es algo de lo que alumnos como ustedes pueden hacer fácilmente. Bueno, yo me retiro que tengo que hacer la ronda, ustedes pueden disponer de mi despacho por el momento para decidir que hacer y luego me tendréis que informar, ¿entendido?.

- Sí profesora

- Esta bien, buenas noches.

Una vez McGonagall salió del despacho el ambiente se relajó un poco.

- Veamos, ¿alguien tiene alguna idea?

- ¿Qué tal un baile?- dijo Susan, emocionada

- Es que siempre es lo mismo – rebatió Hermione, quien no compartía la ilusión de sus compañeras por los bailes.

- Mmmm... ¿y que os parece un concurso de disfraces? – opinó Roger

- Por favor, ¿es que no pensáis? – Draco habló por primera vez – vamos a ver, queréis un baile ¿no?- Susan asintió – ¿y un concurso?

- Si – asintió Roger

- Claro!! – Hermione salto de su asiento, comprendiendo la idea de Malfoy – él tiene razón, podemos hacer un concurso de baile, no?

- Exacto, podemos decir que la gente interprete un baile...

- Podrán disfrazarse si quieren, imitando una película o algo asi

- ¿Película?

- Si, son muggles, en mi antiguo colegio hicimos eso una vez – dijo Hermione – se llaman playbacks, lo que hace la gente es realizar un pequeño baile de una película, o de una canción famosa, y luego un jurado vota la originalidad, el esfuerzo y todo eso.

- Me gusta – dijo Susan, pensando lo bien que quedaría ella en un escenario bailando frente a todos los chicos de Hogwarts.

- Pues bien, decidido – terminó Roger – se lo comunicaremos a McGonagall, Hermione, muy bien – dijo esto guiñándole un ojo a Hermione.

A Draco le hervía la sangre, le molestaba la complicidad de esos dos, y ahora encima, coquetea con ella!!!

Se levantó y salió furioso por la puerta dejando a los prefectos un poco extrañados.

Tenia que calmarse, él se caracterizaba por su sangre fría, pero ahora sabia, que si no salía de allí, se liaría a puñetazos con el Ravenclaw. ¿Cómo se atrevía a coquetear con ella? ¿Con Hermione? SU Hermione.

Este pensamiento le dejó estático por un momento, si, ella era suya y de nadie más, no sabia desde cuando, y tampoco sabia cómo había pasado, pero la idea de que alguien la tocara le ponía furioso.

Hermione salió del despacho, no quería ir tras él, como lo hacia Parkinson, pero no lo pudo evitar, se preocupó. Malfoy normalmente no era asi, lo sabia, asi que lo único que hizo fue quedarse a una distancia prudente de él, en el pasillo, mirándolo.

Aún recordaba lo sucedido la otra noche, y no quería que él la viese preocuparse o creería que ella estaba a sus pies (algo que era cierto pero que no admitía).

Draco sabia que estaba allí, no sabia como, pero podía sentirla, sin verla notaba su presencia, apaciguadora, y se dirigió hacia ella.

- Granger

Hermione dio un saltito, la había descubierto.

Ambos se quedaron, frente a frente, callados, mirándose, los otros dos prudentemente habían desaparecido.

- No volverá a pasar – dijo Draco, susurrando

Hermione sonrió con indulgencia, sabia a que se refería, no era todo lo que ella había podido esperar, pero sabia que Draco Malfoy no sabia disculparse muy bien.

- La otra noche yo..

- No te preocupes Draco, ya está olvidado.

Como no iba a olvidarse, teniendo esos fríos ojos grises mirándola, tan intensamente que creía que la traspasaban, sentía un estremecimiento por todo su cuerpo, al igual que él.

Sus caras fueron acercándose, poco a poco, ya no podían esconder lo que sentían, era algo que se sabía, se notaba en el aire.

Sus labios, al fin, se juntaron. Débilmente al principio, Hermione notó sus fríos labios contrastando con los suyos, pues tenia, en toda la cara un leve rubor sonrojado. Pero sin hacer caso a este sonrojamiento, correspondió al beso, un beso que expresaba muchas cosas.

Se separaron.

- Esto nos está prohibido- dijo ella.

- Lo sé, y esa es la mejor parte – sonrió, era la primera vez que sonreía de esa forma, de una manera plena, de felicidad.

Se volvieron a acercar, sus labios volvieron a tocarse, pero un grito salió de los labios de Hermione.

Draco, asustado miró a Hermione, veía el dolor en sus ojos. La sujetó, pues parecía que las piernas de la joven ya no aguantaban el peso de su cuerpo.

- AHHH!!!

- HERMIONE!!  ¿qué te pasa? Hermione!!!! – Draco gritaba, no sabia lo que le pasaba, no sabia que hacer, sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas ante la impotencia de no poder hacer nada. Le abrazó.

- HERMIONE!!! Resiste.

Notaba dolor, mucho dolor, en el centro, justo en el corazón.

Las lagrimas caían libremente por sus mejillas, y sus labios, que ahora se abrían en una mueca de dolor, habían probado el sabor de lo prohibido.

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Hola!!!

¿qué os ha parecido?

Un poquito corto, bueno, ya habrá más, jijijii

Reviews please, y a todos aquellos que me habéis mandado, MUCHAS GRACIAS

Sois todos auténticos soletes. Un besito pa vosotros.

Chao

Alykea