Kai no esperaba que las cosas terminaran desarrollándose de esa forma, por supuesto que puede señalar que ya ha desviado totalmente el curso de la historia como la conoce cuando tomó las riendas de la situación y ahora es un señor feudal, o al menos en nombre ya que no es reconocido por el estado, pero que ahora llegue una chica quien se presenta como Ryuubi Gentoku, quien realmente debería ser la gobernante de Shoku y pida ser una vasalla para él es algo que ya desafiaba toda lógica histórica, ella es quien debía haber hecho el voto de hermandad con Aisha y Rinrin, quien debería ser gobernante y entonces pelear contra Go y Gi para unificar China bajo una sola nación, él solo llegó a robarse ese puesto que ella merecía.
- Perdón… ¿Qué acabas de decir? – Preguntó de forma estúpida.
- Quiero trabajar con usted, sé que puede ser un poco apresurado, pero puedo asegurarle que no estoy mintiendo, tengo una prueba después de todo. – En ese momento ella sacó lo que parecía ser un medallón. – Esto perteneció al primer emperador y tiene su sello… mi madre lo estuvo guardando durante muchos años cuando me cuidaba y ahora me reveló toda la verdad.
- Debo observarlo de cerca. – Aisha se acercó para revisarlo por todos lados, ella no dejaría pasar ni un solo detalle. – Es real, ella no está mintiendo.
- Esto es inesperado. – Expresó Sei enarcando una ceja, la pelirrosa sonrió.
- Les dije que no estaba mintiendo… aunque sigo siendo inexperta en varias cosas, después de todo viví como una simple chica de campo, ayudando en las cosechas y demás, no fue sino hasta hace unas dos semanas cuando presencié algo cayendo del cielo, creyendo que es usted, fue ahí que le dije a mi madre y me contó la verdad… después de todo, quien tenga la bendición de acompañar al mensajero del cielo podrá unificar a toda China y creyendo que puedo conseguir grandes cosas, deseo aprender mucho de usted, así que por favor, acépteme. – Hizo una reverencia, Kai necesitaba pensarlo, no dudaba de las palabras de la chica, ya sabía que toda figura histórica importante en los tres reinos era posiblemente una chica y sí como tal las que había conocido concordaban con el tropo, ella no sería igual.
- Mi señor, le sugiero que se tome un tiempo para pensarlo, puede que ella no esté mintiendo, pero esto apenas está empezando, no somos ni una ciudadela reconocida por el emperador. – Sugirió Aisha.
- Pero tener más amigas es divertido, yo considero que sí. – Exclamó Rinrin, ahí Kai miró a ver a Shuri y Hinari.
- Hawawa… la verdad es que yo tampoco tengo dudas, tener a quien posee la sangre del primer emperador daría un buen impulso a su reconocimiento como gobernante, incluso el emperador actual no podría ignorarlo.
- El problema aquí es que puedan ignorar tal hecho y usarlo como excusa para sacarnos de aquí y llevársela, es alguien importante después de todo. – Pensó Hinari.
- Eso era lo que pensaba, es un arma de doble filo. – Kai soltó un suspiro, no le hacía ni un solo bien el rechazar a Ryuubi, sacarla de la historia como tal solo traería mayores cambios y si lo hace, todo el conocimiento que posee seguro se iría al caño. – Por ahora, puedes descansar, seguro tuviste un largo viaje.
- Por supuesto. – Exclamó ella con una sonrisa. – No se preocupe en darme una respuesta pronta, por el momento aprecio la hospitalidad.
- Entendido, si pudieras llevarla a una habitación, Rinrin.
- Entendido onii-chan, vamos por aquí, te mostraré la casa. – La pequeña se la llevó en aquel momento, saliendo de la sala, Kai ya entonces pudo sentirse aliviado.
- Es una decisión complicada, mi señor. – Comentó Aisha. – No podrá postergarlo por siempre.
