"La, que cantas tralalá..."
La fiesta había empezado bien. Música fuerte, mucho alcohol, gente por todas partes, ningún adulto a la redonda y todos contentos. La casa de Kuwata era sorprendentemente grande; un living en el que cabía el equipo entero de básquet mas amigos del chico, una barra de cerveza pedida especialmente y un descomunal equipo de música con dos gigantescos parlantes que hacían de tarimas ocasionales a algún que otro chico borracho que se le diera por pararse a bailar sobre los mismos, un jardín para mareados, una cocina completa lo suficientemente grande como para que 4 personas estuvieran preparando tragos a lo bestia y tuvieran lugar para poner todas las cosas, dos baños, un comedor con toda clase de comida chatarra sobre la gran mesa de roble pulida y un segundo piso deshabilitado para invitados, salvo aquellos que debido al nivel de alcohol en la sangre se tuvieran que quedar a dormir por falta de sentido de la dirección o por movilidad reducida.
Hanamichi había estado tomando toda la noche como ya pocas veces lo hacía; en parte porque tenía ganas de festejar, en parte porque quería tener una buena excusa para no subirse a bailar a la tarima y en menor parte, aunque no quería reconocerlo, porque cierto morocho no había hecho acto de presencia esa noche. Bufó molesto cuando el reloj de la cocina anunció las 12 de la noche y el zorrito aún no dignaba asomar su hocico por el lugar.
"Me prometió que iba a venir...!" se dijo en voz alta frente al espejo del baño, luego de mojar varias veces su cara para despejarse un poco del efecto del alcohol, "ese zorro embaucador...!! Imbécil como él sólo...!!!"
Volvió a observar el rostro que lo miraba con descaro en el espejo. Demasiado alcohol en la sangre le nublaba la vista, y aunque su resistencia al mismo era envidiable, después de estar tomando toda la noche era inevitable que comenzara a flaquearle. Se quedó unos segundos en blanco.
"BAH!! No vas a arruinarte la noche por ese idiota, eh!!!" se advirtió, sacudiendo la cabeza. Claro que no iba a hacerlo. No esa noche.
Salió del baño alegremente en busca de otra cerveza.
Caminó casi tambaleándose hasta la cocina donde se encontró a Kuwata, totalmente borracho, riéndose histéricamente con uno de sus amigos de un durazno podrido que se encontraba estrellado contra el techo. Hana no pudo más que alzar ambas cejas hacia el cielo en señal de ebria reprobación. Siguió un poco más hasta reconocer entre la pequeña multitud de adolescentes una cabeza que se le hizo familiar.
"Eo, Youhei!!!" llamó con una gran sonrisa, "mandáte otra tandita de destornilladores!!"
El chico se dio por aludido al instante y giró en torno a Hanamichi, devolviendo el gesto. Hizo señas al pelirrojo para que se acercara a él, al tiempo que sostenía con una mano la tapa de la licuadora en funcionamiento.
"Oe, Hana! Bancáme que termino con este daikiri," Youhei no estaba mucho más lucido que su mejor amigo, "Qué onda, ya lo encontraste a Rukawa?"
"Ni me lo menciones a ese tipo..." contestó de mala gana el chico, abriendo la botella de vodka que se encontraba junto a la licuadora solo para comprobar que se encontraba vacía, "Que gadorcha, se nos acabó el vodka...!"
"See ya nos bajamos como 5 botellas, zarpe mal. Pero vení, mirá, tomá de esto..."
Youhei se dirigió al estante y empezó a sacar cuanta botella encontraba. Terminó destapando un tequila mexicano que parecía valer un huevo y la mitad del otro, un poco de ron, licor de durazno, blue curacao, piña colada y ginebra y las mezcló todas de prepo con un chorrito de su daiquiri de frutilla en un vaso de vidrio.
"Tomá, tomá, esto te va a gustar!!" chilló de la manera más divertida, poniendo el vaso en manos del pelirrojo y sirviéndose otro vaso para él únicamente con daiquiri. El pelirrojo aceptó la "bebida" con ojos incrédulos.
"Pero vos me querés matar a mí, esto me va a caer para la mierda..! Dame eso...!"
