Lo que las Brujas Quieren.

Capitulo 11: Fuego.

Por: MissIntelligence

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"Hola, Hermione."

"¿Ron?" dijo Hermione, asombro resonando junto a su voz. Asomó su cabeza desde la oscuridad para asegurarse que era él quién le estaba hablando, su vestido brillando a la luz del fuego. Su cabello enmarañado parecía teñido de rojo a causa del calor y la luz que emanaban las antorchas y velas que iluminaban el pasillo y en los ojos de Ron, ella parecía flotar hasta él en vez de caminar. Todo a sus alrededores parecía haber desaparecido, como si el mundo se hubiese reducido a él y a Hermione.

El corazón de Ron latía fuertemente contra su pecho, como si hubiese corrido una carrera muy larga. Sus manos estaban sudadas y no podía encontrar una posición que le acomodara. Hermione se veía despampanante. Su respiración se dificultaba a medida de que ella se le acercaba.

"¿Qué es esto?" preguntó ella suavemente, evitando mirar a Ron directamente  a los ojos, aún resentida.

"Es…" Ron buscaba las palabras exactas para describir lo que significaba, "una sorpresa. Una disculpa."

Hermione asintió solo una vez y parpadeó un par de veces, analizando la situación. Tomó otros dos pasos hacia la mesa donde se encontraba Ron y miró a su alrededor. Sus ojos se posaron en la mesa, en las velas, en las violetas, en la chimenea… en Ron. "¿Una disculpa?"

"Si, una disculpa por… todo lo que sucedió, por haberte mentido durante todo este tiempo." Explicó Ron, mirando sus manos, aun sin poder escuchar los pensamientos de Hermione.

Hubo al menos un minuto en el que no se dijo nada, se hizo un silencio absoluto excepto por el constante sonido que producía la madera quemada en el fuego. Ron no sabía que decir, y estaba claro que a Hermione no le estaba yendo mejor. Fue solo cuando el sonido distante de la compuerta que daba al exterior azotó el suelo que Ron recordó con un salto el  ramo de violetas que aún llevaba en sus manos.

"Er – t-te…esto es para ti." Tartamudeó levantándose torpemente de su silla caminando hasta Hermione donde le entregó las violetas. Ella lo miró por un segundo directamente a los ojos y luego estiró su mano para recibir el regalo.

"Gracias."

Recordando sus modales de caballero Ron se hizo a un lado y con una mano apartó una silla para Hermione, "¿Te quieres sentar?" preguntó apuntando el asiento con su mano estirada elegantemente. Hermione rió suavemente y asintió.

"Ron, esto es –"comenzó Hermione, tomando asiento, "asombroso."

Él se sonrió a si mismo sentándose en su propia silla frente a Hermione. "Me alegro mucho que te guste."

La puerta del fondo se abrió de golpe y la cabeza de Ana apareció desde el marco. Ella sonrió cortamente saliendo rápidamente llevando en sus manos dos menús y un pequeño cuadernillo. "Buenas noches." Saludó entregando las cartas a Ron y a Hermione, quién miró al pelirrojo con una sonrisa incrédula y soltó una risa sorprendida.

Ron solo subió las cejas con sorna y recibió el menú que Ana le estaba ofreciendo.

"¿Qué  les puedo servir esta noche? Tenemos una carta bien variada." Dijo Ana, sonriendo ampliamente y esperando para tomar las órdenes.

Hermione bajó la mirada y comenzó a revisar su menú. Ron la imitó y se asombró al ver la variedad de platos y postres que estaban disponibles. No podía creer que el club hubiese preparado todo esto.

"Yo quiero…" dijo Hermione levantando la vista para mirar a Ana, quién estaba lista para anotar en su cuadernillo, "Pastel de calabaza con arroz primavera."

"¿De tomar? La cerveza de manteca es el aperitivo pero ¿Qué bebida le gustaría para acompañar el plato de fondo?" preguntó Ana, anotando la orden de Hermione.

"Vino de Fuego." Pidió Hermione, sonriéndole a Ron.

"¡Excelente elección!" exclamó Ana alegremente. "¿Y para el señor?"

Ron examinó la carta por última vez, "Tallarines Alfredo con salsa de jamón."

"¿Para tomar?"

