-Me muero... Esto es... agotador-.
-Venga Ginny no te quejes, tu decidiste aceptar ese trabajo.
-Ya lo sé Herm, ya decía yo que era demasiado dinero solos por cuidar a un niño por unas horas.
-Pero a ver Gin, ¿por qué es tan agotador?-, preguntó Hermione mientras le ponía delante un gran helado de vainilla con trocitos de chocolate.
-Oh, me salvas la vida-, contestó Ginny metiendo la cuchara rápidamente en la copa. -Como te iba diciendo... Ese niño tienes más clases que tu cuando estábamos en Hogwarts. Tengo órdenes de despertarlo al pobrecillo a las siete de la mañana. Lo meto en la ducha, se viste el solo y a trabajar. A las ocho el profesor de escritura. A las nueve el profesor de lectura. A las diez el profesor de trabajos manuales. A las once un aperitivo... A las doce la profesora que lo enseña a comportarse en público.
-Vaya, y eso que solo tiene tres años. Debe de estar tan cansado el niño.
-¡Y con razón! Luego el almuerzo, asqueroso he de decir, le obligan a comer acelgas, espinacas... A este paso se me convierte en herbívoro.
-¡No seas bruta Gin!
-No exagero de verdad. Después, de dos de la tarde a cuatro se supone que debería de repasar lo estudiado por la mañana... pero yo le dejo dormir la siesta.
-Si Malfoy se enterara...
-¿Malfoy? Llevo una semana trabajando en esa casa y aún no le he visto el pelo desde el primer día. No desayuna con el niño, no almuerza con el niño y no cena con el niño. Me da tanta pena ese pequeño Herm, siempre tan solo, tan necesitado de cariño. Si lo vieras... es igual a su padre, pero a la vez, es todo lo contrario-, decía Ginny mientras terminaba de comerse su segundo helado.
-Creo que le estás cogiendo demasiado cariño a ese niño, y sabes que eso no es bueno. Después de todo, ese es tu trabajo.
-Es imposible no cogerle cariño de veras. Un día te lo llevaré al centro para que lo conozcas. Claro que... no se como reaccionaría con más niños a su alrededor, según tengo entendido, no le permiten salir a la calle, ¡ni siquiera un paseo por el parque!
-¡Vaya! ¡Eso es terrible!-, se rió Hermione.
-No te burles Herm, parece más un prisionero que un niño de tres años. Bueno, cambiemos de tema y dejemos de comer helado.
-¡Pero si eres tu la que lleva tres copas!
-Calla que tengo que cuidar la línea... A ver, ¿cómo te va en el centro? ¿Algún problema?
-Oh no, todo va perfectamente bien. Los niños te echan mucho de menos pero... por suerte los padres aún no se me han echado encima.
-Oye, ¿y qué tal lo hace Mariah?
-Estupendamente. Y es algo extraño... nunca ha tenido contacto con niños a pesar de que es tu prima y una Weasley por derecho pero lo hace muy bien. Me has buscado una buena ayudante Gin.
-Si, es buena chica. Fue terrible aquello que le sucedió... todos temimos por su estado pero gracias a la ayuda de Oliver y a su empeño por salir adelante se recuperó de aquel accidente.
-¿Crees que podrá volver a jugar al Quidditch?-, peguntó Hermione.
-No se sabe aún, pero quizás Oliver y ella tengan otros planes, ya sabes...
-Que suerte, casarse con alguien como Oliver Wood y ser una de las mejores jugadoras de Quidditch de la historia junto con su marido.
-Bueno me alegro de que todo vaya bien. Ahora... debo de volver a la casa. ¡Tan agotador...!
-Pero si no haces nada comparado con lo que trabajabas en el centro. Mientras el niño toma sus clases tu estás libre casi toda la mañana.
-Es agotador estar aburrida todo el día te lo aseguro.
-¿Y la madre?
-Ni idea, parece un fantasma, todo el día escondida en la habitación. Tengo ganas de conocer a la gran esposa del señor Malfoy.
-¡No dejes de contarme las novedades!-,gritó Hermione a través del cristal cuando la pelirroja ya salía de la cafetería.
:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::: :::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
-¡Pero Harry hombre! Ya te dije que tienes que poner el reloj así...-, decía Ron por quinta vez consecutiva.
-Estos inventos mágicos no están hechos para mi. Oye Ron-, contestó Harry soltando el reloj mágico que les permitía ver lo que había hecho el propietario del reloj a cada hora del día.
