3º El regreso.
- Ta-ta-tarara - tarareaba Harry mientras preparaba el baúl.- Tu-tu-tururu.
Unos ruidos parecidos a los que hacía Hedwig al golpear la ventana se escucharon. Detrás de la ventana esperaban unas cuatro lechuzas castañas y grises. En cuanto Harry les abrió, dejaron los paquetes y desaparecieron por donde habían entrado.
- Que rápido- se dijo mientras abría los paquetes.
Había varios pergaminos, dos frascos de tinta (aunque Harry tenía unos cuantos) algunos botes con ingredientes para pociones y tres libros: Defensa contra las artes oscuras, todo lo que hay que saber para poder defenderse_ Arabella Figg, El Arte de Duelo_ Will Robbins y Transformaciones avanzadas_ Jack Miwen. Dumbledore debía de haberle enviado los libros. Los puso todos en el baúl y se lo llevó al comedor.
- Por la raja de tu falda yoooo tiri un piñazo con tururo... - esta vez, Harry cantaba una canción española.
- ¿Se puede saber que haces, subanormal?- preguntó despectivo, Dudley.
- Bajar el baúl, que a diferencia de tí yo sé hacer las cosas por mí mismo y no necesito que papá y mamá lo hagan por mí.
- Tal vez es porque no tienes padres.
- Prefiero no tener padres a tener a los tuyos - contestó Harry a la vez que abría la puerta para que tío Vernon lo llevase a la estación de King's Cross.
- Date prisa no tengo todo el tiempo del mundo - gritaba tío Vernon desde el auto. Harry se sentó en el asiento trasero del coche blanco. Los tres cuartos de hora lo pasaron en silencio. Harry se habría aburrido pero tenía varias cosas que reflexionar: " Dumbledore envió a Arabella para que me vigilase, como Voldemort ha vuelto, lógicamente, Dumbledore quería que estuviese bajo la vigilancia de la hija de mi vecina". "Pero... ¿Por qué la señora Figg y Arabella? ¿Por qué, la señora Figg tiene que ser un impedimento para que Voldemort intente matarme? Voldemort sólo teme a Dumbledore ¿no? ¿Por qué era la señora Figg y Arabella quienes tenían que vigilarme?"
- Ya estamos aquí- dijo tío Vernon- fuera del coche, ¡chico! He dicho que fuera. ¡LARGO! -ése gritó hizo que Harry bajara de las nubes. Tío Vernon agarró un carrito de ruedas y puso bruscamente el baúl.
- Estas Navidades te quedas en el colegio ¿no?.
- Si, como siempre.- Harry agarró el carrito y antes de irse dijo- tranquilo, tío Vernon, a mí me gusta tanto pasar el verano contigo como pasar un fin de semana en la mansión de los Malfoy... o de Voldemort. Cuando Harry llegó a la plataforma 9 y la 10 se fijó en una chica de más o menos de su edad y en su padre (cosa que parecía improbable porque no se parecían en nada). El supuesto padre de pelo rubio y ojos marrones le indicaba a la chica como entrar... ¡A la plataforma 9¾!. Harry se fue detrás de la chica y se encontró con un tren escarlata. Harry miró por entre las cabezas, pero no encontraba ni a Ron ni a Hermione. Entró en el tren y dejó el baúl en uno de los vagones vacíos. Y luego salió en busca de sus amigos. Al poco tiempo encontró a lo lejos una manta de pelo rojo.
- ¡Ron!- exclamó Harry. A empujones consiguió hacerse paso hasta su amigo.
- Harry- consiguió decir Ron después de dar el último empujón.
- Hola, Harry- saludó la señora Weasley, abrazándolo y dándole un beso en la mejilla.
- Hola, señora Weasley- contestó Harry, con una sonrisa, aunque algo incómodo por el abrazo, pero a la vez agradecido.- Tengo un vagón preparado ¿Sabes donde está Hermione?.