Intercambió el vaso de Youhei, arrebatándole el daiquiri y se mandó a fugar de la cocina.
***
El sueño volvía a repetirse. No era la primera vez que pasaba por lo mismo, solo que en cada oportunidad los hechos cambiaban ligeramente. La larga avenida, los árboles de cerezo, las nubes lilas... ésta vez el ambiente era agradable. Los árboles estaban florecidos y una lluvia de pétalos de sakura bailaba a su alrededor, acompañándolo mientras avanzaba lentamente por la avenida. No pudo evitar recordar su anterior travesía por la avenida arbolada y el sentimiento ligeramente más horrible que ésta le había producido. Sin embargo en esta vuelta todo se veía calmo.
Caminó sólo y tranquilo sobre el camino marcado por un tiempo que no se molestó en contar, entre la paz que le traían los árboles y la brisa que los surcaba en un divertido zigzag, la calma que destilaban en esas nubes lilas y el arrullo armonioso del viento cantor, hasta que una figura alta y delgada se materializó frente a él, impidiéndole seguir adelante. Rukawa frenó en seco. No podía distinguir quién era que tenía en frente; la figura se encontraba envuelta en una sombra de un fuerte color rojo que contrastaba violentamente con los colores pastel de la avenida. Sus ojos eran lo único que resaltaba en la sombra y también eran rojos y profundos. Otra vez... rojo.
Rukawa no se movió.
"Me lo prometiste" dijo una voz claramente proveniente de la sombra. El morocho miró asombrado.
"Qué cosa?" preguntó, pero no hubo respuesta, "Qué cosa?!"
Ante otra negativa de la sombra echó a correr hacia ella pero ésta desapareció antes que el chico pudiera acercársele.
Rukawa frunció el ceño, frustrado. Qué se supone que significaban estos sueños?! Siempre pasaba algo extraño después de tenerlos. Y qué era lo que había prometido?! Empezó a hacer memoria. No se suponía que tenía que haber hecho algo ese día...?
Frenó cuando sintió que dos brazos lo envolvían por detrás. Se sorprendió. Quién era...? No pudo ver la cara de la persona, pero inmediatamente supo que no era su Seishirou-san el que lo abrazaba, porque él se... sentía diferente. Era un aroma diferente. Era... tenía que ser...
Rukawa volteó...
"Sakuragi...?"
Tuvo que abrir sus ojos y despertar del sueño. Alguien había resoplado en su cara, y el culpable no tardó en hacerse notar.
"Sakuragi?!" se quejó Seishirou claramente ofendido. Rukawa saltó del sillón en donde se había quedado dormido, soltándose fácilmente de los brazos de su profesor.
"S...Se...Seishirou-san...!!!!" exclamó ligeramente escandalizado y algo rojo en las mejillas. El rubio frunció el ceño pero al cabo de unos segundos volvió a sonreír encantadoramente.
"Estabas soñando otra vez con Sakuragi, eh?" sugirió, riendo de la forma más simpática. El zorrito bajó la mirada, avergonzado, mordiéndose los labios. Cómo había podido ser tan idiota de cometer un error tan estúpido?!
"N-no" se disculpó, aún con la cabeza gacha. No estaba muy seguro de haber soñado con el pelirrojo; no se explicaba por qué había dicho su nombre en voz alta al sentir al profesor abrazarlo. Seishirou se acercó a él nuevamente y lo besó en la frente.
"Es tarde, no tenías que salir esta noche?"
"Hum...?"
Rukawa cerró los ojos al sentir los labios del rubio acercarse a los suyos y su mano fuerte y gentil acariciarle la mejilla y tomarlo suavemente de la barbilla.
Una vez más se dejó besar sin objeción. Abrió la boca y emitió un gemido al sentir a su amante explorarla con libertad, juguetonamente. Ya estaba acostumbrado.
"Son más de las doce" volvió a insistir Seishirou entre besos, recorriendo los labios de Rukawa para bajar lentamente y besarle el cuello. El chico se molestó. Qué le importaba la hora? Por qué tenía que fijarse en la hora cuando lo besaba? Ninguno de los dos tenía que...
"LA FIESTA DE KUWATA!!!!" exclamó el morocho, separándose abruptamente del profesor que casi se muerde la lengua de la sorpresa, "ME OLVIDÉ POR COMPLETO!!!"