-¿Um?-, preguntó Ron.
-Ya sé que te lo he dicho muchas veces pero... Gracias por conseguirme este trabajo.
-No tiene importancia Harry, de veras. Es una pena que Sirius no pudiera ayudarte en esto.
-No Ron, que mi padrino sea el Ministro no implica que tenga el que buscarme un trabajo, quiero ser útil por mi mismo. Aunque parece que aún no consigo nada...
-Parece mentira que Sirius esté donde está ahora después de todo lo que pasó...-, recordó Ron.
-Y que lo digas Ron. Todos aquellos años en Azkaban, todo ese tiempo huyendo a pesar de que era inocente, toda la lucha contra Voldemort cuando al fin estuvo libre... Se merecía ese puesto.
-Aún recuerdo aquel día como si fuera ayer. Albus, Severus, Minerva, Sirius, Remus, Arabella... contra los mortífagos, contra ellos y contra Voldemort.
-Y tu, Hermione, yo... Y Malfoy. Y yo, el niño que vivió, no pude impedir que Albus y Minerva murieran en aquella batalla.
-Harry deja de culparte por eso. Teníamos diecisiete años y por mucho que lo intentamos no hubiéramos podido hacer nada.
-¿Sabes lo que supuso para mi enterarme de que Malfoy, mi peor enemigo, pertenecía en realidad a nuestro grupo? A la Orden del Fénix... un espía a las órdenes de Dumbledore. Recuerdo... cuando Voldemort, Minerva y Albus desaparecieron, los mortífagos aún seguían atacando el castillo.
-Los alumnos huían, gritaban, los más pequeños lloraban aterrorizados-, continuó Ron. -Gran parte del castillo ardía en llamas...
-Y llegó el. Draco Malfoy. Llegó y salvo a Sirius de morir a manos de uno de los dementores que pertenecía al bando de Voldemort. Llegó y salvó a Arabella de aquella giganta que intentó pisarla, salvó a Severus de ese maleficio... Y nos salvó, a todos nosotros-, decía Harry.
-Y desapareció. Se marchó del país aún cuando todo el reconocimiento del mundo mágico iría dirigido a él.
-Y tres años después apareció y encarceló a su padre y continua encarcelando a todos los antiguos mortífagos que participaron en esa maldita batalla.
-Y ahora tiene un hijo, es multimillonario, se casó con quien sabe quien y vive feliz comiendo langosta cada día-, concluyó Ron. -Parece que todo acabó bien. Sirius y Sheila se casaron y tuvieron a Robert y a Mar. Tenemos a Severus que vive felizmente con Paula y...¿como eran?-.
-Anna, John, Jasón y Jane. Luego Remus encontró la cura a su licantropía y vive feliz con su esposa Patricia y los mellizos Diana y Arthur. Hermione y yo esperamos a nuestro hijo y...
-Y yo soy el único que no tiene una familia-,dijo Harry sonriendo con tristeza. -¿Sabes? Quizás algún día debiéramos visitar a Malfoy...
-Después de todo... el nos salvó. Un día de estos...
-Si... algún día-, susurró Harry.
:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::: :::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
-¡Vamos Eric! ¡Es la hora del baño!-, gritaba Ginny mientras corría tras el niño por todo el salón.
-Ya me bañé esta mañana Tammy. ¡No quiero más!
-Un momento, paz, hagamos una tregua. Antes que nada... ¿Cómo me vas a llamar? ¿Nanny, Pamy, Sammy, Mandy, Tammy?
-Está bien... ¡Amy!-, contestó el pequeño entre carcajadas.
-Bien, como quieras... ¡Pero ven aquí!-, gritó Ginny mientras se tiraba en el gran sofá de piel encima del pequeño.
-¡Ay! ¡No! ¡Cosquillas no, por favor!-, decía Eric entre carcajadas.
-¿Cómo me llamo?-, preguntaba Ginny mientras le sujetaba los pies y le hacia cosquillas.
-¡Ginny, Ginny, Ginny!
-Así está mejor-, contestó la pelirroja con una sonrisa soltando al niño y sentándose en el suelo junto a Eric que seguía riendo.
-Estas loca-, dijo el rubio mientras Ginny le apartaba el pelo de la cara.
-Oh vaya, ahora me toman por loca. Muy bien, muy bien.
-¡Pero me gusta que seas loca!-, contestó Eric revolviéndole el pelo a la joven con su pequeña manita.
-Tu si que estás loco pequeño. Ven aquí y dame un abrazo anda.
