Bueno… antes k nada… siento la espera! Xfavor no me matéis!! … ^^ xo como recompensa x la spera ste capi s muxisimo + largo! ^^
Segundo; Reviews… k cada vez son menos ;_; … n fin… d todos modos gracias a todos los k seguís apoyando la continuación del fic (va x vosotros!):
Essy: k tal wapisima?! Sto… si ^^ a kien te debe recordar? ^^ … n cuanto a Draquito *J.D. silba* ya saldrá ^^
Ginny-potter-irene: gracias ^^
Cristopher Jacques: ^_~ sigue así
System of a Down: sto… Cary? *J.D. se hace el despistado* ni idea… ^^
Ahora: Disclaimer: ya os lo sabéis… y Cary s mía ^^
Luego: comentarios de mi beta en cursiva; los míos en negrita.
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El rescate (se oyen los redobles de los tambores, el suelo tiembla, la gente se da la vuelta, expectante, y llega... ¡el rescate!) (patetica k llegas a ser!) (1ª parte)Los otros la siguieron, y cuando Snuffles que era el último pasó por el agujero de la estantería, ésta volvió a cerrarse. (¡Vaya! ¿es automática?) (dejalo!)
Subieron por una escalera de caracol de madera; y llegaron a una especie de buhardilla secreta (aquí todo es secreto...) (y k?!), donde todo lo que había estaba tapado por sábanas blancas cubiertas de polvo.
(el grupo cuando se acostumbró a la oscuridad de la buhardilla, que por supuesto, es secreta, vieron que todo estaba cubierto por sábanas blancas sucias por el polvo que se había ido acumulando a lo largo de los años. Cary hizo una señal para que la siguieran y les llevó ante lo que parecía una tabla alargada y amplia.
–Quiero pediros que no gritéis, es un secreto que he estado guardando...- de su mano se desprendió una llama azul eléctrico, y con la otra mano quitó la sábana dejándola al suelo y poniendo al descubierto un ataúd. Snuffles tragó saliva.
-¿Qué significa esto? -preguntó Remus muy confuso.
-Es que... bueno... -dijo ella muy cortada- os presento a Vladimir, mi novio...
AVISO: ésta no es la continuación de la historia... aunque no estaría mal poner vampiros... –sólo es una sugerencia--) (tu y los vampiros! Vigila no lo seas tu al final!!)
Cary empezó a caminar por la habitación; muy concentrada, observándolo todo… como tratando de recordar…
Empezó a quitar las sábanas que cubrían los muebles, tirando de todas ellas, una detrás de la otra; la estancia se llenó de polvo en unos instantes, provocando tos en la mayoría del grupo. (ahora sí que hacen falta varios caramelos de limón) (xa k?)
Cary estalló en un gran ataque de tos pero eso no le impidió seguir apartando sábanas, mantas y todo de tipo de cosas; hasta que por fin su búsqueda cesó.
–¿qué has encontrado? –preguntó Remus.
–Esto… –Cary estaba observando un libro muy viejo, y todo cubierto de polvo. (para variar.. libros viejos y antiguos... con polvo encima... eres una desordenada, Cary, y no me vale la excusa de que durante 18 años no recordabas de que había una entrada secreta, no me lo trago) (ya se k soy desordenada! No me lo recuerdes! Y he estado 18 años congelada!)
–¿Un libro? –preguntó Ron algo exasperado. (Hermione debe estar contenta) (x?)
–Si, un libro Ron –contestó Cary mientras se agachaba para quedar a la altura del libro–; espero que todavía funcione. (¿?) (Jeje ya verás ^^)
–¿Funcione? ¿el que? –preguntó Harry. (eso, ¿el qué? Es que Harry y yo ya pensamos igual..) (+ t gustaria pensar como Harrito… ¬¬)
–Esto –y bufó la superficie del libro; el polvo se despegó de la tapa y salió volando; y en la portada del libro se pudo leer: "Nat & Cary"; Cary sólo pudo hacer que sonreír. (¿Nat? ¿Nat? ¿debería saber quién es Nat?) (Natalie era la madre de Cary…)
–¿Qué es? –Harry se había acercado y miraba el libro por encima de Cary. (¿encima de Cary o por encima del hombro de Cary? ¡jajaja! ¡hay mucha diferencia!) (por encima del hombro…)
–Es algo que inventamos mamá y yo… –Harry pudo notar como la tristeza y la melancolía embargaban a Cary; y puso una mano encima del hombre de la chica; ella cogió la mano de Harry y se levantó. Le dirigió una gran sonrisa y le dijo:– Veamos si no se ha estropeado, ¿ok? (Ok.) (Me desesperas…)
Ante la mirada sorpresa de Harry, Cary abrió la tapa del libro; era lo que parecía un álbum de fotografías; Harry y Cary observaron un par de fotos en las que estaban ella y otra mujer, que Cary reconoció en seguida.
–Esa era mamá –se volvió a agachar y pasó la página; pero detrás no se encontraba otra página de fotos…
–¿un falso libro?
–Así es Harry.
–Pero está vacío.
–Tu observa, Harry, cariño –(¿cariño? ¿pero cuantos años tiene ésta Cary que llama así a Harry? Sólo faltará que le diga hijito... y le caliente la leche todas las noches para que duerma mejor durante sus pesadillas- vale, lo reconozco, esto es un ligero lapsus de ideas mejores-) (deja d decir o escribir xorradas!) Cary colocó su mano por encima del libro, sin tocarlo; a una distancia de cinco o seis centímetros mantuvo su mano plana. Cerró los ojos y respiró profundamente. (auhmmmmm..) (me rindo…)
Los demás vieron como la mano de Cary empezaba a brillar y a desprender una luz dorada que se conectó con el falso libro; la luz se hizo intensa en un instante y cegó momentáneamente a los otros. Cuando volvieron a abrir los ojos, vieron que donde antes estaba vacío, habían aparecido tres pulsadores. (¿qué tipo de pulsadores? Es una pregunta de tecnología) (GR!)
Cary se volvió a poner de pie y con mano decidida apretó y mantuvo el pulsador más grande. Al cabo de diez segundos lo soltó. (no le queda el dedo blanco por la fuerza?) (¬¬ no…)
La estancia comenzó a vibrar para susto de todos menos de Cary y Harry que estaba observando la expresión risueña y seria a la vez que se había instalado en el rostro de la muchacha que acababa de conocer; y que no sabía porqué, pero le transmitían una sensación de tranquilidad y de que nada malo podía ocurrir increíblemente grandes. No sabía porque pero esta chica le proporcionaba confianza; como si la conociera de hace mucho tiempo. (esto...) (k insinuas?)
El temblor continuo durante algunos minutos mientras los cuadros, mesas, armarios y demás muebles que había en la buhardilla cambiaban y dejaban a ver distintos objetos muggles. (¡tachán!)
–¿objetos muggles? –preguntó Harry– ¿para que?
–Para entrar en Hogwarts. (bien, bien.. eso lo explica todo, sí, sí) (Así?)
–Pero Cary, podemos usar la magia.
Cary negó con la cabeza y le sonrió; –¿Habéis oído hablar de los hechizos antimagia? (noooooo.... por qué te lo has sacado de la mangaaaaa...) (y tu ley d defensa d los periodistas k? d k manga te salió? Derecha o izquierda?)
–¿Crees que Voldemort haya usado uno?
–En realidad, creo que habrá rodeado el colegio con ellos, Remus –la chica meditó un instante y acabó de hablar–; habrá dejado poco espacio para que él y sus mortífagos puedan hacer magia, pero no suficiente para que alguien que entre pueda hacerla.
–¿Intentas decirnos que nos vamos a tener que enfrentar a Voldemort sin magia? –preguntó Harry bastante incrédulo. (¡genial!) (a Harry no le parece tan genial…)
–No, no me has entendido; he dicho fuera… es decir, en los terrenos muy poca gente podrá hacer magia; incluso puede que lo haya limitado por hechizos.
–¿A que te refieres?
