Uzumaki's Strongest Weapon

Saludos a todos. Me disculpo por la tardanza y en esta ocasión es algo diferente a las otras veces… Cambié un poco el formato de escritura y me tomé un tiempo para ir armando la trama del arco con todos los elementos sueltos que fui dejando hasta este momento relacionados a ello y por qué no mencionarlo, después de casi 20 de espera, terminó la nueva versión de mi historia favorita, Dai no Daibouken/Las Aventuras de Fly y pues, me pegó el sentimiento… En fin, dicho lo anterior, paso a los reviews:

Elchabon (1)

Gracias, la verdad le tenía ganas a Madara luego de la arruinada que le dieron con todo lo de Kaguya y Zetsu negro, pero lo del insufrible de Isshiki, eso… Eso era personal xD.

OkamiKageW

Ok.

ZAGITARIO89

Gracias, sobre lo de Nelliel, pues no recuerdo, pero según yo había dicho que va a estar. Igual lo confirmo, Nelliel va a estar.

nadaoriginal

Un capítulo de un fic de Naruto sin Naruto pues :v. Lo de Obito, pues la verdad yo quedé como el emoji del payaso porque siempre dije que Tobi no era Obito hasta que el Rasengan de Naruto me golpeó en la cara xD. Por eso quise desarrollarlo más allá de eso del Sharingan y el amor y esas cosas raras, luego pensé en lo de Kakashi y todo pareció estar en orden para poner a esta versión de Obito, porque eso del chakra mágico en el Sharingan nunca me convenció. Sobre la forma como es vencido Madara, pues también me lo despaché así para mostrar que nada es seguro y bueno, porque lo de Zetsu negro en el canon es casi como el Sharingan mágico. Pero bueno, todo fue básicamente para construir a este Obito, así que creo, para el fic, está bien :P

x29

Lo del Desierto Tenryou es algo que todavía tendrá vigencia, pero es para eso, para mostrar lo que quiere obtener Obito o al menos, acercarse lo más posible al poder del Kami no Senshi y el verdadero Rinnegan. Lo de Obito y Kakashi, bueno, se dirigirá a la tragedia, puesto que Obito vio su mundo conducido hacia la locura y que de ahí surgida su convicción, como bien dices, a lo Pain. Sobre lo que mencionas de la intervención del Kami no Senshi en los planes de Naruto… Pues en el capítulo lo expando mejor y el reencuentro Obito-Kakashi, para ellos dos, será bastante intenso y bueno, más que por Naruto como tal, puede derivarse de la naturaleza corrupta del Mundo Ninja…

Kurasano'o

Sobre la posible inmortalidad de Naruto… No creo que vaya por un camino como el de Apocalipsis, dado que el secreto de su potencial está precisamente en su cuerpo y al cambiarse a otro recipiente, perdería bastante poder y capacidades.

Destoryer42501 (All)

First of all, thank you very much for your reviews. I have noticed that you like history and have read chapter by chapter, which I thank you very much. As you can see, my English is not very good and I answer you with the help of Google Translate. This story is developed with the premise of the summary, but other things were added little by little and well, I hope that as you continue advancing in it, you will continue to like it. There comes a time when it slows down and there are elements beyond Naruto as such, but I wish that from now on it would move faster and the story develops more. As you will notice, Kushina and Konan are the co-stars and then the next one is added in the tags. Again, thank you very much for the reviews and the specific observations of each chapter as far as you have come.

Elchabon (2)

Todo bien por acá, lamento el retraso, ya me expliqué un poco más arriba y bueno, un poquito después, pero he aquí la nueva entrega.

Indra0tsutsuki

Yo estaba consciente de que llegaría cierto momento la historia, por su misma naturaleza, se iría haciendo un poco más lenta, pero ahora que llegamos al Examen Chunin, creo que avanzará un poco más rápido al estar centrado casi todo en Konoha y espero que no solo a ti, sino a todos los que leen el fic les guste ésta versión del arco que si bien conservará muchas cosas del canon, también cambiarán bastantes.

Y bueno, ahora vamos a la historia…

Capítulo 57

Enemigo a las puertas

Karin Uzumaki despertaba con pereza, sentándose al filo de su cama y tallándose los ojos para recuperar la claridad en su visión. Cuando por fin notó que su vista solo estaba limitada a la necesidad de aumento que tenía, se colocó sus lentes, ubicados en el taburete junto a su cama. Entonces volteó a ver a su prima Naruko, que dormía en forma descompuesta, roncado de forma discreta…

Al comienzo, le había costado bastante trabajo acoplarse a la rubia en la convivencia diaria, pero una vez que se acostumbró a los hábitos buenos y malos de su prima, todo iba bien.

Mientras pensaba en el tiempo que llevaba viviendo con su familia, se dispuso a bañarse y una vez que terminó su larga ducha, salió de nuevo a la habitación para vestirse con su short corto de color negro, sus botas arriba de los muslos del mismo color y tras colocarse su sujetador, su chaqueta lavanda y se dispuso a dejar su habitación al ver que Naruko bostezaba, ya despierta.

— ¡Buenos días, Karin-chan! —Exclamó la Uzumaki, estirando al mismo tiempo brazos y piernas.

— Buenos días, Naruko-chan —Replicó la pelirroja, ajustándose sus lentes—, date prisa, hoy desayunaremos Ramen de Má

— ¡Si, sí! ¡Ya voy!

Karin dejó a su prima, cerrando la puerta tras salir de la habitación compartida. Caminó por el amplio pasillo para llegar a las escaleras, pasando inevitablemente por la habitación donde se suponían que dormían su tía Kushina, Konan y Samui, escuchando quejidos y murmullos débiles. Por mera curiosidad pegó su oído a la puerta, pero pronto desistió de la idea al escuchar lo que posiblemente era un cristal romperse y luego intensos reclamos entre las tres mujeres, por lo que decidió seguir su camino hacia las escaleras para dirigirse a la cocina.

Cuando llegó, se encontró con la imagen de su madre ataviada en un pantalón corto como el que ella misma usaba, además de botas Ninja a los tobillos y un top negro que se amarraba por la espalda, dejando bastante poco de su cuerpo a la imaginación. Tenía puesto un delantal que disimulaba el frente de su atuendo.

— Hola, Má

— ¡Buenos días, Karin-chan!

Efusiva, Fuusou se acercó a darle un sonoro beso en la cabeza a su hija, que recién había tomado asiento en la amplia mesa del comedor, para luego continuar cocinando el desayuno para todos los habitantes de las casa… O mejor dicho, todas las habitantes y Naruto, el único hombre en el inmueble.

— Buen día…

Karin hizo una ligera mueca de desagrado al detectar el aroma sutil de licor que emanaba de Rangiku Matsumoto, la bisabuela de sus primos, que lucía extrañamente joven para ella. Con su habitual yukata negra, a pesar de su pésimo semblante, su anatomía destacaba bastante.

Mientras la mujer se sentaba para luego dejarse caer de cara hacia la mesa, la pelirroja recordó el día en que ella llegó a la casa. Un día, se les presentó como la bisabuela de Naruto y Naruko, así como la madre de Tsunade y también le contaron la supuesta historia de cómo terminó ahí, haciendo uso involuntario de un Ninjutsu Espacio-Tiempo que la envió al futuro para salvarle la vida durante una cruenta batalla en el marco de la Segunda Guerra Ninja.

Sobre el mal hábito de Rangiku, llegó a la conclusión personal de que era resultado del estrés postraumático de la guerra y por eso, al serle presentado esa forma para relajarse y olvidar un poco el trauma de hallarse fuera de su tiempo, así como de perder a varios de sus seres queridos, terminó por volverse adicta…

— ¡Buenos días! Karin-chan, Fuusou-san, Rangiku-sama…

— Buen día, Rin-chan

— ¿Qué tal, Rin? —Replicó Karin, mientras la Matsumoto se limitó a gemir levemente.

La chica de lentes se enfocó entonces en la castaña con marcas cuadradas de color púrpura en sus mejillas. Rin Nohara era otra particular caso que residía en la casa Uzumaki, dado que según el relato de la famosa Tsunade, Kunoichi a que las dos compartían en su admiración, fue que Rin había estado sellada durante más de una década, dado que había sido herida de muerte durante la Tercera Guerra Ninja y en su tiempo no había manera de salvarle la vida, por lo que apenas había sido atendida para sobrevivir. Usaba con era habitual, una blusa negra de manga a medio brazo, y una falda de color rosa pálido sobre un pantalón corto, medias a medio muslo y botas Ninja a los tobillos.

