Ésta es segunda parte por así decirlo de la Dama de Ithilien y Joven Luna, dos historias que corresponden a Elian Ithilien, yo, y a La voz del silencio, respectivamente. Se trata de una continuación de lo que pasó a ser sus vidas después de la muerte y de muchos años posteriores a la Tierra Media y lo referente a ella.
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Capítulo 1. El libro.
¿Qué se supone que hace alguien cuando se tiene una doble vida? No en el sentido de dos vidas distintas, si no, una equiparada a la otra, ¿Cómo lo soporta para ser alguien durante el día y alguien diferente durante la noche, o viceversa? Es muy difícil al principio saber cual de las dos es la tuya y la que debes de seguir, así que optas por ser quien de verdad eres, sacándole partido a las dos. Aunque eso cueste al principio.
Arien y yo somos dos chicas universitarias, vivimos en un mundo raro, a veces incluso he llegado a pensar que era fruto de mi mente. En nuestra vida "normal" aparentamos ser estudiantes de universidad, con un piso compartido, un trabajo medio estable por las dos partes y unos amigos en los que confiar. ¿Qué pasaría si todo esto no fuera cierto?
Ella es una chica de estatura media alta, de ojos azules que expresan una mirada pacífica y peligrosa, siempre con un brillo que te da algo de cosilla. Su cabello negro con un reflejo de color azul, totalmente liso al tacto y brillante a la vista. Es de piel descremada con un toque pálido. Mide 1,75 de estatura y conserva una bonita figura, aunque no haga nada de "ejercicio físico". Más de uno se ha fijado en ella.
Es muy ágil en cuanto a la mente, piensa mucho antes de actuar, inteligente y lista como ella sola. Por eso estudia ciencias matemáticas y químicas en la universidad. Su sentido del humor es muy peculiar, muy pocas personas la hacen reír a gusto, y ella en cuanto se siente cómoda se suelta y ríe contigo y te hace reír también. Siente gran apego por las personas que la rodean, y aunque la vean triste aparentemente, psicológicamente puede estar muy contenta y casi siempre con la mente en otra parte. Si la ves que está con los "pies en la tierra" es que algo falla. Es muy buena persona y de gran corazón.
Yo en cambio, soy lo contrario a ella, "impulsiva" aunque también pienso antes de actuar, pero algo menos que Arien. Mido algo menos pero casi no se nota porque llevo tacones, algunas veces. Hago mucho ejercicio físico, pues me gusta todo lo relacionado con la lucha, los gimnasios, la gente, y mi hobbie aunque no lo parezca físicamente es pintar y dibujar, a la vez que escribir, si no, como iba a escribir esta historia.
Mis ojos son de color miel, por lo menos eso dicen, mi pelo es de color negro oscuro y rizado, con brillo también a la vista de los demás. Poseo buen cuerpo por el hecho de practicar deporte todos los días, lo que no he dicho antes es que el deporte que más me gusta es el arte de la lucha, por así decirlo, las artes marciales. Arien dice que en mis aparentes flacuchos brazos se esconde una fuerte musculatura, y es verdad, no lo parece que sea practique la lucha, debe ser cosa del físico. Por si no lo he dicho antes estudio arte.
Vivimos en un piso, como he dicho antes, lo compartimos. Éste no está muy lejos de la universidad donde vamos, pues quien lo iba a decir, que en la misma universidad estuvieran estudiando dos temas universitarios totalmente diferentes. Es decir, que nosotras dos estudiamos en la misma universidad. Algo raro en la vida real, pero aquí ya nada es real.
Nuestro piso es pequeño, para que nos vamos a engañar. Un salón comedor de pequeñas dimensiones, NO NOS VAYAMOS A PENSAR QUE ERA UNA PÚRRIA DE PISO, no, nada de eso. Es lo suficientemente grande como para nosotras dos. Una cocina bastante bien apañada, con todo incluido, incluso microondas si hace falta. Un pasillo sale del salón hacia las habitaciones, éste es horizontal y alargado por la derecha y a la izquierda. Dos habitaciones tiene, una de ella y la otra la mía. En teoría tiene tres, pero una habitación, ésta la más pequeña de las tres, la tenemos para los trastos, las cosillas, las cajas que nunca llegamos a guardar… en fin, un trastero.