- Eso lo sé, solo necesitamos pensar en los pros y los contras de cada lado, espero que ambas puedan ayudarme. – Miró a las dos estrategas.
- Awawa… eso haremos Kai-sama. – Respondió Hinari. Por ahora zanjaron ese asunto ya que había otras cosas importantes por realizar, necesitaban volver a levantar la ciudadela usando todo lo posible que haya y eso implicaba mucho papeleo.
Aisha, Rinrin y Sei formaban soldados ya que una tropa para la defensa era vital y sabiendo que el problema de los turbantes amarillos estaba lejos de terminar, era una alta prioridad, lo consiguiente era el abastecimiento de la ciudad, el cuidado de los campos y cultivos que los campesinos pudieran proveer al pueblo, él no tenía mucha experiencia tratando asuntos económicos pero daba la casualidad que Hinari había estudiado economía con su maestra y eso lo agradeció Kai totalmente, ella podría tratar hablando con estos aunque su timidez le hacía un poco de problema, él la acompañaba en ese caso ya que igual, un señor feudal que estaba en contacto con la gente era apreciado.
Por último, estaba el caso de la reconstrucción del mercado, artesanos, herreros, cocineros, todos ellos necesitaban mano de obra y materiales, así que si podrían entrar en contacto con mercaderes ambulantes o atraerlos daría un buen flujo a la moneda y eso igual llevaría a mejores trabajos, había que mover la economía en todo su esplendor, trabajo que Shuri y Kai realizaron en conjunto.
Estabilizar una ciudadela abandonada por su señor feudal no era fácil, pero dentro de una sola semana habían conseguido un progreso algo significativo, teniendo a gente tan talentosa como lo son las chicas, Kai ha conseguido mejorar la vida de la gente en comparación a como era antes.
- En serio, firmar papeles no podría ser más aburrido. – Desvió la mirada el peliazul, se encontraba sentado en su oficina con una gran pila de papeles y rollos para revisar y firmar. – Ahora entiendo un poco a esos políticos… - En ese momento se abrió la puerta, entrando Ryuubi con unas tazas de té.
- Traigo algo para que beba.
- Gracias Ryuubi, puedes dejarlo en la mesa de frente. – Señaló Kai, ella asintió, depositando ambas tazas en aquella mesa y ella sentándose a un costado, solamente observando a Kai leyendo los rollos y firmando.
- ¿Es divertido firmar papeles? – Preguntó ella.
- Claro, me estoy divirtiendo como nunca. – Respondió de forma sarcástica. – La vida de un gobernante de ciudad está lejos de ser divertida.
- Podría ser, pero al estar observando la ciudad me he dado cuenta de que la gente se ve más feliz en comparación a antes. – Señaló la pelirrosa. – Ese ha sido el fruto de su trabajo.
- Quizás solo por eso vale la pena estar encerrado aquí. – Soltó una risa por debajo, al firmar el último papel, se dejó caer sobre su escritorio. – He terminado…
- Buen trabajo, ahora bebamos antes de que se enfríe. – Kai fue a la mesa a sentarse y tomar el té que ella trajo.
- Está bueno…
- Jeje, gracias~ - Canturreó ella, pasaron un buen momento de paz en silencio, no había necesidad de hablar entre ambos, momentos como esos eran igual de apreciados para Kai. Una vez terminó el té, se levantó.
- Parece que no tendré más trabajo el día de hoy, así que voy a salir un rato.
- Iré con usted entonces. – Señaló Ryuubi. Ambos salieron de la oficina, empezando a caminar afuera del palacio, había unas cosas que Kai deseaba observar por su propio ojo y eso los llevó al primer sitio.
- ¡No se detengan, tienen que aprender esa técnica si desean ser mejores soldados! – Llegaron hasta el campo donde los soldados entrenaban, no cabe decir que Aisha es una instructora estricta pero desea lo mejor para sus subordinados, en caso de Rinrin, no es precisamente la mejor maestra en enseñar pero daba su esfuerzo y Sei poseía experiencia, las tres llevaban su tarea mejor de lo pensado. – Mi señor.
