Los Ojos del Ruiseñor


Capítulo 81: Un día cualquiera


Otoño — x493 / 25 de octubre

El esquema del poder militar era fácil.

El rey. El comandante en jefe del reino. Los seis comandantes principales del reino. Los generales. Los capitanes. Los soldados.

Todos responden ante Ichigo e Ichigo solo responde ante el rey o en su ausencia, ante Kaien.

Y como Comandante en Jefe del Reino, Ichigo era, en todos los sentidos, el segundo hombre más poderoso del reino.

Kaien sería el rostro del reino, el padre del futuro rey y quien tomaría las decisiones que podrían o no afectar la vida de muchas más personas que las que vivían en el castillo. Ichigo era la espada del reino, el responsable de que el reino no sufriera ningún ataque y pudiera devolver las ofensas en el momento oportuno.

Ese era quizás el error dentro de la monarquía que la reina Kazue no había notado. El candado para mantener con vida a los segundos príncipes era lo mismo que ponía la espada en su mano en caso de que uno de ellos codiciara lo que el otro tenía.

Si Kaien e Ichigo fueran aliados, si tuvieran el vínculo de hermandad que se supone que tienen los hermanos, Avanta sería imparable. Pero Kaien codiciaba el trono que estaba casi en sus manos y a la esposa de su hermano, e Ichigo simplemente quería recuperar lo que era suyo por nacimiento y cumplir la promesa que le hizo a su Luna.

Cuatro de los seis Comandantes del Reino se estaban reuniendo con Ichigo en ese momento: el comandante naval, el comandante militar, el comandante de los arqueros y el comandante de las guardias de las ciudades. El Comandante de la Guardia del Rey y el Comandante de la Guardia de la Reina se habían ido con el Rey y la Reina a la cabaña en las montañas del norte hace unos días.

Ichigo los había convocado apenas supo que estaban todos en el castillo, era difícil reunir a todos los Comandantes en el mismo lugar al mismo tiempo y tenía que aprovechar la oportunidad que se había presentado gracias a las Celebraciones de las Almas.

La última vez que Ichigo los había visto a todos juntos fue el día de su boda y aunque había hablado con ellos individualmente durante el recorrido por las trece ciudades del reino cuando se encontraba con uno de ellos en alguna ciudad, una reunión grupal siempre venía bien.

Al término de esa reunión, que comenzó con temas concernientes al reino y se desvió a otros temas que no estaban enteramente relacionados con la seguridad, todos los comandantes regresaron a sus cuarteles en uno de los edificios especialmente designados para ellos y sus acompañantes dentro del recinto del castillo.

— ¿Por qué lo seguimos llamando castillo? Esto parece una ciudad. — murmuró Ichigo mientras apoyaba su espalda contra el respaldo de su silla para descansar un poco.

Palacio de Adelaar sonaba mejor... y Capital Imperial sonaba mucho mejor.

No era la primera vez que Ichigo soñaba con un imperio pero sabía que, aunque no era imposible de lograr, sería difícil porque primero tenía que asegurar su propio trono en Adelaar antes de comenzar a conquistar los otros reinos. Además, Vayalat sería un hueso duro de roer ya que su abuelo no dudaría en enviar a las Sombras portadoras del don para poner fin a cualquier intento de conquista.

Ichigo era uno de ellos y sabía lo peligroso que sería enfrentarse a ellos en batalla.

La única forma de unir a Vayalat y Jetaiya en un imperio sería mediante una afiliación pacífica, pero para pensar en esos planes futuros, Ichigo primero tenía que solidificar su posición como rey. No como el príncipe heredero, sino como el puto rey de Avanta y las Montañas Azules.

Y el problema no era matar al rey.

Ichigo sabía que podía enviarle en cualquier momento una araña o serpiente de sombras, dependiendo de cuánto quisiera que el rey sufriera.

Causarle un accidente o simplemente envenenarlo de la manera tradicional no sería un problema.

Kaien no era un problema porque Ichigo estaba tan seguro de que Kaien quería el trono que investigar la muerte del rey sería lo último que sugeriría su hermano mayor.

La nobleza, que había comenzado a estar dividida sobre la elección del príncipe para la corona, no sería un problema. Las posibles revueltas e insurrecciones por la muerte de Kaien, no del rey Isshin sino de Kaien, tampoco serían un problema.

El problema era su madre y sus hermanas. El factor humano y emocional.

Ichigo sabía que tenía que tener cuidado porque aunque no sabía qué tan buena era la relación de su madre con el rey, la relación de sus hermanas con el rey era bastante fuerte. Y si había algo que Ichigo sabía que no podía soportar, sería ver a sus hermanas sospechar de él y culparlo por la muerte de Isshin.

Sus hermanas lo amaban pero también amaban a Kaien y al rey, y subestimar la mente de ese par de chicas, que lo habían amenazado con desplumar a Kholtan si no les dejaba tener una fiesta de té con Rukia, era cometer suicidio.

El dolor de la pérdida podría hacer que sus hermanas se volvieran contra él y alguien más podría aprovecharse de eso.

"Los seguidores de Kaien podrían ser un problema."

A Ichigo no le importaba lo que la gente común pudiera pensar de quien ocupaba el trono, le importaba lo que sus hermanas y su madre pudieran pensar de él, y tenía que prever todos los escenarios posibles que se desarrollarían después de que él hiciera lo que tenía que hacer.

— Debe ser mientras las gemelas estén en Vayalat, no hay otra manera. — Ichigo murmuró para sí mismo.