— ¡Buenos días!

Karin levantó la mirada de inmediato al ver entrar a Naruto a la cocina con Naruko abrazada de su brazo derecho. Su primo tenía el mal hábito de ir a desayunar con su perfectamente tonificado torso al descubierto, usando solamente unos pantalones ajustados, negro el día de hoy, con sus botas Ninja del mismo color a los tobillos. La pelirroja de lentes no pudo evitar enfocarse en ese trabajado cuerpo con esas sensuales cicatrices que le daban un aire salvaje. Su prima en cambio, usaba aquél conjunto naranja de falda arriba las rodillas, esa incómoda sudadera holgada del mismo color y botas Ninja debajo de las rodillas

— ¡Buenos días, Naru-chan 1 y 2! —Saludó Fuusou con entusiasmo, para luego regresar su atención a la comida, contoneando su trasero

— Buenos días, Naruto-kun, Naruko-chan —Replicó la castaña, con amigable sonrisa, mientras tomaba asiento, secundado por su hermana

— Buen día… —Murmuró entre sueños la ebria.

— ¿Qué hay? —Respondió Karin, expectante—. ¿Listo para el inicio de tu examen?

— Eso creo —Naruto sonrió cuando Fuusou empezó a servir los platos humeantes con el delicioso Ramen—, hemos entrenado bastante, pero será complicado con tantos rivales compitiendo

— ¡Lo harás genial, hermano! —La rubia se restregó en el hombro cercano del Arma Definitiva.

— Samui-sensei, Kushina-sama y Konan-san estarán muy orgullosas

— Lo sé, Rin-san.

El rubio observó con detenimiento a la alumna de su fallecido padre…

Rin Nohara tenía un potencial enorme como Ninja Médico. Había logrado implantar un Sharingan en el reconocido Ninja Copia, Kakashi Hatake, con tan solo 13 años, edad en la que fue asesinada durante la guerra y su cuerpo había regresado a Konoha, cargado personalmente por el propio Kakashi luego de un intento de emboscada por parte de un escuadrón de Ninja de Kiri.

Naruto se preguntó en un comienzo por qué una Kunoichi aparentemente insignificante sería objeto de una persecución por parte de tantos Shinobi, asumiendo al principio que se trataba de su talento médico y por haber sido alumna del Yondaime Hokage, pero posteriormente el Kyuubi le había revelado que quedaba un poco de Chakra residual de Isobu, el Sanbi (Tres Colas) en su alma.

Se trataba de un misterio desconcertante para Kurama, dado que los Bijuu siempre eran sellados en Ninja de las aldeas a las que les habían sido entregados por Hashirama y eso no debía cambiar bajo ninguna circunstancia, dado que eran las armas que mantenían el equilibrio entre las Cinco Grandes Aldea Ninja y cualquier desbalance en el poder podría conducir a una nueva Guerra Ninja, por lo que la presencia de Chakra de uno de los dos Bijuu de Kiri en una Ninja de Konoha, era inconcebible.

Aún cuando el análisis metódico e invasivo de los recuerdos de Rin para averiguar esa verdad reveló que el plan de Kiri era introducir a Isobu en Konoha mediante la castaña y luego liberarlo en el interior de la aldea para que sembrara una destrucción sin precedentes, era demasiado el riesgo de perder al Bijuu como para intentar algo tan absurdo.

Era una pregunta sin respuesta y si bien eso le permitió empezar a trabajar con esa pequeña esencia para empezar a regenerar el Chakra del Sanbi dentro de Rin, era una interrogante que le daba mala espina…

— ¡Buen provecho! —El efusivo grito de Naruko sacó a Naruto de sus pensamientos.

Fuusou tomó asiento en el lado del rubio que la rubia de marcas en las mejillas había dejado libre para comenzar a consumir sus alimentos. Karin miraba de reojo cómo mientras comía sonriente su Ramen, su querida madre se dejaba manosear su portentoso trasero por el rubio. Era una escena normal desde que su madre, su tía y su primo habían vuelto del viaje a Uzushio.

La propia Fuusou le había dicho que durante el viaje y el haber estado en su tierra ancestral, le había hecho darse cuenta de que tenía un deber para con su pueblo y ese deber era ayudar con la reconstrucción del Clan Uzumaki junto a Naruto, que oficialmente era el último hombre vivo del clan y por ende, la única opción para traer de vuelta el linaje de su clan, así que había aceptado ser una concubina para él, junto a Kushina…

Karin sabía de la sexualidad activa de su madre y si bien era una práctica un tanto habitual en el Mundo Ninja, la relación entre su madre y su primo era un poco incómoda de ver tan activamente.

— Buenos días…

— ¿Qué tienen de buenos?

— Cállense las dos…

A la cocina hicieron su entrada Kushina, Konan y Samui.

Las tres mujeres lucían vientres abultados de tres meses de embarazo y usaban en sí el mismo vestido holgado de tirantes que les llegaba casi a los tobillos, así como las mismas botas Ninja cortas de tono negro. La diferencia más notoria era que el vestido de la Uzumaki era azul, el de la Ameno era amarillo y el de la Namikaze era rojo. Las tres tomaron asiento juntas, con cierta distancia entre sí para estar cómodas.

Karin pensó que sería extremo que las tres esperaran hijos de su primo. Una cosa era que su tía Kushina estuviera encinta por el asunto de la reconstrucción del clan y todo eso, pero que las tres estuvieran embarazadas de Naruto, era algo tan…

No sabía cómo definirlo, pero definitivamente no era algo normal.

— Estás pensando de más, Karin-chan.

Karin volteó a ver a su primo con un deje de sospecha, pero casi de inmediato sus ojos rubí reflejaron el patrón espiral del poder de Naruto, quedando embelesada por la visión, atrapada en el poder ocular del Arma Definitiva. Naruto sonrió mientras Fuusou se sentó en sus piernas y se abrazaba a su cuello. Con su cerebro lavado a consciencia desde hacía meses, para la tía del rubio fue totalmente normal que su adorada hija presentara en sus ojos el patrón espiral que tanto le fascinaba en la mirada de su sobrino-amo durante sus sesiones de hipnosis y reforzamiento de su deliciosa esclavitud.

— Sí… Estoy pensando de más… —Replicó con tono débil, con gesto inexpresivo.

Para Rin y Naruko todo pasaba de forma natural, a pesar de que para cualquier persona sería cuando menos extraño un escenario de esa clase. No obstante, ellas también habían recibido un sutil lavado de cerebro para normalizar en sus mentes escenas así.

La intensión detrás de lavarle el cerebro de forma gradual a esas dos era que aprendieran a controlar el Chakra de los Bijuu que poseían de forma natural y sin influencia con el fin de que su unión fuera natural y el Genjutsu con el que las condicionaba poco a poco no alterara ese Chakra. Además de eso, según los resultados que mostraba la hija de Mila y el Jinhcuuriki del Hachibi, entre más libre fuera ese Chakra, más fácil y naturalmente para la anfitriona era manipularlo, dado que se asimilaba a su sistema de forma orgánica…

Lo de Naruko era evidente al ser su versión femenina con Chakra de Kurama, pero fue sorpresivo que la revivida Rin Nohara poseyera Chakra del Sanbi en su esencia. Todo lo que había rodeado su muerte era un misterio y resultó bastante sorpresivo que fuera el mismo Kurama quien confirmara que la alumna de su fallecido padre presentara rastros del poder de Isobu, el nombre real de la Bestia con Cola perteneciente a Kiri.

Lo único desconcertante era que en la memoria de la chica no había rastros claros del incidente y por todo lo que rodeó su muerte a manos de afamado Ninja Copia, no se podía investigar claramente, por más que Tsunade lo intentó, todas las connotaciones de lo sucedido…

Tenía que conformarse con lo que habían podido rescatar de los pocos recuerdos que no se corrompieron totalmente de Rin durante su proceso de resurrección y nada más.

— Como sea, el Examen Chunin está a nada de iniciar y se van a presentar nuevas oportunidades... —El Arma Definitiva le restó importancia de momento al asunto.

— ¡Yo ya quiero que me asignen un equipo! —Naruko se mostró entusiasmada y levantó decidida el puño.

— ¿Aunque te tocara con Sasume? —Maliciosa, Kushina sonrió ante el enojo de su hija reflejado en forma de un puchero exagerado.