Rukawa se deslizó rápidamente de los brazos de Seishirou, completamente histérico.
"Mi remera!! Mi camisa!! Mi pantalón!! Mis zapatillas...!!! Me tengo que vestirrrrr...!!!!!"
Seishirou lo miraba sonriente, después de haberse asegurado que no se había rebanado la lengua y una vez procesadas las palabras del zorrito.
"Te dejé la ropa planchada arriba de tu cama~!!" dijo con un tono simpáticamente maternal. Ayudar a su querido gatito en lo que pudiera era algo que siempre estaba dispuesto a hacer *smile*.
***
Era casi la una de la mañana y Rukawa estaba apenas llegando a la dirección que le había dado Kuwata. Iba en su fiel bicicleta azul e increíblemente no se había dormido en el camino. Pedaleaba a una velocidad promedio de 200 km por segundo y fue cuestión de tres minutos para que lograra cruzar media ciudad y llegara sano y salvo a la gigantesca casa de su compañero de equipo que fue fácil de encontrar gracias a que la música se escuchaba tres cuadras a la redonda. No se preguntó qué hacía un tipo con tanta guita en una preparatoria mugrosa como Shohoku porque él vivía la misma situación, así que simplemente buscó la entrada y entró. Había uno de los de primero en la entrada, vomitando.
El morocho levantó una ceja al verlo, pero no dijo nada. Se bajó de su bicicleta y la puso donde vio una par de bicicletas más y una moto, y caminó hacia lo que parecía ser la puerta principal, que estaba entreabierta. Había luz y la música sonaba mucho más fuerte.
Entró sin tocar y un par de alumnos de segundo le dieron la bienvenida. Uno de ellos era Ken Kasumi, el delantero que tenía su misma posición. A pesar de que todavía era un poco infantil Rukawa le había tomado cierto grado de afecto. Eso, claro, hablando en términos de Rukawa.
"Senpai!!!" se acercó Kasumi, con una sonrisa, "al fin viniste!!!"
Estaba completamente borracho. El número 11 gruñó una bienvenida y siguió de largo de la forma más antipática, como era su costumbre. Agarró por un pasillo y trató de dirigirse a donde menos gente posible hubiera, pero era imposible. Había personas alegres o totalmente ebrias por todas partes. Kuwata fue uno de los primeros con los que se encontró en una de las salas. Estaba riéndose de algo en el techo con unos amigos y apenas reaccionó al ver a Rukawa.
"Hoooooooooooooooooola Ruuuuuuu~!!!" exclamó cuando el morocho se le acercó para saludarlo (era su fiesta, lo mínimo que podía hacer era saludarlo ¬¬), "que ueno qu'eshhhtás acá!!! El capitán te eshtuvo ushcando hace un rrato.. fijáte porrr la.. los pasillos...!"
No pudo terminar con su frase y tropezó, cayendo con total precisión sobre Rukawa que llegó a atajarlo justo a tiempo. Los chicos que lo acompañaban echaron a reír a más no poder hasta que uno logró recuperar el aliento y levantar a Kuwata de los brazos del morocho que se limitaba a sostenerlo.
Después de eso siguió su recorrido por la casa, preguntándose se de verdad estaba bien que estuviera en ese lugar. Por alguna razón no quería cruzarse con Sakuragi, aunque sabía que sería inevitable tarde o temprano. A decir verdad estaba experimentando dos sentimientos bastante contradictorios porque por un lado había asistido a esa fiesta solo porque el pelirrojo se lo había pedido y su corazón anhelaba más que nada verlo esbozar algún tipo de sonrisa cuando viera que él había cumplido pero por el otro temía que esto no fuera así y que el verlo solo le provocara todavía más angustia de la que ya venía teniendo. Sobre todo después del sueño de antes.
Al llegar a la cocina otro rostro familiar se acercó a saludarlo.
"Zorriiiiitooo!! Viniste!!!!!"
No era Sakuragi, sino su inseparable amigo de toda la vida; Youhei Mito.