Nuestra vida siempre es muy agitada, desde que nos levantamos por la mañana hasta que nos vamos a dormir. Yo no sé que le pasa que parece que tortura al despertador para que no le suene por la mañana. ¿Y quien se levanta para despertar a la bella durmiente? MUA. Cuando la logro despertar, que no es fácil, me ve con el pantalón sin abrochar, la camisa a medio poner, descalza, con el peine y el cepillo de dientes en una mano, la pasta en otra y en la boca un bocado del bocadillo, con unas greñas de dormir que espantas al mismísimo diablo.
-Arien… arriba… son las siete y media…
-… un rato más –se volvió para el otro lado de la cama-
-…Arien, levántate.
(Lo que no he dicho es que Arien tiene el poder de la mente, es decir, mover cosas con ella y leer el pensamiento a los demás)
-Ahora…
-¡Arriba ahora mismo!
-Ya voy. … Solo son las siete y media… -dijo estirándose- ¡Las siete y media!
Saltó de la cama y se metió en el lavabo donde yo se suponía que estaba.
-Genial… ¡Tengo la misma prisa que tú!
Esa fue una mañana tranquila, lo malo es cuando te tortura con su mente y te deja en el sitio. Suerte que luego se va y te quedas como antes… pero lo pasas mal. Es que aun no la controla.
Todo ocurrió cuando estábamos en la hora del descanso y nos habíamos quedado en la biblioteca de la universidad para estar calentitas, además a fuera, en la calle era invierno y hacía un frío que helaba los huesos. –continúa Arien-. Como os podréis imaginar aquella gran sala repartida en secciones estaba a tope, no cabía ni un alfiler, vamos, que si te pierdes no te encuentran.
Buscaba un libro algo raro, sobre un tema raro, así que como no sabía por donde buscar fui a preguntar a la "bibliotecaria" de la biblioteca. Tardé más en llegar a su puesto que en preguntarle mi cuestión. ¿Sabéis que me dijo? "Última sección, última estantería y último libro" dijo toda seria y sin mirarme a la cara. Que borde… Volví otra vez a adentrarme en el nido de hormigas y salí donde creía que estaba el dichoso libro donde creía que tendría mis respuestas al dichoso tema. … Miraba más o menos donde podía estar, pues solo me dijo el nombre, así que tuve que apañármelas para encontrarlo, claro que con mis poderes de la mente todo era más fácil. La usé para localizarlo, éste yacía en el penúltimo hueco, en la última repisa de la estantería. ¿Y ahora qué? –me pregunte a mí misma-. …Pensaba una y mil maneras de coger el libro, pues la escalera no se por donde deambulaba y tampoco quería estorbar el sueño profundo de los jugadores de básquet, éstos se dormían de pie en sus suelas. Suerte tuve de encontrar a Elian ¡con un libro y con gafas! Por allí.
-¡Elian!
Vino hacia mí de una manera "intelectual", sin dejar de mirar el libro que llevaba sujetos entre sus manos.
-Que.
-Cógeme ese libro.
Se me quedó mirando como si fuera una idiota.
-Pero si tú eres más alta que yo, además ¿cómo quieres que llegue si está allí arribota?
-Tú eres más ágil.
-Aguanta… -me dejó su libro, éste pesaba como un muerto-
-No sabía que te gustara leer.
-Y no me gusta. Perdona, ¿me prestas la escalera? –preguntó al que la usaba para sentarse-
-No.
-De acuerdo.
Se volvió hacia mi, mirándome con tal cara de ser un idiota el sentado en la escalera… que casi le pega.
-No te conviene, y menos aquí. –dije-
-No es cierto, además mi estilo hoy no pega.
-Es verdad, llevas falda y blusa, con esas botas que te compraste hace dos días.
-No me digas nada más. ¿Quieres el libro o no?
-Si, si. ¿Pero como lo vas a coger?
-De la manera que mejor se. … Procura que no se vea nada y que nadie mire.
