Disclaimer: Los derechos de copia de 'The Greatest Shame a Wizard Could Suffer' publicado en Fictionalley tienen pertenencia relativa a Agivega. Los derechos de copia en español le pertenecen a Jamming With Edward, Luly, Lulybelula, Lulygirl, Looney Lovegood y un sin numero de otros nombres que al final terminan siendo YO, Lourdes Rivera.
El concepto original de HARRY POTTER le pertenece a la ilustre y venerada JK Rowling, los derechos de publicación son compartidos por la diosa y Scholastic Press, una división de Scholastic Inc. Los derechos de comercialización, propaganda, películas mediocres, juegos, ropa, calendarios playboy, artículos, y próximamente toallas sanitarias y artículos de higiene femenina son parte del complejo de aves de carroña A.K.A Warner Bros. Time Warner y mucha mas gente MILLONARIA entre las cuales NO estoy yo.
Author's Note: Para los que se están preguntando todavía...
(*) quiere decir que es un pensamiento.
¿Y lo de arriba? Antes de que lo vayan a decir ya me di cuenta que me pase, así que no me lo repitan. XDD
Este capitulo es muy tierno. Me gusta mucho. Pueden ver cuanto Harry a crecido en madurez, etc.
Capitulo 4
Culpa
Mientras Harry seguía a Madame Pomfrey por el corredor, se preguntaba que era eso tan importante que McGonagall tenia que decirle, y que no podía esperar hasta la mañana. Continuaba pensando que era extraño que Madame Pomfrey no le dirigiera ni la mas mínima palabra mientras lo acompañaba a la planta baja. Harry la conocía por ser una persona alegre y habladora, así que no tenia idea de porque se comportaba tan silenciosamente.
*Oh, * Penso él *debe estar furiosa por lo que sucedió con Malfoy. Pero hey, ¡No fue mi culpa! ¡Fue culpa de Neville!. Ah... seguro Malfoy debe haberle dicho que todo fue culpa mía mientras estaba en la enfermería. ¡Ese Mentiroso! Realmente merecía ser transformado en una árbol. Pero… no, ¡Seria peor que el Sauce Boxeador! Draco, El Laurel Lunático… o El Diente de León Drogado* Harry no pudo seguir pensando en otros nombres, puesto que ya habían llegado a la puerta de la oficina de McGonagall.
– Anda Harry – La enfermera abrió la puerta y se marcho hacia la enfermería, para ver si podía conciliar un poco de sueño – aunque, estaba segura de que no podría dormir en lo absoluto.
Harry había sido dejado ante la puerta media-abierta. Se trago el nudo que se le había formado en la garganta. *Tengo un mal presentimiento* penso él, aun cuando no tenia idea de que se trataba el presentimiento, este seguía ahí, haciéndole peso en el estomago.
– ¡Entra Potter! – Escucho la voz de la profesora de Transformaciones desde adentro. Dio un gran respiro y entro a la oficina.
De lo primero que se dio cuenta fue que no podía ver mas allá de su propia nariz. *¿Porque esta ella entre tanta obscuridad?* Harry se pregunto mientras se movía hacia el escritorio – Mejor dicho, hacia donde creía que estaba el escritorio.
– ¡Toma asiento! – Le instruyo una dura voz.
Estrecho las manos hacia delante en busca de una silla *Demonios, ¿Porque no traje mi varita? ¿Y porque ella no simplemente dice Lumos? Esto es raro. * Sus manos finalmente chocaron con la espalda de una silla. El chico Dudo por su segundo o dos y luego tomo asiento.
De repente una luz brillante resplandeció, apunando directamente hacia su cara, casi dejándolo ciego. El, Instintivamente levanto las manos para tapar la fuente de la luz, la cual gradualmente perdió su intensidad, pero nunca paro de iluminar su rostro. Nada mas que su rostro.
Harry trago con fuerza, pensando en dos opciones: O la pobre McGonagall se había vuelto loca, o algo realmente malo estaba a punto de ocurrir.
La situación claramente le recordaba a un interrogatorio. ¿Pero porque iba él a ser interrogado? ¿PORQUE?.
– ¿Estas sorprendido por mi extraña forma de recibirte? – pregunto la mujer, su voz sonaba seca.
– Bastante profesora – Admitió Harry. Su desagrado por la situación crecía a cada segundo.
