"Fa, qué fácil recordar…"
*BEEEEEEEEEEEEEEEEP BEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEP BEEEEEEEEEEEEEEEEEEP*
"ARGH!!! Estúpida alarma, ya te escuché!!!!"
Sábado por la mañana. Hanamichi Sakuragi disfrutaba de un tranquilo sueño cuando fue interrumpido por el sonido irritante de su reloj despertador que sonaba puntual como siempre a las 7 de la mañana. Se le había echo costumbre levantarse temprano los sábados y salir a correr por las mañanas cuando no llovía y casi no había gente circulando por esa zona, disfrutando de la calma del barrio y la refrescante brisa matutina que le daba energías para empezar bien el día.
Ese sábado no fue la excepción y tras darse una ducha y tragarse el desayuno que su madre le dejó preparado salió a recorrer su camino usual que incluía una pasada por la canchita local de básquet que estaba a cinco cuadras de su casa. A veces se traía la pelota naranja de goma que había recibido en su último cumpleaños, regalo de la siempre atenta Kaori, pero esta vez prefirió simplemente salir a correr.
Era un buen día, cálido, soleado. Hana sonreía para sí mismo mientras corría sin prisa bajo la sombra amigable de los árboles. Estaba pasando por un buen momento en su vida. El equipo iba bien, sus notas habían mejorado considerablemente, tenía salud, amigos y su madre había conseguido un buen trabajo con el cual mantenerlos a los dos. Todo estaba en su lugar y parecía ser simplemente perfecto. Y esa noche era la fiesta de Kuwata, lo que significaba que habría mucha joda, alcohol y pasarla bien con sus compañeros. No es que tomar se le hiciera costumbre, pero unas cuantas cervezas de vez en cuando no hacían mal a nadie. Y ahora que se ponía a pensar en eso se preguntó si encontraría a Rukawa en esa fiesta. Se sentía algo mal por él después de los incidentes en la enfermería, y ya no sabía realmente qué pensar sobre su mas odiado rival. Ni siquiera sabía si lo seguía odiando, después de ver llorar a una persona cambia drásticamente todo lo que puedas llegar a pensar sobre ella o él. Tal vez era la profunda compasión que sintió brotarle en el pecho cuando descubrió bajo ese flequillo carbón las lágrimas amargas que se escapaban de esos ojos fríos como el hielo, o el simple hecho que tuvo que darse cuenta que por mucho que lo pensara ya no encontraba una verdadera razón para seguir odiando al chico, pero lo cierto es que ya no estaba tan seguro de odiarlo tanto como decía. Supuso que sería lo primero, ya que ver al rey de hielo en ese estado de depresión tan aplastante le revolvería las entrañas a cualquiera.
Hana se perdió un poco más en sus profundos pensamientos y casi se va contra un poste por no prestar atención al camino. El asunto de Rukawa lo tenía un poco perturbado, el viaje a USA, el profesor Minase, sus lágrimas en la enfermería... y el hecho que por mucho que lo intentara no podía dejar de pensar en ello. Últimamente su cabeza siempre terminaba dándole vueltas al asunto, haciendo preguntas, buscando respuestas que no se dejaban encontrar. Desde cuándo había surgido en él toda esa preocupación por Rukawa? Ok, Rukawa estaba mal, se le notaba en los ojos y en su reciente torpeza que tenía la cabeza en las nubes y había algo que no lo dejaba ser el mismo Kaede Rukawa de toda la vida, pero eso no justificaba tanta preocupación repentina por parte del pelirrojo. No le gustaba, no le agradaba para nada ese constante timbre en la cabeza que lo llevaba a estar al tanto de la vida de su rival y sospechaba que no era simplemente un sentimiento molesto de compasión el que le oprimía el pecho cada vez que recordaba las mejillas mojadas de su jugador estrella.
"...debe ser porque soy un genio que siempre se preocupa por el bienestar de sus compañeros, NYAHAHAHAHAHAHA!!!!!" rió en voz alta, justo antes que un auto casi lo atropelle por no mirar al cruzar la calle. Después de eso siguió corriendo con su graaaaan sonrisa tensai en la boca y cantando su ya conocida canción: "ore wa tensaiiiiiiiiii!!!!!!!!!!!!!!!!".