— Grrr…

— Cálmate Naruko —Samui intervino con su habitual tono serio—, para bien o para mal, parece ser que ustedes dos trabajan bastante bien juntas a pesar de llevarse tan mal

— Pfff… —La rubia resopló mientras su tía Fuusou se bajaba de su hermano y se disponía a servir los platos con Ramen.

— Aunque sea tan malo —Konan se mostró un tanto más comprensiva—, si quieres ser una gran Kunoichi y llegar a ser Hokage, tendrás que aprender a trabajar con Ninja que no siempre serán tus amigos…

— Lo sé… —Resignada, la chica con marcas en sus mejillas recargó la cara en la mesa.

— ¿Estás emocionado, Naruto-kun? —La Nohara se enfocó en el apuesto hijo de su finado maestro.

— Para ser honesto, bastante —Una sonrisa enigmática se hizo presente en el rostro del rubio—, llevo bastante esperando por este día

— P-Porque… Porque quieres ser Chunin, ¿cierto? —Karin intervino, regresando a su esencia.

— En parte… —Le replicó con gesto amigable a su prima, que poco a poco salía del trance.

Y así continuó el desayuno Uzumaki, entre trivialidades y las sensaciones de los más jóvenes, dado que finalmente había llegado el día en que la aldea recibiría a los invitados de los diversos aliados y clientes de Konoha para el Examen Chunin que tomarían barios Genin y que significarían un cambio radical en sus vidas.

Y sobre todo, en la aldea misma, por las fuerzas que estaban por enfrentarse a pesar de que ni siquiera sabían de sus respectivas existencias…

— Tenemos que reunirnos con el Hokage… —Murmuró, mirando fijamente hacia la ventana—. Ya llevamos un tiempo aquí, así que creo que podremos acercarnos sin despertar el recelo…

— Si soy honesta, estoy inquieta, puesto que se puede sentir la presencia de otra de las Kiri Nanatou (Siete Espadas de Kiri)…

— Kiri Nanatou… ¿Es verdad eso, Hebichigo? —Cuestionó intrigada la fugitiva.

— No puedo estar equivocada, Mei-san… La Nuibari (Aguja de coser) puede sentirla…

Mei Terumi, aquella fugitiva que había escapada a la Gran Purga que se había llevado a cabo en Kiri con el fin de acabar con los rebeldes al gobierno del Yondaime Mizukage Yagura, se encontraba escondida desde hacía tiempo atrás en Konoha, una vez que había logrado huir del territorio de la Nación del Agua y durante su fuga se había llevado a esa chica consigo…

Hebiichigo…

Una joven de apenas 13 años que no era muy alta, dando la impresión de que era un par de años menor, con el cabello largo de color gris que mantenía bajo su banda Ninja en la parte superior de su cabeza, lo que dejaba un flequillo y dos grandes hebras de cabello. Su vestimenta constaba de un gran traje de cuello de tortuga y manga larga rojo con rayas verticales, pantalones con el mismo color y estilo, así como zapatos planos. Tenía piel pálida y dentadura afilada.

Usaba labial negro y un sombreado negro alrededor de sus ojos negros, que bajaba formando cuatro picos bajo las pestañas inferiores. En su espada llevaba una funda delgada en la que sobresalía un mango de espada que tenía amarrado un tan fino como largo alambre metálico.

— ¿De qué espada puede tratarse? —Murmuró para sí misma la castaña, pensativa.

— Eso no lo sé… Todavía me falta dominar bastante la Nuibari como para entender sus pulsaciones por completo —Replicó la chica de ojos negro, pensativa.

Mei Terumi suspiró de forma discreta.

Esa chiquilla eran talentosa Kunoichi de su aldea y si bien estaban en la Academia Ninja, su capacidad había sobrepasado el Rango de Genin y posiblemente estaban en transición a Chunin y al tener en su poder una de las Kiri Nanatou, bien podía rastrear a sus compañeras al interpretar las vibraciones que emitía su arma.

Hebiichigo había sido entrenada en el uso de la espada por Mangetsu Houzuki, el segundo al mando en Kiri solo por detrás de Yagura y el más fuerte de los Kiri no Shinobigatana Shichinin Shuu (Siete Espadachines de la Niebla) sin contar al integrante de la Organización Akatsuki, Kisame Hoshigaki. Además de eso, había sido de las primeras en graduarse de la Academia Ninja tras las reformas que habían terminado con la historia de la Niebla Sangrienta, donde el examen de graduación era una Battle Royale donde solo un Genin se graduaba tras asesinar a sus compañeros de generación.

La peculiar Genin había huido dado que era sospechosa de ser parte de la facción sublevada y su maestro, al tanto de la purga que se avecinaba en ese momento para acabar con la rebelión, decidió avisarle de eso para que pudiera escapar y continuar con vida aunque fuera en otro lugar, lejos del peligro…

Habían elegido Konoha puesto que en el tiempo reciente, como parte del apoyo a la destruida Nami, la Aldea Ninja de la Nación del Fuego había abierto sus puertas para los desesperados civiles que habían conseguido escapar de ese aterrador campo de batalla y buscaban simplemente evitar la muerte, por lo que no les fue muy complicado entrar en la aldea entre esa desesperada gente.

— Bueno… Creo que ya es tarde para que vayas a la Academia Ninja… —Mei Terumi salió de su ensimismamiento para enfocarse en su protegida.

— Sí, Mei-san… Todo sea por encajar y evitarnos problemas…

— Si hay posibilidad de ello, tal vez deberías darle una oportunidad a Konoha más allá de nuestra situación… —Mei se acercó a Hebiichigo para quedar frente a frente con ella—. Quién sabe, tal vez puede ser que sea mejor de lo que pensamos… —Le colocó la mano derecha sobre su hombro izquierdo, sonriéndole de forma suave.

— Lo intentaré, Mei-san…

La bella castaña se limitó a ver cómo la Genin se quitaba su banda Ninja de Kiri y se colocaba una cinta sin placa, del mismo color para sustituirla y finalmente se dirigía a la salida del departamento que se les había otorgado en su calidad de refugiadas…

«Todo va a salir bien…» La Terumi suspiró cuando las seria chica finalmente dejaba el inmueble «Tiene que salir bien…»

Poco a poco, siendo el día marcado para el comienzo del Examen Chunin, los varios equipos de las distintas aldeas iban llegando poco a poco a la amplia entrada de Konoha. Eran varios equipos, en su mayoría jóvenes Ninja recién graduados que gradualmente se iban reuniendo mientras en una tarima colocada para la ocasión, se encontraba Hiruzen Sarutobi en persona, listo para dirigirse a los visitantes de cara al evento…

— ¡Buenos días a todos! —Exclamó con discreta sonrisa el líder de Konoha—. Como saben, hoy es el día para que comience este examen… Mientras hablamos, nuestra gente les está entregando la documentación necesaria para inscribirse así como los diversos espacios que les hemos facilitado para su hospedaje —El Hokage cerró los ojos por un momento, con clara satisfacción en su mirada—, este será un momento que todos recordaremos y donde muchos de ustedes se convertirán en verdaderos Ninja que aprenderán a desempeñarse en el complejo mundo en el que nos desempeñamos como tales…

De forma respetuosa, la gran mayoría de los presentes escuchaban atentamente el discurso del líder de Konoha, aunque había otros varios que si bien se mostraban poniendo atención al mismo, la realidad era que sus pensamientos estaban enfocados en otras cosas.

Particularmente, la delegación de la aldea Ninja de Oto (Sonido), que llegaba desde el País del Arroz, que consistía en un grupo aparente de diez Ninja entre el líder de Equipo, un Ninja de cabellera negra con el uniforme de la aldea, con el añadido de utilizar un chaleco táctico de tono gris oscuro, así como un joven de cabellera blanca atada en una coleta, de uniforme púrpura y lentes redondos y cinco Ninja encapuchados de diversas alturas, cuyas identidades eran resguardadas con máscaras blancas, siendo el máximo de la escolta permitida.

Su equipo Genin consistía en una Kunoichi, de largo cabello negro hacia atrás, atado con un moño violeta casi en la punta y poseía unos ojos negros y grandes. Usaba la Banda Ninja de Oto en su frente, portaba una bufanda y un pantalón de camuflaje blanco con negro. Vestía un chaleco verde claro y botas Ninja negras a las rodillas, complementados con unos brazaletes negros de tela, aparentando tener unos 14 años.

