Lo que las Brujas quieren.

Capitulo 6: Error.

A/N: OK, para todos lo que han leído mi historia 'Depresión', sabrán perfectamente la razón de mi retraso.

***

Ron sentía que estaba viviendo en un mundo paralelo. Todo era tan diferente al pasado y el futuro se veía brillante para el, ahora, chico más popular de Hogwarts. Qué chico no querría ser acosado por docenas de chicas al mismo tiempo, Ron estaba pasando el mejor momento de su vida, todo por el rayo que casi lo mata.

Había estado pasando mucho más tiempo con Hermione y Harry, pero en especial con la chica de pelo castaño y ojos marrones. Ella tenía el poder de cautivarlo con solo mirarlo por unos breves minutos. Ron se maravillaba al exquisito brillo de sus labios y no podía apartar la vista de sus ojos oscuros que  se movían tan elegantemente al leer. Sus pequeños risos que formaban su cabello caían sobre su rostro como cascadas y sus curvas la hacían irresistible. Todo el que escuchara esta descripción  no relacionaría a la chica del párrafo con Hermione Granger. Ron tenía el poder, no solo de escuchar lo que pensaba, pero de ver a la verdadera criatura que se escondía detrás de libros y pergaminos la mayoría del tiempo. De hecho se sentía muy privilegiado ya que estaba claro que si no hubiera sido por su nuevo poder nunca hubiera logrado esa conexión con Hermione.

Ahora mismo, nuestro personaje en cuestión, se encontraba en la biblioteca, en la última mesa para ser más especifico. Hermione no había levantado la vista de su trabajo por algún tiempo y su pluma se movía rápidamente sobre el pergamino haciendo un sonido hipnotizante para el pelirojo en frente de ella. Para Ron era uno de esos momentos cuando te das cuenta de las cosas buenas que te dá la vida.

¿Por qué me mira tanto? Tendré algo en la cara. Hermione pasó una mano por su rostro, al mismo tiempo mirando a Ron de reojo.

"No tienes nada." Aseguró Ron sin darese cuenta de lo que decía. Hermione levantó la cabeza enseguida.

"¿Qué?" Sus ojos se abrieron anchamente.

"Tu cara, está bien." Dijo Ron aún sin caer en cuenta de que estaba cometiendo un error.

"Si lo sé, solo lo estaba pen-" el resto de sus palabars se perdieron en murmuros inaudibles pero algo en su expresión indicaba que estaba pensando profundamente.

"Es que te ví pasando tu mano por tu rostro." Sonrió él finalmente recordando su poder. Hermione no apartó sus ojos de los de Ron por un segundo. Luego se encongió de hombros y comenzó a guardar sus cosas en su bolso. Al terminar, ella y Ron salieron de la biblioteca y se dirijieron al Gran Hall.

"¿Dónde está Harry?" preguntó Hermione una vez uqe le silencio que se había formado le resultaba incómodo.

"Práctica de Quidditch. Le están dando duro."

"Me imagino. Angelina es muy estricta como capitana del equipo." Rió Hermione.

Otra escusa para pasar más tiempo conmigo.

"Bueno eso significa que tendremos que dirvertirnos solos mientras practica." Dijo Ron sonriendo ampliamente a Hermione, esta vez sin sonrojarse.

Eso es lo que estaba pensando.

"Supongo." Respondió Hermione al doblar la esquina que daba al Gran Hall. ¡Oh no!

"¿Qué sucede?" preguntó Ron.

Hermione apuntó hacia delante sin decir una palabra. En la puerta del Hall había un grupo de chicas cubriendo cada centímetro de la entrada al salón. Ron sabía al igual que Hermione quienes eran.

"Tus admiradoras." Dijo Hermione remarcando la última palabra con un tono de desagrado. "¿Es que no te dejan en paz?"

Ron se encongió de hombros, "Soy irresistible."

Aquí vamos otra vez… "¡Ron, por favor, deja de pensar que esa es la razón!" exclamó Hermione tomando un paso adelante, impidiéndole la pasada. "Tienen que tener otra escusa."

"Escucha, no sé porque me siguen, esa es la verdad. Todo pasó muy rápido." Mintió Ron, sintiendose culpable. Ella entrecerró sus ojos y lo estudió intensamente por unos segundos.

Mentiroso… cree que me lo tregué. Aquí hay gato encerrado.

"¿Hay algo que me quieras decir, Ron?" respiró ella con paciencia, "¿Te ha sucedido algo?"

Él se comenzó a desesperar, "Es la verdad, no sé que sucedió. De la noche a la mañana me empesaron a seguir." Dijo estudiando el suelo.

¿Por qué me mientes? Confía en mí, una última oportunidad.

"¿Estás seguro?" Los ojos de Hermione escaneaban los de Ron con determinación, intentando encontrar una pisca de culpa.

Dime la verdad, por favor.

"Hermione-" Ron tomó aire, "Es la verdad."

No.

"Tengo que irme." Anunció Hermione, cediendole el paso a Ron y caminando en la dirección contraria.