A la vuelta decidió pasar por la cancha de básquet, aunque no tuviera su pelota a mano. Capaz hasta había gente jugando y podría hacerles una demostración de lo que es la *verdadera* destreza de un genio.
La cancha quedaba a solo 5 cuadras de su casa, y estaba ubicada en una plaza, por lo que en dos de sus lados tenía una larga hilera de árboles y en el otro una reja verde que la hacían un lugar ideal para practicar sin ser molestados. El lado que estaba libre daba a un campo llano que funcionaba de cancha de bochas los fines de semana por la tarde, en medio del cual había un gran poste con un reloj que siempre era útil cuando se quería llegar a tiempo al colegio. Por suerte la parada de colectivos estaba a solo una cuadra de la cancha y siempre que Hana había querido practicar de mañana tenía el tiempo justo para hacer algún que otro tiro para llegar a tiempo a la parada antes que lo deje el colectivo.
Después de cruzar un par de calles más dio con la hilera de árboles que cubrían la canchita que estaba buscando. Sonrió satisfecho y se dirigió a la misma entonando su canción.
"Ore wa tensai basuketomannnn!!!! Ore wa Sakuragi Han—UH????!" Hana se detuvo antes de pisar la raya blanca que daba comienzo a la cancha. Ésta estaba aparentemente vacía, excepto por que había alguien—algo—en el medio de la misma. Algo que se veía extrañamente como una persona... durmiendo. Hana se quedó inmóvil. Por alguna estúpida razón sabía lo que le esperaba si seguía caminando hacia la masa sin forma que yacía campante en medio de la cancha. Se preguntó si quizás no era su destino seguir encontrándose con él en todas partes, fuera a dónde fuera, de las formas más bizarras posibles.
Observó la escena con cuidado. Bajo el aro pudo ver una pelota naranja en el suelo, y al borde de la cancha descubrió un bolso azul abierto y una bicicleta contra la reja verde de la cancha. No había forma de que fuera otra persona. Avanzó con cuidado hasta estar a pocos metros del centro de la cancha.
"Rukawa?" arriesgó. La masa se movió un poco. Hana reconoció un gruñido entre los ruidos que hizo antes de darse vuelta e incorporarse, dando paso a lo que parecía ser la cabeza negra y blanca de Kaede Rukawa. Su pelo era un desastre y tenía unas ojeras que no se creían. Parecía que no había dormido nada bien esa noche... si es que había dormido algo.
"Déjenme dormir..." balbuceó el recién levantado sin reconocer la voz de quién lo acababa de despertar.
"Éste no es lugar para andar durmiendo, andáte a tu casa!!" contestó Hana impulsivamente. Rukawa se refregó los ojos y acomodándose un poco el pelo despeinado miró en dirección a la voz que le hablaba. Otra vez Sakuragi.
"Vos..." suspiró, desviando su mirada hacia la pelota naranja que descansaba bajo el aro de la cancha.
"D'uh" contestó Sakuragi y sin pensarlo dos veces se sentó a un lado del morocho, "Qué hacés acá tan temprano, durmiendo?"
Rukawa se extrañó por el comportamiento extraño de Sakuragi. Una semana atrás le hubiera gritado que se fuera al carajo con una patada bien puesta en las costillas y ahora simplemente se sentaba con suma tranquilidad a su lado. El morocho sin embargo no dijo nada. Mantuvo su silencio, intentando leer en la mirada alegre de Sakuragi algún indicio de que se estaba burlando de él o que simplemente se había vuelto completamente loco. No es que se quejara de los intentos amigables de Sakuragi, es solo que le resultaban demasiado buenos, o quizás sospechosos, como para creerlos verdaderos.
"Vine a practicar" contestó el zorro, atento, siguiéndole el juego al pelirrojo.
"Eso no era práctica, estabas durmiendo" observó Hanamichi.
"Estaba *intentando* dormir hasta que te apareciste" contestó. Hana se encogió de hombros.
"No debe ser muy cómodo dormir en el piso," acertó "además que está todo sucio y frío y--"
"Basta" cortó Rukawa con sequedad mientras se levantaba y se dirigía a buscar su pelota.
"Uh??? Basta??" Hana se sorprendió. No se había percatado que se estaba dejando llevar y había empezado a hablar con ese tono divertido que siempre usaba cuando hablaba con Youhei. Miró en dirección a Rukawa.
