Llegaron al dojo, estaban ahí Yahiko y Sanosuke, Kenshin ya había vuelto de a donde quiera que se hubiera ido, estaba sentado a la entrada del dojo apoyado en un pilar, tenía la cabeza inclinada sobre el pecho, y los mechones de su cabello no le dejaban ver la cara.
-Hola Kenshin, -saludo Kaoru.
-Ahh…- dijo Kenshin sin ánimo, casi sin voltear a ver a Kaoru. Luego vio de lejos a la persona que acompañaba a Kaoru, ésta le resultó extrañamente familiar, conforme Kaoru y esa persona se iban acercando, Kenshin sentía algo muy extraño
-Hola, Kenshin- repitió Kaoru- ella es mi amiga Linlin.
Kenshin enseguida sintió que se iba a desmayar, sus ánimos mejoraron y se enderezó para ver mejor era ella, era... ¿Tomoe? No, no podía ser, Tomoe estaba... Bueno, estaba muerta... Pero esa chica, era ella, era casi como Tomoe, su misma expresión, sus ojos, su cara...
¡Ohh! Salí justamente a comprar comida, y no lo hice, enseguida vuelvo- dijo Kaoru y salió.
Kenshin se quedo largo rato observando a Linlin. No podía creer que por un momento pensó que era Tomoe, su adorada... Ahora que lo pensaba, el que otra chica se pareciera a Tomoe no era tan espectacular, de hecho había muchas personas, o debía haberlas, que se parecieran a ella. Que tonto había sido. Pero otra parte de él le decía que eso era extraño. Era extraño que alguien tan parecido a ella se acercara, y justo en esas fechas...
Kenshin se quedo mirando a Linlin como si fuera la primera vez que viera a una mujer, no hablaba, tenia la boca abierta, y los ojos extremadamente abiertos también.
Linlin pensó que quizás el estaba molesto con ella, así que se disculpo.
-Perdóneme Señor, no pretendí causar molestias- dijo e hizo una reverencia.
Esa frase "Perdóneme Señor, no pretendí causar molestias..." Tomoe dijo exactamente lo mismo el día en que Kenshin la conoció. A él le pareció sospechoso, esa frase le trajo un recuerdo que ni siquiera sabía que tenía. El recuerdo de aquella posada en Kyoto, cuando el despertó….
-Por lo menos dime tu nombre…
-Tomoe, Tomoe Yukishiro. Perdóneme Señor, no pretendí causar molestias, estaba borracha….
Kenshin recordó eso. Ni siquiera tenía memoria de que eso hubiera pasado…lo había olvidado hace mucho, sin embargo, a las primeras palabras de aquella desconocida, se acordó de algo que estando con Kaoru se había perdido.
Pero pronto volvió a la realidad, volvió al dojo Kamiya, volvió a estar sentado ahí, y volvió a contemplar a aquella misteriosa persona. Había algo acerca de ella. Se parecía mucho a Tomoe, demasiado. Pero no dijo nada, calló, recordando. Algunos recuerdos lo hicieron sonreír, otros le trajeron un escalofrío. Kenshin levantó la cabeza, vio a Linlin por segunda vez. Le recordó infinitamente a Tomoe, la vio, detrás de aquella triste apariencia pudo verla. Pero no era la Tomoe de siempre, con su cara melancólica de resignación, era una Tomoe que sonreía, Kenshin sonrió también. Mientras tanto, Linlin sabía que la observaban. Le incomodaba de sobremanera. No estaba acostumbrada a que los hombres la mirasen, nunca nadie lo había hecho. Posó su mirada en el suelo. Él la observaba todavía, ella lo vio de reojo, vio que sonreía, que le sonreía a ella, se sonrojó un poco, trató de sonreír también, no porque le gustase, sino por educación. A su blanco rostro se asomó una minúscula sonrisa, casi invisible, pero Kenshin
si la notó.
"Es ella,-se dijo - es ella y viene... ¿por qué? ... Yo... No, no puede ser, no... ¿Es acaso que piensa que me olvide de ella? ¿Es que estoy traicionando su memoria al estar con Kaoru?... No, no...He estado con Kaoru mucho tiempo, ¿por qué ahora, por qué? No tiene sentido...Mm pensándolo bien, el decir una o dos palabras no quiere decir nada, solo de disculpó, ¿por qué tanto escándalo?"
Kenshin no habló, Linlin por su parte pensó que era muy descortés.