- Estará estudiando o dando algún consejo a alguien que ni siquiera se lo ha pedido ¡Y yo que sé!- dijo ron exasperado. Después de que la señora Weasley se despidiera de sus hijos, Ron y Harry se fueron por la estación a buscar a Hermione.
- HERMIONE- gritó de repente Ron.
- ¿Dónde?
- Déjala está en el vagón... - comenzó a decir ente desanimado y furioso, pero un "Piii" del tren hizo que salieran corriendo hacía el vagón.
- Al menos podía habernos saludado antes de irse al vagón de los prefectos ¿no?- protestó Ron.
- Yo me habría conformado con que nos dijese a que vagón iba. Ron puso el baúl y los dos amigos se sentaron.
- ¿A que no adivinas? - Harry se interrumpió porque la puerta del compartimento se abrió. Apareció la chica que Harry vio cruzando la plataforma. La desconocida colocó el baúl en el fondo del vagón y se sentó alejada de Harry y Ron. En ese momento Harry la pudo apreciar mucho más, era hermosa, era un poco más baja que él, tenía el pelo largo de un castaño claro con algunos mechones rubios, de cutis blanca y unos preciosos ojos verdes, y vestía... muy coquetamente. Su falda era de color negro y terminaba en punta de corbata por lo que dejaba a sus piernas libres por ambos costados y su remera azulina era de una sola manga que terminaba muy ancha en la muñeca, y en su cuello adornaba un relicario plateado con un corazón. Sin contar el gran físico que tenía.
- Hola- saludó Harry embobado al igual que Ron.
- Hola- contestó la chica que tenía una voz muy tierna.
- Lo siento, pero no recuerdo haberte visto antes, debes ir a cuarto ¿no?.
- No, voy a quinto - Harry y Ron se miraron extrañados, nunca la habían visto. Al darse cuenta del desconcierto de los dos amigos, la chica se explicó.- Soy nueva en Hogwarts. Perdón, no me he presentado, me llamo Sakura, Sakura Kinomoto.
- Ron Weasley- contestó Ron.
- Harry Potter- dijo Harry, con un suave temblor en su voz, mientras se ruborizaba que esperó que no se le notara. Sakura lo miró un momento a los ojos y enseguida apartó la vista con los ojos llenos de tristeza.
- ¿A qué colegio ibas? Porque no sabía que en Gran Bretaña hubiera otros colegios para magos- preguntó Harry.
- No, iba a un colegio muggle- dijo, como recordando viejas épocas. De pronto, la puerta del compartimento se abrió violentamente y apareció Malfoy y sus guardaespaldas, Crabbe y Goyle.
- ¡Que error!- exclamó Malfoy- pense que habrías huido a... China, Japón, Rumania...
- Siempre tan ocurrente, Malfoy - dijo Harry- nunca me cansaré de reírme de tus chistes o... de ti. Malfoy miró con desagrado a Ron y a Harry y reparo en la presencia de Sakura.
- ¿Qué hay de esa sangre sucia, Granger? ¿La han matado ya?- Ron intentó abalanzarse contra Malfoy pero su amigo lo sujetó de un brazo. Sakura miró a Malfoy entre una mezcla de asombro y otra de "¿Este tipo es imbécil o sólo se hace?".
- ¿Y tú que miras? Otra amiga sangre sucia ¿eh, Potter? No te vasta con ser hijo de una, que también quieres ser su amiga, con ese camino fijo acabarás como tus padres- dijo Malfoy arrastrando las palabras, pero siempre mirando de reojo a Sakura, supongo que de esa manera expresa sus sentimientos. Harry se levantó dispuesto a rebanar cabezas. Avanzó hacía él, pero Ron lo agarró de la camisa, aunque Harry no atendía a razones.
- Me pica la curiosidad, ¿La estupidez es algo hereditario en tu familia? O ¿Sólo le ha pasado a tu padre y a ti?- esa fue Sakura, Harry miró a la chica, imitado por Ron.
