::: Confusión del Corazón ::: Capítulo 4: Más de una sorpresa. Autora: Sakura Kat.

Viendo aquel bello espectáculo, Tomoyo sonrió por primera vez en ese día. Lo que Tomoyo no sabía era que, desde el techo de la casa de enfrente, estaba alguien vigilándola. Mientras el viento hacía que sus hermosos rizos se movieran, Tomoyo tuvo la sensación de que algo estaba afuera. esa sensación la llevó hacia su bello jardín. El patio era gigantesco, tenía flores de todos los tipos, y árboles que hacían que se viera muy fresco. En el medio había una fuente de agua con una gran estatua. Al salir, Tomoyo vio, a lo lejos, algo en el suelo. Al acercarse, se dio cuenta de que era un pañuelo color azul. Lo levantó, y se preguntó a sí misma de quién podría ser. Como todavía tenía los ojos humedecidos y ligeramente rojos por llorar, usó el pañuelo para limpiar sus ojos color lavanda. Al acercar el pañuelo a su cara, se dio cuenta de que debió haber sido de un hombre, ya que olía a loción de caballero. -¿Quién pudo haber sido?-se preguntó pocos momentos después.-debió haber sido alguien muy rápido para dejar el pañuelo e irse inmediatamente. no hay ningún hombre que yo conozca que pudiera haber sido, a excepción de Shaoran, pero, es imposible, ya que, para empezar, él ama a Sakura, nunca estaría espiándome a mí, además, aunque tenga poderes, no es tan rápido y ágil como para salir tan.Tomoyo no pudo terminar la frase, porque su mamá salió para ver qué era lo que ocurría. -¿Qué es lo que pasa Tomoyo?-preguntó con una expresión de preocupación reflejada en su rostro. -Nada mamá, solo reflexionaba por unos momentos.-le respondió Tomoyo, tratando de ocultar su rostro y limpiándolo rápidamente con el pañuelo. -Bueno, pero, no salgas vestida así y menos a estas horas, ya que puedes resfriarte. -Está bien mamá. Después de esto, Tomoyo regresó a su cuarto. Todo estaba oscuro, ya que se había hecho de noche. Abrió las cortinas, dejando que los rayos de luz de luna entraran. Tomoyo se recostó en su cama, y colocó el pañuelo a un lado de ella. El solo pensamiento de que alguien se interesara en ella era emocionante. Por otro lado, ella sabía que alguien la había estado espiando en la intimidad de su casa, por lo que se sentía algo incómoda. -Sea quien sea, me alegro de que alguien por fin se interesara en mí. Y, con una sonrisa en el rostro y abrazando el pañuelo, quedó dormida.

