Disclaimer: SOY LA DUEÑA DE WARNER BROS. INC Y HARRY POTTER. ¡¡¡Hurra!!!. Atrás mis pobres plebeyos... hay dinero para todos.

A/N: Sé que estaba supuesta a subir este la semana pasada. Lo que pasa es que todo se me junta. La escuela, el instituto, tareas y encima no encontraba ni la computadora ni la fuente (raro, ¿no?). Bueno, como compensación voy a subir dos capítulos esta semana. ¡Sean felices!

GRACIAS.

Capitulo 5

Sueños y Confesiones

Poco tiempo después de su charla, Hagrid se alejo junto a Fang. Tenia que enseñarles a los de tercer año acerca de los conejos vampiros que vivían en los rincones alrededor del castillo. Debido a que a Harry no le quedaba ninguna otra leccion ese día, este había decidido descansar frente de la cabaña del gigante. Se sentó sobre el césped, apoyando la espalda contra la pared de la casa.

Los gritos y murmuros de los de tercer año mientras perseguían a los conejos vampiro no lo molestaban, mas bien lo arrullaron hasta quedarse dormidito.

Ni bien había quedado rendido cuando ya había empezado a soñar...

…Estaba en su segundo año. Era el 14 de Febrero. Gilderoy Lockhart se encontraba sonriente usando su túnica rosa, explicándoles porque el Día de San Valentín era el día más maravilloso del año. Ron justo le había dicho a Hermione que esperaba que ella no hubiese sido una de esas cuarenta y dos personas que le habían enviado felicitaciones a Lockhart. Hermione se sonrojo y empezó a buscar algo frenéticamente en su bolso. Harry tenia la impresión que no había ninguna razón para celebrar el Día de San Valentín, cuando un enano de aspecto intimidante con dos alas en la espalda y un arpa dorada entre las manos grito su nombre: – Oye, ¡'Arry Potter! ¡Tienes una tarjeta!.

Harry quiso correr, pero el enano fue más rápido, este lo agarro y lo hizo caer. – ¡Vas a escuchar tu felicitación 'Arry Potter! – Le grito al sorprendido chico. Acto seguido se enderezo, aclaro la garganta y empezó a cantar.

Verdes son sus ojos, como esmeraldas brillantes,

Por mas que el quiera no podrá dejarme,

Fecundo nuestro hijo, no lo puede negar,

Lo mejor que ha hecho, lo mejor que hará.

Harry penso que iba a desmayarse. Los ojos de todos los estudiantes estaban sobre él. Algunos de ellos tenían las bocas abiertas, algunos murmuraban, otros simplemente lo observaban. Alguien hablo entre el casi necio silencio – Bueno, díganme. ¡¿Que otra cosa se podía esperar del famoso Potter?! – Era Malfoy por supuesto.

– ¿Quién te envió esto Harry? – Ron se volvió hacia su amigo – ¿A quien preñaste?

– ¿A quien, Weasley? – Dijo Malfoy casi con lastima – Cual otra, sino a tu hermana.

– ¿Que? – Chillo Ron. Acto seguido comenzó a buscar a Ginny entre la multitud. La chica consiguió con esfuerzo quitar a todos de su camino y se encamino hacia delante.

– ¡No creo que a Potter le haya gustado tu regalo! – le dijo Draco mientras ella se alejaba.

– Draco, ¡Eres peor que todos los Boggarts sobre la faz de la tierra! – Chillo Hermione furiosa.

– ¿Un Boggart? – Ron y Harry se volvieron hacia ella. – ¡Todavía no hemos aprendido sobre los Boggarts Hermione! ¡Toca el año próximo!

– ¿A quien le importa? – Hermione se encogió de hombros.

De repente la escena cambio. Estaban en el salón de profesores con Remus Lupin en el 3er año. Severus Snape salió de un armario. – ¡Ridikkulus! – Dijo Neville, la voz le temblaba. En un instante Snape estaba usando las ropas de la abuela de Neville. La clase rió con fuerza.

– Tu turno Harry. – Lupin se volvió hacia él.

– Pero, Profesor, se supone que no me enfrente a mi Boggart en esta escena, ¿O no?. Sabe que se convertiría en un Dementor o quizás en el mismo Voldemort. Usted no quiere asustar a la clase, ¿O si?. Luego me va a enseñar el Expecto Patronum de todos modos...

– No, Harry, Es tiempo de que te enfrentes a tu Boggart. Debes estar preparado, será aterrorizante.

El chico trago tan fuerte que creyó que se había tragado las amígdalas con todo, elevo su varita y se preparo para gritar 'Ridikkulus'.