- ¡¿Se puede saber quien demonios eres tú y que has dicho?!- dijo Malfoy enrojeciéndose hasta la última médula de su cuerpo.
- Me llamo Sakura Kinomoto, ¿Algún problema?- preguntó ella fría como el hielo, Malfoy no supo que responder mientras se ponía rojo como el pelo de Ron; dio media vuelta y se marchó. Al cabo de varias horas de viaje, en donde Harry y Ron se hicieron muy buenos amigos de Sakura, y se enteraron que ella en realidad tenía que estar en cuarto, ya que tenía 14 años, pero la saltaron de curso por lo inteligente que era; llegaron a la estación de Hosmeade. Cuando el tren aminoró la marcha, todos los alumnos bajaron. Harry, Ron y Sakura encontraron a Hagrid, que llamaba a los alumnos de primero (como de costumbre), pero les alzó una mano a modo de saludo y le indicó a Sakura que lo siguiera; en ese momento los dos amigos encontraron a Hermione que hablaba con Seamus.
- Vaya, vaya. La señora prefecta que se cree lo suficientemente importante como para pasar olímpicamente por alto a sus amigos- replicó muy molesto Ron, al ver la pulida insignia de su amiga en el pecho.
-¡Ah! Hola, Harry- dijo Hermione y se dirigió a Ron- Para tu información los he estado buscando todo el rato hasta que una profesora nos llamó para explicarnos unas cosas en el vagón de prefectos.
- ¿Profesora?- preguntó Harry mientras iban de camino a las carrozas- ¿Había una profesora en el vagón?
- Si, pero no tengo ni idea de lo que daba. ¡Neville! ¿Vienes con nosotros?- gritó de repente Hermione.
-¡Sí! -Neville fue acercándose con dificultad a los tres amigos. Se sentaron en la carroza y fueron hablando de las vacaciones y del nuevo curso.
- ¿Sáben que ha venido una chica nueva?- explicó Harry- se llama Sakura Kinomoto- y al decir el nombre suspiró, y sus pensamientos se posaron en ella. Ron miró a su amigo y le entró un ataque de risas, comprendía perfectamente lo que estaba pensando Harry, en Sakura. Mientras que Hermione y Neville se quedaron mirándolos sin comprender. Un rato después llegaron a Hogwarts. Cuando entraron al Gran Salón y se sentaron, Harry se fijó de que Malfoy, Crabbe y Goyle sonreían.
- ¿Y Sakura? No la veo- susurró Ron.
- Si es nueva tendrá que pasar la ceremonia de selección- contestó Hermione mientras se levantaba para preparase a recibir a los nuevos alumnos- ¡eh! ¡Miren a los nuevos profesores! Uno de los profesores era Lupin, cosa que alegró mucho a Harry, y la otra era una mujer de ojos claros y pelo castaño claro, era Arabella. El sombrero seleccionador comenzó a cantar una canción nueva. Cuando acabó, la profesora McGonagall llamó a los nuevos estudiantes.
- Kinomoto Sakura- dijo, y un ¡aaah!, de parte de todos los chicos del colegio se escuchó cuando Sakura se adelantó, quedaron embobados mirándola, y sentó en el taburete; al ponerse el sombrero escuchó una vocesita que le dijo:
- Veo que tenés mucho valor, jovencita, pero también eres muy inteligente, trabajas duro si te lo propones, y hay ocasiones en que podés ser muy bondadosa o ambiciosa ¿En qué, casa te pondré?- dijo el sombrero seleccionador. Sakura, anhelaba estar en Griffindor y no en la odiosa Slytherin donde tan malas referencias tenía de esa casa; en ese momento el sombrero gritó:
- ¡GRIFFINDOR!- su deseo se había cumplido. Se dirigió a la mesa de Gryffindor, donde hubo un estruendoso aplauso por parte de todos los varones, mientras que los otros chicos de las casas restantes quedaron algo decepcionados. El resto de la Ceremonia fue tranquila aunque algo silenciosa. Después de comer, Dumbledore se levantó con energía.