Todos los incendios comienzan con una chispa y él no quería ser la causa de sus propias quemaduras.

La idea de crear un poco de descontento entre Kaien y el rey le vino a la mente como una posibilidad muy favorable para él, ya que Kaien era el siguiente en la línea de sucesión al trono y el que más se beneficiaba de la muerte de Isshin.

Matar al rey y culpar a Kaien también era una buena idea, por lo que se desharía de ambos y nadie podría cuestionar su derecho al trono, además los hijos de Kaien no podrían heredar nada porque serían declarados hijos de un regicida y él evitaría tener que matarlos a menos que se convirtieran en un peligro real.

El infanticidio no le atraía, pero estaba seguir que lo haría si no tuviera otras opciones.

Mientras Ichigo pensaba en una forma de crear descontento entre Kaien y el rey, uno de los sirvientes de Kaien apareció ante él y le informó que la reunión del Consejo había sido pospuesta por un par de horas.

Eso no era bueno porque quedaba poco tiempo para que comenzara la reunión programada y seguramente todos los Consejeros debían estar llegando al castillo. Ichigo necesitaba una razón para que el rey se enfadara con Kaien pero la suspensión de la reunión era demasiado oportuna y lo oportuno a veces no era tan bueno como parecía.

— Los Consejeros que han llegado, ¿ya han sido informados?

— Si su Alteza. La princesa Rukia ha hecho los arreglos para que sean trasladados a una sala de entretenimiento dentro de uno de los edificios comunes del castillo y ha ordenado que se les sirvan bocadillos y vino a libre demanda hasta que se designe una nueva hora de reunión.

Ichigo sonrió ante esas palabras.

Su Luna estaba haciendo un gran trabajo como la mujer de más alto rango en el castillo y posiblemente la Kahya debería estar aconsejándola y eso lo tranquilizó.

Rukia sería la reina y tenía que empezar a familiarizarse con ese tipo de cosas que no parecían tan relevantes pero que definitivamente harían que la gente hablara.

Su reina

Cada vez que Ichigo pensaba en eso, no podía evitar fantasear con Rukia sentada en el trono con la corona de guerra en la cabeza.

El sirviente salió de la oficina e Ichigo se sentó en su silla por un momento más, la urgencia de llegar a la reunión había sido eliminada y solo debía esperar hasta que llegara la nueva hora programada. Kaien estaba mostrando su poder como protector del reino y si quería posponer la reunión hasta la noche, podía hacerlo.

Antes de que pudiera salir de su oficina, Renji se acercó a él y le informó que Rukia había dejado el castillo y se dirigía a la ciudad para una reunión de última hora con el Comité de Eventos Festivos. La acompañaba una fuerte escolta que incluía a su sombra, dos soldados de élite, dos arqueros y varios otros soldados que se asegurarían de que el lugar fuera seguro, dondequiera que ella estuviera.

Todos los elementos de esa escolta habían sido escogidos por él y todos darían la vida por Rukia. El incidente de Visnia dejó muy claro que no importaba cuán buena fuera la seguridad si no podían prever el peligro, por lo que decidió darle a Rukia escudos humanos para protegerla.

Rukia era la razón por la que había paz en el reino.

Poco tiempo después, cuando Ichigo ingresó al Cúpula para la reunión del día, descubrió que Kaien no estaba allí y que los Consejeros parecían ansiosos por el retraso de la reunión. Los Consejeros se levantaron, se inclinaron y le presentaron sus respetos mientras tomaba asiento a la derecha del asiento principal.

Uno de los sirvientes colocó una pluma, tinta y una carpeta de cuero frente a él, y lo primero que hizo Ichigo fue mirar el contenido de la carpeta. Dentro estaban todos los puntos que debían tratarse en la reunión, escritos con la letra de Kaien, y eso confundió a Ichigo porque Kaien amaba el poder y él no dejaría pasar una reunión donde pudiera demostrarlo.

— ¿Alguien sabe por qué el Príncipe Kaien no ha llegado? — preguntó Ichigo con curiosidad después de cerrar la carpeta de cuero.

Todos los Consejeros negaron con la cabeza e Ichigo inmediatamente envió a un soldado a investigar qué demonios estaba haciendo Kaien para retrasar su presencia tanto tiempo; también pidió que se sirviera vino para los Consejeros y un poco de jugo para él.

A Ichigo no le gustaba el tipo de hombre que era cuando estaba corrompido por el alcohol y aunque no había alcanzado esos niveles durante ese viaje con el rey, sabía que no debía tentar su propia suerte. Eventualmente volvería a probar el alcohol sin el temor de ser arrastrado al exceso, pero aún no era el momento.

Ichigo comenzó la sesión porque Kaien le permitió dirigir la reunión al entregarle esa carpeta, y hablaron sobre temas que no eran tan importantes pero que podrían convertirse en un problema si no se abordaban a tiempo.

Las reuniones del Consejo eran tediosas, muchas veces se discutían los mismos temas, pero debió haberlas porque era la forma en que se sopesaban las opciones para solucionar los problemas que había en ese momento.

Al final, siempre era la palabra del rey la que se llevaba a cabo.

— La agenda que dejó el Príncipe Kaien ha sido cumplida, ¿hay algún otro tema que deseen discutir antes de que terminemos la sesión de hoy? — preguntó Ichigo cortésmente.

Uno de los concejales pidió permiso para hablar.

— Lo hay, su alteza. — El hombre se aclaró un poco la garganta antes de hablar, como si el tema fuera incómodo. — Los rumores de que nuestros príncipes estaban encerrados en las celdas de castigo han estado circulando y están haciendo ruido, alteza.