"Vení!! Vení!! Hacéte amigo!!!" saludó, agarrándolo de un brazo y llevándolo directo hacia la barra donde estaban todas las bebidas alcohólicas. "Tomá, tomá, eshhto te va a gustar!!!"
De entre las botellas vacías y las cáscaras de fruta y los vasos vacíos agarró uno que estaba lleno hasta el tope y contenía algo de un color bastante raro pero que parecía intacto.
"Eshto es el especial daikiri de frutilla con un poco de ron... y durazno y piña y... algo más que no me acuerdo... tomá, es riquísimo, tómalo que te va a hacer bien...!!!" dijo, frenando para pensar mientras enumeraba los ingredientes. Enseguida puso el vaso en manos de Rukawa y le sonrió expectante.
El morocho, sin embargo, no tenía planeado ingerir alcohol esa noche. Si se llegaba a emborrachar no sabía cuan nefastas podrían llegar a ser las consecuencias de sus actos. No quería ni siquiera pensar en ello.
Hizo un gesto a Youhei para devolverle el vaso con un frío "No, gracias", pero el otro muchacho no estaba dispuesto a que le volvieran a rechazar el trago.
"Dále, boludo, dejjjjáte de mariconeadash y tomáte essssto, no me rompá' la' bolash, estamo' acá para divertirnoshh! Carajo!"
Rukawa gruñó. No iba a permitir que un ebrio le dijera que tenía que dejarse de mariconeadas, así que agarró el vaso así como venía y de un saque se mandó todo su contenido.
Al cabo de cinco minutos los oídos le zumbaban, la vista se le había nublado y la tierra daba vueltitas bajo sus pies. Había empezado a decir incoherencias y a sentirse inusualmente feliz. Sip, Kaede Rukawa se había puesto oficialmente en pedo.
***
El estado de Hanamichi Sakuragi no era mucho mejor en ese momento. Deambulaba por la casa inventándole variaciones a su 'ore wa tensai' song y cantándosela a quién se le cruzara por enfrente. Todo con su vaso de daikiri de frutilla a medio acabar. Sentía que si tragaba una sola gota de alcohol más iba a terminar en un traumatizante coma alcohólico y ya estaba cansado de tener que andar frecuentando hospitales. Iba pensando en eso cuando sintió como algo o más bien alguien se le caía encima al pasar frente al arco que daba al living.
"Oooba!!!" exclamó, el peso de la persona causando que se vaya contra la otra pared del pasillo, "Qué pasa?!"
Borracho como estaba no pudo mantener el equilibrio y terminó en el suelo junto a quién quiera que se le hubiera tirado encima, el daikiri ahora desparramado sobre su remera y el piso.
"Pero mirá lo que hacés!!!!!" se quejó buscando el paradero de su vaso de vidrio, "mi daikiri!!!"
La otra persona emitió un sonido gutural inentendible, obligando a Hana a mirar en su dirección. Tuvo que entrecerrar los ojos para reconocerlo pero no pudo saber quién era. Se acercó a él.
"Estásh bien?" preguntó al notar que no se movía. Se encontraba boca abajo en una posición bastante incómoda. Hana lo agarró del hombro y volvió a preguntar: "Te sentís bien, che?"
Ante una nueva negativa tomó al sujeto un poco más fuertemente y lo dio vuelta, exclamando un sonoro WAHHHH al ver su cara.
"Voy... voy a vomitaaaaaaaaaar!!!!" exclamó él.
"Ru—RUKAWA?!"
"Baño....!!!!!!!!!!!"
"Gha~~~!!!!!"
Hana estaba borracho pero en estos casos de emergencia la lucidez le volvía por unos instantes. Tomó al casi inconsciente zorrito y lo llevó a rastras hasta el baño, que estaba increíblemente vacío.
Lo hizo entrar, salió, cerró la puerta y se quedó parado contra ella, sin terminar de procesar lo que acababa de suceder. Digamos que los sonidos de una persona devolviendo su cena no son lo más relajante para meditar que digamos pero el pelirrojo pudo cuando menos darse cuenta que estaba logrando algo con el zorrito.
No se percató que se sonrió cuando en su cabeza se formó una palabra clara y concisa: "Vino!"