El armario se abrió lentamente, dejando ver una chica pelirroja – Una Ginny Weasley con un embarazo ya bastante avanzado – ¡Hola Harry! – Le saludo con la mando izquierda, puesto que con la derecha tenia agarrado el helado mas grande que Harry había visto en su vida – Me acabo de comer un Banana-Split, pero me quede con hambre – Explico Ginny – Es que, ahora como por dos...

La mente de Harry se movió con rapidez. Trataba de encontrar alguna salida. Quería ridiculizar al Boggart – pero no encontraba forma alguna. - Ginny embarazada no tenia nada de gracioso, especialmente cuando estaba embarazada con SU hijo.

– ¿Que es lo que esperas Harry? – Lupin sonrió – Adelante, la clase se esta empezando a aburrir.

– No puedo Profesor. Simplemente no puedo... – murmuro fuera de si.

– Si no lo haces los otros Boggarts te atacaran Harry – El profesor le advirtió.

– No puedo… No puedo… – El chico movió la cabeza en negación a si mismo. En ese momento, todos los Boggarts lo rodearon, atrapándolo, halando su cabello, apretándole la nariz, pellizacandole los brazos…

…Entonces, El muchacho despertó con un respiro.

– ¿uh? – Lo primero que vio fue a Hedwig apoyada en su hombro. Había estado picando su oreja gentilmente. – Oh, Gracias. Hedwig, Tuve el sueño más terrible... Fue aun más terrible que las veces en que soñé que Voldemort asesinaba a alguien... – la miro perplejo por un momento – ¿Ya tienes la respuesta?

La lechuza ululó amigablemente y lo dejo desatar la carta de su pata. El, tomo la carta, la desdoblo y empezó a leer.

Harry,

Tienes razón. Ginny y Tu EN VERDAD hicieron lo más estúpido que alguien podría hacer a tu edad. No te preocupes, No planeaba enviarte una Howler – aunque muy bien te lo mereces jovencito. El único consejo que puedo ofrecerte es que seas totalmente sincero con esa pobre muchacha. No le des mas vueltas a el asunto y ve directo a el grano. A las mujeres no les gusta que las hagan esperar.

Escribiste que casarte te da escalofríos – lo entiendo Harry, pero recomiendo fuertemente lo que te aconsejo la profesora McGonagall – TIENES que casarte con Ginny. No debes dejarla en medio del problema, y si de verdad la amas (como dijiste que lo hacías), estoy seguro que le hubieses propuesto matrimonio tarde o temprano. (Bueno, talvez más tarde que temprano, pero ahora no hay tiempo que perder), Míralo por el lado positivo: Tu hijo (o hija) va a estar encantado de tener unos padres con los que se pueda llevar tan bien.

Ahora, ve directamente hacia donde Ginny, y recuerda: La honestidad es la mejor política.

Escríbeme mañana y cuéntame como te fue con la ''Pequeña'' confesión – y proposición.

Cuídate, a ti, y a tu familia,

Sirius.

– ¿Mi familia? – Harry se volvió hacia Hedwig. – ¿Lo entiendes? ¡Esta hablando de MI familia! ¡Mi propia familia! – La lechuza empujo su emplumada cabeza contra la mejilla de el chico – Si, Si, Hedwig, También eres parte de mi familia, pero imagínate... ¡Pronto tendré una verdadera familia!, Digo, Si Ginny no se asusta y acepta casarse conmigo. ¿Que crees? ¿Crees que se case conmigo?.

Hedwig movió la cabeza de arriba a abajo, como si estuviese asintiendo.

– Gracias Hedwig, me has ayudado mucho – Harry la rodeo con sus abrazos, abrazándola con fuerza – tanto como un ser humano puede abrazar a un ave. – Bueno, tengo que ir y decirle que va a ser madre. ¡Deséame suerte! – Le sonrió a la lechuza, luego corrió en dirección al castillo.

* * * * *

– No e visto a Harry desde la clase de Defensa contra las artes oscuras. – Ron se lanzo hacia una silla al lado de Hermione.

– Tampoco yo – contesto ella.

– Por supuesto que no lo has visto. Has pasado todo el tiempo aquí en la biblioteca – Le aclaro Ron – ¿Todavía a lees ''El Bello Bill''?

– No seas infantil Ron – Le hizo una mueca – E estado leyendo acerca de las enfermedades no-magicas en esperanza de encontrar algo acerca de la enfermedad de tu hermana.

– No es necesario Hermi. – Ron alzo la mano y tomo un mechón de pelo de la chica y empezó a jugar con él – Ella esta bien, Madame Pomfrey la dejara salir de la enfermería mañana.

– Todavía tengo esa sensación... de que nos están ocultando algo Ron – La chica cerro el libro que había estado leyendo.