Kenshin estuvo a punto de hablarle pero justo cuando abrió la boca para hablar llegó Kaoru. Llegó cargada con bultos de comida, que, como no tenía dinero, se los habían fiado.
-Supongo que ya se conocieron. Linlin, si quieres puedes pasar mas tarde, a que veas tu cuarto, lo voy a alistar en un minuto, Kenshin, Linlin se va a quedar por un tiempo, quiere encontrar casa aquí, que bien ¿verdad? Bien, voy a preparar la comida, los dejo. Pasaron algunos minutos, aunque a los dos les pareció una eternidad. Después de un momento, Kaoru volvió.
-Escuchen, la comida está lista. Pasen al comedor por favor
Los dos pasaron al comedor. Kenshin continuaba comportándose extraño. Al dirigirse al comedor, Kenshin y Linlin quisieron pasar por la angosta puerta al mismo tiempo, se atoraron.
-Perdóneme, señor.
-N-no importa. Pasa.
Durante toda la comida nadie habló. Podría ser por que Kaoru estuviera ocupada sirviendo, o porque Sano estuviera muy ocupado atragantándose con la comida. Pero cuando ya todos habían terminado, le mesa se colmó de un silencio muy incómodo, de ese tipo de silencio donde todas las personas se sienten fuera de lugar. Al fin Sano se atrevió a romper el silencio.
-Bien, no es por nada. ¿Quién se murió?.... ¿y tu quién eres?-dijo fijándose por primera ves en Linlin.
-Soy Linlin, señor. Linlin Yung. Soy de Otsu…
Cada vez que Linlin pronunciaba su nombre, o pronunciaba a Otsu, a Kenshin le daba un escalofrío. Sentía como si la misma Tomoe lo estuviera diciendo.
-Me gusta tu nombre. Linlin… me gusta…
-Ohh…gracias-dijo ella sonrojándose
-Soy Sanosuke, Sanosuke Sagara. A tus órdenes. Pero puedes decirme Sano si lo prefieres…
Kenshin sintió una punzada de celos que desapareció tan rápido como vino.
-¡Sanosuke! Deja ya a Linlin… ella no vino aquí por sujetos como tu, ¿sabes?
-Kaoru….-dijo Sano con una mirada de "yo-no-estoy-haciendo-nada-malo"-¿No crees que a ella le agradaría un poco de compañía? ¿Te agradaría, Lin?
Linlin soltó una risita. Kenshin se levantó de golpe sin decir nada y salió de la habitación. Todos se quedaron viéndolo.
-Y ese… ¿quién es?
-Es Kenshin.-respondieron Kaoru, Yahiko y Sano al mismo tiempo.
-Es el mejor samurai que hay-dijo Yahiko.
-Es muy bueno con las labores domésticas-dijo Kaoru.
-¡Las labores domésticas son lo único que te interesa, Kaoru!- dijo Yahiko.
-¡¡¡Las labores son muy importantes!!!
Linlin rió. Era una risa clara y limpia. Si Kenshin hubiera estado ahí, se hubiera sobresaltado. Todos empezaron a bromear y reír, incluso Linlin, la expresión de tristeza era cosa del pasado. Parecía que todos esperaban a que Kenshin se fuera para empezar a divertirse.
Los rumores de risa llegaron hasta los oídos de él, que estaba en el jardín, sentado sobre una ropa. Conocía tres de las risas que oía. La de Kaoru, la de Yahiko y la de Sano, pero hubo una risa, diferente, una risa mas hermosa, la risa de alguien que ha esperado mucho para reír, o que nunca había reído. Kenshin se acercó para oír. Se posó detrás del shoji, había una pequeña rendija, por la que podía ver. Sus ojos se deslumbraron, Linlin reía. Kenshin nunca había visto a Tomoe reír, una vez le había sonreído, pero nada más. Tomoe para él era la noche, serena y hermosa, una belleza clara y oscura al mismo tiempo, una belleza silenciosa y quieta, como una paloma. Kaoru era como el día. Radiante y ruidoso, un día nuevo, lleno de sorpresas, ella era como un gorrión, alegre, generoso, fresco; Tomoe era la noche, Kaoru era el día, pero Linlin era el atardecer. Calmado y sereno, pero también radiante y alegre. No supo qué hacer, se quedó ahí, parado, sin hacer ningún movimiento. Mientras tanto la conversación de ad
entro se reinició.
