RON
Sudando. Así es como Harry Potter se despertaba siempre de las pesadillas que tenía desde que había acabado el cuarto curso y había salido del colegio Hogwarts de magia y hechicería hacía casi un mes. Estaba tumbado; pensando en todo lo que había descubierto y vivido desde que entró en Hogwarts.
Harry Potter no era un niño como los demás. Tenía una extraña cicatriz en forma de relámpago en la frente; esa cicatriz era un recuerdo de su primer encuentro con el malvado Voldemort. Quién-ya-sabes intentó matar a Harry una noche después de haber matado a sus padres, Lily y James Potter. Pero a el-que-no-debe-ser-nombrado le salió el tiro por la culata; porqué al morir su madre para protegerlo de Lord Voldemort se había sacrificado para salvarlo, y por lo tanto le había dejado un eficaz protector. Así que cuando el temible Voldemort se acercó a nuestro pequeño Harry para lanzarle su terrible maldición Avada Kevdara, ésta rebotó en Harry y le dio a él dejándolo muy débil.
Así que el pobre Harry tuvo que vivir con sus tíos once años sin saber siquiera que él era un mago; "y uno de los buenos, en cuanto entrenes un poco" según palabras textuales que le dijo Hagrid el día que fue a buscarlo y darle la noticia.
Y claro; Harry muy feliz porqué mientras estuviera en Hogwarts (colegio de magia y hechicería) no estaría con sus insoportables tíos ni con su más que insoportable primo Dudley; que claro, no podían sufrir a Harry por el hecho de que ellos eran muggles, y Harry era un mago.
Y de esta forma Harry subió al tren que lo llevaría a Hogwarts; pero allí lo aguardarían miles de aventuras. El primer año que estuvo allí, él y sus mejores amigos Ron y Hermione tuvieron que plantarle cara al innombrable Voldemort e impedir que se hiciera con la piedra filosofal y recuperara sus antiguos y temibles poderes. En segundo curso él y ron tuvieron que enfrentarse a la cámara de los secretos y salvar a Hermione que había sido petrificada por la mirada de un basilisco; en esa cámara Harry conocerá al heredero de Slytherin, Tom Ryddle, que no es otro que el propio ¡Lord Voldemort en sus tiempos de estudiante de Hogwarts! Pero con la ayuda de Fawkes (el fénix) y del sombrero seleccionador (que le entrega la espada de Godric Griffindor) consigue volver a vencer a Voldemort. En el tercer año, Harry debe salvar a su padrino Sirius (canuto) con la ayuda de Ron, Hermione y el profesor Remus Lupin (lunático); juntos descubren que en verdad fue Peter Pettigrew (colagusano) quién traicionó y "vendió" a los Potter a Voldemort. Y ya, recordando los hechos de este año en Hogwarts, Harry se dijo a si mismo que podía dar gracias de haber vuelto a escapar de las garras de Lord Voldemort. En la final del torneo de los tres magos al coger la copa, él y Cedric Diggory fueron trasladados delante de Voldemort y su vasallo Peter Pettigrew quien hizo una poción en la que hechó de la sangre de Harry y que sirvió para que Voldemort renaciera y que encima a Harry ya no le sirviera de nada la barrera que su madre le había dejado con su sacrificio. Pero cuando Voldemort iba a matarlo, las respectivas varitas de Harry y Voldemort se conectaron, y Harry pudo hablar unos momentos con sus padres.
Seguía tumbado. Ahora con la respiración más acelerada al tiempo que iba recordando los acontecimientos del final del torneo; el recuerdo de Voldemort, estar allí y no poder hacer nada por Cedric, no poder defenderse cuando colagusano lo ató y le hizo un corte en el codo (y que encima le quedó una pequeña cicatriz por culpa de la profundidad del corte); el miedo que había pasado cuando se había visto rodeado por todo de mortífagos, el como creía que iba a morir en esos momentos... pero sobretodo, lo que más recordaba eran las voces; las voces que salieron de las sombras que aparecieron de la varita de Lord Voldemort; la voz de su madre, la voz de su padre, animándolo a no rendirse; la voz de Cedric, la voz de Cedric cuando le pidió que llevara su cuerpo a Hogwarts, de vuelta con sus padres.