Los otros dos integrantes eran dos Shinobi; el primero tenía el pelo oscuro alborotado y ojos oscuros dilatados. Usaba pantalón gris con estampado de camuflaje igual al de su compañera y portaba una bufanda similar alrededor de su cuello, portando una camisa de color amarillo opaco con el kanji 'Shi' (Muerte) estampado al frente. Llevaba una banda alrededor de su estómago y sandalias Ninja negras a los tobillos, con protector frontal complementado con protección a los costados del rostro.

El segundo de ellos y tercer integrante del equipo, tenía toda la cara cubierta por vendas, salvo su ojo izquierdo. Usaba una camisa de color morado de mangas largas, portando el mismo pantalón de los otros, calzando botas Ninja algo más altas que su compañero, pero no tanto como su compañera, portando la misma bufanda que ellos y llevando el protector de su aldea en la frente.

«Quiero llegar lo más lejos posible para ganarme el favor de Orochimaru-sama…» La chica dejó ver una sonrisa maliciosa.

«Miren a todos estos debiluchos… Realizar con éxito el plan será muy fácil» El chico de cabellera alborotada entrecerró la mirada con deleite.

«Orochimaru-sama… Más le vale darme más poder cuando lleve a este par a la victoria…» El último de los tres se mantuvo impasible.

«Veo que ya llegaron…» Orochimaru, bajó el disfraz de aquél Ninja ordinario, cerró los ojos y formó una sonrisa tan discreta como alargada en su cara.

La atención pronto se desvió a un punto ciertamente vacío del área, donde se manifestó una efímera corriente de viento que le dificultó la visión a la mayoría de los presentes y de la cual surgió la delegación de Suna…

Se trataba de dos Sensei Jounin, siendo la reconocida Pakura una de ellas, mientras que la otra era una mujer ciertamente robusta que a pesar de su obvio sobrepeso, conservaba su figura femenina, la cual portaba el uniforme Jounin de su aldea, consistente en uniforme de pantalón y camisa de mangas largas en color gris, así como chaleco táctico de tono caqui y sandalias Ninja bajas, que apenas le cubrían sus pies. Tenía su cabello verde oscuro atado en una coleta en la parte posterior de su cabeza.

En cuanto a los Genin que viajaban con ellas, se trataba de tres Kunoichi y tres Shinobi.

El intimidante Gaara, la confiada Temari y el burlesco Kankuro eran los tres integrantes del Equipo de Pakura, los hijos del Yondaime Kazekage…

Con la otra Kunoichi se encontraban una chica tez clara y cabellera verde que le llegaba hasta los hombros, con dos flequillos de tono más claro que el resto y un mechón de pelo que le sobresalía de la cabeza. Tenía ojos de color naranja y su vestimenta consistía en una chaqueta azul con injertos blancos, la cual tenía parches redondos de color rosa en los hombros, en los codos y era complementada con pantalones cortos de color rosa y botas Ninja blancas que le llegaban hasta los muslos con protección en las rodillas.

La segunda integrante del equipo era una joven de piel clara y largo cabello rubio, el cual se encontraba cubierto en su mayoría por la capucha de su atuendo, destacando un gran mechón de cabello que caía sobre su frente. Sus ojos eran de color azul, acentuados por marcas rojas alrededor de ellos, destacando en su fino rostro el uso de labial rosa. Su vestimenta era un top oscuro que le cubría el pecho, debajo una chaqueta de color lavanda con capucha, pantalones de color guinda y guantes negros. También llevaba una cinta oscura con un colgante alrededor de su cuello y botas Ninja de tono azul, a los tobillos.

Finalmente, el Shinobi del equipo poseía cabello largo de color marrón, que cual llevaba atado en una cola de caballo de punta. Usaba una máscara blanca con toques morados de mirada entrecerrada y sonrisa perversa, teniendo el símbolo de Suna en el centro de la frente. Estaba ataviado con una chaqueta de tono beige, pantalón marrón y sus sandalias Ninja a media pantorrilla eran de color negro. Además, llevaba una espada en la espalda, la cual cargaba con una funda que la cruzaba de su hombro derecho hacia el costado izquierdo de su cadera.

Coincidiendo con el pelirrojo de Suna, los tres demostraban tener 13 años.

— Buen día —Se acercó un Ninja de Konoha a las dos Jounin a cargo para realizar el papeleo—, solo tomaré unos datos… ¿Pueden ayudarme?

— ¡Claro que sí! —Replicó la mujer que a pesar de su sobrepeso, tenía un rostro bello y amigable.

— Díganme sus nombres y los de sus alumnos Genin, por favor

— Soy Pakura y mis estudiantes son Gaara, Temari y Kankuro, los hijos de su excelencia, Raasa-sama —Contestó la Kunoichi de cabello bicolor cruzada de brazos y con sonrisa confiada, llamando la atención de la mayoría de los presentes.

— Gaara, Temari y Kankuro, a cargo de Pakura… —El Shinobi de Konoha anotó rápidamente los datos—. ¿Y usted?

— Soy Inko Midoriya y mis estudiantes son Rin Nagisa —Se enfocó en la peliverde—, Yodo —Volteó hacia la rubia— y Araya —Se concentró en el enmascarado.

— Rin Nagisa, Yodo y Araya… ¡Muchas gracias! —Una vez completada su labor, el Ninja de Konoha se alejó.

— No se ve que haya competencia de verdad… —Murmuró Pakura, mirando de reojo a los varios equipos Ninja presentes.

— La apariencias engañan, Pakura-san —Inko hacía lo mismo que su compañera, con sonrisa aparentemente ingenua—, además no estamos aquí para eso… —Adoptó un gesto serio de golpe.

— Es cierto —Asintió la líder del grupo.

Los seis Ninja de Suna que aspiraban a ascender al rango de Chunin miraban de distinta manera a su competencia…

Yodou sonreía de forma discreta, compartiendo en buena medida el pensamiento de Pakura, mientras que Temari y Kankuro se mostraban serios ante el escenario, estando conscientes de que el Examen Chunin solo era una pantomima para la operación a la que habían sido enviados a Konoha. Era imposible saber las sensaciones de Araya por su máscara, pero alternaba su campo de visión entre los diversos competidores al tiempo que Rin se ponía la mano derecha sobre sus ojos para cubrirse la luz del sol y mirar con ahogada expresión de sorpresa a toda la gente reunida…

Particularmente, Gaara se mantenía cruzado de brazos, con indiferencia en su gesto, considerando a todos los demás, sus compañeros incluidos, como simples insectos a los que deseaba aplastar en el campo de batalla. Entrecerró la mirada cuando al interior de Konoha pudo sentir algunas presencias similares a la que habitaba en su interior, aunque solo una era comparable y las otras eran bastante más débiles.

— ¡Hola! —Una efusiva voz interrumpió sus pensamientos—. ¡Yo soy Fuu! ¿También sentiste las presencias que son como las de Shichi-sama?

El pelirrojo volteó a su derecha para encontrarse con aquella chica morena de cabellera verde en matiz menta a los hombros, la cual aparentaba su misma edad y tenía unos expresivos ojos de color naranja, su cabello era un poco largo de color verde con un pequeño pasador naranja en el lado derecho, a la altura de la ceja.

Iba ataviada con una camisa blanca corta sin mangas sobre un corto traje de malla, que dejaba descubierto su esbelto vientre, usando brazaletes blancos a mitad de los bíceps hasta las muñecas en ambos brazos, además de una falda arriba de las rodillas sobre un corto pedazo de malla, calzando sandalias Ninja de color blanco. Llevaba su banda Ninja con el símbolo de Taki (Cascada) en su brazo derecho y llevaba un objeto cilíndrico de color rojo en su espalda…

Los hermanos del pelirrojo se mostraron horrorizados al instante por la confianza con la que aquella insolente chica se había acercado a su hermano, temerosos de que Gaara no tardara en asesinarla y posiblemente revelar todo el plan…

Pero ante la incredulidad de los hermanos mayores y la sorpresa del equipo de Inko, el siniestro Shinobi permaneció expectante ante la jovial chica.

— ¿Shichi-sama? —Replicó serio Gaara.

— ¡Sí! Como tiene siete colas, le digo Shichi-sama, aunque nunca me ha dicho su nombre real… —Fuu se mostró triste por un momento—. ¡Pero algún día lo hará! En fin… ¿Cómo se llama tu acompañante? —Miró fijamente al pelirrojo, con jovial sonrisa y las manos tras la espalda, balanceándose sobre sus talones y las puntas de sus pies.

— Shukaku…

— Ya veo… ¡Bueno! Ya debo irme… —Volteó sobre su hombro izquierdo para percatarse de que sus dos compañeros de equipo se acercaban con clara molestia en sus expresiones—. ¡Nos vemos…! Eh…

— Gaara…

— ¡Nos vemos, Gaara-san!