- Es el enviado del cielo. – Los soldados saludaron al peliazul en ese momento.
- Pueden seguir entrenando. – Respondió, estos volvieron a su actividad, Aisha se acercó a él.
- ¿Qué puedo hacer por usted? – Preguntó la pelinegra.
- No es nada, terminé mi trabajo así que solo estoy paseando un poco con Ryuubi, deseaba observar cómo van los entrenamientos.
- Están aprendiendo mejor de lo que pensaban, aún están lejos de ser una armada grande como en las mayores ciudades pero están dispuestos a luchar hasta el final.
- Eso es bueno.
- Onii-chan. – Rinrin ahora fue quien se acercó. - ¿Viniste a jugar con Rinrin? Vamos, que quiero jugar.
- Oye Rinrin, se supone que estás entrenando, no moleste a mi señor y…
- Aisha, no hay problema. – Aseguró Kai, este estiró sus brazos. – A decir verdad, esperaba entrenar un poco igualmente y Rinrin es una buena compañera, los soldados necesitan un empujón para inspirarlos.
- … Entendido, solo no se propase. – Exclamó Aisha en derrota, en cambio Rinrin sonrió.
- ¡Yaay! Ya quiero que peleemos. – Sonrió de forma confiada, causando que Kai suelte una risa.
- No tan apresurada… Ryuubi, observa y quizás te sorprendas. – Señaló a la pelirrosa, esta asintió.
- Observaré fijamente, yo no soy una buena guerrera pero quizás aprenda algo. – Exclamó con seriedad. Dicho eso, se hizo un espacio para que ambos pudieran tener el suficiente en su batalla, ahí Kai sacó a Gae Bolg de su espalda y Rinrin tomó su gran lanza igualmente.
- Onii-chan, ahí voy. – Como siempre, Rinrin era impulsiva y buscaba el primer ataque, era tan predecible en ese aspecto por lo que él no necesitaba moverse, solo esperar a que ella se acercara. - ¡El primer golpe es el vencedor! – Rinrin buscó atacarlo, pero al hacerlo, notó que Kai desapareció. - ¿Eh? ¿A dónde se fue?
- No cambias Rinrin. – Kai estaba a espaldas de ella para atacarla por el costado, la pelirroja se sorprendió, logrando dar la vuelta para bloquear el ataque de su lanza, ambas armas chocaron con fuerzas, el peliazul sonreía divertido. – Como siempre, tu fuerza es de temer.
- Jeje, onii-chan tampoco se queda atrás, esa velocidad no deja de ser asombrosa. – Rinrin buscó el contraataque, algo que Kai siempre bloqueaba, los soldados no dejaban de observar con asombro la batalla entre ambos, Ryuubi igual estaba boquiabierta.
- ¿Ese es Sawamura-san? – Preguntó ella con asombro.
- Sorprendente ¿no? – Preguntó Aisha a su lado con una leve sonrisa. – El mensajero del cielo no solo es amable y justo, también es fuerte… ha peleado a nuestro lado durante este tiempo que lo he conocido, realmente no hay nadie como él… - Esas palabras sorprendieron a la pelirrosa.
- Es tan genial… - Exclamó por debajo, causando que Aisha la vea de reojo, de algún modo sentía que Ryuubi se comportaba de una forma algo tímida ahora.
- (No será que ella…)
- Dejémoslo aquí. – Exclamó Kai, la batalla entre ambos terminó en ese momento aunque con una Rinrin insatisfecha.
- ¡No es justo onii-chan! No hemos decidido a un ganador.
- Aún tienes tus obligaciones entrenando a tus hombres, no los descuides. – Respondió, ya se dirigió al resto. – Espero mucho de ustedes para proteger a la ciudad y su gente, cuando yo no esté disponible o alguno de mis generales tampoco, será el deber de ustedes, los soldados el proteger sus hogares, así que sigan esforzándose.