– Seguramente te estas preguntando porque quise encontrarme contigo tan tarde – Dijo ella – No tomare mucho de tu tiempo si respondes a mis preguntas con rapidez.
*¿Rápidamente? ¡Acabemos con esto de una vez!* Harry Penso. – ¡No fui yo, Profesora McGonagall!. Nunca quise convertir a Draco en un árbol floreciente, y nunca me burle de el, Y nunca me enamoraría de Gato, y mucho menos si le pertenece a Filch, y…
– No tengo idea de que me hablas, Potter, – Dijo Minerva interrumpiendo – Pero seguramente no tiene nada que ver con lo que voy a tratar contigo.
– ¿No? – Harry junto las cejas. Si no quería hablar acerca de Draco, o sobre el enamorándose de la Señora Norris, ¿Sobre que podía ser?
– Me gustaría hablar contigo respecto a la Señorita Weasley. – Dijo ella tristemente.
Los ojos de Harry se abrieron sorprendidos. ¿Madame Pomfrey los habría visto besuqueándose? ¿Le habría contado a Minerva? Ah, Seguro, Eso debía ser... – Yo… Yo prometo no besarla nunca mas mientras estemos en la escuela Profesora. ¿Puedo irme ya?.
– No estoy interesada en que usted y Virginia se Besen, Potter. – Respondió McGonagall sin animo – Pero, por supuesto tiene que ver mucho con eso… ¿La amas?
– Esteee, Profesora… Yo… – No tenia idea de porque la mujer le hacia preguntas tan personales.
– Con un Si, o un No, bastara
– Bueno, Si. – Dijo asintiendo – Pero, ¿Porque?…
– ¿La amas lo suficiente para casarte con ella?
– ¿Que? – Exclamo pestañeando con sorpresa. – ¿Casarnos?. Tan solo tengo 17, y ella es... menor de edad, y…
– No deberías sentirte muy joven para casarte, si no te sentiste muy joven para embarazarla.
– ¿¿¿¿¿PARA QUE????? – Harry sintió que se caía de la silla. – Que… ¿Que fue lo que dijo?– Pregunto con rapidez.
– Dije que Ginny esta esperando un bebe… y tengo todas las razones para creer que ese bebe es TUYO – Apunto su dedo índice hacia el.
– Eso esta completamente fuera de discusión profesora – Protesto el chico, poniendose mas nervioso que serio – Ella implemento el Anti-Conc… uh… – Rápidamente se tapo la boca con ambas manos *¡Me delate yo mismo!*
McGonagall le regalo una amplia sonrisa – Así que, ¿Estas listo para casarte o no?
* * * * *
Harry Deseaba que tan solo hubiese sido una pesadilla.
Lamentablemente, no lo era. Mientras caminaba de regreso a el dormitorio, no conseguía parar de tropezar con estatuas de Magos y Brujas que no habían estado allí antes. O, talvez lo habían estado... Pero simplemente estaba demasiado distraído para cuidar hacia donde iba. ¡Esto no podía estar pasándole a el!
¿O si?
Ahora la prediccion que había tenido Trelawney volvía a su mente de nuevo. ¡La vieja loca había tenido razón! Había estado hablando de su hijo… ¡SU hijo!.
Tuvo que detenerse y recostarse contra un muro, sentía que iba a desmayarse si no encontraba algo contra que sostenerse.
Apretándose los ojos con fuerza, Rezaba por despertar. Despertar para ver que todo el día – el peor de su existencia – no hubiese sido mas que un mal sueño, nada mas.
El había pasado por mas experiencias terribles en sus diecisiete años que cualquier persona durante toda una vida: El perder a sus padres, Ser criado por personas que lo odiaban y despreciaban, tener que enfrentar al Señor Oscuro en varias ocasiones, Pelear contra dragones, Perder sus huesos, Sufrir una mordida de serpiente y además de ser golpeado por el Sauce Boxeador, Sobrevivir la maldición del Avada Kedavra en dos ocasiones. Pero nada de eso podía siquiera comparase a el increíble peso que había sido puesto sobre sus hombros esa noche.
Iba a ser Padre.
¿Un padre?
¿Cómo podría ser uno?. El mismo nunca tuvo un padre. No sabia como debía ser un buen padre -, lo único que sabia era que debía ser todo lo contrario al Tío Vernon.