-Y….si es que puedo preguntar- dijo tímidamente Linlin,- ¿Por qué razón tu dojo no tiene….mm, alumnos…Kaoru?
-Mm….creo que…todo empezó el día en que….bien, el día en que Kenshin llegó aquí, precisamente. Mis estudiantes se…bueno, se asustaron de él.
Al oír esas palabras, Kenshin tuvo ganas de entrar ahí. Quiso tapar los oídos de Linlin para que no escuchara nada sobre lo que había pasado; pero se resistió, si entraba, aparte de que se vería un poco misterioso, todos sabrían que había estado escuchando atrás de la puerta. Kaoru se remitió a contar la historia de Kenshin, desde Battousai, hasta la pelea con Shishio, todo, lo de Enishi, pero por alguna extraña razón, Kaoru omitió el detalle de que Kenshin estuvo casado con Tomoe, ya sea que lo haya olvidado, ya sea que no haya querido decirlo, pero en fin, a Tomoe ni la mencionó, ni a la cicatriz de Kenshin.
-Pero, Kaoru, ¿no te da…..- y añadió esto en voz baja- miedo…vivir con un- bajó su voz aún mas- asesino?
-No. Él no es mas un asesino, es gentil, es bueno, es….. – de pronto, Kaoru se dio cuenta de que Sano y Yahiko estaban ahí todavía, viéndola con mucho interés.
-Vamos, dinos, como es tu Kenshin…..jajajajajaja- dijo Sano, riendo mucho.
-Si, si, vamos, estamos en confianza,- agregó Yahiko- revelaciones amorosas de Kaoru, si Kenshin te escuchara….
-¿SI KENSHIN ME ESCUCHARA QUÉ?
-Nada,-dijeron los dos- nada, le gustarías mucho.
Y en efecto, Kenshin escuchaba todo, pero no le gustaba lo que oía.
Al día siguiente, en el desayuno, mientras Linlin, Sano, Kaoru estaban en la mesa (Yahiko estaba con Tsubame, ^_^), Kenshin al fin se animó a hablar, bueno, a dirigirla la palabra a Linlin de buena manera; pero su voz sonaba alterada.
-L-Linlin...eso ¿qué significa?-
-Significa "flor del granado" Señor.
Esta vez Kenshin se sintió caer en un abismo, quiso morir, olvidar, pero al mismo tiempo sintió las ganas infinitas de quedarse ahí... Flor del granado... Linlin, un nombre chino, Tomoe, Tomoe significaba lo mismo: flor del granado.
-¿Estás segura….del significado..?
Linlin lo miró con cara de asombro.
-Creo, señor, que yo sé lo que mi nombre quiere decir.
-Si….bien.- hubo un silencio incómodo de nuevo.
-Quieres ir a caminar conmigo, Linlin - dijo Kenshin, no fue una pregunta.
-No. – Kenshin pareció no oírla-
-Vamos, no creo que la taberna esté abierta a esta hora, pero podemos ir a algún lado….
-No.
Kaoru observaba esta escena de modo muy raro, sentía que los papeles estaban invertidos, ella era la que debería de ir a caminar con él, no Linlin.
-….quizá al rió, o a comprar comida…. ¡no! Ja ja, Kaoru compró ayer….mm…entonces podemos ir….al pueblo, no se, a ver a los vendedores…
-No. No quiero ir con usted. No voy a ningún lado.
-Por favor. Ven.
-No.
Kenshin se acercó un poco a ella. –No te voy a hacer nada.- y diciendo esto, sacó su espada y la puso en el suelo. Sano no podía creer lo que veía, Kaoru estaba en trance.
-Bien, pero…solo un momento. Se levantó. Kenshin la tomó del hombro. Linlin lanzó una mirada a Kaoru, que quería decir "no-creas-que-esto-me-gusta..."
Salieron. Tomaron el camino del centro de Tokio, mientras caminada, Kenshin pudo ver como ella se arreglaba el cabello, igual que Tomoe. Caminada casi igual. Sonreía casi igual, era casi igual.
-¿qué piensas de mi, Linlin?-
-Nada.
-¿nada?
-Nada.
-Yo sé que ella te dijo que yo era un asesino.
-¿ella?
-Kaoru. Ella te dijo que yo era Battousai. Lo sé.
-Si, ella lo dijo.
-¿qué piensas de mi, Linlin?-
-No sé. Solo que usted es muy malo.
-¿Yo soy malo?¿por qué?