- ¡Sí! – Exclamaron ellos con fuerza, el peliazul sonrió al ver lo decididos que estaban.
- Sigan entrenándolos bien. – Respondió a Aisha, esta asintió.
- ¡Claro mi señor! Haremos nuestro mejor esfuerzo.
- Nos vemos luego onii-chan. – Se despidió de las dos para seguir recorriendo la ciudad junto a Ryuubi, ella seguía sin quitarse de la mente la visión de Kai peleando, pensaba que se vio tan galante al hacerlo, no como un animal salvaje, era más que eso.
Comenzaron a caminar por más calles en la ciudad, todo estaba en un buen movimiento, gracias a las reformas ideadas en conjunto con Shuri y Hinari, el mercado ha vuelto a recibir demasiada actividad y los tratos con pueblos cercanos para el abastecimiento de productos como verduras y demás iba viento en popa.
- Sorprende ver en tan poco tiempo como es que varios negocios volvieron a vender. – Señaló Ryuubi en aquel momento.
- Las dos estudiantes de Suikyou son realmente talentosas, no solo como estrategas, igual tienen sus estudios en asuntos políticos y de mercado, me alegra contar con ambas. – Respondió el peliazul. – Seguro has de tener hambre.
- Eso no es necesario, no quisiera interrumpir tus asuntos. – Y el rugido de un estómago se hizo notar, la pelirrosa se puso como el color de su cabello.
- ¿Qué decías? – Preguntó este de forma burlona.
- N-No seas malo… está bien, comamos algo.
Entraron a un establecimiento en aquel momento, uno de los restaurantes que se había vuelto a activar después del reabastecimiento de alimentos, salió una mujer.
- Bienvenidos… oh, señor, un gusto tenerlo aquí ¿desea comer?
- Claro, quisiera algo de dumplings ¿Qué quieres Ryuubi?
- Bueno… si tiene bollos de arroz dulce…
- Claro, en un momento, pueden sentarse afuera y se los traeré. – Ambos se sentaron en la entrada a esperar por los dulces que pidieron, no tomó más de cinco minutos para que los trajeran en conjunto con té. – Aquí tienen, disfruten.
- Gracias. – Ambos empezaron a comer, el peliazul disfrutaba de dumplings. – Ah… estos son los únicos dulces que puedo disfrutar.
- ¿No eres de comer demasiados? – Preguntó Ryuubi.
- No realmente, me gusta más la comida picante pero tener algo dulce no está mal de vez en cuando… - Kai expresó gozo al comer otro, esa expresión le pareció divertida a la pelirrosa. – Entonces… ¿Qué piensas de la ciudad?
- Estoy asombrada, en tan poco tiempo se reestableció a ser un buen sitio para vivir y viendo cómo es que la gente te habla con grandes esperanzas, no hay duda de que eres quien ha venido a traer la paz a este país.
- Nuevamente, considero que eso es una exageración, solo hago lo que sea posible para tener las cosas en orden cuando deba de irme.
- ¡Te irás! – Eso sorprendió a Ryuubi, la cual se vio totalmente extasiada.
- Sí, después de todo llegué aquí en contra de mi voluntad, necesito encontrar al maldito que me transportó y hacer que me devuelva a mi hogar.
- Entiendo… así que volverás al cielo… - Eso la puso triste, esperaba que Kai pudiera quedarse siempre para ser el gobernante que uniría a los reinos, pero eso ya parecía ser imposible. Al ver su rostro, Kai soltó un suspiro.
- Escucha, sé bien que desean que me quede, pero yo igual tengo una familia ahí, no puedo estar muy alejado por tanto tiempo, al menos durante todo el proceso que me cueste volver, prometo seguir trabajando para cumplir con sus expectativas, del mismo modo, cuando me vaya, quiero que te hagas cargo.
- ¿Eh? ¿Hacerme cargo yo? – Esa petición la tomó desprevenida.
- En cualquier caso quisiera dejar a alguien como gobernante de la tierra y considero que eres la persona indicada.
