Kaoru fue a la entrada, se quedó ahí sentada en el pórtico, viendo a Kenshin caminar al horizonte, esperando que recapacitara y volviera a su lado, o por lo menos que volteara atrás y le dirigiera una mirada, solo una. Pero eso no pasó; Kaoru se quedó ahí mucho a tiempo después de que Kenshin se había perdido de vista. Estaba esperando a alguien que nunca iba a llegar. Fue hasta cuando Linlin la hizo entrar al dojo otra vez, que se dejó curar el brazo.
Linlin y ella entraron a la habitación. Kaoru tenía una larga herida en todo el brazo, no le dolía mucho, y no dejaría cicatriz, pero en cuanto Linlin la tocó con la mezcla de hierbas para curar, Kaoru sintió un verdadero escozor. Ahora sabía lo que su amado había sentido en innumerables ocasiones, ese ardor le llegaba hasta los huesos, Linlin le vendó el brazo. Extrañamente Kaoru no le dio las gracias. Ella estaba celosa de Linlin, y ésta lo sabía. Cuando Linlin terminó, Kaoru y ella se quedaron en un silencio incómodo, el silencio se hizo cortante, hasta que Linlin habló.
-Lo siento. No fue mi intención. Perdóname, Kaoru.
Kaoru hizo un ademán como para espantar a un insecto con la mano, obviamente no le creía a Linlin.
-Si, lo que digas. Me voy.- Se levantó, caminó a la puerta y la abrió, justo cuando estaba por salir cuando Linlin dijo:
-....sabes, es injusto, nadie me preguntó mi opinión con respecto a él. Todos piensan que yo soy una cualquiera que lo sedujo. Yo no le hice nada. No quiero perder tu amistad, Kaoru. No tengo a nadie...él....él solo me quiere porque le recuerdo a alguien, no por mi misma. Kaoru no dijo nada. No se volteó. Se quedó ahí parada sin hacer nada. Al fin respondió.
-Me duele aceptarlo. Kenshin tiene un problema. Tomoe, no puede olvidarla. Sigue sintiendo culpa por su muerte... Te perdono, Linlin, tu único delito es parecerte a ella.- aunque estas palabras eran de aliento, Kaoru sonaba fría y metálica al decirlas, era cierto que no había perdonado a Linlin del todo.
Linlin y ella entraron a la habitación. Kaoru tenía una larga herida en todo el brazo, no le dolía mucho, y no dejaría cicatriz, pero en cuanto Linlin la tocó con la mezcla de hierbas para curar, Kaoru sintió un verdadero escozor. Ahora sabía lo que su amado había sentido en innumerables ocasiones, ese ardor le llegaba hasta los huesos, Linlin le vendó el brazo. Extrañamente Kaoru no le dio las gracias. Ella estaba celosa de Linlin, y ésta lo sabía. Cuando Linlin terminó, Kaoru y ella se quedaron en un silencio incómodo, el silencio se hizo cortante, hasta que Linlin habló.
-Lo siento. No fue mi intención. Perdóname, Kaoru.
Kaoru hizo un ademán como para espantar a un insecto con la mano, obviamente no le creía a Linlin.
-Si, lo que digas. Me voy.- Se levantó, caminó a la puerta y la abrió, justo cuando estaba por salir cuando Linlin dijo:
-....sabes, es injusto, nadie me preguntó mi opinión con respecto a él. Todos piensan que yo soy una cualquiera que lo sedujo. Yo no le hice nada. No quiero perder tu amistad, Kaoru. No tengo a nadie...él....él solo me quiere porque le recuerdo a alguien, no por mi misma. Kaoru no dijo nada. No se volteó. Se quedó ahí parada sin hacer nada. Al fin respondió.
-Me duele aceptarlo. Kenshin tiene un problema. Tomoe, no puede olvidarla. Sigue sintiendo culpa por su muerte... Te perdono, Linlin, tu único delito es parecerte a ella.- aunque estas palabras eran de aliento, Kaoru sonaba fría y metálica al decirlas, era cierto que no había perdonado a Linlin del todo.