-Usted hace sufrir a la gente. Una prueba de eso es esa horrorosa cicatriz que lleva en la cara. Cada vez que me fijo en ella, me pregunto que sintió la persona a la que mató.
Kenshin calló. Ahí estaban de nuevo, otra vez las palabras de Tomoe "….cada vez que veo esa cicatriz, me pregunto, que sintió aquella persona…"
"Pero por que...- pensaba Kenshin- por que, Tomoe? ¿Por qué vienes aquí en este momento? ¿Por qué no viniste cuando en realidad te necesitaba, cuando mate a toda esa gente, cuando sufrí, sufrí tanto...por qué?
-¿cómo conociste a Kaoru?- preguntó después de un momento para cambiar el tema.
-Fue ayer en la mañana. Yo...robe unas cosas, y...ella las pago por mí. Pienso que ella es demasiado buena conmigo, demasiado...
-Pero tú. ¿De donde eres? ¿Por qué robaste eso? ¿Tienes familia?
-no tengo familia, mi familia murió cuando mi hermano y yo éramos pequeños, nos vendieron como sirvientes a Akita y a mi, yo tenia 6 años, el 10. No lo volví a ver nunca más. Hace poco, mi amo murió, ahora soy libre. Tenía hambre, por eso robe la comida. Nunca lo hice por maldad, tomé solo lo necesario, pues yo necesitaba irme de aquí para encontrar a mi hermano. No piense mal de mi, señor. Yo...
-Es suficiente, conmigo no tienes que disculparte, no me has hecho nada a mí- agrego Kenshin. Después pensó para si mismo "si supieras lo que yo he hecho, yo si tendría que disculparme contigo..."- Continua.
-Ahh, lo siento, perdóneme, antes de eso, antes de que mis padres murieran, yo era muy feliz en OTSU.
Si antes Kenshin tuvo duda sobre si Linlin era Tomoe, ahora no le quedo duda alguna, ella era de Otsu, Otsu era el lugar donde el había matado con sus propias manos a Tomoe, era ella, debía de ser ella, tenia que serlo...
-¿De-de de Otsu dices?- Dijo Kenshin con un marcado acento a la vez de alegría y de preocupación.
-Si, señor. Mi familia y yo nos mudamos ahí cuando yo tenía cuatro años, nosotros éramos de China...
Pero Kenshin ya no pudo oír mas la historia de Linlin, ya no la oía, sentía como si el sonido de su voz se hubiera apagado, ya no veía nada, solo oía muy dentro de su cabeza la voz de Tomoe al morir, sus ultimas palabras: "Lo siento, marido mío" y las palabras de Isgad: "Ya descubrimos al traidor, es Tomoe…está en Otsu".
Linlin seguía hablando, pensando que Kenshin le prestaba atención. Ese día pensaba mas que nunca en ella, en Tomoe, pensaba que, si Tomoe, su Tomoe había vuelto, ¿por qué Battousai no? Es decir, él la había esperado por muchísimo tiempo, y al final había un problema, Kaoru. Kenshin pensaba haber encontrado su consuelo en Kaoru, y justo cuando pensaba en pasar con ella el resto de su vida, llegaba esta chica y se lo impedía todo, no era lógico. Más aun, no era justo.
Después de un rato, los empezaron a charlar alegremente, parecían amigos de toda la vida. Fueron al mercado, a ver cosas que no compraron, entonces volvieron para la hora de la comida.
Mientras comían todos, Kenshin no dejaba de ver a Linlin, el solo hecho de verla le daba un lejano sentimiento de añoranza...
-Kenshin, ¿Estas bien?- preguntó Sanosuke.
-¿Qué...? Ahh, si…estoy bien.
Sanosuke se dio cuenta de que algo no andaba bien, aunque había notado que Kenshin estaba algo triste, aquel día, le parecía que estaba mas alterado de lo habitual, pues ni siquiera se animó con Ayame y Suzume, y durante toda la cena no probó un solo bocado y se dedicó solo a mirar a Linlin.
-Kenshin, ¿está todo bien? ¿la comida no esta buena?- dijo Kaoru.
-Ahh…, no te preocupes…esta muy buena.
Pero Kaoru sabía que Kenshin ni siquiera había probado la comida.
-¿Te sirvo mas?- dijo Kaoru.
-No.- dijo Kenshin levantándose de la mesa.
-Kenshin ¿está todo bien?- dijo Sano.