¿Y que iba a decir Ginny cuando le dijera? Porque era El quien tenia que decirle - no Pomfrey, ni McGonagall, ni alguien que no tuviera nada que ver con el hijo de ambos.
El Hijo de Ambos…
Harry sintió un extraño, y desconocido calor crecer por todo su cuerpo, causando que su corazón le saltara del pecho.
*O Dios Mío, ¿En que me he metido?.* Harry tomo un respiro y tan pronto como sintió que sus piernas podían soportar su peso, continuo su camino de vuelta hacia el dormitorio
En la habitación los cuatro chicos dormían plácidamente. Aunque claramente Ron había intentado quedarse despierto y esperar a Harry para preguntarle sobre lo que McGonagall le había dicho, no pudo evitar dormirse.
Harry camino de puntillas hacia su cama, lanzo su túnica contra una silla y se acostó de espaldas. Eran casi las doce. Estaba seguro que no podría conciliar el sueño en toda la noche.
De todos modos, Al menos Ginny podría descansar ahora – Sabia que a partir del día de mañana ella tampoco podría volver a dormir.
*Tengo que decírselo en la tarde* Penso El. Aun no tenia idea de como.
*Esta bien, Gin, Veras, Pomfrey te mintió a ti, y a todo el mundo. No tienes una enfermedad llamada… lo-que-sea. Vas a tener un bebe* Movió la cabeza a ambos lados. – Es demasiado tonto.
*Ginny, ¿Te casarías conmigo? Por favor, todo a sido considerado, cásate si no quieres traerle desgracia y vergüenza a tu familia* Harry analizo por un momento *… oh, no, demasiado formal*
*¿Que Hay, Gin'?. Siento decirte esto, Pero, ¿Recuerdas cuando te lo metí en la piscina de los prefectos? Bueno, quedaste embarazada. ¿Te casas conmigo?* Harry se golpeo la frente. – ¿Es que no puedes pensar en algo mejor, Potter? – Se pregunto a si mismo.
*Oh, Ginny. Debo decirte algo muy importante. Por Favor, No te asustes. Se que debe ser un poco atemorizante, pero de alguna forma lo manejaremos… juntos.* Harry asintió. *Así esta mucho mejor. Necesita algo de refinamiento, pero creo que funcionara. Necesita funcionar.*
Ya que el sueño lo había eludido durante toda la noche, Harry decidió 'prepararse' para el examen de historia del día siguiente. Tomo su varita, susurro Lumos y empezó a escribir una hoja de trampas. La posibilidad de ser atrapado le hacia sentir como si un sable lo cortara por la mitad, pero Binns atrapándolo haciendo trampa no era nada comparado con McGonagall hablándole acerca de el embarazo de Ginny.
Por lo único que rezaba era por no quedarse dormido durante el examen.
* * * * *
A la mañana siguiente Ron, Neville, Seamus y Dean encontraron a Harry completamente vestido, aplastando un pedazo de hoja con nombres y fechas copiados de un libro que yacía abierto sobre su estomago. Su cabeza estaba sobre sus hombros, sus lentes se habían deslizado hasta la punta de su nariz. Su varita flotaba en medio del aire, todavía encendida.
– Debe haber tenido una noche difícil chicos – declaro Dean mientras Ron se acercaba a Harry para despertarlo.
– Oye, compañero, ¡Levántate! ¡Es hora de el desayuno!
Harry pestañeo, detuvo los ojos de par en par y por un minuto no tuvo idea de que sucedía, era una mañana igual a las demás, ¿No?
Oh, no, no lo era.
Le echo un vistazo a su varita y de repente recordó porque se había quedado despierto por tanto tiempo.
No. No era por causa del examen de historia de la magia, era por su terrible Culpa.
– Oye, ¿Estas bien? – Ron pregunto después de dos minutos de silencio. ¿Que le sucedía a su amigo?. Solía ser mas animado.
– Esteee... Si, Estoy bien – Respondió Harry, reajustando sus anteojos y atrapando su varita – ¡Nox! – La luz se había apagado, Se volteo hacia Ron. – Me quede despierto estudiando toda la noche. Eso es todo.
– Estudiando, ¿eh? – Dijo Seamus con picardía, señalando el chivo en la cama de Harry – No te preocupes, nosotros también hemos escrito algunos de esos, Solo para asegurarnos de no olvidar a Rodolfo el Ridículo y a Alfredo el Apestoso.