Aquella particular chica se alejó, dejando atónitos a los hermanos del pelirrojo, así como sorprendidas a las Jounin y al otro equipo Genin de Suna…

Si cualquier Ninja de Suna que no fuera Pakura o el mismo Kazekage se hubiera acercado de esa manera a Gaara, posiblemente habría sido triturado hasta la muerte de forma tétrica por la arena del pelirrojo, en medio de un horrible sufrimiento. Sin embargo, aquella chica se acercó como si el contenedor del temible Ichibi fuera una persona normal.

Obviamente no tenían forma de saber que Fuu de Taki y Gaara de Suna compartían algo muy particular en la forma de los monstruos que contenían en su interior, aunque había una enorme diferencia en cómo vivió cada uno esa experiencia…

Danzou Shimura se encontraba en el complejo subterráneo que albergaba la base de su organización, Ne. Una fuerza ANBU concentrada en conseguir que su líder se erigiera como el Hokage, aprovechando la oportunidad que representaba el Examen Chunin para ello…

Aquél siniestro hombre de cabello negro y que llevaba el costado derecho del rostro cubierto por vendas, cuyo brazo era ocultado por una capa negra que portaba sobre su yukata blanca y que aparentemente se apoyaba en un bastón para caminar, se mantenía expectante ante aquellos treinta Ninja enmascarados y que salvo contadas excepciones como Sumire Kakei, estaban totalmente cubiertos por capas de color marrón, todos acuclillados frente a él, con las cabezas inclinadas en señal de la mezcla de temor y respeto que tenían por su líder.

— Como bien saben, la oportunidad que hemos estado esperando se presenta justo frente a nosotros —El anciano comenzó a hablar— y a final de todo esto, debemos cumplir los siguientes objetivos: yo debo alcanzar la posición de Hokage una vez que se demuestre la incapacidad de Sarutobi para ejercer como tal esa posición… Utilizaré el poder especial que obtuve durante el asunto Uchiha para conseguir el favor de Kagura Dornburg y finalmente, me apoderaré de varios activos valiosos para Konoha, como la hija de Sasuke Uchiha, Sarada Uchiha, así como el Jinchuuriki del Kyuubi, Naruto Uzumaki… —Entrecerró la mirada mientras posaba su atención en la pelimorada—. Tú eres clave en eso, Sumire… Tengo entendido que tu acercamiento con esa chiquilla ha sido exitoso y por ende, es una vía de acceso al niño, ya que son compañeros de equipo…

— Sí, Danzou-sama —Sumire asintió, alterando lo menos posible su posición—, como ha dicho, he establecido un lazo con Sarada Uchiha y por ende, también he tenido contacto con Naruto Uzumaki y…
— ¿Qué ocurre?
— Si me permite decirlo, Himawari Hyuga también ha demostrado tener potencial para unirse a nosotros…

— La hija que Hinata Hyuga tuvo con el Yondaime… —El sombrío anciano se llevó la mano a la barbilla, pensativo—. Ahora que lo mencionas, no tenemos un Byakugan a nuestro servicio… Muy bien, también pondré a Himawari Hyuuga entre nuestros objetivos…

Un rato después de que otros Ninja presentaran informes relacionados con el plan, Danzou caminaba al interior del complejo, seguido de cerca por Sumire, quien bajo su máscara permanecía seria, esperando las indicaciones que iba a recibir por parte de su incuestionable líder.

El sombrío Shinobi avanzaba con seguridad al frente, adentrándose en la profundidad de su base, mirando de reojo las demás habitaciones a sus costados, en las cuales fieles y fanatizados seguidores suyos, realizaban experimentos crudos, principalmente de lavado de cerebro para reclutas recién incorporados ya fuera mediante la tortura, el uso de drogas o el condicionamiento metódico mediante variadas técnicas de hipnosis…

Finalmente se posaron fuera de un cuarto separado del exterior con un muro de cristal, en cuyo interior se encontraba una chica que parecía tener unos 16 años, de piel clara, de cabello rojo en un matiz oscuro a la altura de la barbilla con un par de flequillos a los costados de su rostro que llegaban hasta la altura de su pecho, la cual estaba acostada en lo que parecía ser una cama de hospital…

Tenía enrollado su flequillo delantero con un dispositivo metálico parecido a un rizador de cabello en la parte superior de su cabeza, de puntas laterales. Usaba únicamente un top de color rojo que resaltaba su generoso busto y un pantaloncillo corto, que dejaba notar su prominente cadera así como trabajadas piernas.

Cerca de la cama había una máquina compleja que analizaba sus signos vitales a través de diodos conectados a sus sienes y mostraba patrones estables, además de sutiles pitidos constantes casi armoniosos…

— Escucha, Sumire… —Danzou interrumpió los pensamientos de la aludida, que miraba con fascinación a esa hermosa joven—. Ella es el resultado de posiblemente el experimento más ambicioso que hemos hecho hasta la fecha y que puede ser el preámbulo para que nuestras fuerzas alcancen un nuevo potencial…

— Ya veo… —La Kunoichi regresó la mirada a la pelirroja que parecía dormir profundamente.

— Su nombre clave será Kurobara (Rosa Negra)… Es una chica que años atrás fue sometida a un experimento particular junto a otros cincuenta niños y ella fue la única que logró sobrevivir a esa prueba…

— ¿Una prueba? —Bajo su máscara, Sumire entrecerró los ojos

— Como debes saber, Tsunade Senju es descendiente tanto del Shodaime Hokage, Hashirama Senju, así como de la afamada Mito Uzumaki… Sin embargo, ella no presentó ninguno de los dos rasgos genéticos que tenían sus ilustres antecesores y por ende, una vez que Hashirama murió, el casi mítico Mokuton se perdió para Konoha y fuera de implantes de las células del Shodaime mismo, no hay material genético para conseguirlo… No obstante, en ese tiempo encontramos la tumba de Edarama Senju, hijo de Hashirama y Mito Uzumaki, que también poseía los Kekkei Genkai de sus padres y procedimos a sustraer un poco de su material genético con el fin de estudiarlo y ver si era posible obtener acceso a ambos poderes… —El anciano miraba con sombrío regocijo a la preciosa joven que parecía dormir ajena a ello.

— Entonces ella…

— Así es, al tiempo que lograba sobrevivir, manifestó ambos poderes y ahora puede que sea la mejor arma a nuestra disposición… —Danzou dejó ver una ira contenida a través de su mirada—. Por desgracia, en nuestro afán de mantener reprimidas sus emociones, intentamos eliminar los recuerdos de su pasado; no obstante, estos emergen ocasionalmente en forma ya sea de pesadillas o recuerdos detonados por hechos aislados, llevándola a un punto de inestabilidad mental, por lo que pasa la mayoría del tiempo en ese estado —El anciano se enfocó en la enmascarada que lo acompañaba—, y es por eso que tú serás la encargada de eso…

— ¿Qué quieres decir, Danzou-sama? —Sumire no pudo ocultar el asombro ante esa declaración.

— Debido a la condición actual de Kurobara, necesitamos crearle un pasado falso que sea estable, sepultando en el proceso lo que quede en su cabeza de esa vida original y no le provoque aquellas crisis que tiene, para luego terminar por eliminar ese pasado fabricado y formarla como una integrante de pleno derecho de Ne, sin recuerdos ni emociones… —El sombrío Ninja regresó su atención a la ahora conocida como Aki, mirándola con detenimiento—. Y de ser necesario, también recibirás una frase gatillo para colapsar su mente y que acabe con lo que esté a su alrededor antes de que su mente quede destruida…

— S-Sí, Danzou-sama…

El anciano entrecerró la mirada al escuchar la voz dubitativa de Sumire.

— Recuerda que las emociones llevan a la destrucción y si bien te he dejado conservarlas hasta ahora dado tu buen rendimiento, todavía puedo quitártelas… Tú eres la que decide si estás capacitada para llevar a cabo ésta misión o debo reemplazarte…

— Lo siento, Danzou-sama —Replicó la pelimorada, recuperando la calma de golpe, aunque en su interior se estremeciera de temor—, solo fue la impresión de semejante responsabilidad… No volverá a suceder, tiene mi palabra…

— Bien… Entonces prepararé todo para que puedas irte junto a tu nueva hermana adoptiva…

Era un lugar lleno de abundante y enorme vegetación, con una humedad bastante alta y con la presencia de un gran número de pequeños estanques y riachuelos, además de tener una temperatura bastante cálida y agradable, la cual propiciaba la abundancia de insectos…

Se trataba de Myoubokuzan (La misteriosa montaña del árbol), conocida también como Gama no Kuni (La tierra de los sapos), donde los sapos capaces de ser invocados mediante el Kuchiyose no Jutsu (Técnica de Invocación) vivían.