-….Necesito pensar.- dijo Kenshin, saliendo al jardín. Salió justo cuando el sol se estaba poniendo, y justo delante de él vio…una libélula roja.
-Hola Kenshin, -saludo Kaoru.
-Ahh…- dijo Kenshin sin ánimo, casi sin voltear a ver a Kaoru. Luego vio de lejos a la persona que acompañaba a Kaoru, ésta le resultó extrañamente familiar, conforme Kaoru y esa persona se iban acercando, Kenshin sentía algo muy extraño
-Hola, Kenshin- repitió Kaoru- ella es mi amiga Linlin.
Kenshin enseguida sintió que se iba a desmayar, sus ánimos mejoraron y se enderezó para ver mejor era ella, era... ¿Tomoe? No, no podía ser, Tomoe estaba... Bueno, estaba muerta... Pero esa chica, era ella, era casi como Tomoe, su misma expresión, sus ojos, su cara...
¡Ohh! Salí justamente a comprar comida, y no lo hice, enseguida vuelvo- dijo Kaoru y salió.
Kenshin se quedo largo rato observando a Linlin. No podía creer que por un momento pensó que era Tomoe, su adorada... Ahora que lo pensaba, el que otra chica se pareciera a Tomoe no era tan espectacular, de hecho había muchas personas, o debía haberlas, que se parecieran a ella. Que tonto había sido. Pero otra parte de él le decía que eso era extraño. Era extraño que alguien tan parecido a ella se acercara, y justo en esas fechas...
Kenshin se quedo mirando a Linlin como si fuera la primera vez que viera a una mujer, no hablaba, tenia la boca abierta, y los ojos extremadamente abiertos también.
Linlin pensó que quizás el estaba molesto con ella, así que se disculpo.
-Perdóneme Señor, no pretendí causar molestias- dijo e hizo una reverencia.
Esa frase "Perdóneme Señor, no pretendí causar molestias..." Tomoe dijo exactamente lo mismo el día en que Kenshin la conoció. A él le pareció sospechoso, esa frase le trajo un recuerdo que ni siquiera sabía que tenía. El recuerdo de aquella posada en Kyoto, cuando el despertó….
-Por lo menos dime tu nombre…
-Tomoe, Tomoe Yukishiro. Perdóneme Señor, no pretendí causar molestias, estaba borracha….
Kenshin recordó eso. Ni siquiera tenía memoria de que eso hubiera pasado…lo había olvidado hace mucho, sin embargo, a las primeras palabras de aquella desconocida, se acordó de algo que estando con Kaoru se había perdido.
Pero pronto volvió a la realidad, volvió al dojo Kamiya, volvió a estar sentado ahí, y volvió a contemplar a aquella misteriosa persona. Había algo acerca de ella. Se parecía mucho a Tomoe, demasiado. Pero no dijo nada, calló, recordando. Algunos recuerdos lo hicieron sonreír, otros le trajeron un escalofrío. Kenshin levantó la cabeza, vio a Linlin por segunda vez. Le recordó infinitamente a Tomoe, la vio, detrás de aquella triste apariencia pudo verla. Pero no era la Tomoe de siempre, con su cara melancólica de resignación, era una Tomoe que sonreía, Kenshin sonrió también. Mientras tanto, Linlin sabía que la observaban. Le incomodaba de sobremanera. No estaba acostumbrada a que los hombres la mirasen, nunca nadie lo había hecho. Posó su mirada en el suelo. Él la observaba todavía, ella lo vio de reojo, vio que sonreía, que le sonreía a ella, se sonrojó un poco, trató de sonreír también, no porque le gustase, sino por educación. A su blanco rostro se asomó una minúscula sonrisa, casi invisible, pero Kenshin
si la notó.
"Es ella,-se dijo - es ella y viene... ¿por qué? ... Yo... No, no puede ser, no... ¿Es acaso que piensa que me olvide de ella? ¿Es que estoy traicionando su memoria al estar con Kaoru?... No, no...He estado con Kaoru mucho tiempo, ¿por qué ahora, por qué? No tiene sentido...Mm pensándolo bien, el decir una o dos palabras no quiere decir nada, solo de disculpó, ¿por qué tanto escándalo?"
Kenshin no habló, Linlin por su parte pensó que era muy descortés.
Kenshin estuvo a punto de hablarle pero justo cuando abrió la boca para hablar llegó Kaoru. Llegó cargada con bultos de comida, que, como no tenía dinero, se los habían fiado.