Ichigo no estaba sorprendido de que el tema surgiera en la reunión del Consejo, ni tampoco estaba sorprendido de que el Consejero que habló fuera uno de los partidarios abiertos de Kaien. Él no había estado en la reunión anterior porque estaba encerrado en la celda de castigo con Kaien, pero había leído el informe escrito que había hecho el escriba para averiguar qué temas se habían discutido y cómo se habían manejado.

El asunto del encierro de los príncipes en las celdas fue uno de los puntos discutidos en esa reunión y el rey había dejado claro que el encierro de los príncipes había sido un asunto de familia. La acción tomada por el rey fue sin duda un tema escandaloso porque nunca se había visto que los príncipes estuvieran encerrados en esas celdas a menos que fuera un crimen terrible, por lo que era natural que la lengua de todos se soltara sin control.

— ¿Rumores? ¿Qué tipo de rumores? — Preguntó Byakuya, tomando su bolígrafo para escribir lo que el Consejero estaba a punto de decir. Ichigo admitió que aunque Byakuya no estaba contento con su puesto como Consejero de Paz, estaba haciendo bien su trabajo. — Necesito saberlos.

El Concejal estaba completamente seguro de lo que iba a decir. Ichigo no sabía con qué tipo de promesa Kaien compró al Concejal, ya que el hombre había comenzado a apoyar a Kaien para que su reclamo al trono no fuera cuestionado, pero debía ser muy buena si el hombre cambió sus lealtades fácilmente.

— En las tabernas dicen que Su Alteza el Príncipe Ichigo cometió un asesinato en el viaje y por eso el rey lo encerró. Además, la gente se queja de que Su Alteza el Príncipe Kaien fue encarcelado injustamente ya que no hay nada que demuestre que merece tal castigo.

Ichigo solo negó con la cabeza levemente y ocultó una sonrisa.

El pecado de Kaien era algo de lo que no se debía hablar por ningún motivo e Ichigo había olvidado que una vez vino cubierto de sangre durante ese viaje y fue visto por varios soldados.

Era evidente que los soldados que dijeron ese detalle no eran suyos, sino del rey. También era evidente que el hombre se moría de curiosidad por saber qué había provocado que el rey encerrara a sus dos hijos durante tanto tiempo.

— Son rumores peligrosos y maliciosos, considerando que estamos hablando del Comandante en Jefe del reino, el hombre responsable de la seguridad del reino y su reputación no puede ser manchada de esa manera. — Comentó Byakuya con su calma habitual, porque una cosa era ejecutar a alguien por un crimen y otra era hacerlo por diversión. — Concejal, ¿le dijo su informante de quién venían estos rumores? Me gustaría reunirme con él o ella.

— ¿Mi informante? Sólo lo escuchó en la taberna. — Ichigo notó que el concejal vaciló por un momento, posiblemente el hombre se había tomado más libertades de las necesarias al hablar para beneficiar a Kaien. — Pero fue de boca de un soldado.

Era natural que los soldados hablaran cuando estaban borrachos, después de todo, a la gente le encantaba hablar sobre lo que estaba pasando con los miembros de la familia real y si los soldados tenían un poco de información sobre lo que estaba pasando en el castillo, la gente no lo dudaría en encontrar formas de conseguirla e Ichigo lo sabía.

Ese viaje solo había causado más problemas de los necesarios, pero Ichigo estaba agradecido por algunos de los resultados. Nunca se habría decidido a matar al rey si no fuera por ese viaje.

— Mis fieles y valientes soldados. — Ichigo comentó con calma antes de dirigir su atención a Byakuya. — Concejal Kuchiki, averigüe de quién es la lengua que perturba la paz del reino y arránquela. Si esta persona o soldado no lo usa para decir cosas agradables, entonces no la necesita.

Byakuya asintió.

Los consejeros se sorprendieron por la facilidad con la que Ichigo pronunció esa frase y la calma con la que el Consejero de Paz la aceptó.

Solo el Consejero de la Moneda y el Consejero de Guerra no parecían sorprendidos, e Ichigo supuso que sabían la razón detrás del castigo. Eran amigos del rey, por lo que era normal que supieran tales detalles.

— Si hace eso, solo aceptará que los rumores son ciertos, Su Alteza. — Habló el concejal, quien parecía decidido a aferrarse a algo que beneficiaría a Kaien.

— Si el rey ha decidido castigar a sus propios hijos, por las razones que sean, no debería ser un tema en boca de todos. Lo que pasó es un asunto familiar que se trató dentro de la familia y se resolvió de la misma manera. ¿He sido lo suficientemente claro en esto?

Los consejeros, especialmente aquellos que apoyaban a Kaien, asintieron en silencio.

— Llamaré al reportero habitual y se dará una entrevista oficial sobre los hechos para silenciar los rumores de los que habla el Concejal. — Byakuya habló con calma, cerrando la carpeta donde había estado escribiendo las cosas. — No podemos dejar que la gente crea en rumores maliciosos que afectan la imagen de la familia real. ¿Está bien que el reportero venga mañana, Su Alteza?

La velocidad con la que Byakuya ideó ese plan de acción le dijo a Ichigo que Byakuya estaba al tanto de los rumores que circulaban por la ciudad y solo estaba esperando un momento como la reunión para mostrar el plan. Era posible que Byakuya ya estuviera investigando los orígenes de esos rumores o tuviera sospechosos, y eso agradó a Ichigo.