- ¡Bienvenidos todos! Como ya se han dado cuenta una nueva alumna se ha incorporado a Hogwarts, a quinto año exactamente, y espero que la acepten como a una más.
- Les doy la bienvenida tanto a los viejos como a los nuevos alumnos. Les recuerdo que el bosque prohibido esta restringido para todos los alumnos. Este año el quidditch volverá a jugarse -después de una pausa para que algunos alumnos aplaudieran la vuelta del quidditch, el director continuó- y debo anunciarles que el equipo de Griffindor necesita un guardián, y Hufflepuff un nuevo buscador. Ahora les voy a presentar a la nueva profesora de defensa contra las artes oscuras, un aplauso para Arabella Figg -la profesora Figg se levantó algo ruborizada, al escuchar todos los aplausos de partes de los chicos y se sentó enseguida- Y les he de presentar una nueva asignatura que se impartirá a partir de cuarto, el Arte del Duelo, y el profesor será Remus Lupin -luego de un cálido aplauso por parte de todas las casas excepto Slytherin, el director continuó, aunque cambiando su semblante alegre por uno más serio- Debido a los sucesos del curso pasado, se han tomado algunas medidas de seguridad: no podrán estar afuera de sus salas comunes a deshoras, aunque las visitas a Hogsmeade no se suspenderán se harán con menos frecuencia y los entrenamientos de Quidditch estarán supervisados por algún profesor, estas son solo pequeñas medidas de seguridad para ustedes y el que las quiebre será severamente castigado. Bueno eso es todo, váyanse a dormir para poder aguantar las clases de mañana. Todos los alumnos se levantaron y se dirigieron a su sala común, cada uno guiado por su prefecto. Cuando llegaron al retrato de la dama gorda, Hermione dijo la contraseña:
- "Bailarinas torpes"- y entraron a la sala común. La mayoría de los alumnos se fueron a dormir, pero Harry, Ron y Hermione se sentaron en unos cómodos sillones para charlar. En ese momento, Harry vió a Sakura que se iba al cuarto de las chicas, seguramente se va a dormir, pensó.
- Sakura- la oyó decir a Hermione - ¿quieres sentarte un rato con nosotros?- Sakura le dedicó una sonrisa y le contestó - Bueno, gracias. Después de estar charlando un buen rato, en donde Sakura fue interrogada por parte de Hermione, quien no se pedía creer que a Sakura la hayan salteado de curso, Harry se acordó de lo que le sucedió en el verano y se contó a Ron, a Hermione y a Sakura.
- ¿Qué raro, no?- dijo Sakura- aunque ya me lo esperaba - pensó.
- Y dijeron que no te lo habían dicho para tenerte mejor vigilado- preguntó Hermione.
- Exacto- contestó Harry pensativo.
- Pero no le des más vueltas, por que si no vas a conseguir un verdadero dolor de cabezas- dijo Sakura - lo mejor es que nos vayamos a dormir, sino mañana estaremos dormidos.
- Sakura tiene razón, ya es tarde, y yo que soy prefecta no puedo permitir que estén afuera de las camas, así que ¡a dormir! ¡Vamos!- dijo Hermione, con autoridad. Mientras se separaban para ir a sus respectivos cuartos Ron le dijo a Harry:
- Realmente se le ha subido a la cabeza que es prefecta ¿no?- dijo con sorna, y Harry puso cara como no empieces.
- Mi verdadera casa- dijo Harry con alivio, en tanto que se tumbaba en la cama y se quedaba dormido.
Bueno, bueno, que les pareció, espero que les haya gustado, aunque ando un poco frustrada por que no me dejan reviews. Espero que so cambie, ya que Es lindo saber que opinan del fic. Gracias de todos modos.