-Supongo que ya se conocieron. Linlin, si quieres puedes pasar mas tarde, a que veas tu cuarto, lo voy a alistar en un minuto, Kenshin, Linlin se va a quedar por un tiempo, quiere encontrar casa aquí, que bien ¿verdad? Bien, voy a preparar la comida, los dejo. Pasaron algunos minutos, aunque a los dos les pareció una eternidad. Después de un momento, Kaoru volvió.
-Escuchen, la comida está lista. Pasen al comedor por favor
Los dos pasaron al comedor. Kenshin continuaba comportándose extraño. Al dirigirse al comedor, Kenshin y Linlin quisieron pasar por la angosta puerta al mismo tiempo, se atoraron.
-Perdóneme, señor.
-N-no importa. Pasa.
Durante toda la comida nadie habló. Podría ser por que Kaoru estuviera ocupada sirviendo, o porque Sano estuviera muy ocupado atragantándose con la comida. Pero cuando ya todos habían terminado, le mesa se colmó de un silencio muy incómodo, de ese tipo de silencio donde todas las personas se sienten fuera de lugar. Al fin Sano se atrevió a romper el silencio.
-Bien, no es por nada. ¿Quién se murió?.... ¿y tu quién eres?-dijo fijándose por primera ves en Linlin.
-Soy Linlin, señor. Linlin Yung. Soy de Otsu…
Cada vez que Linlin pronunciaba su nombre, o pronunciaba a Otsu, a Kenshin le daba un escalofrío. Sentía como si la misma Tomoe lo estuviera diciendo.
-Me gusta tu nombre. Linlin… me gusta…
-Ohh…gracias-dijo ella sonrojándose
-Soy Sanosuke, Sanosuke Sagara. A tus órdenes. Pero puedes decirme Sano si lo prefieres…
Kenshin sintió una punzada de celos que desapareció tan rápido como vino.
-¡Sanosuke! Deja ya a Linlin… ella no vino aquí por sujetos como tu, ¿sabes?
-Kaoru….-dijo Sano con una mirada de "yo-no-estoy-haciendo-nada-malo"-¿No crees que a ella le agradaría un poco de compañía? ¿Te agradaría, Lin?
Linlin soltó una risita. Kenshin se levantó de golpe sin decir nada y salió de la habitación. Todos se quedaron viéndolo.
-Y ese… ¿quién es?
-Es Kenshin.-respondieron Kaoru, Yahiko y Sano al mismo tiempo.
-Es el mejor samurai que hay-dijo Yahiko.
-Es muy bueno con las labores domésticas-dijo Kaoru.
-¡Las labores domésticas son lo único que te interesa, Kaoru!- dijo Yahiko.
-¡¡¡Las labores son muy importantes!!!
Linlin rió. Era una risa clara y limpia. Si Kenshin hubiera estado ahí, se hubiera sobresaltado. Todos empezaron a bromear y reír, incluso Linlin, la expresión de tristeza era cosa del pasado. Parecía que todos esperaban a que Kenshin se fuera para empezar a divertirse.
Los rumores de risa llegaron hasta los oídos de él, que estaba en el jardín, sentado sobre una ropa. Conocía tres de las risas que oía. La de Kaoru, la de Yahiko y la de Sano, pero hubo una risa, diferente, una risa mas hermosa, la risa de alguien que ha esperado mucho para reír, o que nunca había reído. Kenshin se acercó para oír. Se posó detrás del shoji, había una pequeña rendija, por la que podía ver. Sus ojos se deslumbraron, Linlin reía. Kenshin nunca había visto a Tomoe reír, una vez le había sonreído, pero nada más. Tomoe para él era la noche, serena y hermosa, una belleza clara y oscura al mismo tiempo, una belleza silenciosa y quieta, como una paloma. Kaoru era como el día. Radiante y ruidoso, un día nuevo, lleno de sorpresas, ella era como un gorrión, alegre, generoso, fresco; Tomoe era la noche, Kaoru era el día, pero Linlin era el atardecer. Calmado y sereno, pero también radiante y alegre. No supo qué hacer, se quedó ahí, parado, sin hacer ningún movimiento. Mientras tanto la conversación de ad
entro se reinició.
-Y….si es que puedo preguntar- dijo tímidamente Linlin,- ¿Por qué razón tu dojo no tiene….mm, alumnos…Kaoru?