–A que puede que en los terrenos sólo las varitas de los death eathers funcionen. El ambiente estará demasiado cargado para una varita del no-lado-oscuro. (¡ahora todos a hacerse mortífagos para poder tener magia!) (dejemoslo…)
–¿Y que opciones tenemos? –le preguntó Harry. (hazte mortífago Potter... serías muy útil... has nacido para luchar... has nacido para vencer y dominar a los débiles... –palabras de Quién-vosotros-quizás-sabéis-) (Harry no se hará mortífago! X ahora…)
–Hay que conseguir entrar; y sin magia, vamos a tener que usar esto –Cary hizo un gesto, y señaló todos los objetos que les rodeaban.
–No podemos llevarlos todos –dijo Dumbledore. (¿pero que objetos son? ¿hachas?) (idiota…)
Cary y Harry se giraron; Cary observó a Dumbledore y Harry paseó su mirada de Cary a Dumbledore.
–Lo se –(¿qué sabes?)dijo ésta–; sólo los realmente necesarios. (ya se quería llevar toda la colección de juguetes playmóbil) (no d playmobil precisamente…)
Cary empezó a observar todos los artilugios que había por la habitación.
Cogió una mochila para poder llevar todo lo que necesitarían y…
–Harry, ven; necesito que aguantes esto. (claro, Harry está fuertote después de los entrenamientos de Quidditch... que han sido nulos en el anterior año, por cierto) (me desesperas!)
Cary le dio la mochila a Harry y éste la aguantó mientras ella seguía decidiendo que llevar.
–¿Necesitas ayuda? –la voz de Remus detrás suyo la hizo volver al presente de golpe. (jeje, Remus siempre ayudando) (n fin… sigamos con sto…)
–Claro.
–¿Qué buscas?
–Escaladores. (¿?)
–¿Piensas entrar por las ventanas? –le preguntó enarcando una ceja.
–Es una posibilidad no descartada. (¡una posibilidad muy chula! ¡iréis de guais escalando las escaleras enormes de las torres a tropocientos de metros de altura!) (t mato! Cuando te piye te mato…)
Remus le sonrió y los dos siguieron buscando lo que Cary pensaba podrían necesitar cuando tuvieran que entrar en Hogwarts sin magia.
–Aquí está –dijeron a la vez; y sus manos se encontraron al tratar los dos de coger los escaladores al a vez.
Se sonrieron y Cary puso tres escaladores en la mochila. (gr.... no me gusta que se sonrían... ¿es que no piensas gruñir, Canuto?) (Sirius sabe controlar sus celos…)
–Siguiente cosa a buscar –dijo Harry. (diligente el muchacho) (él no lo sabe!)
–Cuerdas. (por supueeeeesto) (como podían faltar?!)
–Toma –Remus le alcanzó cuatro cuerdas trenzadas a mano. El hilo era una mezcla de dorado y plateado.
–¿Aguantarán?
–El plateado son pelos de unicornio, Harry –informó Remus. (y con eso lo digo todo, Harry) (la verdad es que si.)
Cary le miró sorprendida– Muy bien profesor. (excelente, profesor) (oh! Si! Lo olvidé! El lobito bonito un 10!)
Dumbledore miraba todo con una deje de diversión y Snuffles se estaba poniendo nervioso y no paraba de ir de un lado a otro.
Al cabo de 15 minutos Cary consideró que ya lo tenían todo. (ya es hora) (no tienes ni idea de estrategias militares…)
–Vale; vamos.
–Espera –dijo Ron– ¿no vas a cambiarte?
Cary lo miró con una mirada inquisidora y parte de divertida.
–¿Para que? –dijo finalmente ella.
–¿Te vas a poder mover bien con esos tacones y ese pantalón? –le preguntó Hermione. (muy buena pregunta Hermione, realmente muy buena) (indirectas x el culo!)
Cary se miró la ropa y soltó una carcajada.
–Tranquila; no te preocupes por mi; de todas formas no tenemos tiempo que perder. (Claro, Cary piensa escalar con tacones con tendencia a resbalar por las escaleras, por el suelo, por las sillas, por las mesas, por los charcos...) (no tiene gracia… cuando s algo importante no resbalo… solo cuando voy despistada)
Esa fue la única respuesta que obtuvo Hermione antes de que Cary desapareciera por las escaleras de regreso al piso.
Los demás la siguieron.
–Bueno, ya estamos –dijo Cary mientras se colgaba la mochila del hombro derecho– vosotros guiáis.
Los dos adultos y Snuffles pasaron adelante seguidos por Cary, y más atrás iba el trío, hablando.
–¿Creéis que es de fiar? –preguntó Ron. (¡por supuesto que no! ¡si se acaba de acordar de que tenía una habitación sucísima y encima no siente remordimientos!) (k te den! Ya verás lo k te hago cuando te piye!)
–Dumbledore confía en ella; eso debería bastarnos. (ya,ya... ¿pero qué pasa si Dumbledore no es de fiar? ¿eh? ¿qué pasaría si supieseis que os va a traicionar dentro de... 3 años?) (eso no puedes saberlo!)
–Lo se Hermione, pero… eso de que no sepa quién es… no se… no me da buena espina –le contestó Ron. (estoy de acuerdo contigo, Ron) (…)
–Yo confío en ella –declaró Harry–; no se porqué, pero hay algo que me hace confiar en ella. (.......................)
Los otros dos asintieron; se quedaron pensando hasta que una voz los hizo descender a la tierra. (¡vaya! ¿es que estaban volando?) (lo entendiste a la primera…)
–¡Chicos! ¿pensáis quedaros mucho rato ahí parados? –era Cary, que con una sonrisa de oreja a oreja les invitaba a salir de la casa. (ésta tía está muy feliz de abandonar su casita con unas casi desconocidos...)
Harry le sonrió y caminó hacia fuera de la casa. Ron y Hermione notaron lo que Harry les acababa de decir y entendieron perfectamente a Harry. Ambos se miraron y se sonrieron; y salieron tras Harry.
Una vez estuvieron fuera; Hermione preguntó:
–¿Y ahora que se supone debemos hacer?
–Buena pregunta –señaló Cary; y se volvió hacia los adultos–; ¿Y ahora?
–¿Dónde os habéis aparecido, Remus? –le preguntó Dumbledore.
–Al lado del lago.
–Bien, vayamos hacia allá.
El grupo se encaminó siguiendo el río, las aguas que corrían parecían acompañarlas en su destino; y el agua fluía inexorable como su destino; y como el tiempo que se empezaba a agotar. (...agua...agua... burbujas.. piscina... ¡ja! ¡mira que ir a las seis de la mañana!) (eso a sido un golpe muy bajo!!!!)
Llegaron enseguida; y Snuffles volvió a quedarse mirando el agua, al igual que hizo Remus. (¿es que hay algo interesante en ella?) (¬¬ pierdete…)
Dumbledore se le acercó y le puso una mano en el hombro. (¿a quién?) (a Remus)
–Ya habrá tiempo para eso, chicos. (¿para ver el agua?) (dejalo!)
Remus le asintió y él y Snuffles volvieron a prestarles atención.
Cary y el trío se dirigieron una mirada de absoluta perplejidad; y Harry le dijo:
–Tranquila, pasa muy a menudo que no nos enteremos de lo que están hablando… y ni siquiera se molestan en disimular ya. (interesssssante) (eso fue un intento d pársel?! O.O)
–Ah… vale… –Cary sacudió la cabeza. (no le dio un cabezazo a alguien? Supongo que es Harry quien está más cercano... vale, vale, ya me callo) (mejor…)
–Tranquilos, está vez lo contaremos… más adelante… –les tranquilizó Remus.
–Ese más adelante no me ha gustado nada –dijo Ron.
–A mi tampoco –le contestó Harry–; a ver… ¿Cuándo es más adelante? ¿Dentro de tres meses?
–Veo que lo vas pillando –susurró Remus por lo bajo; pero no suficientemente bajo y tanto el trío como Cary lo oyeron; pero antes que alguien más pudiera añadir una palabra más sobre el asunto, y en vista de que podía empezar una buena pelea, Dumbledore se apresuró a añadir:
–Venga, que hay prisa… no creo que en Hogwarts aguanten mucho sin los refuerzos.