Sólo había pasado un mes y un poco más desde la muerte de Cedric. Harry no se lo podía perdonar. Fue él quién le dijo a Cedric que cogieran la copa juntos, si no lo hubiera dicho y sólo él la hubiera cogido, Cedric seguiría vivo.
Ya volvía; tenía que dejarse de culpar; nadie lo hubiera pensado que la copa del torneo fuera un traslador.
En ese momento miró el reloj que tenía encima de su mesa. Faltaban 10 minutos para que cumpliera 15 años. Se sentía orgulloso. Aunque Voldemort hubiera vuelto, él le había parado los pies en primer curso y en segundo curso.
Se sentía orgulloso de todos los amigos que había hecho en Hogwarts; pero sobretodo se sentía orgullosos de haber podido salvar a su padrino y a Buckbeak de la muerte.
Se sobresaltó dentro de sus pensamientos cuando dos o tres lechuzas picotearon en el cristal de la ventana para llamar su atención y que las hiciera pasar. No se lo podía creer. Volvió a mirar el reloj: 00:00. Increíble, este año las lechuzas llegaban muchísimo más pronto (bueno, tampoco muchísimo; sólo un par de minutos, quizá).
Abrió la ventana y las dejó pasar; fueron pasando ordenadamente y se colocaron en fila encima de la cama de Harry. Era como si tuvieran un orden que ellas mismas habían puesto. De esta manera, Harry cogió la primera carta que le entregaba la primera lechuza. Se quedó extrañado, la letra parecía del director de Hogwarts y había un sello con el escudo del colegio. De todos modos la carta decía así:
"Estimado Harry Potter:
Te mando esta lechuza para avisarte y advertirte de que te digan lo que te digan no puedes salir de casa de tus tíos hasta nuevo aviso (ni usar la capa de invisibilidad para salir); cuando sea el momento te mandaré protección y compañía lo antes que pueda. Se despide de ti,
Albus Dumbledore"
Harry no entendía a cuento de que venía lo que Dumbledore le había escrito en la carta; ¿qué demonios le quería decir Dumbledore?
-En fin; será mejor que coja otra.
Cuando Harry se giró para coger otra carta, la segunda lechuza ya se había adelantado y le mostraba la carta, impaciente.
Era otra carta de Hogwarts; y en esta ponía:
"Estimado señor Potter:
Le rogamos que no olvide que el próximo curso dará comienzo el 1 de septiembre. El expreso de Hogwarts partirá a las once en punto de la mañana de la estación de King's Cross, andén nueve y tres cuartos.
También se adjunta la lista de libros del próximo curso.
Atentamente,
Profesora M. McGonagall
Subdirectora"
Bueno, era la carta de rutina de cada año; no había de que preocuparse.
Al girarse, la siguiente lechuza ya estaba esperando; pero ésta no hizo igual que las otras dos, cuando entregó la carta, se quedó; seguramente la persona que le escribía quería una respuesta.
Cogió el sobre y miró las letras que le parecían conocidas.
-¿De quién es ésta?
Harry la abrió y nada más ver de nuevo la letra que ya tanto conocía se alegró muchísimo.
-¡Sirius!
Tenía muchas ganas de saber que tal le iba todo y seguro que la carta no le defraudaría.
En la carta que Sirius le envió ponía:
"Querido Harry:
He hablado con Dumbledore y estoy completamente de acuerdo con él. No se te ocurra salir de casa de tus tíos por nada. Pero estate tranquilo, iremos a buscarte para que puedas llegar a tiempo a coger el expreso de Hogwarts en el andén nueve y tres cuartos.