-Mm….creo que…todo empezó el día en que….bien, el día en que Kenshin llegó aquí, precisamente. Mis estudiantes se…bueno, se asustaron de él.
Al oír esas palabras, Kenshin tuvo ganas de entrar ahí. Quiso tapar los oídos de Linlin para que no escuchara nada sobre lo que había pasado; pero se resistió, si entraba, aparte de que se vería un poco misterioso, todos sabrían que había estado escuchando atrás de la puerta. Kaoru se remitió a contar la historia de Kenshin, desde Battousai, hasta la pelea con Shishio, todo, lo de Enishi, pero por alguna extraña razón, Kaoru omitió el detalle de que Kenshin estuvo casado con Tomoe, ya sea que lo haya olvidado, ya sea que no haya querido decirlo, pero en fin, a Tomoe ni la mencionó, ni a la cicatriz de Kenshin.
-Pero, Kaoru, ¿no te da…..- y añadió esto en voz baja- miedo…vivir con un- bajó su voz aún mas- asesino?
-No. Él no es mas un asesino, es gentil, es bueno, es….. – de pronto, Kaoru se dio cuenta de que Sano y Yahiko estaban ahí todavía, viéndola con mucho interés.
-Vamos, dinos, como es tu Kenshin…..jajajajajaja- dijo Sano, riendo mucho.
-Si, si, vamos, estamos en confianza,- agregó Yahiko- revelaciones amorosas de Kaoru, si Kenshin te escuchara….
-¿SI KENSHIN ME ESCUCHARA QUÉ?
-Nada,-dijeron los dos- nada, le gustarías mucho.
Y en efecto, Kenshin escuchaba todo, pero no le gustaba lo que oía.
Al día siguiente, en el desayuno, mientras Linlin, Sano, Kaoru estaban en la mesa (Yahiko estaba con Tsubame, ^_^), Kenshin al fin se animó a hablar, bueno, a dirigirla la palabra a Linlin de buena manera; pero su voz sonaba alterada.
-L-Linlin...eso ¿qué significa?-
-Significa "flor del granado" Señor.
Esta vez Kenshin se sintió caer en un abismo, quiso morir, olvidar, pero al mismo tiempo sintió las ganas infinitas de quedarse ahí... Flor del granado... Linlin, un nombre chino, Tomoe, Tomoe significaba lo mismo: flor del granado.
-¿Estás segura….del significado..?
Linlin lo miró con cara de asombro.
-Creo, señor, que yo sé lo que mi nombre quiere decir.
-Si….bien.- hubo un silencio incómodo de nuevo.
-Quieres ir a caminar conmigo, Linlin - dijo Kenshin, no fue una pregunta.
-No. – Kenshin pareció no oírla-
-Vamos, no creo que la taberna esté abierta a esta hora, pero podemos ir a algún lado….
-No.
Kaoru observaba esta escena de modo muy raro, sentía que los papeles estaban invertidos, ella era la que debería de ir a caminar con él, no Linlin.
-….quizá al rió, o a comprar comida…. ¡no! Ja ja, Kaoru compró ayer….mm…entonces podemos ir….al pueblo, no se, a ver a los vendedores…
-No. No quiero ir con usted. No voy a ningún lado.
-Por favor. Ven.
-No.
Kenshin se acercó un poco a ella. –No te voy a hacer nada.- y diciendo esto, sacó su espada y la puso en el suelo. Sano no podía creer lo que veía, Kaoru estaba en trance.
-Bien, pero…solo un momento. Se levantó. Kenshin la tomó del hombro. Linlin lanzó una mirada a Kaoru, que quería decir "no-creas-que-esto-me-gusta..."
Salieron. Tomaron el camino del centro de Tokio, mientras caminada, Kenshin pudo ver como ella se arreglaba el cabello, igual que Tomoe. Caminada casi igual. Sonreía casi igual, era casi igual.
-¿qué piensas de mi, Linlin?-
-Nada.
-¿nada?
-Nada.
-Yo sé que ella te dijo que yo era un asesino.
-¿ella?
-Kaoru. Ella te dijo que yo era Battousai. Lo sé.
-Si, ella lo dijo.
-¿qué piensas de mi, Linlin?-
-No sé. Solo que usted es muy malo.
-¿Yo soy malo?¿por qué?
-Usted hace sufrir a la gente. Una prueba de eso es esa horrorosa cicatriz que lleva en la cara. Cada vez que me fijo en ella, me pregunto que sintió la persona a la que mató.
