Julio 1816 – noviembre 1816
Durante los siguientes meses, Darcy recibió varias visitas en Pemberley. La primera de ellas fue Bingley, que aún estaba buscando una hacienda para comprar. Se quedó en Pemberley una semana y fue a visitar tres haciendas que distaban a unas 20 a 30 millas de Pemberley, una de ellas estaba para alquilar y las otras dos para vender. Si bien, después de Jane Bennet conoció otros dos 'angeles', aún no era soltero.
El primero de los ángeles, nuevamente Caroline lo convenció que no era adecuada para ser la Sra. Bingley y que solo le interesaba su dinero, y el segundo prefirió a un caballero con título. Recientemente había conocido a otra señorita – la Srta. Johnson, pero a diferencia de las otras, esta vez sentía que estaba realmente enamorado. Esta señorita no era rubia como todas las otras muchachas que le habían interesado en el pasado, y lo que más admiraba de ella era su carácter y no su belleza – aunque era una joven bonita… Pero dada la reputación que tenía Bingley de enamorarse y desenamorarse con demasiada facilidad, la Srta. Johnson no estaba dispuesta a ser una más de la lista y no le prestaba atención. No se lo había dicho con esas palabras, pero a Bingley le quedó claro que ella consideraba que su carácter era deficiente. Igualmente, no se iba a dar por vencido ya que estaba vez estaba convencido que ella era la indicada. Como la pequeña hacienda de su padre quedaba en Derbyshire, quería comprar su estancia en la zona para estar cerca de ella.
Darcy lo acompañó a visitar las tres haciendas, y finalmente se decidió por la que estaba en alquiler. La última noche antes que Bingley regresara a Londres para hacer los preparativos para mudarse a Derbyshire, se reunió con Darcy en su despacho a tomar un brandy y tuvieron una interesante conversación…
"… me resulta extraño que pese a que no aceptó que la cortejes aún sigas insistiendo."
Bingley suspiró, "Te entiendo perfectamente. Es difícil de explicar, pero siento que ella es la indicada." Respiró hondo, "la única vez que sentí algo similar, pero no con la misma intensidad de lo que siento ahora, fue por la Srta. Bennet, y me costó varios meses olvidarla." Miró un punto fijo y con media sonrisa agregó, "Tuvo motivos para rechazarme; desde su perspectiva soy un hombre que se enamora fácilmente de una cara bonita, y al poco tiempo se enamoro de otra. Ella quiere más que eso para su futuro, y no le importa los beneficios económicos que puede tener si se casa conmigo." Miró a su amigo, "es una mujer integra, de firmes convicciones y es tan distinta a la mayoría de mujeres que conozco… No estoy enamorado de su belleza, aunque es bonita, sino de su carácter y todo ella… Es difícil que me entiendas, si nunca has sentido algo así por una mujer. Quiero ser un hombre mejor, quiero ser un hombre digno de ella."
Darcy lo escuchó muy sorprendido y le respondió, "Nunca te escuché hablar así de ninguna otra mujer. Espero de corazón que tengas suerte y logres convencer a la Srta. Johnson."
"Voy a hacer todo lo posible…"
Al ver la determinación de Bingley de ganar el afecto de la mujer que quería pese al rechazo, se preguntó nuevamente porque no buscó a Elizabeth cuando se enteró del incendio y sobretodo porque no hizo nada para probarle que podía ser el caballero que ella deseaba tener a su lado. Con vergüenza reconocía que cuando le propuso matrimonio a Elizabeth se sentía superior a ella, y cuando se enteró de la muerte de su padre sintió que ella estaba demasiado por debajo de él, y ya no podía casarse con ella. Prefirió no verla ni saber nada de ella para no tentarse de cometer una tontería… Se daba cuenta claramente que la tontería fue no buscarla ya que a pesar que habían pasado más de cuatro años, aún seguía soñando con ella.
La segunda visita fue Georgiana y su esposo, que vinieron una semana para el primer cumpleaños de su hija. La niña estaba creciendo bien, y según las personas que la conocían, decían que se parecía a la madre. A pesar que cada vez que veía a la niña, recordaba la infidelidad de Lady Maria y todos sus errores, estaba haciendo un esfuerzo para quererla…, aunque por momentos no le era fácil.
A principios de setiembre, Darcy recibió una carta de Margareth, preguntándole directamente sobre el Sr. Carter y el otro inquilino. Darcy también había hablado con el otro inquilino, pero no estaba interesado ya que la Sra. Smith tenía una hija.
Sin darle muchos detalles, Darcy le pidió a la Sra. Reynolds que escribiera una carta con su respuesta ya que no quería que su nombre se vinculara al de ella. Si la Sra. Reynolds sospechó algo por el extraño pedido y carta, era una mujer muy discreta, y no dijo nada.
8 de setiembre 1816
Estimado Señor Smith,
Lamentablemente, no logré llegar a un acuerdo con el caballero. Si encuentro alguna solución a su problema, se lo haré saber.
Le deseo todo lo mejor.
La tercera visita fue a principios de noviembre de su primo Richard, que volvía de un viaje diplomático de Escocia. A pesar que probablemente nunca podría volver al frente de batalla, Richard seguía teniendo un papel activo en el ejercito ya que era un buen diplomático y un gran estratega.
La visita fue breve; hablaron sobre las viudas de los soldados, y el poco dinero que recibían por el servicio que sus esposos habían hecho a la patria. Darcy le preguntó si tenía relación con alguna de dichas viudas, y Richard le dijo que conocía muy pocas… No conocía personalmente a la esposa del coronel Barton, lo que sabía de ella era por el coronel Spencer.