"Vino de Fuego, igual que la hermosa señorita aquí presente." Respondió Ron, sonriendo a Hermione ampliamente.

Ana hizo una pequeña reverencia y desapareció por la puerta del fondo cerrando la puerta detrás de ella y dejando nuevamente a solas a Ron y a Hermione.

"¿Sabías que el Vino de Fuego es Irlandés?" dijo Hermione rompiendo el incómodo silencio que se había formado entre ellos, y sin dejar que Ron le diera una respuesta continuó, "Está compuesto de varios brebajes alcohólicos suaves pero su principal componente son las cinco gotas de sangre de dragón   que se agrega al final de proceso. Es lo que le da el sabor fuerte. Antiguamente el Vino de Fuego se usaba en rituales y se creía que tenía poderes curativos, claro que nada de eso era verdad, cada vez que vertían algo de este vino sobre las heridas que querían curar, el paciente caía inconsciente a causa de el dolor que producía el fuerte alcohol sobre la piel."

Ron le sonrió. Hermione no cambiaría nunca y eso lo cautivaba enormemente. Pero él sabía perfectamente que todo eso lo había dicho para evadir la razón por la que estaban ahí, no quería hablar de ello. "Hermione—"dijo Ron acercando su silla a la mesa he inclinándose para mirarla más de cerca,"Lo siento. Lo siento mucho."

Ella apartó la mirada. Ron podía ver que sus ojos estaban húmedos, como si estuviera aguantando las ganas de llorar. "No podía creerlo cuando leí el libro, no quería creerlo." Murmuró ella lo suficientemente fuerte como para que él la escuchara, "Me sentí traicionada y muy vulnerable, como si alguien hubiese estado leyendo mi diario durante mucho tiempo. Pero lo peor de todo fue que por primera vez en los cinco años que he sido tu amiga sentí como si hubiésemos conectado nuestra amistad finalmente, sentí que tú habías madurado lo suficiente como para entenderme. Me desilusioné mucho cuando me di cuenta que todo era falso."

Ron puso su mano sobre la de Hermione, "No fue todo una mentira. He aprendido mucho sobre chicas durante todo este tiempo, sobre cosas que nunca hubiese entendido de no haber tenido este poder. ¿Cómo crees que logré todo esto?" dijo abriendo sus brazos abordando toda la sala. "Gracias a esto (apunto con un dedo a su cabeza), tengo un grupo de amigas leales y son chicas. Chicas capaces de esto por mi amist—"

"Quizás para ti haya sido beneficioso pero yo me sentí violada, humillada." Dijo Hermione por primera vez mirándolo a los ojos algo arrebatada, "Imagínate: Ahí estoy yo pensando que tu eras la persona que más comprendía mis problemas, la que mejor me conocía y luego descubro que todo eso fue porque estabas leyendo mis pensamientos y que era por eso que me decías lo que quería oír. Era demasiado bueno para ser verdad, fui una estúpida al no haberme dado cuenta antes de que algo raro estaba sucediendo."

Ron se dio cuenta en ese momento que la verdad era que no tenía ni la más remota idea de lo que era ser una mujer, de lo que sentían de lo que en realidad pensaba. Todo lo que sabía o lo que había aprendido en todo el tiempo que había estado escuchando a escondidas era solo una mera parte de la fisiología femenina, la punta del iceberg. "Hermione, de verdad que no sabes cuanto lo siento."

"Ron, cuando leí ese libro mi corazón se rompió, yo creía que teníamos algo especial, me sentía orgullosa, sabiendo que era envidiada. Quizás para ti no era lo mismo, yo veía como te acosaban las chicas y tal vez yo era solo una más." Dijo Hermione, su voz desintegrándose al final de la última palabra.

Él por supuesto que había notado un cambio en su relación como amigos, pero no se atrevía a preguntarle a Hermione si ella sentía algo más  que solo amistad por él. "Hubo un cambio en mí, pero…"

"¿Pero no fue en cuando a nuestra amistad?" preguntó Hermione esperanzada.

Ron asintió sin poder creer sus oídos. "Hermione, yo—"Pero él no tuvo la oportunidad de completar lo que debía decir  porque Mary había abierto la puerta del fondo y corría ruidosamente hacia ellos con un carrito, llevando sus platos que olían muy bien. "Disculpen la demora." Dijo ella tomando los platos con un paño para proteger sus manos de la porcelana caliente. "Espero que les guste."