–¿Y los refuerzos son…? –preguntó Cary, aun sabiendo la respuesta.
–Nosotros por supuesto –contestó Dumbledore con una sonrisa.
–¿Vamos a aparecernos, Albus? –preguntó el hombre-lobo. (¡Remus!) (todos sabemos como se llama!)
–Si, creo que sería lo más prudente, Remus… el problema sería ¿Dónde nos aparecemos?
–¿Qué tal en Hogsmeade? –aventuró Ron.
–Me lo había planteado joven Weasley… pero, puede que si Voldemort cree haber obtenido el control total del castillo, haya hecho algo en Hogsmeade.
–¿Alguna otra opción? –preguntó Hermione.
–Un sitio en el que no vayan a entrar –dijo Cary. (ey... ésta chica es lista, ¿eh?) (lo dudaste?)
–¿Cómo cuál? –preguntó Ron.
–Alguna habitación de Hogwarts, no se, alguna sala o algo… (yo ya sé donde, yo ya sé donde...) (no lo sabes así k calla!)
–Nadie se puede aparecer en Hogwarts Cary.
–¿Segura de eso, Hermione?
–Pues claro que si. Lo leí en historia de Hogwarts.
–En los libros siempre faltan cosas… datos importantes… excepciones... siempre hay excepciones; en todo…(¿cómo en las clases de catalán?) (como en esas!)
–¿Sabes algo que nosotros no sepamos? –le preguntó Harry. (¿otra vez?) (otra vez k?)
–Si… el problema es que no puedo recordarlo. (bueno, es igual, podemos esperarnos aquí, mirando el agua, hasta que lo recuerdes..) (deja el agua tranquila!!!!!!!!!)
–Escúchame bien, Cary… no quiero que pruebes nada de lo que no recuerdes perfectamente, ¿entendido?
Cary le miró a los ojos, y Dumbledore se los aguantó.
–Está bien –cedió al final la chica muy poco convencida.
–¿Por qué te ha dicho eso? –le preguntó Ron.
–No se –respondió ella encogiéndose de hombros–; pero no se porqué hay algo que me dice que tiene razón –sacudió la cabeza y añadió–. ¿no deberíamos preocuparnos por el sitio de aparición?
–Tienes razón – dijo Harry.
–¿más sugerencias? –inquirió Dumbledore.
Todos se pusieron a pensar; y al cabo de un rato, Cary volvió a romper el silencio…
–Un lugar oscuro y tenebroso… donde sólo las sombras acechan solas. (¿?)
Remus la miró –Estás hablando del bosque prohibido, ¿no es así?
Ella asintió –Así es.
–¿Qué parte del bosque prohibido estás proponiendo? –le preguntó Remus– Porqué es enorme.
–Lo se… sólo que no lo recuerdo muy bien…(para variar) (deja de meterte conmigo!)
–¿Qué recuerdas? –le preguntó Harry– cualquier detalle, algo que pueda hacer que sepamos de que parte del bosque estaríamos hablando.
–Un sitio oscuro… y con una… una cueva… –Cary frunció los labios; como le frustraba no poder recordar nada del todo.
–¿Te refieres a una cueva oculta por unos matorrales? –le preguntó Remus.
–Si –Cary le miró extrañada– ¿Cómo lo…
–Bien, será fácil llegar a ella… y estará vacía.
–No quiero saber como has sabido de la existencia de esa cueva, Remus –le dijo Dumbledore seriamente al licántropo. (oh, ya lo creo que lo quieres saber) (bah… paso de ti…)
Remus sólo sonrió traviesamente. (¿Remus? ¿travieso?) (y xk nadie se ha fijado en la cara del perro…)
–Bien, pues si sabéis de que sitio hablo que tal si movemos el culo y vamos para allá.
Todos estallaron a carcajadas.
–¿Qué? –preguntó Cary perpleja– no le encuentro la gracia.
Todos dejaron de reír y Albus dijo: (yo tampoco pillo la gracia)
–Tal vez si deberíamos empezar a pasar. Veamos… –Dumbledore los observó a todos– bien; nos pondremos en fila, Cary tu delante y Remus detrás; ponle una mano en el hombro y ya bastará Remus. Luego… Harry cógete de la túnica de Remus, Hermione de la de Harry y Ron de la de Hermione. Y ya estamos listos…(esto parece parvulario) (como stas tan segura? A! s verdad! Olvide k pasas cada dia xa hacer refuerzo…)
Pero entonces se escuchó un ladrido que sobresalto a todos.
–Nos olvidábamos de Snuffles –comentó Cary divertida–; parece que no le hace gracia que le dejemos aquí. (yo tampoco lo creo) (jeje ^^)
–No, no le hace en absoluto gracia… –dijo Remus.
–Bueno Harry, con la otra mano coge a Snuffles –dijo Dumbledore.
–Claro –contestó Harry; y Snuffles se acercó a su ahijado quién le puso una mano en la cabeza–; listos.
–Bien Remus, tu diriges.
–A la de tres Albus.
–Una, dos…
–Tres –dijo el licántropo.
–¡Aparecium! –gritaron ambos magos.
Por segunda vez en pocas horas los tres adolescentes notaron como su cuerpo era recorrido por una tensión eléctrica que les impedía soltarse entre ellos. Finalmente aterrizaron con gran estruendo en una parte del bosque prohibido.
–Recordaba esto más oscuro –fue lo único que dijo Cary antes de levantarse del suelo.
–Sería porqué las otras veces lo vistes de noche –le respondió Remus tendiéndole una mano y ayudándola a levantarse.
–Es posible –contestó ella con una sonrisa mientras se sacudía los pantalones–; ¿estáis bien, chicos? –preguntó dirigiéndose al trío y a Albus.
–Si, estamos bien –dijo Harry.
Ron y Hermione le asintieron con la cabeza.
–Si, creo que sería mejor ir ya hacia Hogwarts –propuso Albus.
–Estoy de acuerdo –propusieron Cary y Harry.
Rápidamente el grupo empezó a trazar un plan… pero cuando ya llevaban 10 minutos discutiendo; Albus, Remus, Ron, Hermione y Snuffles que no dejaba de ladrar; de cómo podrían entrar; y Harry se estaba aburriendo un poco mientras Cary sacaba las cosas de la mochila, cuando hubo acabado miró a los que estaban discutiendo y a Harry quién la miró y le sonrió mientras se encogía de hombros. Entonces ella se volvió hacia los disputantes y dijo:
–¡Eh! Yo si tengo un plan… entramos a saco pateamos unos cuantos culos y que salga lo que salga, ¿vale? (cuida ése lenguaje tan rudo, jovencita) (kien ma va a obligar a cuidarlo, tú?)
–Buen plan –dijo Harry quién enseguida se le unió.
–¿Eso es un plan? –preguntaron Ron y Hermione perplejos ante la sencillez y ridiculez del plan de Cary. (bastaaaaante sencillo) (como dijo Moody: sencillo y bien.)
–Si –les respondió.
–Me parece buena idea –comentó Remus.
–¿Y si sale algún imprevisto? –le reprochó Hermione que parecía no dejarse convencer.
–También pueden salir imprevistos aunque estéis cinco horas discutiendo –y antes de que Hermione hablara ella continuó–, por no hablar de la pérdida de tiempo y ventaja que eso supone.
–¿ventaja? –preguntó Ron, confuso.
–Si alguien invade un lugar, necesita tiempo para restablecer "su orden"; cuanto más tiempo dejemos pasar, más tiempo le estamos dando a Voldemort para que cree sus propias defensas. (¡sí señor! Digo, ¡señora!) (n todo caso señorita…)
–Pero Hermione tiene razón; hay que preparar algo por si sale un imprevisto.
–Ron, improvisa.
–¿Qué?
–Que uses tu imaginación.
–¿Qué use mi imaginación?
–Si –Ron la miró muy extrañado y ella se apresuró a añadir–; te aseguró que cuando estés en peligro nada de lo que te hayas preparado te servirá realmente para eso… harás lo que creas más conveniente para salir de la situación; y eso no te lo puedes aprender en –Cary consultó su reloj de pulsera y dijo– 2 minutos.