- P-Pero yo no sé nada de gobernar, hasta hace unas semanas me enteré que poseo la sangre del emperador pero eso es todo, no conozco nada sobre política, estrategias o…
- Todo saldrá bien. – Kai buscó calmarla, posando su mano en el hombro de ella. – No estarás sola, Aisha, Rinrin, Shuri, todas te apoyarán cuando estés en problemas y sé que puedes confiar en ellas… te digo esto porque veo que tienes lo que se necesita para ser una gobernante.
- Ya dije que no poseo conocimiento… - El peliazul negó con la cabeza.
- No hablo de eso… posees un corazón que se preocupa por el pueblo. – Eso la sorprendió.
- ¿Un corazón?
- Me hablaste acerca de cómo siempre ayudaste a la gente de tu pueblo en distintas tareas sin esperar nada a cambio, que clase de persona haría eso sino fuera alguien realmente amable y pura de corazón, por eso mismo quiero dejarlo en claro… deseo que te vuelvas la gobernadora una vez yo regrese al cielo o como lo llamen. – Ryuubi no sabía que pensar al respecto, lo que Kai decía era demasiada responsabilidad y además no llevaban más que una semana de haberse conocido como para haber tal nivel de confianza, pero del mismo modo era un honor que el enviado del cielo le diera esa tarea, ya en ese tiempo conoció facetas de Kai, ahora necesitaba decidir.
- … Yo… lo haré. – Terminó por sentenciar, Kai asintió satisfecho.
- Eso lo decide todo, entonces Ryuubi…
- Touka. – Ella lo interrumpió. – Ese es mi mana, sí ahora trabajaré contigo y seré una sucesora de gobernante, quisiera que seamos más cercanos.
- Entendido… entonces así te llamaré, puedes decirme por mi nombre entonces.
- Muy bien… Kai-san. – Ella sonrió. Touka ya tenía una gran tarea a futuro y, a pesar del temor y nervios que sentía al no poder llenar tales zapatos tan grandes, se esforzaría por él y por toda la gente, su corazón era así de grande para darlo todo hacia el pueblo.
Las actividades en la ciudad continuaban sin ningún problema, todo el enfoque estaba en poder restaurar la ciudad por lo que así continuó durante un tiempo, un día llegó un mensajero que parecía traer noticias directamente hacia Kai.
- Mi señor, llegó un mensajero de una ciudad cercana. – Informó Aisha, Kai asintió.
- Que entre. – Entró un hombre en aquel momento que, por su vestimenta, era soldado de otra ciudad.
- Señor enviado, traigo un mensaje de mi gobernante Kousonsan Hakukei-sama.
- Oh, Kousonsan ¿Cómo está?
- Bien, el caso es que se le ha ordenado servir como general para erradicar la amenaza de los turbantes amarillos de una vez por todas y solicitó su ayuda en apoyarla. – Respondió este.
- Oh, Pairen-chan, me alegra que lo esté haciendo bien. – Expresó Touka, Kai volteó a verla.
- ¿La conoces? – Preguntó este.
- Claro, las dos estudiamos bajo el mismo maestro Fuurin-sensei después de todo. – Respondió al pelirrosa con una sonrisa. – Después de terminar nuestros estudios, tomamos caminos separados y yo volví a mi hogar, solo había escuchado que ella se volvió una señora feudal pero hasta ahí.
- Seguro se alegrará de ver a su amiga después de tanto tiempo. – Sonrió este por debajo. - ¿Qué dicen las demás? La ciudad apenas se está reconstruyendo y nuestras fuerzas serían mínimas en cuanto a apoyo.
- Yo digo que vayamos a pelear. – Exclamó Rinrin. – Acabemos con esos bandidos horribles.
- Mi señor, entiendo que los soldados no estén del todo entrenados, pero todos ellos se han esforzado y pueden defenderse totalmente, al final todo es decisión de usted, nosotras apoyaremos lo que decida. – Terminó de hablar Aisha, las demás asintieron. Ya por todo lo que hizo la pelirroja en su tiempo, quizás era momento para devolver el favor.
