Star Wars Episode IV: A New Hope
Capítulo Tres. Ron Weasley y el wookie.
Harry, Albus y los elfos viajaban en la nave del primero; Albus conducía, Harry había decidido acompañarlo puesto que ya nada le impedía dejar el planeta aunque aún estaba conmocionado con la muerte de su familia, al menos la única que le quedaba; no lograba entender por qué habían asesinado a sus tíos y su primo.
-No entiendo -dijo de repente - mis familiares no eran muy agradables pero... ¿quién querría asesinarlos?
-Fuera de la casa ví disparos - comentó Albus.
-¿Ah sí?
-Sí, de armas láser, armas láser muy precisas y poderosas como para pertenecer a simples bandidos... tal vez soldados.
Winki y Dobby ahogaron un gemido. No querían pensar que se tratara de soldados imperiales.
Harry no necesitó escuchar más para entender; lo que habían dicho los elfos de que provenían de una nave consular, lo de la misión de Dobby, la misteriosa tarjeta con su misterioso contenido. Era claro que eran soldados imperiales, que buscaban algo y que ese algo se encontraba en el bolsillo del anciano que conducía la nave en la que viajaban. No tenía idea de lo que contenía la tarjeta, pero lo que sea que contuviera se trababa de algo muy, muy importante.
-¿A dónde iremos primero? - preguntó para cambiar de tema.
-Por ahora buscaremos un transporte, te llevaré a un lugar que seguramente nunca has visitado - contestó Albus.
Al poco tiempo llegaron a la zona comercial de Surrey; había varias tiendas y visitantes de muchos planetas. Comerciantes y compradores de una gran variedad de especies.
Winki soltó un pequeño chillido y señaló algo. Harry giró la vista para ver un par de hombres con armaduas blancas y armas láser en las manos.
-Soldados imperiales - dijo Winki temblando - Winki tiene miedo de ellos.
Dobby comenzó a tocarse la ropa.
-La ropa de Winki y Dobby los delatará - dijo él también asustado. Harry le dió la razón; era obvio que se trataba de un uniforme.
-Yo me encargaré - dijo Albus y continuó manejando. Al pasar cerca de los soldados éstos los detuvieron.
-¿Son de ustedes los elfos? - preguntó un soldado.
-Sí, están en venta si les interesa - respondió Albus muy calmado.
-Déjenos revisarlos
-No necesita revisarlos - susurró Albus. Harry alcanzó a escucharlo.
-No, no será necesario - dijo el soldado.
-Somos libres de continuar - volvió a susurrar Albus.
-Son libres de continuar, ¡vamos sigan! - ordenó el soldado. Albus siguió conduciendo.
Cuando se hubieron alejado lo suficiente los elfos soltaron suspiros de alivio y Harry miró a Albus confundido.
-¿Cómo, cómo hizo eso?
-El poder de la fuerza joven amigo, el poder de la fuerza - le dijo Albus misteriosamente y Harry habría preguntado más pero el anciano anunció que habían llegado a su destino.
Se bajaron de la nave frente a lo que parecía una taberna, por fuera se leía "El caldero chorreante". Definitivamente Harry nunca había estado ahí.
-¿Paramos para beber? - preguntó Harry algo confundido.
-No, conseguiremos un transporte, aquí se reúnen los mejores pilotos, con un poco de suerte encontraremos uno que este libre.
Al entrar se percibió un ambiente hostil, algunos los miraban extraño. Harry se preguntó si sería por él, por el hecho de ir acompañados de elfos o por que entre ellos estaba el vejete chiflado tan conocido en el planeta.
Albus se acercó a la barra e intercambió unas palabras con el cantinero, después el cantinero señaló hacia una esquina de la barra.
Albus se acercó de nuevo a Harry.
-Creo que corrimos con suerte, ven acompáñame.
Albus comenzó a caminar, Harry lo siguió y los elfos siguieron a Harry. Se dirigieron hacia la barra y Albus se le acercó a una criatura de alredor de dos metros de estatura completamente cubierto de pelo café.
-Un wookie - susurró Dobby.
-¿Un qué? - preguntó Harry cuando Albus había comenzado a 'conversar' con el wookie.
-Un wookie - repitió ¨Dobby y no aclaró más.
Harry se preguntaba cómo podía Albus conversar con una criatura que no hacía más que gruñir; era extraño porque a pesar de la diferencia de lenguaje parecían entenderse muy bien. Terminaron en un par de minutos y Albus se acercó a Harry seguido del wookie.
-Chewbacca es el primer almirante de una nave que puede convenirnos - le dijo Albus a Harry y todos siguieron al wookie a travez del bar.
El wookie se detuvo y se giró a gruñir algo a Albus.
-Esperémoslo un segundo - le dijo Albus a Harry mientras el wookie se dirigía a una esquina donde sentado y con los pies sobre la mesa se encontraba un pelirrojo bebiendo alguna especie de licor mientras observaba a todos lados con aburrimiento.
Harry observó que el wookie le gruñía algo a lo cual el pelirrojo asintió y segundos después la peluda criatura estaba de nuevo frente a ellos y le gruñía de nuevo a Albus.
-Vamos - le dijo Albus a Harry.
Siguieron al wookie hasta la mesa del pelirrojo, el wookie se sentó a su lado y ellos continuaron parados frente a él.
-Chewie dice que necesitan un transporte - dijo el pelirrojo sin apartar la mirada de su copa.
-Así es - respondió Albus.
-¿Cuál es la carga? - preguntó viendo esta vez a Albus.