Comieron en silencio por un rato. A Ron lo había desanimado completamente la intervención de Mary justo cuando se sentía con las agallas suficientes como para decirle a Hermione lo que realmente sentía por ella.

"Está delicioso." Dijo Hermione después de un rato en silencio.

"Si." Corroboró Ron, simplemente.

"El vino está de maravilla." Volvió a intentar Hermione.

"Es cierto." Dijo Ron tomando un sorbo de su propia copa y frunciendo la nariz al sentir el fuerte alcohol bajar por su esófago.

Sonó un click en algún lugar de la sala y una música muy suave comenzó a retumbar en las paredes, todo pareció suavizarse inclusive la luz de las velas pareció disminuir. El ambiente mohoso del lugar  se había dispersado con el tiempo y ahora le era casi indiferente, o al menos Hermione parecía no notarlo.

"Hermione, necesito saber si—"

"¿Si te voy a perdonar?"

Ron asintió frunciendo el entrecejo con pena.

Hermione suspiró larga, lenta y ruidosamente, "Ron, es difícil. Todo esto es… hermoso, no me lo esperaba de ti." Dijo tomando la mano de Ron y apretándola ligeramente con sus dedos, "Y sé que se vería muy mal si no te perdono así que, está bien, estás perdonado. Pero el mérito que vas a tener que hacer para que nuestra amistad vuelva a ser lo mismo va a ser enorme."

"No quiero que vuelva a ser lo mismo de antes." Dijo Ron antes de poder pensar una mejor manera de decirlo. Hermione lo miró extrañada.  "Creo que lo que tenemos ahora es mucho más valuable."

"¿Valuable? Ron me estuviste engañando todo este tiempo, lo que teníamos no era verdadero."

"¡Pues para mi siempre lo fue!"

"¡Tu me engañaste, Ron! De que relación me hablas, tu leías mis pensamientos y me respondías con algo hermoso, justo lo que quería escuchar." Dijo Hermione parándose de su silla y hablando cortantemente con todas sus fuerzas.

"¡Lo que siento no es mentira, Hermione!" exclamó Ron, parándose de su asiento al igual que ella, hablando clara y seriamente.

"¡¿Qué es lo que sientes, pena?! ¡Pues no señor, no necesito que nadie tenga lástima por mí!" gritó ella temblando de rabia. "¡Qué tan tonta crees que soy, Ronald Weasley!"

"No creo que seas tonta, Hermione, eso nunca lo haría." Dijo Ron suavizando su tono y apartando la mirada. "Yo—"

"¿Tú, qué? Vamos, dilo." Dijo Hermione roja de rabia cruzando los brazos.

"Tu me importas… No como una amiga. Creo que eres la persona más maravillosa que he conocido en mi vida." Murmuró Ron, esta vez mirándola a sus ojos marrones, que brillaban a la luz del fuego, "Hermione yo, yo… estoy enamorado de ti."

Ella dejó caer sus brazos a sus costados y parpadeó varias veces. No se movió ni un centímetro, estaba tiesa como una vara de acero. Su cabello se movía al ritmo de la ligera brisa que se escabullía por las ranuras en la pared. Los pocos segundos que estuvieron de ese modo, a Ron le parecieron horas, años, meses interminables.  La expresión de incredulidad en el rostro de Hermione le dolía, él tenía el presentimiento que debía ser un poco más explícito, debía demostrarle que esta vez podía confiar en ella. Tomó dos pasos hacia delante, hacia ella. Estiró su mano y nuevamente acarició su mejilla, marcando con sus dedos un camino hasta su cabello. "Necesito que me creas, Hermione." Suplicó, llevando esta vez las dos manos a su rostro y tomando en ella su cara. "Te amo."

Una lágrima solitaria calló por la mejilla de Hermione y sobre la mano de Ron. Podía sentirla tiritando bajo su tacto, podía oír levemente los fuertes latidos de su corazón y su respiración entrecortada. "T-te cre-o, Ron." Tartamudeó Hermione, poniendo sus manos sobre los hombros de Ron en busca de soporte.