–¿solo tenemos 2 minutos? –preguntó Harry.
–Es lo que tardaré en repartiros éstos y explicaros más o menos su funcionamiento. Debéis tener algo que os pueda ser útil si seguramente no os podréis valer de la magia.
Cary cogió los escaladores y les lanzó uno a cada uno –Esto se empuña así, como una pistola; apuntas, disparas y saldrá una cuerda que se enganchará a donde hayáis apuntado; presionáis este botón azul de arriba y os elevaréis.
Cogió las cuerdas y les lanzó una a cada uno. Cogió un par de pistolas y dijo:
–No creo que las sepáis usar, ¿verdad?
–No, no sabemos –dijo Dumbledore.
–Bien –Cary abrió la chaquetita negra que llevaba encima y guardó los revólveres en dos cartucheras. (ésta tía va de guais... he llegado a esta conclusión después de leer tan chuleo..) (olvidame…)
–¿Llevas eso siempre? –le preguntó Harry señalando las cartucheras.
–¿El que? ¿las cartucheras? –Harry le asintió y ella continuó– no, claro que no; sólo hoy.
–¿por?
–Bueno, Dumbledore dijo que vendrías y que podía ser que no vinierais solos… así que, tenía que estar preparada.
Sacó un par de dagas (¡¿dagas?! ¡¿un par?!) (si un par.. ya sabes 2) de uno de los bolsillos. Las dagas eran relucientes; con unas hojas muy finas y ligeras; pero duras y resistentes. Cary se subió los pantalones hasta las rodillas, guardó una daga en cada bota y se volvió a poner bien los pantalones. (¡pero si es Rambo!) (calla! S 1 amazona!)
–¿Qué? –preguntó al ver que la miraban sorprendidos– ¿no sabéis que es una guerra? (......) (creo que ganaréis a los mortífagos por que se quedarán en medio de un xoc al verte...) (me lo e de tomar como un cumplido?)
Luego sacó seis botellitas pequeñas de cristal que contenían un líquido rojo puro. Y les dio una a cada uno. (¿y eso? ¿también lo lleva siempre para estar preparada o sólo es una casualidad?) (olvidame…)
–Vigiladlas bien; que no se os rompan por nada del mundo.
–¿Qué es? –preguntó Hermione admirando el líquido rojizo que contenía el frasquito.
–Es una poción para reponer fuerzas.
–¿De que está hecha? –le preguntó.
–No lo recuerdo –Cary se excusó con una sonrisa–; pero aun así no la pierdas. Te puede salvar la vida.
Claro, que Cary recordaba perfectamente que había en el frasquito… si, ahora si; y más al ver las botellitas… diseño propio… ¿quién lo diría? Recordaba muy bien el día en que había hecho la primera… y solo un magia-sin-varita podía hacerla; pero tenía que ser un auténtico magia-sin-varita.
Cuando acabó de repartir las cosas, Dumbledore habló:
–Bueno, tal vez deberíamos ir tirando hacia el castillo.
–Si –le contestó Remus.
–Pero –dijo Hermione; se notaba que aun era reacia a un ataque sin estrategia, aunque supiera que Cary tenía razón y que con Voldemort no había plan factible.
–Vamos, Herm –la animó Ron–, ya verás como lo conseguimos.
–Si te vas a sentir más tranquila podemos hablar de algún tipo de estrategia mientras nos dirigimos a Hogwarts.
Hermione asintió a la idea de Cary. Cary recogió la mochila del suelo y se la puso en el hombro derecho mientras se acercaba a los otros. (va a quedar con el hombro derecho hecho polvo) (asi xk?)
–Ahora si; adelante.
Dumbledore se encaminó por delante con Remus y Snuffles siguiéndole muy de cerca. Cary se puso la última cubriendo la retaguardia de los tres jóvenes.
El grupo iba avanzando en silencio; Cary se giraba constantemente a observar el camino que estaban dejando al pasar. Dumbledore iba atento mirando por donde pasar y Remus y Snuffles se aseguraban de que nadie les siguiera atentos a cualquier ruido extraño que proviniera del bosque.
Cuando ya llevaban dos minutos en silencio, y Hermione se estaba poniendo un poco nerviosa, se escuchó un crujido en el momento que ella iba a abrir la boca; Cary se adelantó y le tapó la boca con la mano derecha, y susurró para que los tres jóvenes la oyeran:
–Silencio –dirigió una mirada a los dos adultos y ladeó la cabeza hacia la derecha. Dumbledore, Remus y Snuffles se acercaron a ellos.
–¿Qué has notado? –le susurró Remus a Cary.
–También lo has notado, ¿verdad?
Remus sólo asintió.
–Viene de ahí atrás… alguien tendrá que ir a mirar, ¿no creéis? –preguntó Remus.
–Yo voy –dijo Cary mientras avanzaba y se alejaba del grupo. (¡por supuesto que va ella! ¿es que alguien lo ha dudado en algún momento?) (k no te metas + con Cary!)
Harry fue a detenerla pero Remus y Dumbledore se lo impidieron poniéndole cada uno una mano en cada hombro. Snuffles se colocó delante de su ahijado y se sentó mirando como la chica desaparecía a través de la espesura del bosque.
–¿Estáis locos? –preguntó Ron.
–¿Cómo podéis dejar que vaya sola a ver lo que hay allí atrás? Podría haber cualquier cosa… –objetó Hermione.
–Por eso va sola –le dijo Sirius en un momento que recuperó su forma humana.
–¿Por eso va sola? –preguntó Harry con aire desconcertado– ¿para que la maten más fácilmente? –dijo con sarcasmo e ironía.
–No lo entenderías… –le dijo Sirius, viendo con nostalgia la dirección que Cary había tomado; y volvió a su forma animaga.
Harry iba a protestar pero no tuvo tiempo pues un grito se oyó un poco más lejos de donde estaban.
Los tres se movieron rápido y los adultos les siguieron intentando detenerles de cometer una estupidez. Lo que se encontraron fue una sorpresa para todos.
Cary estaba tumbada en el suelo con una araña más grande que ella encima; ella tenía agarrados con sus manos los quelíceros (N/A: no tengo ni idea si en español se escribe así) (yo tampoco) (en ningun momento espere k lo supieras…) y hacia fuerza hacia arriba para impedir que los pedipals (N/A: k tampoco se si se escribe así… yo y la biología no podemos cambiar de idioma…) le dieran en la cara. La cara de Cary en esos momentos era una mezcla de asco, rabia, esfuerzo y concentración. Los tres chicos buscaron sus varitas y en el momento que iban a pronunciar el hechizo para ayudar a Cary; oyeron como ésta misma lo decía:
–¡Araña eximen!
La araña voló por los aires y fue a aterrizar a diez metros de donde se encontraba Cary, en el suelo jadeando. (¿ves? Ya decía yo que iba de chula) (xk dices k va d chula?!)
Cary había logrado apuntar una de sus manos a la cabeza de la araña y aturdirla con el hechizo.
Ella se levantó y se giró hacia ellos y les dijo:
–¡Ya os vale! ¡Esa cosa ha estado apunto de babearme la cara! –dijo con un tono de exasperación inundando su voz.
El grupo miró a la araña que tan pronto como recuperó la conciencia salió disparada hacia la dirección contraria donde ellos se encontraban.
–Esas nunca van solas –dijo Hermione.
–Lo se; más vale que nos abramos… no quiero volver a tener que tocarlas.
–Estoy de acuerdo contigo –dijo Ron mientras un gran asco y una gran repulsión se hacían patentes en su cara. (pobrissó...) (+ bien si…)
Cary le miró con una sonrisa divertida en la cara.
–¿Qué? –le preguntó el pelirrojo.
–Nada –le respondió ella negando con la cabeza.
–No se sonríe por nada.
–Es solo que no parece que te gusten mucho las arañas –comentó ella.
–Y no me gustan… ¿Cómo te sentirías si hubieras abrazado una araña de pequeño, pero que era un osito de peluche?
–¿en serio? –le dijo ella divertida, se notaba que se estaba divirtiendo con el pelirrojo.
–Si –murmuró él.
–¿Qué ocurrió?