Lily_Hermione
- Ta-ta-tarara - tarareaba Harry mientras preparaba el baúl.- Tu-tu-tururu.
Unos ruidos parecidos a los que hacía Hedwig al golpear la ventana se escucharon. Detrás de la ventana esperaban unas cuatro lechuzas castañas y grises. En cuanto Harry les abrió, dejaron los paquetes y desaparecieron por donde habían entrado.
- Que rápido- se dijo mientras abría los paquetes.
Había varios pergaminos, dos frascos de tinta (aunque Harry tenía unos cuantos) algunos botes con ingredientes para pociones y tres libros: Defensa contra las artes oscuras, todo lo que hay que saber para poder defenderse_ Arabella Figg, El Arte de Duelo_ Will Robbins y Transformaciones avanzadas_ Jack Miwen. Dumbledore debía de haberle enviado los libros. Los puso todos en el baúl y se lo llevó al comedor.
- Por la raja de tu falda yoooo tiri un piñazo con tururo... - esta vez, Harry cantaba una canción española.
- ¿Se puede saber que haces, subanormal?- preguntó despectivo, Dudley.
- Bajar el baúl, que a diferencia de tí yo sé hacer las cosas por mí mismo y no necesito que papá y mamá lo hagan por mí.
- Tal vez es porque no tienes padres.
- Prefiero no tener padres a tener a los tuyos - contestó Harry a la vez que abría la puerta para que tío Vernon lo llevase a la estación de King's Cross.
- Date prisa no tengo todo el tiempo del mundo - gritaba tío Vernon desde el auto. Harry se sentó en el asiento trasero del coche blanco. Los tres cuartos de hora lo pasaron en silencio. Harry se habría aburrido pero tenía varias cosas que reflexionar: " Dumbledore envió a Arabella para que me vigilase, como Voldemort ha vuelto, lógicamente, Dumbledore quería que estuviese bajo la vigilancia de la hija de mi vecina". "Pero... ¿Por qué la señora Figg y Arabella? ¿Por qué, la señora Figg tiene que ser un impedimento para que Voldemort intente matarme? Voldemort sólo teme a Dumbledore ¿no? ¿Por qué era la señora Figg y Arabella quienes tenían que vigilarme?"
- Ya estamos aquí- dijo tío Vernon- fuera del coche, ¡chico! He dicho que fuera. ¡LARGO! -ése gritó hizo que Harry bajara de las nubes. Tío Vernon agarró un carrito de ruedas y puso bruscamente el baúl.
- Estas Navidades te quedas en el colegio ¿no?.
- Si, como siempre.- Harry agarró el carrito y antes de irse dijo- tranquilo, tío Vernon, a mí me gusta tanto pasar el verano contigo como pasar un fin de semana en la mansión de los Malfoy... o de Voldemort. Cuando Harry llegó a la plataforma 9 y la 10 se fijó en una chica de más o menos de su edad y en su padre (cosa que parecía improbable porque no se parecían en nada). El supuesto padre de pelo rubio y ojos marrones le indicaba a la chica como entrar... ¡A la plataforma 9¾!. Harry se fue detrás de la chica y se encontró con un tren escarlata. Harry miró por entre las cabezas, pero no encontraba ni a Ron ni a Hermione. Entró en el tren y dejó el baúl en uno de los vagones vacíos. Y luego salió en busca de sus amigos. Al poco tiempo encontró a lo lejos una manta de pelo rojo.
- ¡Ron!- exclamó Harry. A empujones consiguió hacerse paso hasta su amigo.
- Harry- consiguió decir Ron después de dar el último empujón.
- Hola, Harry- saludó la señora Weasley, abrazándolo y dándole un beso en la mejilla.
- Hola, señora Weasley- contestó Harry, con una sonrisa, aunque algo incómodo por el abrazo, pero a la vez agradecido.- Tengo un vagón preparado ¿Sabes donde está Hermione?.