Ron sonrió como nunca lo había hecho en su vida. Inclinó su cabeza y fue acercándose a ella poco a poco cuando…

"¡¿Postre?!" Llamó Ana, saliendo de la puerta caminando a paso ligero sin apartar sus ojos del suelo. Ella parecía no haber notado el momento por el que ellos estaban cruzando.

Ron saltó al oírla y sacó sus manos de la cara de Hermione, y ella lo imitó retirando sus manos de sus hombros.

"Erm—Si, gracias." Dijo Ron, algo molesto y avergonzado. Volvió a tomar asiento, Hermione detrás de él hizo lo mismo.

"Aquí tienen el menú de postres." Dijo Ana ofreciéndoles la carta amablemente.

"Yo quiero una copa de helado de crema con salsa de frambuesa." Dijo Hermione algo incómoda.

"Que sean dos." Dijo Ron, devolviendo el menú a Ana, quién con otra reverencia desapareció.

Era evidente que ese sentimiento incómodo era mutuo. Habían estado a punto de besarse, de estar conectados el uno con el otro por primera vez. Ron levantó su copa de Vino de Fuego. "Por… ¿Nosotros?"

Hermione tomó delicadamente la copa de cristal en sus manos y la levantó, "Por nosotros." Sonrió haciendo chocar su copa con la de Ron y los dos bebieron en nombre de su nueva relación.

"En todo caso, Hermione." Comenzó Ron dejando su copa a una lado y tomando una de las manos de Hermione tiernamente con la suya, "Por alguna razón, ya no puedo escuchar tus pensamientos."

Hermione sonrió orgullosamente, "Por supuesto que no puedes. No iba a dejar que siguieras con tu jueguito, así que en cuanto supe me aseguré de encontrar un hechizo para bloquear mi mente de ti."

Él sonrió como lo hacía de costumbre cada vez que Hermione lo sorprendía con su capacidad intelectual, "Nunca dejas de sorprenderme." Musitó Ron acariciando sus manos entre sus palmas. Ella parecía nerviosa cada vez que Ron la tocaba de esa manera. Se mordía el labio inferior y se veía agitada pero no alegaba, le seguía el juego a la perfección. "¿Cómo fue que descubriste que algo raro sucedía?"

"Bueno, cada vez que yo estaba de mal humor o preocupada y no se lo decía a nadie tu parecías saber exactamente lo que me sucedía y como aliviarme, el Ron que yo conocía no tenía idea de esas cosas. De a poco me fui dando cuenta que algo raro sucedía, tu repentina popularidad con las chicas me intrigaba mucho. No quería equivocarme así que esperé bastante tiempo, siempre alerta, para recaudar más pistas, pero llegó un momento en el que ya no podía aguantar y con ayuda de la Señora Pince logré encontrar el libro adecuado." Dijo Hermione rápidamente, "Me sorprendí muchísimo cuando leí el texto, no podía creerlo, y debo decirte que hasta ayer estaba incrédula, me negaba a creerlo. Harry me lo confirmó esta noche y que otra razón habría para esta sorpresa."

"Hermione lo—"

"Lo sé." Lo cortó Hermione acariciando su mano. "No tienes que volver a decirlo Ron. Yo también lo siento, la forma en la que me comporté no es aceptable para una persona de quince años."

"Estabas en todo tu derecho." Dijo Ron bebiendo de su copa por un momento y luego volviendo su atención a Mary, quién ya salía de la puerta con el mismo carrito plateado llevando sus postres.

"Aquí tienen, espero que sean de su agrado." Dijo Mary sofísticamente sujetando en una mano una bandeja y con la otra libre sirviendo los platos. "Les deseo muy buenas noches, y espero que esta velada se muy difícil de olvidar." Y con eso se retiró.

"¿Me vas a contar como lograste todo esto? Debe haber tomado días de planificación." Rió Hermione, tomando su cuchara y probando su helado, "Mmm, está delicioso. Adoro las frambuesas."

"No, no voy a decirte nada sobre los sacrificios que debí hacer para obtener todo esto, arruinaría el encanto de la noche, ¿No crees?" dijo Ron moviendo sus cejas de arriba abajo a lo cuál Hermione solo rió aun más.

Ron probó un poco de su plato, "Y tienes razón, este helado está grandioso."