– Y luego dices que le presto demasiada atención a la profesora Trelawney… – Ron negó con la cabeza a manera juguetona – Eres tu quien esta empezando a hablar como ella. ¿Podrías dejar de preocuparte? – La mano de el chico se deslizo lentamente desde su pelo hacia la mejilla de la chica, acariciándola suavemente.

– No estoy preocupada – susurro ella

– ¿No?

– No.

– Bien – Termino la discusión, regalándole un gentil beso.

– ¡Que escena! – Dijo una voz punzante en voz alta – ¿No tienen ustedes miedo a quedarse así... Pegados juntos?

Ron y Hermione dieron un pequeño salto en sus asientos, tenían una muy buena variante de el color rosa en sus rostro.

– ¡Malfoy! – Ron cerro los puños con fuerza – ¿Estabas espiándonos?.

– No, ¿Porque iba a estarlo? – dijo Draco alarmado – No encuentro nada interesante en ustedes dos. No son la gran sensación. Uno de los raquíticos Weasleys enamorado de la sangresucia Granger. ¿A quien iba a importarle?

– ¿Entonces que diablos haces aquí? – Ron frunció el ceño.

– ¿Que? No me creerías si te dijera que estoy a punto de leer un libro, ¿O Si? – Draco hizo una mueca con los labios – Y tendrías razón. No es por eso que estoy aquí.

– ¿Entonces? – Hermione elevo las cejas.

– Como ya resalte, ustedes no son la gran sensación chicos, pero su precioso amigo, Potter definitivamente es una, Y sospecho que algo realmente sensacional esta por ocurrirle.

– ¿Porque iba a creerte a ti? – Hermione pregunto – ¿Porque crees que algo va a pasarle?

– ¿Porque? – La boca de Draco volvió a tornarse en una mueca – Porque acaba de entrar a la enfermería, y vi a Pomfrey salir.

– ¿Y? – Ron se estaba molestando – ¿Qué es lo especial acerca de que el visite a alguien en la enfermería?

– Que ese 'Alguien' a quien esta visitando no es otra que tu hermanita, Weasley – Malfoy dijo – Pero tienes razón, la visita no es tan especial en si. La razón por la cual es especial es el secreto de su visita.

– ¿Que secreto? – Ron y Hermione preguntaron al unísono.

– Como ya dije, vi a Pomfrey salir – Draco explico – Pero no les conté que la seguí. Entro a la oficina de McGonagall, PERO, dejo la puerta abierta. Conseguí escuchar partes de su conversación. McGonagall hablaba sobre Potter teniéndole que decir algo a Ginny, algo extremadamente importante… Esteee, Talvez encontró un cráter lleno de dinero y quiere dárselo a tu hermana, porque sabe que nunca lo aceptarías.

– No escuches a este bufón, Ron. – le dijo Hermione – Vamos, volvamos al salón común.

Ron asintió y dejo a Malfoy parado en la biblioteca. Mientras la puerta se cerraba con fuerza detrás de ambos, una malévola sonrisa se esparció en el rostro Draco – Te sorprenderás, Weasley. No tienes idea de lo sorprendido que estarás. – murmuro.

* * * * *

– Eres un chico malo, Harry. – Dijo Ginny, juntando ambas cejas al verlo entrar a la enfermería.

– ¿Un chico malo? – Pregunto el confundido – ¿Esteee, Porque?

– ¡Porque me hiciste esperar por mucho tiempo! – Ella sonrió y estiro los brazos hacia el, este se sentó en su cama – Madame Pomfrey va a permitirme dejar le enfermería mañana en la mañana – Dijo Ginny alegremente – Estoy feliz de que al fin pueda dejar este lugar. No es que no me guste el chocolate, pero, me muero por comer algo de plantas y vegetales. Por supuesto, también extraño las clases y eso... Oye, Harry, ¿Algo anda mal?.

– ¿Eh? Oh, Lo siento – le dio una mirada de arrepentimiento – Estoy un poco distraído.

– ¿Distraído? – cruzó los brazos sobre el pecho – Pensaba que era la única en toda la escuela que podía distraerte. En serio Harry, ¿Qué te sucede?. Te ves algo preocupado.

*Aquí voy* suspiro, luego tomo su mano derecha, su mirada hundiéndose junto a la de ella. – Debo debe decirte algo importante Ginny. Algo grave... incluso atemorizante. No, no tengas miedo, no es así de grave… Esteee, bueno, depende de tu punto de vista, pero... *no mas vueltas al asunto, ¡directo al grano!* – bueno, McGonagall me contó que en realidad no lograste realizar ese hechizo; el Hechizo Anti-Conceptus, amor. – *Al fin lo dije, ¡lo dije!* Su alma salto en regocijo… al menos por un minuto. Pero cuando se dio cuenta de que Ginny todavía permanecía en silencio, empezó a sentirse alarmado. *¿Había comprendido lo que justo acababa de contarle?*

– ¿Ginny? – Susurro él, apretando su mano con gentileza. Talvez, estaba en shock y necesitaba ser sacudida un poco.