Harry Sonrío y siguió a los chicos escaleras abajo
* * * * *
– Buenos, Hermi. – Ron Saludo a su nueva Novia quien estaba inmersamente sumergida en la lectura de el segundo volumen de la Biografía del Bello Bill en la mesa, mientras comía un emparedado.
– Buenos Días Ron. – Dijo sin mirarlo.
– Hola Hermione. – Dijo Harry – ¿Que estas leyendo? Alguna información adicional acerca de las revoluciones de los duendes ¿Quizás?.
La chica se volvió Roja – No. Ya he estudiado para el examen. Tan solo decidí incrementar mi conocimiento acerca de la magia india.
– ¿India? – Harry Pregunto.
– Ah, Es solo el Bello Bill. – Explico Ron.
– ¿Quien?
– Lord William Montgomery de el siglo pasado – Ron respondió. – El era muy apuesto. Así que obtuvo el sobrenombre el Bello Bill. Paso dos décadas en la India, haciendo estudios acerca de los hechizos locales. Aprendió mucho acerca del encantamiento de serpientes, como manejarlas y cosas de esas. Pero de acuerdo a su madre, su trabajo mas significante fue el libro 'Porque las vacas son animales sagrados, aun cuando ni siquiera poseen poderes mágicos'. Y por cierto Harry, ¿Que quería decirte McGonagall a las diez de la noche?.
Harry se alarmo – Nada… digo, ella quería hablar acerca del equipo de Quidditch.
Hermione al fin despego la mirada del libro – ¿A las Diez?
– Supongo que no se dio cuenta cuan tarde era – Harry se encogió de hombros y rezo porque ni Ron ni Hermione hicieran mas preguntas. Odiaba el tener que mentir, especialmente a sus mejores amigos.
Tuvo suerte. Hermione estaba demasiado interesada en Biografía del Bello Bill para hacer preguntas y Ron estaba tan hambriento que decidió usar su boca para comer en vez de hablar.
Harry empezó a revolver su chocolate demasiado caliente, sin prestar mayor atención a nadie alrededor de el. Sus pensamientos estaban muy lejos del Gran Comedor. Estaban con Ginny. Todavía no sabia como darle la impactante noticia. De repente una idea apareció en su mente: ¿Que tal si le preguntaba a Sirius?.
Desde que su inocencia había sido probada el año anterior, Sirius Black había estado trabajando con Arthur Weasley en su departamento de mal uso de artefactos Muggles.
Por supuesto que no era el trabajo correcto para un Mago tan talentoso como Sirius – pero hasta donde Harry sabia – su Padrino estaba satisfecho con al menos tener algo útil que hacer. Todavía había mucha gente que desconfiaba de el y no creían en su inocencia, pero muchos otros, no tenían duda de que no había sido culpable. El año pasado Black ayudo a los estudiantes de Hogwarts a escapar de otro ataque – uno bastante serio – y así ganando la confianza de muchas familias mágicas.
*Esta bien. Le escribiré una carta después del examen. * Harry penso.
Cuando el trío se levanto de la mesa, una voz maliciosa los detuvo:
– Hey, Potter. ¿Me invitaras a tu Boda? – Era Malfoy, por supuesto.
La mente de Harry se congelo. ¿Cómo Draco sabia sobre su matrimonio impuesto? ¿Le había contado McGonagall o talvez Pomfrey? ¿Pero, porque a El, entre todo el mundo?
– Que… ¿De que hablas? – Harry se volvió hacia Malfoy.
Una sonrisa maliciosa se esparció en el rostro de el chico rubio – Escuche acerca de tu romance con la Señora Norris. Tengo curiosidad de saber cuando será la boda. ¿Va Weasley a ser tu padrino? Creo que no. Deberías pedirle a Granger que te preste su gato para ese rol tan importante. Y las nuevas y hediondas mascotas de Hagrid podrían ser las damas de honor.
– ¡Cállate Malfoy! – Grito Hermione. – Y considera lo que estas diciendo 'Señor Manzano Floreciente'
– Apuesto a que estabas disfrutando el verme así, ¿No? – Malfoy hizo una mueca. – ¿Pero sabes?, Aun así, ¡Me veía mejor que tu amigo manoseándose con el gato de el conserje!