También era posible que Byakuya estuviera haciendo todo esto para proteger el honor de Rukia, ya que ella era la esposa del Segundo Príncipe y su reputación obviamente estaba ligada a la de su esposo.

— Que venga esta tarde para que la entrevista salga en el diario de mañana. — Byakuya asintió e Ichigo siguió hablando. — Esta es la última vez que se habla de esto y no quiero escuchar más susurros sobre lo que pasó en las celdas de castigo o las consecuencias serían peores. Yo solo corto lenguas pero el rey corta cabezas, así que oren para que no sean lenguas o cabezas conocidas.

El concejal que había sacado el tema se secó el sudor de la frente.

— Alteza, estimamos que este año asistirán más personas a las Celebraciones de las Almas y aún no estamos seguros si la cantidad destinada por la reina para alimentar a los asistentes el primer día será suficiente. — Habló una mujer que era parte de los tres miembros del Comité de Fiestas que se encontraban en ese pequeño despacho destinado a estos asuntos sociales.

Por lo general, las reuniones del Comité de Eventos Festivos se llevaban a cabo en una sala dentro del castillo donde se presentaban todos los programas y gastos a la reina. La reina no salía del castillo más que para comprobar que todo estaba bien organizado o para reuniones de carácter enteramente social donde su presencia servía para mostrar su apoyo a uno u otro evento o para distraerse un poco de todas las obligaciones.

Que Rukia hubiera sido convocada a una reunión en la ciudad era un insulto a su condición de Princesa pero al mismo tiempo, por sugerencia de Kahya, decidió presentarse a esa reunión porque ella era exactamente eso, la Princesa del Pueblo.

Y los deberes de la Princesa del Pueblo eran de carácter social.

El Comité de Eventos Festivos estaría bajo su dirección cuando la reina lo estimara oportuno.

— ¿Más fondos? ¿De cuánto estamos hablando? — preguntó Rukia amablemente.

Los fondos reservados para la comida del primer día se planifican cuidadosamente y ella sabía que nunca se entregaba más dinero del previsto. En caso de que hiciera falta comida, siempre se usaba lo que había en la bodega del castillo y se preparaba más durante ese día para que todos los asistentes tuvieran una ración de comida.

Durante los años de gestión exclusiva de la reina Masaki, rara vez faltaba comida.

Regalar comida el primer día era una tradición de la casa real que comenzó por voluntad de la reina Raiza.

— Unas monedas, su alteza.

La mujer dio la cantidad que esperaban que Rukia autorizara y Rukia tuvo que ocultar el hecho de que pensaba que esa cantidad era ridículamente alta.

— Eso es casi la mitad de lo que se destinó este año para alimentos. — Rukia anotó en su libreta el nombre de la organizadora y la cantidad que había pedido. — No creo que la casa real pueda dar tanto. No hay constancia de que la población haya aumentado tanto que no podamos calcular la cantidad de materiales necesarios para la alimentación.

— Podría ser menos entonces, su alteza, solo necesitamos reducir el tamaño de las porciones.

La mujer le dio una nueva cantidad, que comparada con la anterior era más razonable pero todavía alta, y Rukia solo asintió lentamente.

La reina le había dicho que tuviera cuidado con el Comité de Eventos Festivos porque intentarían conseguir más dinero y ese dinero no iría precisamente a las celebraciones.

Aparentemente, eso era lo que la organizadora estaba tratando de hacer en esta reunión de "emergencia".

— Todavía es una cantidad muy alta. — Rukia anotó algo más en su cuaderno. — Cuando la reina se fue, ella estaba segura de que todo lo relacionado con la comida y el dinero ya se había arreglado.

— Son inconvenientes que surgen en el momento pero que tenemos tiempo de solucionar. — Volvió a hablar la organizadora, cuyas palabras estaban llenas de seguridad y confianza. — Su alteza, usted no tendría que preocuparse por nada, solo tendría que darnos el dinero y nosotras compraríamos lo necesario.

— Es una idea muy práctica. — elogió Rukia con una amable sonrisa. — Pero creo que sería más práctico si pudieras darme una lista de lo que crees que será necesario para que pueda evaluar si tenemos lo que necesitamos en las bodegas del castillo.

La organizadora se veía incómoda y una expresión de molestia apareció en su rostro. La mujer no esperaba que Rukia hiciera tal oferta y eso hizo que Rukia pensara que tal vez la mujer quería quedarse con el dinero.

— Ya hemos hecho los cálculos necesarios, Su Alteza. La cantidad que hemos pedido es justo lo que se necesita ya que no es solo la comida, sino algunas otras cosas con referencia a las celebraciones. — Insistió otra organizadora del comité festivo.

Rukia anotó el nombre de esa otra mujer en su cuaderno.

— Pensé que solo estábamos hablando de la comida del primer día.

Rukia estaba atenta a todo lo que decían las mujeres, y esta nueva incorporación a su charla para conseguir dinero era muy sospechosa.

El Comité de Eventos Festivos estaba compuesto por al menos seis personas, entre hombres y mujeres, pero allí solo estaban tres mujeres, lo que hizo que Rukia afianzara la idea de que esta reunión era una emboscada para tratar de sacar dinero de la casa real tomando ventaja de ella.

— Quizás la princesa se niega a ayudar porque la casa real no tiene suficientes fondos. — Comentó una tercera organizadora que estaba con ellas. Las otras dos se callaron ante la audacia de esas palabras. — Los rumores dicen que el segundo príncipe gastó demasiado dinero en el viaje con el rey y todavía están pagando las cuentas.