– Mama va a matarme – Finalmente dijo – Y a ti también.

– Si me matara, no seria capaz de casarme contigo – Trato de bromear.

– Ca... ¿Casarte? – Pregunto dudosa.

– Si – Se deslizo desde la cama, hacia el piso de rodillas. Todavía tenia su mano entre la suya – Me sentiría honrado si decidieras casarte conmigo, Virginia Weasley. Te amo.

La chica estaba demasiado emocionada para hablar. El llanto y las lagrimas; suprimidas con fuerza casi la asfixiaban. El peso de las consecuencias de su acto inmaduro y estúpido aplastaban su frágil alma. La percepción de la cruel verdad la acechaba, como los tentáculos de alguna oscura y terrible creatura.

Ella, Estaba embarazada.

Harry Potter, El chico a quien había amado desde que tenia diez años, le había propuesto matrimonio. Ahora, en este instante le estaba pidiendo que fuese su esposa.

La esposa de Harry Potter…

– ¿Ginny? – Su preocupada voz rompió el silencio – Tienes tiempo para pensarlo. No voy a apresurarte. Si no puedes contestar ahora, esta bien…

– ¡Shh! – ella se acerco a su lado, Colocando un dedo sobre su boca – ¡Qué te has creído Potter! ¿Cómo puedes pensar que necesito mas tiempo para decidirme a casarme contigo? … Mi respuesta es Sí. Me sentiría halagada de ser tu esposa. También te amo.

– ¡Oh, Ginny! – dijo el casi sin aire, abrazándola con fuerza.

Ninguno de los dos alguna vez supo cuanto tiempo estuvieron así, agachados, sosteniéndose el uno con el otro. Ginny llorando con fuerza, Harry tratando de suprimir las lagrimas de alegría y alivio que le afloraban.

Todo estaba bien otra vez.

¿Todo?. Mas bien, todo con excepción del pequeño detalle de tener que contarles su secreto a sus maestros, sus compañeros, sus parientes y amigos… A todos en la comunidad mágica... entonces, habría un terrible escándalo, por supuesto…

Pero, por el momento en que estuvieron quietos los dos amantes, a ninguno de los dos les importaba el mundo afuera de la enfermería. No había nadie mas, solo ellos dos... juntos... y su hijo, aun sin nacer. Abrazando y besando a Ginny, Harry no había tenido tiempo de pensar en la predicción de Trelawney – De que un cierto nacimiento traería cosas extrañas… y oscuras.

* * * * *

Cerca de una hora después, Minerva McGonagall entro a la enfermería. Harry y su nueva prometida no se dieron cuenta de su presencia. Ambos estaban sentados sobre la cama, las espaldas de frente a la puerta. La cabeza de Ginny se encontraba recostada en el hombro de Harry, el brazo de este abrazando su pequeño cuerpo. Ambos hablaban acerca de un futuro sobre el cual no tenían la más mínima idea, pero aun así se sentía reconfortante hablar sobre él. Se sentía bien el soñar e imaginar una infinita felicidad para los dos - los tres -.

La siempre dura e indiferente profesora McGonagall estaba conmovida. Los chicos, sentados allí, enamorados, paz irradiando desde ellos. Por un momento solo se mantuvo allí de pie, luego se aclaro la garganta para que notaran su presencia.

Se dieron vuelta hacia ella.

– Veo que todo salió de acuerdo a lo planeado, ¿Cierto Potter? – Pregunto Minerva.

– Si, Profesora – Asintió y se levanto. Había algo extraño con respecto a el, Algo inusual. McGonagall realmente no podía descifrar que era, pero definitivamente algo lo había cambiado. Su cara era la misma: Linda, un tanto más joven que su verdadera edad, Y de todos modos, algo había de diferente en él. Talvez eran los ojos… No brillaban de la manera picara usual… Eran serios.

La profesora estaba estupefacta con el hecho de que este chico había crecido – de hecho, en menos de veinticuatro horas - No fueron los años los que lo hicieron crecer, sino los retos de la vida. - Y este, El conocimiento de que pronto seria un Padre; era él más grande de todos.

Ahora era la viva imagen de su propio Padre, todo un hombre.

A/N2: ¡Quédense a leer el capitulo seis para presenciar el escándalo!