- Está bien, dile que iremos a apoyar en la supresión de los bandidos. – Respondió, el mensajero asintió con un saludo.
- Entendido, mi señora estará complacida de escuchar su respuesta. – Dicho eso, él se retiró, ya quedando ellas.
- Tendremos mucho que preparar para partir. – Comentó Aisha. – Unirse a las tropas de Kousonsan podría no hacer mucha diferencia.
- Quizás suceda, pero nuestra fuerza no es algo que pueda despreciarse. – Respondió el peliazul. – Además, contando con nuestras estrategas estrella podría facilitarlo todo. – Miró a las dos pequeñas las cuales se sonrojaron.
- Hawawa… haremos lo posible por cumplir sus expectativas Kai-san. – Respondió Shuri, Hinari asintió.
Kai ahora tenía el asunto en poder acabar con la amenaza de los turbantes amarillos, según la historia, es el primer paso para que Ryuubi Gentoku se haga notar como una fuerza de poder en la próxima unión de los tres reinos pero ahora él está tomando ese camino, a pesar de que ya designó a la pelirrosa como la que tomará su lugar, si ella no estaba en el foco, no podría obtener el apoyo suficiente, por esa misma razón la llevaría, tiene que aprender todo de foco primario.
No se hizo esperar y prepararon todo, los soldados para partir y dejarían la ciudad en buenas manos, por lo menos habían logrado designar unos cuantos puestos para la realización de las tareas necesarias en que todo siga en circulación, de ese modo podrían partir sin problema alguno. Con las tropas afuera, Aisha fue quien tomó la delantera como general primaria de su ejército.
- ¡Es hora de partir, no rompas filas en ningún momento! – ordenó, así empezaron su marcha, Kai también al frente montado en caballo.
- No se te da mal montar caballo. – Señaló Sei con algo de curiosidad. - ¿También les enseñan eso en el cielo?
- Bueno… digamos que tuve clases al respecto. – No sabe cómo St. Francesca también cuenta con clases de equitación, esa escuela es bastante extraña a su parecer, teniendo una cultura muy arraigada a la china.
- Onii-chan ¿Qué acaso hay alguna habilidad que no tengas? – Preguntó Rinrin.
- No es momento de distraerse, hay que seguir avanzando. – Exclamó Aisha.
- vamos Aisha-san, eres demasiado seria, relájate un poco. – Comentó la peliazul.
- Sei, estamos en camino a una dura batalla, cualquier distracción sería fatal en el campo de batalla, además nuestro señor estará al frente cuando normalmente debería encontrarse atrás, así que nuestro deber es protegerlo.
- No creo que sea necesario protección para él. – Respondió Sei. – En cualquier caso, quien lo necesita es… - Miraron atrás a Touka la cual estaba batallando un poco en montar el caballo.
- ¡Wuaaaah! No corras muy rápido. – Ella realmente no buscaba como controlarlo, los demás tenían gotones en sus frentes.
- ¿Puedo pedirles que la protejan? – Pidió Kai, las demás asintieron. El camino hacia el punto de reunión con Kousonsan continuó durante unas tres horas hasta que finalmente lograron ver un campamento, en la entrada detectaron su arribo y un soldado entró a avisar en aquel momento. Unos dos minutos más tarde llegó la figura de la pelirroja en armadura ligera.
- ¡Sawamura-san, te estaba esperando! – Recibió al peliazul con una sonrisa. – Gracias por recibir mi aviso y acudir a la máxima brevedad posible.
- No es nada. – Respondió este de regreso. – Es lo menos que puedo hacer por alguien que nos ayudó y desde entonces hemos unido a más gente a nuestra ciudad, incluso alguien que te conoce. – En ese momento llegó Touka la cual tenía el cabello revuelto y lleno de hojas debido al descontrol del caballo.