Kenshin calló. Ahí estaban de nuevo, otra vez las palabras de Tomoe "….cada vez que veo esa cicatriz, me pregunto, que sintió aquella persona…"
"Pero por que...- pensaba Kenshin- por que, Tomoe? ¿Por qué vienes aquí en este momento? ¿Por qué no viniste cuando en realidad te necesitaba, cuando mate a toda esa gente, cuando sufrí, sufrí tanto...por qué?
-¿cómo conociste a Kaoru?- preguntó después de un momento para cambiar el tema.
-Fue ayer en la mañana. Yo...robe unas cosas, y...ella las pago por mí. Pienso que ella es demasiado buena conmigo, demasiado...
-Pero tú. ¿De donde eres? ¿Por qué robaste eso? ¿Tienes familia?
-no tengo familia, mi familia murió cuando mi hermano y yo éramos pequeños, nos vendieron como sirvientes a Akita y a mi, yo tenia 6 años, el 10. No lo volví a ver nunca más. Hace poco, mi amo murió, ahora soy libre. Tenía hambre, por eso robe la comida. Nunca lo hice por maldad, tomé solo lo necesario, pues yo necesitaba irme de aquí para encontrar a mi hermano. No piense mal de mi, señor. Yo...
-Es suficiente, conmigo no tienes que disculparte, no me has hecho nada a mí- agrego Kenshin. Después pensó para si mismo "si supieras lo que yo he hecho, yo si tendría que disculparme contigo..."- Continua.
-Ahh, lo siento, perdóneme, antes de eso, antes de que mis padres murieran, yo era muy feliz en OTSU.
Si antes Kenshin tuvo duda sobre si Linlin era Tomoe, ahora no le quedo duda alguna, ella era de Otsu, Otsu era el lugar donde el había matado con sus propias manos a Tomoe, era ella, debía de ser ella, tenia que serlo...
-¿De-de de Otsu dices?- Dijo Kenshin con un marcado acento a la vez de alegría y de preocupación.
-Si, señor. Mi familia y yo nos mudamos ahí cuando yo tenía cuatro años, nosotros éramos de China...
Pero Kenshin ya no pudo oír mas la historia de Linlin, ya no la oía, sentía como si el sonido de su voz se hubiera apagado, ya no veía nada, solo oía muy dentro de su cabeza la voz de Tomoe al morir, sus ultimas palabras: "Lo siento, marido mío" y las palabras de Isgad: "Ya descubrimos al traidor, es Tomoe…está en Otsu".
Linlin seguía hablando, pensando que Kenshin le prestaba atención. Ese día pensaba mas que nunca en ella, en Tomoe, pensaba que, si Tomoe, su Tomoe había vuelto, ¿por qué Battousai no? Es decir, él la había esperado por muchísimo tiempo, y al final había un problema, Kaoru. Kenshin pensaba haber encontrado su consuelo en Kaoru, y justo cuando pensaba en pasar con ella el resto de su vida, llegaba esta chica y se lo impedía todo, no era lógico. Más aun, no era justo.
Después de un rato, los empezaron a charlar alegremente, parecían amigos de toda la vida. Fueron al mercado, a ver cosas que no compraron, entonces volvieron para la hora de la comida.
Mientras comían todos, Kenshin no dejaba de ver a Linlin, el solo hecho de verla le daba un lejano sentimiento de añoranza...
-Kenshin, ¿Estas bien?- preguntó Sanosuke.
-¿Qué...? Ahh, si…estoy bien.
Sanosuke se dio cuenta de que algo no andaba bien, aunque había notado que Kenshin estaba algo triste, aquel día, le parecía que estaba mas alterado de lo habitual, pues ni siquiera se animó con Ayame y Suzume, y durante toda la cena no probó un solo bocado y se dedicó solo a mirar a Linlin.
-Kenshin, ¿está todo bien? ¿la comida no esta buena?- dijo Kaoru.
-Ahh…, no te preocupes…esta muy buena.
Pero Kaoru sabía que Kenshin ni siquiera había probado la comida.
-¿Te sirvo mas?- dijo Kaoru.
-No.- dijo Kenshin levantándose de la mesa.
-Kenshin ¿está todo bien?- dijo Sano.
-….Necesito pensar.- dijo Kenshin, saliendo al jardín. Salió justo cuando el sol se estaba poniendo, y justo delante de él vio…una libélula roja.