–Mis hermanos lo transformaron mientras lo tenía abrazado.
–¿Qué? –ahí Cary no pudo aguantarse más y exploto a reír.
–No tiene gracias –se quejó el pelirrojo. (Cary es una chica muy cruel) (k t den)
–No –se apresuró a añadir ella, en un vano intento por mantenerse seria–; claro que no –pero la risa volvió a ganarle. (¿disfrutas eh? Pobre Ron..) (bah… calla ya…)
Cary se reía de una forma que contagió a todos. Pero entonces en un momento… se oyeron crujidos mayores en el bosque. (¡eso por reíros!) (no creo k haya sido por reírse…)
–Sh –dijo Cary llevándose un dedo a los labios–… callaros –miró hacia todos lados y entonces cerró los ojos y se puso a escuchar mientras ladeaba ligeramente la cabeza para que le llegara cualquier sonido. Harry le iba a decir algo pero ella le levantó la mano derecha indicándole que ahora no era muy buen momento para hablar. (¿cómo sabe que iba a hablar si tenía los ojos cerrados?) (lo percibió)
Todos seguían en silencio, escuchando. Se volvieron a escuchar más crujidos.
–Son dos… dos son los que se acercan, pero de seguro hay más, Albus –dijo Cary.
El director la miró a los ojos y asintió.
–Es lo que me temía –dijo Dumbledore–; larguémonos.
Pero antes de que les diera tiempo a moverse de donde estaban; montones de arañas gigantes salieron de cualquier sitio y les rodearon.
Ron tragó saliva.
–Sacad vuestras varitas, chicos –dijo Cary. (Ha llegado la hora de que seamos nosotros quien babee a las arañas y no ellas a nosotros) (buena frase…)
–¿Qué querrán ahora? –preguntó Ron. (cogerte como peluche) (jajajaja!!!! K bueno!!!)
–Ni idea; Ron –Harry se dirigió hacia él–, el nido no está cerca de aquí, ¿verdad?
–No, no lo está.
–Y hay demasiadas para usar hechizos –dijo Hermione.
–¿Dónde está el coche cuando se le necesita? –preguntó Ron exasperado. (en una fiesta caníbal en el corazón del bosque) (jajaja!!!!!!)
–¿coche? –preguntaron Albus y Remus.
–¿Para que queréis un coche ahora? –dijo Cary.
–El coche que teníamos hasta segundo curso nos salvó la primera vez de las arañas –musitó Ron.
–Y… ¿crees que se dejarían engañar por el mismo truco una segunda vez? –preguntó Cary. (no sé...) (yo tampoco…)
–No me importaría intentarlo –le respondió Harry.
–A mi tampoco –respondió Ron temblando de pies a cabeza.
El grupo estaba totalmente rodeado y no tenían escapatoria.
–¿No podemos aparecernos? –preguntó Ron, mientras la varita le temblaba descontroladamente entre los dedos de la mano derecha.
–Sería peligroso –dijo Cary.
–¿Por qué? –preguntó Harry.
–Porqué aparecerse consume mucha energía mágica –explicó Remus.
–¿Y eso significa? –preguntó Harry.
–Que si se aparecieran ahora es posible que no pudieran controlar la magia y apareciéramos cada uno en un sitio distinto –explicó Cary. (ah... explicación tipo del profe de mates...) (k dices?! No!!!!!!!!!!)
El grupo de arañas se iba cerrando más en torno a ellos. Avanzaban despacio y estratégicamente para no dejar ningún hueco libre para que algún constituyente del grupo pudiera escapar. Aunque una huida era completamente imposible.
–¿Y que más da? ¡Apareceríamos lejos de aquí! –exclamó Ron indignado.
–¿No lo has entendido? –le preguntó Hermione.
–¿Qué quieres que entienda? ¡Estas cosas nos van a comer! –rugió indignado.
–Vale, imagínate que te hacemos caso y nos aparecemos; si la magia no es controlada y cada uno va a parar a un sitio distinto, significa que estará solo ante lo que se encuentre. (pero mejor eso que ser comido por cientos de arañas...) (tu crees? Piensa n todas las posibilidades; asta las mas horribles…)
–¿Y que importa eso, Cary?
–Ron imagínate que vas a parar delante del mismísimo Voldemort, solo.
–Me has convencido nos quedamos. (pues a mí no me convences, la verdad, una muerte con Voldemort es mucho más digna y honrosa que con una apestosas arañas gigantes) (xo Voldie te torturaría antes de matarte)
Las arañas se acercaban cada vez más despacio; sabían que sus presas no tenían escapatoria; y les gustaba ver crecer la angustia en sus caras. (que majas) (no veas…)
Snuffles les rugía y les ladraba para que dejaran de acercarse; pero, obviamente las arañas hacían todo menos eso.
–Esto… ¿alguna idea? –sugirió Harry.
–No aun –contestó Dumbledore.
–Pues no tenemos demasiado tiempo –dijo Remus.
–Creo que tengo una idea.
–Que tenga sentido, por favor –le rogó Remus.
–No estamos en condiciones de votar –le soltó Cary–. Ya que por lo que parece vamos a morir… voto por cargarnos a las que podamos. (¡Dios! ¡Cary y su ridícula sencillez!) (k t den! Se llama supervivencia!)
–Idea sensata –murmuró Albus. (idea lógica) (lo se ^^)
–Bien, pues hagámoslo –dijo Harry.
Pero antes de que pudieran hacer nada un par de arañas empezaron su ataque lanzando un par de sus hilos en dirección al grupo y que dieron de lleno en el pobre Ron. Uno de los hilos le dio en la cara tapándole la boca; con lo cual el pobre Ron soltó la varita de golpe y llevó sus manos a la cara intentando romper el hilo; cuando hacia esto, la otra telaraña le envolvió las rodillas y lo hizo caer de espaldas al suelo. (mmm... no me gusta como se pone esto) (e k no? ^^)
–¡Cogedlo! ¡Que no lo arrastren! –gritó Cary al momento que veían desesperados como el hilo que unía las arañas con Ron empezaba a tensarse.
–¡Ron! –gritaron Harry y Hermione a la vez mientras le cogían para que no se lo llevaran.
Los dos adultos y Cary dirigieron sus hechizos hacia las dos arañas y a la vez fritaron:
–¡¡¡Araña eximen!!!
Ron se había conseguido quitar la telaraña que le cubría la boca y intentaba desesperadamente romper el hilo que ataba sus rodillas.
Ese fue el momento fatal para todos; que se giraron todos para ayudar a Ron y; como si lo hubieran tenido preparado; lanzaron sus hilos recogiendo las varitas de todos.
–¡Mierda! –gritó Cary. (ya te lo dije antes, modera ese vocabulario, jovencita) (ven aki y moderamelo tú!)
–¡Las varitas! –dijeron Harry, Remus y Hermione la vez.
–Estamos perdidos sin las varitas –dijo Ron desde el suelo intentando romper con ayuda de los otros las cuerdas pegajosas que le ataban las piernas y que tiraban de él en dirección a una muerte segura devorado por las arañas.
Dumbledore echó un vistazo a su alrededor. (Noooo... ahora vendrá la súper Cary que puede hacer magia sin varita) (a paseo… Cary es la mejor! y cierto perro opina lo mismo ^^)
–Albus, no podemos recuperar las varitas –le dijo el licántropo– está todas pegadas a esas telarañas.
–No veo escapatoria esta vez –le confesó el director mientras sus ojos perdían la chispa de la esperanza.
–Gracias por confiar en mi.
–¿Qué?
Pero antes de que los demás tuvieran tiempo de comprender lo que estaba ocurriendo; Cary tenía una bola luminosa flotando sobre su mano derecha. (ya lo sabía) (tu sabes muchas cosas… xo no las suficientes! Jeje!)
–¡Incendio! –la esfera luminosa se tornó fuego mientras volaba hacia las arañas.
–Bien hecho Cary –le dijo el director.
–Las felicitaciones si conseguimos salir de ésta –les contestó Cary con una sonrisa, al momento volvió a girarse y su expresión se tornó nuevamente de concentración. Levantó las dos manos hacia las arañas que se arremolinaban enfrente de ella; las juntó y lanzó su hechizo–. Araña eximen.