Al día siguiente, Tomoyo decidió que iría a la escuela para inscribirse en el coro de la escuela de nuevo este año. A ella le fascinaba cantar, por lo que era una de las mejores. Al llegar a la escuela, dejó salir un profundo suspiro, y se dirigió al salón de los maestros, donde debía estar su maestra de música. Iba por los pasillos de la escuela, caminando con sus cuadernos bajo el brazo, pensando todavía en el pañuelo que encontró en su jardín, cuando de repente se topó con alguien. Al chocar, todos los cuadernos de Tomoyo cayeron al suelo. -Ayy, lo siento mucho! No vi por dónde iba, soy una despistada, por favor disculpe-se apresuró Tomoyo a decir. -No, la culpa es mía, lo siento.-le respondió una voz masculina. Tomoyo, al abrir los ojos, vio a un joven de su edad, con cabello negro azulado, usaba lentes, y tenía unos ojos color azul profundo como el mar. Al verlo, ella se quedó perpleja, pero, en seguida se repuso y empezó a levantar sus cuadernos. -A ver, permíteme ayudarte con eso.-le dijo el joven. -No, no te preocupes, puedo levantarlos. Entre los dos levantaron todos los papeles y cuadernos que habían caído al suelo. -¿Eres nuevo?-le preguntó Tomoyo con curiosidad. -Sí, vengo de Inglaterra, mi nombre es Eriol Hiraguizawa.-le respondió. -Mucho gusto, mi nombre es Tomoyo Daidouji.-le dijo, dándole la mano. -Mucho gusto de conocerte, Daidouji. -Bien, y qué es lo que te trajo a Japón? -Pues, tengo unos asuntos que hacer por aquí. -Espero que disfrutes tu estancia aquí. -Gracias, y créeme que la voy a disfrutar-le respondió viéndola a los ojos. Esto hizo que Tomoyo se sonrojara un poco al ver esos ojos tan penetrantes, pero, enseguida se recuperó. -Bueno, hasta luego!-se despidió Tomoyo. -Nos vemos!-respondió Eriol.-Ten por seguro que nos volveremos a ver.comentó en voz baja. Así, cada quien se fue a una diferente dirección. Tomoyo llegó al salón de maestros, donde se inscribió para el coro. Por alguna extraña razón, tenía el presentimiento de que volvería a ver a Eriol. No sabía por qué, pero esperaba volver a verlo. Después de unos momentos, Tomoyo regresó a su casa. Iba entrando, cuando una de las sirvientes se le acercó y la llamó. -Señorita, le acaba de llegar esto. -¿A mí?-respondió muy sorprendida Tomoyo. -Sí, fue entregado hoy por la mañana, cuando se acababa de ir usted. -Bien gracias.-dijo Tomoyo, y fue con la sirviente para recibir el regalo. Era un precioso ramo de violetas, muy perfumadas, y estaban frescas como el amanecer. -No tiene nota.-dijo Tomoyo, decepcionada. La curiosidad la mataba, quería saber quién era el que estaba haciendo esto.-Qué raro. espero que Sakura llegue pronto, para contarle todo y saber qué piensa ella.-se dijo a sí misma mientras observaba el bello ramo que tenía en sus brazos. Puso el ramo en un florero sobre su tocador, y se puso a marcar el teléfono de Sakura. -Bueno? -Hola Sakura! -Hola Tomoyo! -¿Cuándo vas a volver? -De hecho estoy en el camino de vuelta a casa. -Ayy qué bueno! Tengo tantas cosas que contarte!-le dijo muy emocionada Tomoyo. -Sí, pero, lo más probable es que llegue muy tarde. -Si quieres ven a mi casa mañana, para poder hablar. -Claro, sería genial! -Entonces, nos vemos mañana! -Adiós! Tomoyo colgó el teléfono y fue a la estancia. Era una habitación enorme, con muebles acolchonados y unos bellos cuadros en las paredes del cuarto. Tomoyo se sentó en uno de los muebles y se puso a leer un libro. En eso, sonó el teléfono. -Bueno? Habla a la residencia Daidouji. Al decir esto, la persona que llamó colgó el teléfono. -Qué raro. ¿quién pudo haber sido?-dijo para sí misma Tomoyo.-y por qué estarán pasando tantas cosas que tienen que ver conmigo? Esto ya es demasiado extraño. Entonces Tomoyo empezó a sentir una gran confusión y mezcla de sentimientos. -Primero, me entero de que me gusta Shaoran, luego, encuentro un pañuelo y me entero de que alguien me estuvo espiando al mismo tiempo, después, me encuentro con un chico que, a pesar de que lo acabo de conocer, siento como si me atrajera. y después de eso alguien me envía un ramo! No puedo creer que todo esto esté pasando!! Ya ni yo misma me entiendo.-dijo algo desesperada Tomoyo. Regresó a su habitación para despejar su mente. Decidió cambiarse con un vestido blanco que le llegaba hasta un poco debajo de las rodillas. El vestido era hermoso, era de manga larga y le dejaba descubiertos los hombros. Se arregló sus bellos rizos con un listón blanco, de tal forma que se veía el listón, pero con el cabello suelto. Se levantó y salió de nuevo al balcón. Esta vez, hacía mucho viento, y sus rizos se movían a favor de la dirección del viento, lo que hacía que se viera como un ángel. El solo hecho de verla así de hermosa, hizo que su corazón latiera más rápido..

Bien, espero que les haya gustado este capítulo, y que manden sus reviews! Saludándolos, Sakura Kat.