La siguiente hora fue la mejor de la noche. Hablaron de todo un poco, recordaron viejos tiempos y se relajaron, olvidando el problema que habían tenido y sumergiéndose en su mundo personal. Ron estaba feliz, no había otra palabra para describir lo que sentía, era pura felicidad. Lo que no tenía claro era si llevar las cosas con Hermione un paso más adelante ahora que ella sabía lo que él sentía por ella, pero también le daba miedo hacer el ridículo o sentirse rechazado de algún modo. Al final decidió que dejaría que las cosas sucedieran a su propio ritmo e inconscientemente.

De pronto, Ron recordó la Snitch que había encontrado en la pieza donde guardaban viejas pelotas de Quidditch y decidió mostrársela a Hermione, la sacó de su bolsillo, "Mira, encontré esto cuando me estaba cambiando en aquel cuarto, ¿Qué opinas?" dijo pasándole la pelota a Hermione.

Ella comenzó a examinarla delicadamente, acercándola a sus ojos de vez en cuando, "¿L.E.?" Se preguntó.

Ron se encogió de hombros, "Estoy tan confundido como tú. Pensaba dársela a Harry."

"¿Harry?"

Él asintió, "Como él es—"

Pero Hermione no lo dejó terminar, "¡Ron! J.P." exclamó, diciendo esto como su fuese obvio. Al ver la expresión confusa en el rostro de Ron, Hermione prosiguió, "¡James Potter!

"El papá de Harry…" murmuró Ron mirando al espacio. "¿Pero, quién es L.E.?"

Hermione volvió a tomar asiento y negó con la cabeza, "No lo sé."

"Pero, espera, el papá de Harry era cazador, no buscador." Dijo Ron.

Ella pareció pensar en la posibilidad, "Pero esa no es razón para nunca tocar una Snitch." Apuntó Hermione inteligentemente, como siempre. "Además quizás 'L.E.' haya sido buscador o buscadora."

Ron volvió a asentir, "Hay que dársela a Harry definitivamente." Dijo estirando su mano derecha, donde Hermione devolvió la Snitch. "Quizás el sepa quién es L.E."

Hermione miró su reloj de pulsera y dio un pequeño chillido, "¡Ron, es tarde!" Se levantó de su silla y lo urgió para que él hiciera lo mismo. "Son la una."

Ron obedeció y le ofreció su brazo a Hermione; ella le sonrió y sonrojándose un poco lo aceptó. Caminaron de esa manera por el pasillo y a medida que lo hacían los candelabros que recorrían el pasillo de apagaban con un tsss. Al llegar al final, Ron muy amablemente ayudó a Hermione a subir la escalerilla que daba al exterior para luego seguirla afuera.

El aire de la noche estaba helado pero agradable sobre su piel algo sudada y sobre su cabello. Ron tomó la mano de Hermione y juntos comenzaron a caminar lentamente hacia el castillo, teniendo cuidado de no ser vistos por nadie y evitando la cabaña de Hagrid a propósito. No dijeron nada importante pero para él este era el silencio más cómodo que había pasado con Hermione, el más significativo, como si sin decir una palabra digieran cosas que nunca hubiesen dicho en otra situación.

Hermione se puso frente de Ron tapando su camino, "Ron, gracias por lo de esta noche." Dijo acercándose a él y besando su mejilla tiernamente.

"De nada." Murmuró él en su oído. "Valió la pena." Sonrió y miró a Hermione directamente a lo ojos, memorizando sus facciones  y acariciando su cabello. Hermione parecía anticipar lo que venía y fijó sus brazos alrededor de su cuello. Sus caras estaban a solo milímetros la una de la otra. Ron podía sentir la respiración de Hermione sobre su piel. Él se inclinó lentamente de modo que sus narices se tocaran y luego presionó sus labios contra los de Hermione, saboreando cada segundo.

Era un beso inocente, novato pero significaba el mundo entero. Hermione parecía derretirse en sus brazos como mantequilla y una vez más el mundo desapareció completamente alrededor de ellos.

Después de varios minutos, Hermione recordó la hora y dio un pequeño grito. "Tarde."

Ron asintió, "Lo sé. Vamos." Dijo tomando a Hermione de la mano y caminando hacia las puertas de roble del castillo. No podía estar más feliz.

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N/A: Hola!! Les gustó? Espero que si, lástima que queda solo un capitulo, snif! Gracias por las reviews del capitulo anterior, podrían dejar algunas para este??