Diez o doce arañas salieron volando en dirección contraria a ellos.
Y entonces, allí estaban; las varitas, en medio de un lío de telarañas.
Cary dirigió su mano izquierda en la dirección habló:
–Accio varitas.
Las varitas junto con la madeja de hilos fue a parar a su mano izquierda, quedándose hay pegada y sin ganas de desengancharse de su mano.
–Venga, espavilaros –les apremió Cary–. Coged la vuestra.
Remus se le acercó y le ayudó a desenganchar las varitas. La especie de masa que se había formado de las telarañas seguía sin querer soltar la manos de Cary. Cary se acercó a Ron y con la mano derecha agarró el hilo que aun mantenía sujeto a Ron con dos o tres arañas más; Cary notó que el hilo cada vez se tensaba más.
–Cortus –pronunció y una luz escarlata pareció querer escapar de su puño. Y el hilo que mantenía unidas a las arañas con Ron se rompió.
Pero al igual que a Cary; parecía que la masa pegajosa en la que se convertían los hilos no querían soltar las piernas de Ron.
Remus pasó cada varita a su dueño.
–A la de tres, el hechizo todos a la vez. (¡rima y juega feliz!) (O.O me asustas…)
–Yo no puedo –dijo Cary mostrándole sus manos cubiertas de esa pasta blanca.
–De acuerdo, pues los demás conmigo –dijo Remus dirigiéndose a los dos adolescentes que seguían en pie y a Dumbledore.
–Una… dos…
–¡¡¡¡Araña eximen!!!! –gritaron los cuatro.
La mitad de las arañas volaron por los aires. Pero, otros sonidos asolaban el bosque alrededor del grupo en estos momentos.
–¡Escuchad! –Cary les hizo callar.
Todos se quedaron mirando a Cary que escuchaba atenta que podía captar detrás de los ruidosos sonidos de las arañas.
–Pasos –dijo al final, con cara angustiada–. Muchos pasos. Se acercan rápido.
–Genial –se lamentó Ron –. ¡Como si no tuviéramos suficientes problemas!
Las arañas volvían a replegarse alrededor del grupo. Hermione y Harry seguían intentando quitar la masa pegajosa que rodeaba las rodillas de Ron.
Los pasos se hacían más intensos, más rápidos… en definitiva, más cercanos la grupo.
–¿Sabéis? Si son mortífagos me alegraré –dijo Cary.
–Tu quieres morir, ¿verdad? –le preguntó Harry.
–Bueno –dijo ella, haciendo ver que pensaba–; no es uno de mis objetivos en la vida. (...) (a k vienen los puntos? ¬¬…)
–¿Entonces? –le preguntó Hermione.
–Herm, si son mortífagos no me sentiré mal si nos acompañan como comida de araña. (ah.... un banquete mixto, ¿eh?) (+ o menos…)
–¿Y si no son mortífagos? –preguntó Harry.
–¿te refieres a… –empezó Hermione pero Harry no le dejó continuar. (¿a qué?) (lo tienes en la linea de abajo…)
–Gente del pueblo –dijo muy serio–. Si Cary tiene razón y Voldemort ha conseguido el poder total de Hogwarts, su siguiente objetivo será Hogsmeade.
–La gente del pueblo serán sus siguientes víctimas –terció Cary. (¡guai!) (pos no se k le encuentras d guay…)
–Exacto.
–Hay que hacer algo; y me da igual el que pero no pienso permitir que Voldemort gane esta vez –sentenció Harry. (¡bien por ti Harry!) (no entiendo tu forma de pensar…)
–Estoy de acuerdo contigo –añadió Cary mirándolo mientras seguía intentando liberar la palma de sus manos de la masa arácnida–; ¿alguna sugerencia?
–Aun no.
–Pues espabilaros porqué vuelven a acercarse y como esta vez os quiten las varitas no creo poder recuperarlas… ¿de que coño está hecho esto? –preguntó Cary al tiempo que alzaba las manos y se las miraba con repugnancia.
–Ni idea; pero se cuela por la piel –dijo Hermione señalando las rodillas de Ron; donde la masa blanquecina parecía ser absorbida por la propia piel del pelirrojo. (puajjj) (pos eso no es nada comparado con lo que vendrá…)
–¡¿Qué?! –gritó Cary exasperada mientras empezaba a sacudir las manos y a moverlas en un vano intento de que su piel no absorbiera la masa; cuando paró miró horrorizado como sus manos habían absorbido casi toda la masa; lanzó una mirada al pelirrojo y vio como éste ya había absorbido toda la masa blanquecina y se convulsionaba por el suelo de dolor. Cary se acercó a ellos– ¿Dónde se ha guardado el frasco que le he dado?
–No lo se –le contestó Hermione.
–Buscadlo y dádselo.
–¿Para que?
–Eso le salvará.
–¿Y tu? –le preguntó Harry viendo como ya casi no quedaba masa en sus manos.
–No puedo tomarlo.
–¿por qué no puedes? –le preguntó Remus que se había acercado a ellos para ayudarles mientras Voldemort seguía lanzando hechizos a las arañas y Snuffles mordía y ladraba a las que se acercaban suficiente.
–Porqué no me haría efecto –contestó ella como si fuera lo más obvio del mundo.
–¿Por qué no? –le insistió el licántropo al tiempo que la sujetaba por los hombros.
–Porqué… –pero algo no dejó que Cary acabara de formular su respuesta a la pregunta del hombre-lobo.
–¡Cary! –gritó Remus al tiempo que la chica caía al suelo llevándose las manos al pecho y temblando descontroladamente.
Hermione acababa de dar el líquido a Ron y éste se incorporó un poco y dijo:
–Esta cosa chupa la energía del cuerpo; notaba como me cansaba sin moverme –declaró Ron.
–Mierda –dijo Lupin. (ay, ay, ésa lengua Remus... vale, vale, comprendo que el momento es crítico... ¿pero no podríais dejar a Cary muerta y largaros? Ya, ya, no es ése el espíritu Gryffindor, ¿verdad? Bueno, pero es lo más inteligente) (maldita… mira k pensar en que abandonen a Cary… ya me las pagarás!)
–¿Qué ocurre? –preguntó Harry.
–Ella usa las manos para sacar su magia, y las telarañas esas cogían la energía de Ron –contestó el licántropo.
–Vale, continua –le apremió Harry.
–A Cary le están robando la magia. (¡yep!) (k significa yep? O.O)
Los pasos sonaban demasiado cerca, ya no podían hacer nada; no tenían escapatoria. Remus cogió a Cary en brazos y junto con el trío se acercó a Dumbledore para estar todos los más juntos posibles. (¡pelotón en formación!) (idiota…)
–Parece que esto se acabó, amigo –le dijo Dumbledore a Remus.
Las arañas estaban muy cerca del grupo que se había arrinconado contra un muro de piedras. Las arañas estaban ya muy cerca del grupo. (ya me he enterado...) (no me lo puedo creer! N serio k t as enterado?) Casi podían tocarles con sus quelíceros. y en ese instante una voz desgarró el aire:
–¡Profesor Dumbledore! (¿?) (Eso mismo piensan todos)
El grupo se quedó paralizado al oír la voz que les llamaba; pero más paralizados se quedaron al reconocer quien era el causante de esa voz.
La silueta de la figura causante de la voz se recortaba contra los árboles del bosque. Y para asombro de los dos adultos; esa voz ordenó:
–¡No les hagáis daño! Profesor Dumbledore, ¿estáis bien? (¿Hagrid?) (^^)
–Ahora si –le contestó Albus con una sonrisa–; ahora si, Hagrid. (¡Hagrid!) (Doble ^^)
–Hagrid –dijo Harry–; ¿Qué haces aquí? (llevar de paseo a mis mascotas..) (O.O tocada y hundida…)
–Pues, íbamos a Hogwarts… a buscaros –y añadió–; pero creo que no será necesarios.
–¿íbamos? –preguntó Hermione.