Si, Hermione tenía razón. Le estaba cogiendo demasiado cariño a ese niño, pero le reconfortaba tanto verlo sonreír...
-¿Qué está pasando aquí?-, dijo una voz desde la puerta del salón.
-¡Señor!-, exclamó Ginny mientras que se levantaba, se colocaba bien la falda, el pelo y cogía al niño del suelo. Todo ello en décimas de segundo.
-¿Ocurre algo, señorita Weasley?-, preguntó Draco con una dura mirada.
-Oh no, no señor, todo va estupendamente-, contestó Ginny con una sonrisa nerviosa que desapareció de su rostro al ver la gélida mirada que le dirigió al pequeño.
-Alexander, ve a tu habitación. Son las ocho. A las nueve es la cena y ya tendrías que estar bañado.
-Pero papi, yo me bañé esta mañana y...
-Ve a tu habitación. Ahora-, contestó Draco con rudeza, bajo la mirada reprochadora de la pelirroja. -Y usted acompáñeme a mi despacho-, se dirigió a Ginny una vez que el niño hubo abandonado la habitación y subía las escaleras con una extraña expresión en el rostro.
Ginny se sorprendió al ver esa misma expresión que tantas veces había surcado el rostro del señor Malfoy mucho tiempo atrás.
-Dígame señor.
-¿Por qué no está bañado el niño?-, preguntó mientras se sentaba en su lujosa mesa con una copa de licor en la mano y miraba a la pelirroja fijamente a los ojos, la cual lejos de acobardarse se enfrentó a él.
-Eso iba a hacer cuando usted llegó.
-Creo recordar que estaba usted tirada en el suelo encima del niño en una actitud no muy apropiada.
-Perdone señor, solo le estaba dando un abrazo. ¿Sabe usted que es un abrazo cierto?-, añadió con ironía.
-Perfectamente. Bien, Frederic me dijo que tenía usted algo que comentarme.
-Si señor. Iba a preguntarle si tiene algún hueco en su agenda, para que se reúna con su hijo ya sabe. Una vez a la semana quizás...
-No me gustan las ironías señorita Weasley. Mi trabajo no me permite estar en casa todo el día.
-Una cosa es estar ocupado con el trabajo y otra cosa es no ver a su hijo desde hace siete días. Y encima ahora usted lo ve y lo manda a su habitación.
-¿Tiene usted algún problema respecto al trato que le doy a mi hijo?-, dijo marcando con énfasis la palabra "mi".
-Ahora que lo dice, sí. ¿Por qué es tan duro con él?
-No permitiré que se convierta en un niño malcriado, recibirá la mejor educación posible hasta que cumpla los once años. A partir de ahí, tendrá el mundo mágico a sus pies.
-Pero señor, tiene tres años. Dele gracias a Dios de que Eric sea más inteligente de lo normal. No puede agobiarlo de esa manera, tiene que tener una infancia para que cuando tenga su edad pueda mirar hacia atrás y recordarlo todo con felicidad-, contestó Ginny con furia.
-Usted está aquí para cuidar del niño en sus ratos libres y para cumplir mis órdenes tal y como yo se las dicto, nada más. Respecto a lo otro, yo miro hacia atrás y no veo nada y fíjese hasta donde he llegado.
-¿Para qué tantas clases?
-Será una persona culta.
-Tiene tres años, duerme en la habitación más lejana de la casa, no tiene juguetes y está sometido todo el día a una presión que ni yo tuve a los veinte años. ¿Ve usted eso normal?
-No veo que inconvenientes hay. ¿Algo más?-, preguntó Draco con indiferencia.
-No señor-, contestó Ginny pensando para si misma en las mil y una formas para asesinar a un Malfoy. -Bueno si. ¿Cuándo conoceré a su madre? Necesito comentarle algunas cosas sobre el niño. Cosas de mujeres.
Ginny sabía que antes la menor mención del tema "cosas de mujeres", los hombres se echaban a temblar.
-Louise podrá...
-He dicho su madre no la cocinera.
-Bien. Venga conmigo.
-¿Ahora?
-¿No tiene tanto interés en conocer a mi esposa?
-Claro claro, voy señor.
Recorrieron un largo pasillo de la planta baja hasta llegar a una puerta donde Draco se detuvo.
-Entre-, le dijo a Ginny.