Ella sabía. Sabía que había algo fuera de lo común en él y no la culpaba. Por  muy culpable que se sintiera no soportaría que ella supiera la verdad. Este poder le había dado mucho beneficios y hasta el momento nada negativo. Quería mantenerlo de esa manera.

"¡Ron!" Llamó una voz por su espalda.

Ron se dio media vuelta. "Harry."

"Al fín te encuentro." Dijo respirando entrecortadamente. Estaba vestido en sus túnicas de Quidditch, tenía manchas de barro en el rostro y su pelo empapado de sudor se le pegaba en la frente. Apoyó las manos en sus rodillas y se tomó unos segundos para recuperarse. "¿Qué le pasa a Hermione?"

"¿Me buscabas para preguntarme eso?"

Harry negó con la cabeza, "No." Y metió la mano en su bolsillo y lo revolvió hasta encontrar un papel arrugado. Se lo pasó a Ron.

Él lo abrió con cuidado para no rasgarlo ya que estaba muy gastado. Era una página de la revista Todo Quidditch. El titulo leía: ¡Debut al estilo Nimbus!, Ron dirigió su mirada a Harry, "¿Qué es esto?"

Su amigo pareció molesto, "Lee el artículo."

Ron volvió su atención al párrafo que estaba escrito en el papel. Leía:

¡Debut al estilo Nimbus!

Como olvidar la primera vez que debutó en las tiendas alrededor del mundo mágico la, ahora, antigua marca 'Estrella Fugaz'. Ese fue uno de los momentos donde pesamos que nada las podía superar, pero estabamos esquivocados. Superando la potencia de la 'Saeta de Fuego' o la rapidez de una 'Nimbus 2000' debuta en las tiendas este mes la nueva 'NIMBUS 3000.' Con un nuevo diseño aerodinámico y mango ajustable a la mano de el dueño, esta nueva escoba arrasará con todo.

Los especialistas esperan vender más de 50.000 ejemplares en menos de una semana a los equipos oficiales de Quidditch en Londres, París, Roma y algunas partes de Latinoamérica. El costo de esta escoba no ha sido revelado aún, por lo que se puede deducir, no estará al alcanse de los fanáticos hasta que la demanda se suavise.

La boca de Ron llegaba hasta el suelo. "¡Merlín mío!" aún con la boca abierta le dirigió a Harry una sonrisa mostrando cada uno de sus dientes. Harry parecía aún más impresionado con la noticia, tenía los puños cerrados y parecía tener ganas de ir al baño de los nervios. "¡Más rápida que una Saeta de Fuego!"

Harry asintió aún sonriendo, "¡Así es!"

Rpn volvió a hecharle un vistazo al arrugado artículo de revista, sin poder creerlo. En una esquina había una fotografía de la tienda Todo Quidditch con un gran cartel en la puerta que leía: NIMBUS 3000 ¡muy pronto!

"¿Crees que McGonagall nos conseguiría un par para el equipo de Gryffindor?" preguntó Harry pegando un saltito.

Ron lo dudaba, "¿Por qué crees que lo haría?"

"Bueno ella me regaló mi  ya-en-el-mas-allá Nimbus 2000."

Ron se encogió de hombros, "Eso lo hizo porque tu no tenías una escoba y porque sabía que tus tíos no te comprarían una." La expresión de Harry cambió a decepción.

"Tienes razón. Me voy a dar una ducha." Se dio media vuelta y desapareción murmurando palabras de lamento.

Una Nimbus 3000.

El sueño de todos los fanáticos de Quidditch. La razón de vivir de algunos y la razón para comenzar a ahorrar para otros.

Pero algo extraño sucedió. Los pensamientos de Ron cambiaron radicalmente en un par de segundos, dejando a la ,ahora, vieja noticia de la escoba y fueron remplazados por un par de ojos marrones.

Hermione.

Se le había olvidado que, una vez más, habían tenido un argumento. Se le había olvidado que sospechaba que algo no andaba bien con él. Se le habí aolvidado que estaba apunto de descubrir su secreto.

Por mucho más que trataba de sacar la imagen de los ojos de Hermione de su mente, por más que trataba de borrarle no podía, era en vano. Sus pensamientos eran tan vivídos que le era posible sentir el agradable aroma a manzanas del cabello de Hermione. Podía sentir su piel al rozar su mano.

Debía decirle la verdad. Debía confiar en ella.

Todos estos nuevo sentimientos lo estaban confundiendo, pero sabía que si no confesaba su secreto las consecuencias serían… no muy agradables, sobre todo si vienen de Hermione y Ron no soportaría estar enojado con ella por orgullo.

Todo era muy infantil y él lo sabía, pero lo había ayudado demasiado en cuanto a popularidad. Esa era una de las cosas que no estaba dispuesto a perder. Por primera vez en su vida era algo más que otro Weasley. Por primera vez en su vida era envidiado por otros chicos y no por el dinero que tuviera, sino por lo que él era, por la sabiduría que tenía con respecto a las chicas.

Podía confiar en ella.

Era un riego que debía tomar.

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