–¡Oh si! Que poca consideración la mía; os presento a…
Pero antes de que pudiera acabar de presentar a quien fuera que fuera que le acompañaba; Cary volvió a gritar y a retorcerse de dolor en los brazos de Remus. (quejica...) (k te den! Lo k ocurre s k tienes envidia! ^^ jeje ^^)
–Hagrid; ¿tienes antídoto para las telarañas de éstas cosas? –le preguntó Remus mientras volvía a apoyar a Cary en el suelo.
Cary gritaba y se aferraba los puños cerrados. Pero todos los que estaban cerca pudieron ver como unos reflejos eléctricos azules le salían por las palmas.
–Su magia se está descontrolando –dijo Dumbledore después de cogerle la mano izquierda y mirarle la palma; por donde ahora empezaban a gotear unos hilillos de sangre–. Morirá a no ser que le quitemos esa pasta de dentro. (¡Uoooooh! ¡esto se pone interesante!) (si, no veas… apuesto a k kieres k la palme, no s asi?)
–¡¿Y como se la quitamos?! –exclamó Harry.
–No lo se. (jeje, me encanta ésa respuesta) (pues yo la odio…)
Hagrid se acercó y comenzó a hablar con Dumbledore.
–¿Qué ha pasado, profesor? ¿quién es esa chica? Se parece mucho a… ¡pero no puede ser! Caroline Fargon murió. (cotilleo...) (aber, ver a alguien k se supone k sta muerto no s muy usual… bueno si kitamos a cierta rata traidora…)
–Ella es Caroline Fargon, Hagrid –Dumbledore miró a los ojos del semigigante–. No tenemos mucho tiempo; su propia magia acabará destruyéndola. ¿Como se puede anular el efecto de las telarañas?
El semigigante miró alternativamente de Albus a Cary; la cual seguía tumbada en el suelo, convulsionándose violentamente por mucho que los tres adolescentes y el hombre-lobo intentaran impedir que se moviera. (¡petrificus totalus!) (no es tan fácil; si usan magia de esa manera podría ponerse peor…)
–¡¡Aragog!! –gritó Hagrid.
Al cabo de unos segundos se empezaron a notar muchos crujidos de hojas secas y de ramas caídas al suelo.
En pocos segundos una araña gigante se encontraba hablando con el semigigante.
–Aragog, gracias por venir tan deprisa.
–¿Qué ocurre, Hagrid?
–Es esa chica, Caroline; su magia está siendo absorbida por vuestras telarañas.
–¿Y que pretendes que haga?
–¡Cualquier cosa! Lo que sea –exclamó Hagrid, sonando bastante desesperado.
–Las telarañas sólo le robaran la energía; cuando se desmaye dormirá un par de horas y luego se despertará… no hay peligro.
–De acuerdo. (¿y confía en la araña gigante ciega?) (s ciega? Lo dice? No lo recuerdo… xo si! Hagrid confía en la araña…)
Hagrid se volvió hacia el grupo, que habían escuchado la conversación y negaban con la cabeza.
–¿Qué os ocurre? Ya habéis oído a Aragog; Caroline no corre peligro.
–Hagrid –le dijo Remus muy serio; tan serio que hizo que el semigigante tragara saliva–; a Cary le están robando la magia, no sólo la energía.
–¿Qué?
Esta vez fue la voz proveniente del mismísimo Aragog la que se adelantó a la respuesta de Hagrid.
–Eso es más serio entonces… –(sip, eso creo) (crees bien…)reflexionó un momento y luego volvió a hablar al tiempo que salía de la espesura de los árboles y se acercaba más al grupo– Tenéis que quemarle y congelarle el sitio por donde hayan entrado las telarañas. (¡una hogera! ¡construid una pira y quemadla viva! ¡sólo así la salvaréis!) (intentas matarme o k? ya te vale, no?)
–¡¿Qué?! –fue lo único que pudieron articular todos los presentes.
–Tenéis que quemarle las manos con un hierro al rojo vivo y nada más el hierro entre en contacto con la piel echarle agua a dos o tres grados de temperatura en el sitio donde el hierro siga haciendo contacto. (......................) (a k vienen tantos puntos? No te lo esperabas, e?)
–Pero eso es una tortura –dijo Hermione con la cara contraída por el horror.
–Pero es la única manera de que no muera –declaró Aragog. (me encanta la medicina moderna) (sto… no s moderna… s bastante antiguo esto… como de más de dos mil años…)
–Genial –dijo la voz de Harry cargada de sarcasmo e ironía. (¡te encanta! ¿verdad?) (tu no piyas las ironías, verdad?)
–¿Y como lo hacemos? –preguntó la voz de Hermione.
Pero para sorpresa de todos parecía que Remus sabía lo que había que hacer. (a ver, chiva Remus) (k t crees? K sto s 1 examen?)
–Sujetadle los brazos; que no se mueva. (uy, uy, uy...) (y tanto…)
Snuffles le cogió el brazo derecho con el hocico, impidiendo que ella pudiera moverlo; y entre Ron y Harry le sujetaron el brazo izquierdo.
–Aparecium –en las manos de Remus, aparecieron unos atizadores (N/A: esas varas de hierro que se usaban para remover el fuego o para marcar el ganado). (Claro, claro... y tu estás feliz de poder marcarla a ella, ¿no? ¿cómo el ganado, dices?) (k insinuas?)
–¿Qué vas a hacer? –preguntó Dumbledore.
El director no obtuvo respuesta del licántropo. (¡voy a quemarla! ¡yupi!) (como k yupi? GR! Yo a ti te mato!!!!!)
–Lacarnum inflamarae –dijo el licántropo apuntando con la varita las puntas de los atizadores.
Los atizadores eran de hierro y tenían las puntas rojas del calor del fuego con el que Remus los había rociado. Los atizadores no eran de punta; tenían una placa con una figura cada uno; una estrella de cinco puntas y una media luna.
–Hermione, Albus –pidió el hombre-lobo a la chica–; cuando los atizadores toquen su piel tenéis que echar agua helada por la varita.
–Bien –contestó Albus no muy convencido.
–¿Cómo es el hechizo? –preguntó ella.
–Aqua helatis –respondieron Remus y Albus al tiempo.
–De acuerdo.
–Bien, a la de tres –dijo Remus–. Una. Dos. Y… ¡tres!
Al tiempo que decía tres los dos atizadores ya estaban sobre las palmas de Cary que dejó salir un gritó desgarrador de su garganta. A los dos segundos Albus y Hermione lanzaban sus hechizos en las palmas ardientes de Cary.
Durante medio minuto las varitas de Dumbledore y Hermione no pararon de arrojar agua helada mientras veían como esa misma agua se evaporaba al simple contacto de los hierros y de las palmas de las manos de la chica.
Cuando Remus apartó los hierros, tanto Dumbledore como Hermione dejaron de lanzar agua helada; y éstos seguían al rojo vivo.
Las manos de Cary estaban completamente frías, salvo por la marca de las cicatrices que le habían quedado, que estaban al rojo vivo. (las cicatrices se van a poner de moda) (pues menuda moda más bestia…)
Las lágrimas saltaban de los ojos de Cary, quien sollozaba débilmente mientras se apretaba las manos contra el pecho. Remus soltó los hierros de golpe y sumió a Cary en un abrazo confortante. Snuffles se acercó y apoyó su cabeza en el regazo de ella para confortarla. Remus estuvo abrazándola durante cinco minutos (¡eh! ¡eh! ¿pero de qué vas? ¡deja de aprovecharte de Remus, quieres? O pronto mi rabia se levantará contra ti y despertará el espíritu Slytherin...) (envidiosa! Jaja!!) hasta que se calmó; ella tenía la cara escondida en el pecho del licántropo. (grrrrr) (jeje ^^ :P) Cuando estuvo más o menos calmada y ya las lágrimas del dolor no salían con tanta fuerza e intensidad, la ayudó a levantarse cogiéndola por las muñecas.
El resto de las lágrimas aún manchaban sus mejillas.
–A ver esas manos –dijo Dumbledore mientras cogía las muñecas de Cary y observaba las palmas de sus manos.