- Pairen-chan.
- Touka, que sorpresa verte aquí. – Recibió a la pelirrosa con mucha animosidad, golpeando su espalda. – Debiste avisar que estás con el enviado del cielo.
- Es que todo pasó tan rápido Pairen-chan… pero me alegra verte. – Ella sonrió.
- Puedo decir lo mismo… por ahora, es mejor si vamos a mis aposentos, tenemos bastante de lo que hablar. – Señaló Kousonsan con seriedad. Entraron a una casa de campaña para una reunión con una mesa central donde se encontraba un mapa de la región, a este acudieron ella, Kai, Aisha, Touka, Shuri y Hinari. – Empecemos con esta reunión: Las tropas de los turbantes amarillos han conseguido crecer a cantidad exorbitantes que llega a asustar. – Empezó a señalar en el mapa. – Las tropas del enemigo se han reunido en esta zona donde han declarado sus intenciones de atacar la capital imperial… si eso sucede, el emperador caerá y es algo que debe de evitarse, por nuestra parte yo estoy a cargo de defender esta zona mientras que las zonas de Go y Gi defenderán también su lado.
- ¿Alguien está manejando a este ejército? – Preguntó Aisha, la pelirroja asintió.
- De la información que hemos obtenido, los turbantes amarillos fueron creados por un grupo de hermanos, siendo los Chou.
- (Es exactamente cómo va la historia.) – Pensó Kai por dentro, recordando que justamente los tres hermanos son quienes organizaron el gran ejército de turbantes y buscaron atacar al emperador.
- En sí, sus números nos superan en creces a pesar de unir nuestros ejércitos. – Señaló Kousonsan. – Será complicado pelear.
- En tal caso, necesitamos una buena organización al respecto. – Señaló Touka.
- Es algo que podemos dejar a nuestras estrategas. – Kai miró a las dos niñas, estas asintieron.
- Si podemos tener un número estimado de soldados que posee el ejército enemigo, podemos pensar en una estrategia posible.
- ¿Pueden enviar unos soldados de reconocimiento? – Preguntó Kai, Kousonsan asintió.
- Hagamos eso, por ahora pueden descansar un poco, de seguro estarán cansados luego del viaje que llevaron. – Tomaron su sugerencia y la reunión terminó en ese momento. Así es que salieron de la carpa para reunirse con las demás.
El peliazul sabía que la batalla no sería fácil, a pesar de la unión de ambos ejércitos, los bandidos seguían siendo un número mayor, así que necesitaba confiar en los planes que se tengan en mente para ese momento, actualmente estaba recostado en un árbol, mirando al cielo.
- Kai-san. – la voz de Touka le sacó de sus pensamientos. - ¿Estás descansando?
- Claro, si quieres, puedes ponerte a un lado.
- Gracias. – Ella igual se sentó a un costado. - ¿Qué piensas de esto? Esta batalla… es posible que gente muera.
- Eso es normal. – Respondió él de forma tranquila. – En una pelea no hay nadie que no salga ileso y en guerras de este estilo, queramos o no, veremos a gente caer en batalla, pero como gobernante que soy… y tú, como la próxima gobernante igualmente, debemos de mantener la cabeza en alto.
- Eso lo sé, pero me hace sentir mal que otros peleen y no pueda hacer nada para ayudarnos… no tuve un adiestramiento de guerrera como Aisha-san o las demás, siempre viví protegida por mi madre y hasta hace poco decidí salir al mundo y ver como es mi destino, sé que es doloroso, pero no quiere decir que lo acepte.
- Eso solo significa que debemos volvernos más fuertes. – Respondió Kai. -Hasta un punto en el que nadie tenga que morir ¿Qué deseas hacer en el futuro? – Preguntó, la pelirrosa se puso a pensar.
- Yo… quisiera un mundo donde nadie odie a nadie, que podamos ser amigos y apoyarnos entre todos, seguro es posible entenderse sin necesidad de guerras o batallas.