***
El capitán del equipo tuvo que insistirle varias veces a su jugador estrella para que saliera al balcón a tomar aire. No era que no le agradara la idea al número 11 pero el prospecto de estar sólo junto a su capitán en un balcón de noche con todo ese alcohol en la sangre no era lo que se podía llamar una buena idea. Como sea tuvo que terminar por aceptar; la cabeza le daba demasiadas vueltas como para ponerse a discutir.
Estuvieron un rato largo en silencio en el balcón gigantesco que daba al jardín. La música desde allí se escuchaba un poco más tenue, el viento corría y se podía ver la luna inmensa levantarse entre los pinos y los diferentes árboles que decoraban el inmenso jardín. No había nadie más que ellos dos y las luces de la casa apenas iluminaban esa parte. El brillo de la luna era el que delineaba el fino mármol del suelo y las barandas y los canteros llenos de flores.
Rukawa se encontraba contra uno de los barandales, admirando el paisaje. Le recordaba a su vieja casa, cuando era pequeño y aún vivía con sus padres. Le costaba concentrarse en una cosa en particular así que tan sólo se dejó llevar por los recuerdos y la brisa y no abrió la boca para decir nada. No se atrevía a mirar a Hanamichi a la cara porque sabía que no iba a poder seguir controlándose más. Le largaría todo de una y terminaría de arruinar una relación que venía pendiendo de un hilo desde hace tres años.
El pelirrojo también se encontraba sumido en sus pensamientos, analizando emociones e intentando despejar su cabeza. Imposible. Se preguntó si era un buen momento para hablar del zorrito de un par de cosas que le venían quemando la cabeza desde hace ya bastante...
Se acercó a él.
"Te sentís mejor?"
"...sí."
"Yokatta. Pensé que no ibas a venir."
Hana sonrió y se apoyó de espaldas contra el barandal, a un lado de Rukawa.
"...me quedé dormido. Seishirou-san me..." frenó en seco. No debería haber mencionado ese nombre. Dio una mirada a Sakuragi que no parecía haberse alterado—por primera vez—al oír ese nombre. Sintiéndose algo más aliviado, prosiguió: "Seishirou-san me levantó para avisarme que estaba tarde."
Su compañero no dijo nada pero al cabo de unos segundos largó un suspiro, arreglándose con descuido el flequillo que caía sobre sus ojos.
"Qué tanto te pasa con ese tipo? No sé qué le ves, es insoportable!"
"No es así... él es... una persona muy buena"
Ru se sintió extraño al compartir esto con Sakuragi. Nunca creyó que podría estar hablando de su profesor con él, y menos de esta forma tan... sincera.
"Y qué. Qué onda con el tipo ese? De verdad lo... lo querés?"
Hanamichi no se sentía mucho más cómodo que Ru al tocar el tema pero tenía que hacerlo.
"...si. Tal vez," contestó el morocho tomándose su tiempo y sin mirar a Hanamichi; no estaba seguro si hablaba por voluntad propia o voluntad del alcohol, pero qué más daba, tan solo se dejó llevar, "aunque... aunque tal vez esté mal... que sienta esto... la verdad es que... él es muy importante para mí..."
"Por qué tiene que estar mal?," dijo Hana encogiéndose de hombros, "es sólo que... no sé, un tipo como vos que tiene todas las minas se fue a meter con un idiota que... osea, antes de este tipo nunca te gustó nadie???"
Rukawa se mordió los labios. 'Estoy justo al lado de la persona que me gusta' se dijo a sí mismo, 'y no tengo el valor de decírselo a la cara'. Pudo sentir sus rodillas temblar bajo sus jeans negros y el corazón comenzó a golpearle el pecho. Mala señal, mala señal.
"Tipo, no creo que pueda haber una sola persona en Kanagawa que sea capaz de rechazarte... aunque tengas un carácter de mierda y seas más antisocial que la puta madre... sin ánimos de ofender!" siguió Hana.
Ru permaneció en silencio.
"Una persona que me guste...? Probablemente me odia," contestó sonriendo con amargura, "hay alguien pero...yo ya abandoné toda esperanza con esa persona hace mucho tiempo..."
Hana se sorprendió al ver este gesto en el morocho.