Continuaba teniendo las manos heladas salvo por una marca en forma de una estrella de cinco puntas en la palma derecha, que seguía al rojo vivo; y por una marca en forma de media luna en la palma izquierda que también seguía al rojo vivo.
–Necesitaríamos algo para taparte las manos al menos hasta que lleguemos a Hogwarts –le dijo Dumbledore.
–Tengo guantes, si eso sirve –le respondió Cary. (que chica más previsible) (e k si? S k Cary s genial!)
–Si, supongo que servirán.
Cary asintió con la cabeza.
–Alguien puede abrirme la mochila; en uno de los bolsillos laterales tiene que haber unos guantes de lana negros. (con el calor que debe hacer...) (realmente… xo bueno… no se me ocurrió nada más…)
–Claro –le dijo Hermione mientras abría el bolsillo que Cary había indicado–; toma –le dijo mientras le tendía los guantes y le ayudaba a ponérselos.
–Gracias –le dijo Cary a Hermione, cuando acabó de ayudarle.
–Bueno Hagrid… –continuó Albus– antes de que te interrumpiéramos querías presentarnos a alguien, creo.
–¡Oh! Si… ¡así es, profesor! –exclamó Hagrid; luego se internó en el bosque y en un par de segundos se perdió en la espesura de éste. (¿? ¿Voldemort es ahora tu amigo y va contigo? Mmm.. no, no es muy probable, ciertamente) (k kieres k te diga… no me veo a Voldie acompañado d arañas… y menos d Hagrid…)
En unos momentos, Hagrid volvió trayendo a un par de acompañantes.
–Bueno chicos… –empezó Hagrid– Madame Maxime y yo tuvimos éxito en nuestra misión; os presento a Fridwulfa, mi madre. (¡booooooooooooomba! Ejem, y no lo digo por su tamaño, señora Fridwulda...) (Y xk lo dices ntonces?)
Todos se quedaron parados observando a la enorme mujer que estaba entre Hagrid y Madame Maxime; era una mujer enorme, (sí, sí, ya lo has dicho antes) (pues lo vuelvo a decir!) no había otra palabra para describirla; si Hagrid ya era grande, su madre era el doble que su hijo. Tenía el pelo que le caía por debajo de los hombros en una increíble maraña de líos y enredos. (necesitan poción alisadora) (poz si!)
–Mucho gusto en conocerla –dijo Dumbledore con una sonrisa en los labios, que le llegó hasta los ojos–. ¿Han venido más gigantes?
–Si; están atrás, esperando con las arañas.
–Bien; ¡ah! Que descortesía la mía. Le presento a Remus Lupin, Harry Potter, Ronald Weasley, Hermione Granger y Caroline Fargon. (¿nadie ladra por allí?) (no… ahora no le interesa…)
Después de intercambiar las debidas formalidades; Hagrid se abalanzó para hablar con Dumbledore y Remus.
Mientras el trío y Cary seguían hablando de lo que acababa de pasar. Casi a cada momento Cary se soplaba las manos y se frotaba las palmas.
–Potter.
–¿Qué? –dijo Harry volviéndose. (he venido dessssssde muy lejosssss para matarte... o esssssssso creo) (Odio k adivines las cosas! _)
–¿Qué te ocurre? –le preguntó Cary– ¿has escuchado algo?
–Si –dijo Harry mientras su mirada buscaba penetrar los árboles.
Harry se acercó al borde del comienzo de los árboles; y observó.
–Está ahí. (hooola.. ¿eres un fantasma? No, vale, ya sé que eres, pero no lo voy a decir..) (seguro k todos lo adivinaron antes que tú…)
–Ahora, antes de que se vaya. (¡un, dos, tres, ya! ¡Potter, te reto a una carrera de obstáculos! ¡y no se vale escabullirse!) (pringada…)
–¿Ocurre algo? –le preguntó Cary.
–¿No oyes nada? –le preguntó Harry.
–No… nada –contestó la chica.
Los ojos de Harry se abrieron a la sorpresa. Había averiguado que sucedía; pero como la otra vez, había sido demasiado lento.
Una serpiente se había abalanzado hacia Harry y éste la había cogido al vuelo y se había caído al suelo; la serpiente estaba presa en los puños de Harry pero aun así intentaba alargarse y morder a Harry. (jeje) (a Harry no le hace gracia)
–¡¡Harry!! –gritó Cary.
–No te acerques –le dijo Harry que seguía luchando para que la serpiente no se le escapara; no estaba seguro de si era o no venenosa pero no quería comprobarlo.
–Estate quieta.
Cuando Harry acabó de soltar esas palabras como silbidos, la serpiente dejó de intentar zafarse. (así me gusta, que obedezcan) (todas son tan obedientes? ^^)
–¡Muérdele! ¡Te lo ordeno!
La serpiente giró la cabeza hasta el lugar de donde procedía el otro siseo; Harry la imitó y lo que vio le hizo helar la sangre. La serpiente más terrorífica que había visto en toda su vida se había arrastrado hasta él y estaba justo el lado de sus pies.
–No puedo morder a un parselmouth –objetó la serpiente que seguía sujeta en los puños de Harry. (ésta me cae mejor que la otra) (a mi me cae muy bien… s tan mona…)
La terrorífica serpiente lanzó una especie de gruñido (¿qué? ¿una serpiente gruñendo? ¡JUAJUAJUA! Debe ser digno de ver) (dije una especie d gruñido xo ya veo k pasas d mi…) y abrió mucho las fauces enseñando unos colmillos largísimos que supuraban veneno puro y que hicieron estremecer a Harry cuando comprendió, al cabo de una décima de segundo lo que le iba a ocurrir. (te voy a chupal la saaangre) (peazo idiota!)
La serpiente se abalanzó sobre el tobillo de Harry y clavó sus afilados colmillos en el tobillo izquierdo de Harry, éste lanzó una expresión de dolor; y la serpiente que sostenía en sus puños fue a parar cerca de la otra.
–¡No puedes morder a un parselmouth!
–Mi único amo es Voldemort –reclamó la otra serpiente.
Cuando la otra se iba a abalanzar sobre la otra; ésta solo desapareció. (¡cobarde! ¡igual que tu asqueroso amo!) (e k si?)
Harry seguía sentado en el suelo aguantándose el tobillo. La serpiente que quedaba se acercó a Harry y se enroscó todo lo que pudren el tobillo del chico.
–Cuanto más te muevas más rápido se extenderá el veneno. Debes tranquilizarte, no te muevas.
–Pero si me quedo quieto igualmente me matará.
–Necesitas un antídoto.
La mente de Harry funcionaba a marchas forzadas. ¿Un antídoto? ¿Y si…?
–Cary.
–¿Qué? –la chica se agachó al lado de Harry.
–¿tu poción vale de antídoto?
–Claro.
–Dámela –Harry contrajo la cara de dolor cuando la serpiente se aferró más a su tobillo para impedir que el veneno se expandiera.
–¡Hermione! ¿Tu frasco?
–Voy –dijo la muchacha mientras rebuscaba los bolsillos de su túnica–; toma.
La muchacha le lanzó el frasco de cristal con el líquido rojo y Cary lo cogió al vuelo; se agachó y pasó su brazo por la espalda de Harry; arrancó el tapón de la botellita con los dientes.
–Toma –Cary le puso la botellita en los labios y Harry fue tragando el líquido con dificultad–. Harry, deberías decirle a esa serpiente que te dejara la pierna o el antídoto no te llegará la tobillo.
–Suelta.
La respiración de Harry se hizo más apresurada mientras el veneno que se extendía por su cuerpo luchaba con el líquido rojo que era el antídoto; los dos líquidos chocaban y se enfrentaban en una lucha furiosa que iba debilitando a Harry. (¡uau! ¡lucha liquidosa interior! Vale, sí, es una chorrada... ¡pero es que estoy feliz de que ya he acabado los exámenes finales más difíciles!) (Lo se… opino lo mismo; xo =mente ambas sabemos k aces las mismas xorradas siempre…)
–No te rindas Harry –la voz de Cary le llegó como de muy lejos. Lo único que Harry pudo hacer en esos momentos fue coger fuertemente la mano que le tendía la chica.
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Bueno… R/R THANKS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