Ginny llamó a la puerta y pidió permiso para entrar. Una débil voz le susurró: "Adelante", y la pelirroja entró en la habitación. Al principio le costó trabajo que sus ojos se acostumbraran a la penumbra que reinaba en la habitación. Se acercó a la cama casi a tientas hasta que una suave luz iluminó parte de la habitación mostrándole una escuálida figura que reposaba en la cama. Bajo la débil luz pudo distinguir a una joven más o menos de su misma edad pero extremadamente pálida y delgada. El pelo dorado y rizado se extendía por toda la almohada y unos grandes ojos negros se posaron sobre ella.
-Tu eres Virginia, ¿cierto?-, preguntó la mujer con voz apagada.
Un escalofrío recorrió el cuerpo de la pelirroja. Esos ojos, ese rostro, esa forma de hablar... todo le recordaba terriblemente a alguien. Pero por más que buscaba en su cerebro, no lograba encontrar a la persona que tanto le recordaba aquella débil mujer.
-Si señora-, susurró Ginny, temerosa de lastimar los oídos de esa criatura tan frágil que la tenía tan fascinada solo con el hecho de levantar la voz.
-Llámame Diane por favor-, contestó la joven con una sonrisa que dejó mostrar sus dientes blancos y perfectos. -Draco, ven, vamos.
Draco que permanecía apoyado en el umbral de la puerta se acercó hasta la cama y se sentó en una cómoda silla cogiendo la frágil mano de su esposa entre las suyas.
-Perdona a mi marido Virginia. A veces es demasiado exigente con Alexander...-, consiguió decir antes de que un ataque de tos la interrumpiera.
-Tranquila Diane, respira, así... vamos, relájate-, decía Draco que sujetaba a su esposa entre sus brazos ante la mirada asombrada de Ginny.
-Perdona... a veces esta tos insoportable-, dijo Diane una vez que se hubo reestablecido.
-Puedo volver en otro momento, cuando usted se encuentre mejor quiero decir. No quiero molestarla Diane.
-Oh no, no molestas. Hace mucho que no hablo con nadie que no sea Draco o Frederic.
-Bueno Diane, debo comentar algunas cosas con la señorita Weasley-, interrumpió Draco. -Vuelvo luego-, dijo dándole un suave beso en la frente.
-Adiós Virginia, ven a visitarme cuando quieras. Todo el día aquí sola...
-No se preocupe, vendré a hablar con usted-, contestó Ginny con una sonrisa.
-Supongo que habrá usted visto las condiciones en las que se encuentra mi esposa-, dijo Draco una vez que estaban en el pasillo, cambiando la actitud totalmente.
-¿Es grave señor?
-Le queda un mes de vida-, contestó el joven con la mirada perdida.
:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::: :::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Bueno, este es muy largo me parece Ô.Ô... Ala, ya hasta la semana que viene ^^UU Bueno Mari que ya estas ahi en el fic, ara me dejas review no seas warra ¬¬.... xD Venga voy a contestar a los reviews, muchas gracias por vuestras opiniones! ^^
Kitiara: Chi yo tambien tuve experiencias traumaticas con mis niñeras Ô.Ô... Draco tiene que ser muuuuuuy estirado... pero poco a poco ira cambiando no te preocupes :P Lo de la magia... es parte de la trama tranquilidad todos xD Gracias por tu opinión ^^
Jeru: ¡Si! ¡D/G al poder! XDD Gracias x el review ^^
Mayu: Oye tuuu el Eomer MIOOO!!! XDD Asias por el review warraaaa ^^ Muaaajajajaaaa aqui de adelantos na xD (muaaaaajajajaaaa)
Ly: weeee calla que me gusta ese nombre *____*.... Si ese le via pone yo a mi futuro hijo xDDD Claro el niño se tiene que parece a mi Drakito ^^UUU Me alegro que te guste loki :P besos ^^
Vicu-malfoy: Si hija a mi tambien me gustaria eso de que fuera mi novio *____*... lastima que no exista xD Y lo de duro... es parte de la trama ^^UUU Lo de la magia ya lo explicare en el capi 6 o por ahi tranquilidad xD
Estrella de la Tarde: Muaaajajajaaaaaa siii fuera magia!!!! XDDDD k mala soy ^^UUU Sip lo siento odio a Harry xD, weno intentare no ponerlo mu mal al chaval....(no prometo nadaaaa ^^UUU) Lalaaaa....^^UU... x ahora mu comprometio no pero bueno ya vere que hago jus jus ^^UUU....besossss ^^
Minaro: Sip.... aunque pensándolo bien a lo mejor me quedo con Eric yo cuando tenga los 14 xDD Asias por el review me alegro que te guste :P
-Venga Ginny no te quejes, tu decidiste aceptar ese trabajo.
