N/A: Solo quiero agradecer a todos quienes dejaron un review. Les quiero mucho!!

Algo Inesperado

Capitulo quinto:

"Perdiendo el control"

-"Bien, puede sentarse Kamiya"- con esto Kaoru volvió a su lugar luego de leer lo que el profesor le había indicado, sentía como una mirada gris hacía hoyos en su nuca al sentarse.

-"Kaoru"- la joven volteó un poco para dar a entender que lo había escuchado y tomo el pequeño papel que Kenshin le pasó desde su pupitre, que estaba exactamente detrás del de Sano, que era al lado del de ella. Luego de leer con detenimiento dio un asentimiento con la cabeza. Sano volteó a ver a su hermano al sentir su aura sulfurar, uno prácticamente podía ver el aura de ira alrededor de Aoshi, sentado detrás de Kaoru, clavando su helada mirada gris en la nuca de la joven.

*-*-*

-"Kaoru"- decía el joven pelirrojo tomando una de las pequeñas manos de su novia entre las suyas. - "K."

Kaoru lo silenció apoyando un dedo en sus labios, había decidido que la situación no era justa para alguien como Kenshin, la duda de sus sentimientos -"Kenshin, escúchame."- el joven la miró con atención-"Yo te."

-"Lamento interrumpirlos"

La joven se detuvo en seco, sintió como una corriente helada al oír esa voz.

-"¿Si?, .¿qué se te ofrece, Shinomori?"- preguntó el pelirrojo con su sonrisa característica.

-"Hiko-sensei te busca"- fue la respuesta de Aoshi que observaba al pequeño joven de ojos violetas con una mirada más que gélida.

-"Hai"- volviendo la mirada a la muchacha le dio un beso en la mejilla- "Trataré de librarme de Shisou, mj?"- la joven solo asintió con la cabeza y el adolescente se marchó.

Ojos grises la observaban con una mezcla de enfado, ira y rabia. Aoshi tenía los nervios destrozados por toda la cunfusión que experimentaba, y el ver a la chiquilla con ese maldito pelirrojo no era lo que uno llamaría relajante.

*-*-*

Sus movimientos eran ausentes, casi automáticos. Se descalzó en la entrada y al llegar a la sala arrojó su chaqueta roja del uniforme al sofá, para luego seguirlo el mismo.

-"Ya era hora de que llegaras"- saludó Sano a su hermano saliendo de la cocina con bandeja llena de comida.

-"Cometí una grandísima estupidez"- dijo Aoshi aflojándose la corbata y exhalando un suspiro

*-*-*

-"Aoshi, podrías hacerme un favor?"- como el silencio otorga luego de una pausa la joven continuó-"No podrías excusar a Kenshin de su práctica de Kempo hoy"

Kaoru no quería seguir alargando el asunto, solo se haría más difícil y dolería más. Pero el alto joven no lo entendió así.

-"¿Tanta prisa tienes de volver a verlo?!!"- estalló Aoshi, más furioso que nunca-"Apenas acabas de verlo! Pues no! Lo vas a tener a tu disposición recién mañana, no antes!!"

-"¿Pero, que te pasa?"- la muchacha estaba sorprendida por el arrebato del siempre frío Shinomori

-"¿Qué qué me pasa?"- temblaba de ira mal contenida y tomándola de los hombros la empujó hacia el tronco de un frondoso árbol-"¿Qué no ves lo que me haces?, lo odio"- el tenerla tan cerca le hacía perder el control de sí mismo.

-"¿Pero, que hice yo?"- el sentir la respiración del joven en su rostro la hacía temblar.

No tuvo tiempo de pensar en los motivos por los que se encontraba en tan peculiar escenario pues de la nada unos labios posesivos clamaron los suyos en un beso urgente, desesperado, al cual, luego de la primera impresión, se encontró respondiendo con igual pasión.

Aoshi por su parte estaba fuera de sí, el perfume de jazmín de la chica lo intoxicaba, lo seducía, ya no quería pensar en la locura que estaba haciendo, solo quería que no acabara. Como para no dejarla ir la envolvió en sus brazos. Sabía que lo estaba arriesgando todo, que después se arrepentiría pero en aquel momento no le importó.

No tenía idea de cuanto tiempo permanecieron así. Pero al romper el beso se encontró con la mirada azul de la muchacha llena de preguntas.