- Entonces es a lo que aspiramos, pero será un camino lleno de obstáculos, no quiere decir que nos lo pongan fácil, a pesar de todo ¿quieres hacerlo? – Touka asintió con seriedad, Kai sonrió por debajo. – (Esta es ella… la que luchará por unir a los tres reinos, si puedo ofrecer mi ayuda, es lo menos que puedo hacer…)
- ¡Onii-chan, ahí estás! – Rinrin llegó unos segundos después. – Estoy aburrida, vamos a entrenar.
- ¡Oye Rinrin, no molestes a mi señor! – Llegó Aisha y luego las demás, el ambiente se había puesto animado en ese momento, Kai agradecía esos momentos puesto que, a pesar de la situación en la que se encuentran, realmente disfruta el pasar momentos tranquilos con las chicas, fue un descanso que tuvieron antes de pasar a la batalla.
Un par de horas después, regresó el grupo de expedición, un soldado se acercó al campamento principal para informar de la cantidad de bandidos que conformaba el ejército rival.
- ¡Vengo a informar! Actualmente el ejército enemigo está contando con un gran grupo conformado por, según lo calculado, poseen un número de cinco mil bandidos.
- Cinco mil… es demasiado grande… - Kousonsan sintió un poco de temor en ese momento. – Nuestros números combinados apenas logran alcanzar los tres mil.
- Eso significa que la estrategia es el factor importante en estos momentos. – Respondió Kai. – Shuri, Hinari, espero que tengan algo en mente.
- Por supuesto Kai-san, Hinari-chan. – La rubia miró a su amiga, esta dejó un rollo sobre la mesa con un bosquejo del terreno que pidió que se hiciera.
- Según la información del grupo de expedición, las tropas se han acomodado en estos sectores, primero al oeste sobre esta colina, cerca de este bosque y en un río también tienen una posición estratégica, para ser simples bandidos, poseen una buena organización.
- Podría ser a causa de que uno de los hermanos esté fungiendo como general aquí. – Pensó Kai.
- Entonces, si logramos derrotar a este, su ejército caerá. – Respondió Aisha.
- Jeje, ya quiero ver que tan fuerte es, Rinrin está muy emocionada. – La pequeña deseaba pelear.
- Por ahora, vamos a organizar nuestro ejército, a pesar de los números grandes, es posible derrotarlos organizando pequeños grupos y que cada general logre encargarse de estos, por suerte Hinari-chan y yo tenemos organizado como irán. – Respondió Shuri.
Pasado un rato y con la estrategia explicada, empezaron para salir a pelear, Kai estaba junto a Sei para ir con un grupo, Aisha y Rinrin atacarían a otro y Kousonsan se encargaría del tercero, llevando consigo un grupo de soldados para tenderles una emboscada.
- ¿Estarán bien? – Preguntó Touka, quien se quedaría detrás en el campamento junto a las estrategas.
- Estaremos bien. – Respondió Kai. – Con esto no tendremos problema alguno.
- Eso espero… por favor, que todos vuelvan a salvo. – Aisha sonrió.
- Mientras estemos aquí, eso pasará… mi señor, es momento.
- ¡Nos vemos luego onii-chan! – Las dos se despidieron para ir por su lado, Kousonsan igual.
- Entonces Kai-kun, vamos. – Señaló Sei, este asintió.
- Nos vamos. – Se despidió de Touka y empezaron a ir para batallar, la lucha contra los turbantes amarillos apenas iba a empezar y debían regresar todo, el peliazul se aseguraría de que se haga realidad.
Aquí ya traigo el cuarto cap de este fic, un poco más corto que los demás porque quiero dejar las batallas para el siguiente y de ese modo mostrar un poco de lo que pueden hacer todas, no siempre pondré el foco total en Kai, sé que es el protagonista pero esto es compartido y ya veremos a Aisha y las demás lucirse por su medio, por el momento eso sería todo, nos vemos en el próximo cap. Saludos.