-Ya lo sé Herm, ya decía yo que era demasiado dinero solos por cuidar a un niño por unas horas.
-Pero a ver Gin, ¿por qué es tan agotador?-, preguntó Hermione mientras le ponía delante un gran helado de vainilla con trocitos de chocolate.
-Oh, me salvas la vida-, contestó Ginny metiendo la cuchara rápidamente en la copa. -Como te iba diciendo... Ese niño tienes más clases que tu cuando estábamos en Hogwarts. Tengo órdenes de despertarlo al pobrecillo a las siete de la mañana. Lo meto en la ducha, se viste el solo y a trabajar. A las ocho el profesor de escritura. A las nueve el profesor de lectura. A las diez el profesor de trabajos manuales. A las once un aperitivo... A las doce la profesora que lo enseña a comportarse en público.
-Vaya, y eso que solo tiene tres años. Debe de estar tan cansado el niño.
-¡Y con razón! Luego el almuerzo, asqueroso he de decir, le obligan a comer acelgas, espinacas... A este paso se me convierte en herbívoro.
-¡No seas bruta Gin!
-No exagero de verdad. Después, de dos de la tarde a cuatro se supone que debería de repasar lo estudiado por la mañana... pero yo le dejo dormir la siesta.
-Si Malfoy se enterara...
-¿Malfoy? Llevo una semana trabajando en esa casa y aún no le he visto el pelo desde el primer día. No desayuna con el niño, no almuerza con el niño y no cena con el niño. Me da tanta pena ese pequeño Herm, siempre tan solo, tan necesitado de cariño. Si lo vieras... es igual a su padre, pero a la vez, es todo lo contrario-, decía Ginny mientras terminaba de comerse su segundo helado.
-Creo que le estás cogiendo demasiado cariño a ese niño, y sabes que eso no es bueno. Después de todo, ese es tu trabajo.
-Es imposible no cogerle cariño de veras. Un día te lo llevaré al centro para que lo conozcas. Claro que... no se como reaccionaría con más niños a su alrededor, según tengo entendido, no le permiten salir a la calle, ¡ni siquiera un paseo por el parque!
-¡Vaya! ¡Eso es terrible!-, se rió Hermione.
-No te burles Herm, parece más un prisionero que un niño de tres años. Bueno, cambiemos de tema y dejemos de comer helado.
-¡Pero si eres tu la que lleva tres copas!
-Calla que tengo que cuidar la línea... A ver, ¿cómo te va en el centro? ¿Algún problema?
-Oh no, todo va perfectamente bien. Los niños te echan mucho de menos pero... por suerte los padres aún no se me han echado encima.
-Oye, ¿y qué tal lo hace Mariah?
-Estupendamente. Y es algo extraño... nunca ha tenido contacto con niños a pesar de que es tu prima y una Weasley por derecho pero lo hace muy bien. Me has buscado una buena ayudante Gin.
-Si, es buena chica. Fue terrible aquello que le sucedió... todos temimos por su estado pero gracias a la ayuda de Oliver y a su empeño por salir adelante se recuperó de aquel accidente.
-¿Crees que podrá volver a jugar al Quidditch?-, peguntó Hermione.
-No se sabe aún, pero quizás Oliver y ella tengan otros planes, ya sabes...
-Que suerte, casarse con alguien como Oliver Wood y ser una de las mejores jugadoras de Quidditch de la historia junto con su marido.
-Bueno me alegro de que todo vaya bien. Ahora... debo de volver a la casa. ¡Tan agotador...!
-Pero si no haces nada comparado con lo que trabajabas en el centro. Mientras el niño toma sus clases tu estás libre casi toda la mañana.
-Es agotador estar aburrida todo el día te lo aseguro.
-¿Y la madre?
-Ni idea, parece un fantasma, todo el día escondida en la habitación. Tengo ganas de conocer a la gran esposa del señor Malfoy.
-¡No dejes de contarme las novedades!-,gritó Hermione a través del cristal cuando la pelirroja ya salía de la cafetería.
:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::: :::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
-¡Pero Harry hombre! Ya te dije que tienes que poner el reloj así...-, decía Ron por quinta vez consecutiva.
-Estos inventos mágicos no están hechos para mi. Oye Ron-, contestó Harry soltando el reloj mágico que les permitía ver lo que había hecho el propietario del reloj a cada hora del día.
-¿Um?-, preguntó Ron.