"No necesito que sientas compasión por mí."
Hanamichi se levantó de donde estaba.
"Compasión?? Quién está sintiendo compasión?! Por la última persona por la que sentiría compasión es por vos!!"
Oops, mal dicho.
Rukawa se dio vuelta repentinamente con la mirada fría y oscura.
"Entonces dejá de actuar como un imbécil y desaparecé de mi vida!! Con quién carajo te pensás que estás hablando?! Qué mierda te pasa, de repente venir acá y sentarte como si nada después de lo que pasó y venir a preguntarme quién está sintiendo compasión acá?! Te creés que soy pelotudo o qué?!?!"
Hanamichi no podía creer que se estaba comiendo tantos palos seguidos. Tan solo había intentado ser amigable y el desagradecido del zorro le había salido con cualquiera.
"Pero estúpido, yo te vine a hablar bien a vos, así que bajáte de la palmera!!"
"Para qué viniste? No me odiás?? No soy tu peor enemigo? No me querés ver muerto?! Además te trato como se me da la gana!!"
Siempre era igual. Siempre. Y con cada insulto que se escapaba de sus labios el pobre corazón del zorrito se hundía un poco más.
"Pero ves como sos!! No te das cuenta que estoy intentando arreglar un poco las cosas acá?? Qué te cuesta tratar bien a la gente?!"
Silencio.
"Las cosas entre vos y yo no van a poder arreglarse nunca."
Hana se quedó callado. Tal vez Rukawa tenía razón. Todo entre ellos había empezado mal, desde la primera vez que se encontraron hace ya casi tres años en la azotea del colegio. Todo les había salido al revez, todo siempre habían sido peleas, desastres, caos. No sabía en qué estaba pensando cuando a final del primer año llegó a pensar que podría haber luz en una relación tan conflictiva. Todo nuevamente se había desmoronado al año siguiente. Tal vez simplemente era su destino el encontrarse una y otra vez para recordarse a sí mismos que su naturaleza era no poder arreglarse nunca. Eran simplemente opuestos, blanco y negro, agua y aceite, dos caras de una moneda que nunca pueden mirar juntas al mismo lado.
Pero...
"Por qué?"
"...?"
"Por qué... por qué siempre tiene que ser así?" Hana quebró el contacto visual con Rukawa. Tanto así tenía que ser? Tal era el odio que se tenían que no podían hablar civilizadamente mas de dos oraciones seguidas, si es que llegaban a eso. De verdad valía la pena seguir así?
Rukawa se acercó a Hanamichi. Algo le decía que el pelirrojo no estaba en ese lugar de pura casualidad y creyó que tal vez el destino los estaba empujando nuevamente a una reconciliación. Así como en el partido contra el Sannoh... cuando los dos más grandes rivales chocaban sus palmas en claro signo de unión. Pero podría ser que al fin pudieran aclarar sus diferencias o el azar se estaba burlando una vez más de ellos haciéndolos creer que había una posibilidad de hallar la paz entre los dos?
Extendiendo una mano, el morocho levantó su dedo índice y lo apoyó suavemente en el pecho del pelirrojo.
"Eso es... algo que vas a tener que contestarme vos" susurró lentamente, lo suficientemente fuerte como para que solamente el hombre que tenía en frente lo escuchara. Hanamichi volvió a mirarlo a los ojos y pudo escuchar el persistente silencio de su mirada. Esa mirada azul hielo, trasparente como el vidrio que podía decirle tantas cosas sin decir nada. Esos mismos ojos profundos que en ese momento lo estaban dejando sin aliento.
Una ráfaga de viento voló las hojas secas que descansaban descuidadamente por toda la cancha. El pelirrojo se encontró a sí mismo doblegado por la intensidad de los ojos gatunos que le sostenían la mirada, envuelto en el extraño hechizo de la voz dulce de su compañero que se mezclaba con el canto misterioso del viento y los árboles. En ese momento supo exactamente lo que Rukawa quería decirle.
"Ha—Haruko-san solo..." balbuceó el pelirrojo con un suave temblor en la voz. Prácticamente había podido escuchar a Rukawa tirarle todos sus argumentos cuando este no había dicho absolutamente nada. Se sentía realmente extraño después de haber experimentado ese tipo de comunicación. Después de todo una mirada sí valía más que mil palabras.