– Yo no estaba… – Comenzó a decir Harry, pero Ron lo tomo de el brazo y lo saco de el comedor.
* * * * *
Además de el ruido de las plumas sobre el papel, nada podía escucharse en la habitación. El Profesor Binns estaba acariciando su barba astral mientras observaba su escritorio, en firme creencia de que ninguno de sus estudiantes jamas se atrevería a hacer trampa. Por eso nunca utilizaba hechizos anti-trampas. Confiaba en sus estudiantes mas que en su propia habilidad para enseñar. ¿La verdad?, No debería.
Después de que todos entregaron sus exámenes, El fantasma se marcho de el salón, flotando por el medio de el candelabro y hacia el techo.
– Este fue el mejor examen que jamas haya hecho – Declaro Ron sonriente, mientras el trío avanzaba hacia el ala oeste de el castillo, y hacia su próxima clase – Defensa Contra Las Artes Oscuras.
– Claro, nunca paraste de hacer trampa – Hermione le dio una mirada desaprobadora – De esa manera nunca aprenderás nada acerca de las revoluciones de los Duendes.
– ¿A quien la importa? – Ron rió. – ¿Cierto, Harry?
– ¿Ah? – Harry parecía confundido – Lo siento, Estaba pensando.
– ¿Pensando? ¿El que? – Pregunto Hermione. Ella no estaba acostumbrada a que Harry no los escuchara..
– Perdón. – Murmuro – Debo ir a la lechuzeria. Los veo en quince minutos. Si estoy tarde para el principio de la lección, díganle al Profesor Lupin que vuelvo pronto, ¿Bien?
Hermione observaba a Harry correr escaleras arriba, Ron hablo: – Algo anda mas con el. A estado así de distraído desde que despertó. Algo lo esta molestando bastante. Pero no quiere contarme.
– Es como si no fuese el mismo – Declaro la chica – Presiento que su comportamiento extraño tiene que ver con su visita a la oficina de McGonagall anoche.
– Debes estar en lo correcto – Ron asintió – No creo que hablaran sobre Quidditch.
– Estoy segura de que no lo hicieron – Dijo Hermione solemnemente – ¿Pero, porque iba Harry a mentirnos?
– No lo se… ¿Porque sigo presintiendo que algo malo va a pasar?
– Porque sigues tomando las estúpidas clases de la Profesora Trelawney. Debiste haberlas dejado hace mucho y haber aprendido algo real. No importa. Vamos, Tenemos que llegar a DCAO.
– Esta Bien – El chico sonrió y tomo su mano. Ella no mostraba señal alguna de estar enfadada con el por la platica de la noche anterior. Ambos entraron a el aula agarrados de las manos.
Mientras tanto, Harry se sentaba cerca de una ventana en la lechuzeria con un pedazo de papel en la mano. Su lechuza Hedwig, Blanca como la nieve, estaba haciendo alegres volteretas en el aire, volaba afuera de la ventana y luego volvía, mostrándole a Harry cuan ansiosa estaba por entregar su carta.
– Muy bien Chica, Bien, Por favor, quédate quieta un poco. ¡Estas distrayéndome! – Harry acaricio la cabeza de la lechuza – Déjame terminar con esto.
Hedwig ululó, recordándole que ni siquiera había empezado a escribir la carta. Harry dejo salir un largo suspiro. No sabia como escribirle la carta a Sirius. Su padrino estaría muy decepcionado de el, por supuesto.
– Perfecto – Murmuro a regañadientes y empezó a reír nervioso.
Querido Sirius,
Me temo que voy a dejarte sin aire con esta carta, pero no es por eso que la he escrito. Al contrario: Me gustaría pedirte consejo, confiando en tu sabiduría y amplia experiencia (Aunque estoy seguro de que nunca estuviste en medio de un problema como el mío.) Bien, no le daré mas vueltas al arbusto: Esto enamorado de Ginny Weasley. Eso no seria un problemas en si, pero bueno, ya pasamos la parte platónica de nuestra relación y...
– ¡Cuan difícil es siquiera escribirlo! – Dijo soltando un gran respiro, luego continuo escribiendo.