Con afecto,
Tu padrino Sirius
p.d:Te diga lo que te diga la carta de Hermione o la de cualquier otro de tus amigos ni se te ocurra; repito: ¡NI SE TE OCURRA! Salir de casa.
p.p.d: Recuerdos de Lunático"
Ahora si que no entendía nada de nada. Su padrino Sirius decía que había hablado con Dumbledore (y me pregunto: ¿sobre qué?) y también le repetía que no saliera de la casa; pero lo que más le sorprendía de la carta de Sirius es que éste no le había dicho nada respecto de su cumpleaños.
-No lo entiendo; ¿por qué no puedo salir? Y ¿qué me tiene que decir Hermione que pueda hacerme salir de casa? ¿y para ir a donde?
Bueno ya solo queda una lechuza. Que también estaba impaciente por entregar la carta. Harry la cogió, y enseguida se dio cuenta de quién era la carta que tenía en las manos; esa letra tan precisa, tan bien hecha... no podía ser de otra persona que no fuera Hermione.
-Hermione, ella seguro que no me fallará.
Harry abrió la carta y leyó:
"Querido Harry:
¡No sabes cuanto lo siento! No te lo quería decir yo porqué tenía la esperanza de que Sirius te lo dijera; pero ya me ha enviado una lechuza y me ha dicho que no te lo va a decir; ni tampoco te lo dirá Dumbledore. De modo que te lo diré yo: esta mañana ha aparecido la marca tenebrosa en la Madriguera. Deberas que siento estropearte las vacaciones; Ron y alguno más de los otros Weasley están en un hospital para magos, y Sirius me ha dicho que se pondrán bien. Ron es el que está peor de todos. No se sabe muy bien como ha ocurrido pero se ve que un grupo de mortífagos ha entrado en la casa y ha empezado a lanzar cruciatus contra todos los que estaban allí dentro; Dumbledore dijo que te buscaban a ti porqué creían que estarías con los Weasley; así que creo que es por eso que Dumbledore no quería arriesgarse a que fueras este año a la Madriguera. Por cierto, Sirius también me ha dicho que este verano no puedes salir de casa de tus tíos; espero que te encuentres bien. Nos veremos seguramente en el expreso de Hogwarts. Besos de
Hermione
p.d: Por cierto los Weasley que también están ingresados en el hospital con Ron son: su hermana Ginny, los gemelos Fred y George, y Molly (su madre, ¿recuerdas?)
p.p.d: Te mantendré informado de cómo les vaya; y me gustaría que me contaras que tal te va todo por ahí.
p.p.p.d: Por cierto, si tus tíos te tratan un poco mejor puede que sea porqué han recapacitado de su conducta anterior. (aunque Ron me dijo que Sirius les había "amenazado" y les había dicho que no se metieran contigo, que suficientes problemas tenías."
A Harry se le cayó el alma a los pies, puede que más abajo y todo.
Con lo que había pasado era normal que no se hubieran acordado de que era su cumpleaños; tenía que escribirles. Cogió la carta de Sirius y un trozo de pergamino y se dispuso a contestarla. En la carta le puso lo siguiente:
"Querido Sirius:
¡¿Por qué no me lo has dicho tú?! Quiero que me digas en que hospital está Ron, porqué te aseguro que me dan igual las órdenes que me deis, no pienso abandonar a Ron. No puedes pedirme que le abandone, ha sido culpa mía después de todo; Hermione me ha dicho que creías que iban a buscarme a mi, y yo quiero ver a Ron.
Harry
p.d: ¿Estás con Remus? Dale recuerdos."
Harry ató la carta a la lechuza que le había traído la carta de su padrino (dedujo que la lechuza sería de Remus) y sacó la lechuza por la ventana y se quedó allí, de pie, durante unos segundos viendo como la lechuza se alejaba y en él crecía el peor de todos sus temores: que hicieran daño por su culpa a un ser querido, sólo por eso, por ser amigos; que hicieran daño a sus amigos le hacía más daño que cuando se lo hacían a él; ¿y si Ron moría? ¿y si cualquiera de los que lo rodeaban moría? ¿se lo podría perdonar algún día?