-Ya sé que te lo he dicho muchas veces pero... Gracias por conseguirme este trabajo.
-No tiene importancia Harry, de veras. Es una pena que Sirius no pudiera ayudarte en esto.
-No Ron, que mi padrino sea el Ministro no implica que tenga el que buscarme un trabajo, quiero ser útil por mi mismo. Aunque parece que aún no consigo nada...
-Parece mentira que Sirius esté donde está ahora después de todo lo que pasó...-, recordó Ron.
-Y que lo digas Ron. Todos aquellos años en Azkaban, todo ese tiempo huyendo a pesar de que era inocente, toda la lucha contra Voldemort cuando al fin estuvo libre... Se merecía ese puesto.
-Aún recuerdo aquel día como si fuera ayer. Albus, Severus, Minerva, Sirius, Remus, Arabella... contra los mortífagos, contra ellos y contra Voldemort.
-Y tu, Hermione, yo... Y Malfoy. Y yo, el niño que vivió, no pude impedir que Albus y Minerva murieran en aquella batalla.
-Harry deja de culparte por eso. Teníamos diecisiete años y por mucho que lo intentamos no hubiéramos podido hacer nada.
-¿Sabes lo que supuso para mi enterarme de que Malfoy, mi peor enemigo, pertenecía en realidad a nuestro grupo? A la Orden del Fénix... un espía a las órdenes de Dumbledore. Recuerdo... cuando Voldemort, Minerva y Albus desaparecieron, los mortífagos aún seguían atacando el castillo.
-Los alumnos huían, gritaban, los más pequeños lloraban aterrorizados-, continuó Ron. -Gran parte del castillo ardía en llamas...
-Y llegó el. Draco Malfoy. Llegó y salvo a Sirius de morir a manos de uno de los dementores que pertenecía al bando de Voldemort. Llegó y salvó a Arabella de aquella giganta que intentó pisarla, salvó a Severus de ese maleficio... Y nos salvó, a todos nosotros-, decía Harry.
-Y desapareció. Se marchó del país aún cuando todo el reconocimiento del mundo mágico iría dirigido a él.
-Y tres años después apareció y encarceló a su padre y continua encarcelando a todos los antiguos mortífagos que participaron en esa maldita batalla.
-Y ahora tiene un hijo, es multimillonario, se casó con quien sabe quien y vive feliz comiendo langosta cada día-, concluyó Ron. -Parece que todo acabó bien. Sirius y Sheila se casaron y tuvieron a Robert y a Mar. Tenemos a Severus que vive felizmente con Paula y...¿como eran?-.
-Anna, John, Jasón y Jane. Luego Remus encontró la cura a su licantropía y vive feliz con su esposa Patricia y los mellizos Diana y Arthur. Hermione y yo esperamos a nuestro hijo y...
-Y yo soy el único que no tiene una familia-,dijo Harry sonriendo con tristeza. -¿Sabes? Quizás algún día debiéramos visitar a Malfoy...
-Después de todo... el nos salvó. Un día de estos...
-Si... algún día-, susurró Harry.
:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::: :::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
-¡Vamos Eric! ¡Es la hora del baño!-, gritaba Ginny mientras corría tras el niño por todo el salón.
-Ya me bañé esta mañana Tammy. ¡No quiero más!
-Un momento, paz, hagamos una tregua. Antes que nada... ¿Cómo me vas a llamar? ¿Nanny, Pamy, Sammy, Mandy, Tammy?
-Está bien... ¡Amy!-, contestó el pequeño entre carcajadas.
-Bien, como quieras... ¡Pero ven aquí!-, gritó Ginny mientras se tiraba en el gran sofá de piel encima del pequeño.
-¡Ay! ¡No! ¡Cosquillas no, por favor!-, decía Eric entre carcajadas.
-¿Cómo me llamo?-, preguntaba Ginny mientras le sujetaba los pies y le hacia cosquillas.
-¡Ginny, Ginny, Ginny!
-Así está mejor-, contestó la pelirroja con una sonrisa soltando al niño y sentándose en el suelo junto a Eric que seguía riendo.
-Estas loca-, dijo el rubio mientras Ginny le apartaba el pelo de la cara.
-Oh vaya, ahora me toman por loca. Muy bien, muy bien.
-¡Pero me gusta que seas loca!-, contestó Eric revolviéndole el pelo a la joven con su pequeña manita.
-Tu si que estás loco pequeño. Ven aquí y dame un abrazo anda.