Rukia no esperaba tales comentarios y su rostro reflejó su sorpresa por un momento, de la misma manera que el rostro de la mujer que hizo esos comentarios reveló que estaba celebrando sus propias palabras.

Por un momento, Rukia se sintió pequeña y vulnerable.

Su sombra, que estaba de pie junto a la puerta en una posición de vigilancia, se movió para pararse detrás de Rukia haciendo que las mujeres guardaran silencio ante su evidente intimidación. La expresión de la chica que estaba detrás de Rukia era cualquier cosa menos amistosa.

Entonces Rukia recordó que ella era una princesa y su palabra tenía que cumplirse de una forma u otra, y era de Ichigo de quien hablaban esas mujeres. El Comandante en Jefe del Reino, el hombre más poderoso del castillo en ese momento.

Rukia no iba a caer en ese juego donde esa mujer apelaba a su orgullo para sacarle dinero con la excusa de las Celebraciones de las Almas.

— Yo no creería en los rumores, milady. — La voz de Rukia tenía ese tono que debería tener la voz de una princesa con poder. — Sobre todo si yo no estaba allí para verlo con mis propios ojos. Repetir lo dicho, sin tener evidencia de lo que realmente se dice, es un delito que por este día dejaré pasar.

Rukia se levantó con calma de su asiento y Tatsuki se acercó a ella para recoger las cosas que Rukia había estado usando en esa reunión, lo que implicaba que ya se estaba yendo. Las tres mujeres, cuyas lenguas parecían haberse pegado a sus paladares después de esa sutil amenaza, se levantaron de inmediato.

La difamación contra un miembro de la familia real era un delito castigable según la gravedad de las palabras dichas. Una difamación contra un miembro de la familia real, dicha frente a un miembro de la familia real, sería castigada con mayor severidad.

— Espero que mañana me envíen la lista de cosas que se necesitan para la comida, porque engañar a un miembro de la familia real para su propio beneficio también es un delito y eso, mis queridas señoras del Comité Festivo, es un delito que no está en mis manos juzgar.

Las organizadoras le hicieron una reverencia según el protocolo, recordando en ese momento que la chica que estaba allí era la Princesa del Pueblo.

Al salir de la sala donde se había llevado a cabo esa reunión, Rukia llamó a uno de los soldados que la acompañaban y le dio los nombres de las tres mujeres.

— Investígalas junto con sus esposos, también convoca a los otros tres miembros del Comité Festivo para que me reúna con ellos en privado dentro del castillo.

— ¿Cuándo le gustaría la reunión, su alteza?

— Para esta tarde. Quiero tomar el té con ellos.

El soldado asintió y Rukia subió al carruaje para regresar al castillo. Si esas mujeres decidían hablar de más, Rukia les arrancaría la lengua.

El soldado que fue enviado para investigar el retraso de Kaien entró en la Cúpula antes de que los Consejeros se levantaran de sus asientos. Ninguno de ellos se movió de sus asientos e Ichigo agitó su mano para que el soldado comenzara a hablar.

El soldado se inclinó ante Ichigo y le dijo, en un relato detallado de por qué había tardado tanto en llegar, que Kaien estaba enfermo y que el médico del rey lo estaba tratando.

— ¿Y qué dijo el doctor?

— Su Alteza el Príncipe Kaien tiene un resfriado.

— ¿Un resfriado? ¡Que las Deidades protejan al heredero! Porque si muere mientras está bajo mi cuidado, me culparán a mí. — Ichigo dijo eso con ironía haciendo reír a los Consejeros quienes aún no aceptaban el hecho de que Kaien era el heredero.

Aquellos que querían a Kaien en el trono hicieron una mueca de disgusto mal disimulado.

Al salir de la Cúpula, después de que la reunión se levantó oficialmente, Ichigo tranquilamente se dirigió al área del rey y tomó el camino a las habitaciones privadas de Kaien porque tenía que ver con sus propios ojos que Kaien en realidad tenía un resfriado.

Algo le decía que Kaien no estaba resfriado, sino que sufría los efectos de la araña sombría.

Rukia era muy astuta. Ella sabía cuándo el rey y la reina saldrían del castillo, por lo que la araña debió haber recibido una orden muy específica sobre el momento exacto para atacar y así no levantar sospechas ante el rey.

Ichigo había pasado demasiado tiempo aprendiendo a controlar ese aspecto del don porque dar órdenes y domar sombras vivientes era difícil, pero Rukia lo hacía parecer tan fácil que era increíble. Él estaba intrigado por la forma en que Rukia podía hacer que las sombras la obedecieran hasta el punto de ignorar a quien las invocaba, y no pudo evitar pensar que el verdadero prodigio de la Sombra era Rukia y no él.

Los sirvientes en la puerta de la habitación de Kaien lo dejaron entrar e Ichigo pudo ver que Kaien estaba acostado en su propia cama con un paño húmedo en la frente mientras uno de sus sirvientes personales lo atendía.

— ¿Qué le pasa a mi hermano? — preguntó Ichigo en un tono serio que pretendía sonar preocupado.

— Su Alteza, el Príncipe Kaien tiene fiebre. Amaneció muy enfermo pero el médico del rey ya lo atendió y le dio medicina, solo esperamos que baje la temperatura aunque parece que la medicina no hace efecto.

Ichigo asintió a lo que dijo el sirviente y luego pidió que lo dejaran a solas con su hermano. Kaien parecía estar dormido, pero tan pronto como el sirviente salió de la habitación e Ichigo se sentó en la cama, abrió los ojos.