…Ella esta embarazada. Se que hicimos lo mas estúpido que se puede hacer, pero ya paso y no puede ser cambiado. Esta noche tendré que darle a Ginny la noticia, y te podrás imaginar cuan sorprendida ve estar. El problema es que no tengo idea sobre como decirle, pero tiene que saberlo – eventualmente lo se dará cuenta, ¿No?. Fue lo suficientemente extraño para mi el tener que saberlo primero, incluso antes que ella – McGonagall me lo contó anoche – Presumo que Madame Pomfrey la habrá contado. (Pomfrey examino a Ginny luego de que se desmayara ayer, durante la clase de transformaciones.) ¡McGonagall insiste en que me case con ella! Sirius, ¡la mera idea me produce escalofríos!. Amo a Ginny, en serio, pero sabes que somos demasiado jóvenes, y ni siquiera sabemos como ser padres. (Al menos yo no.) Cuando pienso en el momento en que le deba contar a Ginny sintió como si miles de mariposas volaran dentro de mi estomago. ¿Que sucederá si me dice que no? ¿Que pasara cuando todos sepan lo del bebe? Eventualmente lo se, se darán cuenta. No creo que sea algo que se pueda ocultar por mucho tiempo, ¿O si? ¿Podrías ayudarme de alguna forma? ¿Tal vez darme alguna clase de consejo? (Y por favor, no envíes una howler, No importa cuanto sientas que debes enviarla, no lo hagas. Recuerda que tenemos que mantener esto en secreto, al menos hasta que Dumbledore regrese...)
Gracias en adelanto por entender,
Harry
– Ya, termine – le regalo a Hedwig una media-sonrisa. Ella se detuvo en sus rodillas mientras el acomodaba el mensaje su pata. – Vuela directamente hacia Sirius, ve lo mas rápido que puedas, y regresa tan pronto como el haya escrito una respuesta. Date prisa. Es Urgente. – La lechuza ululó en afirmación.
* * * * *
– …Y por eso es que el conocimiento de esas maldiciones antiguas es tan importante. El Señor Weasley seguramente podrá darnos detalles interesantes acerca de las maldiciones Egipcias… Oh, que alegría verlo Señor Potter. – El Profesor Lupin se volteo hacia el chico, quien había llegado con diez minutos de retraso a la lección – Toma asiento por favor y presta atención a la presentación de el Señor Weasley acerca de las maldiciones que protegen las tumbas de los Faraones y Reyes de Egipto.
Harry asintió y se sentó al tiempo que Ron se levantaba y caminaba hacia un proyector que se encontraba cerca de la pizarra.
– Esteee, profesor, No muy seguro de saber utilizar esto – Dijo el sorprendido.
– Lo siento Ron, Pero me temo que yo tampoco se utilizarlo – Lupin sonrió. – Los padres de uno de mis estudiantes de familia Muggle le dio esto a la escuela como un regalo. La Profesora McGonagall me dijo que se utiliza para mostrar fotos, pero no tuvo tiempo de explicar como funciona. Bien, ¿Alguno de ustedes sabe como encender este aparato?.
Dean Thomas levanto la mano. El había crecido entre Muggles, así que sabia como utilizar este tipo de cosas.
– ¿Si, Señor Thomas? – El profesor Sonrío – Siéntase libre de ayudarnos.
– No creo que este proyectos sirva de mucho aquí profesor. – Dean admitió. – Funciona con Electricidad.
– Ah, ¿eclecticidad? – La cara de Ron se encendió. – Mi papa esta completamente fascinado con ella. Aunque a tenido algunos choques eclecticos, le sigue gustando.
– ¡Imagínate los diez únicos cabellos que tiene el Señor Weasley en la cabeza parados por la fricción! – Seamus le susurro a Harry. Este no pudo evitar sonreír de solo pensarlo. Hermione les dio a ambos una mirada de desprecio. Se volvió hacia Lupin y dijo: – Aun si supiéramos como utilizar este proyector, de todos modos no podríamos utilizarlo en Hogwarts. Sabe que los aparatos Muggle no funcionan dentro de el Aura mágica de el castillo.
– Por supuesto tienes Razón Hermione – Remus contesto – Bien Ron, si no podemos utilizar esto... – miro el aparato por un segundo como si estuviera contaminado – lo que sea, por favor distribuye tus fotos entre los estudiantes y háblanos acerca de las maldiciones.
