Febrero 1817
En el día era gris y fresco, y en un rincón de la plaza estaba Margareth sentada en un banco. Darcy se acercó lentamente, al verlo el rostro de ella se iluminó e hizo un gesto para que se sentara al lado de ella.
"Sr. Darcy, tenía mucho miedo que no viniera, pero ya está aquí y eso es lo único que importa."
En unos segundos, Margareth sorpresivamente comenzó a besarlo, y cuando logró separarse de ella, vio con horror que en la plaza estaban Elizabeth con una niña mirándolo con tristeza y clara decepción.
Se despertó sobresaltado, y trató de recordar los detalles del sueño. No llegó a verle el rostro a la niña, pero en ese instante pensó en su hija y en Elizabeth. ¿Qué pasaría si por azares del destino, Elizabeth lo viera con la Sra. Smith? ¿Quién iba a creerle que fue a verse con ella solo para darle dinero para su hija enferma? A pesar que no era exactamente una cortesana, ella misma le había dicho que había tenido intimidad con otros tres hombres por dinero…, e incluso le había sugerido ser su amante.
Aunque sentía mucha pena por Margareth y su hija, debía terminar urgente el vínculo que tenía con ella, y no permitir que volviera a escribirle ni mucho menos ir a su casa.
Como caballero no le parecía adecuado dejarla esperando en la plaza, por ello, además quizás era cierto que precisaba el dinero para su hija. Después de pensarlo seriamente, le pidió a su ama de llaves, la Sra. Dawson, a quién conocía hacia años, que fuera a la plaza con una nota de 20 libras y le dijera claramente que no volviera nunca más a su casa ni a escribirle.
A las 4:00 la Sra. Dawson efectivamente se encontró con Margareth en la plaza, le dio la nota y le dio claramente el mensaje de Darcy.
PPP
Tres días después, Darcy fue a una cena en casa de los Matlock. Su tía, ordenó las tarjetas de forma tal que tuvo que sentarse al lado de Lady Sophia. La cena fue tediosa, ya que Lady Sophia trató de llamar su atención hablando de temas que no le interesaban…
"… es una gran pena que Lady Maria haya muerto tan joven. Me imagino que usted sabe que éramos muy buenas amigas." Suspiró, "me gustaría tanto conocer a su hija, Sr. Darcy. Hábleme sobre ella."
Darcy no quiso contradecirla, pero sabía muy bien que su esposa no era exactamente amiga de Lady Sophia… "No hay mucho que decir, es una niña pequeña que recién tiene un año y medio."
"Pero me imagino que su hija, a pesar de ser pequeña, debe ser encantadora… Me gustan tanto los niños, sobretodo las niñas. Como sabrá, mi hermana tiene una hija de dos años, y todas las semanas la voy a visitar sobretodo para jugar con mi sobrina."
"Me alegro que le gusten los niños." Contestó Darcy mientras seguía comiendo.
Al ver que Darcy no seguía hablando sobre su hija, cambió por completo el tema, "Me acuerdo que me comentó que le gusta mucho ir al teatro, ¿va a ir la semana próxima al estreno de 'mucho ruido y pocas nueces'?"
"Seguramente vaya, aunque todavía no lo he decidido."
"Mis padres y yo vamos a ir, así que, si desea puede ir a nuestro palco."
"Gracias, Lady Sophia, pero tengo mi propio palco."
"Es cierto, pero si desea puede unirse con nosotros…"
Lady Sophia siguió hablando sobre el teatro, y lo mucho que le gustaban las obras de Shakespeare. Darcy le comentó que su obra favorita era Macbeth, y Lady Sophia cometió el grave error de confundir la trama de Macbeth con la de Otello…
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Tres días más tarde, Darcy estaba leyendo la carta quincenal que a su pedido le enviaba la Sra. Reynolds con noticias de su hija, cuando su primo Richard entró sin tocar a su despacho. Darcy levantó la vista y con el ceño ligeramente fruncido le dijo, "Richard, estoy seguro que Lady Matlock y tus maestros te enseñaron que antes de entrar a una habitación debes golpear primero o al menos pedir permiso."
"La Sra. Dawson me dijo que estabas solo, pero si quieres salgo de la habitación y golpeo antes de entrar." Sonrió. "Aunque, dado que tengo solo quince minutos preferiría emplearlos hablando contigo sobre la Sra. Barton…"