— Pensé que estabas dormido. — comentó Ichigo mientras le quitaba el paño húmedo y tocaba la frente de Kaien para comprobar qué tan alta estaba la fiebre. La piel de Kaien ardía y sus mejillas estaban ligeramente sonrojadas. — Realmente tienes fiebre. ¿Ya has hecho tu testamento? Porque me gusta tu caballo.

Ichigo dijo esos comentarios con una dosis de burla y Kaien hizo una mueca de disgusto. Kaien tomó el paño húmedo de la mano de Ichigo y se sentó en la cama con tanta dificultad que Ichigo disfrutó viéndolo así.

Solo por esa muestra de debilidad, Ichigo no le cortaría la mano de su hermano por tocar a Rukia.

— Nada te gustaría más, ¿verdad? — Preguntó Kaien antes de volver a colocar el paño húmedo en su frente y mirarlo fijamente. — ¿Lo hiciste? ¿Me enfermaste?

— ¿Me ves capaz de enfermar a alguien? — La pregunta de Ichigo tenía esa dosis de humor que enmascara la sorpresa porque no esperaba que Kaien lo acusara de enfermarlo. — Ya te dije que no quiero el trono. ¿Qué tan difícil es de entender?

— Es difícil. Lo es aún más cuando eres un brujo sombrío capaz de matar con artes que ni siquiera yo entiendo.

El término "brujo sombrío" era algo que Ichigo no había oído antes, pero parecía que Kaien sabía de lo que estaba hablando o al menos tenía una buena idea sobre el don. Era probable que el rey le hubiera dicho a Kaien sobre el regalo de la guerra y por eso Kaien había hecho esa acusación.

Ichigo se levantó de la cama, tomó el paño húmedo de la frente de Kaien, que ya se había calentado, y lo humedeció nuevamente.

— No sé si sentirme halagado u ofendido por lo que has dicho. — Ichigo le arrojó el paño húmedo a Kaien para que pudiera ponérselo en la frente. — No sé cuánto te habrá contado el rey sobre esto, pero supongo que sabes lo suficiente como para culparme de la fiebre.

— Me ha dicho lo suficiente para que yo sepa que puedes crear criaturas venenosas con ese don tuyo. — Comentó Kaien sin quitarle los ojos de encima.

— Sí, puedo invocar cosas.

Ichigo chasqueó los dedos de la misma manera que lo había estado haciendo durante el viaje con el rey y un enorme perro se materializó desde una sombra en la habitación.

— ¡¿Qué demonios es eso?!

Kaien se movió lo suficiente como para tratar de alejarse de Ichigo, quien se sentó en la cama nuevamente mientras el perro caminaba hacia su amo e Ichigo le acariciaba la cabeza.

Ichigo disfrutó el miedo en la voz y los ojos de Kaien.

Uno de los efectos de ese viaje fue que Ichigo había logrado convocar y controlar a los hellhounds. No solo estaba bebiendo, también estaba aprendiendo más sobre ese aspecto del regalo.

— Este es un perro del infierno. — explicó Ichigo con calma sin dejar de acariciar al perro. — Creía que el rey te había hablado del regalo de la guerra. Esta no es una criatura venenosa, es una criatura feroz que ataca a su objetivo y lo destroza. También puedo invocar criaturas venenosas como arañas, serpientes, escorpiones y cualquier cosa que puedas imaginar. Puedo crearlos y puedo ordenarles cuándo, cómo y dónde atacar.

Ichigo chasqueó los dedos y el perro desapareció de la misma manera que apareció, escondiéndose dentro de una sombra.

— ¿Qué demonios eres?

— Soy tu hermano, ¿qué más voy a ser? Nacimos de madres diferentes pero somos hermanos, hasta nos parecemos. No sé lo que es un brujo sombrío, lo que tengo es un don para la guerra y no brujería. Deja eso a las Brujas del Mar de Jade que hacen pociones y encantamientos y hechizan a los hombres para conseguir lo que quieren.

— ¿Ahora me vas a decir que hay brujas en ese lugar? ¡Brujas, brujos y las Deidades saben qué más!

Ichigo era consciente de lo que estaba diciendo, pero Kaien no pareció reaccionar ante la mención de las Brujas de Jade como esperaba. Si Kaien sabía o no acerca de esas mujeres o si conocía el origen de su propia madre era algo que Ichigo no podía saber en ese momento.

Kaien era bueno ocultando sus expresiones.

— El mundo es un lugar vasto y de nosotros dos, yo soy el que más viajado, así que puedes creerme cuando digo que afuera hay más cosas que un reino.

Ichigo respondió con una leve sonrisa, descartando el asunto, y tomó el paño húmedo de la frente de Kaien mientras se levantaba de la cama.

— ¿Me enfermaste, hermanito? — Preguntó Kaien, esta vez serio. — Usaste alguna de esas criaturas para enfermarme.

Hubo un silencio momentáneo entre los dos donde solo se escuchó el sonido del agua goteando del paño mojado en el tazón. Más que enfermarlo, Ichigo quería verlo muerto por haberle quitado el trono, el cariño de su padre y por intentar quitarle a Rukia.

La existencia de Kaien no habría sido un problema para Ichigo si el rey hubiera seguido las reglas que se aplican a los hijos ilegítimos, pero el rey no tuvo el coraje de hacerlo y arruinó su vida y la de su madre.

Kaien era el único hermano que tenía Ichigo y cuando era pequeño lo admiraba, quería ser como él y lo seguía a todas partes pero las Deidades, la Sombra o los Dioses Sin Nombre tenían otros planes para ellos.