El líder de ese lugar, llamado Gamamaru, reconocido sabio y el más longevo de los habitantes, era un sapo de piel naranja, que se encontraba en una cueva excavada por una cascada subterránea, que había sido adaptada para convertirse en el lugar donde residía para dirigir Myoubokuzan y orientar a quienes fueran capaces de llegar a él siguiendo su destino.

Frente a él, se encontraba uno de los Shinobi más reconocidos de Konoha: el famoso Gama-Sennin (Sabio Sapo) Jiraiya, integrante del grupo de los Sannin en su momento junto a Tsunade y Orochimaru…

Aquél hombre de cabellera blanca y alborotada, atada en una coleta alta, bastante alto para el promedio en la Nación del Fuego y con las ropas que lo acreditaban como el único humano totalmente afiliado a ese lugar, se mantenía expectante, cruzado de brazos, mirando a Gamamaru, quien a su vez tenía la atención puesta en la enorme esfera de cristal que levitaba entre sus manos, mientras interpretaba la luz que el objeto emitía como las señales de la profecía por la que había sido llamado.

— ¿Qué sucede, anciano? —Preguntó expectante el Sannin—. Es raro que me hayas mandado llamar tan de repente…

— Lo que sucede —Dijo el enorme anfibio con voz cansada—, es que hace un tiempo falleció el último protector enviado por los Kami, el Kami no Senshi…

— ¿Kami no Senshi? —Repitió intrigado el famoso Ninja—. ¿Acaso no se trataba de un mito entre las fábulas de los Uzumaki?

— El Kami no Senshi era real y siempre vigiló los Tres Mundos para evitar que se perdiera el equilibrio entre ellos…

— ¿Me dices entonces que el equilibrio de los Tres Mundos está en peligro? —El albo se mostró serio.

— No —Gamamaru se aclaró la garganta antes de continuar—, lo que sucede es ahora el Mundo Humano está a merced de algún humano que quiera apoderarse de él

«¿Orochimaru?» Jiraiya recordó fugazmente al Ninja que llegó a considerar su mejor amigo.

— Es por eso que te mandé a llamar… He visto una nueva profecía y deseo compartirla contigo, porque tú serás clave para evitar que suceda —Sentenció de repente el enorme anfibio.

— ¿Profecía? —Jiraiya endureció el semblante

— Verás, dice así…

Surgido de la oscuridad del Mundo Ninja,
Llevará el desorden y el caos a donde vaya,
No tendrá límites para conseguir su objetivo,

Poco a poco su sombra se extiende por todo.

La persona que murió y regresó de la muerte con esa convicción,
Su oscuridad no tiene precedentes en el pasado,
Su luz cegadora engañará a sus semejantes,
Se estirará sin despegar los pies del suelo para alcanzar el cielo.

La aldea en llamas será la primera en conocer su oscuridad,
La aldea del cielo se dejará deslumbrar por su luz,
Quiere a los monstruos para realizar su sueño,
Su temible mirada no distingue inocentes de Ninja.

Solo la convicción de quien creció entre los sapos podrá detenerlo,
Uno de sus alumnos tendrá la oportunidad de combatir,
Deberá estar listo para enfrentar al Enviado del Caos,
Y solo esa oportunidad tendrá el mundo de los humanos…

— Y esa es la profecía, Jiraiya-kun… —Concluyó el líder de Myoubokuzan con tono sombrío.
— Quien creció entre los sapos… ¿Te refieres a mí? —Jiraiya se enfocó en el anciano sapo, pensativo.

— Sí, tú que has sido el único que ha completado con éxito el entrenamiento en Myoubokuzan… He tenido la visión de uno de tus alumnos enfrentando al Enviado del Caos… Alguien que solo traerá la anarquía al mundo al cimbrar las bases mismas de él…

— Pero —El albo se mostró sombrío—, el único, o mejor dicho, la única de mis alumnos que sigue con vida es Konan… Como sabes, Minato murió en la guerra, Yahiko y Nagato fueron víctimas de aquella trampa de Hanzou en Ame de la que solo Konan pudo escapar y hace un par de meses, Ozai fue asesinado…

— Según la visión, será uno de tus alumnos quien enfrentará al Enviado… Es lo que vi…

«¿Se tratará de uno de los hijos de Minato?» Jiraiya cerró los ojos, pensativo «Podría ser, dado que los hijos de Ozai están en calidad de desaparecidos y muy probablemente muertos…»

De forma fugaz, Jiraiya pensó en los dos niños rubios y aquella niña peliazul que había dejado su estudiante como legado luego de lo acontecido durante el ataque del Kyuubi, 13 años atrás…

Había dejado de visitar Konoha salvo esporádicos viajes para ver a Konan luego de lo acontecido en aquella emboscada donde solo ella pudo sobrevivir y la llevó a la aldea para asegurarse de que estuviera bien. No tenía idea de nada realmente, salvo que por mera deducción, se había dado cuenta de que los hijos de Hinata Hyuuga eran demasiado parecidos a Minato y como la chica del Byakugan solamente tenía ojos para su alumno, seguramente algo particular había sucedido para que esos niños fueran concebidos.

Naruto de Kushina, Boruto y Himawari de Hinata… Los hijos de Minato Namikaze. Posiblemente a los únicos chicos en todo el mundo que entrenaría, sin contar a los príncipes Zuko y Azula, hijos de Ozai.

Minato y Ozai fueron sus estudiantes, algo que pocas personas sabían dado que los había aceptado en un comienzo porque el futuro Hokage recibió el favor de Tsunade, quien le ofreció su cuerpo, para que aceptara entrenar a ese talentoso huérfano, mientras que el entonces Príncipe de la Nación del Fuego lo había buscado en persona para que lo entrenara.

Konan era su alumna más querida, a la que consideraba una hija y posiblemente a la única mujer hermosa con la que siempre contuvo sus instintos pervertidos. Esa chica estaba enamorada por completo de Yahiko, casi tanto como él de Tsunade, por lo que seguramente no había posibilidad alguna de que tuviera hijos con la muerte del pelinaranja…

Entonces solo quedaba alguno de los hijos de Minato como el posible chico de la profecía.

— Ya veo —Asintió el Gama-sennin—, gracias viejo, creo que iré a Konoha para buscar al chico de la profecía

— Ve con cuidado, Jiraiya-kun —Intervino Gamamaru—, el peligro asecha a tu aldea…

— Lo tendré, viejo.

Jiraiya de inmediato desapareció en medio de un remolino de hojas ante la mirada pensativa del líder de Myoubokuzan, quien suspiró luego de unos instantes.

«Ahora que el último de los enviados de los Kami ha perecido, el Mundo de los Humanos está expuesto a la mayores amenazas y una sombra realmente perversa asecha a lo lejos… Todo está en tus manos, Jiraiya-kun»

Asgard, el extremo norte del mundo, era un lugar infernal cuyas temperaturas eran las más bajas del planeta y sus ventiscas eran mucho más hostiles que las existentes en la tierra de los Samurai, la Nación del Hierro. En medio de la inmensidad en ese lugar, una planicie enorme, posiblemente el punto más frío sobre el planeta, apenas era distinguible una estructura rocosa de enormes dimensiones que asemejaba la forma de un dragón con sus fauces abiertas…

En el interior de ese imponente lugar, se encontraba realmente un castillo de grandes proporciones que alojaba varias cosas simplemente indescriptibles para seres humanos y en cuyo profundo interior residía aquél al que Orochimaru deseaba servir, el Rey Dragón Demonio…

Aquella silueta imponente miraba desde una esfera de cristal incrustada en el techo de lo que parecía ser una sala de reuniones con forma heptagonal, varias imágenes alternadas del Mundo Humano, desde mares y bosques, hasta las Aldeas Ninja.

— Veo que ha despertado, Nubes-sama… —Los ojos distinguibles entre esa forma oscura se entrecerraron.

— Pensé que con un descanso me recuperaría, Shiryuu… Pero es evidente que no es así…

A los pies de esa entidad, se encontraba una mujer cabellera alba, ataviada con un Kimono blanco abierto que dejaba ver a exuberante anatomía, la cual permanecía con los ojos cerrados en espera de las órdenes de su líder.