-Vale.
Puso un pie en la segunda repisa, luego el otro en la tercera y así hasta los cuatro metros que había de estantería. Cuando tuve su tacón a quince centímetros de mi cara, pude observar que éste medía diez centímetros y era de aguja. ¿Estás bien ahí arriba? –pregunté-
-Sí.
No sé como pero se aguantaba. … Hubo unos segundos en que se quedó mirando algo que había por allí cerca, luego de un salto bajó con dos libros en sus brazos.
-Te he dicho uno.
-Bueno pero es que el que había al lado es especial.
-¿Especial?
-¿Estás ocupada?
-…s…no.
-Pues recoge tus cosas y vamos a un lugar donde no haya nadie.
-Tú nunca te pones así tan misteriosa. ¿Has quedado con alguien?
-…con Leo.
-Por eso te has ido antes y te has puesto falda ¿no?
Su mirada fría y ardiente me contestó.
-Te espero a fuera.
-De acuerdo, lo que tarde en salir de aquí y estoy fuera.
Mientras iba abriendo paso entre la multitud observé que Elian hablaba con Leo. La verdad que el chico no estaba nada mal, moreno, ojos miel como ella, "alto" bueno algo menos de metro ochenta, un cuerpo de los que no se ven a menudo y sobre todo listo e inteligente. Y aunque no lo parezca, es como ella.
Yo recogí también mis cosas y me fui, me tenía intrigada por saber qué le había picado allí arriba. Cuando logré salir de aquella selva humana, me la encontré a la entrada de la biblioteca, esperándome con la carpeta en la mano y la cartera medio colgada.
(Conversación mental entre dos chicos "relacionados" con el hecho del encuentro del libro)
-Lo tienen…
-Bien. Ese era una parte del plan ¿Seguirán cumpliendo las estadísticas?
-Creo que sí.
-¿Las seguimos?
-¿Tú donde estás?
-Arriba en la tercera planta. Vienen hacia aquí en el ascensor.
-Vigílalas pero no te delates, Elian es muy viva y Arien también.
-Arien es la más peligrosa, usa la mente.
-Ya lo sé. … Yo subiré cuando haya pasado todo.
-De acuerdo.
-¿Hacia donde me llevas?
-A la tercera planta, allí no hay nadie.
-O Leo te ha vuelto más misteriosa… o tus hormonas están en revolución.
-Ninguna de las dos.
-…Que calentito se está aquí…
Allí estaba la estufa puesta, además era un sitio concurrido y no había absolutamente, podíamos hablar mediante susurros que nos oíamos perfectamente. Me tienes intrigada –dije-
-Antes de decir nada, tócalo y dime si sientes algo. –me cedió el libro tan misterioso-
El libro parecía muy antiguo, sus tapas eran viejas aunque no muy roídas, de cuero azul y ya negro por el tiempo, tenía un dibujo gravado en oro, éste parecía una isla en medio de la nada y una I muy pequeña, que casi no podía entreverse. Si movías el libro podías ver un reflejo como de una isla y un reflejo de un bosque, alternativamente.
Al tocarlo noté una esencia algo peculiar, sentía que aquel libro nos pertenecía de algo, o simplemente tenía algo que nos atraía, ya sea por nuestro pasado o por nosotras mismas.
-¿Qué sientes?
-Es muy difícil de decir, no te lo sabría explicar con palabras.
-Dímelo con tu mente.
-¿Cómo? No he llegado a tanto.
-Pruébalo.
¿Cómo iba a probar algo que no sabía hacer? Como ella lo ve casi todo bien, pues no ve el problema. Aunque valía la pena intentarlo. …Cerré los ojos y me relajé, tenía que sentir su mente para pasarle lo que había sentido o me había parecido sentir. Ella también me lo ponía fácil para que llegara hasta su mente. … En su mente no había más que problemas, gente, luchas, películas, y sobretodo Leo. Poco a poco le fui metiendo mis imágenes de lo que había visto, pero, el caso fue que ella no veía lo que yo, si no algo diferente. Noté que su expresión cambió completamente de estar relajada a nerviosa y de ahí a temor. … Tuve que parar por que las lágrimas se le caían rostro a bajo, sentía dolor a la vez que sufrimiento.