El ulular impaciente de la lechuza que le había traído la carta de Hermione lo sacó bruscamente del trance en el que se encontraba.
-¡Ah! Es verdad; tengo que contestar a Hermione. Seguramente se preocupará cuanto más tarde.
Cogió la carta de Hermione y la dejó encima de su escritorio, sacó otro trozo de un pergamino de su cajón, cogió su pluma y su tintero y los dejó sobre la mesa; respiró profundamente y volvió a coger la pluma, y la mojó en el tintero; y en el pergamino escribió:
"Querida Hermione:
Gracias por contármelo; como tu dijiste, ni Sirius ni Dumbledore me hablaron sobre la marca tenebrosa que apareció en la Madriguera hace menos de un día. Siento como si fuera mi culpa; es más ha sido por mi culpa.
No se que más decirte, creo que es mejor que por el momento me despida de ti.
Harry"
Dobló el pergamino y lo metió dentro de un sobre; con manos temblorosas consiguió meter el pergamino dentro del sobre. Las lágrimas le resbalaban por las mejillas. No podía contenerlas más. ¿y si la próxima era Hermione? ¿o sus tíos? Aunque fueran los peores muggles del mundo entero no se merecían la muerte, y menos de la forma en que los torturarían los mortífagos antes de matarles.
Se sentía agotado. Esperaba que tanto Sirius como Hermione recibieran pronto sus cartas. Pero sobretodo esperaba que ambos estuvieran bien, y a salvo.
-Por favor, Sirius, contéstame; tengo que ver a Ron.
Harry formuló su deseo en voz baja; como si fuera un susurro. Pero suficiente fuerte como para creer en él.
Las lágrimas volvían a correrle por las mejillas; no podía frenarlas. Y con los ojos rojos y humedecidos por las lágrimas se volvió a acostar en la cama; donde se quedó dormido pensando en como estaría su amigo Ron.
Sudando. Así es como Harry Potter se despertaba siempre de las pesadillas que tenía desde que había acabado el cuarto curso y había salido del colegio Hogwarts de magia y hechicería hacía casi un mes. Estaba tumbado; pensando en todo lo que había descubierto y vivido desde que entró en Hogwarts.
Harry Potter no era un niño como los demás. Tenía una extraña cicatriz en forma de relámpago en la frente; esa cicatriz era un recuerdo de su primer encuentro con el malvado Voldemort. Quién-ya-sabes intentó matar a Harry una noche después de haber matado a sus padres, Lily y James Potter. Pero a el-que-no-debe-ser-nombrado le salió el tiro por la culata; porqué al morir su madre para protegerlo de Lord Voldemort se había sacrificado para salvarlo, y por lo tanto le había dejado un eficaz protector. Así que cuando el temible Voldemort se acercó a nuestro pequeño Harry para lanzarle su terrible maldición Avada Kevdara, ésta rebotó en Harry y le dio a él dejándolo muy débil.
Así que el pobre Harry tuvo que vivir con sus tíos once años sin saber siquiera que él era un mago; "y uno de los buenos, en cuanto entrenes un poco" según palabras textuales que le dijo Hagrid el día que fue a buscarlo y darle la noticia.
Y claro; Harry muy feliz porqué mientras estuviera en Hogwarts (colegio de magia y hechicería) no estaría con sus insoportables tíos ni con su más que insoportable primo Dudley; que claro, no podían sufrir a Harry por el hecho de que ellos eran muggles, y Harry era un mago.