-"Mira, yo."- Aoshi estaba tan aturdido como ella-"Maldición!"

Kaoru lo miraba con confusión, su mirada azul atravesando al adolescente. ¿Cómo podía explicar algo que ni siquiera el mismo entendía? Esta era Kaoru, por Dios Santo, la niña con la creció, era casi como una hermana! Se sentía como un pervertido.

-"Arggghh. Maldición!"- de pura rabia golpeó el árbol causando una lluvia de hojas-"Mira, yo. olvídalo, ¿sí?"- se alejó con paso decidido.

La joven estaba demasiado aturdida para atinar a detenerlo o hace algo más que ver su alta figura desaparecer.

-"¿Y no hiciste nada?"- preguntó la futura doctora acariciando la larga y oscura cabellera que cubría su regazo y parte del rostro de Kaoru.

-"No sabía que hacer"- replicó la joven apartando un mechón del rostro. Kaoru había llegado a la casa de Megumi echa un masa de lágrimas. Había muy pocas cosas que pudieran causar tal efecto en la siempre fuerte y autosuficiente muchacha.

-"Debo confesar que nunca hubiera pensado que Aoshi pudiera ser tan impulsivo"- reflexionaba la elegante joven-"Aunque probablemente siendo tan frío, como te quiere demasiado no debe saber muy bien como actuar"

Kaoru negó con la cabeza y ahogó un sollozo.

-"No es eso, te lo digo por lo que pasó después"

Solo luego de un tiempo Kaoru volvió en sí y salió a buscar a su vecino de toda la vida. Lo encontró dando la vuelta al edificio, pero se detuvo en seco.

-"Aoshi-sama"- lo saludó la pequeña joven con una sonrisa- "Es una lástima que no hayas aceptado.

-"de acuerdo"

-"¿Que?"

-"Que saldré contigo"

Ya no quiso escuchar más, ni siquiera le importó que él se diera la vuelta y la viera. Simplemente salió corriendo.

-"¿QUÉ?!!"- los ojos normalmente de un cálido castaño reflejaban una mirada asesina-"Aoshi, eres mi hermano y todo, por lo cual te quiero y eso. Pero a veces eres un IDIOTA con todas las letras, ¿sabes?"

-"Si, lo sé"- se pasó la mano por el lacio pelo oscuro-"Incluso Mikamachi me lo dijo"

-"Mira, Aoshi"- la voz seria de la normalmente feliz y escandalosa chica lo hizo volver la cabeza a mirarla-"Eres sin duda alguna el tipo más apuesto que he visto, pero a veces eres tan. obtuso"- enormes ojos verdes lo miraban con reproche-"Hace tiempo me di cuenta de que sientes algo más que amistad por Kamiya. Y no es justo hacerle algo así"- y como el alto joven se disponía a replicar algo, Misao continuó enseguida-"ah ah, aun no he terminado, la persona más importante con la que debes ser honesto es contigo mismo. Eso lo aprendì justo a tiempo. Y a veces la persona que quieres está justo a tu lado y no te das cuenta hasta que es demasiado tarde. No dejes que eso te pase, casi me pasa a mi"- la mirada de la joven se suavizó al recuerdo de un rostro siempre sonriente.-"Bueno, me tengo que ir"

Aoshi quedó ahí viendo la nada hasta que llegó Hanya a informarle que debía cambiarse para la práctica de Kempo.

-"Bueno, pues debo decir que la Comadreja tiene razón"

-"No quiero pensar más en eso. Recibí ya varios golpes en Kempo por no estar concentrado"- masajeaba con persistencia su frente a la vez que se disponía ya a dijirse al baño.

-"Tienes que hablar con Jou-chan"- decía Sano desde su lugar en el sofá- "Ambos sabemos que lo que sientes por ella no es. como lo llamaste, 'hormonal'"

Un gruñido fue toda su respuesta.

*-*-*

-"Pues entonces, cada vez entiendo menos al cubo de hielo"- Megumi miraba fijamente a la joven que ahora se hallaba apoyando la frente al frío cristal de la ventana-"Aunque aun creo que deberías hablar con él y tambien.

-"Con Kenshin. lo sé"- terminó la pequeña muchacha. El cristal reflejaba su mirada azur llena de tristeza y preocupación.-"¿Puedo quedarme hoy aquí?"