-¿Qué te ha pasado?
-No lo sé… -dijo respirando con dificultad- al principio veía una isla en el más remoto mar y luego me venían imágenes de…
-¿De?
-No sé… todo es muy confuso ahora.
No me dejaba volver a entrar en su mente, aunque ella no podía hacer eso. Otra mente como la mía lo hacía, evitaba leer su mente.
-¿Qué ha ocurrido?
-Lo que ve Arien no es lo que Elian ve. Son de dos épocas muy diferentes y de dos vidas totalmente distintas.
-Recuerdan lo que sucedió.
-Además Elian ha visto lo que no pudo ver, pero ahora está confusa, no puede hablar de lo que ha visto por que no lo sabe exactamente.
-¿Lo abrirán?
-Espero que sí.
-¿Lo abrimos?
-…sí…
-¿Qué te ocurre?
-No sé, me siento muy rara. No me sienta bien cuando entras en mi mente, me confundo de la situación y no sé bien donde estoy.
-Tú no estás bien.
-No, la estufa me está matando. No la soporto tan alta.
-Yo tampoco, la suben demasiado.
-Tienen razón, está muy alta ¿la bajo?
-Sí.
No sentamos las dos en el suelo, con las carpetas debajo del culo para no notar el frío y recostadas en la pared. El libro no era muy grande pero si algo pesado. Lo centramos entre nuestras piernas y lo abrimos… en la primera página, pasada la portada, ésta con el mismo dibujo que la tapa, habían dos nombres en una lengua que "solo nosotras" conocíamos, Elian y Arien, estos dos nombres yacían entrelazados por la y, de tal manera que en el medio de las dos palabras quedara otra letra en forma de I, igual que la de la tapa.
Ninguna de las dos dijo nada, solamente nos miramos unos segundos y volvimos a poner la vista en el libro. Seguimos pasando página, llegando a una donde solo tenía un párrafo escrito. Este párrafo estaba escrito con tinta élfica y su idioma era el élfico, es decir la lengua en que estaban escritos nuestros nombres. El texto más o menos decía esto:
"Luna nueva sobre nosotros, Ithilien ha caído sobre ellas, las que deberán encontrar el camino de antaño y seguir de nuevo con su vida. Dos estrellas que forman la Luna, una Luna unida por dos estrellas. Una la que sale de día, la otra la que sale de noche"
"Juntas siempre van, aunque separadas estuvieron durante tiempos remotos y que un día se volvieron a encontrar. Las dos fueron las damas de la luz, una quizá más tarde, la otra siempre lo fue desde que se supo de ella, pues en el silencio estuvieron la dos"
"Ahora vuelven, juntas y unidas de nuevo. Recuerdan su pasado, sufrimiento y dolor, angustia y temor, risa y alegría, tristeza y mente, Sol y Sombra ellas son"
-No hay duda que se refiere a nosotras.
-¿Recuerdas tu pasado a veces, cuando sin pensarlo te viene a la mente, o en sueños?
-…sí…
-Yo también.
-¿Entonces lo que hemos visto, qué era?
-No lo sé. Y será mejor que no le demos más vueltas a éste libro. No creo que llegue a ninguna parte leyéndolo.
-¿La has oído?
-Sí.
-¿Y te quedas tan pancho?
-No, pero yo no puedo hacer nada. Ya pensará sobre lo que dice.
-…solo tú la entiendes.
-Yo las entiendo a las dos.
-…
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Es un poco la presentación de los personajes principales. Las conversaciones en cursiva también son de dos personajes, solo que ya se verá más adelante quienes son y por qué tienen relación con el libro y ellas.
La historia se irá viendo a medida que avance, tened algo de paciencia si os gusta.
*He de decir también que la idea también ha sido de La voz del silencio, para que sepáis que no solamente debéis pensar en su escritora que soy yo, si no también en ella. Gracias*.
***Manden REVIEWS*** aunque solo sean críticas, que también las aceptamos.