Y de esta forma Harry subió al tren que lo llevaría a Hogwarts; pero allí lo aguardarían miles de aventuras. El primer año que estuvo allí, él y sus mejores amigos Ron y Hermione tuvieron que plantarle cara al innombrable Voldemort e impedir que se hiciera con la piedra filosofal y recuperara sus antiguos y temibles poderes. En segundo curso él y ron tuvieron que enfrentarse a la cámara de los secretos y salvar a Hermione que había sido petrificada por la mirada de un basilisco; en esa cámara Harry conocerá al heredero de Slytherin, Tom Ryddle, que no es otro que el propio ¡Lord Voldemort en sus tiempos de estudiante de Hogwarts! Pero con la ayuda de Fawkes (el fénix) y del sombrero seleccionador (que le entrega la espada de Godric Griffindor) consigue volver a vencer a Voldemort. En el tercer año, Harry debe salvar a su padrino Sirius (canuto) con la ayuda de Ron, Hermione y el profesor Remus Lupin (lunático); juntos descubren que en verdad fue Peter Pettigrew (colagusano) quién traicionó y "vendió" a los Potter a Voldemort. Y ya, recordando los hechos de este año en Hogwarts, Harry se dijo a si mismo que podía dar gracias de haber vuelto a escapar de las garras de Lord Voldemort. En la final del torneo de los tres magos al coger la copa, él y Cedric Diggory fueron trasladados delante de Voldemort y su vasallo Peter Pettigrew quien hizo una poción en la que hechó de la sangre de Harry y que sirvió para que Voldemort renaciera y que encima a Harry ya no le sirviera de nada la barrera que su madre le había dejado con su sacrificio. Pero cuando Voldemort iba a matarlo, las respectivas varitas de Harry y Voldemort se conectaron, y Harry pudo hablar unos momentos con sus padres.
Seguía tumbado. Ahora con la respiración más acelerada al tiempo que iba recordando los acontecimientos del final del torneo; el recuerdo de Voldemort, estar allí y no poder hacer nada por Cedric, no poder defenderse cuando colagusano lo ató y le hizo un corte en el codo (y que encima le quedó una pequeña cicatriz por culpa de la profundidad del corte); el miedo que había pasado cuando se había visto rodeado por todo de mortífagos, el como creía que iba a morir en esos momentos... pero sobretodo, lo que más recordaba eran las voces; las voces que salieron de las sombras que aparecieron de la varita de Lord Voldemort; la voz de su madre, la voz de su padre, animándolo a no rendirse; la voz de Cedric, la voz de Cedric cuando le pidió que llevara su cuerpo a Hogwarts, de vuelta con sus padres.
Sólo había pasado un mes y un poco más desde la muerte de Cedric. Harry no se lo podía perdonar. Fue él quién le dijo a Cedric que cogieran la copa juntos, si no lo hubiera dicho y sólo él la hubiera cogido, Cedric seguiría vivo.
Ya volvía; tenía que dejarse de culpar; nadie lo hubiera pensado que la copa del torneo fuera un traslador.
En ese momento miró el reloj que tenía encima de su mesa. Faltaban 10 minutos para que cumpliera 15 años. Se sentía orgulloso. Aunque Voldemort hubiera vuelto, él le había parado los pies en primer curso y en segundo curso.
Se sentía orgulloso de todos los amigos que había hecho en Hogwarts; pero sobretodo se sentía orgullosos de haber podido salvar a su padrino y a Buckbeak de la muerte.
Se sobresaltó dentro de sus pensamientos cuando dos o tres lechuzas picotearon en el cristal de la ventana para llamar su atención y que las hiciera pasar. No se lo podía creer. Volvió a mirar el reloj: 00:00. Increíble, este año las lechuzas llegaban muchísimo más pronto (bueno, tampoco muchísimo; sólo un par de minutos, quizá).
Abrió la ventana y las dejó pasar; fueron pasando ordenadamente y se colocaron en fila encima de la cama de Harry. Era como si tuvieran un orden que ellas mismas habían puesto. De esta manera, Harry cogió la primera carta que le entregaba la primera lechuza. Se quedó extrañado, la letra parecía del director de Hogwarts y había un sello con el escudo del colegio. De todos modos la carta decía así:
"Estimado Harry Potter:
Te mando esta lechuza para avisarte y advertirte de que te digan lo que te digan no puedes salir de casa de tus tíos hasta nuevo aviso (ni usar la capa de invisibilidad para salir); cuando sea el momento te mandaré protección y compañía lo antes que pueda. Se despide de ti,
Albus Dumbledore"
Harry no entendía a cuento de que venía lo que Dumbledore le había escrito en la carta; ¿qué demonios le quería decir Dumbledore?