- Estará estudiando o dando algún consejo a alguien que ni siquiera se lo ha pedido ¡Y yo que sé!- dijo ron exasperado. Después de que la señora Weasley se despidiera de sus hijos, Ron y Harry se fueron por la estación a buscar a Hermione.
- HERMIONE- gritó de repente Ron.
- ¿Dónde?
- Déjala está en el vagón... - comenzó a decir ente desanimado y furioso, pero un "Piii" del tren hizo que salieran corriendo hacía el vagón.
- Al menos podía habernos saludado antes de irse al vagón de los prefectos ¿no?- protestó Ron.
- Yo me habría conformado con que nos dijese a que vagón iba. Ron puso el baúl y los dos amigos se sentaron.
- ¿A que no adivinas? - Harry se interrumpió porque la puerta del compartimento se abrió. Apareció la chica que Harry vio cruzando la plataforma. La desconocida colocó el baúl en el fondo del vagón y se sentó alejada de Harry y Ron. En ese momento Harry la pudo apreciar mucho más, era hermosa, era un poco más baja que él, tenía el pelo largo de un castaño claro con algunos mechones rubios, de cutis blanca y unos preciosos ojos verdes, y vestía... muy coquetamente. Su falda era de color negro y terminaba en punta de corbata por lo que dejaba a sus piernas libres por ambos costados y su remera azulina era de una sola manga que terminaba muy ancha en la muñeca, y en su cuello adornaba un relicario plateado con un corazón. Sin contar el gran físico que tenía.
- Hola- saludó Harry embobado al igual que Ron.
- Hola- contestó la chica que tenía una voz muy tierna.
- Lo siento, pero no recuerdo haberte visto antes, debes ir a cuarto ¿no?.
- No, voy a quinto - Harry y Ron se miraron extrañados, nunca la habían visto. Al darse cuenta del desconcierto de los dos amigos, la chica se explicó.- Soy nueva en Hogwarts. Perdón, no me he presentado, me llamo Sakura, Sakura Kinomoto.
- Ron Weasley- contestó Ron.
- Harry Potter- dijo Harry, con un suave temblor en su voz, mientras se ruborizaba que esperó que no se le notara. Sakura lo miró un momento a los ojos y enseguida apartó la vista con los ojos llenos de tristeza.
- ¿A qué colegio ibas? Porque no sabía que en Gran Bretaña hubiera otros colegios para magos- preguntó Harry.
- No, iba a un colegio muggle- dijo, como recordando viejas épocas. De pronto, la puerta del compartimento se abrió violentamente y apareció Malfoy y sus guardaespaldas, Crabbe y Goyle.
- ¡Que error!- exclamó Malfoy- pense que habrías huido a... China, Japón, Rumania...
- Siempre tan ocurrente, Malfoy - dijo Harry- nunca me cansaré de reírme de tus chistes o... de ti. Malfoy miró con desagrado a Ron y a Harry y reparo en la presencia de Sakura.
- ¿Qué hay de esa sangre sucia, Granger? ¿La han matado ya?- Ron intentó abalanzarse contra Malfoy pero su amigo lo sujetó de un brazo. Sakura miró a Malfoy entre una mezcla de asombro y otra de "¿Este tipo es imbécil o sólo se hace?".
- ¿Y tú que miras? Otra amiga sangre sucia ¿eh, Potter? No te vasta con ser hijo de una, que también quieres ser su amiga, con ese camino fijo acabarás como tus padres- dijo Malfoy arrastrando las palabras, pero siempre mirando de reojo a Sakura, supongo que de esa manera expresa sus sentimientos. Harry se levantó dispuesto a rebanar cabezas. Avanzó hacía él, pero Ron lo agarró de la camisa, aunque Harry no atendía a razones.
- Me pica la curiosidad, ¿La estupidez es algo hereditario en tu familia? O ¿Sólo le ha pasado a tu padre y a ti?- esa fue Sakura, Harry miró a la chica, imitado por Ron.
