DISCLAIMER: Los derechos de la trama de la película "La reina de los condenados" no me pertenecen, son propiedad de la maravillosa Anne Rice, autora de las Crónicas Vampíricas, y de la productora Warner Bros., quien llevó la historia adaptada a la pantalla grande (la cual es de por sí también como un fanfic de la trama original). Yo solo he tomado prestados a los personajes en esencia para traducir un hermoso fic ya publicado hace varios años, que encontré sobre ellos.

PARTE VIII

Lestat la dejó reposar un momento debajo suyo mientras procedía a quitarse la camiseta por encima de la cabeza y a lanzarla al otro lado de la cama.

Entonces volvió a unírsele a ella.

Jesse jadeó cuando se dio cuenta de lo que acababa de hacer. Los músculos del marmóreo pecho de él se tensaban a medida que su barbilla se movía agresivamente sobre su garganta, simulando un desesperado beso, y el percatarse de eso con excitación a ella le recordó que la única cosa que la separaba de sentirlo piel a piel era una delgada prenda de fábrica. Su pijama.

El tan solo pensarlo era una tortura e imaginar que se deshacían de aquella barrera solo contribuía a que lo que fuera que estaba haciéndole en el cuello pareciera mucho más increíble. Tanto que sin proponérselo empezó a gemir en voz baja y cada vez que lo hacía su respiración soplaba sin querer sobre el castaño cabello de él cerca suyo, levantándolo un poco. Entonces, cuando creyó que su boca no podía quedar más seca por el montón de emociones encontradas, su vampiro levantó la cabeza del punto que había estado adorando.

Tenía el cabello alborotado y en su rostro se percibía la confusión pero sin embargo para ella nunca le pareció más bello. Lestat esbozó enseguida una sonrisa con sinceridad por lo que emocionada le sonrió de vuelta. Nada había pasado que quedara más allá de un buen chupetón, según por sí misma se percató. Él había sido capaz de resistir su hambre… aun cuando en el proceso se hubiera tenido que lastimar en su necesidad de simular una mordida real. Algo que le impresionó al notarlo gracias a la pálida luz que se filtraba por las cortinas desde los postes de eléctricos de la calle, cuando su labio inferior empezó a sangrar.

Lestat mientras tanto, sin importarle aquello, viendo como la parte inferior de sus cuerpos estaba mal ubicada en el lecho, la tomó de la cintura y la colocó rápidamente en el centro del mismo sin hacer el menor esfuerzo, cual si pesara ligera como una pluma, y después con sus ademanes tan sensuales como felinos, gateó sobre el colchón hacia ella.

Así, cuando Jesse sintió sus tentadores labios posarse de nuevo sobre los suyos, dejó de controlarse en ese mismo instante, de reprimirse, para liberar a la mujer apasionada que tenía en su interior pero llevaba inhibida, y posándose sobre él enseguida se lo comió a besos.

Lestat con sus dones de inmortal se sanó rápido pero ella creyó probar una gota de su sangre que quedara remanente en su boca. Un atisbo de eternidad que le encendió todavía más y que le contagió a él al entenderlo, por considerar que estaban bordeando ambos el peligro y comprobando además cuánto a ella no le importaba…

Sus cuerpos adoptaron la posición de los amantes, casi fundiéndose en uno solo, más por su condición de vampiro se obligó a no poseerla. Algo que con roces y caricias apasionadas, desesperadas, pudieron suplir permitiéndoles alcanzar el placer.

Por su lado, Jesse en el camino del éxtasis pronunció palabras en su mente, confiando en que quizás él con su telepatía vampírica las entendería.

"Te amo Lestat, lo hago con toda mi alma. Te amé desde que leí tu diario y comprendí tu alma y tu soledad interior... Te amé al escuchar tu música y en el callejón cuando nos conocimos y me quisiste asustar, y hasta en el parque cuando hiciste todo lo posible para provocarme un miedo mortal intentando que me alejara de ti. Y te amo ahora, con todos tus defectos y virtudes y tu pasado, y no me importa lo que pienses de mi".

Por ello, mientras juntos con las manos entrelazadas disfrutaban de retozar en un cielo creado por ellos mismos y sus cuerpos, él en agradecimiento por su entrega incondicional y por permitirle experimentar aquello, aparte de saborear aquel sentimiento tan puro que le compartía, le abrazó de inmediato fuertemente.

Rato después, recostándose a su lado, con la barbilla descansando sobre su palma, se dedicó a contemplarla, luciendo de lo más descomplicado. Pareciendo un muchacho normal. Tanto que ella de a poco reponiéndose de lo que acababan de vivir con su respiración agitada, no pudo evitar soltar una pequeña risita. Solo que ésta no duró mucho ya que él se inclinó para brindarle un tierno beso final en los labios.

Ella sonrió de tal modo en su boca y Lestat al apartarse le sonrió también, luego se tendió de espaldas y colocó los brazos detrás de su cabeza, pero eso sí, encargándose de halarla antes junto a él. Jesse se acomodó entonces ella misma a su costado, recostando su pelirroja cabeza sobre sus esculpidos pectorales mientras se encargaba de rodearle el estómago con uno de sus brazos.

Él en respuesta, dejó solo una de sus manos en su nuca y la otra la colocó sobre su hombro, abrazándola.

De tal modo después, entre él acariciándole la espalda y ella tocándole el pecho a su vez, Jesse consiguió quedarse dormida.


Continuará…