Rukawa no dijo nada. No hacía falta que lo hiciera; Sakuragi había entendido todo lo que había querido decirle. Ahora solo faltaba escuchar atentamente su respuesta.
"...ella siempre te apoyaba, no tenías por qué tratarla así!"
"Ese no es el punto" respondió Ru cortante. Hanamichi dio un paso hacia atrás.
"..."
Rukawa alzó una ceja y al comprobar que su rival no pensaba decir palabra alguna simplemente se dio vuelta para agarrar su bolso y huir la más rápido posible de la cancha. Sin embargo, Hana abrió la boca antes que el zorrito pudiera escapar.
"Sí la quería, y mucho. Cómo querías que no reaccionara así cuando casi destruiste a la persona que más quería?"
"Tanto?"
"Eh??"
"Tanto la querías como para odiarme así?"
"..."
Tanto la quería como para odiarlo así? Tanto significaba? Después de todo el tiempo que había transcurrido... después de todo lo que había pasado con él... todavía podía seguir aferrado a ese odio incondicional por alguien que ya no era más que un recuerdo borroso para él? Sus sentimientos por la chica habían caducado hace ya mucho tiempo, y entonces por qué seguía sintiendo por Rukawa lo mismo que en ese entonces? Sería que estaba acostumbrado? Porque muy en el fondo sabía que ese odio ya no tenía valor real, ya casi no tenía ningún tipo de significado para él. Era su orgullo, entonces, el que no le permitía pintar a Rukawa con otro color que el de enemigo.
"No" contestó. Rukawa suspiró aliviado. El pelirrojo había dicho exactamente lo que había querido escuchar, aunque no podía distinguir con exactitud si era algo bueno o malo. Sin decir nada se dirigió hacia su bicicleta, con una extraña satisfacción en el pecho. Sakuragi seguía parado en el mismo punto que antes con la mirada perdida entre los árboles, pensativo. No era algo que se viera todos los días, esos ojos chocolate con una expresión vaga y ausente. Rukawa observó a Sakuragi un poco más antes de levantar su bicicleta de la reja y comprobó nuevamente que su corazón se aceleraba con cada segundo que sus ojos se paseaban sobre su figura joven y perfecta. Si tan solo supiera... todo lo que sentía por él.
Desató la cadena de la bicicleta e intentó desenganchar el manubrio de uno de los agujeros en donde había quedado enganchado, sin éxito. Tiró un poco más de éste con demasiada fuerza, haciendo que la bicicleta cayera al piso con un ruido sordo, a pocos metros de donde su pie se encontraba. Esto hizo que Sakuragi se sobresaltara y despertara de repente de sus pensamientos con un aullido asustado.
"WAHHH QUE FUE ESO?!"
"... es solo la bicicleta, doahou" suspiró Ru. Hanamichi gruñó un poco pero en vez de responder se acercó hacia la bicicleta y ayudó a Rukawa a levantarla. El zorrito lo volvió a mirar con desconfianza.
"Qué?" se defendió Hana al notar la mirada inquisidora de su compañero.
"...de dónde sale esa amabilidad para conmigo?" preguntó intentando mantener el tono monótono de sus palabras para no sonar demasiado esperanzado. Hana frunció el ceño y se encogió de hombros.
"Por qué?"
"..." Rukawa no contestó y Hanamichi se le quedó mirando por unos segundos. Notó que a su lado todavía estaba el bolso azul, tirado en el piso, y se agachó a levantarlo. No era el mismo bolso que llevaba a los entrenamientos, según pudo ver, y tenía una pequeña inscripción bordada en uno de los lados. Rukawa entró en pánico cuando vio los ojos de Hana dirigirse curiosos hacia la inscripción.
"Qué es esto?" preguntó Hana, suponiendo que Rukawa simplemente iba a gruñir en señal de no pensar darle explicaciones y le arrebataría el bolso sin más, pero la reacción del zorrito fue mucho más inesperada de lo que suponía. Rukawa prácticamente se lanzó sobre el bolso con un fuerte "Nada!!" y se lo sacó de las manos como si fuese algo preciado. Hana se quedó sin palabras. Su primera reacción fue sacar sus manos del bolso y hacer como que no le importaba pero el bicho de la curiosidad no tardó en apoderarse de él.