-En fin; será mejor que coja otra.
Cuando Harry se giró para coger otra carta, la segunda lechuza ya se había adelantado y le mostraba la carta, impaciente.
Era otra carta de Hogwarts; y en esta ponía:
"Estimado señor Potter:
Le rogamos que no olvide que el próximo curso dará comienzo el 1 de septiembre. El expreso de Hogwarts partirá a las once en punto de la mañana de la estación de King's Cross, andén nueve y tres cuartos.
También se adjunta la lista de libros del próximo curso.
Atentamente,
Profesora M. McGonagall
Subdirectora"
Bueno, era la carta de rutina de cada año; no había de que preocuparse.
Al girarse, la siguiente lechuza ya estaba esperando; pero ésta no hizo igual que las otras dos, cuando entregó la carta, se quedó; seguramente la persona que le escribía quería una respuesta.
Cogió el sobre y miró las letras que le parecían conocidas.
-¿De quién es ésta?
Harry la abrió y nada más ver de nuevo la letra que ya tanto conocía se alegró muchísimo.
-¡Sirius!
Tenía muchas ganas de saber que tal le iba todo y seguro que la carta no le defraudaría.
En la carta que Sirius le envió ponía:
"Querido Harry:
He hablado con Dumbledore y estoy completamente de acuerdo con él. No se te ocurra salir de casa de tus tíos por nada. Pero estate tranquilo, iremos a buscarte para que puedas llegar a tiempo a coger el expreso de Hogwarts en el andén nueve y tres cuartos.
Con afecto,
Tu padrino Sirius
p.d:Te diga lo que te diga la carta de Hermione o la de cualquier otro de tus amigos ni se te ocurra; repito: ¡NI SE TE OCURRA! Salir de casa.
p.p.d: Recuerdos de Lunático"
Ahora si que no entendía nada de nada. Su padrino Sirius decía que había hablado con Dumbledore (y me pregunto: ¿sobre qué?) y también le repetía que no saliera de la casa; pero lo que más le sorprendía de la carta de Sirius es que éste no le había dicho nada respecto de su cumpleaños.
-No lo entiendo; ¿por qué no puedo salir? Y ¿qué me tiene que decir Hermione que pueda hacerme salir de casa? ¿y para ir a donde?
Bueno ya solo queda una lechuza. Que también estaba impaciente por entregar la carta. Harry la cogió, y enseguida se dio cuenta de quién era la carta que tenía en las manos; esa letra tan precisa, tan bien hecha... no podía ser de otra persona que no fuera Hermione.
-Hermione, ella seguro que no me fallará.
Harry abrió la carta y leyó:
"Querido Harry:
¡No sabes cuanto lo siento! No te lo quería decir yo porqué tenía la esperanza de que Sirius te lo dijera; pero ya me ha enviado una lechuza y me ha dicho que no te lo va a decir; ni tampoco te lo dirá Dumbledore. De modo que te lo diré yo: esta mañana ha aparecido la marca tenebrosa en la Madriguera. Deberas que siento estropearte las vacaciones; Ron y alguno más de los otros Weasley están en un hospital para magos, y Sirius me ha dicho que se pondrán bien. Ron es el que está peor de todos. No se sabe muy bien como ha ocurrido pero se ve que un grupo de mortífagos ha entrado en la casa y ha empezado a lanzar cruciatus contra todos los que estaban allí dentro; Dumbledore dijo que te buscaban a ti porqué creían que estarías con los Weasley; así que creo que es por eso que Dumbledore no quería arriesgarse a que fueras este año a la Madriguera. Por cierto, Sirius también me ha dicho que este verano no puedes salir de casa de tus tíos; espero que te encuentres bien. Nos veremos seguramente en el expreso de Hogwarts. Besos de
Hermione
p.d: Por cierto los Weasley que también están ingresados en el hospital con Ron son: su hermana Ginny, los gemelos Fred y George, y Molly (su madre, ¿recuerdas?)