- ¡¿Se puede saber quien demonios eres tú y que has dicho?!- dijo Malfoy enrojeciéndose hasta la última médula de su cuerpo.
- Me llamo Sakura Kinomoto, ¿Algún problema?- preguntó ella fría como el hielo, Malfoy no supo que responder mientras se ponía rojo como el pelo de Ron; dio media vuelta y se marchó. Al cabo de varias horas de viaje, en donde Harry y Ron se hicieron muy buenos amigos de Sakura, y se enteraron que ella en realidad tenía que estar en cuarto, ya que tenía 14 años, pero la saltaron de curso por lo inteligente que era; llegaron a la estación de Hosmeade. Cuando el tren aminoró la marcha, todos los alumnos bajaron. Harry, Ron y Sakura encontraron a Hagrid, que llamaba a los alumnos de primero (como de costumbre), pero les alzó una mano a modo de saludo y le indicó a Sakura que lo siguiera; en ese momento los dos amigos encontraron a Hermione que hablaba con Seamus.
- Vaya, vaya. La señora prefecta que se cree lo suficientemente importante como para pasar olímpicamente por alto a sus amigos- replicó muy molesto Ron, al ver la pulida insignia de su amiga en el pecho.
-¡Ah! Hola, Harry- dijo Hermione y se dirigió a Ron- Para tu información los he estado buscando todo el rato hasta que una profesora nos llamó para explicarnos unas cosas en el vagón de prefectos.
- ¿Profesora?- preguntó Harry mientras iban de camino a las carrozas- ¿Había una profesora en el vagón?
- Si, pero no tengo ni idea de lo que daba. ¡Neville! ¿Vienes con nosotros?- gritó de repente Hermione.
-¡Sí! -Neville fue acercándose con dificultad a los tres amigos. Se sentaron en la carroza y fueron hablando de las vacaciones y del nuevo curso.
- ¿Sáben que ha venido una chica nueva?- explicó Harry- se llama Sakura Kinomoto- y al decir el nombre suspiró, y sus pensamientos se posaron en ella. Ron miró a su amigo y le entró un ataque de risas, comprendía perfectamente lo que estaba pensando Harry, en Sakura. Mientras que Hermione y Neville se quedaron mirándolos sin comprender. Un rato después llegaron a Hogwarts. Cuando entraron al Gran Salón y se sentaron, Harry se fijó de que Malfoy, Crabbe y Goyle sonreían.
- ¿Y Sakura? No la veo- susurró Ron.
- Si es nueva tendrá que pasar la ceremonia de selección- contestó Hermione mientras se levantaba para preparase a recibir a los nuevos alumnos- ¡eh! ¡Miren a los nuevos profesores! Uno de los profesores era Lupin, cosa que alegró mucho a Harry, y la otra era una mujer de ojos claros y pelo castaño claro, era Arabella. El sombrero seleccionador comenzó a cantar una canción nueva. Cuando acabó, la profesora McGonagall llamó a los nuevos estudiantes.
- Kinomoto Sakura- dijo, y un ¡aaah!, de parte de todos los chicos del colegio se escuchó cuando Sakura se adelantó, quedaron embobados mirándola, y sentó en el taburete; al ponerse el sombrero escuchó una vocesita que le dijo:
- Veo que tenés mucho valor, jovencita, pero también eres muy inteligente, trabajas duro si te lo propones, y hay ocasiones en que podés ser muy bondadosa o ambiciosa ¿En qué, casa te pondré?- dijo el sombrero seleccionador. Sakura, anhelaba estar en Griffindor y no en la odiosa Slytherin donde tan malas referencias tenía de esa casa; en ese momento el sombrero gritó:
- ¡GRIFFINDOR!- su deseo se había cumplido. Se dirigió a la mesa de Gryffindor, donde hubo un estruendoso aplauso por parte de todos los varones, mientras que los otros chicos de las casas restantes quedaron algo decepcionados. El resto de la Ceremonia fue tranquila aunque algo silenciosa. Después de comer, Dumbledore se levantó con energía.