"Qué es?" insistió. Rukawa solo apartó el bolso todavía más de Sakuragi.
"Nada" volvió a contestar. Hana se le acercó más.
"Daaaale mostráme"
"No, salí" dijo Ru. Hana se abalanzó sobre él y antes que pudiera repetirle que se alejara le sacó el bendito bolso de las manos. Rukawa entró en pánico nuevamente e intentó recuperar su bolso pero Hana fue demasiado rápido para él.
El pelirrojo se dio vuelta y dándole la espalda a Rukawa estiró la parte bordada del bolso. En ese pedazo había un corazón bordado entre las letras I y U (I love you ^^) y abajo un simpático muñequito blanco con el pelo negro y despeinado que Hana supuso que era Rukawa en versión chibi. Hana sonrió y empezó a reírse bajito del bordado. Todavía se estaba riendo cuando Rukawa se le apareció por en frente y le sacaba fuertemente el bolso de las manos. Cuando el pelirrojo levantó la cara se encontró con un zorro humillado con un suave color rosa en las mejillas.
"Qué?!" dijo intentando ocultar su humillación. Hana simplemente rió otra vez divertido.
"Te estás poniendo rojo, kitsune" se burló. Ru frunció el ceño y se dio vuelta, indignado.
"No tiene nada de malo!!"
"No dije que lo tuviera... quién lo hizo?"
"Nadie"
"Contaaaaaaaaaaame"
"Nadie, salí!" exclamó Rukawa más violentamente. Hana se paró derecho y se puso serio.
"No se lo digo a nadie, lo juro!"
Ru no dijo nada y agarró su bicicleta, "me voy."
Hanamichi no iba a dejar que el zorrito se le escapara sin saber quién había sido responsable por el bordado, así que se le paró en frente de la bicicleta y puso ambas manos en el manubrio de la misma.
"Quién" insistió una vez más. Rukawa comprobó que su rival no iba a dejarlo ir así que antes que se le pusiera más pesado giró la cara de modo que Hana no pudiera verla y bien bajito dijo:
"... Seishirou-san..."
"Seishi... el—MINASE?!?!"
Ru lo miró indignado. Qué tenía de malo que fuera él? Los dos se quedaron en silencio por unos instantes, hasta que Ru volvió a tomar el control sobre su bicicleta y emprendió su camino.
Hana no se movió, estaba pensando en Minase y en lo que le había dicho sobre Rukawa. Había comprobado que el morocho no era una mala persona si se llegaba a conocerlo aunque sea un poquito y ya era tiempo que ambos se dieran una nueva oportunidad.
"Rukawa..."
Ru frenó en seco, pero no se dio vuelta; Hana sabía que lo estaba escuchando.
"Tené cuidado con ese tipo. No es raro que un adulto intente aprovecharse de una persona más chica en estos días... solo te digo que tengas cuidado."
El morocho siguió adelante sin responder. Estaba satisfecho con lo que había pasado en esa canchita, se iba con la imagen latente de la sonrisa de Sakuragi dándole vueltas en la cabeza. Aunque se hubiera sentido humillado porque el pelirrojo descubriera el regalito que Seishirou le había dejado, no había sido tan grave como pensó que lo sería. Por primera vez en mucho tiempo sentía que podía empezar a sentirse bien consigo mismo.
***
Una vez que la figura del zorro desapareció tras la hilera de árboles Hanamichi suspiró aliviado. Había logrado sacar un pie del pozo sin fondo que era la relación que tenía con su jugador estrella.
Sonrió pensando en toda su conversación con el zorro, repitiéndose mentalmente que era lógico que lograra lo que quería porque después de todo era un genio y no hay imposibles para los genios, menos si se trataba del increíblemente talentoso y habilidoso deportista Hanamichi Sakuragi.
"NYAHAHAHAHAHA SOY UN GENIO!!! UN GENIO!!!" se repetía mientras se dirigía al otro lado de la cancha para retomar su camino habitual y volver a casa. Volviendo a sonreír para sí mismo dio un último vistazo a la cancha. Descubrió que bajo el aro todavía yacía la pelota naranja de Rukawa, rogando a gritos no ser olvidada en ese lugar.