Si, Hermione tenía razón. Le estaba cogiendo demasiado cariño a ese niño, pero le reconfortaba tanto verlo sonreír...
-¿Qué está pasando aquí?-, dijo una voz desde la puerta del salón.
-¡Señor!-, exclamó Ginny mientras que se levantaba, se colocaba bien la falda, el pelo y cogía al niño del suelo. Todo ello en décimas de segundo.
-¿Ocurre algo, señorita Weasley?-, preguntó Draco con una dura mirada.
-Oh no, no señor, todo va estupendamente-, contestó Ginny con una sonrisa nerviosa que desapareció de su rostro al ver la gélida mirada que le dirigió al pequeño.
-Alexander, ve a tu habitación. Son las ocho. A las nueve es la cena y ya tendrías que estar bañado.
-Pero papi, yo me bañé esta mañana y...
-Ve a tu habitación. Ahora-, contestó Draco con rudeza, bajo la mirada reprochadora de la pelirroja. -Y usted acompáñeme a mi despacho-, se dirigió a Ginny una vez que el niño hubo abandonado la habitación y subía las escaleras con una extraña expresión en el rostro.
Ginny se sorprendió al ver esa misma expresión que tantas veces había surcado el rostro del señor Malfoy mucho tiempo atrás.
-Dígame señor.
-¿Por qué no está bañado el niño?-, preguntó mientras se sentaba en su lujosa mesa con una copa de licor en la mano y miraba a la pelirroja fijamente a los ojos, la cual lejos de acobardarse se enfrentó a él.
-Eso iba a hacer cuando usted llegó.
-Creo recordar que estaba usted tirada en el suelo encima del niño en una actitud no muy apropiada.
-Perdone señor, solo le estaba dando un abrazo. ¿Sabe usted que es un abrazo cierto?-, añadió con ironía.
-Perfectamente. Bien, Frederic me dijo que tenía usted algo que comentarme.
-Si señor. Iba a preguntarle si tiene algún hueco en su agenda, para que se reúna con su hijo ya sabe. Una vez a la semana quizás...
-No me gustan las ironías señorita Weasley. Mi trabajo no me permite estar en casa todo el día.
-Una cosa es estar ocupado con el trabajo y otra cosa es no ver a su hijo desde hace siete días. Y encima ahora usted lo ve y lo manda a su habitación.
-¿Tiene usted algún problema respecto al trato que le doy a mi hijo?-, dijo marcando con énfasis la palabra "mi".
-Ahora que lo dice, sí. ¿Por qué es tan duro con él?
-No permitiré que se convierta en un niño malcriado, recibirá la mejor educación posible hasta que cumpla los once años. A partir de ahí, tendrá el mundo mágico a sus pies.
-Pero señor, tiene tres años. Dele gracias a Dios de que Eric sea más inteligente de lo normal. No puede agobiarlo de esa manera, tiene que tener una infancia para que cuando tenga su edad pueda mirar hacia atrás y recordarlo todo con felicidad-, contestó Ginny con furia.
-Usted está aquí para cuidar del niño en sus ratos libres y para cumplir mis órdenes tal y como yo se las dicto, nada más. Respecto a lo otro, yo miro hacia atrás y no veo nada y fíjese hasta donde he llegado.
-¿Para qué tantas clases?
-Será una persona culta.
-Tiene tres años, duerme en la habitación más lejana de la casa, no tiene juguetes y está sometido todo el día a una presión que ni yo tuve a los veinte años. ¿Ve usted eso normal?
-No veo que inconvenientes hay. ¿Algo más?-, preguntó Draco con indiferencia.
-No señor-, contestó Ginny pensando para si misma en las mil y una formas para asesinar a un Malfoy. -Bueno si. ¿Cuándo conoceré a su madre? Necesito comentarle algunas cosas sobre el niño. Cosas de mujeres.
Ginny sabía que antes la menor mención del tema "cosas de mujeres", los hombres se echaban a temblar.
-Louise podrá...
-He dicho su madre no la cocinera.
-Bien. Venga conmigo.
-¿Ahora?
-¿No tiene tanto interés en conocer a mi esposa?
-Claro claro, voy señor.
Recorrieron un largo pasillo de la planta baja hasta llegar a una puerta donde Draco se detuvo.
-Entre-, le dijo a Ginny.
