Y por supuesto, para evitarnos problemas. Declaramos que los personajes no son nuestros, pertenecen a la genial Stephenie Meyer, y la historia a la maravillosa autora cupcakeriot, AlePattz tiene su permiso para la traducción al español, pero debido a su situación de salud, un grupo de personas estamos colaborando para aligerar la carga que esto le pueda causar ;)

[Traducido por EriCastelo en apoyo a AlePattz]


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LOVE 2.0

By: cupcakeriot

[Un golpe de realidad por parte de tu prima favorita]

James no tenía, lo que cualquiera llamaría, una relación sana con su padre antes de morir este. El hombre había sido insensible y frío, el tipo de hombre que solamente se preocupaba por las apariencias, el tipo de hombre que quería que su hijo fuera lo mejor de lo mejor -mejor que lo mejor, incluso- más de lo que quería que su hijo fuera amado. Y James había sido eso. James había emulado eso, obteniendo las mejores notas, saliendo solamente con las chicas más guapas, siendo la persona más elitista de la sala, la persona con más estatus y más dinero, en cualquier momento.

James se hizo bueno en eso, tan bueno que ni siquiera recuerda haber sido el niño llorón que se lamentaba por no tener el tiempo y la atención de su padre en la liga infantil. James se convirtió en lo que su padre quería, y luego su padre murió, y James se fue a vivir con sus tíos, y nada de lo que su padre quería importó ya. Excepto que sí importaba, en el fondo de su mente. Importaba mucho lo que pensaba su padre, y por eso, incluso con él muerto, James seguía aferrado a esa mentalidad.

James era el mejor, indiscutiblemente. El mejor jugador, el mejor amante, el mejor en cualquier cosa que necesitara ser en el momento. Y James también tenía las mejores cosas: el último smartphone, el ordenador más actualizado, los paquetes de juegos con todas las extensiones, los mejores jugadores como compañeros, las chicas más guapas del brazo. Porque James lo aprendió de su padre, absorbió la idea en lo más profundo de su ser: ¿de qué sirve todo si no es lo mejor, si no eres el mejor?

James se sintió cómodo en su excepcionalidad, en su estatus de élite, y olvidó una cosa muy importante: siempre hay alguien y algo mejor a la vuelta de la esquina.

Así que aquí está, borracho como una cuba en su habitación de adolescente, evitando al resto de la familia en favor de beber directamente de una botella de vino para ahogar sus miserias. Sus fracasos.

James ya no es el mejor. Ni el mejor jugador, ni el mejor amante, ni el mejor líder o desarrollador. Ahora es el segundo mejor, o incluso peor, ni siquiera es lo suficientemente bueno como para no pensar en él.

Es un trago amargo. Se había hecho cargo del proyecto Denali y había llevado a su equipo al límite en un esfuerzo por superar a Masen Cullen, solamente para descubrir que Masen Cullen está a leguas por delante de él: mejor programador, mejor técnico, mejor estratega. Cualquier idea que James tuviera para ganar el contrato y, a su vez, recuperar a Bella Swan, para que la pequeña y bonita Swansong volviera a ser suya (por derecho), se vio totalmente aplastada cuando los Volturi tomaron su decisión.

James no era lo suficientemente bueno. Se decantaron por Masen. Y, por si fuera poco, el resto del mundo también lo celebró: la gente en línea rebosaba de entusiasmo por el hecho de que Mignight Sun fuera el socio de los Volturi, y que Denali siempre es sobrevalorado, ¿no?

Perder es una cosa. Que ni siquiera te quieran, es otra muy distinta. Ha pasado más de un mes y, aun así, el peso del fracaso es... no puede ni enfrentarlo, realmente. Es demasiado.

Pero oh, los golpes siguen llegando, ¿no? Victoria no le devuelve las llamadas. Él está bastante seguro de que ella lo ha bloqueado en Twitter, además. Ella ya estaba lo suficientemente helada al ver que él iba detrás de Bella Swan, pero se volvió francamente frígida cuanto más se conocía su desinterés, cuanto más se centraba en el contrato de los Volturi que en ella. En ese momento, James no se lo había pensado dos veces. ¿A quién le importaba que Victoria estuviera enfadada? No era más que otro trofeo, y por el momento, ni siquiera era el trofeo que él quería. Que se enfadara. Muy pronto, Bella Swan ocuparía su lugar, ¿no?