"Te odia? Pero dejáte de joder!!! Todo es arreglable! Cualquier cosa antes de ese Seishiro idiota!!! Mirá Kaori, viste, la novia de Youhei? Ella es experta en hacer gancho, es como un.. como un cupido!! Vos decíme quién es que nosotros te damos una manito y vas a ver que bien te va!! NYAHAHAHAHA!!!!"
Hana se largó a reír tan fuerte como le daban sus pulmones, mientras palmeaba la espalda de Rukawa; sintiéndose como si acabara de hacer el descubrimiento del siglo, producto del alcohol. 'Soy un genio!' pensaba, 'Ya vas a ver, Minase!!!'. Sin embargo, Rukawa distaba bastante de parecer una persona un poquito más feliz.
"Uh? Qué pasa?"
"....nada"
"Por qué esa cara de velorio? Quién es esa persona...?"
"...nadie"
Hubo silencio por varios minutos en los que el zorrito se negaba a mirar al pelirrojo a los ojos. Hana empezó a inquietarse.
"Qué... qué pasa?"
Ru amagó levantarse de su posició.
"Créeme, no querés saber."
Hana empezaba a temer lo peor, pero no se imaginaba ni remotamente cuan lejos estaba de la verdad.
"Qué pasa...? Por qué, es un tipo? No hay drama! Todo se puede! Ánimos!"
Ru se levantó, mirando hacia un costado. Hana aún se encontraba de espaldas contra el barandal. La luna llena acentuaba todavía más la blancura de las mejillas del zorrito y sus ojos azules brillaban, tristes, nublados por el alcohol y la pesadez y la vergüenza.
"Sos vos," dijo, "siempre fuiste... vos."
Hanamichi Sakuragi se quedó helado desde donde estaba, incapaz de articular palabra alguna.
Pasaron unos minutos totalmente estáticos que para los dos significó una eternidad.
"...es tarde, tengo que irme. Seishirou me espera en casa... nos vemos."
Sin atreverse a mirar al pelirrojo, Kaede Rukawa dio media vuelta hacia la casa y se fue de la fiesta sin decir nada más en toda la noche.
***
Actualización: 15/10/2003 (4:45 am):
Felicidaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaad!!!!!!!!!!!! Pasaron 6 meses desde la última vez que actualicé este fic!!! Ven??? Ven???? Yo le DIJE que iba a terminarlo!!!! Aunque todavía no está del todo terminado, por lo menos ven que sigo viva y con ganas de darle un final a la historia de Ru, Hana y Seichan. Y no, no tuve nada que hacer; fue de puro pajera que no lo seguí, y bueno. Crucifíquenme. Yo soy así, carajo.
Como verán hice varios cambios en la presentación de este fic; en primer lugar voy a dividirlo en las tres o cuatro (depende las ganas que tenga) partes que va a tener (es decir por "Libros") y en segundo lugar dividí el Libro 2 en capítulos por cada nota así no se me complica tanto al actualizar (anq bastante tarde me avivé pq sólo le falta una nota y termina ¬¬).
En fins, con respecto a este capítulo, qué tal? Lo terminé de escribir tarde y la cabeza la tenía fumadísima de tanto dar vueltas el fin de semana, además de que tenía que tipear lo más silencioso posible pa q no me mataran los viejos *lol* Espero que les haya gustado el final, ya les había dicho yo lo de la confesión, eh? Tendrán que esperar a ver cómo reacciona nuestro pelirrojo preferido (anq para mi después de Kaine *0*) ante semejante evento. Bah, confiésenlo, se la venían venir xD!!!!!Bueh bueh, supongo que prefieren que me ponga a escribir el final antes de estar aca escribiendo boludeces así que.... ahí l@s veo en mi prossima actualización, algun día del año que viene :D
PD: capítulo dedicado a Tama y a Faby que me insistieron pa que escribiera y a Reiko que me amenazó de no darme MI dibujo sino no le daba fic ¬¬ (cumplí!!! Ves!!! Ves!!!!!)
Jeje, pronto el final del segundo libro ^_^.
Yumi Rukawa (tensai_yumi@yahoo.com.ar ó yumi@chomps.com.ar ó yumi_rukawa@hotmail.com ---à comentarios, fruta, etc… DEJEN REVIEWS!!!)