- ¡Bienvenidos todos! Como ya se han dado cuenta una nueva alumna se ha incorporado a Hogwarts, a quinto año exactamente, y espero que la acepten como a una más.
- Les doy la bienvenida tanto a los viejos como a los nuevos alumnos. Les recuerdo que el bosque prohibido esta restringido para todos los alumnos. Este año el quidditch volverá a jugarse -después de una pausa para que algunos alumnos aplaudieran la vuelta del quidditch, el director continuó- y debo anunciarles que el equipo de Griffindor necesita un guardián, y Hufflepuff un nuevo buscador. Ahora les voy a presentar a la nueva profesora de defensa contra las artes oscuras, un aplauso para Arabella Figg -la profesora Figg se levantó algo ruborizada, al escuchar todos los aplausos de partes de los chicos y se sentó enseguida- Y les he de presentar una nueva asignatura que se impartirá a partir de cuarto, el Arte del Duelo, y el profesor será Remus Lupin -luego de un cálido aplauso por parte de todas las casas excepto Slytherin, el director continuó, aunque cambiando su semblante alegre por uno más serio- Debido a los sucesos del curso pasado, se han tomado algunas medidas de seguridad: no podrán estar afuera de sus salas comunes a deshoras, aunque las visitas a Hogsmeade no se suspenderán se harán con menos frecuencia y los entrenamientos de Quidditch estarán supervisados por algún profesor, estas son solo pequeñas medidas de seguridad para ustedes y el que las quiebre será severamente castigado. Bueno eso es todo, váyanse a dormir para poder aguantar las clases de mañana. Todos los alumnos se levantaron y se dirigieron a su sala común, cada uno guiado por su prefecto. Cuando llegaron al retrato de la dama gorda, Hermione dijo la contraseña:
- "Bailarinas torpes"- y entraron a la sala común. La mayoría de los alumnos se fueron a dormir, pero Harry, Ron y Hermione se sentaron en unos cómodos sillones para charlar. En ese momento, Harry vió a Sakura que se iba al cuarto de las chicas, seguramente se va a dormir, pensó.
- Sakura- la oyó decir a Hermione - ¿quieres sentarte un rato con nosotros?- Sakura le dedicó una sonrisa y le contestó - Bueno, gracias. Después de estar charlando un buen rato, en donde Sakura fue interrogada por parte de Hermione, quien no se pedía creer que a Sakura la hayan salteado de curso, Harry se acordó de lo que le sucedió en el verano y se contó a Ron, a Hermione y a Sakura.
- ¿Qué raro, no?- dijo Sakura- aunque ya me lo esperaba - pensó.
- Y dijeron que no te lo habían dicho para tenerte mejor vigilado- preguntó Hermione.
- Exacto- contestó Harry pensativo.
- Pero no le des más vueltas, por que si no vas a conseguir un verdadero dolor de cabezas- dijo Sakura - lo mejor es que nos vayamos a dormir, sino mañana estaremos dormidos.
- Sakura tiene razón, ya es tarde, y yo que soy prefecta no puedo permitir que estén afuera de las camas, así que ¡a dormir! ¡Vamos!- dijo Hermione, con autoridad. Mientras se separaban para ir a sus respectivos cuartos Ron le dijo a Harry:
- Realmente se le ha subido a la cabeza que es prefecta ¿no?- dijo con sorna, y Harry puso cara como no empieces.
- Mi verdadera casa- dijo Harry con alivio, en tanto que se tumbaba en la cama y se quedaba dormido.
Bueno, bueno, que les pareció, espero que les haya gustado, aunque ando un poco frustrada por que no me dejan reviews. Espero que so cambie, ya que Es lindo saber que opinan del fic. Gracias de todos modos.
Lily_Hermione