Excepto que no fue así como resultó. Ahora, James ha perdido el contrato, ha perdido la oportunidad de recuperar la atención de Bella y también ha perdido a Victoria, todo de un solo golpe y por su propia culpa.

Se ríe con maldad, dando otra calada al vino estúpidamente caro de su tía.

Una sombra oscurece la puerta de su ya oscura habitación. Es su prima, maquillada como siempre, con todos los rizos rubios en su sitio. Su expresión, sin embargo, es de decepción. —Te ves patético escondido aquí— dice, entrando en la habitación.

James la ignora.

Tanya suspira. —Sabes, papá ya ni siquiera está enfadado por el contrato. Para él era una minucia. No tienes que seguir lamentándote por ello.

James da otro trago.

—A no ser que…—, dice Tanya, considerada y demasiado inteligente. —No sea lo único por lo que estás deprimido. ¿Es por tu novia? ¿Ha roto contigo?

James refunfuña.

—¿O es algo más que eso? ¿Es... posiblemente algo relacionado con Bella Swan?

La cabeza de James gira en su dirección. —¿Cómo...?

Tanya se sacude los rizos. —Oh, por favor. Soy periodista. Y no es que no fueras obvio. Sigues sus dos cuentas y te he pillado viendo esas transmisiones en vivo. Es obvio que estás obsesionado con ella.

—No estoy obsesionado—, discrepa James tercamente.

Tanya arquea una ceja. —¿Pero no es así? ¿Cómo se le dice el perseguir a una chica que ya tiene novio cuando tú ya tienes novia?

Está claro que su pregunta es retórica, así que James no se molesta en responder. Tanya parece tomar eso como un permiso tácito para continuar.

—Tienes que seguir adelante—, le dice sin rodeos. —¿Sabes?, hubo un tiempo en el que tuve mi propia obsesión con alguien. Puede que lo conozcas, de hecho. ¿Masen Cullen? Tenía mis ojos puestos en él, pero él ni siquiera me veía. Y entonces un día lo vi con Bella Swan y tuve que enfrentarme a la realidad. Yo no le gustaba y no me quería. Y decidí que estaba bien, porque me valoraba a mí misma y a mis propios sueños más de lo que valoraba la opinión de un chico que no me iba a dar ni la hora. ¿Entiendes lo que digo?

James no quiere escuchar el viaje de autoestima de su prima y cómo encontró el valor de sí misma y blablablá. Acerca la botella para dar otro trago, solo que Tanya se la arrebata.

—¡Oye! ¡Devuélvemela!

Tanya sostiene la botella de vino por encima de su cabeza, mirándolo por debajo de la nariz con mucho juicio. —No—, dice con firmeza.

James pone los ojos en blanco. —Entonces vete.

—No—, vuelve a decir ella. —Necesitas un golpe de realidad, primo. A veces, pierdes. No pasa nada. Pon tu mirada en otra meta y vuelve a intentarlo. No seas tan patético como para revolcarte en tu propio fracaso. ¿De qué te va a servir eso?

James aprieta su mandíbula, girando la cabeza rígidamente en dirección contraria a ella.

—Sabes, el primo con el que crecí era alguien a quien admirar—, dice Tanya después de un momento, más suave que antes. —Era centrado y ambicioso. Me decía que él podía cambiar el mundo si quería y yo le creía. Pero ahora...—, pregunta, chasqueando la lengua. —Todo lo que veo ahora es un hombre triste que no puede apreciar lo que tiene, que quiere trofeos en lugar de compañeros y logros genuinos. Sinceramente, es muy asqueroso, James. Te has perdido tanto en tu ego que ni siquiera puedo reconocerte.

Los tacones de Tanya golpean tenuemente contra la alfombra mientras se aleja de él. Se detiene en la puerta. —Echo de menos a mi primo—, le dice, malhumorada. —Me pregunto si volverá algún día.

Y entonces Tanya se va, llevándose su vino y su capacidad de revolcarse en su propio fracaso. James aprieta los dientes durante minutos, mirando al suelo entre sus rodillas. Intenta apartar sus palabras de su mente, pero no puede. Está demasiado borracho para hacer otra cosa que no sea recordar todo lo que ella ha dicho, la verdad vívida e inevitable.

Se ha perdido tanto en su propio ego que ni siquiera es reconocible. Incluso su familiar más cercano piensa lo mismo.

James se siente mal, y no solamente porque el vino ya no le sienta bien.

¿Qué ha estado haciendo con su vida? ¿Cuándo fue la primera vez que se equivocó?

¿Cómo puede arreglar algo de esto?