— Al parecer, las heridas de mi enfrentamiento con la Kami no Senshi tardarán en sanar más de lo que había pensado… Aunque podría usar "ese" método para recuperarme, al final no hay prisa… Ahora que Shirona no está, nadie es capaz de enfrentarme…

— Es verdad, Nubes-sama —Replicó la mujer arrodillada.

— El más cercano a eso es el buen Orochimaru... Si con cercano nos referimos a lo cerca que el centro de planeta lo está del espacio exterior…

Frente al Rey Dragón Demonio y a la mujer apareció una fémina de elegante y largo vestido blanco, con el cabello negro atado en una coleta alta, destacando una gata negra con calva de luna en la frente, parada en el hombro izquierdo de aquella misteriosa mujer de cautivadores ojos azules que mantenía una sonrisa sutil.

— Diva… —Murmuró indiferente la alba, para abrir sus ojos y revelar unos ojos grises de pupilas alargadas como las de una serpiente.

— Hola, Choun —Levantó la mano jovial aquella sombría azabache pálida, con gesto amigable.

— Contexto —Dijo el Rey Dragón Demonio, a lo que la recién llegada se aclaró la garganta.

— Bien… Orochimaru planea invadir Konoha para conquistarla, destruirla y así ganarse su gracia, Nubes-sama… Es lo único digno de destacarse

— ¿Qué? —Murmuró la alba, sorprendida.

— Je, je, je… —La silueta negó con la cabeza de forma suave—. ¿A mí por qué me interesaría que el inútil de Orochimaru conquistara una miserable aldea de los humanos?

— Parece ser que el buen Orochimaru piensa que si logra apoderarse de la supuesta aldea Ninja más fuerte y destruirla, podría convencerlo de ponerlo al frente de la fuerza que había ideado para conquistar el Mundo Humano… El pobre quedó bastante traumado luego de la patética exposición que usted le rechazó…

— Ahora que vencí a Shirona, mi prioridad es recuperarme de mis heridas… Fuera de eso, el Mundo Humano puede esperar, puedo conquistarlo cuando quiera, pero por el momento lo dejaremos todo tal y como está… Que la alimaña de Orochimaru intente lo que quiera… Mañana, en cien años… Podemos acabar con él en cualquier momento…

— ¿Qué hará, Nubes-sama? —Cuestionó Choun Shiryuu.

— Por ahora, Shiryuu… Tendré un ciclo de hibernación…

— ¿Cuánto tiempo será ésta vez, Nubes-sama? —Cuestionó la azabache—. ¿Cincuenta? ¿Cien años?

— No lo sé… Las heridas de la batalla contra Shirona me dejaron más secuelas de las que había pensado y no sé cuánto me tome sanar por completo… La Kami no Senshi era una adversaria temible y cualquiera de los dos pudo haber ganado la batalla… Al final solo la vencí por el factor experiencia…

— ¿Cuáles son sus órdenes, Nubes-sama?
— Sabiendo que Shirona fue la última de su linaje, realmente no hay un obstáculo para nuestra eventual conquista, así que no es necesario que les haga algún encargo específico… No obstante, desde ahora les digo que está terminantemente prohibido que intervengan en los asuntos de los humanos… —Se enfocó en la azabache—. Lo digo por ti, Diva…

— Como diga, Nubes-sama —La aludida sonrió nerviosa.

— Pues bien… No quedando pendientes, comenzaré mi descanso —La silueta se notó doblarse de forma visible—, estoy al límite de mis fuerzas…

Después de unos instantes, la siniestra figura del ser más poderoso del planeta simplemente desapareció ante sus dos servidoras, la indiferente alba y la sonriente azabache, conocidas en los dominios del Rey Dragón Demonio como la Espadachín Legendaria y la Sombra Sangrienta respectivamente…

— Al parecer Nubes-sama se ha retirado a sus aposentos a comenzar su hibernación regenerativa… —Dijo Choun Shiryuu.

— Bueno, Luna… Vamos de paseo a Konoha —De inmediato su compañera volteó a verla con severidad.

— Nubes-sama nos ordenó que no interviniéramos en los asuntos de los humanos…

— Hm —Cerró los ojos luego del regaño de su compañera—, no te preocupes, Choun… Solo quiero ir a fastidiar un poco al buen Orochimaru, además, como tal, no voy a intervenir en nada de los humanos…

— Espero que estés lista para tu castigo si Nubes-sama llega a enterarse…

— ¿Qué me va a hacer? —Diva alargó su sonrisa—. ¿Matarme?

— No juegues con tu suerte…

— No te preocupes… Solo voy a molestar a Orochimaru, vuelvo en unos meses…

Ante la fría mirada de la alba, la azabache desapareció en un instante luego de que su imagen se hiciera difusa.

La academia Ninja estaba rebosante de actividad, dado que en ese lugar se habían reunido los equipos Genin que iban a participar en el Examen Chunin…

En la tarima del aula principal, se encontraban doce Genin acompañados por su Sensei Jounin, siendo observados por los estudiantes de la generación más cercana a graduarse, ante la presencia de varias autoridades de Konoha, destacándose la figura del Sandaime Hokage, que en ese momento se disponía a declarar algunas palabras.

Los cuatro equipos formaban cuatro columnas de adelante hacia atrás. Al frente del Equipo 7, estaba Naruto, luego Himawari y detrás Sarada, con una sobria Kurenai en el fondo. Al Equipo 8 lo encabezaba Shikamaru Nara, luego Ino, luego iba Chouchou y detrás de ellos, la discretamente sonriente Anko Mitarashi, cruzada de brazos. El Equipo 9 era liberado por Boruto, tras él estaba Kiba, detrás Shino y el expectante Asuma alternaba la mirada entre su prometida y su padre.

El Arma Definitiva observó de reojo al otro Equipo Genin que había sido seleccionado para el Examen Chunin. No eran recién graduados, sino que pertenecían a la generación anterior puesto que si bien no era mucha, se notaba una diferencia de corpulencia y estatura a favor de los desconocidos…

Observó con detenimiento a cada uno de ellos: el que encabezaba al equipo era integrante del Clan Hyuga y usaba su banda Ninja de forma que le cubría por completo la frente, señal de que era de la rama Bonke, luego estaba una chica castaña con peinado de dos odangos a los lados de su cabeza y finalmente aquél chico extraño con peinado de jícara y ese antiestético traje de spandex color verde que le daba un aspecto ciertamente ridículo.

— ¿Ya viste a ese perdedor? —Kiba le susurró a Boruto—. Casi igual de patético que Naruto…

— Sí… —Replicó con seriedad el aludido.

«Visión limitada típica de estos seres inferiores…»

Saikyou Buki había ordenado la investigación del equipo desconocido por si llegaban a ser útiles para sus planes y estaba al tanto de las identidades de Neji Hyuga, Rock Lee y sobre todo, de Tenten…

Con la ayuda de Koharu, indagó en la historia de esa chica y había descubierto que formaba parte de la afamada familia Totousai, fabricantes de armas en Konoha desde hacía varias generaciones. Reconocidos por manejar el arte de la forja y la herrería como nadie en todo el Continente Elemental, los Totousai tenían conocimiento avanzado y casi mítico que eclipsaba a cualquier otro clan fabricante de armas y posiblemente estaría apenas unos pasos debajo de los Nakatsukasa…

Los Hiraishin Kunai, las armas de su padre biológico para realizar el famoso Jutsu del mismo nombre, habían sido maquilados por los Totousai. Estaba consciente que tenía un arma viviente en Tsubaki, su compañera elegida para el proyecto espiral, la Kinmabuki, capaz de regenerarse del daño que sufriera como sanaría una lesión y con un potencial en teoría ilimitado, dado que su potencial como arma estaba interrelacionada a su capacidad como Kunoichi…

Pero aún así, la carne y la sangre humana tenían limitaciones, por lo que tener acceso a las mejores armas, sería una ventaja enorme para los conflictos que estaba destinado a tener en el futuro con las diversas fuerzas que llegaran a interponerse en su objetivo.

Luego de investigar a detalle, llegó a la conclusión de que además de los conocimientos de herrería y forja, los Totousai tenían alguna capacidad desconocida que simplemente los hacía mejores para fabricar armas que cualquier otro clan por lo menos de Konoha. En parte, ese era el secreto por el que Konoha se había logrado mantener a flote durante la anterior Guerra Ninja, puesto que en los enfrentamientos mano a mano entre Ninja del mismo nivel, las armas de los Totousai habían sido la clave para inclinar la balanza a favor de los Ninja de la Nación del Fuego…

— Bueno, por lo menos será llevadero el Examen con estos fenómenos cerca… —Kiba continuaba juzgando a los Genin desconocidos por su apariencia.