"Uwaaa!!!! La pelota del kitsu---eeeerr de Rukawa!!" el pelirrojo corrió hacia la misma y tras levantarla volteó en dirección a donde Rukawa se había ido. No debería estar muy lejos de ahí, capaz si corría podía llegar a alcanzarlo. Hana se hizo una anotación mental. Si quería alejar al detestable profesor Minase de Rukawa y demostrarle quién era Hanamichi Sakuragi entonces tenía que empezar por ganar la confianza del zorrito. Ya había dado un paso adelante, por qué no dar otro más?? Exacto, iba a correr hacia el zorrito y devolverle la pelota para que este viera con qué tipo de excelente persona se estaba juntando. Otro punto para Hanamichi Sakuragi!
"Nyahaha, soy tan inteligente, realmente *soy* un genio."
Dicho esto Hana corrió rápidamente hacia donde supuso que se dirigía Rukawa con una graaaaaaaaaan sonrisa arrogante en los labios.
***
Actualización: 24/02/2003***Nota de Autora: Bien bien, ya llegamos a fines de febrero y... no terminé el 2do libro ¬¬ ESO ES MALO! U_U. Si, ya lo sé. El mayor problema de este capítulo es que es muy largo... eterno, bah. Cada nota tiene las suficientes pags como para formar un capítulo entero por sí solas, por eso me tardo tanto en escribir... PERDÓN!!! *Yumi llora T_T.* Tengan eso en cuenta: es como si les estuviera subiendo un capítulo entero ;_;. Sepan comprenderme, onegai! Ahhh!! A partir de ahora voy a subir este libro x nota así no les hago esperar tanto =) Además cada nota tiene unas 6/7 pags de Word así q creo q es sufi x el momento ^^
En fin, en cuanto a "FA" lo único que tengo para decir es que, sí, mandé fruta como nunca en mi vida. La "reconciliación" de Hana y Ru puede parecer abrupta y algo forzada pero véanlo así: primero, TENÍA que reconciliarlos para poder seguir la trama de la historia original, segundo, pobre Ru, no podía hacerlo sufrir más o iba a terminar quebrando antes de tiempo (tiene que esperar hasta el libro cuatro para eso!!), pónganse a pensar en su estado psicológico un minuto para que se den cuenta que algún respiro en el camino le tenía que dar, tercero, el factor EGO. Por qué creen que Hanamichi quiere reconciliarse con Rukawa? Por que lo quiere? NOOOO (no todavía), porque Seishirou le puso competencia y le está ganando por bastante. Si Hana quiere "ganarle" a mi querido Seichan va a tener que pegarle donde más duela, y eso vendría a ser el zorrito... Hana no va a dejar que nadie NADIE lo ponga en ridículo, mucho menos un profesor que no soporta, no les parece? Y bueno, según vieron en este capítulo el odio que sentía por Ruru ya se está apagando así que entre seguir odiando a Ru o a Seichan elige a Seichan y si tiene que hacerse amigo de Ru en el camino... bueno, así será ^^. Errrr lo del bordado del bolso de Ru fue solo un poco de HanaRu fanservice.... inspirado en una MUY MUY kawaii pic de Deep Purple que encontré en el camino NO PREGUNTEN. PORRRFAVOR acepto cualquier tipo de comentarios al respecto de si me quedó muy bananero esta parte, porque en algún punto de la historia me dio la impresión que los personajes se me estaban poniendo muy OOC.... Solo puedo prometerles que las próximas notas van a estar bastante mejores.... un preview de SOL, La y Si: se viene el último encontronazo Hana-Sei y Ru empieza a dudar sobre lo que de verdad quiere Seichan con él (POR QUÉEEEEEEEEEE???????????) Una very very important CONFESIÓN! (Seichan, yo te quiero igual T_T.)
Ah por cierto, si se preguntan cómo sería Seichan físicamente, últimamente me lo estoy imaginando como Yuuto de X... el rubio que siempre toma té :3 jejeje (sisi mucho X, Yumi ¬¬) ^^ Otro gracias a las personas que mandaron reviews!!! Hikaru, Vicky (IDOLA!!! jaja), Vale, Vero(thnx gal!) y Haruko-chan ^^, las amo!!!
YUMI RUKAWA~~~~