-Solo nosotros - dijo Albus señalando a Harry, los elfos y a sí mismo.
El pelirrojo miró a los elfos, miró sus ropas, él había viajado por todo el universo y había entrado en muchas naves, muchas veces sin consentimiento, recordaba haber visto esa clase de ropa antes, venían de una nave, no una cualquiera.
Se preguntó qué hacian un par de elfos como esos con los que parecían un par de granjeros.
-De acuerdo.
-¿Y quién es el piloto? - preguntó Harry.
El pelirrojo pareció ofendido ante la pregunta.
-Estás hablando con él - respondió de mal modo. Harry lo miró extrañado, no debía tener más edad que él y ya era piloto, o el pelirrojo era muy audaz o él era muy lento.
-Es muy joven - le dijo en un bajo susurro a Albus, como tratando de que nadie más lo oyera.
-No más que tú - escuchó decir al pelirrojo, al parecer sus intentos no dieron resultado.
-Y tiene buen oido - agregó Albus a Harry divertido ante la guerra de miradas que estaban sosteniendo los jóvenes.
-¿Y cuál sería el destino? - preguntó el pelirrojo a Albus apartando la vista de Harry.
-El planeta Alderaan - respondió Albus.
El pelirrojo volteó a mirar de nuevo a los elfos. Si entendía bien esas personas querían ir a Alderaan con unos elfos que tal vez pertenecían a una nave del imperio, o una consular, o alguna otra muy importante. Curioso, muy curioso.
Albus pareció leerle los pensamientos porque inmediatamente agregó.
-Pido total discreción.
-Eso costará más - dijo el pelirrojo tomando todo el contenido de su copa.
-¿Cuánto? - preguntó Albus. El pelirrojo pareció pensarlo.
-Diez mil galeones - dijo al fin. "Sí, eso saldará la deuda"
Harry pareció sorprendido.
-¡¿Diez mil?! Eso es demasiado, con esa cantidad podríamos comprar una nave.
-¿Y quién pilotearía? ¿Tú? - añadió viendolo de arriba a abajo.
-Por supuesto que sí, soy muy bueno con las naves - dijo Harry molesto. No le agradaba la actitud del pelirrojo.
-Eres joven e impulsivo - dijo el pelirrojo sirviéndose un poco más de licor en su copa.
-No más que tú - respondió Harry. Sonrió, le había dado un poco de su propia medicina.
Y contra todo lo que Harry hubiera podido esperar el pelirrojo sonrió de lado, bajó los pies de la mesa y le tendió la mano.
-Mi nombre es Ron, Ron Weasley. Ya conocen a Chewbacca.
El wookie gruñó.
-Harry Potter - Harry correspodió el saludo - Él es Albus Dumbledore.
Ron también estrechó la mano del anciano y se volvió a recostar sobre su asiento con los pies sobre la mesa.
-¿Y ustedes? ¿Tienen nombre? - dijo dirigiéndose a los elfos.
-Winki y Dobby señor - dijo Dobby señalándo a su compañera y a sí mismo.
Ron asintió; así que Winki y Dobby, que él recordara los elfos de las naves imperiales se reconocían por números, no por nombres. Interesante.
-¿Y bien? ¿Aceptan el precio? - dijo interrumpiendo sus pensamientos.
-Te diré algo - comenzó Albus - si nos llevas a Alderaan sanos y salvos y no vuelves a hablar del tema con nadie te daré dos mil ahora y quince mil cuando lleguemos a Alderaan.
-¡¿Diecisiete mil?! - preguntó Ron incrédulo.
-¡¿Diecisiete mil?! -preguntó Harry de igual modo mirando a Dumbledore como si en verdad estuviera loco.
-Con total discreción - añadió Albus sin hacer caso a Harry.
-Cuenta con ello abuelo... ¿cuándo quieren partir? - preguntó Ron una enorme sonrisa.
-Hoy mismo si es posible - dijo Albus aún sin hacer caso de la mirada de Harry.
-De acuerdo entonces los espero en el anden nueve en dos horas.
Cuando Harry y compañía hubieron abandonado la taberna Ron se giró hacia Chewbacca.
-¿Tu que crees Chewie? ¿Esconden algo no es cierto?
El wookie gruñó y asintió. Él también presintió eso.
-¿Diecisiete mil? - preguntó Harry en cuanto hubieron salido de la taberna.
-Tendremos que vender tu nave... si no te importa - le dijo Dumbledore mientras subían a la nave.
Albus volvió a ocupar el lugar del piloto.
-No, claro que no importa, de todas formas no la necesitaré pero... ¿no es demasiado para un viaje?
-Si puede llevarnos a Alderaan sanos y salvos bien lo vale - dijo Albus antes de emprender la marcha.
Harry analizó la situación. Después de todo tenía razón.
Ron seguía en la taberna, hace tiempo que Chewbacca se había ido para preparar la nave.
Prácticamente ya tenía todo planeado: viajaría, le pagarían, volvería a Surrey para saldar su deuda y viviría tranquilamente... al menos por un tiempo.
Y hablando de deudas.
Ron llamó con la mano a un mesero. Éste se le acercó.
-¿Cuánto debo? - le preguntó. El mesero sacó una pequeña libreta y comenzó a hojearla.
-Contando lo del wookie, quince galeones ¿todavía quiere las habitaciones?
-Eh... ah no, me marcho en unas horas, tome - Ron le dió unas monedas que sacó de su bolsillo.
-Gracias señor.
Ron tomó su chaqueta y salió de la taberna, aún le quedaba un asunto que arreglar en Surrey.
Por favor opinen.