– Seguro profesor. – Asintió Ron – Bueno, saben que mi familia y yo estuvimos en Egipto hace cuatro años. Ganamos el… olvídenlo. Así que fuimos y vimos todas las pirámides y las tumbas en el Valle de los Reyes. Mis hermanos Gemelos querían atrapar a Percy dentro de una pirámide, pero mama no lo permitió, no que no mereciera quedar atrapado allí, pero… ¿pueden imaginar el terrible destino al que hubiese estado expuesto?. La gran pirámide esta protegida por un hechizo aun mas mortífero que el Avada Kedavra.
– ¡Tonterías! – Seamus lo interrumpió. – ¡Nada puede ser mas mortífero que eso!
– ¿Quieres intentarlo Seamus? – Ron pregunto. – El Avada Kedavra solo te hace morir, sin sufrir ningún daño. Pero esas maldiciones te tormentan antes de matarte. Son como una combinación entre Crucio y Avada Kedavra. Primero, cien escarabajos negros comienzan a morderte las piernas, introduciéndose dentro de tu cuerpo. Luego, los esqueletos de los sacerdotes que escoltan a el Faraón te persiguen con sus sables hasta que entras a la cámara de descanso de el faraón, allí, la propia momia del Faraón te estrangula con sus propias manos.
– Mi familia esta planeando un viaje a Egipto el próximo verano – Dijo Lavender Brown. – Creo nos vendría mejor el Caribe.
La clase empezó a reír.
– Muchas Gracias por su presentación Señor Weasley. Yo mismo no pudiese haberlo explicado mejor – Lupin se puso de pie. – Ahora vamos a aprender como combatir a las momias atacantes...
* * * * *
Después del desayuno Harry visito a Hagrid. Le había prometido una visita el día anterior, pero no pudo, gracias a el incidente con la Señora Norris.
Cuando entro a la cabaña de madera un terrible mal olor lo golpeo de frente. Inmediatamente recordó lo que Malfoy había dicho acerca de las nuevas y apestosas mascotas de Hagrid.
– Ha…¿Hagrid? – Harry se tapo la nariz – ¿Que es lo que apesta?
El Enorme Mitad-Gigante se volvió hacia el. Traía la sonrisa mas grande que Harry alguna vez había visto – Vamos, Ven Harry, Ven, ¡Tienes que verlos!
– ¿Quien? ¿Que?
Hagrid lo guió hacia una esquina en donde yacian un monton de bolas medio-verdes – Ahora dime Harry, ¿No son maravillosos? – Le pregunto con una voz tal, que parecía estar a punto de llorar.
– Esteee, ¿Son un nuevo tipo de bludgers que hacen que los jugadores se desmayen por el mal olor, en vez de tumbarlos de sus escobas? – Sugirió Harry.
– Naa. – Hagrid negó con la cabeza – Son Marcianos verdaderos.
– ¿Verdaderos?. ¿El que? – Harry elevo una ceja Hagrid debía haberse vuelto loco.
– Marcianos. – Repitió el cuidador – Olymp me los consiguió con un mago ruso. Tu sabes, Los magos rusos hacían viajes secretos a Marte para competir con los magos Norteamericanos. De hecho, los Norteamericanos fueron los primeros' en llegar a Marte con sus escobas 'Por-El-Vacio-Espacial-2002' pero los Rusos fueron los primeros en encontrar vida inteligente en el planeta.
*¿Inteligente?* Harry penso. Con toda seguridad el nunca llamaría inteligente al algo o a alguien con tan mal olor – Esteee, Hagrid, ¿Que pueden hacer? ¿Porque son especiales aparte de por su 'interesante' olor?.
– Por que Harry, ¡Son de Marte! ¡Es suficiente para que sean especiales!
– Ah, seguro. – Harry aspiro, dejando salir el aire por la boca – ¿Y que vas a hacer con unas pelotas marcianas? ¿Jugar al Quidditch con ellas?.
– Oh, no. – Hagrid refunfuño. – No se quedaran así. Son muy jóvenes. Por eso parecen pelotas, pero luego se abren y empiezan a crecer.
– ¿Creceeeer? – Harry creyó por un momento que su corazón se había detenido – ¿Cuan grande se van a poner?
– Esteee… A decir verdad, no tengo idea – Se encogió de Hombros.
Harry asintió. – ¿Que te parece si vamos afuera a hablar sobre estas creaturas maravillosas?
– Bien – Hagrid afirmo, aunque de alguna forma sin quererlo. No quería dejar a sus preciosas nuevas mascotas solas.