-"Por supuesto Kao-chan"

-"Mañana hablaré con Kenshin a primera hora"

*-*-*

El agua tibia golpeaba sus hombros y pegaba su oscura melena a su rostro apuesto. Los brazos apoyados a la pared, con los fuertes músculos tensos. Tenía la mirada gris fija en el agua que se iba por el drenaje, como si esta pdiera darle las respuestas que buscaba. ¿Desde cuando había empezado a sentirse así? No lo sabía, tal vez desde siempre. La imagen de una pequeña niña de brillantes ojos azules mirándolo desde el suelo, en el cual tenía apresado a un Sanosuke de unos siete años, cruzó su mente, junto otras más:

*Una Kaoru de diez años con un dedo sobre los labios, indicando que no hicieran ruido. La mirada con brillo travieso. El pobre chico, aquel que siempre andaba molestándola a ella y Yahiko, no supo que le pasó hasta que cayó de la cama y vió que lo tanto le había asustado era una enorme araña. El pobre aun temblaba a la mención de la mascota favorita de Kaoru. Patitas.

Una media sonrisa se dibujó en su rostro al recuerdo.

*Ojos azules brillantes de lágrimas al mostrarle su intento de hacerle un pastel de cumpleaños. La cocina aun mostraba marcas de aquel intento.

*Kaoru corriendo tras Yahiko y Sano con su siempre presente bokken.

*Una mano en su hombro en el funeral de su padre, su mirada diciendole que estaría ahí para él siempre.

*lágrimas mojando su camisa el día del accidente en que perdió a sus padres

Dias y dias de sonrisas, travesuras, diversión, tristezas, lágrimas, apoyo, confianza y cariño, pasaron en su mente. En todos estaba ella, complementándolo. ¿Cómo no lo había visto antes? Simple, no lo había querido ver. El poder sentir tanto por alguien lo asustaba.

*-*-*

Ya acostada y sin poder dormir, ojos azules miraban el techo, intentando resolver el embrollo en que se había metido. Creyó querer de verdad a Kenshin, aunque si es cierto que apreciaba al dulce pelirrojo, ahora se daba cuenta de que no lo amaba. Su corazón estaba en otro lado, desde hacía tiempo.

*Sanosuke la había molestado tanto aquel día que terminarón peleando hasta que lo apresó entre el piso y ella. Una voz llamó su atención, al alzar la cabeza se encontró con una gélida mirada gris. Primero habían discutido y luego terminaron merendando juntos, cortesía de la madre de ellos.

*un hermoso ramo de jazmines como regalo de cumpleaños.

*Un Aoshi de unos diez años llevándola de la mano con la remera hecha trizas y un ojo morado por haberla defendido de unos chicos que siempre abusaban de los más pequeños.

*Aoshi intentando evitar que Sano se comiera toda la comida para el picnic que planeaban hacer sus familias. Lanzaba rayos por los ojos.

*Ambos saliendo de la mano de la primera visita que hizó a la tumba de su padre

*La noche en que se enteró del accidente de sus padres. La sostuvo tada la noche, consolándola.

Tantos eran los recuerdos que tenían juntos, que dudaba que hubiera habido un solo momento en su vida en el que él no estuviera presente, en carne y hueso o en espíritu. Siempre acompañándola, en las buenas y en las malas. Siendo parte de ella misma. Se levantó de golpe, era como si un rayo la hubiera atravesado, todo tenía sentido de pronto. Desde el hormigueo que la recorría al sentirlo cerca hasta esa sensación en el fondo del estómago al verlo con otra. Lo amaba, más que nada en el mundo.

*-*-*

-"Sou-chan?"- inquirió Misao jugando con su larga trenza

-"Hai"- la veía con atención

-"¿Por qué nunca dijiste antes lo que sentías?"

Una sonrisa se dibujó en su rostro.

-"Temía perderte"

-"Tontito, nunca me vas a perder"- respondió la joven fijano su mirada verde en la azul de él

-"Eso lo sé ahora"- dijo apartándo un mechon del rostro de Misao y apoyando su frente con la suya-"Te quiero"

-"Yo también, te quiero Sou-chan"- un suave rubor subió a su rostro al unir sus labios en un beso que dejó a ambos sin aliento.

N/A: Y.? Que opinan?