— No.

Ichigo le entregó el paño húmedo y miró fijamente a su hermano mayor, ya sin sonreír e imitando el tono serio con el que Kaien hizo esa pregunta.

— ¿Está seguro? — La pregunta de Kaien estaba cargada de esa incredulidad que le decía a Ichigo que lo que él clasificó como miedo bien podría haber sido sorpresa. — ¿No tienes razones para quererme muerto, hermanito?

Ichigo lo miró fijamente en ese momento y apretó el puño. Kaien notó ese movimiento y metió la mano debajo de la sábana sin quitarle los ojos de encima. Si alguno de ellos hacía un movimiento en falso, la sangre de alguien iba a manchar el suelo.

Ichigo se calmó y controló todo el deseo que tenía de golpear a Kaien, pero no se quitó esa expresión de enojo de su rostro.

— Te juro por las Deidades que quise buscarte cuando me enteré de lo que le dijiste a mi esposa, quise golpearte y cortarte la mano solo porque tuviste el descaro de tocarla, pero no lo hice.

— ¿Tuviste miedo de que nuestro padre te encerrara nuevamente en la celda de castigo? — preguntó Kaien con una sonrisa que mostraba lo mucho que estaba disfrutando esa confesión y lo rápido que se olvidó del perro.

Ichigo comenzó a sospechar que Kaien sabía más de lo que decía y que así como él se estaba tomando el tiempo y verificando los efectos de la araña, Kaien también lo estaba estudiando a él. Eran enemigos, por lo que todos los acercamientos fraternos enmascaraban las verdaderas intenciones de matarse el uno al otro.

— No tengo miedo de lo que me pueda hacer el rey, pero no te pegué porque mi esposa me lo pidió.

— ¿Nuestra querida Rukia impidió que me pegaras? — Preguntó Kaien con malicia. — Creo que la propuesta que le hice sí tuvo efecto en ella.

Ichigo le tendió la mano a Kaien para que le diera el paño húmedo. Sabía que Kaien lo estaba provocando pero no iba a caer en ese juego, no mientras comprobaba qué tan inmune era Kaien al don y qué tenía que hacer para volverlo loco.

— Mi mujer, Kaien. Mi mujer. — Ichigo volvió a mojar el trapo. — Ella me impidió cortarte la mano solo porque tiene la intención de hacerlo ella misma. No solo porque la tocaste, sino porque violaste a Yuki pensando que era Rukia.

— Cuida tus palabras, hermanito. — siseó Kaien antes de que Ichigo le pasara el paño mojado. — Yuki era mi amante, podía tomarla como quisiera. Fui un poco rudo con ella pero la chica hizo un jodido alboroto por eso.

— Ni siquiera pretendo hablarte de un tema que el rey debería haberte explicado muy bien.

— No necesito que lo hagas. El cómo trato a mis amantes no es asunto tuyo.

— ¡Lo es si tu amante es familia de mi esposa! ¡Lo es si la chica es idéntica a mi esposa! — Ichigo lo miró fijamente. — Hay un cierto número de cosas que puedo tolerar Kaien, pero si vuelves a tocar a mi esposa o intentas hacerle algo como lo que le hiciste a Yuki, te mataré.

— ¿Es esa mujer tan importante para ti? Ella es solo una Kuchiki y te recuerdo que ni siquiera querías casarte con ella.

— Kaien, mi esposa es la razón por la que sigues vivo. Ella no quiere una corona, quiere una vida tranquila y eso es lo que le voy a dar.

— No creo que por una mujer renuncies a la lucha por el trono. ¡Nadie renuncia a un reino por una mujer!

— Bueno, deberías creerlo porque lo es. — Ichigo hizo una pausa y tomó el paño húmedo de la frente de Kaien, que se había vuelto a calentar. Kaien lo miró en silencio esperando que siguiera hablando porque obviamente no le estaba creyendo. — ¡Por las Deidades, Kaien! No estaría aquí, cuidándote, si te quisiera muerto.

— Ahora que he visto lo que puedes hacer, no puedo confiar en ti más de lo que tú confiarás en mí. Somos enemigos y lo sabes.

— Eso significa que el rey te ha envenenado contra mí. — Ichigo se sentó en la cama y puso el paño húmedo en la frente de Kaien después de comprobar si le había bajado la fiebre. — Quería que fuéramos hermanos porque soy el comandante y lo seré hasta que tu segundo hijo tenga la edad suficiente para hacerse cargo. Yo seré quien lleve a tus ejércitos a la batalla y, si las Deidades lo permiten, seré quien te traerá las victorias para que puedas coronar a tu reina. Es una pena que no quieras lo que quiero.

Kaien lo miró fijamente a los ojos, con la mandíbula apretada, sosteniendo el paño húmedo en una mano. Ichigo se levantó de la cama y terminó ese tema. El estado de ánimo entre ellos fluctuaba entre la agresión y la calma a una velocidad que solo ellos podían soportar.

Era la eterna lucha entre el cariño y el odio entre ellos. Ambos necesitaban un hermano en quien apoyarse y ambos sabían que nunca habría ese tipo de vínculo entre ellos.

— La fiebre se ha ido. — comentó Ichigo antes de lavarse las manos en el agua donde había estado empapando el paño que Kaien usaba para bajar la fiebre. — Esta tarde vendrá un reportero a entrevistarnos. Los rumores que han estado circulando no me son del todo favorables gracias a que los alimentó su concejal. Ordené que le arrancaran la lengua al responsable.