— ¡Suficiente, Inuzuka! —El castaño se cuadró de inmediato con aquella voz—. Si vuelvo a sorprenderte parloteando en la ceremonia, le diré a Hokage-sama que saque a tu equipo completo del Examen Chunin…

— S-Sí, Suzume-sensei… —Naruto orientó los ojos hacia el origen de esa reprimenda.

Se trataba de Suzume Isou, conocida como la maestra más estricta de la Academia Ninja. Una mujer castaña de corte a los hombros con la frente despejada y el cabello ligeramente orientado a la derecha, que usaba lentes de fino armazón negro, sombra roja en los ojos, labial carmín y con gesto duro, miraba de reojo a los estudiantes. Una Yukata holgada de color negro cubría su cuerpo de los tobillos a los hombros, bajo la cual llevaba una camisa de malla de cuello alto. Usaba botas Ninja de tacón bajo.

— Lo mismo va para todos… Atentos al discurso de Hogake-sama.

Mientras Sarutobi comenzaba a hablar sobre el Examen Chunin, Naruto recordó su experiencia con Suzume, la profesora del manejo básico de Chakra y la formación elemental de los Ninja, Shinobi y Kunoichi, para graduarse como Genin…

Esa mujer era sumamente estricta y no caía en gracia de ninguno de los estudiantes.

Era posiblemente el único punto en el que él y Boruto debían estar de acuerdo: Suzume Isou era una desgraciada. Sin embargo, también era inteligente, porque fue de las contadas personas que nunca hizo diferencia entre él y los demás estudiantes por el asunto de Kurama. La castaña siempre trató igual a todos los de su generación y al parecer seguía siendo así, puesto que los Genin espectadores la miraba con una mezcla de temor y enojo mientras ella permanecía indiferente, atenta a las palabras del viejo Hokage.

La diferencia de niveles entre los novatos de su generación era resultado de las preferencias de su preciosa Kurenai-chan, Anko Mitarashi y el estúpido de Asuma, dado que Suzume los dejó al mismo nivel a todos antes de que les fueran asignados su Jounin Sensei y solamente por lo que aprendían con sus familias fue que lograban destacar unos sobre otros o en su caso, debido a su todavía desconocido potencial como Saikyou Buki…

Y de repente, Suzume Isou dejó de ser una desgraciada a sus ojos para convertirse en una mujer con potencial para servirle.

«Perfil bajo como para que jamás le tomara la debida atención, pero en realidad todos tenemos las base formativas ideales para que los Jounin terminen de entrenarnos…»

«¿Qué es está sensación? Me siento algo incómoda de repente…»

Suzume, de espaldas a Naruto con estricta atención a las palabras de su líder, no podía ver la incisiva mirada del Arma Definitiva sobre ella, luego de determinar que también podría estar en su lista de futura adquisiciones a su cada vez más larga lista de servidoras. Optó por restarle importancia a esa sensación y permaneció atenta a las palabras de su respetado líder…

— Y es así que con el esfuerzo de todos, lograremos salir adelante en estas condiciones complejas… Konoha es nuestra aldea y a pesar de las dificultades, la Voluntad de Fuego, nuestra esencia misma como aldea, nos llevara a una nueva era de prosperidad para nuestro hogar…

Salvo excepciones, como Sumire o Hebiichigo, los aplausos y ovaciones de los alumnos de la Academia Ninja eran sinceros, puesto que eran jóvenes Ninja incapaces de dimensionar la compleja situación en la que se encontraba la aldea, con el desprestigio internacional luego de que por puros intereses de los Daimyo de las Naciones Elementales involucradas, el conflicto entre Konoha y Kumo no hubiera terminado en una nueva Guerra Ninja, además del desprestigio interno, en el que el Hokage apenas podía sostenerse como líder en una situación sumamente tensa, con los Hyuga apenas manteniéndose fieles a la aldea y los otros clanes recelosos de los portadores del ojo Byakugan…

Los Jounin presentes, así como los consejeros, Koharu, Homura y Danzou, aplaudieron como mero formalismo, conscientes los tres de que con el comienzo del Examen Chunin, Hiruzen daba un paso más hacia su perdición.

«Es una pena que seas incapaz de ver lo que acecha en las sombras… Pero no te preocupes, Naruto-sama sabrá usar adecuadamente lo que quede de Konoha para llevar a cabo sus maravillosos planes…» La Utatane alargó su sonrisa bajo su mascarada de anciana.

«Cuando todo esto termine, seré el nuevo Hokage y personalmente llevaré a Konoha al lugar que le corresponde por derecho… Ya no eres necesario, Sarutobi…» El Shimura entrecerró la mirada con oscuro deleite.

«Sobrevivir es lo único que importa… Dudo que Koharu esté enterada de algo, pero Danzou… Todavía tengo tiempo por la alianza que tenemos, pero eventualmente todo estallará y yo seré el único superviviente, pase lo que pase…» De forma discreta, el Mitokado endureció su gesto.

«Hemos tenido tiempo peores… Pero confío en que luego de mostrar en el Examen Chunin que Konoha sigue siendo fuerte, todo saldrá bien al final…» Sarutobi, a pesar de mostrarse serio, creía firmemente en que todo saldría bien al final.

Finalmente, luego de terminar con el protocolo, los cuatro equipos Genin comenzaron a movilizarse siguiendo las órdenes del Hokage. En su mayoría eran aplaudidos y apoyados por los estudiantes y docentes, salvo contadas excepciones, como Hebiichigo, que se limitó a ver a ese grupo, así como Suzume Isou…

Los equipos se dirigieron al lugar donde se encontraría finalmente con los Genin de las otras aldeas, para comenzar finalmente con el Examen Chunin, con paso lento pero firme, en silencio.

«Me las vas a pagar infeliz…» Boruto miraba con marcado odio y obvia indiscreción a su medio hermano, recordando con amargura el momento en que lo vio copulando con su madre «Si pudiera, se lo contaría a alguien… Pero cuando llegue el momento, voy a matarte con mis propias manos… Te mostraré que no importa lo que hagas, siempre seré mejor que tú….»

«Quiero ver lo que me espera…» El Arma Definitiva avanzaba con discreta sonrisa, ignorando el instinto asesino sobre él «El camino se abre frente a mí… Veo una aldea que espera ser conquistada, veo preciosas esclavas potenciales y veo la caída de Konoha para dar uno de los pasos más importantes de mi plan… El momento en que la aldea traidora se convertirá en un lugar al total servicio de los Uzumaki…» Entrecerró su mirada con deleite, enfocada en Sarutobi «Nada personal, viejo… Pero desde ahora, el momento de su final se acerca poco a poco, de forma inevitable…»

Notas

Finalmente ha empezado el arco del Examen Chunin y bueno, empiezo mostrando varios frentes abiertos, así como algo en particular… ¿Por qué acabar con el factor Kami no Senshi? La idea es que en ese sentido, Naruto y Obito tengan cierta libertad de actuación, ya que las dos fuerzas más allá del Mundo Humano (Nubes y Shirona) se han neutralizado mutuamente independientemente del resultado de su conflicto y todo, salvo pequeñas intervenciones puntuales y poco determinantes, todo se queda en el mundo de los Ninja.

Si bien no he mostrado todo, voy revelando poco a poco como ha cambiado la casa Uzumaki y Konoha luego del regreso de Naruto tras el viaje a Uzushio. Por ejemplo, Kushina, Konan y Samui, por su estado, quedan fuera del campo de batalla en ésta etapa por su estado evidente y sobre el por qué su caso es diferente a lo de Yoruichi o Kurenai, pues lo revelaré próximamente. Rangiku se ha incorporado de lleno a la familia con su problema de alcohol que se será un elemento destacado para unirla al clan Uzumaki por completo y poco a poco, los diversos poderes en la lucha por Konoha, como Danzou, empiezan a mover sus piezas para lograr sus objetivos.

Aparece Fuu de forma parecida a como la mostraron en Shippuden, aunque de forma temprana, para incrementar la dificultad del Examen en el sentido de que no será solamente Suna-Orochimaru vs Konoha, sino que habrá varias fuerzas con diversos intereses y cosas por el estilo.

De momento creo que es todo.