Ginny llamó a la puerta y pidió permiso para entrar. Una débil voz le susurró: "Adelante", y la pelirroja entró en la habitación. Al principio le costó trabajo que sus ojos se acostumbraran a la penumbra que reinaba en la habitación. Se acercó a la cama casi a tientas hasta que una suave luz iluminó parte de la habitación mostrándole una escuálida figura que reposaba en la cama. Bajo la débil luz pudo distinguir a una joven más o menos de su misma edad pero extremadamente pálida y delgada. El pelo dorado y rizado se extendía por toda la almohada y unos grandes ojos negros se posaron sobre ella.
-Tu eres Virginia, ¿cierto?-, preguntó la mujer con voz apagada.
Un escalofrío recorrió el cuerpo de la pelirroja. Esos ojos, ese rostro, esa forma de hablar... todo le recordaba terriblemente a alguien. Pero por más que buscaba en su cerebro, no lograba encontrar a la persona que tanto le recordaba aquella débil mujer.
-Si señora-, susurró Ginny, temerosa de lastimar los oídos de esa criatura tan frágil que la tenía tan fascinada solo con el hecho de levantar la voz.
-Llámame Diane por favor-, contestó la joven con una sonrisa que dejó mostrar sus dientes blancos y perfectos. -Draco, ven, vamos.
Draco que permanecía apoyado en el umbral de la puerta se acercó hasta la cama y se sentó en una cómoda silla cogiendo la frágil mano de su esposa entre las suyas.
-Perdona a mi marido Virginia. A veces es demasiado exigente con Alexander...-, consiguió decir antes de que un ataque de tos la interrumpiera.
-Tranquila Diane, respira, así... vamos, relájate-, decía Draco que sujetaba a su esposa entre sus brazos ante la mirada asombrada de Ginny.
-Perdona... a veces esta tos insoportable-, dijo Diane una vez que se hubo reestablecido.
-Puedo volver en otro momento, cuando usted se encuentre mejor quiero decir. No quiero molestarla Diane.
-Oh no, no molestas. Hace mucho que no hablo con nadie que no sea Draco o Frederic.
-Bueno Diane, debo comentar algunas cosas con la señorita Weasley-, interrumpió Draco. -Vuelvo luego-, dijo dándole un suave beso en la frente.
-Adiós Virginia, ven a visitarme cuando quieras. Todo el día aquí sola...
-No se preocupe, vendré a hablar con usted-, contestó Ginny con una sonrisa.
-Supongo que habrá usted visto las condiciones en las que se encuentra mi esposa-, dijo Draco una vez que estaban en el pasillo, cambiando la actitud totalmente.
-¿Es grave señor?
-Le queda un mes de vida-, contestó el joven con la mirada perdida.
:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::: :::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Bueno, este es muy largo me parece Ô.Ô... Ala, ya hasta la semana que viene ^^UU Bueno Mari que ya estas ahi en el fic, ara me dejas review no seas warra ¬¬.... xD Venga voy a contestar a los reviews, muchas gracias por vuestras opiniones! ^^
Kitiara: Chi yo tambien tuve experiencias traumaticas con mis niñeras Ô.Ô... Draco tiene que ser muuuuuuy estirado... pero poco a poco ira cambiando no te preocupes :P Lo de la magia... es parte de la trama tranquilidad todos xD Gracias por tu opinión ^^
Jeru: ¡Si! ¡D/G al poder! XDD Gracias x el review ^^
Mayu: Oye tuuu el Eomer MIOOO!!! XDD Asias por el review warraaaa ^^ Muaaajajajaaaa aqui de adelantos na xD (muaaaaajajajaaaa)
Ly: weeee calla que me gusta ese nombre *____*.... Si ese le via pone yo a mi futuro hijo xDDD Claro el niño se tiene que parece a mi Drakito ^^UUU Me alegro que te guste loki :P besos ^^
Vicu-malfoy: Si hija a mi tambien me gustaria eso de que fuera mi novio *____*... lastima que no exista xD Y lo de duro... es parte de la trama ^^UUU Lo de la magia ya lo explicare en el capi 6 o por ahi tranquilidad xD
Estrella de la Tarde: Muaaajajajaaaaaa siii fuera magia!!!! XDDDD k mala soy ^^UUU Sip lo siento odio a Harry xD, weno intentare no ponerlo mu mal al chaval....(no prometo nadaaaa ^^UUU) Lalaaaa....^^UU... x ahora mu comprometio no pero bueno ya vere que hago jus jus ^^UUU....besossss ^^
Minaro: Sip.... aunque pensándolo bien a lo mejor me quedo con Eric yo cuando tenga los 14 xDD Asias por el review me alegro que te guste :P