Kaien no se inmutó por esa última frase, pero se quedó dónde estaba, se cubrió los ojos con el paño húmedo y se quedó en silencio por un momento.

— Le dije a ese idiota que no lo hiciera, así que di lo que quieras. Te apoyaré

— Está bien, te mantendré informado de lo que suceda.

Ichigo salió de la habitación para ir a la suya pero creyó escuchar un leve "gracias" de su hermano.

La fiebre de Kaien era alta y otra persona en su lugar ya tendría heridas en toda la piel de intentar arrancarla o estaría sumido en delirios de fiebre, pero Kaien estaba demasiado tranquilo, lo que significaba que Kaien no era completamente inmune al don pero sí bastante resistente.

La charla con Ichigo lo había dejado pensando por un rato después de que Ichigo hubiera salido de la habitación y no era precisamente por ver como su hermano intentaba bajarle la fiebre con el paño mojado en la frente; sino por la facilidad con la que Ichigo convocaba a esas criaturas de las que tanto le había hablado su padre.

Su padre, el rey, le había contado sobre el regalo de la guerra que Ichigo había heredado de la reina Masaki, pero Kaien no estaba preparado para ver una demostración como la que Ichigo realizó ese día. La reina Masaki le había mostrado un látigo que era increíblemente doloroso e Ichigo le había mostrado un animal, y según su padre, con los años ellos se vuelven más poderosos.

Kaien no estaba seguro de si su padre le había dicho todo lo que sabía sobre el don de la guerra o se estaba guardando los detalles para sí mismo, pero por el momento no era relevante porque Ichigo se había encargado de darle una cátedra que incluía una amenaza tácita.

"Te volverás loco tratando de adivinar cuándo voy a intentar matarte porque ni siquiera podrás confiar en tu sombra".

Y eso era ciertamente aterrador.

Kaien se dijo a sí mismo que debía aprender el idioma del jade lo más rápido que pudiera, no solo porque quería saber más sobre lo que había sido su madre, sino porque quería saber si había algo en ese libro que lo ayudaría a deshacerse de Ichigo y su extraño don.

Todos tenían una debilidad e Ichigo debía tener una.

Lastimar a Rukia no era una opción porque Ichigo había golpeado y amenazado con matar a un rey solo porque ese rey golpeó a Rukia, por lo que lastimarla solo provocaría la ira de Ichigo.

Además, no quería matar o lastimar a Rukia, quería llevársela a la cama.


¡Hola a todos!

Este autor se disculpa por la demora pero aquí está el capítulo.

La razón por la que me demoré en subir el capítulo, además de ir a un evento familiar, fue porque se enlaza el desarrollo de los siguientes capítulos. Además, se avecina un salto de tiempo y tengo que dejar todo en orden.

Creo que eso es todo por ahora.

Saludos a todos los que escriben lindos comentarios y a los que leen en las sombras.


Respondo comentarios:

usaguichan22: ¡Aquí está el nuevo capítulo! Habrá otro más en esta semana :D Lee lo que escribo aquí abajo para mayor detalle.

luciabelenjuan: ¡Disfruta la re-lectura! Lee lo que escribo aquí abajo para mayor detalle.

Kaede Hiwatari Blueriver: Bueno, con tu duda: Isshin decidió que Kaien sería el heredero desde que nació.

No olvides que Isshin estaba, y sigue estando, bajo el embrujo de la madre de Kaien. Creo que en un capitulo lo menciono, sobre lo emocionado que estaba Isshin por su primero hijo, incluso él buscaba el nombre para su primer príncipe o princesa, y él fue quien pidió que se le reconociera a Kaien como hijo legítimo y primogénito para que pudiera heredar el trono.

El antiguo rey dijo "no" e Isshin planeó la muere de su padre varios años después.

Isshin legitimó a Kaien pero lo hizo bajo la promesa a Masaki de que Kaien sería el segundo príncipe.

La alianza de boda de Isshin y Masaki incluía que su hijo, en este caso Ichigo, debía ser el heredero. Todo por razones políticas y por eso hay conflictos y tensión entre Avanta y Vayalat. Las amenazas de atacar no son mentira, solo que le están dando el tiempo a Ichigo para que él mismo luche por lo que es suyo.

Isshin aprovechó que Ichigo se fue a Vayalat y no volvió en como seis o siete años, y usó eso como excusa para nombrar a Kaien heredero porque los concejales estaban presionando.

No puedo decir que Ichigo perdió el trono porque Masaki lo sacó del reino, porque era algo que iba a pasar de todas formas. Ichigo tenía que ir a estudiar a Vayalat así como lo están haciendo Karin y Yuzu.

Y regresando con Kaien y Miyako. Al ser Kaien destinado a ser el segundo príncipe y al ser Masaki quien se encarga del castillo y lo que sucede dentro, ella crió y educó a Kaien; por lo tanto, ella le dijo a Kaien que él se tendría que casar con la chica Kuchiki. Kaien no renegó de ese destino, él estaba muy consciente de eso y, aunque no le gustaba, él lo iba a hacer porque estaba consciente de la situación de su nacimiento.

Kaien le explicó a Miyako todo eso, por eso Miyako menciona en su diario muchas veces a Rukia y los temores que tenía cuando ella llegara.

Toma en cuenta que Ichigo y Kaien se llevan 2 años de diferencia, por lo que cuando Kaien estaba pasando lo de Miyako, Ichigo estaba regresando de la guerra y en esos momentos, la apuesta de que Ichigo era el heredero todavía estaba sobre la mesa.

Creo que eso es todo. Espero no haberte confundido más jeje