p.p.d: Te mantendré informado de cómo les vaya; y me gustaría que me contaras que tal te va todo por ahí.
p.p.p.d: Por cierto, si tus tíos te tratan un poco mejor puede que sea porqué han recapacitado de su conducta anterior. (aunque Ron me dijo que Sirius les había "amenazado" y les había dicho que no se metieran contigo, que suficientes problemas tenías."
A Harry se le cayó el alma a los pies, puede que más abajo y todo.
Con lo que había pasado era normal que no se hubieran acordado de que era su cumpleaños; tenía que escribirles. Cogió la carta de Sirius y un trozo de pergamino y se dispuso a contestarla. En la carta le puso lo siguiente:
"Querido Sirius:
¡¿Por qué no me lo has dicho tú?! Quiero que me digas en que hospital está Ron, porqué te aseguro que me dan igual las órdenes que me deis, no pienso abandonar a Ron. No puedes pedirme que le abandone, ha sido culpa mía después de todo; Hermione me ha dicho que creías que iban a buscarme a mi, y yo quiero ver a Ron.
Harry
p.d: ¿Estás con Remus? Dale recuerdos."
Harry ató la carta a la lechuza que le había traído la carta de su padrino (dedujo que la lechuza sería de Remus) y sacó la lechuza por la ventana y se quedó allí, de pie, durante unos segundos viendo como la lechuza se alejaba y en él crecía el peor de todos sus temores: que hicieran daño por su culpa a un ser querido, sólo por eso, por ser amigos; que hicieran daño a sus amigos le hacía más daño que cuando se lo hacían a él; ¿y si Ron moría? ¿y si cualquiera de los que lo rodeaban moría? ¿se lo podría perdonar algún día?
El ulular impaciente de la lechuza que le había traído la carta de Hermione lo sacó bruscamente del trance en el que se encontraba.
-¡Ah! Es verdad; tengo que contestar a Hermione. Seguramente se preocupará cuanto más tarde.
Cogió la carta de Hermione y la dejó encima de su escritorio, sacó otro trozo de un pergamino de su cajón, cogió su pluma y su tintero y los dejó sobre la mesa; respiró profundamente y volvió a coger la pluma, y la mojó en el tintero; y en el pergamino escribió:
"Querida Hermione:
Gracias por contármelo; como tu dijiste, ni Sirius ni Dumbledore me hablaron sobre la marca tenebrosa que apareció en la Madriguera hace menos de un día. Siento como si fuera mi culpa; es más ha sido por mi culpa.
No se que más decirte, creo que es mejor que por el momento me despida de ti.
Harry"
Dobló el pergamino y lo metió dentro de un sobre; con manos temblorosas consiguió meter el pergamino dentro del sobre. Las lágrimas le resbalaban por las mejillas. No podía contenerlas más. ¿y si la próxima era Hermione? ¿o sus tíos? Aunque fueran los peores muggles del mundo entero no se merecían la muerte, y menos de la forma en que los torturarían los mortífagos antes de matarles.
Se sentía agotado. Esperaba que tanto Sirius como Hermione recibieran pronto sus cartas. Pero sobretodo esperaba que ambos estuvieran bien, y a salvo.
-Por favor, Sirius, contéstame; tengo que ver a Ron.
Harry formuló su deseo en voz baja; como si fuera un susurro. Pero suficiente fuerte como para creer en él.
Las lágrimas volvían a correrle por las mejillas; no podía frenarlas. Y con los ojos rojos y humedecidos por las lágrimas se volvió a acostar en la cama; donde se quedó dormido pensando en como estaría su amigo Ron.