Se sentaron frente a la casa, Fang inmediatamente corrió hacia Harry, colocando su cabeza en el regazo de el.
– El te extrañaba. No nos habías visitado en dos semanas – Dijo Hagrid en tono reprobador.
– Lo siento. He estado ocupado – Contesto el muchacho.
– Algo anda mal contigo – dijo en gigante gentilmente – Abre tu corazón, vamos. ¿Puedo ayudarte?.
– Si solamente pudieras.
– Oh, creo que se que es. – Hagrid rió. – Te estas lamentando por el incidente que sucedió con el gato de Filch, ¿Es eso?
Harry negó con la cabeza – No Hagrid. Es mucho peor que eso.
– ¿Peor? ¿Que es lo que me estas diciendo? – Hagrid pregunto en tono preocupado. – No te preocupes, todo el mundo tiene secretos.
– Desearía guardar este para siempre.
– Suena bastante serio – Declaro el cuidador – ¿Tiene algo que ver con Ya-Sabes-Quien?
– Desearía que fuera así de fácil. Voldemort solo me mataría. Pero esto desatara un escándalo terrible, y voy a ser expulsado. Esta vez nada puede ser cambiado. Talvez esta sea la ultima vez que hablemos el uno con el otro, Hagrid.
– No, no, Harry, ¡No digas tal cosa!. No pueden expulsarte, no importa lo que hayas hecho.
– Pero hice lo mas despreciable que alguien puede hacer. – Contesto el chico – Y todavía no puedo creer que se lo haya hecho a la persona que amo mas en este mundo.
– ¿Quien?
– Ginny – Harry dio un respiro.
– ¿El que? – Hagrid pregunto
Harry no se atrevió a mirar a los ojos de el gigante, así que se lo contó a sus zapatos y a el piso – Esta embarazada.
– ¿Que? – los ojos de Hagrid se volvieron tan grandes, que amenazaban con salirse de su lugar – ¿Estas bromeando?
Harry negó con la cabeza – Comprenderé si no quieres volver a ser mi amigo. Voy a perder a cada uno de mis amigos de todas formas.
– Pero Harry, ¿Como podrías pensar que no querría volver a ser tu amigo? Y ¿A que te refieres con que 'vas a perder a todos tus amigos'?
– Piensa Hagrid, – Harry reunió el coraje suficiente para levantar la cabeza y mirar a los ojos de el cuidador de terrenos – Cuando Ron sepa lo que le hice a su hermana menor, va a querer matarme. Hermione también va a odiarme… y no voy a tener a nadie.
– Siempre estaré aquí para ti chico – Contesto el gigante, colocando su mano en el hombro de Harry y apretándolo con gentileza – Siempre. Y voy a ser un gran tío para tu hijo también… Si es que quieres que lo sea.
– Gracias Hagrid. – Una pequeña sonrisa apareció en el rostro de Harry. La primera verdadera sonrisa que había tenido desde la tarde anterior.
Author's note: ¿Ven que buen amigo es Hagrid?. Me encanta, aun cuando no es mi favorito. No me contaron nada, así que díganme. ¿Ya leyeron el libro 5?. Si no, no les puedo contar en de que me di cuenta hace rato...
Gracias por sus increíbles reviews. Me encantan. Pero no me las cojo solo para mi, así que las compartiré con Agi.
Bere Radcliffe: Bueno, Dime si leíste el libro 5 y te contesto la pregunta.
Ly: Estaba por decir eso. Voy a subir uno a la semana. Todos los martes subo uno, así que pueden venir a leer regularmente. Subí este mas temprano porque... bueno, porque sí... Tengo el poder... hahahaha.
Espero que este te guste también.
Irene: ¡Por supuesto que no!. Gracias por dejar tu opinión, la valoro mucho... ¡En realidad pienso lo mismo!, Creo que todo paso demasiado rápido. No lo escribí yo, si así hubiese sido lo hubiese llevado mas despacio. Pero tiene una razón. Este Fic es bien largo. Gracias de nuevo, espero que sigas leyendo.
Ginny Potter W: ¿De casualidad no eres la misma Gin W de Harrylatino.com (el chat)?.
Eso no te lo puedo decir, ¡Así que sigue leyendo!. Gracias muchas por el comentario.
Espero que les haya gustado.
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